- Los cuatro evangelios en paralelo -
(en color y por orden cronológico)



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Película: Evangelio (según Lucas) - (según Juan) +


Traducción bíblica :
Reina Valera Actualizada 2015 (español)


Puede comparar con el interlineal "griego/español" que tiene los números de Strong y cada palabra griega analizada, o con esto.
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Última actualización : 25 de agosto de 2025.



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Mateo
Marcos
Lucas
Juan
1- Introducción: Lucas a Teófilo.


1.1     Puesto que muchos han intentado poner en orden un relato acerca de las cosas que han sido ciertísimas entre nosotros,
1.2     así como nos las transmitieron los que desde el principio fueron testigos oculares y ministros de la palabra,
1.3     me ha parecido bien también a mí, después de haberlo investigado todo con diligencia desde el comienzo, escribírtelas en orden, oh excelentísimo Teófilo,
1.4     para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido.

2- En el principio.

1.1     El principio del evangelio de Jesucristo, el Hijo de Dios.

1.1     En el principio era la Palabra, y la Palabra era con Dios, y la Palabra era Dios.
1.2     Ella era en el principio con Dios.
1.3     Todas las cosas fueron hechas por medio de ella, y sin ella no fue hecho nada de lo que ha sido hecho.
1.4     En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
1.5     La luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron {o "no la percibieron", o "no la comprendieron"}.
3- Anuncio del nacimiento de Juan el bautizador.



1.5     En los días de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías. Su esposa era de las hijas de Aarón, y se llamaba Elisabet.




1.6     Ambos eran justos delante de Dios, y vivían irreprensiblemente en todos los mandamientos y las ordenanzas del Señor.
1.7     No tenían hijos, porque Elisabet era estéril y ambos eran de edad avanzada.
1.8     Aconteció que cuando Zacarías ejercía el sacerdocio delante de Dios, en el turno de su clase,
1.9     conforme a la costumbre del sacerdocio le tocó por sorteo entrar en el templo del Señor para quemar el incienso.
1.10    Toda la multitud del pueblo estaba fuera, orando, a la hora del incienso.
1.11    Entonces el ángel del Señor se le apareció, puesto de pie a la derecha del altar del incienso.
1.12    Zacarías se turbó cuando lo vio, y el temor se apoderó de él.
1.13    Pero el ángel le dijo: -¡No temas, Zacarías! Porque tu oración ha sido atendida. Tu esposa Elisabet te dará a luz un hijo y llamarás su nombre Juan.
1.14    Tendrás gozo y alegría, y muchos se gozarán de su nacimiento
1.15    porque él será grande delante del Señor. Nunca beberá vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre.
1.16    Y hará que muchos de los hijos de Israel vuelvan al Señor su Dios.
1.17    Él mismo irá delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías para hacer volver los corazones de los padres a los hijos y los desobedientes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo apercibido.
1.18    Y Zacarías dijo al ángel: -¿Cómo podré estar seguro de esto? Pues yo soy viejo y mi esposa es de edad avanzada.
1.19    Respondió el ángel y le dijo: -Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte estas buenas nuevas.
1.20    He aquí, quedarás mudo e incapaz de hablar hasta el día en que se realice esto, por cuanto no has creído a mis palabras las cuales se cumplirán a su debido tiempo.
1.21    El pueblo estaba esperando a Zacarías, y se extrañaba de que él pasara tanto tiempo en el templo.
1.22    Cuando salió, no les podía hablar; y se dieron cuenta de que había visto una visión en el templo. Él se comunicaba con ellos por señas pues se había quedado mudo.




1.23    Sucedió que, cuando se cumplieron los días de este ministerio, él se fue a su casa.


4- Elisabet embarazada.


1.24    Y después de aquellos días su mujer Elisabet concibió y se recluyó por cinco meses diciendo:
1.25    -Así ha hecho conmigo el Señor en los días en que se dignó mirarme para quitar mi afrenta entre los hombres.

5- Un ángel anuncia a María la concepción y el nacimiento de Jesús.
1.18a     El nacimiento de Jesucristo fue así: (...)


1.26    En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret,




1.27    a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David. El nombre de la virgen era María.
1.28    Cuando entró a donde ella estaba, dijo: -¡Te saludo, muy favorecida! El Señor está contigo.
1.29    Pero ella se turbó por sus palabras y se preguntaba qué clase de salutación sería esta.
1.30    Entonces el ángel le dijo: -¡No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios!
1.31    He aquí concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús.
1.32    Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de su padre David.
1.33    Reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y de su reino no habrá fin.
1.34    Entonces María dijo al ángel: -¿Cómo será esto? Porque yo no conozco varón.
1.35    Respondió el ángel y le dijo: -El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el santo Ser que nacerá será llamado Hijo de Dios.
1.36    He aquí, también tu parienta Elisabet ha concebido un hijo en su vejez. Este es el sexto mes para ella que era llamada estéril.
1.37    Porque ninguna cosa será imposible para Dios.




1.38    Entonces María dijo: -He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de ella.


6- La concepción de Jesús en María.
1.18b   (...) Su madre María estaba desposada con José; y antes de que se unieran se halló que ella había concebido del Espíritu Santo.


1.14a    Y la Palabra se hizo carne (...)
7- Un ángel le dice a José que el niño es del Espíritu Santo.
1.19    José, su marido, como era justo y no quería difamarla, se propuso dejarla secretamente.
1.20    Mientras él pensaba en esto, he aquí un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que ha sido engendrado en ella es del Espíritu Santo.
1.21    Ella dará a luz un hijo; y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.
1.22    Todo esto aconteció para que se cumpliera lo que habló el Señor por medio del profeta, diciendo:
1.23    He aquí, la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarán su nombre Emanuel , que traducido quiere decir: Dios con nosotros.
1.24    Cuando José despertó del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado y recibió a su mujer.
1.25    Pero no la conoció hasta que ella dio a luz un hijo, y llamó su nombre Jesús.



8- María visita a Elisabet, que está embarazada.



1.39    En esos días se levantó María y fue de prisa a una ciudad en la región montañosa de Judá.




1.40    Entró en casa de Zacarías y saludó a Elisabet.
1.41    Aconteció que, cuando Elisabet oyó el saludo de María, la criatura saltó en su vientre. Y Elisabet fue llena del Espíritu Santo,
1.42    y exclamó a gran voz y dijo: -¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
1.43    ¿De dónde se me concede esto, que la madre de mi Señor venga a mí?
1.44    Porque he aquí, cuando llegó a mis oídos la voz de tu saludo, la criatura saltó de alegría en mi vientre.
1.45    Bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le ha sido dicho de parte del Señor.
1.46    Y María dijo: -Engrandece mi alma al Señor;
1.47    y mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador,
1.48    porque ha mirado la bajeza de su sierva. He aquí, pues, desde ahora me tendrán por bienaventurada todas las generaciones,
1.49    porque el Poderoso ha hecho grandes cosas conmigo. Su nombre es santo,
1.50    y su misericordia es de generación en generación, para con los que le temen.
1.51    Hizo proezas con su brazo; esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones.
1.52    Quitó a los poderosos de sus tronos y levantó a los humildes.
1.53    A los hambrientos sació de bienes y a los ricos los despidió vacíos.
1.54    Ayudó a Israel, su siervo, para acordarse de la misericordia,
1.55    tal como habló a nuestros padres; a Abraham y a su descendencia para siempre.




1.56    Y María se quedó con ella como tres meses, y regresó a su casa.


9- Nacimiento de Juan el bautizador.



1.57    Se cumplió para Elisabet el tiempo de su alumbramiento, y dio a luz un hijo.




1.58    Los vecinos y los parientes oyeron que Dios había engrandecido su misericordia hacia ella y se regocijaron con ella.
1.59    Aconteció que, al octavo día, vinieron para circuncidar al niño, y lo llamaban con el nombre de su padre, Zacarías.
1.60    Y su madre respondiendo, dijo: -¡No! Más bien será llamado Juan.
1.61    Y le dijeron: -No hay nadie en tu familia que se llame con este nombre.
1.62    Preguntaban por señas a su padre cómo quería llamarle.
1.63    Y, pidiendo una tablilla escribió diciendo: “Juan es su nombre”. Y todos se maravillaron.
1.64    Al instante su boca fue abierta, y se le soltó la lengua y comenzó a hablar bendiciendo a Dios.
1.65    Cayó temor sobre todos sus vecinos, y por toda la región montañosa de Judá se divulgaban todas estas cosas.
1.66    Y todos los que las oían las guardaban en su corazón, diciendo: -Pues, ¿quién será este niño? Porque ciertamente la mano del Señor estaba con él.
1.67    Zacarías, su padre, fue lleno del Espíritu Santo y profetizó diciendo:
1.68    -Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.
1.69    Ha levantado para nosotros un Salvador poderoso en la casa de su siervo David,
1.70    tal como habló por boca de sus santos profetas que fueron desde antiguo:
1.71    Salvación de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos aborrecen,
1.72    para hacer misericordia con nuestros padres y para acordarse de su santo pacto.
1.73    Este es el juramento que juró a Abraham nuestro padre, para concedernos que,
1.74    una vez rescatados de las manos de los enemigos, le sirvamos sin temor,
1.75    en santidad y en justicia delante de él todos nuestros días.
1.76    Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo porque irás delante del Señor para preparar sus caminos;
1.77    para dar a su pueblo conocimiento de salvación en el perdón de sus pecados
1.78    a causa de la entrañable misericordia de nuestro Dios, con que la luz de la aurora nos visitará de lo alto;
1.79    para alumbrar a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; para encaminar nuestros pies por caminos de paz.




1.80a    Y el niño crecía y se fortalecía en espíritu, (...)

10- César Augusto ordena un censo.


2.1     Aconteció en aquellos días que salió un edicto de parte de César Augusto para levantar un censo de todo el mundo habitado.
2.2     Este primer censo se realizó mientras Cirenio era gobernador de Siria.
2.3     Todos iban para inscribirse en el censo, cada uno a su ciudad.
2.4     Entonces José también subió desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David que se llama Belén, porque él era de la casa y de la familia de David,
2.5     para inscribirse con María, su esposa, quien estaba encinta.

11- Nacimiento de Jesús en Bethlehem (Belén).
2.1a     Jesús nació en Belén de Judea, en días del rey Herodes. (...)

2.6     Aconteció que, mientras ellos estaban allí, se cumplieron los días de su alumbramiento
2.7     y dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre porque no había lugar para ellos en el mesón.
1.14b (...) y {la palabra hecha carne que era Dios} habitó entre nosotros, y contemplamos su gloria, como la gloria del unigénito del Padre lleno de gracia y de verdad.
---
1.9     Aquel era la luz verdadera que alumbra a todo hombre que viene al mundo.
1.10    En el mundo estaba y el mundo fue hecho por medio de él, pero el mundo no lo conoció.
1.11    A lo suyo vino pero los suyos no lo recibieron.
1.12    Pero a todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio derecho de ser hechos hijos de Dios,
1.13    los cuales nacieron no de sangre ni de la voluntad de la carne ni de la voluntad de varón sino de Dios.
12- Un ángel anuncia a los pastores que ha nacido el Salvador, el Cristo [el Ungido prometido], el Señor.



2.8     Había pastores en aquella región que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño.




2.9     Y un ángel del Señor se presentó ante ellos y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y temieron con gran temor.
2.10    Pero el ángel les dijo: -No teman, porque he aquí les doy buenas noticias de gran gozo que serán para todo el pueblo:
2.11    que hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es Cristo el Señor.
2.12    Y esto les servirá de señal: Hallarán al niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
2.13    De repente, apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales que alababan a Dios y decían:
2.14    -¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres de buena voluntad!
2.15    Aconteció que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo los pastores se decían unos a otros: -Pasemos ahora mismo hasta Belén y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha dado a conocer.
2.16    Fueron de prisa y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre.
2.17    Al verle, dieron a conocer lo que les había sido dicho acerca de este niño.
2.18    Todos los que oyeron se maravillaron de lo que los pastores les dijeron;
2.19    pero María guardaba todas estas cosas meditándolas en su corazón.




2.20    Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, tal como les había sido dicho.


13- Genealogía de Jesucristo. [+]
1.1     Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.
1.2     Abraham engendró a Isaac; Isaac engendró a Jacob; Jacob engendró a Judá y a sus hermanos;
1.3     Judá engendró de Tamar a Fares y a Zéraj; Fares engendró a Hesrón; Hesrón engendró a Aram;
1.4     Aram engendró a Aminadab; Aminadab engendró a Najsón; Najsón engendró a Salmón;
1.5     Salmón engendró de Rajab a Boaz; Boaz engendró de Rut a Obed; Obed engendró a Isaí;
1.6     Isaí engendró al rey David. David engendró a Salomón, de la que fue mujer de Urías;
1.7     Salomón engendró a Roboam; Roboam engendró a Abías; Abías engendró a Asa;
1.8     Asa engendró a Josafat; Josafat engendró a Joram; Joram engendró a Uzías;
1.9     Uzías engendró a Jotam; Jotam engendró a Acaz; Acaz engendró a Ezequías;
1.10    Ezequías engendró a Manasés; Manasés engendró a Amón; Amón engendró a Josías;
1.11    Josías engendró a Jeconíasa y a sus hermanos en el tiempo de la deportación a Babilonia.
1.12    Después de la deportación a Babilonia, Jeconíasa engendró a Salatiel; Salatiel engendró a Zorobabel;
1.13    Zorobabel engendró a Abiud; Abiud engendró a Eliaquim; Eliaquim engendró a Azor;
1.14    Azor engendró a Sadoc; Sadoc engendró a Aquim; Aquim engendró a Eliud;
1.15    Eliud engendró a Eleazar; Eleazar engendró a Matán; Matán engendró a Jacob.
1.16    Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo.
1.17    De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce generaciones, y desde David hasta la deportación a Babilonia son catorce generaciones, y desde la deportación a Babilonia hasta el Cristo son catorce generaciones.

3.23b   (...) {Jesús}  Él era (según se creía) hijo de José,
3.24    hijo de Elí, hijo de Matat, hijo de Leví, hijo de Melqui, hijo de Jana, hijo de José,
3.25    hijo de Matatías, hijo de Amós, hijo de Nahúm, hijo de Esli,
3.26    hijo de Nagai, hijo de Maat, hijo de Matatías, hijo de Semei, hijo de José, hijo de Judá,
3.27    hijo de Joanán, hijo de Resa, hijo de Zorobabel, hijo de Salatiel,
3.28    hijo de Neri, hijo de Melqui, hijo de Adi, hijo de Cosam, hijo de Elmodam, hijo de Er,
3.29    hijo de Josué, hijo de Eliezer, hijo de Jorim, hijo de Matat,
3.30    hijo de Leví, hijo de Simeón, hijo de Judá, hijo de José, hijo de Jonán, hijo de Eliaquim,
3.31    hijo de Melea, hijo de Mainán, hijo de Matata, hijo de Natán,
3.32    hijo de David, hijo de Isaí, hijo de Obed, hijo de Boaz, hijo de Salá, hijo de Najsón,
3.33    hijo de Aminadab, hijo de Admín, hijo de Arní, hijo de Hesrón, hijo de Fares, hijo de Judá,
3.34    hijo de Jacob, hijo de Isaac, hijo de Abraham, hijo de Taré,
3.35    hijo de Nacor, hijo de Serug, hijo de Ragau, hijo de Peleg, hijo de Heber, hijo de Sélaj,
3.36    hijo de Cainán, hijo de Arfaxad, hijo de Sem, hijo de Noé,
3.37    hijo de Lamec, hijo de Matusalén, hijo de Enoc, hijo de Jared, hijo de Mahalaleel, hijo de Cainán,
3.38    hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adán, hijo de Dios. 

14- Circuncisión de Jesús a la edad de ocho días (Levítico 12.1-3) .


2.21    Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, llamaron su nombre Jesús, nombre que le fue puesto por el ángel antes que él fuera concebido en el vientre.

15- El niño Jesús presentado al Señor en Jerusalén después de los 40 días de purificación de María (Levítico 12.1-7) .


2.22    Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos conforme a la Ley de Moisés, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor
2.23    (así como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abre la matriz será llamado santo al Señor)
2.24    y para dar la ofrenda conforme a lo dicho en la ley del Señor: un par de tórtolas o dos pichones de paloma.

16- En Jerusalén, el Espíritu Santo guía a Simeón al templo para que vea a Jesús.



2.25    He aquí, había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre era justo y piadoso; esperaba la consolación de Israel y el Espíritu Santo estaba sobre él.




2.26    A él le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes que viera al Cristo del Señor.
2.27    Movido por el Espíritu, entró en el templo; y cuando los padres trajeron al niño Jesús para hacer con él conforme a la costumbre de la ley,
2.28    Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios diciendo:
2.29    -Ahora, Soberano Señor, despide a tu siervo en paz conforme a tu palabra;
2.30    porque mis ojos han visto tu salvación
2.31    que has preparado en presencia de todos los pueblos:
2.32    luz para revelación de las naciones y gloria de tu pueblo Israel.
2.33    Su padre y su madre se maravillaban de las cosas que se decían de él.
2.34    Y Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: -He aquí, este es puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha,




2.35    para que sean descubiertos los pensamientos de muchos corazones. Y una espada traspasará tu misma alma.


17- En el templo, la profetisa Ana, de 84 años, habla de Jesús.


2.36    También estaba allí la profetisa Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Ella era de edad avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su matrimonio
2.37    y había quedado como viuda hasta ochenta y cuatro años. No se apartaba del templo, sirviendo con ayunos y oraciones de noche y de día.
2.38    En la misma hora acudió al templo, y daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.

18- De Jerusalén, José y María parten con el niño Jesús, no a Bethlehem (Belén), sino a Nazaret .


2.39    Cuando cumplieron con todos los requisitos de la ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.

19- Unos sabios de Oriente llegan a Jerusalén. [+]
2.1b   (...) Y he aquí unos magos vinieron del oriente a Jerusalén




2.2     preguntando: -¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en el oriente y hemos venido para adorarle.
2.3     Cuando el rey Herodes oyó esto, se turbó, y toda Jerusalén con él.
2.4     Y habiendo convocado a todos los principales sacerdotes y a los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo.
2.5     Ellos le dijeron: -En Belén de Judea, porque así está escrito por el profeta:
2.6     Y tú, Belén, en la tierra de Judá, de ninguna manera eres la más pequeña entre los gobernadores de Judá; porque de ti saldrá un gobernante que pastoreará a mi pueblo Israel .
2.7     Entonces Herodes llamó en secreto a los magos e indagó de ellos el tiempo de la aparición de la estrella.
2.8     Y enviándolos a Belén, les dijo: -Vayan y averigüen con cuidado acerca del niño. Tan pronto lo hallen, háganmelo saber, para que yo también vaya y lo adore.
2.9     Ellos, después de oír al rey, se fueron. Y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo sobre donde estaba el niño.
2.10    Al ver la estrella, se regocijaron con gran alegría.
2.11    Cuando entraron en la casa, vieron al niño con María su madre, y postrándose lo adoraron. Entonces abrieron sus tesoros y le ofrecieron presentes de oro, incienso y mirra.


2.12    Pero, advertidos por revelación en sueños que no volvieran a Herodes, regresaron a su país por otro camino.




20- En un sueño en Nazaret, un ángel le dice a José que huya a Egipto con Jesús y María.
2.13    Después que ellos partieron, he aquí un ángel del Señor se le apareció en sueños a José diciendo: “Levántate; toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”.




2.14    Entonces José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto.
2.15    Y estuvo allí hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que habló el Señor por medio del profeta, diciendo: De Egipto llamé a mi hijo.
2.16    Entonces Herodes, al verse burlado por los magos, se enojó sobremanera y mandó matar a todos los niños varones en Belén y en todos sus alrededores, de dos años de edad para abajo, conforme al tiempo que había averiguado de los magos.
2.17    Entonces se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías, diciendo:


2.18    Voz fue oída en Ramá; grande llanto y lamentación. Raquel lloraba por sus hijos, y no quería ser consolada, porque perecieron .




21- En Egipto, un ángel le dijo a José en un sueño que regresara a Israel. Luego en otro sueño, Dios le dijo que fuera a Galilea donde volvió a vivir en Nazaret .
2.19    Cuando hubo muerto Herodes, he aquí un ángel del Señor se le apareció en sueños a José en Egipto
2.20    diciendo: “Levántate, toma al niño y a su madre, y ve a la tierra de Israel, porque han muerto los que procuraban quitar la vida al niño”.
2.21    Entonces él se levantó, tomó al niño y a su madre, y entró en la tierra de Israel.
2.22    Pero, al oír que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá y, advertido por revelación en sueños, fue a las regiones de Galilea.
2.23    Habiendo llegado, habitó en la ciudad que se llama Nazaret. Así se cumplió lo dicho por medio de los profetas, que había de ser llamado nazareno.



22- Jesús creció en Nazaret en sabiduría y con la gracia de Dios.


2.40    El niño {Jesús} crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él.

23- A los 12 años, Jesús va a Jerusalén con sus padres para la Pascua, y luego regresan a Nazaret .
►Pascua, el día 14 del mes de Nisán.◄




2.41    Iban sus padres todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua.




2.42    Cuando cumplió doce años, subieron ellos a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta.
2.43    Una vez acabados los días de la fiesta, mientras ellos volvían, el niño Jesús se quedó en Jerusalén; y sus padres no lo supieron.
2.44    Suponiendo que él estaba en la caravana, fueron un día de camino y lo buscaban entre los parientes y los conocidos.
2.45    Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén buscándole.
2.46    Aconteció que después de tres días lo encontraron en el templo sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas.
2.47    Todos los que lo oían se asombraban de su entendimiento y de sus respuestas.
2.48    Cuando lo vieron se maravillaron, y su madre le dijo: -Hijo, ¿por qué has hecho así con nosotros? He aquí, tu padre y yo te buscábamos con angustia.
2.49    Entonces él les dijo: -¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que en los asuntos de mi Padre me es necesario estar?
2.50    Pero ellos no entendieron el dicho que les habló.
2.51    Descendió con ellos y fue a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.




2.52    Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres.


24- Juan el bautizador habita en los desiertos.


1.80b   (...) y {Juan el Bautista} estaba en el desierto hasta el día de su manifestación a Israel.

25- Misión de Juan el bautizador.
►Dans la 2e moitié de l'an 28.◄
3.1     En aquellos días apareció Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea
3.2     y diciendo: “¡Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado!”.
3.3     Pues este es aquel de quien fue dicho por medio del profeta Isaías: Voz del que proclama en el desierto: “Preparen el camino del Señor; enderecen sus sendas” .
1.2     Como está escrito en el profeta Isaías: He aquí envío mi mensajero delante de ti, quien preparará tu camino .
1.3     Voz del que proclama en el desierto: “Preparen el camino del Señor; enderecen sus sendas” .
1.4     Así Juan el Bautista apareció en el desierto predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados.
3.1     En el año quince del gobierno de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de Judea, Herodes tetrarca de Galilea, su hermano Felipe tetrarca de las regiones de Iturea y de Traconite, y Lisanias tetrarca de Abilinia;
3.2     en tiempo de los sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.
3.3     Entonces él anduvo por toda la región alrededor del Jordán predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados,
3.4     como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías, que dice: Voz del que proclama en el desierto: “Preparen el camino del Señor; enderecen sus sendas.
3.5     Todo valle será rellenado, y toda montaña y colina serán rebajadas. Los senderos torcidos serán enderezados; y los caminos ásperos, allanados;
3.6     y toda carne verá la salvación de Dios” .
1.6     Hubo un hombre enviado por Dios que se llamaba Juan.
1.7     Él vino como testimonio, a fin de dar testimonio de la luz para que todos creyeran por medio de él.
1.8     No era él la luz sino que vino para dar testimonio de la luz.
3.4     Juan mismo estaba vestido de pelo de camello y con un cinto de cuero a la cintura. Su comida era langostas y miel silvestre.
3.5     Entonces salían a él Jerusalén y toda Judea y toda la región del Jordán
3.6     y, confesando sus pecados, eran bautizados por él en el río Jordán.
1.5     Y salía a él toda la provincia de Judea y todos los de Jerusalén; y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados.
1.6     Juan estaba vestido de pelo de camello y con un cinto de cuero a la cintura, y comía langostas y miel silvestre.


3.7     Pero cuando Juan vio que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: “¡Generación de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la ira venidera?
3.8     Produzcan, pues, frutos dignos de arrepentimiento;
3.9     y no piensen decir dentro de ustedes: ‘A Abraham tenemos por padre’. Porque yo les digo que aun de estas piedras Dios puede levantar hijos a Abraham.
3.10    El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles. Por lo tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego.

3.7     Juan, pues, decía a las multitudes que salían para ser bautizadas por él: -¡Generación de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la ira venidera?
3.8     Produzcan, pues, frutos dignos de arrepentimiento y no comiencen a decir dentro de ustedes mismos: “A Abraham tenemos por padre”. Porque les digo que aun de estas piedras Dios puede levantar hijos a Abraham.
3.9     También, el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles. Por lo tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego.
3.10    Las multitudes le preguntaban diciendo: -Pues, ¿qué haremos?
3.11    Respondiendo les decía: -El que tiene dos túnicas dé al que no tiene, y el que tiene comida haga lo mismo.
3.12    También fueron unos publicanos para ser bautizados y le preguntaron: -Maestro, ¿qué haremos?
3.13    Él les decía: -No cobren más de lo que les está ordenado.
3.14    También unos soldados le preguntaban diciendo: -Y nosotros, ¿qué haremos? Él les dijo: -No hagan extorsión ni denuncien falsamente a nadie, y conténtense con sus salarios.

26- Juan el bautizador deja claro que él no es el Cristo que bautizará en Espíritu Santo y fuego.
3.11    Yo, a la verdad, los bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene después de mí, cuyo calzado no soy digno de llevar, es más poderoso que yo. Él les bautizará en el Espíritu Santo y fuego.
3.12    Su aventador está en su mano, y limpiará su era. Recogerá su trigo en el granero y quemará la paja en el fuego que nunca se apagará”.
1.7     Y predicaba diciendo: “Viene tras de mí el que es más poderoso que yo, a quien no soy digno de desatar, agachado, la correa de su calzado.
1.8     Yo les he bautizado en agua pero él les bautizará en el Espíritu Santo”.
3.15    Como el pueblo estaba a la expectativa, y todos especulaban en su corazón si acaso Juan sería el Cristo,
3.16    Juan respondió a todos diciendo: -Yo, a la verdad, les bautizo en agua. Pero viene el que es más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado. Él les bautizará en el Espíritu Santo y fuego.
3.17    Su aventador está en su mano para limpiar su era y juntar el trigo en su granero, pero quemará la paja en el fuego que nunca se apagará.
3.18    Así que, exhortando con estas y otras muchas cosas, anunciaba las buenas noticias al pueblo.
1.15    Juan dio testimonio de él y proclamó diciendo: “Este es aquel de quien dije: El que viene después de mí ha llegado a ser antes de mí porque era primero que yo”.
1.16    Porque de su plenitud todos nosotros recibimos, y gracia sobre gracia.
1.17    La ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo.
1.18    A Dios nadie lo ha visto jamás; el Dios único que está en el seno del Padre, él lo ha dado a conocer.
27- Bautismo de Jesucristo.
►Alrededor de principios del año 29.◄
3.13    Entonces Jesús vino de Galilea al Jordán, a Juan, para ser bautizado por él.
3.14    Pero Juan procuraba impedírselo diciendo: -Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?
3.15    Pero Jesús le respondió: -Permítelo por ahora, porque así nos conviene cumplir toda justicia. Entonces se lo permitió.
3.16    Y cuando Jesús fue bautizado, en seguida subió del agua, y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma y venía sobre él.
3.17    Y he aquí, una voz de los cielos decía: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”.
1.9     Aconteció en aquellos días que Jesús vino de Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán.
1.10    Y en seguida, mientras subía del agua, vio que los cielos se abrían y que el Espíritu descendía sobre él como paloma.
1.11    Y vino una voz desde el cielo: “Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia”.
3.21    Aconteció que, en el tiempo en que todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado. Y mientras oraba, el cielo fue abierto
3.22    y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como paloma. Luego vino una voz del cielo: “Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia”.
3.23a   Al comenzar su ministerio, Jesús tenía como treinta años. (...)

28- Jesús ayuna durante 40 días en el desierto donde es probado (tentado).
4.1     Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo.
4.2     Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.
1.12    En seguida el Espíritu lo impulsó al desierto,
1.13a    y estuvo en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás. Estaba con las fieras (...)
4.1     Entonces Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu al desierto
4.2     por cuarenta días, y era tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días; y cuando fueron cumplidos, tuvo hambre.

4.3     El tentador se acercó y le dijo: -Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.
4.4     Pero él respondió y dijo: -Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

4.3     Entonces el diablo le dijo: -Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se haga pan.
4.4     Jesús le respondió: -Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre.

4.5     Entonces el diablo lo llevó a la santa ciudad, lo puso de pie sobre el pináculo del templo,
4.6     y le dijo: -Si eres Hijo de Dios, échate abajo, porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y en sus manos te llevarán, de modo que nunca tropieces con tu pie en piedra .
4.7     Jesús le dijo: -Además está escrito: No pondrás a prueba al Señor tu Dios.

4.9     Y lo llevó a Jerusalén y lo puso de pie sobre el pináculo del templo, y le dijo: -Si eres Hijo de Dios échate de aquí abajo.
4.10    Porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti para que te guarden,
4.11    y en sus manos te llevarán, de modo que nunca tropieces con tu pie en piedra .
4.12    Respondiendo Jesús, le dijo: -Dicho está: No pondrás a prueba al Señor tu Dios.

4.8     Otra vez el diablo lo llevó a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y su gloria.
4.9     Y le dijo: -Todo esto te daré, si postrado me adoras.
4.10    Entonces Jesús le dijo: -Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y a él solo servirás .

4.5     Al llevarle a una altura, le mostró todos los reinos de la tierra en un momento.
4.6     Y el diablo le dijo: -A ti te daré toda autoridad y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y la doy a quien yo quiero.
4.7     Por esto, si tú me adoras, todo será tuyo.
4.8     Respondiendo Jesús, le dijo: -Escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, Y a él solo servirás .

4.11a   Entonces el diablo lo dejó (...)

4.13    Cuando el diablo acabó toda tentación, se apartó de él por algún tiempo.

4.11b   (...) y, he aquí, los ángeles vinieron y le servían.
1.13b   (...) y los ángeles {lit. misma palabra griega que "mensajero" en "Marcos 1.2"} le servían.


29- Juan el bautizador da testimonio de su misión.




1.19    Este es el testimonio de Juan cuando los judíos le enviaron de Jerusalén unos sacerdotes y levitas para preguntarle: -¿Quién eres tú?


1.20    Él confesó y no negó sino que confesó: -Yo no soy el Cristo.
1.21    Y le preguntaron: -¿Qué, pues? ¿Eres tú Elías? Y dijo: -No lo soy. -¿Eres tú el profeta? Y respondió: -No.
1.22    Le dijeron entonces: -¿Quién eres, para que demos respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices en cuanto a ti mismo?
1.23    Dijo: -Yo soy la voz de uno que proclama en el desierto: “Enderecen el camino del Señor” , como dijo el profeta Isaías.
1.24    Y los que habían sido enviados eran de los fariseos.

1.25    Le preguntaron y le dijeron: -¿Entonces, por qué bautizas si tú no eres el Cristo ni Elías ni el profeta?
1.26    Juan les respondió diciendo: -Yo bautizo en agua, pero en medio de ustedes está uno a quien ustedes no conocen.
1.27    Él es el que viene después de mí, de quien yo no soy digno de desatar la correa del calzado.




1.28    Estas cosas acontecieron en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando.
30- Al día siguiente, Juan el bautizador ve a Jesús que viene hacia él.



1.29    Al día siguiente, Juan vio a Jesús que venía hacia él y dijo: -¡He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!
1.30    Este es aquel de quien dije: “Después de mí viene un hombre que ha llegado a ser antes de mí porque era primero que yo”.
1.31    Yo no lo conocía; pero para que él fuera manifestado a Israel, por eso vine yo bautizando en agua.
1.32    Juan dio testimonio diciendo: -He visto al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y posó sobre él.
1.33    Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar en agua me dijo: “Aquel sobre quien veas descender el Espíritu y posar sobre él, este es el que bautiza en el Espíritu Santo”.
1.34    Yo lo he visto y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios.
31- Al día siguiente, dos discípulos de Juan el bautizador (Andrés y otro) siguen a Jesús.



1.35    Al día siguiente, de nuevo estaba Juan con dos de sus discípulos.
1.36    Al ver a Jesús que andaba por allí, dijo: -¡He aquí el Cordero de Dios!
1.37    Los dos discípulos lo oyeron hablar y siguieron a Jesús.
1.38    Jesús, al darse vuelta y ver que lo seguían, les dijo: -¿Qué buscan? Y ellos le dijeron: -Rabí -que significa maestro-, ¿dónde moras?
1.39    Les dijo: -Vengan y vean. Por lo tanto, fueron y vieron dónde moraba; y se quedaron con él aquel día, porque eran como las cuatro de la tarde.
1.40    Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús.
1.41    Este encontró primero a su hermano Simón y le dijo: -Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).
1.42    Él lo llevó a Jesús y, al verlo, Jesús le dijo: -Tú eres Simón hijo de Jonás. Tú serás llamado Cefas (que significa piedra).
32- Al día siguiente, Jesús quiere ir a Galilea.


4.14a       Entonces Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, (...)
1.43a        Al día siguiente, Jesús quiso salir para Galilea (...)
33- Felipe y Natanael siguen a Jesús.



1.43b   (...) y encontró a Felipe. Y Jesús le dijo: -Sígueme.
1.44    Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro.
1.45    Felipe encontró a Natanael y le dijo: -Hemos encontrado a aquel de quien Moisés escribió en la Ley y también en los Profetas: a Jesús de Nazaret, el hijo de José.
1.46    Y le dijo Natanael: -¿De Nazaret puede haber algo de bueno? Le dijo Felipe: -Ven y ve.
1.47    Jesús vio que Natanael venía hacia él y dijo de él: -¡He aquí un verdadero israelita en quien no hay engaño!
1.48    Le dijo Natanael: -¿De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: -Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.
1.49    Le respondió Natanael: -Rabí, ¡tú eres el Hijo de Dios! ¡Tú eres el rey de Israel!
1.50    Respondió Jesús y le dijo: -¿Crees porque te dije: “Te vi debajo de la higuera”? ¡Cosas mayores que estas verás!
1.51    Y les dijo: -De cierto, de cierto les digo que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre.
34- Tres días después: primera milagro de Jesús en la boda en Caná.




2.1     Al tercer día se celebró una boda en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús.


2.2     Fue invitado también Jesús con sus discípulos a la boda.
2.3     Y como faltó el vino, la madre de Jesús le dijo: -No tienen vino.
2.4     Jesús le dijo: -¿Qué tiene que ver eso conmigo y contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.
2.5     Su madre les dijo a los que servían: -Hagan todo lo que él les diga.
2.6     Había allí seis tinajas de piedra para agua, de acuerdo con los ritos de los judíos para la purificación. En cada una de ellas cabían de cuarenta a setenta y cuatro litros.
2.7     Jesús les dijo: -Llenen de agua las tinajas. Y las llenaron hasta el borde.
2.8     Luego les dijo: -Saquen ahora y llévenlo al encargado del banquete. Se lo llevaron;
2.9     y cuando el encargado del banquete probó el agua ya hecha vino (y no sabía de dónde venía aunque los sirvientes que habían sacado el agua sí lo sabían), llamó al novio
2.10    y le dijo: -Todo hombre sirve primero el buen vino y, cuando ya han tomado bastante, entonces saca el inferior. Pero tú has guardado el buen vino hasta ahora.




2.11    Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.
35- Después de esto, Jesús desciende a Capernaum por unos días.



2.12    Después de esto, él descendió a Capernaúm con su madre, sus hermanos y sus discípulos; y se quedaron allí no muchos días.
36- Estando cerca la Pascua, Jesús sube a Jerusalén y echa a los vendedores del templo.




2.13    Estaba próxima la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.


2.14    Halló en el templo a los que vendían vacunos, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados.
2.15    Y después de hacer un látigo de cuerdas, los echó a todos del templo junto con las ovejas y los vacunos. Desparramó el dinero de los cambistas y volcó las mesas.
2.16    A los que vendían palomas les dijo: -¡Quiten de aquí estas cosas y no hagan más de la casa de mi Padre casa de mercado!
2.17    Entonces se acordaron sus discípulos de que estaba escritoi: El celo por tu casa me consumirá.
2.18    Los judíos respondieron y le dijeron: -Ya que haces estas cosas, ¿qué señal nos muestras?
2.19    Respondió Jesús y les dijo: -Destruyan este templo y en tres días lo levantaré.
2.20    Por tanto, los judíos dijeron: -Durante cuarenta y seis años se construyó este templo, ¿y tú lo levantarás en tres días?
2.21    Pero él hablaba del templo de su cuerpo.




2.22    Por esto, cuando fue resucitado de entre los muertos sus discípulos se acordaron de que había dicho esto y creyeron la Escritura y las palabras que Jesús había dicho.
37- Milagros en la fiesta de la Pascua, en Jerusalén.
►Pascua, el 14 de Nisán (sábado, 16 de abril del año 29)◄



2.23    Mientras él estaba en Jerusalén en la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre al observar las señales que hacía.
2.24    Pero Jesús mismo no confiaba en ellos, porque los conocía a todos
2.25    y porque no tenía necesidad de que nadie le diera testimonio acerca de los hombres, pues él conocía lo que había en el hombre.
38- Nicodemo viene a ver a Jesús. El espíritu debe nacer del Espíritu. [+]




3.1     Y había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un gobernante de los judíos.


3.2     Este vino a Jesús de noche y le dijo: -Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro porque nadie puede hacer estas señales que tú haces a menos que Dios esté con él.
3.3     Respondió Jesús y le dijo: -De cierto, de cierto te digo que, a menos que nazca de nuevo, uno no puede ver el reino de Dios.
3.4     Nicodemo le dijo: -¿Cómo puede nacer un hombre si ya es viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer?
3.5     Respondió Jesús: -De cierto, de cierto te digo que, a menos que nazca de agua y del Espíritu, uno no puede entrar en el reino de Dios.
3.6     Lo que ha nacido de la carne, carne es; y lo que ha nacido del Espíritu, espíritu es.
3.7     No te maravilles de que te dije: “Les es necesario nacer de nuevo”.
3.8     El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido pero no sabes ni de dónde viene ni a dónde va. Así es todo aquel que ha nacido del Espíritu.
3.9     Respondió Nicodemo y le dijo: -¿Cómo puede suceder eso?
3.10    Respondió Jesús y le dijo: -Tú eres el maestro de Israel, ¿y no sabes esto?
3.11    De cierto, de cierto te digo que hablamos de lo que sabemos; y testificamos de lo que hemos visto. Pero ustedes no reciben nuestro testimonio.
3.12    Si les hablé de cosas terrenales y no creen, ¿cómo creerán si les hablo de las celestiales?
3.13    Nadie ha subido al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del Hombre.
3.14    Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado
3.15    para que todo aquel que cree en él tenga vida eterna.
3.16    »Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda mas tenga vida eterna.
3.17    Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo sino para que el mundo sea salvo por él.
3.18    El que cree en él no es condenado; pero el que no cree ya ha sido condenado porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
3.19    Y esta es la condenación: que la luz ha venido al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz porque sus obras eran malas.
3.20    Porque todo aquel que practica lo malo aborrece la luz y no viene a la luz para que sus obras no sean censuradas.




3.21    Pero el que hace la verdad viene a la luz para que sus obras sean manifiestas que son hechas en Dios.
39- En Judea, Jesús bautiza, y también Juan el bautizador.



3.22    Después de esto, Jesús fue con sus discípulos a la tierra de Judea; y pasó allí un tiempo con ellos y bautizaba.
3.23    Juan también estaba bautizando en Enón, junto a Salim, porque allí había mucha agua; y muchos venían y eran bautizados
3.24    ya que Juan todavía no había sido puesto en la cárcel.
40- Discusión sobre la purificación. Juan debe menguar y Jesús crecer.




3.25    Entonces surgió una discusión entre los discípulos de Juan y un judío acerca de la purificación.


3.26    Fueron a Juan y le dijeron: -Rabí, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú has dado testimonio, ¡he aquí él está bautizando, y todos van a él!
3.27    Respondió Juan y dijo: -Ningún hombre puede recibir nada a menos que le haya sido dado del cielo.
3.28    Ustedes mismos son testigos de que dije: “Yo no soy el Cristo sino que he sido enviado delante de él”.
3.29    El que tiene a la novia es el novio; pero el amigo del novio, que ha estado de pie y lo escucha, se alegra mucho a causa de la voz del novio. Así, pues, este mi gozo ha sido cumplido.
3.30    A él le es preciso crecer, pero a mí menguar.
3.31    El que viene de arriba está por encima de todos. El que procede de la tierra es terrenal y su habla procede de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos.
3.32    Testifica de lo que ha visto y oído, y nadie recibe su testimonio.
3.33    El que recibe su testimonio atestigua que Dios es veraz.
3.34    Porque el que Dios envió habla las palabras de Dios pues Dios no da el Espíritu por medida.
3.35    El Padre ama al Hijo y ha puesto todas las cosas en su mano.




3.36    El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que desobedece al Hijo no verá la vida sino que la ira de Dios permanece sobre él.
41- Los fariseos saben que Jesús bautiza a más personas que Juan.



4.1     Cuando Jesús se enteró de que los fariseos habían oído que Jesús hacía y bautizaba más discípulos que Juan
4.2     (aunque Jesús mismo no bautizaba, sino sus discípulos),
42- Herodes mete en la cárcel a Juan el bautizador.


3.19    Pero el tetrarca Herodes, cuando fue reprendido por Juan respecto de Herodía, la mujer de su hermano, y de todas las maldades que Herodes había hecho,
3.20    añadió a todo también esto: Encerró a Juan en la cárcel.

43- Jesús deja Judea y vuelve a Galilea.
4.12    Y cuando Jesús oyó que Juan había sido encarcelado, regresó a Galilea.
1.14a      Después que Juan fue encarcelado, Jesús se fue a Galilea (...)
4.14a     Entonces Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, (...)
4.3     dejó Judea y se fue otra vez a Galilea.
44- Jesús y la samaritana junto al pozo.




4.4     Le era necesario pasar por Samaria


4.5     así que llegó a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca del campo que Jacob había dado a su hijo José.
4.6     Estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, estaba sentado junto al pozo. Era como el mediodía.
4.7     Vino una mujer de Samaria para sacar agua, y Jesús le dijo: -Dame de beber.
4.8     Pues los discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer.
4.9     Entonces la mujer samaritana le dijo: -¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, siendo yo una mujer samaritana? -porque los judíos no se tratan con los samaritanos-.
4.10    Respondió Jesús y le dijo: -Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: “Dame de beber”, tú le hubieras pedido a él y él te habría dado agua viva.
4.11    La mujer le dijo: -Señor, no tienes con qué sacar y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva?
4.12    ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob quien nos dio este pozo y quien bebió de él, y también sus hijos y su ganado?
4.13    Respondió Jesús y le dijo: -Todo el que bebe de esta agua volverá a tener sed.
4.14    Pero cualquiera que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
4.15    La mujer le dijo: -Señor, dame esta agua para que no tenga sed ni venga más acá a sacarla.
4.16    Jesús le dijo: -Ve, llama a tu marido y ven acá.
4.17    Respondió la mujer y le dijo: -No tengo marido. Le dijo Jesús: -Bien has dicho: “No tengo marido”
4.18    porque cinco maridos has tenido, y el que tienes ahora no es tu marido. Esto has dicho con verdad.
4.19    Le dijo la mujer: -Señor, veo que tú eres profeta.
4.20    Nuestros padres adoraron en este monte, y ustedes dicen que en Jerusalén está el lugar donde se debe adorar.
4.21    Jesús le dijo: -Créeme, mujer, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adorarán al Padre.
4.22    Ustedes adoran lo que no saben; nosotros adoramos lo que sabemos, porque la salvación procede de los judíos.
4.23    Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre busca a tales que lo adoren.
4.24    Dios es espíritu; y es necesario que los que le adoran, lo adoren en espíritu y en verdad.
4.25    Le dijo la mujer: -Sé que viene el Mesías -que es llamado el Cristo-. Cuando él venga, nos declarará todas las cosas.




4.26    Jesús le dijo: -Yo soy, el que habla contigo.
45- Los discípulos se asombraron al ver a Jesús hablando con una mujer.



4.27    En este momento llegaron sus discípulos y se asombraban de que hablara con una mujer; no obstante, ninguno dijo: “¿Qué buscas?” o “¿Qué hablas con ella?”.
4.28    Entonces la mujer dejó su cántaro, se fue a la ciudad y dijo a los hombres:
4.29    -¡Vengan! Vean a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿Será posible que este sea el Cristo?
4.30    Entonces salieron de la ciudad y fueron hacia él.
46- Jesús se queda dos días en Samaria.




4.31    Mientras tanto, los discípulos le rogaban diciendo: -Rabí, come.


4.32    Pero les dijo: -Yo tengo una comida para comer que ustedes no saben.
4.33    Entonces sus discípulos se decían el uno al otro: -¿Acaso alguien le habrá traído algo de comer?
4.34    Jesús les dijo: -Mi comida es que yo haga la voluntad del que me envió y que acabe su obra.
4.35    ¿No dicen ustedes: “Todavía faltan cuatro meses para que llegue la siega”? He aquí les digo: ¡Alcen sus ojos y miren los campos que ya están blancos para la siega!
4.36    El que siega recibe salario y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra y el que siega se gocen juntos.
4.37    Porque en esto es verdadero el dicho: “Uno es el que siembra y otro es el que siega”.
4.38    Yo los he enviado a segar lo que ustedes no han labrado. Otros han labrado, y ustedes han entrado en sus labores.
4.39    Muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él a causa de la palabra de la mujer que daba testimonio diciendo: “Me dijo todo lo que he hecho”.
4.40    Entonces, cuando los samaritanos vinieron a él rogándole que se quedara con ellos, se quedó allí dos días.
4.41    Y muchos más creyeron a causa de su palabra.




4.42    Ellos decían a la mujer: -Ya no creemos a causa de la palabra tuya, porque nosotros mismos hemos oído y sabemos que verdaderamente este es el Salvador del mundo.
47- Jesús deja Samaria para ir a Galilea.



4.43    Pasados los dos días salió de allí para Galilea
4.44    porque Jesús mismo dio testimonio de que un profeta no tiene honra en su propia tierra.
48- Jesús bien recibido por los galileos que la habían visto actuar en Jerusalén.



4.45    Luego, cuando entró en Galilea, los galileos lo recibieron ya que habían visto cuántas cosas había hecho en Jerusalén en la fiesta; porque ellos también habían ido a la fiesta.
49- Jesús sana a distancia al hijo de un oficial.



4.46    Vino, pues, Jesús otra vez a Caná de Galilea donde había convertido el agua en vino. Había un oficial del rey cuyo hijo estaba enfermo en Capernaúm.
4.47    Cuando este oyó que Jesús había salido de Judea y estaba presente en Galilea, fue a él y le rogaba que descendiera y sanara a su hijo porque estaba a punto de morir.
4.48    Entonces Jesús le dijo: -A menos que vean señales y prodigios, jamás creerán.
4.49    El oficial del rey le dijo: -Señor, desciende antes que muera mi hijo.
4.50    Jesús le dijo: -Ve, tu hijo vive. El hombre creyó la palabra que Jesús le dijo y se puso en camino.
4.51    Mientras todavía descendía, sus siervos salieron a recibirlo diciendo que su hijo vivía.
4.52    Entonces él les preguntó la hora en que comenzó a mejorarse, y le dijeron: -Ayer a la una de la tarde le dejó la fiebre.
4.53    El padre entonces entendió que era aquella hora cuando Jesús le había dicho: “Tu hijo vive”. Y creyó él con toda su casa.
4.54    También hizo Jesús esta segunda señal cuando vino de Judea a Galilea.
50- La fama de Jesús se extiende.


4.14b   (...) y su fama se difundió por toda la tierra de alrededor.

51- Jesús enseña en las sinagogas.


4.15    Él enseñaba en las sinagogas de ellos y era glorificado por todos.

52- Jesús va a Jerusalén. Sanación en el estanque de Betesda.




5.1     Después de esto había una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.


5.2     En Jerusalén, junto a la puerta de las Ovejas, hay un estanque con cinco pórticos que en hebreo se llama Betesda.
5.3     En ellos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos
5.4   . [Algunos manuscritos antiguos incluyen, aunque con variantes: "(3) ...paralíticos que esperaban el movimiento del agua. (4)  Porque un ángel del Señor descendía en ciertos tiempos en el estanque y agitaba el agua. Por tanto, el primero que entraba después del movimiento del agua era sanado de cualquier enfermedad que tuviera."]
5.5     Se encontraba allí cierto hombre que había estado enfermo durante treinta y ocho años.
5.6     Cuando Jesús lo vio tendido y supo que ya había pasado tanto tiempo así, le preguntó: -¿Quieres ser sano?
5.7     Le respondió el enfermo: -Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando el agua es agitada; y mientras me muevo yo, otro desciende antes que yo.
5.8     Jesús le dijo: -Levántate, toma tu cama y anda.
5.9     Y en seguida el hombre fue sanado, tomó su cama y anduvo. Y aquel día era sábado.
5.10    Entonces los judíos le decían a aquel que había sido sanado: -Es sábado y no te es lícito llevar tu cama.
5.11    Pero él les respondió: -El que me sanó, él mismo me dijo: “Toma tu cama y anda”.
5.12    Entonces le preguntaron: -¿Quién es el hombre que te dijo: “Toma tu cama y anda”?
5.13    Pero el que había sido sanado no sabía quién había sido, porque Jesús se había apartado pues había mucha gente en el lugar.
5.14    Después Jesús lo halló en el templo y le dijo: -He aquí, has sido sanado; no peques más para que no te ocurra algo peor.
5.15    El hombre se fue y declaró a los judíos que Jesús era el que lo había sanado.




5.16    Por esta causa los judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado.
53- Jesús reprende unos judíos.




5.17    Pero Jesús les respondió: -Mi Padre hasta ahora trabaja; también yo trabajo.


5.18    Por esta razón los judíos aún más procuraban matarle, porque no solo quebrantaba el sábado sino que también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios.


5.19    Por esto respondió Jesús y les decía: -De cierto, de cierto les digo que el Hijo no puede hacer nada de sí mismo sino lo que ve hacer al Padre. Porque todo lo que él hace, esto también lo hace el Hijo de igual manera.
5.20    Porque el Padre ama al Hijo y le muestra todas las cosas que él mismo hace. Y mayores obras que estas le mostrará, de modo que ustedes se asombrarán.
5.21    Porque así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere.
5.22    Porque el Padre no juzga a nadie sino que todo el juicio lo dio al Hijo
5.23    para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.
5.24    »De cierto, de cierto les digo que el que oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna. El tal no viene a condenación sino que ha pasado de muerte a vida.
5.25    De cierto, de cierto les digo que viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que oyen vivirán.
5.26    Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también dio al Hijo el tener vida en sí mismo.
5.27    Y también le dio autoridad para hacer juicio, porque él es el Hijo del Hombre.
5.28    No se asombren de esto, porque vendrá la hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz
5.29    y saldrán, los que hicieron el bien para la resurrección de vida pero los que practicaron el mal para la resurrección de condenación.
5.30    Yo no puedo hacer nada de mí mismo. Como oigo, juzgo; y mi juicio es justo porque no busco la voluntad mía sino la voluntad del que me envió.
5.31    »Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero.
5.32    El que da testimonio de mí es otro, y sé que el testimonio que da de mí es verdadero.
5.33    Ustedes enviaron mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad.
5.34    Pero yo no recibo el testimonio de parte del hombre; más bien, digo esto para que ustedes sean salvos.
5.35    Él era antorcha que ardía y alumbraba, y ustedes quisieron regocijarse por un poco en su luz.
5.36    »Pero yo tengo un testimonio mayor que el de Juan; porque las obras que el Padre me ha dado para cumplirlas, las mismas obras que hago dan testimonio de mí de que el Padre me ha enviado.
5.37    »Y el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Pero nunca han oído su voz ni han visto su apariencia
5.38    ni tienen su palabra permaneciendo en ustedes; porque ustedes no creen a quien él envió.
5.39    Escudriñen las Escrituras, porque les parece que en ellas tienen vida eterna y ellas son las que dan testimonio de mí.
5.40    Y ustedes no quieren venir a mí para que tengan vida.
5.41    »No recibo gloria de parte de los hombres.
5.42    Al contrario, yo los conozco que no tienen el amor de Dios en ustedes.
5.43    Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me reciben. Si otro viniera en su propio nombre, a aquel recibirían.
5.44    ¿Cómo pueden ustedes creer? Pues recibiendo la gloria los unos de los otros no buscan la gloria que viene de parte del único Dios.
5.45    »No piensen que yo los acusaré delante del Padre. Hay quien los acusa: Moisés, en quien han puesto la esperanza.
5.46    Porque si ustedes creyeran a Moisés, me creerían a mí; pues él escribió de mí.




5.47    Pero si no creen a sus escritos, ¿cómo creerán a mis palabras?
54- En Nazaret, Jesús lee las Escrituras, luego es expulsado de allí. [+]



4.16    Fue a Nazaret, donde se había criado y, conforme a su costumbre, el día sábado entró en la sinagoga y se levantó para leer.




4.17    Se le entregó el rollo del profeta Isaías; y cuando abrió el rollo encontró el lugar donde estaba escrito:
4.18    El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos
4.19    y para proclamar el año agradable del Señor .
4.20    Después de enrollar el libro y devolverlo al ayudante, se sentó. Y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.
4.21    Entonces comenzó a decirles: -Hoy se ha cumplido esta Escritura en los oídos de ustedes.
4.22    Todos daban testimonio de él y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: -¿No es este el hijo de José?
4.23    Entonces él les dijo: -Sin duda, me dirán este refrán: “Médico, sánate a ti mismo. Hemos oído que sucedieron tantas cosas en Capernaúm; haz lo mismo también aquí en tu tierra”.
4.24    Y añadió: -De cierto les digo, que ningún profeta es aceptado en su tierra.
4.25    Pero en verdad les digo que había muchas viudas en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses y hubo una gran hambre en toda la tierra,
4.26    pero a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón.
4.27    También había muchos leprosos en Israel en el tiempo del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue sanado sino el sirio Naamán.
4.28    Al oír estas cosas, todos en la sinagoga se llenaron de ira,
4.29    y se levantaron y lo echaron fuera de la ciudad. Luego lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad para despeñarle.




4.30    Pero él pasó por en medio de ellos y se fue.


55- Jesús deja Nazaret y se va a vivir a Capernaum.
4.13    Y, habiendo dejado Nazaret, fue y habitó en Capernaúm, ciudad junto al mar en la región de Zabulón y Neftalí,
4.14    para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías, diciendo:
4.15    Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles {lit. en griego: "las naciones"}.
4.16    El pueblo que moraba en tinieblas vio una gran luz. A los que moraban en región y sombra de muerte, la luz les amaneció .

4.31a      Entonces descendió a Capernaúm, ciudad de Galilea, (...)

4.17    Desde entonces Jesús comenzó a predicar y a decir: “¡Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado!”.
1.14b   (...) predicando el evangelio de Dios,
1.15    y diciendo: “El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado. ¡Arrepiéntanse y crean en el evangelio!”.


56- A lo largo del mar de Galilea, Jesús llama a Simón, Andrés, Jacobo y Juan para que le sigan. [+]
4.18    Mientras andaba junto al mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, que es llamado Pedro, y a su hermano Andrés. Estaban echando la red en el mar, porque eran pescadores.
4.19    Y les dijo: “Vengan en pos de mí, y los haré pescadores de hombres”.
4.20    Y de inmediato ellos dejaron sus redes y lo siguieron.
4.21    Y pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo y Juan su hermano, en la barca con su padre Zebedeo, arreglando sus redes. Los llamó,
4.22    y en seguida ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.
1.16    Y pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés hermano de Simón echando la red en el mar porque eran pescadores.
1.17    Jesús les dijo: “Vengan en pos de mí, y los haré pescadores de hombres”.
1.18    Y de inmediato dejaron sus redes y lo siguieron.
1.19    Al ir un poco más adelante, vio a Jacobo hijo de Zebedeo y a su hermano Juan. Ellos estaban en su barca arreglando las redes.
1.20    En seguida los llamó; y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca junto con los jornaleros, se fueron en pos de él.


57- En la sinagoga de Capernaum, Jesús expulsa de un hombre un espíritu inmundo.

1.21    Entraron en Capernaúm. Y en seguida, entrando él en la sinagoga los sábados, enseñaba.
1.22    Y se asombraban de su enseñanza porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
1.23    Y en ese momento un hombre con espíritu inmundo estaba en la sinagoga de ellos, y exclamó
1.24    diciendo: -¿Qué tienes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido para destruirnos? Yo sé quién eres: ¡el Santo de Dios!
1.25    Jesús le reprendió diciendo: -¡Cállate y sal de él!
1.26    Y el espíritu inmundo lo sacudió con violencia, clamó a gran voz y salió de él.
1.27    Todos se maravillaron, de modo que discutían entre sí diciendo: -¿Qué es esto? ¡Una nueva doctrina con autoridad! Aun a los espíritus inmundos él manda, y lo obedecen.
4.31b   (...) y les enseñaba los sábados.
4.32    Y se asombraban de su enseñanza porque su palabra era con autoridad.
4.33    Estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de demonio inmundo, y él exclamó a gran voz:
4.34    -¡Ah! ¿Qué tienes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido para destruirnos? Yo sé quién eres: ¡el Santo de Dios!
4.35    Jesús le reprendió, diciendo: -¡Cállate y sal de él! Entonces el demonio salió de él derribándolo allí en medio de todos pero sin hacerle ningún daño.
4.36    Todos quedaron asombrados y hablaban entre sí diciendo: -¿Qué palabra es esta, que con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen?


1.28    Y pronto se extendió su fama por todas partes, en toda la región alrededor de Galilea.
4.37    Y su fama se divulgaba por todos los lugares de la región.

58- Jesús sana a la suegra de Simón Pedro.
8.14    Entró Jesús en la casa de Pedro, y vio que la suegra de este estaba postrada en cama con fiebre.
8.15    Él le tocó la mano, y la fiebre la dejó. Luego ella se levantó y comenzó a servirle.
1.29    En seguida, cuando salieron de la sinagoga, fueron con Jacobo y Juan a la casa de Simón y Andrés.
1.30    La suegra de Simón estaba en cama con fiebre; y de inmediato le hablaron de ella.
1.31    Él se acercó a ella, la tomó de la mano y la levantó. Y le dejó la fiebre, y ella comenzó a servirles.
4.38    Levantándose Jesús, se apartó de la sinagoga y entró en casa de Simón. Y la suegra de Simón estaba postrada con una fuerte fiebre, y le rogaron por ella.
4.39    Él se inclinó hacia ella y reprendió a la fiebre y la fiebre la dejó, y en seguida ella se levantó y comenzó a servirles.

59- Por la tarde, Jesús sana a los enfermos y echa fuera demonios.
8.16    Al atardecer, trajeron a él muchos endemoniados. Con su palabra echó fuera a los espíritus y sanó a todos los enfermos,
8.17    de modo que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías, quien dijo: Él mismo tomó nuestras debilidades y cargó con nuestras enfermedades .
1.32    Al atardecer, cuando se puso el sol, le traían todos los enfermos y los endemoniados.
1.33    Toda la ciudad estaba reunida a la puerta.
1.34    Y él sanó a muchos que padecían de diversas enfermedades y echó fuera muchos demonios. Y no permitía a los demonios hablar, porque lo conocían.
4.40    Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas dolencias los trajeron a él. Y él, al poner las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba.
4.41    Y también de muchos salían demonios, dando gritos y diciendo: “¡Tú eres el Hijo de Dios!”. Pero él los reprendía y no les dejaba hablar porque ellos sabían que él era el Cristo.

60- Jesús va a un lugar desierto a orar. La gente lo busca y lo encuentra.

1.35    Habiéndose levantado muy de madrugada, todavía de noche, Jesús salió y se fue a un lugar desierto y allí oraba.
1.36    Simón y sus compañeros fueron en busca de él.
1.37    Lo encontraron y le dijeron: -Todos te buscan.
4.42    Siendo ya de día, salió y se fue a un lugar desierto y las multitudes lo buscaban. Acudieron a él y lo detenían para que no se apartara de ellos.
4.43    Pero él les dijo: “Me es necesario anunciar el evangelio del reino de Dios a otras ciudades también, porque para esto he sido enviado”.

61- Sentado en una barca, Jesús predica a la multitud. Pesca milagrosa. Pedro tiene miedo.



5.1     Aconteció que, mientras las multitudes se agolpaban sobre él y escuchaban la palabra de Dios, Jesús estaba de pie junto al lago de Genesaret




5.2     y vio dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los pescadores habían salido de ellas y estaban lavando sus redes.
5.3     Al entrar él en una de las barcas, la cual pertenecía a Simón, pidió a este que la apartara de tierra un poco. Luego se sentó y enseñaba a las multitudes desde la barca.
5.4     Cuando acabó de hablarles, dijo a Simón: -Boga mar adentro, y echen sus redes para pescar.
5.5     Simón le respondió y dijo: -Maestro, toda la noche hemos trabajado duro y no hemos pescado nada. Pero por tu palabra echaré la red.
5.6     Cuando lo hicieron, atraparon una gran cantidad de peces y sus redes se rompían.
5.7     Hicieron señas a sus compañeros que estaban en la otra barca para que vinieran a ayudarles. Ellos vinieron y llenaron ambas barcas de manera que se hundían.
5.8     Y Simón Pedro, al verlo, cayó de rodillas ante Jesús exclamando: -¡Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador!
5.9     Por la pesca que habían logrado, el temor se apoderó de Pedro y de todos los que estaban con él,
5.10    y de igual manera de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran socios de Simón. Entonces Jesús dijo a Simón: -No temas; de aquí en adelante estarás pescando hombres.




5.11    Después de sacar las barcas a tierra, lo dejaron todo y lo siguieron.


62- Jesús predica en las sinagogas de Galilea.
4.23    Jesús recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas de ellos, predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
1.38    Él les respondió {lit.: en griego: "Y les dijo"}: -Vamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que predique también allí porque para esto he venido.
1.39    Y fue predicando en las sinagogas de ellos en toda Galilea, y echando fuera los demonios.
4.44    E iba predicando por las sinagogas de Galilea.

63- Jesús sana a un leproso.
8.2     Y he aquí vino un leproso y se postró ante él diciendo: -¡Señor, si quieres, puedes limpiarme!
8.3     Jesús extendió la mano y lo tocó diciendo: -Quiero. ¡Sé limpio! Y al instante quedó limpio de la lepra.
8.4     Entonces Jesús le dijo: -Mira, no lo digas a nadie; pero ve, muéstrate al sacerdote y ofrece la ofrenda que mandó Moisés, para testimonio a ellos.
1.40    Y vino a él un leproso implorándole, y de rodillas le dijo: -Si quieres, puedes limpiarme.
1.41    Jesús, movido a compasión, extendió la mano, lo tocó y le dijo: -Quiero; sé limpio.
1.42    Y al instante desapareció la lepra de él, y quedó limpio.
1.43    En seguida lo despidió, después de amonestarlo,
1.44    y le dijo: -Mira, no digas nada a nadie. Más bien ve, muéstrate al sacerdote y ofrece lo que mandó Moisés en cuanto a tu purificación, para testimonio a ellos.
1.45    Pero cuando salió, él comenzó a proclamar y a difundir mucho el hecho, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ninguna ciudad sino que se quedaba afuera en lugares despoblados. Y venían a él de todas partes.
5.12    Aconteció que, estando Jesús en una de las ciudades, he aquí había un hombre lleno de lepra. Él vio a Jesús y, postrándose sobre su rostro, le rogó diciendo: -Señor, si quieres, puedes limpiarme.
5.13    Entonces extendió la mano y lo tocó diciendo: -Quiero. ¡Sé limpio! Al instante la lepra desapareció de él.
5.14    Y Jesús le mandó que no se lo dijera a nadie; más bien, le dijo: -Ve y muéstrate al sacerdote y da por tu purificación la ofrenda que mandó Moisés, para testimonio a ellos.
5.15    Sin embargo, su fama se extendía cada vez más y se juntaban a él muchas multitudes para oírlo y para ser sanadas de sus enfermedades.
5.16    Pero él se apartaba a los lugares desiertos y oraba.

64- Sanación y perdón de un paralítico llevado por el tejado a Jesús en Capernaum.

2.1     Cuando él entró otra vez en Capernaúm después de algunos días, se oyó que estaba en casa.


9.2     Entonces le trajeron un paralítico tendido sobre una camilla. Y viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: -Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados.
9.3     He aquí, algunos de los escribas dijeron entre sí: -¡Este blasfema!
9.4     Y conociendo Jesús sus pensamientos, les dijo: -¿Por qué piensan mal en sus corazones?
9.5     Porque, ¿qué es más fácil decir: “Tus pecados te son perdonados” o decir: “Levántate y anda”?
9.6     Pero para que sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad para perdonar pecados en la tierra -entonces dijo al paralítico-: ¡Levántate; toma tu camilla y vete a tu casa!
9.7     Y se levantó y se fue a su casa.
9.8     Cuando las multitudes vieron esto, temieron y glorificaron a Dios, quien había dado semejante autoridad a los hombres.
2.2     Muchos acudieron a él, de manera que ya no cabían ni ante la puerta; y él les hablaba la palabra.
2.3     Entonces vinieron a él trayendo a un paralítico cargado por cuatro.
2.4     Y como no podían acercarlo a él debido al gentío, destaparon el techo donde Jesús estaba y, después de hacer una abertura, bajaron la camilla en que el paralítico estaba recostado.
2.5     Y viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: -Hijo, tus pecados te son perdonados.
2.6     Algunos de los escribas estaban sentados allí y razonaban en sus corazones:
2.7     -¿Por qué habla este así? ¡Blasfema! ¿Quién puede perdonar pecados sino uno solo, Dios?
2.8     De inmediato Jesús, dándose cuenta en su espíritu de que razonaban así dentro de sí mismos, les dijo: -¿Por qué razonan así en sus corazones?
2.9     ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: “Tus pecados te son perdonados”; o decirle: “Levántate, toma tu camilla y anda”?
2.10    Pero, para que sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad para perdonar pecados en la tierra -dijo al paralítico-:
2.11    A ti te digo, ¡levántate, toma tu camilla y vete a tu casa!
2.12    Y se levantó, y en seguida tomó su camilla y salió en presencia de todos, de modo que todos se asombraron y glorificaron a Dios diciendo: -¡Jamás hemos visto cosa semejante!
5.17    Y aconteció en uno de esos días que Jesús estaba enseñando, y estaban sentados allí unos fariseos y maestros de la ley que habían venido de todas las aldeas de Galilea, de Judea y Jerusalén. El poder del Señor estaba con él para sanar.
5.18    Y he aquí, unos hombres traían sobre una camilla a un hombre que era paralítico, y procuraban llevarlo adentro y ponerlo delante de Jesús.
5.19    Al no encontrar cómo hacerlo a causa de la multitud, subieron encima de la casa y, juntamente con la camilla, lo bajaron por el tejado en medio, delante de Jesús.
5.20    Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo: -Hombre, tus pecados te son perdonados.
5.21    Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a razonar diciendo: -¿Quién es este que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios?
5.22    Pero Jesús, dándose cuenta de los razonamientos de ellos, respondió y les dijo: -¿Qué razonan en sus corazones?
5.23    ¿Qué es más fácil? ¿Decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y anda”?
5.24    Pero para que sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados -dijo al paralítico-: A ti te digo: ¡Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa!
5.25    De inmediato se levantó en presencia de ellos, tomó la camilla en que estaba recostado y se fue a su casa glorificando a Dios.
5.26    El asombro se apoderó de todos, y glorificaban a Dios. Fueron llenos de temor y decían: -¡Hoy hemos visto maravillas!

65- Mateo (Levi) el publicano sigue a Jesús que va a comer a su casa.
9.9     Pasando de allí, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado en el lugar de los tributos públicos, y le dijo: “¡ Sígueme!”. Y él se levantó y lo siguió.
2.13    Jesús salió otra vez junto al mar, y toda la gente venía a él y él les enseñaba.
2.14    Y pasando, vio a Leví hijo de Alfeo sentado en el lugar de los tributos públicos, y le dijo: “¡Sígueme!”. Y levantándose, lo siguió.
5.27    Después de esto, Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví sentado en el lugar de los tributos públicos. Y le dijo: -¡Sígueme!
5.28    Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió.

9.10    Sucedió que, estando Jesús sentado a la mesa en casa, he aquí muchos publicanos y pecadores que habían venido estaban sentados a la mesa con Jesús y sus discípulos.
9.11    Y cuando los fariseos lo vieron, decían a sus discípulos: -¿Por qué come su maestro con los publicanos y pecadores?
9.12    Al oírlo, Jesús les dijo: -Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos.
9.13    Vayan, pues, y aprendan qué significa: Misericordia quiero y no sacrificio. Porque yo no he venido para llamar a justos, sino a pecadores.
2.15    Sucedió que, estando Jesús sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores estaban también sentados a la mesa con Jesús y sus discípulos, porque eran muchos y lo habían seguido.
2.16    Y cuando los escribas de los fariseos lo vieron comer con los pecadores y publicanos, decían a sus discípulos: -¿Por qué come con los publicanos y pecadores?
2.17    Al oírlo, Jesús les dijo: -Los sanos no tienen necesidad de médico sino los que están enfermos. No he venido para llamar a justos sino a pecadores.
5.29    Entonces Leví le hizo un gran banquete en su casa, y había un gran número de publicanos y otros que estaban a la mesa con ellos.
5.30    Los fariseos y los escribas murmuraban contra los discípulos de él, diciendo: -¿Por qué comen y beben con los publicanos y pecadores?
5.31    Respondiendo Jesús, les dijo: -Los sanos no tienen necesidad de médico sino los que están enfermos.
5.32    No he venido a llamar a justos sino a pecadores al arrepentimiento.

66- Pregunta sobre el ayuno.
9.14    Entonces los discípulos de Juan fueron a Jesús y dijeron: -¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos frecuentemente pero tus discípulos no ayunan?
9.15    Jesús les dijo: -¿Pueden tener luto los que están de bodas mientras el novio está con ellos? Pero vendrán días cuando el novio les será quitado, y entonces ayunarán.
2.18    Los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando. Fueron a Jesús y le dijeron: -¿Por qué ayunan los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos pero tus discípulos no ayunan?
2.19    Jesús les dijo: -¿Acaso pueden ayunar los que están de bodas mientras el novio está con ellos? Entretanto que tienen al novio con ellos, no pueden ayunar.
2.20    Pero vendrán días cuando el novio les será quitado. Entonces, en aquel día ayunarán.
5.33    Entonces ellos le dijeron: -Los discípulos de Juan ayunan muchas veces y hacen oraciones, igual que los de los fariseos, pero los tuyos comen y beben.
5.34    Jesús les dijo: -¿Acaso ustedes pueden hacer que los que están de bodas ayunen mientras el novio está con ellos?
5.35    Pero vendrán días cuando el novio les será quitado. Entonces, en aquellos días ayunarán.

67- Un paño nuevo para un vestido nuevo. Vino nuevo en odres nuevos.
9.16    Nadie pone parche de tela nueva en vestido viejo, porque el parche tira del vestido y la rotura se hace peor.
2.21    Nadie pone parche de tela nueva en vestido viejo. De otra manera, el parche nuevo tira del viejo, y la rotura se hace peor.
5.36    Les decía también una parábola: -Nadie corta un parche de un vestido nuevo para remendar un vestido viejo. De otra manera, el vestido nuevo se rompe y el parche tomado del nuevo no armoniza con lo viejo.

9.17    Tampoco echan vino nuevo en odres viejos, porque los odres se rompen, el vino se derrama y los odres se echan a perder. Más bien, echan vino nuevo en odres nuevos, y ambos se conservan.
2.22    Ni nadie echa vino nuevo en odres viejos. De otra manera, el vino rompe los odres, y se pierde el vino y también los odres. Más bien, el vino nuevo se echa en odres nuevos.
5.37    Ni nadie echa vino nuevo en odres viejos. De otra manera, el vino nuevo romperá los odres, el vino se derramará y los odres se perderán.
5.38    Pero el vino nuevo debe ser echado en odres nuevos.
5.39    Y ninguno que bebe lo añejo quiere el nuevo porque dice: “Lo añejo es lo mejor”.

68- Las espigas de trigo en el día de sábado.
12.1    En ese tiempo, Jesús pasó por los sembrados en sábado. Sus discípulos tuvieron hambre y comenzaron a arrancar espigas y a comer.
12.2    Y al verlo los fariseos, le dijeron: -Mira, tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el sábado.
12.3    Él les dijo: -¿No han leído qué hizo David cuando tuvo hambre él y los que estaban con él;
12.4    cómo entró en la casa de Dios y comieron los panes de la Presencia, que no les era lícito comer ni a él ni a los que estaban con él, sino solo a los sacerdotes?
12.5    ¿Tampoco han leído en la ley que en los sábados los sacerdotes en el templo profanan el sábado y quedan sin culpa?
12.6    Pero les digo que uno mayor que el templo está aquí.
12.7    Si hubieran conocido qué significa Misericordia quiero y no sacrificio, no habrían condenado a los que no tienen culpa.
12.8    Porque el Hijo del Hombre es Señor del sábado.
2.23    Aconteció que Jesús pasaba por los sembrados en sábado, y sus discípulos se pusieron a caminar arrancando espigas.
2.24    Los fariseos le decían: -Mira, ¿por qué hacen en los sábados lo que no es lícito?
2.25    Y él les dijo: -¿Nunca han leído qué hizo David cuando tuvo necesidad y pasó hambre él y los que estaban con él;
2.26    cómo entró en la casa de Dios, siendo Abiatar sumo sacerdote, y comió los panes de la Presencia, y aun dio a los que estaban con él; cosa que no es lícito comer, salvo a los sacerdotes?
2.27    -También les dijo-: El sábado fue hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado.
2.28    Así que el Hijo del Hombre es Señor aun del sábado.
6.1     Aconteció que Jesús pasaba por los sembrados en sábado, y sus discípulos arrancaban espigas y las comían restregándolas con las manos.
6.2     Y algunos de los fariseos dijeron: -¿Por qué hacen lo que no es lícito hacer en los sábados?
6.3     Respondiéndoles, Jesús dijo: -¿No han leído qué hizo David cuando tuvo hambre él y los que estaban con él?.
6.4     Entró en la casa de Dios, tomó los panes de la Presencia, que no es lícito comer sino solo a los sacerdotes, y comió y dio también a los que estaban con él.
6.5     También les decía: -El Hijo del Hombre es Señor del sábado.

69- El hombre de la mano seca.
12.9    Partió de allí y fue a la sinagoga de ellos.
12.10   Y he aquí había un hombre que tenía la mano paralizada; y para acusar a Jesús, le preguntaron diciendo: -¿Es lícito sanar en sábado?
12.11   Pero él les dijo: -¿Qué hombre hay entre ustedes que tenga una oveja, y que si esta cae en un pozo en sábado, no le echará mano y la sacará?
12.12   Pues, ¡cuánto más vale un hombre que una oveja! De manera que es lícito hacer bien en sábado.
12.13   Entonces dijo a aquel hombre: -Extiende tu mano. Él la extendió, y su mano fue restaurada sana como la otra.
3.1     Entró otra vez en la sinagoga, y estaba allí un hombre que tenía la mano paralizada.
3.2     Y estaban al acecho a ver si lo sanaría en sábado, a fin de acusarle.
3.3     Entonces dijo al hombre que tenía la mano paralizada: -¡Ponte de pie en medio!
3.4     Y a ellos les dijo: -¿Es lícito en sábado hacer bien o hacer mal? ¿Salvar la vida o matar? Pero ellos callaban.
3.5     Y mirándolos en derredor con enojo, dolorido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: -Extiende tu mano. Y la extendió, y su mano le fue restaurada.
6.6     Aconteció en otro sábado, que él entró en la sinagoga y enseñaba. Y estaba allí un hombre cuya mano derecha estaba paralizada.
6.7     Los escribas y los fariseos lo acechaban para ver si lo sanaría en sábado, para hallar de qué acusarle.
6.8     Pero él, conociendo los razonamientos de ellos, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: -Levántate y ponte en medio. Él se levantó y se puso en medio.
6.9     Entonces Jesús les dijo: -Yo les pregunto: “¿Es lícito en el sábado hacer bien o hacer mal? ¿Salvar la vida o quitarla?”.
6.10    Y mirándolos a todos en derredor, dijo al hombre: -Extiende tu mano. Él lo hizo, y su mano le fue restaurada.

12.14   Pero saliendo los fariseos, tomaron consejo contra él, cómo destruirlo.
3.6     Los fariseos salieron en seguida, junto con los herodianos, y tomaron consejo contra él, de cómo destruirlo.
6.11    Entonces ellos se llenaron de enojo y discutían los unos con los otros qué podrían hacer con Jesús.

12.15a     Como Jesús lo supo, se apartó de allí. (...)
3.7a     Jesús se apartó con sus discípulos al mar, (...)


70- Jesús sana a todos los enfermos.
12.15b   (...) Lo siguió mucha gente, (...)
3.7b   (...) y lo siguió una gran multitud de gente procedente de Galilea, de Judea,
3.8     de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, y de los alrededores de Tiro y Sidón una gran multitud vino a él, porque habían oído de las grandes cosas que hacía.
3.9     Y Jesús les dijo a sus discípulos que siempre tuvieran lista una barca a causa del gentío para que no lo apretujaran;


12.15c   (...) y a todos los sanó.
3.10    porque había sanado a muchos, de modo que le caían encima todos cuantos tenían plagas, para tocarlo.
3.11    Y los espíritus inmundos, siempre que lo veían se postraban delante de él y gritaban diciendo: “¡Tú eres el Hijo de Dios!”.


12.16   Y les mandó rigurosamente que no lo dieran a conocer,
12.17   para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías, que dijo:
12.18   He aquí mi siervo, a quien he escogido; mi amado, en quien se complace mi alma. Pondré mi Espíritu sobre él, y anunciará juicio a las naciones.
12.19   No contenderá, ni dará voces; ni oirá nadie su voz en las plazas.
12.20   La caña cascada no quebrará, y la mecha que humea no apagará, hasta que saque a triunfo el juicio.
12.21   Y en su nombre las naciones pondrán su esperanza .
3.12    Pero él los reprendía mucho para que no lo dieran a conocer.


71- La fama de Jesús se extiende. Una multitud le sigue. Sana y echa fuera demonios.
4.24    Su fama corrió por toda Siria, y le trajeron todos los que tenían males: los que padecían diversas enfermedades y dolores, los endemoniados, los lunáticos y los paralíticos. Y él los sanó.
4.25    Le siguieron grandes multitudes de Galilea, de Decápolis, de Jerusalén, de Judea y del otro lado del Jordán.



72- Jesús ora a Dios toda la noche en la montaña.
5.1a     Cuando vio la multitud, subió al monte (...)
3.13a      Entonces subió al monte (...)
6.12    Aconteció en aquellos días, que Jesús salió al monte para orar y pasó toda la noche en oración a Dios.

73- Jesús elige a 12 apóstoles.
10.2    Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; también Jacobo hijo de Zebedeo, y su hermano Juan;
10.3    Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Jacobo hijo de Alfeo, y Tadeo;
10.4    Simón el cananita y Judas Iscariote, quien lo entregó.

3.13b   (...) y llamó a sí a los que él quiso, y fueron a él.
3.14    Constituyó a doce, a quienes nombró apóstoles, para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar
3.15    y tener autoridad para echar fuera los demonios.
3.16    Y constituyó a los doce: a Simón (a quien le puso por nombre Pedro),
3.17    a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan el hermano de Jacobo (a ellos les puso por nombre Boanerges; es decir, hijos del trueno),
3.18    a Andrés, a Felipe, a Bartolomé, a Mateo, a Tomás, a Jacobo hijo de Alfeo, a Tadeo, a Simón el cananita
3.19a    y a Judas Iscariote (el que lo entregó). (...)
6.13    Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y de ellos escogió a doce a quienes también llamó apóstoles:
6.14    a Simón, al cual también llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Jacobo y a Juan; a Felipe y a Bartolomé;
6.15    a Mateo y a Tomás; a Jacobo hijo de Alfeo, y a Simón llamado el Zelote;
6.16    a Judas hijo de Jacobo, y a Judas Iscariote, que también llegó a ser el traidor.

74- Una multitud en una llanura. Un poder que sale de Jesús sana a los que lo tocan.


6.17    Descendió con ellos y se detuvo en una llanura, junto con una multitud de sus discípulos y un gran número de personas de toda Judea, de Jerusalén y de las costas de Tiro y de Sidón, que habían venido para oírlo y para ser sanados de sus enfermedades.
6.18    Los que eran atormentados por espíritus inmundos eran sanados,
6.19    y toda la gente procuraba tocarlo; porque salía poder de él y sanaba a todos.

75- El sermón de Jesús en la montaña.
5.1b   (...) y, al sentarse él, se le acercaron sus discípulos.





6.20a       Y alzando él los ojos hacia sus discípulos, (...)

5.2     Y abriendo su boca, les enseñaba diciendo:

6.20b   (...) decía: (...)

76- Sermón: las bienaventuranzas.
5.3     “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
5.4     “Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
5.5     “Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
5.6     “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
5.7     “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos recibirán misericordia.
5.8     “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
5.9     “Bienaventurados los que hacen la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
5.10    “Bienaventurados los que son perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
5.11    “Bienaventurados son cuando los vituperen y los persigan, y digan toda clase de mal contra ustedes por mi causa, mintiendo.
5.12    Gócense y alégrense, porque su recompensa es grande en los cielos; pues así persiguieron a los profetas que fueron antes de ustedes.

6.20c   (...) “Bienaventurados ustedes los pobres porque de ustedes es el reino de Dios.
6.21    “Bienaventurados los que ahora tienen hambre porque serán saciados. “Bienaventurados los que ahora lloran porque reirán.
6.22    “Bienaventurados son cuando los hombres los aborrecen, cuando los apartan de sí y los vituperan, y desechan el nombre de ustedes como si fuera malo, por causa del Hijo del Hombre.
6.23    Gócense en aquel día y salten de alegría porque he aquí su galardón es grande en el cielo; pues así hacían los padres de ustedes a los profetas.

77- Sermón: las maldiciones.


6.24    “Pero ¡ay de ustedes los ricos! Porque están recibiendo su consuelo.
6.25    “¡Ay de ustedes, los que ahora están saciados! Porque tendrán hambre. “¡Ay de ustedes, los que ahora se ríen! Porque se lamentarán y llorarán.
6.26    “¡Ay de ustedes, cuando todos los hombres hablan bien de ustedes! Porque así hacían sus padres con los falsos profetas.

78- Sermón: la sal de la tierra.
5.13    “Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué será salada? No vale más para nada, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres.
9.50 (9.50a)    Buena es la sal; pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué será salada?
9.51 (9.50b)    Tengan sal en ustedes y vivan en paz los unos con los otros.
14.34   “Buena es la sal; pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué será sazonada?
14.35   No es buena ni para la tierra ni para abono; por eso la arrojan fuera. Quien tiene oídos para oír, oiga”.


79- Sermón: la luz del mundo.
5.14    “Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no puede ser escondida.
5.15    Tampoco se enciende una lámpara para ponerla debajo de un cajón, sino sobre el candelero; y así alumbra a todos los que están en la casa.
5.16    Así alumbre la luz de ustedes delante de los hombres, de modo que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en los cielos.



80- Sermón: Jesús vino para cumplir la ley y los profetas y no para abrogar.
5.17    “No piensen que he venido para abrogar la Ley o los Profetas. No he venido para abrogar, sino para cumplir.
5.18    De cierto les digo que hasta que pasen el cielo y la tierra ni siquiera una jota ni una tilde pasará de la ley hasta que todo haya sido cumplido.
5.19    “Por lo tanto, cualquiera que quebrante el más pequeño de estos mandamientos y así enseñe a los hombres, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos. Pero cualquiera que los cumpla y los enseñe, este será considerado grande en el reino de los cielos.
5.20    Porque les digo que a menos que su justicia sea mayor que la de los escribas y de los fariseos, jamás entrarán en el reino de los cielos.


{ Comparar : "Romanos 7.4-7 ; 8.1" ; "Gálatas 3.24-25" }

81- Sermón: no matar, no enfadarse; reconciliarse antes de una ofrenda.
5.21    “Ustedes han oído que fue dicho a los antiguos: No cometerás homicidio; y cualquiera que comete homicidio será culpable en el juicio.
5.22    Pero yo les digo que todo el que se enoje con su hermano será culpable en el juicio. Cualquiera que le llame a su hermano ‘necio’ será culpable ante el Sanedrín; y cualquiera que le llame ‘fatuo’ será expuesto al infierno {lit. en griego: "la gehenna del". La palabra "infierno" no existe en los escritos originales de la Biblia.  "Gehenna" es un lugar al sur de Jerusalem donde se mantenía un fuego para destruir los desechos quemándolos.} de fuego.
5.23    “Por tanto, si has traído tu ofrenda al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,
5.24    deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces vuelve y ofrece tu ofrenda.



5.25    “Reconcíliate pronto con tu adversario mientras estás con él en el camino; no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y seas echado en la cárcel.
5.26    De cierto te digo que jamás saldrás de allí hasta que pagues el último centavo.

12.58   Pues cuando vayas al magistrado con tu adversario procura con diligencia arreglarte con él en el camino, no sea que te arrastre al juez y el juez te entregue al policía y el policía te meta en la cárcel.
12.59   Te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado hasta el último centavo.


82- Sermón: no codiciar  mujer, ni repudiar ; ojo o mano que hace tropezar.
5.27    “Ustedes han oído que fue dicho: No cometerás adulterio.
5.28    Pero yo les digo que todo el que mira a una mujer para codiciarla ya adulteró con ella en su corazón.
***
5.29    Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti. Porque es mejor para ti que se pierda uno de tus miembros y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno {lit. en griego: "en [la] gehenna". Nota en "Mateo 5.22"}.
5.30    Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala y échala de ti. Porque es mejor para ti que se pierda uno de tus miembros y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno {lit.: "en [la] gehenna"}.
***
5.31    “También fue dicho: Cualquiera que despide a su mujer, dele carta de divorcio.
5.32    Pero yo les digo que todo aquel que se divorcia de su mujer, a no ser por causa de inmoralidad sexual, hace que ella cometa adulterio. Y el que se casa con la mujer divorciada comete adulterio.
***
9.43    »Si tu mano te hace tropezar, córtala. Mejor te es entrar manco a la vida que, teniendo dos manos, ir al infierno {lit. en griego: "en la gehenna". Nota en "Mateo 5.22"}, al fuego inextinguible.
9.44    , [Algunos manuscritos antiguos repiten como vv. 44 y 46 la frase que aparece en v. 48: "donde su gusano no muere, y el fuego nunca se apaga."]
9.45    Si tu pie te hace tropezar, córtalo. Mejor te es entrar cojo a la vida que, teniendo dos pies, ser echado al infierno {lit. en griego: "en la gehenna". Nota en "Mateo 5.22"}.
9.46    , [Algunos manuscritos antiguos repiten como vv. 44 y 46 la frase que aparece en v. 48: "donde su gusano no muere, y el fuego nunca se apaga."]
9.47    Y si tu ojo te hace tropezar, sácalo. Mejor te es entrar con un solo ojo al reino de Dios que, teniendo dos ojos, ser echado en el infierno {lit. en griego: "la gehenna". Nota en "Mateo 5.22"},
9.48    donde su gusano no muere, y el fuego nunca se apaga.
9.49    »Porque todo será salado con fuego.
9.50 (9.50a)    Buena es la sal; pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué será salada?
9.51 (9.50b)    Tengan sal en ustedes y vivan en paz los unos con los otros.



83- Sermón: no jurar.
5.33    “Además, ustedes han oído que fue dicho a los antiguos: No jurarás falsamente; sino que cumplirás al Señor tus juramentos.
5.34    Pero yo les digo: No juren en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios;
5.35    ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del Gran Rey.
5.36    No jurarás ni por tu cabeza, porque no puedes hacer que un cabello sea ni blanco ni negro.
5.37    Pero sea su hablar, ‘sí’, ‘sí’, y ‘no’, ‘ no’. Porque lo que va más allá de esto, procede del mal.



84- Sermón: Amen a sus enemigos. Ser perfecto como el Padre. Al que te pida, dale. Ojo por ojo. Presentar la otra mejilla. La puerta estrecha.
5.43    “Ustedes han oído que fue dicho: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo.
5.44    Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por los que les persiguen;
5.45    de modo que sean hijos de su Padre que está en los cielos, porque él hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos.

6.27    “Pero a ustedes, los que oyen, les digo: Amen a sus enemigos y hagan bien a los que los aborrecen;
6.28    bendigan a los que los maldicen y oren por los que los maltratan.

5.38    “Ustedes han oído que fue dicho a los antiguos: Ojo por ojo y diente por diente.
5.39    Pero yo les digo: No resistan al malo. Más bien, a cualquiera que te golpea en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.
5.40    Y al que quiera llevarte a juicio y quitarte la túnica, déjale también el manto.
5.41    A cualquiera que te obligue a llevar carga por un kilómetro, ve con él dos.
5.42    Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo niegues.

6.29    Al que te hiera en la mejilla preséntale también la otra; y al que te quite el manto no le niegues la túnica.
6.30    A cualquiera que te pida dale; y al que tome lo que es tuyo no se lo vuelvas a pedir.

7.12    “Así que, todo lo que quieran que hagan los hombres por ustedes, así también hagan por ellos, porque esto es la Ley y los Profetas.

6.31    “Y como quieren que hagan los hombres con ustedes, así también hagan ustedes con ellos.

7.13    “Entren por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella.
7.14    Pero ¡qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y son pocos los que la hallan.

13.23   Entonces alguien le dijo: -Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo:
13.24   -Esfuércense a entrar por la puerta angosta, porque les digo que muchos procurarán entrar y no podrán.


5.46    Porque si aman a los que les aman, ¿qué recompensa tendrán? ¿No hacen lo mismo también los publicanos?
5.47    Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de más? ¿No hacen eso mismo los gentiles {"(individuos) de las naciones"} ?

6.32    Porque si aman a los que los aman, ¿qué mérito tienen? Pues también los pecadores aman a los que los aman.
6.33    Y si hacen bien a los que les hacen bien, ¿qué mérito tienen? También los pecadores hacen lo mismo.





5.45    de modo que sean hijos de su Padre que está en los cielos, porque él hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos.


6.34    Y si dan prestado a aquellos de quienes esperaban recibir, ¿qué mérito tienen? Pues también los pecadores dan prestado a los pecadores para recibir otro tanto.

6.35    “Más bien, amen a sus enemigos y hagan bien y den prestado sin esperar ningún provecho. Entonces la recompensa de ustedes será grande y serán hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y los perversos.

5.48    Sean, pues, ustedes perfectos, como su Padre que está en los cielos es perfecto.

6.36    Sean misericordiosos, como también su Padre es misericordioso.

7.1     “No juzguen, para que no sean juzgados.
7.2     Porque con el juicio con que juzguen serán juzgados, y con la medida con que midan se les medirá.

6.37    “No juzguen, y no serán juzgados. No condenen, y no serán condenados. Perdonen, y serán perdonados.
6.38    Den, y se les dará; medida buena, apretada, sacudida y rebosante se les dará en su regazo. Porque con la medida con que miden se les volverá a medir”.

85- Sermón: paja o viga en el ojo.


6.39    Entonces les dijo una parábola: “¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo?
6.40    El discípulo no es superior a su maestro, pero cualquiera que es plenamente instruido será como su maestro.

7.3     “¿Por qué miras la brizna de paja que está en el ojo de tu hermano pero dejas de ver la viga que está en tu propio ojo?
7.4     ¿Cómo dirás a tu hermano: ‘Deja que yo saque la brizna de tu ojo’, y he aquí la viga está en el tuyo?
7.5     ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna del ojo de tu hermano.

6.41    ¿Por qué miras la brizna de paja que está en el ojo de tu hermano pero dejas de ver la viga que está en tu propio ojo?
6.42    ¿Cómo puedes decir a tu hermano: ‘Hermano, deja que yo saque la brizna de tu ojo’, sin que mires la viga que está en tu ojo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás bien para sacar la brizna que está en el ojo de tu hermano.

86- Sermón: no dar lo santo a los perros, ni perlas a los cerdos.
7.6     “No den lo santo a los perros, ni echen sus perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes y los despedacen.



87- Sermón: profetas verdaderos y falsos; un árbol reconocido por su fruto.
7.15    “Guárdense de los falsos profetas, que vienen a ustedes vestidos de ovejas, pero que por dentro son lobos rapaces.
7.16    Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos?
7.17    Así también, todo árbol sano da buenos frutos, pero el árbol podrido da malos frutos.
7.18    El árbol sano no puede dar malos frutos, ni tampoco puede el árbol podrido dar buenos frutos.
7.19    Todo árbol que no lleva buen fruto es cortado y echado en el fuego.
7.20    Así que, por sus frutos los conocerán.

6.43    “No es buen árbol el que da malos frutos ni es árbol malo el que da buen fruto.
6.44    Porque cada árbol es conocido por su fruto; pues no se recogen higos de los espinos ni tampoco se vendimian uvas de una zarza.
6.45    El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón presenta lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón presenta lo malo. Porque de la abundancia del corazón habla la boca.

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88- Sermón: edificar sobre la peña.; escuchar y obedecer la palabra, y no decir solo "Señor".
7.21    “No todo el que me dice ‘ Señor, Señor’ entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
7.22    Muchos me dirán en aquel día: ‘¡Señor, Señor! ¿No profetizamos en tu nombre? ¿En tu nombre no echamos demonios? ¿Y en tu nombre no hicimos muchas obras poderosas?’.
7.23    Entonces yo les declararé: ‘Nunca les he conocido. ¡Apártense de mí, obradores de maldad!’.

13.27   Pero les hablará diciendo: “No les conozco de dónde son. ¡Apártense de mí todos los que hacen iniquidad!”.

7.24    “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras y las hace, será semejante a un hombre prudente que edificó su casa sobre la peña.
7.25    Y cayó la lluvia, vinieron torrentes, soplaron vientos y golpearon contra aquella casa. Pero no se derrumbó, porque se había fundado sobre la peña.
7.26    “Pero todo el que me oye estas palabras y no las hace, será semejante a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena.
7.27    Cayó la lluvia, vinieron torrentes y soplaron vientos, y azotaron contra aquella casa. Y se derrumbó, y fue grande su ruina”.

6.46    “¿Por qué me llaman: ‘Señor, Señor’, y no hacen lo que digo?
6.47    Yo les mostraré a qué es semejante todo aquel que viene a mí y oye mis palabras y las hace.
6.48    Es semejante a un hombre que, al edificar una casa, cavó profundo y puso los cimientos sobre la roca. Y cuando vino una inundación, el torrente golpeó con ímpetu contra aquella casa y no la pudo mover porque había sido bien construida.
6.49    Pero el que oye y no hace es semejante a un hombre que edificó su casa sobre tierra, sin cimientos. El torrente golpeó con ímpetu contra ella; en seguida cayó y fue grande la ruina de aquella casa”.

89- Después del sermón, la multitud quedó asombrada de la enseñanza de Jesús.
7.28    Y aconteció que, cuando Jesús terminó estas palabras, las multitudes estaban maravilladas de su enseñanza;
7.29    porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
8.1     Cuando descendió del monte, lo siguió mucha gente.

7.1a        Una vez concluidas todas sus palabras al pueblo que lo escuchaba, (...)

90- Jesús entra en Cafarnaúm. Con una palabra sanó al criado de un centurión.
8.5a        Cuando Jesús entró en Capernaúm, (...)

7.1b   (...) Jesús entró en Capernaúm.

8.5c   (...) un centurión (...)

7.2     Y el siervo de cierto centurión, a quien este tenía en mucha estima, estaba enfermo y a punto de morir.
7.3a     Cuando oyó hablar de Jesús, (...)

8.5b_d   (...) vino a él ...y le rogó

7.3b   (...) le envió ancianos de los judíos para rogarle que fuera y sanara a su siervo.
7.4a   Ellos fueron a Jesús (...)

8.6     diciendo: -Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, y sufre terribles dolores.

7.4b   (...) y le rogaban con insistencia, diciéndole: -Él es digno de que le concedas esto
7.5     porque ama a nuestra nación y él mismo nos edificó la sinagoga.

8.7     Y le dijo: -Yo iré y lo sanaré.





7.6a     Jesús fue con ellos. Y cuando ya no estaban muy lejos de su casa, (...)

8.8a     Respondió el centurión  y dijo: (...)

7.6b   (...) el centurión le envió unos amigos para decirle: (...)

8.8b   (...) -Señor, yo no soy digno de que entres bajo mi techo. Solamente di la palabra y mi criado será sanado.
8.9     Porque yo también soy un hombre bajo autoridad y tengo soldados bajo mi mando. Si digo a este: “Ve”, él va; si digo al otro: “Ven”, él viene; y si digo a mi siervo: “Haz esto”, él lo hace.

7.6c   (...) -Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres bajo mi techo.
7.7     Por eso no me tuve por digno de ir a ti. Más bien, di la palabra y mi criado será sanado.
7.8     Porque yo también soy hombre puesto bajo autoridad y tengo soldados bajo mi mando. Y digo a este: “Ve”, y él va; digo al otro: “Ven”, y él viene; y digo a mi siervo: “Haz esto”, y él lo hace.

8.10    Cuando Jesús oyó esto, se maravilló y dijo a los que lo seguían: -De cierto les digo que no he hallado tanta fe en ninguno en Israel.

7.9     Cuando Jesús oyó esto, se maravilló de él y, dándose vuelta, dijo a la gente que lo seguía: -¡Les digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe!

8.11    Y les digo que muchos vendrán del oriente y del occidente y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos,
8.12    pero los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera. Allí habrá llanto y crujir de dientes.
8.13a    Entonces Jesús le dijo al centurión: -Ve, y como creíste te sea hecho. (...)

13.28   Allí habrá llanto y crujir de dientes cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y a ustedes echados fuera.
13.29   Vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur; y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.


8.13b   (...) Y su criado fue sanado en aquella hora.

7.10    Cuando volvieron a casa los que habían sido enviados, hallaron sano al siervo.

91- Resurrección del hijo de la viuda de Naín.


7.11    Aconteció que, poco después, él fue a la ciudad que se llama Naín. Sus discípulos y una gran multitud lo acompañaban.
7.12    Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un muerto, el único hijo de su madre la cual era viuda. Bastante gente de la ciudad la acompañaba.
7.13    Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo: -No llores.
7.14    Luego se acercó y tocó el féretro, y los que lo llevaban se detuvieron. Entonces le dijo: -Joven, a ti te digo: ¡Levántate!
7.15    Entonces el que había muerto se sentó y comenzó a hablar. Y Jesús lo entregó a su madre.
7.16    El temor se apoderó de todos, y glorificaban a Dios diciendo: -¡Un gran profeta se ha levantado entre nosotros! ¡Dios ha visitado a su pueblo!
7.17    Y esto que se decía de él se difundió por toda Judea y por toda la tierra de alrededor.

92- Juan el bautizador interroga a Jesús desde la cárcel.
11.2    Ahora bien, cuando oyó Juan en la cárcel de los hechos de Cristo, envió a él por medio de sus discípulos,
11.3    y le dijo: -¿Eres tú aquel que ha de venir, o esperaremos a otro?
11.4    Y respondiendo Jesús les dijo: -Vayan y hagan saber a Juan las cosas que oyen y ven:
11.5    Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son hechos limpios, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres se les anuncia el evangelio.
11.6    Bienaventurado es el que no toma ofensa en mí.

7.18    A Juan le informaron sus discípulos acerca de todas estas cosas. Entonces Juan llamó a dos de sus discípulos
7.19    y los envió al Señor para preguntarle: “¿Eres tú aquel que ha de venir, o esperaremos a otro?”.
7.20    Cuando los hombres vinieron a Jesús, le dijeron: -Juan el Bautista nos ha enviado a ti, diciendo: “¿Eres tú aquel que ha de venir, o esperaremos a otro?”.
7.21    En aquella hora Jesús sanó a muchos de enfermedades, de plagas y de espíritus malos; y a muchos ciegos les dio la vista.
7.22    Y respondiendo, les dijo: -Vayan y hagan saber a Juan lo que han visto y oído: Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son hechos limpios, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres se les anuncia el evangelio.
7.23    Bienaventurado es el que no toma ofensa en mí.

11.7    Mientras ellos se iban, Jesús comenzó a hablar de Juan a las multitudes: “¿Qué salieron a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento?
11.8    Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿Un hombre vestido de ropa delicada? He aquí, los que se visten con ropa delicada están en los palacios de los reyes.
11.9    Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿Un profeta? ¡Sí, les digo, y más que profeta!
11.10   Este es aquel de quien está escrito: He aquí yo envío mi mensajero delante de tu rostro, quien preparará tu camino delante de ti .
11.11   De cierto les digo que no se ha levantado entre los nacidos de mujer ningún otro mayor que Juan el Bautista. Sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él.
11.12   Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos se apoderan de él.
11.13   Porque todos los Profetas y la Ley profetizaron hasta Juan.
11.14   Y si lo quieren recibir, él es el Elías que debía venir.
11.15   El que tiene oídos, oiga.

7.24    Cuando se fueron los mensajeros de Juan, Jesús comenzó a hablar de Juan a las multitudes: -¿Qué salieron a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento?
7.25    Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿Un hombre vestido de ropa delicada? He aquí, los que llevan ropas lujosas y viven en placeres están en los palacios reales.
7.26    Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿Un profeta? ¡Sí, les digo, y más que profeta!
7.27    Este es aquel de quien está escrito: He aquí envío mi mensajero delante de tu rostro, quien preparará tu camino delante de ti .
7.28    Les digo que entre los nacidos de mujer no hay ninguno mayor que Juan. Sin embargo, el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él.
7.29    Al oírle, todo el pueblo y los publicanos justificaron a Dios, siendo bautizados con el bautismo de Juan.
7.30    Pero los fariseos y los intérpretes de la ley rechazaron el propósito de Dios para ellos, no siendo bautizados por él.

93- Jesús compara esta generación.
11.16   “Pero, ¿a qué compararé esta generación? Es semejante a los muchachos que se sientan en las plazas y dan voces a sus compañeros,
11.17   diciendo: ‘Les tocamos la flauta, y no bailaron; entonamos canciones de duelo y no se lamentaron’.
11.18   Porque vino Juan, que no comía ni bebía, y dicen: ‘¡Demonio tiene!’.
11.19   Y vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: ‘¡He aquí un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores!’. Pero la sabiduría es justificada por sus hechos”.

7.31    -¿A qué, pues, compararé a los hombres de esta generación? ¿A qué son semejantes?
7.32    Son semejantes a los muchachos que se sientan en la plaza y gritan los unos a los otros diciendo: “Les tocamos la flauta y no bailaron; entonamos canciones de duelo y no lloraron”.
7.33    Porque ha venido Juan el Bautista, que no come pan ni bebe vino, y dicen: “¡Demonio tiene!”.
7.34    Ha venido el Hijo del Hombre que come y bebe, y dicen: “¡He aquí un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores!”.
7.35    Pero la sabiduría es justificada por todos sus hijos.

94- La pecadora perdonada vierte perfume en los pies de Jesús.



7.36    Uno de los fariseos le pidió que comiera con él; y cuando entró en la casa del fariseo se sentó a la mesa.




7.37    Y he aquí, cuando supo que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, una mujer que era pecadora en la ciudad llevó un frasco de alabastro con perfume.
7.38    Y estando detrás de Jesús, a sus pies, llorando, comenzó a mojar los pies de él con sus lágrimas y los secaba con los cabellos de su cabeza. Y le besaba los pies y los ungía con el perfume.
7.39    Al ver esto, el fariseo que lo había invitado a comer se dijo a sí mismo: -Si este fuera profeta conocería quién y qué clase de mujer es la que le está tocando, porque es una pecadora.
7.40    Entonces, respondiendo Jesús le dijo: -Simón, tengo algo que decirte. Él dijo: -Di, Maestro.
7.41    -Cierto acreedor tenía dos deudores: Uno le debía quinientas monedas, y el otro solamente cincuenta monedas.
7.42    Como ellos no tenían con qué pagar perdonó a ambos. Entonces, ¿cuál de estos lo amará más?
7.43    Respondiendo Simón, dijo: -Supongo que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: -Has juzgado correctamente.
7.44    Y vuelto hacia la mujer, dijo a Simón: -¿Ves esta mujer? Yo entré en tu casa y no me diste agua para mis pies; pero esta ha mojado mis pies con lágrimas y los ha secado con sus cabellos.
7.45    Tú no me diste un beso, pero desde que entré, esta no ha cesado de besar mis pies.
7.46    Tú no ungiste mi cabeza con aceite, pero esta ha ungido mis pies con perfume.
7.47    Por lo cual te digo que sus muchos pecados son perdonados [puesto] que {lit.: "que"} amó mucho. Pero al que se le perdona poco, poco ama.
7.48    Y a ella le dijo: -Tus pecados te son perdonados.
7.49    Los que estaban con él a la mesa comenzaron a decir entre sí: -¿Quién es este que hasta perdona pecados?




7.50    Entonces Jesús le dijo a la mujer: -Tu fe te ha salvado; vete en paz.


95- Jesús andaba de ciudad en ciudad. Los que estaban con él.


8.1     Aconteció después, que él andaba de ciudad en ciudad y de aldea en aldea predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios. Los doce iban con él,

8.2     y también algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malignos y de enfermedades: María, llamada Magdalena, de la cual habían salido siete demonios;
8.3     Juana, la mujer de Cuza, administrador de Herodes; Susana, y muchas otras. Ellas les servían con sus bienes.

96- En casa, no pueden comer.

3.19b   (...) Él volvió a casa,
3.20   y otra vez se reunió la multitud de modo que ellos no podían ni siquiera comer pan.
3.21    Cuando los suyos lo oyeron, fueron para prenderlo porque decían que estaba fuera de sí.


97- El endemoniado ciego y mudo.
12.22   Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y lo sanó, de manera que el mudo hablaba y veía.
12.23   Toda la gente estaba atónita y decía: -¿Acaso será este el Hijo de David?

Comparar "Mateo 9.32-34"

11.14   Jesús estaba echando fuera un demonio que era mudo. Y aconteció que, cuando salió el demonio, el mudo habló. Las muchedumbres se asombraron

98- Blasfemia contra el Espíritu Santo.
12.24   Pero al oírlo, los fariseos dijeron: -Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebul, el príncipe de los demonios.
12.25   Pero como Jesús conocía sus pensamientos, les dijo: -Todo reino dividido contra sí mismo está arruinado. Y ninguna ciudad o casa dividida contra sí misma permanecerá.
12.26   Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido. ¿Cómo, pues, permanecerá en pie su reino?
12.27   Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebul, ¿por quién los echan fuera sus hijos? Por tanto, ellos serán sus jueces.
12.28   Pero si por el Espíritu de Dios yo echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a ustedes el reino de Dios.
3.22    Los escribas que habían descendido de Jerusalén decían que estaba poseído por Beelzebul y que mediante el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios.
3.23    Y habiéndolos llamado a su lado, les hablaba en parábolas: “¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás?
3.24    Si un reino se divide contra sí, ese reino no puede permanecer.
3.25    Si una casa se divide contra sí, esa casa no podrá permanecer.
3.26    Y si Satanás se levanta contra sí mismo y está dividido, no puede permanecer sino que su fin ha llegado.
11.15   pero algunos de ellos dijeron: -Por Beelzebul, el príncipe de los demonios, echa fuera a los demonios.
11.16   Otros, para probarle, pedían de él una señal del cielo.
11.17   Pero, como conocía los razonamientos de ellos, les dijo: -Todo reino dividido contra sí mismo está arruinado y cae casa sobre casa.
11.18   Y si Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo permanecerá en pie su reino? Pues ustedes dicen que por Beelzebul yo echo fuera los demonios.
11.19   Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebul, ¿por quién los echan fuera los hijos de ustedes? Por tanto, ellos serán sus jueces.
11.20   Pero si por el dedo de Dios yo echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a ustedes el reino de Dios.

12.29   Porque, ¿cómo puede alguien entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes a menos que primero ate al hombre fuerte? Y entonces saqueará su casa.
12.30   El que no está conmigo, contra mí está; y el que conmigo no recoge, desparrama.
3.27    Al contrario, nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes a menos que primero ate al hombre fuerte. Y entonces saqueará su casa.
11.21   Cuando el hombre fuerte y armado guarda su propia casa, sus posesiones están en paz.
11.22   Pero si viene uno más fuerte que él y lo vence, le toma todas sus armas en que confiaba y reparte sus despojos.
11.23   El que no está conmigo, contra mí está; y el que conmigo no recoge, desparrama.

12.31   »Por esto les digo que todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada.
12.32   Y a cualquiera que diga palabra contra el Hijo del Hombre le será perdonado; pero a cualquiera que hable contra el Espíritu Santo no le será perdonado ni en este mundo ni en el venidero.
3.28    De cierto les digo que a los hijos de los hombres les serán perdonados todos los pecados y blasfemias, cualesquiera que sean.
3.29    Pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás sino que es culpable de pecado eterno”.
12.10   A todo aquel que diga palabra en contra del Hijo del Hombre le será perdonado; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no le será perdonado.

99- Un buen árbol leva buen fruto. De la abundancia del corazón habla la boca.
12.33   »O hagan bueno el árbol y bueno su fruto, o hagan malo el árbol y malo su fruto; porque el árbol es conocido por su fruto.
12.34   ¡Generación de víboras! ¿Cómo podrán ustedes, siendo malos, hablar cosas buenas? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.
12.35   El hombre bueno del buen tesoro saca cosas buenas, y el hombre malo del mal tesoro saca cosas malas.
12.36   Pero yo les digo que en el día del juicio los hombres darán cuenta de toda palabra ociosa que hablen.
12.37   Porque por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado.

{Comparar "Lucas 6.43+"}


3.30    Dijo esto porque decían: “Tiene espíritu inmundo”.


100- Un espíritu regresa con 7 espíritus malignos más.
12.43   »Cuando el espíritu inmundo ha salido del hombre, anda por lugares secos buscando reposo, y no lo encuentra.
12.44   Entonces dice: “Volveré a mi casa de donde salí”. Cuando regresa, la halla desocupada, barrida y adornada.
12.45   Entonces va y trae consigo otros siete espíritus peores que él. Y después de entrar, habitan allí; y el estado final de aquel hombre llega a ser peor que el primero. Así también sucederá a esta perversa generación.

11.24   »Cuando el espíritu inmundo ha salido de un hombre, anda por lugares secos buscando reposo y, al no hallarlo, dice: “Volveré a mi casa de donde salí”.
11.25   Y cuando regresa, la halla barrida y adornada.
11.26   Entonces va y trae otros siete espíritus peores que él. Y después de entrar, habitan allí; y el estado final de aquel hombre llega a ser peor que el primero.

101- Bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la guardan.


11.27   Mientras él decía estas cosas, aconteció que una mujer de entre la multitud levantó la voz y le dijo: -¡Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que mamaste!
11.28   Y él dijo: -Más bien, bienaventurados son los que oyen la palabra de Dios y la guardan.

102- Una generación malvada demanda una señal. Jonás. Nínive. La reina del Sur.


11.29a      Y apiñándose las multitudes, (...)

12.38   Entonces le respondieron algunos de los escribas y de los fariseos, diciendo: -Maestro, deseamos ver de ti una señal.

11.16   Otros, para probarle, pedían de él una señal del cielo.

12.39   Él respondió y les dijo: -Una generación malvada y adúltera demanda señal, pero no le será dada ninguna señal, sino la señal del profeta Jonás.
12.40   Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del gran pez, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.

12.41   Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio contra esta generación y la condenarán, porque ellos se arrepintieron ante la proclamación de Jonás. ¡Y he aquí uno mayor que Jonás está en este lugar!

12.42   La reina del Sur se levantará en el juicio contra esta generación y la condenará, porque vino de los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón. ¡Y he aquí uno mayor que Salomón está en este lugar!

11.29b   (...)él comenzó a decir: “Esta generación es una generación malvada. Pide señal, y no le será dada ninguna señal sino la señal de Jonás.
11.30   Porque como Jonás fue señal para los habitantes de Nínive, así también lo será el Hijo del Hombre para esta generación.

11.31   La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y los condenará porque vino de los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón. ¡Y he aquí uno mayor que Salomón está en este lugar!

11.32   Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio contra esta generación y la condenarán porque ellos se arrepintieron ante la predicación de Jonás. ¡Y he aquí uno mayor que Jonás está en este lugar!

103- El ojo es la lámpara del cuerpo.
6.22    “La lámpara del cuerpo es el ojo. Así que, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz.
6.23    Pero si tu ojo es malo, todo tu cuerpo estará en tinieblas. De modo que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande es esa oscuridad!


11.33   “Al encender una lámpara nadie la pone en oculto ni debajo de un cajón sino sobre un candelero para que todos los que entren vean la luz.
11.34   La lámpara de tu cuerpo es tu ojo. Cuando tu ojo está sano, también todo tu cuerpo está lleno de luz. Pero cuando es malo, también tu cuerpo está en tinieblas.
11.35   Mira, pues, no sea que la luz que hay en ti sea tinieblas.
11.36   Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz y no tiene ninguna parte oscura, estará todo lleno de luz como cuando una lámpara te alumbra con su resplandor”.

104- La madre y los hermanos de Jesús.
12.46   Mientras todavía hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, buscando hablar con él.
12.47   Y alguien le dijo: -Mira, tu madre y tus hermanos están afuera, buscando hablar contigo.
12.48   Pero Jesús respondió al que hablaba con él y le dijo: -¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?
12.49   Entonces extendió su mano hacia sus discípulos y dijo: -¡He aquí mi madre y mis hermanos!
12.50   Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.
3.31    Entonces fueron su madre y sus hermanos, y quedándose fuera enviaron a llamarle.
3.32    Mucha gente estaba sentada alrededor de él, y le dijeron: -Mira, tu madre, tus hermanos y tus hermanas te buscan afuera.
3.33    Él, respondiendo, les dijo: -¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?
3.34    Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: -¡He aquí mi madre y mis hermanos!
3.35    Porque cualquiera que hace la voluntad de Dios, este es mi hermano, mi hermana y mi madre.
8.19    Vinieron hacia él su madre y sus hermanos, pero no podían llegar a él a causa de la multitud.
8.20    Entonces se le avisó: -Tu madre y tus hermanos están fuera deseando verte.
8.21    Pero él, respondiendo, les dijo: -Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la palabra de Dios y la hacen.

105- Parábola del sembrador.
13.1    Aquel día Jesús salió de la casa y se sentó junto al mar.
13.2    Y se le acercó mucha gente, de manera que él entró en una barca para sentarse, y toda la multitud estaba de pie en la playa.
13.3a   Entonces les habló muchas cosas en parábolas, diciendo: (...)
4.1     Otra vez comenzó a enseñar junto al mar, y se reunió ante él una multitud muy grande; de manera que él entró en una barca mar adentro y se sentó allí, y toda la multitud estaba en la playa, frente al mar.
4.2     Y les enseñaba muchas cosas en parábolas. Les decía en su enseñanza:
8.4     Juntándose una gran multitud y los que de cada ciudad acudían a él, les habló por medio de una parábola:

13.3b   (...) “He aquí un sembrador salió a sembrar.
13.4    Mientras él sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la devoraron.
4.3     “¡Oigan! He aquí un sembrador salió a sembrar.
4.4     Y mientras sembraba, aconteció que parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la devoraron.
8.5     “Un sembrador salió a sembrar su semilla. Mientras sembraba, una parte cayó junto al camino y fue pisoteada; y las aves del cielo la comieron.

13.5    Y otra parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó rápidamente, porque la tierra no era profunda.
13.6    Pero cuando salió el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.
4.5     Otra parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra, y en seguida brotó porque la tierra no era profunda.
4.6     Y cuando salió el sol se quemó y, porque no tenía raíces, se secó.
8.6     Otra parte cayó sobre la roca y, cuando creció, se secó porque no tenía humedad.

13.7    Y otra parte cayó entre los espinos. Los espinos crecieron y la ahogaron.
4.7     Otra parte cayó entre los espinos. Y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto.
8.7     Otra parte cayó entre los espinos, y los espinos crecieron al mismo tiempo y la ahogaron.

13.8    Y otra parte cayó en buena tierra y dio fruto, una a ciento, otra a sesenta y otra a treinta por uno.
13.9    El que tiene oídos, que oiga”.
4.8     Y otras semillas cayeron en buena tierra, y creciendo y aumentando dieron fruto. Y llevaban fruto a treinta, sesenta y ciento por uno”.
4.9     Y decía: “El que tiene oído para oír, oiga”.
8.8     Y otra parte cayó en buena tierra y, cuando creció, llevó fruto a ciento por uno”. Hablando de estas cosas, exclamó: “El que tiene oídos para oír, oiga”.

13.10   Entonces se acercaron los discípulos y le dijeron: -¿Por qué les hablas por parábolas?
13.11   Y él, respondiendo, les dijo: -Porque a ustedes se les ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no se les ha concedido.
13.12   Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
13.13   Por esto les hablo por parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni tampoco entienden.
13.14   Además, se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice: De oído oirán, y nunca entenderán; y mirando mirarán, y nunca verán.
13.15   Porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible, y con los oídos han oído torpemente. Han cerrado sus ojos para que no vean con los ojos ni oigan con los oídos ni entiendan con el corazón ni se conviertan. Y yo los sanaré .
13.16   Pero ¡bienaventurados sus ojos, porque ven; y sus oídos, porque oyen!
13.17   Porque de cierto les digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron, y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron.
4.10    Cuando estuvo solo, los que estaban alrededor de él junto con los doce le preguntaban en cuanto a las parábolas.
4.11    Y él les decía: “A ustedes se les ha dado el misterio del reino de Dios; pero para los que están fuera, todas las cosas están en parábolas
4.12    para que viendo vean y no perciban, y oyendo oigan y no entiendan; de modo que no se conviertan y les sea perdonado”.
4.13    Luego les dijo: “¿No comprenden esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderán todas las parábolas?
8.9     Sus discípulos le preguntaron qué significaba esta parábola.
8.10    Y él dijo: “A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del reino de Dios; pero a los demás en parábolas para que viendo no vean, y oyendo no entiendan.

13.18   »Ustedes, pues, oigan la parábola del sembrador.
13.19   Cuando alguien oye la palabra del reino y no la entiende, viene el maligno y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.
4.14    El sembrador siembra la palabra.
4.15    Primero están estos que caen junto al camino donde se siembra la palabra. Y cuando la oyen, en seguida viene Satanás y quita la palabra que había sido sembrada en ellos.
8.11    “Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios.
8.12    Los de junto al camino son los que oyen pero luego viene el diablo y quita la palabra de sus corazones para que no crean y sean salvos.

13.20   Y el que fue sembrado en pedregales es el que oye la palabra y en seguida la recibe con gozo;
13.21   pero no tiene raíz en sí, sino que es de poca duración, y cuando viene la aflicción o la persecución por causa de la palabra, en seguida tropieza.
4.16    También los que son sembrados en pedregales son aquellos que, cuando oyen la palabra, en seguida la reciben con gozo;
4.17    pero no tienen raíz en sí, sino que son de poca duración. Entonces, cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, en seguida tropiezan.
8.13    Los de sobre la roca son los que, cuando oyen, reciben la palabra con gozo. Pero estos no tienen raíz; por un tiempo creen y en el tiempo de la prueba se apartan.

13.22   Y el que fue sembrado en espinos, este es el que oye la palabra, pero las preocupaciones de este mundo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y queda sin fruto.
4.18    Y otros son los que son sembrados entre espinos. Ellos son los que oyen la palabra,
4.19    pero las preocupaciones de este mundo, el engaño de las riquezas y la codicia de otras cosas se entrometen y ahogan la palabra, y queda sin fruto.
8.14    En cuanto a la parte que cayó entre los espinos, estos son los que oyeron pero, mientras siguen su camino, son ahogados por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, y no llegan a la madurez.

13.23   Pero el que fue sembrado en buena tierra, este es el que oye la palabra y la entiende, el que de veras lleva fruto y produce, uno a ciento, otro a sesenta, y otro a treinta por uno.
4.20    Y aquellos que fueron sembrados en buena tierra son los que oyen la palabra, la reciben y producen fruto a treinta, a sesenta y a ciento por uno”.
8.15    Pero en cuanto a la parte que cayó en buena tierra, estos son los que, al oír con corazón bueno y recto, retienen la palabra oída y llevan fruto con perseverancia.

106- Parábola de la lámpara sobre un candelero.

4.21    También les dijo: “¿Acaso se trae una lámpara para que sea puesta debajo de un cajón o debajo de la cama? ¿No es para que sea puesta sobre el candelero?
4.22    Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni nada escondido sino para que salga en claro.
4.23    Si alguno tiene oídos para oír, oiga”.
8.16    “Ninguno que enciende una lámpara la cubre con una vasija, o la pone debajo de la cama, sino que la pone sobre un candelero para que los que entren vean la luz.
8.17    Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado ni nada escondido que no haya de ser conocido y salir en claro.
8.18    “Miren, pues, cómo oyen; porque a cualquiera que tenga le será dado, y a cualquiera que no tenga, aun lo que piense tener le será quitado”.

107- Ser medido con la medida que se ha usado.

4.24    Les dijo también: “Consideren lo que oyen: Con la medida con que miden, ustedes serán medidos y les será añadido.
4.25    Porque al que tiene le será dado, y al que no tiene aun lo que tiene le será quitado”.


108- El reino de Dios como una semilla en la tierra.

4.26    También decía: “Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra.
4.27    Él duerme de noche y se levanta de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo.
4.28    Porque de por sí la tierra da fruto: primero el tallito, luego las espigas y después el grano lleno en la espiga.
4.29    Y cuando el fruto se ha producido, en seguida él mete la hoz porque la siega ha llegado”.


109- Parábola de la cizaña.
13.24   Les presentó otra parábola diciendo: “El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo.
13.25   Pero, mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue.
13.26   Cuando brotó la hierba y produjo fruto, entonces apareció también la cizaña.
13.27   Se acercaron los siervos al dueño del campo y le preguntaron: ‘Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña?’.
13.28   Y él les dijo: ‘Un hombre enemigo ha hecho esto’. Los siervos le dijeron: ‘Entonces, ¿quieres que vayamos y la recojamos?’.
13.29   Pero él dijo: ‘No; no sea que al recoger la cizaña arranquen con ella el trigo.
13.30   Dejen crecer a ambos hasta la siega. Cuando llegue el tiempo de la siega, yo diré a los segadores: Recojan primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla. Pero reúnan el trigo en mi granero’”.



110- Parábola del grano de mostaza.
13.31   Les presentó otra parábola diciendo: “El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza que un hombre tomó y sembró en su campo.
13.32   Esta es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando crece, es la más grande de las hortalizas y se convierte en árbol, de modo que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas”.
4.30    También decía: “¿A qué haremos semejante el reino de Dios? ¿Con qué parábola lo compararemos?
4.31    Es como un grano de mostaza que, cuando es sembrado en la tierra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra.
4.32    Pero una vez sembrado, crece y se convierte en la más grande de todas las hortalizas, y echa ramas muy grandes de modo que las aves del cielo pueden anidar bajo su sombra”.
13.18   Por lo tanto, él decía: -¿A qué es semejante el reino de Dios? ¿A qué lo compararé?
13.19   Es semejante a un grano de mostaza que un hombre tomó y sembró en su huerto; y creció y se convirtió en un árbol, y las aves del cielo hicieron nidos en sus ramas.

111- Reino de Dios semejante a la levadura.
13.33   Les dijo otra parábola: “El reino de los cielos es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en una gran cantidad de harina, hasta que todo quedó leudado”.

13.20   Otra vez dijo: -¿A qué compararé el reino de Dios?
13.21   Es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en una gran cantidad de harina hasta que todo quedó leudado.

112- Jesús habla en parábolas de cosas ocultas.
13.34   Todo esto habló Jesús en parábolas a las multitudes y sin parábolas no les hablaba,
13.35   de manera que se cumplió lo dicho por medio del profeta diciendo: Abriré mi boca con parábolas; publicaré cosas que han estado ocultas desde la fundación del mundo .
4.33    Con muchas parábolas semejantes les hablaba la palabra conforme a lo que podían oír.
4.34    No les hablaba sin parábolas, pero en privado les explicaba todo a sus discípulos.


113- Explicación de la parábola de la cizaña.
13.36   Entonces, una vez despedida la multitud, volvió a casa. Y sus discípulos se acercaron a él diciendo: -Explícanos la parábola de la cizaña del campo.
13.37   Y respondiendo él dijo: -El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre.
13.38   El campo es el mundo. La buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del maligno.
13.39   El enemigo que la sembró es el diablo. La siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.
13.40   De manera que como la cizaña es recogida y quemada en el fuego, así será el fin del mundo.
13.41   El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que causan tropiezos y a los que hacen maldad,
13.42   y los echarán en el horno de fuego. Allí habrá llanto y crujir de dientes.
13.43   Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos, que oiga.



114- Reino de Dios semejante un tesoro escondido en un campo.
13.44   »El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que un hombre descubrió y luego escondió. Y con regocijo va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo.



115- Reino de Dios: comprar una perla preciosa.
13.45   »Además, el reino de los cielos es semejante a un comerciante que buscaba perlas finas.
13.46   Y habiendo encontrado una perla de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.



116- Reino de Dios: una red que junta peces; ángeles que separan a los malos de entre los justos.
13.47   »Asimismo, el reino de los cielos es semejante a una red que fue echada en el mar y juntó toda clase de peces.
13.48   Cuando estuvo llena, la sacaron a la playa. Y sentados recogieron lo bueno en cestas y echaron fuera lo malo.
13.49   Así será el fin del mundo: Saldrán los ángeles y apartarán a los malos de entre los justos,
13.50   y los echarán en el horno de fuego. Allí habrá llanto y crujir de dientes.



117- Reino de Dios: sacar de su tesoro cosas nuevas y viejas.
13.51   »¿Han entendido todas estas cosas? Ellos le dijeron: -Sí.
13.52   Él les dijo: -Por eso, todo escriba instruido en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia que saca de su tesoro cosas nuevas y viejas.
13.53   Aconteció que cuando Jesús terminó estas parábolas, partió de allí.



118- Jesús dice que crucemos al otro lado del lago.
8.18    Cuando se vio rodeado de una multitud, Jesús mandó que pasaran a la otra orilla.
4.35    Aquel día, al anochecer, les dijo: -Pasemos al otro lado.


119- Jesús duerme en la barca; él calma la tempestad.
8.23    Él entró en la barca, y sus discípulos lo siguieron.
4.36    Y después de despedir a la multitud, lo recibieron tal como estaba, en la barca. Y había otras barcas con él.
8.22    Aconteció en uno de aquellos días que él entró en una barca, y también sus discípulos. Y les dijo: -Pasemos a la otra orilla del lago. Y zarparon.

8.24    Y de repente se levantó una tempestad tan grande en el mar que las olas cubrían la barca, pero él dormía.
8.25    Y acercándose, lo despertaron diciendo: -¡Señor, sálvanos, que perecemos!
4.37    Entonces se levantó una gran tempestad de viento que arrojaba las olas a la barca de modo que la barca ya se anegaba.
4.38    Y él estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal, pero lo despertaron diciendo: -¡Maestro! ¿No te importa que perezcamos?
8.23    Pero mientras ellos navegaban él se durmió. Entonces se desencadenó una tempestad de viento en el lago, y ellos se anegaban y peligraban.
8.24a    Acercándose a él, lo despertaron diciendo: -¡Maestro, Maestro! ¡Perecemos! (...)

8.26    Y él les dijo: -¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe? Entonces se levantó y reprendió a los vientos y al mar, y se hizo grande bonanza.
8.27    Los hombres se maravillaron y decían: -¿Qué clase de hombre es este, que hasta los vientos y el mar le obedecen?
4.39    Y despertándose, reprendió al viento y dijo al mar: -¡Calla! ¡Enmudece! Y el viento cesó y se hizo grande bonanza.
4.40    Y les dijo: -¿Por qué están asustados? ¿Todavía no tienen fe?
4.41    Ellos temieron con gran temor; y se decían el uno al otro: -Entonces, ¿quién es este que hasta el viento y el mar le obedecen?
8.24b   (...) Y despertándose reprendió al viento y al oleaje del agua; y cesaron y se hizo bonanza.
8.25    Entonces les dijo: -¿Dónde está la fe de ustedes? Atemorizados, se maravillaron diciéndose los unos a los otros: -¿Quién es este que manda aun a los vientos y al agua, y le obedecen?

120- Un endemoniado y los cerdos.
8.28a    Una vez llegado a la otra orilla, a la región de los gadarenos, le vinieron al encuentro dos endemoniados que habían salido de los sepulcros. (...)
5.1     Fueron a la otra orilla del mar, a la región de los gadarenos.
5.2     Apenas salido él de la barca, de repente le salió al encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con espíritu inmundo.
8.26    Navegaron a la tierra de los gadarenos, que está frente a Galilea.
8.27a    Al bajarse él a tierra, le salió al encuentro un hombre de la ciudad el cual tenía demonios. (...)

8.28b   (...) Eran violentos en extremo, tanto que nadie podía pasar por aquel camino.
5.3     Este tenía su morada entre los sepulcros. Y nadie podía atarlo ni siquiera con cadenas,
5.4     ya que muchas veces había sido atado con grillos y cadenas pero él había hecho pedazos las cadenas y desmenuzado los grillos. Y nadie lo podía dominar.
5.5     Continuamente, de día y de noche, andaba entre los sepulcros y por las montañas gritando e hiriéndose con piedras.
8.27b   (...) Desde hacía mucho tiempo no había llevado ropa, ni vivía en una casa sino entre los sepulcros.
8.29b   (...) pues {el espíritu inmundo} se había apoderado de él desde hacía mucho tiempo. Para guardarlo, lo ataban con cadenas y con grillos pero, rompiendo las ataduras, era impelido por el demonio a los desiertos.

8.29    Y he aquí, ellos lanzaron gritos diciendo: -¿Qué tienes con nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?
5.6     Cuando vio a Jesús desde lejos, corrió y le adoró.
5.7     Y clamando a gran voz dijo: -¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes.
8.28    Pero cuando vio a Jesús, exclamó, se postró delante de él y dijo a gran voz: -¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡Te ruego que no me atormentes!

8.30    Lejos de ellos estaba paciendo un gran hato de cerdos,
8.31    y los demonios le rogaron diciendo: -Si nos echas fuera, envíanos a aquel hato de cerdos.
8.32    Él les dijo: -¡Vayan! Ellos salieron y se fueron a los cerdos, y he aquí todo el hato de cerdos se lanzó al mar por un despeñadero y murieron en el agua.
5.8     Pues Jesús le decía: -Sal de este hombre, espíritu inmundo.
5.9     Y le preguntó: -¿Cómo te llamas? Y le dijo: -Me llamo Legión, porque somos muchos.
5.10    Y le rogaba mucho que no los enviara fuera de aquella región.
5.11    Allí cerca de la montaña estaba paciendo un gran hato de cerdos.
5.12    Y le rogaron diciendo: -Envíanos a los cerdos, para que entremos en ellos.
5.13    Jesús les dio permiso. Y los espíritus inmundos salieron y entraron en los cerdos; y el hato, como dos mil cerdos, se lanzó al mar por un despeñadero y se ahogaron en el mar.
8.29a    Porque Jesús había mandado al espíritu inmundo que saliera del hombre, (...)
8.30    Jesús le preguntó, diciendo: -¿Cómo te llamas? Y él dijo: -Legión. Porque muchos demonios habían entrado en él;
8.31    y le rogaban que no los mandara al abismo.
8.32    Había allí un hato de muchos cerdos que pacía en la montaña; y le rogaron que les dejara entrar en aquellos, y él les dio permiso.
8.33    Cuando los demonios salieron del hombre, entraron en los cerdos; y el hato se precipitó por un despeñadero al lago y se ahogó.

8.33    Los que apacentaban los cerdos huyeron, se fueron a la ciudad y lo contaron todo, aun lo que había pasado a los endemoniados.
8.34    Y he aquí, toda la ciudad salió al encuentro de Jesús y, cuando lo vieron, le rogaban que se fuera de sus territorios.
5.14    Los que apacentaban los cerdos huyeron y dieron aviso en la ciudad y por los campos. Y fueron para ver qué era lo que había pasado.
5.15    Llegaron a Jesús y vieron al endemoniado que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo.
5.16    Los que lo habían visto les contaron qué le había pasado al endemoniado y lo de los cerdos,
5.17    y ellos comenzaron a implorar a Jesús que saliera de sus territorios.
8.34    Los que apacentaban los cerdos, al ver lo que había acontecido, huyeron y dieron aviso en la ciudad y por los campos.
8.35    Y salieron a ver lo que había pasado. Fueron a Jesús y hallaron al hombre de quien habían salido los demonios, sentado a los pies de Jesús, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo.
8.36    Los que lo habían visto les contaron cómo había sido salvado aquel endemoniado.
8.37a    Entonces toda la multitud de la región de los gadarenos le rogó que se apartara de ellos porque tenían mucho temor. (...)

9.1a     Habiendo entrado en la barca, (...)
5.18    Y mientras él entraba en la barca, el que había sido poseído por el demonio le rogaba que le dejara estar con él.
5.19    Pero Jesús no se lo permitió sino que le dijo: -Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas ha hecho el Señor por ti, y cómo tuvo misericordia de ti.
5.20    Él se fue y comenzó a proclamar en Decápolis cuán grandes cosas Jesús había hecho por él, y todos se maravillaban.
8.37b   (...) Jesús subió a la barca y regresó.
8.38    El hombre de quien habían salido los demonios le rogaba que lo dejara estar con él. Pero Jesús le respondió diciendo:
8.39    -Vuelve a tu casa y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios por ti. Y él se fue proclamando por toda la ciudad cuán grandes cosas Jesús había hecho por él.

9.1b   (...) Jesús pasó a la otra orilla y llegó a su propia ciudad.
5.21    Cuando Jesús hubo cruzado de nuevo en la barca a la otra orilla, se congregó alrededor de él una gran multitud. Y él estaba junto al mar.
8.40    Al regresar Jesús, toda la gente lo recibió gozosa porque todos lo esperaban.

121- Niña de 12 años resucitada. Mujer con pérdida de sangre durante 12 años.
9.18    Mientras él hablaba estas cosas, he aquí vino un hombre principal y se postró delante de él diciéndole: -Mi hija acaba de morir. Pero ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá.
9.19    Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos.
5.22    Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo. Cuando lo vio, se postró a sus pies
5.23    y le imploró mucho diciendo: -Mi hijita está agonizando. ¡Ven! Pon las manos sobre ella para que sea salva y viva.
5.24    Jesús fue con él. Y lo seguía una gran multitud, y lo apretujaban.
8.41    Y he aquí vino un hombre llamado Jairo, que era principal de la sinagoga. Se postró a los pies de Jesús y le imploró que fuese a su casa
8.42    porque tenía una hija única, de unos doce años, que se estaba muriendo. Mientras él iba, las multitudes lo apretujaban.

9.20    Y he aquí una mujer que sufría de hemorragia desde hacía doce años se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto;
9.21    porque ella pensaba dentro de sí: “Si solamente toco su vestido, seré sanada”.
9.22    Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: -Ten ánimo, hija, tu fe te ha salvado. Y la mujer fue sanada desde aquella hora.
5.25    Había una mujer que sufría de hemorragia desde hacía doce años.
5.26    Había sufrido mucho de muchos médicos y había gastado todo lo que tenía, y de nada le había aprovechado; más bien, iba de mal en peor.
5.27    Cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás de él entre la multitud y tocó su manto
5.28    porque ella pensaba: “Si solo toco su manto, seré sanada”.
5.29    Al instante se secó la fuente de su sangre y sintió en su cuerpo que ya estaba sana de aquel azote.
5.30    De pronto, Jesús, reconociendo dentro de sí que había salido poder de él, volviéndose a la multitud dijo: -¿Quién me ha tocado el manto?
5.31    Sus discípulos le dijeron: -Ves la multitud que te apretuja, y preguntas: “¿Quién me tocó?”.
5.32    Él miraba alrededor para ver a la que había hecho esto.
5.33    Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, fue y se postró delante de él y le dijo toda la verdad.
5.34    Él le dijo: -Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y queda sanada de tu azote.
8.43    Y una mujer que padecía de hemorragia desde hacía doce años (la cual, aunque había gastado todo su patrimonio en médicos, no pudo ser sanada por nadie),
8.44    se le acercó por detrás y tocó el borde del manto de Jesús. De inmediato se detuvo su hemorragia.
8.45    Entonces dijo Jesús: -¿Quién es el que me ha tocado? Y como todos negaban, Pedro le dijo: -Maestro, las multitudes te aprietan y presionan.
8.46    Jesús dijo: -Alguien me ha tocado, porque yo sé que ha salido poder de mí.
8.47    Entonces, cuando la mujer vio que no había pasado inadvertida, fue temblando y, postrándose delante de él, declaró ante todo el pueblo por qué causa lo había tocado y cómo había sido sanada al instante.
8.48    Él le dijo: -Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz.

9.23    Cuando Jesús llegó a la casa del principal y vio a los que tocaban las flautas y a la multitud que hacía bullicio,
9.24    les dijo: -Apártense, porque la muchacha no ha muerto, sino que duerme. Y se burlaban de él.
9.25    Cuando hubieron sacado a la gente, él entró y la tomó de la mano; y la muchacha se levantó.
9.26    Y salió esta noticia por toda aquella tierra.
5.35    Mientras él aún hablaba, vinieron de la casa del principal de la sinagoga diciendo: -Tu hija ha muerto. ¿Para qué molestas más al Maestro?
5.36    Pero Jesús, sin hacer caso a esta palabra que se decía, dijo al principal de la sinagoga: -No temas; solo cree.
5.37    Y no permitió que nadie lo acompañara, sino Pedro, Jacobo y Juan, el hermano de Jacobo.
5.38    Llegaron a la casa del principal de la sinagoga, y él vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho.
5.39    Y al entrar les dijo: -¿Por qué hacen alboroto y lloran? La niña no ha muerto sino que duerme.
5.40    Ellos se burlaban de él. Pero él los sacó a todos, y tomó al padre y a la madre de la niña y a los que estaban con él, y entró a donde estaba la niña.
5.41    Tomó la mano de la niña y le dijo: -Talita, cumi (que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate).
5.42    Y en seguida la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y quedaron atónitos.
5.43    Él les mandó estrictamente que nadie lo supiera y ordenó que le dieran a ella de comer.
8.49    Mientras él aún hablaba, vino uno de la casa del principal de la sinagoga para decirle: -Tu hija ha muerto. No molestes más al Maestro.
8.50    Al oír esto, Jesús le respondió: -No temas; solo cree, y ella será salva.
8.51    Cuando llegó a la casa, no dejó entrar consigo a nadie sino solo a Pedro, a Juan, a Jacobo, y al padre y a la madre de la niña.
8.52    Todos lloraban y lamentaban por ella. Pero él dijo: -No lloren. Ella no ha muerto sino que duerme.
8.53    Ellos se burlaban de él, sabiendo que ella había muerto.
8.54    Pero él la tomó de la mano y habló a gran voz diciendo: -Niña, levántate.
8.55    Entonces su espíritu volvió a ella, y al instante se levantó. Y él ordenó que le dieran de comer.
8.56    Sus padres quedaron atónitos, y él les mandó que a nadie dijeran lo que había sucedido.

9.27a       Mientras Jesús pasaba de allí, (...)
6.1a     Salió de allí (...)


122- Sanación de dos ciegos en la casa de Jesús en Capernaum.
9.27b   (...) lo siguieron dos ciegos clamando a gritos y diciendo: -¡Ten misericordia de nosotros, hijo de David!
9.28    Cuando él llegó a la casa, los ciegos vinieron a él. Y Jesús les dijo: -¿Creen que puedo hacer esto? Ellos dijeron: -Sí, Señor.
9.29    Entonces les tocó los ojos diciendo: -Conforme a la fe de ustedes les sea hecho.
9.30    Y los ojos de ellos fueron abiertos. Entonces Jesús les encargó rigurosamente diciendo: -Miren que nadie lo sepa.
9.31    Pero ellos salieron y difundieron su fama por toda aquella tierra.



123- Sanación de un endemoniado mudo.
9.32    Mientras aquellos salían, he aquí le trajeron un hombre mudo endemoniado.
9.33    Y tan pronto fue echado fuera el demonio, el mudo habló. Y las multitudes se maravillaban diciendo: -¡Nunca se ha visto semejante cosa en Israel!
9.34    Pero los fariseos decían: -Por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios.



124- Jesús en su patria. Algunos se asombran de su sabiduría y conocen a su familia.
13.54   Vino a su tierra y les enseñaba en su sinagoga, de manera que ellos estaban atónitos y decían: -¿De dónde tiene este esta sabiduría y estos milagros?
13.55   ¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo, José, Simón y Judas?
13.56   ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, le vienen a este todas estas cosas?
13.57   Se escandalizaban de él. Pero Jesús les dijo: -No hay profeta sin honra sino en su propia tierra y en su casa.
13.58   Y no hizo allí muchos milagros a causa de la incredulidad de ellos.
6.1b   (...) y fue a su tierra, y sus discípulos lo siguieron.
6.2     Y cuando llegó el sábado, él comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos quedaban atónitos cuando le oían, y decían: -¿De dónde le vienen a este estas cosas? ¿Qué sabiduría es esta que le ha sido dada? ¡Cuántas obras poderosas son hechas por sus manos!
6.3     ¿No es este el carpintero, hijo de María y hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también sus hermanas aquí con nosotros? Se escandalizaban de él.
6.4     Pero Jesús les decía: -No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, entre sus familiares y en su casa.
6.5     Y no pudo hacer allí ningún hecho poderoso sino que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos.
6.6a   Estaba asombrado a causa de la incredulidad de ellos. (...)


125- Jesús tiene compasión de la multitud. Orando para que Dios envíe obreros a su mies.
9.35    Jesús recorría todas las ciudades y las aldeas, enseñando en sus sinagogas, predicando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia.
6.6b   (...) Y recorría las aldeas de alrededor, enseñando.


9.36    Y cuando vio las multitudes, tuvo compasión de ellas porque estaban acosadas y desamparadas como ovejas que no tienen pastor.
9.37    Entonces dijo a sus discípulos: “A la verdad, la mies es mucha, pero los obreros son pocos.
9.38    Rueguen, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies”.



126- Jesús envía a los 12 apóstoles en misión.
10.1    Entonces llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos para echarlos fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.
6.7     Entonces llamó a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos. Les daba autoridad sobre los espíritus inmundos.
9.1     Reuniendo a los doce, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios y para sanar enfermedades.

10.2    Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; también Jacobo hijo de Zebedeo, y su hermano Juan;
10.3    Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Jacobo hijo de Alfeo, y Tadeo;
10.4    Simón el cananita y Judas Iscariote, quien lo entregó.
10.5    A estos doce los envió Jesús, dándoles instrucciones diciendo: “No vayan por los caminos de los gentiles {lit. en griego: "de naciones"} ni entren en las ciudades de los samaritanos.
10.6    Pero vayan, más bien, a las ovejas perdidas de la casa de Israel.



10.7    Y cuando vayan, prediquen diciendo: ‘El reino de los cielos se ha acercado’.
10.8    Sanen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos, echen fuera demonios. De gracia han recibido; den de gracia.

9.2     Los envió a predicar el reino de Dios y a sanar a los enfermos.

10.9    “No se provean ni de oro ni de plata ni de cobre en sus cintos.
10.10   Tampoco lleven bolsas para el camino ni dos vestidos ni zapatos ni bastón; porque el obrero es digno de su alimento.
6.8     Les mandó que no llevaran nada para el camino: ni pan ni bolsa ni dinero en el cinto sino solamente un bastón;
6.9     pero que calzaran sandalias y que no vistieran dos túnicas.
9.3     Y les dijo: -No tomen nada para el camino: ni bastón ni bolsa ni pan ni dinero; ni tengan dos túnicas.

10.11   En cualquier ciudad o aldea donde entren, averigüen quién en ella sea digno y quédense allí hasta que salgan.
10.12   Al entrar en la casa, salúdenla.
10.13   Si la casa es digna, venga la paz de ustedes sobre ella. Pero si no es digna, vuelva su paz a ustedes.
10.14   Y en caso de que no los reciban ni escuchen sus palabras, salgan de aquella casa o ciudad y sacudan el polvo de sus pies.
10.15   De cierto les digo que, en el día del juicio, el castigo será más tolerable para los de la tierra de Sodoma y de Gomorra que para aquella ciudad.
6.10    Y les decía: “Dondequiera que entren en una casa, posen en ella hasta que salgan de aquel lugar.
6.11    Cualquier lugar que no los reciba ni los oiga, saliendo de allí, sacudan el polvo que está debajo de sus pies para testimonio contra ellos”.
9.4     En cualquier casa en que entren, permanezcan allí y de allí salgan.
9.5     Y dondequiera que no los reciban, al salir de aquella ciudad sacudan el polvo de sus pies como testimonio contra ellos.

10.16   “He aquí, yo los envío como a ovejas en medio de lobos. Sean, pues, astutos como serpientes y sencillos como palomas.



11.1    Aconteció que, cuando Jesús acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y a predicar en las ciudades de ellos.
6.12    Entonces ellos salieron y predicaron que la gente se arrepintiera.
6.13    Echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los sanaban.
9.6     Y saliendo, pasaban de aldea en aldea anunciando el evangelio y sanando por todas partes.

127- Muerte de Juan el bautizador .
14.1    En aquel tiempo, Herodes el tetrarca oyó la fama de Jesús
14.2    y dijo a sus criados: “¡Este es Juan el Bautista! Él ha resucitado de los muertos; por esta razón operan estos poderes en él”.
14.3    Porque Herodes había prendido a Juan, lo había atado con cadenas y puesto en la cárcel por causa de Herodía, la mujer de su hermano Felipe.
14.4    Porque Juan le decía: “No te es lícito tenerla por mujer”.
14.5    Y aunque Herodes quería matarlo, temió al pueblo; porque le tenían por profeta.
14.6    Pero cuando se celebró el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodía danzó en medio y agradó a Herodes,
14.7    por lo cual él se comprometió bajo juramento a darle lo que ella pidiera.
14.8    Ella, instigada por su madre, dijo: “Dame aquí en un plato la cabeza de Juan el Bautista”.
14.9    Entonces el rey se entristeció; pero a causa del juramento y de los que estaban con él a la mesa, mandó que se la dieran.
14.10   Mandó decapitar a Juan en la cárcel.
14.11   Y su cabeza fue traída en un plato y fue dada a la muchacha, y ella la presentó a su madre.
14.12a   Entonces llegaron sus discípulos, tomaron el cuerpo y lo enterraron. (...)
6.14    El rey Herodes oyó de Jesús, porque su nombre había llegado a ser muy conocido. Unos decían: “Juan el Bautista ha resucitado de los muertos, y por esta razón operan estos poderes en él”.
6.15    Otros decían: “Es Elías”. Mientras otros decían: “Es profeta como uno de los profetas”.
6.16    Pero cuando Herodes oyó esto, dijo: “¡Juan, a quien yo decapité, ha resucitado!”.
6.17    Porque Herodes mismo había mandado prender a Juan y lo había encadenado en la cárcel por causa de Herodía, la mujer de su hermano Felipe; porque se había casado con ella.
6.18    Pues Juan le decía a Herodes: “No te es lícito tener a la mujer de tu hermano”.
6.19    Pero Herodía lo acechaba y deseaba matarlo, aunque no podía
6.20    porque Herodes temía a Juan, sabiendo que era hombre justo y santo, y lo protegía. Y al escucharlo quedaba muy perplejo, pero le oía de buena gana.
6.21    Llegó un día oportuno cuando Herodes, en la fiesta de su cumpleaños, dio una cena para sus altos oficiales, los tribunos y las personas principales de Galilea.
6.22    Entonces la hija de Herodía entró y danzó, y agradó a Herodes y a los que estaban con él a la mesa; y el rey le dijo a la muchacha: -Pídeme lo que quieras, y yo te lo daré.
6.23    Y le juró mucho: -Todo lo que me pidas te daré, hasta la mitad de mi reino.
6.24    Ella salió y dijo a su madre: -¿Qué pediré? Y esta dijo: -La cabeza de Juan el Bautista.
6.25    En seguida ella entró con prisa al rey y le pidió diciendo: -Quiero que ahora mismo me des en un plato la cabeza de Juan el Bautista.
6.26    El rey se entristeció mucho pero, a causa del juramento y de los que estaban a la mesa, no quiso rechazarla.
6.27    Inmediatamente el rey envió a uno de la guardia y mandó que fuera traída la cabeza de Juan. Este fue, lo decapitó en la cárcel
6.28    y llevó su cabeza en un plato; la dio a la muchacha, y la muchacha se la dio a su madre.
6.29    Cuando sus discípulos oyeron esto, fueron y tomaron su cuerpo, y lo pusieron en un sepulcro.
9.7     El tetrarca Herodes oyó de todo lo que estaba pasando y estaba perplejo porque algunos decían que Juan había resucitado de los muertos.
9.8     Otros decían que Elías había aparecido, y otros que alguno de los antiguos profetas había resucitado.
9.9     Pero Herodes dijo: “A Juan yo lo decapité. ¿Quién, pues, es este de quien escucho tales cosas?”. Y procuraba verle.

128- Los 12 llegan de su misión de predicación.

6.30    Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado.
9.10a   Cuando los apóstoles regresaron, contaron a Jesús todo lo que habían hecho. (...)

129- A Jesús se le anuncia la muerte de Juan el bautizador.
14.12b   (...)  (y lo enterraron.) Luego fueron y se lo contaron a Jesús.



130- Jesús se entera de la muerte de Juan el bautizador, y se retira aparte. [+ Bethsaïda]
14.13a      Al oírlo, Jesús se apartó de allí en una barca a un lugar desierto y apartado. (...)
6.31    Él les dijo: -Vengan ustedes aparte a un lugar desierto, y descansen un poco. Porque eran muchos los que iban y venían, y ni siquiera tenían oportunidad para comer.
6.32    Y se fueron solos en la barca a un lugar desierto.
9.10b   (...) Y él los tomó consigo y se retiró aparte [a la ciudad llamada Betsaida].
6.1     Después de esto fue Jesús a la otra orilla del mar de Galilea, o sea de Tiberias,
14.13b   (...) Cuando las multitudes oyeron esto, lo siguieron a pie desde las ciudades.
6.33    Pero muchos los vieron ir y los reconocieron. Y corrieron allá a pie de todas las ciudades y llegaron antes que ellos.
9.11a     Pero, al saberlo, las multitudes lo siguieron; (...)
6.2     y lo seguía una gran multitud porque veían las señales que hacía en los enfermos.
14.14a      Cuando Jesús salió, vio la gran multitud y tuvo compasión de ellos, (...)
6.34a      Cuando Jesús salió, vio una gran multitud y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor. (...)



6.34b   (...) Entonces comenzó a enseñarles muchas cosas.Entonces comenzó a enseñarles muchas cosas.
9.11b   (...) y él los recibió, y les hablaba del reino de Dios (...)

14.14b   (...) y sanó a los que entre ellos estaban enfermos.

9.11c   (...) y sanaba a los que tenían necesidad de ser sanados.




6.3     Jesús subió a un monte y se sentó allí con sus discípulos.
131- Se acerca la segunda Pascua del año.
►En "Juan 6.4", es la 2ª Pascua del año que siempre se celebraba el día 14 del 2º mes llamado Iyar (aquí, lunes,16 de mayo del año 29), por tanto, un mes después de la 1ª Pascua del 14 de Nisán mencionada en "Juan 2.13, 23"; era para los que no habían podido tomar la 1ª Pascua del año (Números 9.1-14).◄




6.4     Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos.
132- El milagro de los 5 panes y los 2 pescados.
14.15a      Al atardecer, (...)
6.35a     Como la hora era ya muy avanzada, (...)
9.12a     El día comenzó a declinar, (...)




6.5a     Cuando Jesús alzó los ojos y vio que se le acercaba una gran multitud, (...)
14.15b   (...) sus discípulos se acercaron a él y le dijeron: -El lugar es desierto, y la hora ya avanzada. Despide a la gente para que vayan a las aldeas y compren para sí algo de comer.
6.35b   (...) sus discípulos se acercaron a él y le dijeron: -El lugar es desierto y la hora avanzada.
6.36    Despídelos para que vayan a los campos y las aldeas de alrededor y compren para sí algo que comer.
9.12b   (...) y los doce se acercaron a él y le dijeron: -Despide a la gente para que vayan a las aldeas y a los campos de alrededor, y se alojen y hallen comida porque aquí estamos en un lugar desierto.

14.16   Pero Jesús les dijo: -No tienen necesidad de irse. Denles ustedes de comer.
6.37a     Él les respondió y dijo: -Denles ustedes de comer. (...)
9.13a     Él les dijo: -Denles ustedes de comer. (...)


6.37b   (...) Le dijeron: -¿Que vayamos y compremos pan con el salario de más de seis meses {lit. en griego: "de doscientos denarios"}, y les demos de comer?





6.5b   (...) le dijo a Felipe: -¿De dónde compraremos pan para que coman estos?
6.6     Pero decía esto para probarle, porque Jesús sabía lo que iba a hacer.
6.7     Felipe le respondió: -Ni con el pan comprado con el salario de más de seis meses bastaría para que cada uno de ellos reciba un poco.

6.38a     Él les dijo: -¿Cuántos panes tienen? Vayan y vean. (...)


14.17   Entonces ellos dijeron: -No tenemos aquí sino cinco panes y dos pescados.
6.38b   (...) Al enterarse, le dijeron: -Cinco, y dos pescados.
9.13b   (...) Pero ellos dijeron: -No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros y compremos comida para todo este pueblo.
6.8     Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo:
6.9     -Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescaditos. Pero, ¿qué es esto para tantos?
14.18   Él les dijo: -Tráiganmelos acá.



14.19   Luego mandó que la gente se recostara sobre la hierba. Tomó los cinco panes y los dos pescados y, alzando los ojos al cielo, los bendijo. Después de partirlos, dio los panes a sus discípulos, y ellos a la gente.
6.39    Él les mandó que hicieran recostar a todos por grupos sobre la hierba verde.
6.40    Se recostaron por grupos, de cien en cien y de cincuenta en cincuenta.
6.41    Y él tomó los cinco panes y los dos pescados y, alzando los ojos al cielo, bendijo y partió los panes. Luego iba dando a sus discípulos para que los pusieran delante de los hombres, y también repartió los dos pescados entre todos.
9.14    Porque eran como cinco mil hombres. Entonces dijo a sus discípulos: -Hagan que se sienten en grupos de unos cincuenta cada uno.
9.15    Y así lo hicieron, haciendo que todos se sentaran.
9.16    Entonces Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados y, alzando los ojos al cielo, los bendijo. Luego los partió e iba dando a sus discípulos para que los pusieran delante de la gente.
6.10    Entonces Jesús dijo: -Hagan recostar a la gente. Había mucha hierba en aquel lugar. Se recostaron, pues, como cinco mil hombres.
6.11    Entonces Jesús tomó los panes y, habiendo dado gracias, los repartió entre los que estaban recostados. De igual manera repartió de los pescados, cuanto querían.
14.20   Todos comieron y se saciaron, y se recogieron doce canastas llenas de lo que sobró de los pedazos.
6.42    Todos comieron y se saciaron,
6.43    y recogieron doce canastas llenas de los pedazos de pan y de los pescados.
9.17    Todos comieron y se saciaron, y de lo que sobró recogieron doce canastas de pedazos.
6.12    Cuando fueron saciados, dijo a sus discípulos: -Recojan los pedazos que han quedado para que no se pierda nada.
6.13    Recogieron, pues, y llenaron doce canastas de pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido.
14.21   Los que comieron eran como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.
6.44    Y los que comieron los panes eran como cinco mil hombres.
9.14     eran como cinco mil hombres.  ...
6.10    ...como cinco mil hombres. ...

6.14    Entonces, cuando los hombres vieron la señal que Jesús había hecho, decían: -¡Verdaderamente este es el profeta que ha de venir al mundo!
133- Jesús camina sobre el agua, luego también Pedro.
14.22   Y en seguida Jesús obligó a sus discípulos a entrar en la barca e ir delante de él a la otra orilla, mientras él despedía a las multitudes.
14.23   Una vez despedida la gente, subió al monte para orar a solas; y cuando llegó la noche, estaba allí solo.
6.45    En seguida obligó a sus discípulos a entrar en la barca para ir delante de él a Betsaida, en la otra orilla, mientras él despedía a la multitud.
6.46    Y habiéndose despedido de ellos, se fue al monte a orar.

6.15    Como Jesús entendió que iban a venir para tomarlo por la fuerza y hacerlo rey, se retiró de nuevo al monte, él solo.
6.16    Cuando anochecía, sus discípulos descendieron al mar
14.24   La barca ya quedaba a gran distancia de la tierra, azotada por las olas, porque el viento era contrario.
14.25   Y a la madrugada, Jesús fue a ellos caminando sobre el mar.
14.26   Pero cuando los discípulos lo vieron caminando sobre el mar, se turbaron diciendo: -¡Un fantasma! Y gritaron de miedo.
14.27   En seguida Jesús les habló diciendo: -¡Tengan ánimo! ¡Yo soy! ¡No teman!
6.47    Al caer la noche, la barca estaba en medio del mar, y él solo en tierra.
6.48    Viendo que ellos se fatigaban remando porque el viento les era contrario, a la madrugada, él fue a ellos caminando sobre el mar, y quería pasarlos de largo.
6.49    Pero cuando ellos vieron que él caminaba sobre el mar, pensaron que era un fantasma y clamaron a gritos;
6.50    porque todos lo vieron y se turbaron. Pero en seguida habló con ellos y les dijo: “¡Tengan ánimo! ¡Yo soy! ¡No teman!”.

6.17    y, entrando en una barca iban cruzando el mar hacia Capernaúm. Ya había oscurecido, y Jesús todavía no había venido a ellos.
6.18    Y se agitaba el mar porque soplaba un gran viento.
6.19    Entonces, cuando habían remado como cinco o seis kilómetros, vieron a Jesús caminando sobre el mar y acercándose a la barca, y tuvieron miedo.
6.20    Pero él les dijo: -¡Yo soy! ¡No teman!
14.28   Entonces le respondió Pedro y dijo: -Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.
14.29   Y él dijo: -Ven. Pedro descendió de la barca y caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús.
14.30   Pero al ver el viento fuerte tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó diciendo: -¡Señor, sálvame!
14.31   De inmediato Jesús extendió la mano, lo sostuvo y le dijo: -¡Oh hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?



14.32   Cuando ellos subieron a la barca, se calmó el viento.
14.33   Entonces los que estaban en la barca lo adoraron diciendo: -¡Verdaderamente eres Hijo de Dios!
6.51    Y subió a ellos en la barca, y se calmó el viento. Ellos estaban sumamente perplejos,
6.52    pues aun no habían comprendido lo de los panes; más bien, sus corazones estaban endurecidos.

6.21    Entonces ellos quisieron recibirlo en la barca y, de inmediato, la barca llegó a la tierra a donde iban.
134- Al día siguiente, la gente al otro lado del mar busca y encuentra a Jesús.



6.22    Al día siguiente, la multitud que había estado al otro lado del mar se dio cuenta de que no había habido allí sino una sola barca, y que Jesús no había entrado en la barca con sus discípulos sino que estos se habían ido solos.
6.23    (Sin embargo, de Tiberias habían llegado otras barcas cerca del lugar donde habían comido el pan después que el Señor había dado gracias).
6.24    Entonces, cuando la multitud vio que Jesús no estaba allí ni tampoco sus discípulos, ellos entraron en las barcas y fueron a Capernaúm buscando a Jesús.
6.25    Cuando lo hallaron al otro lado del mar, le preguntaron: -Rabí, ¿cuándo llegaste acá?
135- Jesús enseña en la sinagoga de Capernaum.




6.26    Jesús les respondió diciendo: -De cierto, de cierto les digo que me buscan, no porque han visto las señales sino porque comieron de los panes y se saciaron.


6.27    Trabajen, no por la comida que perece sino por la comida que permanece para vida eterna que el Hijo del Hombre les dará; porque en este, Dios el Padre ha puesto su sello.
6.28    Entonces le dijeron: -¿Qué haremos para realizar las obras de Dios?
6.29    Respondió Jesús y les dijo: -Esta es la obra de Dios: que crean en aquel que él ha enviado.
6.30    Entonces le dijeron: -¿Qué señal, pues, haces tú para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra haces?
6.31    Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer.
6.32    Por tanto Jesús les dijo: -De cierto, de cierto les digo que no les ha dado Moisés el pan del cielo sino mi Padre les da el verdadero pan del cielo.
6.33    Porque el pan de Dios es aquel que desciende del cielo y da vida al mundo.
6.34    Le dijeron: -Señor, danos siempre este pan.
6.35    Jesús les dijo: -Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mí cree no tendrá sed jamás.
6.36    Pero les he dicho que me han visto, y no creen.
6.37    Todo lo que el Padre me da vendrá a mí; y al que a mí viene jamás lo echaré fuera.
6.38    Porque yo he descendido del cielo no para hacer la voluntad mía sino la voluntad del que me envió.
6.39    Y esta es la voluntad del que me envió: que yo no pierda nada de todo lo que me ha dado, sino que lo resucite en el día final.
6.40    Esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que mira al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y que yo lo resucite en el día final.
6.41    Entonces los judíos murmuraban de él porque había dicho: “Yo soy el pan que descendió del cielo”.
6.42    Y decían: -¿No es este Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo es que ahora dice: “He descendido del cielo”?
6.43    Jesús respondió y les dijo: -No murmuren más entre ustedes.
6.44    Nadie puede venir a mí a menos que el Padre que me envió lo traiga; y yo lo resucitaré en el día final.
6.45    Está escrito en los Profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que todo aquel que oye y aprende del Padre viene a mí.
6.46    No es que alguien haya visto al Padre, sino que aquel que proviene de Dios, este ha visto al Padre.
6.47    De cierto, de cierto les digo: El que cree tiene vida eterna.
6.48    Yo soy el pan de vida.
6.49    Sus padres comieron el maná en el desierto y murieron.
6.50    Este es el pan que desciende del cielo para que el que coma de él no muera.
6.51    Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré por la vida del mundo es mi carne.
6.52    Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: -¿Cómo puede este darnos a comer su carne?
6.53    Y Jesús les dijo: -De cierto, de cierto les digo que si no comen la carne del Hijo del Hombre y beben su sangre, no tienen vida en ustedes.
6.54    El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final.
6.55    Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
6.56    El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí, y yo en él.
6.57    Así como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, de la misma manera el que me come también vivirá por mí.
6.58    Este es el pan que descendió del cielo. No como los padres que comieron y murieron; el que come de este pan vivirá para siempre.
6.59    Estas cosas dijo en la sinagoga cuando enseñaba en Capernaúm.
6.60    Entonces, al oírlo, muchos de sus discípulos dijeron: -Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?
6.61    Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: -¿Esto los escandaliza?
6.62    ¿Y si vieran al Hijo del Hombre subir a donde estaba primero?
6.63    El Espíritu es el que da vida; la carne no aprovecha para nada. Las palabras que yo les he hablado son espíritu y son vida.
6.64    Pero hay entre ustedes algunos que no creen. Pues desde el principio Jesús sabía quiénes eran los que no creían y quién le había de entregar,
6.65    y decía: -Por esta razón les he dicho que nadie puede venir a mí a menos que le haya sido concedido por el Padre.
6.66    Desde entonces, muchos de sus discípulos volvieron atrás y ya no andaban con él.
6.67    Entonces Jesús les dijo a los doce: -¿Quieren acaso irse ustedes también?
6.68    Le respondió Simón Pedro: -Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.
6.69    Y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Santo de Dios.
6.70    Jesús les respondió: -¿No los escogí yo a ustedes doce y uno de ustedes es diablo?




6.71    Hablaba de Judas, hijo de Simón Iscariote, porque este, siendo uno de los doce, estaba por entregarlo.
136- En Genesaret, todos los que tocaban a Jesús quedaban sanados. Evita Judea.
14.34   Cuando cruzaron a la otra orilla, llegaron a la tierra de Genesaret.
14.35   Y cuando los hombres de aquel lugar lo reconocieron, mandaron a decirlo por toda aquella región, y trajeron a él todos los que estaban enfermos.
14.36   Y le rogaban que solo pudieran tocar el borde de su manto, y todos los que lo tocaron quedaron sanos.
6.53    Y cuando cruzaron a la otra orilla, llegaron a la tierra de Genesaret y amarraron la barca.
6.54    Pero cuando ellos salieron de la barca, en seguida la gente lo reconoció.
6.55    Recorrieron toda aquella región, y comenzaron a traer en camillas a los que estaban enfermos a donde oían que él estaba.
6.56    Dondequiera que entraba, ya sea en aldeas o ciudades o campos, ponían en las plazas a los que estaban enfermos, y le rogaban que solo pudieran tocar el borde de su manto. Y todos los que lo tocaban quedaban sanos.

7.1     Después de esto, andaba Jesús por Galilea. No quería andar por Judea porque los judíos lo buscaban para matarlo. {"Juan 5.18"}
137- Fariseos y tradición. Lo que contamina sale del hombre. Ciegos guiando a ciegos.
15.1    Entonces se acercaron a Jesús unos fariseos y escribas de Jerusalén, diciendo:
15.2    -¿Por qué quebrantan tus discípulos la tradición de los ancianos? Pues no se lavan las manos cuando comen pan.
15.3    Él les respondió diciendo: -¿Por qué también ustedes quebrantan el mandamiento de Dios por causa de su tradición?
15.4    Porque Dios dijo: Honra a tu padre y a tu madre, y: El que maldiga a su padre o a su madre muera irremisiblemente.
15.5    Pero ustedes dicen que cualquiera que diga a su padre o a su madre: “Aquello con que hubieras sido beneficiado es mi ofrenda a Dios”,
15.6    no debe honrar a su padre. »Así han invalidado la palabra de Dios por causa de su tradición.
15.7    ¡Hipócritas! Bien profetizó Isaías de ustedes diciendo:
15.8    Este pueblo me honra de labios, pero su corazón está lejos de mí.
15.9    Y en vano me rinden culto, enseñando como doctrina los mandamientos de hombres.
7.1     Se juntaron a Jesús los fariseos y algunos de los escribas que habían venido de Jerusalén.
7.2     Ellos vieron que algunos discípulos de él estaban comiendo pan con las manos impuras; es decir, sin lavar.
7.3     Pues los fariseos y todos los judíos, si no se lavan las manos hasta la muñeca, no comen porque se aferran a la tradición de los ancianos.
7.4     Cuando vuelven del mercado, si no se lavan, no comen. Y hay muchas otras cosas que aceptaron para guardar, como los lavamientos de las copas, de los jarros y de los utensilios de bronce y de los divanes.
7.5     Le preguntaron los fariseos y los escribas: -¿Por qué no andan tus discípulos de acuerdo con la tradición de los ancianos sino que comen pan con las manos impuras?
7.6     Y les respondió diciendo: -Bien profetizó Isaías acerca de ustedes, hipócritas, como está escrito: Este pueblo me honra de labios, pero su corazón está lejos de mí.
7.7     Y en vano me rinden culto, enseñando como doctrina los mandamientos de hombres .
7.8     Porque dejando los mandamientos de Dios, se aferran a la tradición de los hombres.
7.9     Les decía también: -¡Bien desechan el mandamiento de Dios para establecer su tradición!
7.10    Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre, y: El que maldiga a su padre o a su madre muera irremisiblemente.
7.11    Pero ustedes dicen que si alguien le dice a su padre o madre: “Aquello con que hubieras sido beneficiado de parte mía es Corbán” -es decir, una ofrenda a Dios-,
7.12    ya no le permiten hacer nada por su padre o su madre.
7.13    Así invalidan la palabra de Dios mediante su tradición que han transmitido, y hacen muchas cosas semejantes a estas.


15.10   Entonces, llamando a la multitud, les dijo: -¡Oigan y entiendan!
15.11   Lo que entra en la boca no contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, esto contamina al hombre.
7.14    Llamando a sí otra vez a toda la multitud, les decía: -¡Óiganme todos y entiendan!
7.15    No hay nada fuera del hombre que, por entrar en él, lo pueda contaminar. Pero lo que sale del hombre es lo que contamina al hombre.
7.16    [Algunos manuscritos antiguos incluyen: 16. "Si alguno tiene oídos para oír, oiga"; {texto similar a "Marcos 4.9, 23"}]


15.12   Entonces se acercaron los discípulos y le dijeron: -¿Sabes que los fariseos se ofendieron al oír esas palabras?
15.13   Pero él respondió y dijo: -Toda planta que no plantó mi Padre celestial será desarraigada.
15.14   Déjenlos. Son ciegos guías de ciegos. Pero si el ciego guía al ciego, ambos caerán en el hoyo.
15.15   Respondió Pedro y le dijo: -Explícanos esta parábola.
15.16   Jesús dijo: -¿También ustedes carecen de entendimiento?
15.17   ¿No entienden que todo lo que entra en la boca va al estómago y sale a la letrina?
15.18   Pero lo que sale de la boca viene del corazón, y eso contamina al hombre.
15.19   Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las inmoralidades sexuales, los robos, los falsos testimonios y las blasfemias.
15.20   Estas cosas son las que contaminan al hombre, pero el comer sin lavarse las manos no contamina al hombre.
7.17    Cuando entró en casa, aparte de la multitud, sus discípulos le preguntaron acerca de la parábola.
7.18    Y les dijo: -¿Así que también ustedes carecen de entendimiento? ¿No comprenden que nada de lo que entra en el hombre desde fuera lo puede contaminar?
7.19    Porque no entra en su corazón sino en su estómago, y sale a la letrina. Así declaró limpias todas las comidas.
7.20    Y decía: -Lo que del hombre sale, eso contamina al hombre.
7.21    Porque desde adentro, del corazón del hombre, salen los malos pensamientos, las inmoralidades sexuales, los robos, los homicidios,
7.22    los adulterios, las avaricias, las maldades, el engaño, la sensualidad, la envidia, la blasfemia, la insolencia y la insensatez.
7.23    Todas estas maldades salen de adentro y contaminan al hombre.


138- La mujer cananea y su hija atormentada. Migajas a los perros.
15.21   Cuando Jesús salió de allí, se fue a las regiones de Tiro y de Sidón.
15.22   Entonces una mujer cananea que había salido de aquellas regiones, clamaba diciendo: -¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio.
15.23   Pero él no le respondía palabra. Entonces se acercaron sus discípulos y le rogaron diciendo: -Despídela, pues grita tras nosotros.
15.24   Y respondiendo dijo: -Yo no he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
15.25   Entonces ella vino y se postró delante de él diciéndole: -¡Señor, socórreme!
15.26   Él le respondió diciendo: -No es bueno tomar el pan de los hijos y echarlo a los perritos.
15.27   Y ella dijo: -Sí, Señor. Pero aun los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus dueños.
15.28   Entonces respondió Jesús y le dijo: -¡Oh mujer, grande es tu fe! Sea hecho contigo como quieres. Y su hija fue sana desde aquella hora.
7.24    Y levantándose, partió de allí para los territorios de Tiro y de Sidón. Y entró en una casa y no quería que nadie lo supiera pero no pudo esconderse.
7.25    Más bien, en seguida oyó de él una mujer cuya hija tenía un espíritu inmundo, y vino y cayó a sus pies.
7.26    La mujer era griega, de nacionalidad sirofenicia, y le rogaba que echara el demonio fuera de su hija.
7.27    Pero Jesús le dijo: -Deja primero que se sacien los hijos, porque no es bueno tomar el pan de los hijos y echarlo a los perritos.
7.28    Ella respondió y le dijo: -Sí, Señor; también los perritos debajo de la mesa comen de las migajas de los hijos.
7.29    Entonces él le dijo: -Por causa de lo que has dicho, ve; el demonio ha salido de tu hija.
7.30    Y cuando ella se fue a su casa, halló a su hija acostada en la cama y que el demonio había salido.


139- Desde Tiro, Jesús viene cerca del mar de Galilea.
15.29a     Cuando Jesús partió de allí, fue junto al mar de Galilea, (...)
7.31    Al salir de nuevo de los territorios de Tiro, fue por Sidón al mar de Galilea, atravesando el territorio de Decápolis.


140- Sanación de un sordo que habla con dificultad. Varias sanaciones.
15.29b   (...) y subiendo al monte se sentó allí.




7.32    Entonces le trajeron un sordo y tartamudo, y le rogaron que le pusiera la mano encima.
7.33    Y tomándolo aparte de la multitud, metió los dedos en sus orejas, escupió y tocó su lengua.
7.34    Luego, mirando al cielo, suspiró y le dijo: -¡Efata! (esto es: Sé abierto).
7.35    Y de inmediato fueron abiertos sus oídos y desatada la ligadura de su lengua, y hablaba bien.
7.36    Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero cuanto más les mandaba, tanto más lo proclamaban.


15.30   Entonces se acercaron a él grandes multitudes que tenían consigo cojos, ciegos, mancos, mudos y muchos otros enfermos. Los pusieron a los pies de Jesús, y él los sanó;



15.31   de manera que la gente se maravillaba al ver a los mudos hablar, a los mancos sanos, a los cojos andar y a los ciegos ver. Y glorificaban al Dios de Israel.
7.37    Se maravillaban sin medida, diciendo: -¡Todo lo ha hecho bien! Aun a los sordos hace oír, y a los mudos hablar.


141- El milagro de los 7 panes y unos pocos pescaditos.
15.32   Jesús llamó a sus discípulos y dijo: -Tengo compasión de la multitud, porque ya hace tres días que permanecen conmigo y no tienen qué comer. No quiero despedirlos en ayunas, no sea que se desmayen en el camino.
15.33   Entonces sus discípulos le dijeron: -¿De dónde conseguiremos nosotros tantos panes en un lugar desierto, como para saciar a una multitud tan grande?
15.34   Jesús les dijo: -¿Cuántos panes tienen? Ellos dijeron: -Siete, y unos pocos pescaditos.
15.35   Entonces él mandó a la multitud que se recostara sobre la tierra.
15.36   Tomó los siete panes y los pescaditos, y habiendo dado gracias los partió e iba dando a los discípulos, y los discípulos a las multitudes.
15.37   Todos comieron y se saciaron, y recogieron siete cestas llenas de lo que sobró de los pedazos.
15.38   Los que comían eran cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.
15.39   Entonces, una vez despedida la gente, subió en la barca y se fue a las regiones de Magdala.
8.1     En aquellos días, ya que otra vez había una gran multitud y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
8.2     -Tengo compasión de la multitud, porque ya hace tres días que permanecen conmigo y no tienen qué comer.
8.3     Si los despido a sus casas en ayunas, se desmayarán en el camino; y algunos de ellos han venido de lejos.
8.4     Sus discípulos le respondieron: -¿De dónde podrá alguien saciar a estos de pan aquí en el desierto?
8.5     Y les preguntó: -¿Cuántos panes tienen? Ellos dijeron: -Siete.
8.6     Entonces él mandó a la multitud recostarse en tierra. Tomó los siete panes y, habiendo dado gracias, los partió y daba a sus discípulos para que ellos los sirvieran. Y ellos los sirvieron a la multitud.
8.7     También tenían unos pocos pescaditos. Y después de bendecirlos, él mandó que también los sirvieran.
8.8     Comieron y se saciaron, y recogieron siete cestas de los pedazos que habían sobrado.
8.9     Y eran como cuatro mil. Él los despidió;
8.10    y luego, entrando en la barca con sus discípulos, se fue a la región de Dalmanuta.


142- Discernir el aspecto del cielo, pero no las señales de los tiempos. La señal de Jonás.
16.1    Se acercaron los fariseos y los saduceos, y para probarle le pidieron que les mostrara una señal del cielo.
16.2    Pero él les respondió diciendo: “Al atardecer dicen: ‘Hará buen tiempo, porque el cielo está enrojecido’;
16.3    y al amanecer dicen: ‘Hoy habrá tempestad, porque el cielo está enrojecido y sombrío’. Saben discernir el aspecto del cielo, pero no pueden discernir las señales de los tiempos.
16.4    Una generación malvada y adúltera pide señal, pero no le será dada ninguna señal, sino la señal de Jonás”. Y dejándolos se fue.
8.11    Salieron los fariseos y comenzaron a discutir con él, pidiéndole una señal del cielo, para probarle.
8.12    Él suspiró profundamente en su espíritu y dijo: “¿Por qué pide esta generación una señal? De cierto les digo que a esta generación no se le dará ninguna señal”.
8.13a    Y dejándolos, (...)


143- La levadura de los fariseos y la de Herodes.
16.5    Cuando los discípulos cruzaron a la otra orilla, se olvidaron de tomar consigo pan.
16.6    Entonces Jesús les dijo: -Miren, guárdense de la levadura de los fariseos y de los saduceos.
16.7    Ellos discutían entre sí, diciendo: -Es porque no trajimos pan.
16.8    Pero como Jesús lo entendió, les dijo: -¿Por qué discuten entre ustedes que no tienen pan, hombres de poca fe?
16.9    ¿Todavía no entienden, ni se acuerdan de los cinco panes para los cinco mil hombres y cuántas canastas recogieron?
16.10   ¿Ni tampoco de los siete panes para los cuatro mil y cuántas cestas recogieron?
16.11   ¿Cómo es que no entienden que no les hablé del pan? ¡Pero guárdense de la levadura de los fariseos y de los saduceos!
16.12   Entonces entendieron que no les habló de guardarse de la levadura del pan, sino más bien de la doctrina de los fariseos y de los saduceos.
8.13b   (...) volvió a entrar en la barca y cruzó a la otra orilla.
8.14    Se habían olvidado de llevar pan, y no tenían consigo en la barca sino un solo pan.
8.15    Y él les mandó, diciendo: -Miren; guárdense de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes.
8.16    Ellos discutían los unos con los otros, porque no tenían pan.
8.17    Como Jesús lo entendió, les dijo: -¿Por qué discuten? ¿Porque no tienen pan? ¿Todavía no entienden ni comprenden? ¿Tienen endurecido su corazón?
8.18    Teniendo ojos, ¿no ven? Teniendo oídos, ¿no oyen? ¿No se acuerdan?
8.19    Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas canastas llenas de pedazos recogieron? Ellos dijeron: -Doce.
8.20    -Y cuando repartí los siete panes entre los cuatro mil, ¿cuántas cestas llenas de pedazos recogieron? Ellos dijeron: -Siete.
8.21    Él les preguntó: -¿Todavía no comprenden?


144- Sanación de un ciego (con saliva) tocándole dos veces.

8.22    Jesús fue a Betsaida, y le trajeron un ciego y le rogaban que lo tocara.
8.23    Entonces, tomando al ciego de la mano, lo sacó fuera de la aldea. Después de mojarle los ojos con saliva e imponerle las manos le preguntó: -¿Ves algo?
8.24    Al mirar, él decía: -Veo a los hombres, pero los veo como árboles que andan.
8.25    Luego puso otra vez las manos sobre sus ojos, y el ciego miró intensamente. Y fue restaurada su vista, y veía todo de lejos y claramente.
8.26    Entonces Jesús lo envió a su casa, diciéndole: -No entres en la aldea.


145- Jesús en la fiesta de los Tabernáculos. [+]
►"Levítico 23.34"; fiesta que dura 7 días comenzando el día 15 del 7º mes llamado « tishri » (aquí comenzando el martes 11 de octubre del año 29).◄





7.2     Estaba próxima la fiesta de los Tabernáculos de los judíos.


7.3     Por tanto, le dijeron sus hermanos: -Sal de aquí y vete a Judea para que también tus discípulos vean las obras que haces.
7.4     Porque nadie que procura darse a conocer hace algo en oculto. Puesto que haces estas cosas, manifiéstate al mundo.
7.5     Pues ni aun sus hermanos creían en él.
7.6     Entonces Jesús les dijo: -Mi tiempo no ha llegado todavía pero el tiempo de ustedes siempre está a la mano.
7.7     El mundo no puede aborrecerlos a ustedes pero a mí me aborrece porque yo doy testimonio de él, que sus obras son malas.
7.8     Suban ustedes a la fiesta. Yo no subo todavía a esta fiesta porque mi tiempo aún no se ha cumplido.
7.9     Habiendo dicho esto, él se quedó en Galilea.
7.10    Pero cuando sus hermanos hubieron subido a la fiesta, entonces él también subió, no abiertamente sino en secreto.
7.11    Los judíos lo buscaban en la fiesta y decían: -¿Dónde está aquel?
7.12    Había una gran murmuración acerca de él entre las multitudes. Unos decían: “Es bueno”. Pero otros decían: “No, sino que engaña a la gente”.
7.13    Sin embargo, nadie hablaba abiertamente de él por miedo de los judíos.
7.14    Cuando ya había pasado la mitad de la fiesta, subió Jesús al templo y enseñaba.
7.15    Entonces los judíos se asombraban diciendo: -¿Cómo sabe este de letras sin haber estudiado?
7.16    Por tanto, Jesús les respondió y dijo: -Mi doctrina no es mía sino de aquel que me envió.
7.17    Si alguien quiere hacer su voluntad, conocerá si mi doctrina proviene de Dios o si yo hablo por mi propia cuenta.
7.18    El que habla de sí mismo busca su propia gloria; pero el que busca la gloria del que lo envió, este es verdadero y en él no hay injusticia.
7.19    ¿No les dio Moisés la Ley? Y ninguno de ustedes la cumple. ¿Por qué buscan matarme?
7.20    La multitud respondió: -Demonio tienes. ¿Quién busca matarte?
7.21    Jesús respondió y les dijo: -Una sola obra hice, y todos se asombran.
7.22    Por esto Moisés les dio la circuncisión (no porque sea de Moisés sino de los padres), y en sábado circuncidan al hombre.
7.23    Si el hombre recibe la circuncisión en sábado a fin de que la ley de Moisés no sea quebrantada, ¿se enojan conmigo porque en sábado sané a un hombre por completo?
7.24    No juzguen según las apariencias sino juzguen con justo juicio.
7.25    Decían entonces algunos de Jerusalén: -¿No es este a quien buscan para matarle?
7.26    ¡He aquí, habla públicamente y no le dicen nada! ¿Será que los principales realmente han reconocido que él es el Cristo?
7.27    Pero este, sabemos de dónde es; pero cuando venga el Cristo nadie sabrá de dónde sea.
7.28    Entonces Jesús alzó la voz en el templo, enseñando y diciendo: -A mí me conocen y saben de dónde soy. Y yo no he venido por mí mismo; más bien, el que me envió, a quien ustedes no conocen, es verdadero.
7.29    Yo lo conozco, porque de él provengo y él me envió.
7.30    Entonces procuraban prenderle, pero nadie puso su mano sobre él porque todavía no había llegado su hora.
7.31    Muchos del pueblo creyeron en él y decían: “Cuando venga el Cristo, ¿hará más señales que las que hizo este?”.
7.32    Los fariseos oyeron que la multitud murmuraba estas cosas acerca de él, y los principales sacerdotes y los fariseos enviaron guardias para tomarlo preso.
7.33    Entonces dijo Jesús: -Todavía estaré con ustedes un poco de tiempo; luego iré al que me envió.
7.34    Me buscarán y no me hallarán, y a donde yo estaré ustedes no podrán ir.
7.35    Entonces los judíos se decían entre sí: -¿A dónde se ha de ir este, que nosotros no lo hallemos? ¿Acaso ha de ir a la dispersión entre los griegos para enseñar a los griegos?
7.36    ¿Qué significa este dicho que dijo: “Me buscarán y no me hallarán, y no podrán ir a donde yo estaré”?
7.37    Pero en el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso de pie y alzó la voz diciendo: -Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.
7.38    El que cree en mí, como dice la Escritura, ríos de agua viva correrán de su interior.
7.39    Esto dijo acerca del Espíritu que habían de recibir los que creyeran en él, pues todavía no había sido dado el Espíritu porque Jesús aún no había sido glorificado.
7.40    Entonces, cuando algunos de la multitud oyeron estas palabras, decían: “¡Verdaderamente, este es el profeta!”.
7.41    Otros decían: “Este es el Cristo”. Pero otros decían: “¿De Galilea habrá de venir el Cristo?
7.42    ¿No dice la Escritura que el Cristo vendrá de la descendencia de David y de la aldea de Belén, de donde era David?”.
7.43    Así que había disensión entre la gente por causa de él.
7.44    Algunos de ellos querían tomarlo preso, pero ninguno le echó mano.
7.45    Luego los guardias regresaron a los principales sacerdotes y a los fariseos, y estos les dijeron: -¿Por qué no lo trajeron?
7.46    Los guardias respondieron: -¡Nunca habló hombre alguno así!
7.47    Entonces los fariseos les respondieron: -¿Será posible que ustedes también hayan sido engañados?
7.48    ¿Habrá creído en él alguno de los principales o de los fariseos?
7.49    Pero esta gente que no conoce la ley es maldita.
7.50    Nicodemo, el que fue a Jesús al principio y que era uno de ellos, les dijo:
7.51    -¿Juzga nuestra ley a un hombre si primero no se le oye y se entiende qué hace?
7.52    Le respondieron y dijeron: -¿Eres tú también de Galilea? Escudriña y ve que de Galilea no se levanta ningún profeta.




7.53    [Y se fue cada uno a su casa.
146-  Jesús del monte de los olivos al templo por la mañana.



8.1     Pero Jesús se fue al monte de los Olivos,
8.2     y muy de mañana volvió al templo. Todo el pueblo venía a él y sentado, les enseñaba.
147- La adúltera llevada ante Jesús.




8.3     Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio y, poniéndola en medio,


8.4     le dijeron: -Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el mismo acto de adulterio.
8.5     Ahora bien, en la ley Moisés nos mandó apedrear a las tales. Tú, pues, ¿qué dices?
8.6     Esto decían para probarle, para tener de qué acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en la tierra con el dedo.
8.7     Pero, como insistieron en preguntarle, se enderezó y les dijo: -El de ustedes que esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.
8.8     Al inclinarse hacia abajo otra vez, escribía en tierra.
8.9     Pero cuando lo oyeron, salían uno por uno comenzando por los más viejos. Solo quedaron Jesús y la mujer, que estaba en medio.
8.10    Entonces Jesús se enderezó y le preguntó: -Mujer, ¿dónde están?. ¿Ninguno te ha condenado?




8.11    Y ella dijo: -Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: -Ni yo te condeno. Vete y, desde ahora, no peques más].
148- Jesús, la luz del mundo. La verdad libera. Antes que Abraham fuese, yo soy.




8.12    Jesús les habló otra vez a los fariseos diciendo: -Yo soy la luz del mundo. El que me sigue nunca andará en tinieblas sino que tendrá la luz de la vida.


8.13    Entonces los fariseos le dijeron: -Tú das testimonio de ti mismo; tu testimonio no es verdadero.
8.14    Jesús respondió y les dijo: -Aun si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es verdadero porque sé de dónde vine y a dónde voy. Pero ustedes no saben de dónde vengo ni a dónde voy.
8.15    Ustedes juzgan según la carne pero yo no juzgo a nadie.
8.16    Y aun si yo juzgo, mi juicio es verdadero porque no soy yo solo sino yo y el Padre que me envió.
8.17    En la ley de ustedes está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero.
8.18    Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió también da testimonio de mí.
8.19    Entonces le decían: -¿Dónde está tu Padre? Respondió Jesús: -Ni a mí me conocen, ni a mi Padre. Si a mí me hubieran conocido, a mi Padre también habrían conocido.
8.20    Estas palabras habló Jesús enseñando en el templo en el lugar de las ofrendas; y nadie lo prendió porque todavía no había llegado su hora.
8.21    Luego Jesús les dijo otra vez: -Yo me voy, y me buscarán; pero en su pecado morirán. A donde yo voy ustedes no pueden ir.
8.22    Entonces los judíos decían: -¿Será posible que se habrá de matar a sí mismo? Pues dice: “A donde yo voy, ustedes no pueden ir”.
8.23    Él les decía: -Ustedes son de abajo; yo soy de arriba. Ustedes son de este mundo; yo no soy de este mundo.
8.24    Por esto les dije que morirán en sus pecados; porque a menos que crean que Yo Soy, en sus pecados morirán.
8.25    Así que le decían: -Tú, ¿quién eres? Entonces Jesús les dijo: -Lo mismo que les vengo diciendo desde el principio.
8.26    Muchas cosas tengo que decir y juzgar de ustedes. Pero el que me envió es verdadero; y yo, lo que he oído de parte de él, esto hablo al mundo.
8.27    Pero no entendieron que les hablaba del Padre.
8.28    Entonces Jesús les dijo: -Cuando hayan levantado al Hijo del Hombre, entonces entenderán que Yo Soy, y que nada hago de mí mismo sino que estas cosas hablo así como el Padre me enseñó.
8.29    Porque el que me envió, conmigo está. El Padre no me ha dejado solo porque yo hago siempre lo que le agrada a él.
8.30    Mientras él decía estas cosas, muchos creyeron en él.
8.31    Por tanto, Jesús decía a los judíos que habían creído en él: -Si ustedes permanecen en mi palabra serán verdaderamente mis discípulos;
8.32    y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.
8.33    Le respondieron: -Somos descendientes de Abraham y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: “Llegarán a ser libres”?
8.34    Jesús les respondió: -De cierto, de cierto les digo que todo aquel que practica el pecado es esclavo del pecado.
8.35    El esclavo no permanece en la casa para siempre; el Hijo sí queda para siempre.
8.36    Así que, si el Hijo los hace libres, serán verdaderamente libres.
8.37    Sé que son descendientes de Abraham; no obstante, procuran matarme porque mi palabra no tiene cabida en ustedes.
8.38    Yo hablo de lo que he visto estando con el Padre, y ustedes hacen lo que han oído de parte de su padre.
8.39    Respondieron y le dijeron: -Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: -Puesto que son hijos de Abraham, hagan las obras de Abraham.
8.40    Pero ahora procuran matarme a mí, un hombre que les he hablado la verdad que oí de parte de Dios. ¡Esto no lo hizo Abraham!
8.41    Ustedes hacen las obras de su padre. Entonces le dijeron: -Nosotros no hemos nacido de inmoralidad sexual. Tenemos un solo padre, Dios.
8.42    Entonces Jesús les dijo: -Si Dios fuera el padre de ustedes, me amarían; porque yo he salido y he venido de Dios. Yo no he venido por mí mismo sino que él me envió.
8.43    ¿Por qué no comprenden lo que digo? Porque no pueden oír mi palabra.
8.44    Ustedes son de su padre el diablo, y quieren satisfacer los deseos de su padre. Él era homicida desde el principio y no se basaba en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de lo suyo propio habla porque es mentiroso y padre de mentira.
8.45    Pero a mí, porque les digo la verdad, no me creen.
8.46    ¿Quién de ustedes me halla culpable de pecado? Y si digo la verdad, ¿por qué ustedes no me creen?
8.47    El que es de Dios escucha las palabras de Dios. Por esta razón ustedes no las escuchan, porque no son de Dios.
8.48    Respondieron los judíos y le dijeron: -¿No decimos bien nosotros que tú eres samaritano y que tienes demonio?
8.49    Respondió Jesús: -Yo no tengo demonio. Más bien, honro a mi Padre; pero ustedes me deshonran.
8.50    Yo no busco mi gloria; hay quien la busca y juzga.
8.51    De cierto, de cierto les digo que si alguno guarda mi palabra nunca verá la muerte para siempre.
8.52    Entonces los judíos le dijeron: -¡Ahora sabemos que tienes demonio! Abraham murió, y también los profetas; y tú dices: “Si alguno guarda mi palabra nunca gustará muerte para siempre”.
8.53    ¿Eres tú acaso mayor que nuestro padre Abraham quien murió, o los profetas quienes también murieron? ¿Quién pretendes ser?
8.54    Respondió Jesús: -Si yo me glorifico a mí mismo mi gloria no es nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien ustedes dicen: “Es nuestro Dios”.
8.55    Y ustedes no lo conocen. Pero yo sí lo conozco. Si digo que no lo conozco seré mentiroso como ustedes. Pero lo conozco y guardo su palabra.
8.56    Abraham, el padre de ustedes, se regocijó de ver mi día. Él lo vio y se gozó.
8.57    Entonces le dijeron los judíos: -Aún no tienes ni cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?
8.58    Les dijo Jesús: -De cierto, de cierto les digo que antes que Abraham existiera, Yo Soy.




8.59    Entonces tomaron piedras para arrojárselas, pero Jesús se ocultó y salió del templo.
149- Ciego de nacimiento. Jesús, la luz del mundo.
►En el año 29, probablemente el sábado 22 de octubre.◄





9.1     Mientras pasaba Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento,


9.2     y sus discípulos le preguntaron diciendo: -Rabí, ¿quién pecó, este o sus padres, para que naciera ciego?
9.3     Respondió Jesús: -No es que este pecó, ni tampoco sus padres. Al contrario, fue para que las obras de Dios se manifestaran en él.
9.4     Me es preciso hacer las obras del que me envió mientras dure el día. La noche viene cuando nadie puede trabajar.
9.5     Mientras yo esté en el mundo, luz soy del mundo.
9.6     Dicho esto, escupió en tierra, hizo lodo con la saliva y con el lodo untó los ojos del ciego.
9.7     Y le dijo: -Ve, lávate en el estanque de Siloé (que significa enviado). Por tanto fue, se lavó y regresó viendo.
9.8     Entonces los vecinos y los que antes lo habían visto que era mendigo decían: -¿No es este el que se sentaba para mendigar?
9.9     Unos decían: -Este es. Y otros: -No. Pero se parece a él. Él decía: -Yo soy.
9.10    Entonces le decían: -¿Cómo te fueron abiertos los ojos?
9.11    Él respondió: -El hombre que se llama Jesús hizo lodo, me untó los ojos y me dijo: “Ve a Siloé y lávate”. Entonces, cuando fui y me lavé, recibí la vista.
9.12    Y le dijeron: -¿Dónde está él? Él dijo: -No sé.
9.13    Llevaron ante los fariseos al que antes era ciego,
9.14    porque el día en que Jesús hizo lodo y le abrió los ojos era sábado.
9.15    Entonces los fariseos le volvieron a preguntar de qué manera había recibido la vista, y les dijo: -Él me puso lodo sobre los ojos, me lavé y veo.
9.16    Entonces algunos de los fariseos decían: -Este hombre no es de Dios porque no guarda el sábado. Pero otros decían: -¿Cómo puede un hombre pecador hacer tales señales? Había una división entre ellos.
9.17    Entonces volvieron a hablar al ciego: -¿Qué dices tú de él, puesto que te abrió los ojos? Y él dijo: -Que es profeta.
9.18    Los judíos, pues, no creían que él había sido ciego y que había recibido la vista hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista
9.19    y les preguntaron diciendo: -¿Es este su hijo, el que ustedes dicen que nació ciego? ¿Cómo, pues, ve ahora?
9.20    Respondieron sus padres y dijeron: -Sabemos que este es nuestro hijo y que nació ciego.
9.21    Pero cómo ve ahora, no sabemos; o quién le haya abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos. Edad tiene; pregúntenle a él y él hablará por su cuenta.
9.22    Sus padres dijeron esto porque tenían miedo de los judíos, porque ya los judíos habían acordado que si alguno confesaba que Jesús era el Cristo fuera expulsado de la sinagoga.
9.23    Por esta razón dijeron sus padres: “Edad tiene; pregúntenle a él”.
9.24    Así que, por segunda vez, llamaron al hombre que había sido ciego y le dijeron: -¡Da gloria a Dios! Nosotros sabemos que este hombre es pecador.
9.25    Entonces él respondió: -Si es pecador, no lo sé. Una cosa sé: que, habiendo sido ciego, ahora veo.
9.26    Luego le dijeron: -¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos?
9.27    Les contestó: -Ya les dije y no escucharon. ¿Por qué lo quieren oír otra vez? ¿Acaso quieren también ustedes hacerse sus discípulos?
9.28    Entonces lo ultrajaron y dijeron: -¡Tú eres discípulo de él! ¡Pero nosotros somos discípulos de Moisés!
9.29    Nosotros sabemos que Dios ha hablado por Moisés, pero este no sabemos de dónde sea.
9.30    Respondió el hombre y les dijo: -¡Pues en esto sí tenemos una cosa maravillosa! Que ustedes no sepan de dónde es, y a mí me abrió los ojos.
9.31    Sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguien es temeroso de Dios y hace su voluntad, a ese oye.
9.32    Desde la eternidad nunca se oyó que alguien abriera los ojos de uno que había nacido ciego.
9.33    Si este no procediera de Dios, no podría hacer nada.
9.34    Le contestaron diciendo: -Tú naciste sumido en pecado, ¿y tú quieres enseñarnos a nosotros? Y lo echaron fuera.
9.35    Jesús oyó que lo habían echado fuera y, cuando lo halló, le dijo: -¿Crees tú en el Hijo del Hombre?.
9.36    Él respondió y dijo: -Señor, ¿quién es para que yo crea en él?
9.37    Jesús le dijo: -Lo has visto, y el que habla contigo, él es.
9.38    Y dijo: -¡Creo, Señor! Y lo adoró.
9.39    Y dijo Jesús: -Para juicio yo he venido a este mundo; para que vean los que no ven, y los que ven sean hechos ciegos.
9.40    Al oír esto, algunos de los fariseos que estaban con él le dijeron: -¿Acaso somos nosotros también ciegos?




9.41    Les dijo Jesús: -Si fueran ciegos no tendrían pecado; pero ahora, porque dicen: “Vemos”, su pecado permanece.
150- Jesús la puerta del redil y el buen pastor.




10.1    “De cierto, de cierto les digo que el que no entra al redil de las ovejas por la puerta sino que sube por otra parte, ese es ladrón y asaltante.


10.2    Pero el que entra por la puerta es el pastor de las ovejas.
10.3    A él le abre el portero, y las ovejas oyen su voz. A sus ovejas las llama por nombre y las conduce afuera.
10.4    Y cuando saca fuera a todas las suyas va delante de ellas; y las ovejas lo siguen porque conocen su voz.
10.5    Pero al extraño jamás seguirán; más bien, huirán de él porque no conocen la voz de los extraños”.
10.6    Jesús les dijo esta figura, pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.
10.7    Entonces Jesús les habló de nuevo: “De cierto, de cierto les digo que yo soy la puerta de las ovejas.
10.8    Todos los que vinieron antes de mí eran ladrones y asaltantes, pero las ovejas no los oyeron.
10.9    Yo soy la puerta. Si alguien entra por mí será salvo; entrará, saldrá y hallará pastos.
10.10   El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
10.11   Yo soy el buen pastor; el buen pastor pone su vida por las ovejas.
10.12   Pero el asalariado, que no es el pastor y a quien no le pertenecen las ovejas, ve que viene el lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo arrebata y esparce las ovejas.
10.13   Huye porque es asalariado y a él no le importan las ovejas.
10.14   Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las mías me conocen.
10.15   Como el Padre me conoce, yo también conozco al Padre y pongo mi vida por las ovejas.
10.16   “También tengo otras ovejas que no son de este redil. A ellas también me es necesario traer, y oirán mi voz. Así habrá un solo rebaño y un solo pastor.
10.17   Por esto me ama el Padre, porque yo pongo mi vida para volverla a tomar.
10.18   Nadie me la quita, sino que yo la pongo de mí mismo. Tengo poder para ponerla y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre”.
10.19   Hubo división otra vez entre los judíos a causa de estas palabras,
10.20   y muchos de ellos decían: -Demonio tiene y está fuera de sí. ¿Por qué lo escuchan?




10.21   Otros decían: -Estas palabras no son las de un endemoniado. ¿Podrá un demonio abrir los ojos de los ciegos?
151- ¿Quién dicen que soy yo? Declaración de Pedro.
16.13   Cuando llegó Jesús a las regiones de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos diciendo: -¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?
16.14   Ellos dijeron: -Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o uno de los profetas.
16.15   Les dijo: -Pero ustedes, ¿quién dicen que soy yo?
16.16   Respondió Simón Pedro y dijo: -¡Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente!
16.17   Entonces Jesús respondió y le dijo: -Bienaventurado eres, Simón hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
16.18   Mas yo también te digo que tú eres Pedro; y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
16.19   A ti te daré las llaves del reino de los cielos. Todo lo que ates en la tierra habrá sido atado en el cielo, y lo que desates en la tierra habrá sido desatado en los cielos.
16.20   Entonces mandó a los discípulos que no dijeran a nadie que él era el Cristo.
8.27    Salieron Jesús y sus discípulos por las aldeas de Cesarea de Filipo, y en el camino les preguntó a sus discípulos diciendo: -¿Quién dice la gente que soy yo?
8.28    Ellos respondieron: -Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; otros, uno de los profetas.
8.29    Entonces él les preguntó: -Pero ustedes, ¿quién dicen que soy yo? Respondiendo Pedro le dijo: -¡Tú eres el Cristo!
8.30    Él les mandó enérgicamente que no hablaran a nadie acerca de él.
9.18    Aconteció que, mientras él estaba orando aparte, sus discípulos estaban con él, y les preguntó diciendo: -¿Quién dice la gente que soy yo?
9.19    Respondiendo ellos, dijeron: -Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros, que alguno de los antiguos profetas ha resucitado.
9.20    Y les dijo: -Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? Entonces Pedro, respondiendo, dijo: -El Cristo de Dios.
9.21    Pero él les mandó enérgicamente que no dijeran esto a nadie.

152- Jesús anuncia su muerte y resurrección. Reprende a Pedro.
16.21   Desde entonces, Jesús comenzó a explicar a sus discípulos que le era preciso ir a Jerusalén y padecer mucho de parte de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas, y ser muerto y resucitar al tercer día.
8.31    Luego comenzó a enseñarles que era necesario que el Hijo del Hombre padeciera mucho, que fuera desechado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas, y que fuera muerto y resucitado después de tres días.
9.22    Y les dijo: -Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas y que sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto y que resucite al tercer día.

16.22   Pedro lo tomó aparte y comenzó a reprenderlo diciendo: -Señor, ten compasión de ti mismo. ¡Jamás te suceda esto!
16.23   Entonces él volviéndose, le dijo a Pedro: -¡Quítate de delante de mí, Satanás! Me eres tropiezo porque no piensas en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
8.32    Les decía esto claramente. Entonces Pedro lo tomó aparte y comenzó a reprenderlo.
8.33    Pero él se dio vuelta y, mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro diciéndole: -¡Quítate de delante de mí, Satanás! Porque no piensas en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.


153- Renunciar a uno mismo para seguir a Jesús. (Leer "Lucas 14.25+")
16.24   Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: -Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.
16.25   Porque el que quiera salvar su vida {lit.: "su alma"} la perderá, y el que pierda su vida {lit.: "su alma"} por causa de mí la hallará.
16.26   Pues, ¿de qué le sirve al hombre si gana el mundo entero y pierde su vida {lit.: "su alma"} ? ¿O qué dará el hombre en rescate por su vida {lit.: "su alma"} ?
8.34    Y llamó a sí a la gente, juntamente con sus discípulos, y les dijo: -Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.
8.35    Porque el que quiera salvar su vida {lit.: "su alma"} la perderá; pero el que pierda su vida {lit.: "su alma"} por causa de mí y del evangelio la salvará.
8.36    Pues, ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero y perder su vida {lit.: "su alma"} ?
8.37    Porque, ¿qué dará el hombre en rescate por su vida {lit.: "su alma"} ?
9.23    Decía entonces a todos: -Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame.
9.24    Porque el que quiera salvar su vida {lit.: "su alma"} la perderá; pero el que pierda su vida {lit.: "su alma"} por causa de mí, la salvará.
9.25    Pues, ¿de qué le sirve al hombre si gana el mundo entero y se destruye o se pierde a sí mismo?


8.38    Pues el que se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.
9.26    Pues el que se avergüence de mí y de mis palabras, de este se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria y la del Padre y la de los santos ángeles.

16.27   Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces recompensará a cada uno conforme a sus hechos.



16.28   »De cierto les digo que hay algunos que están aquí que no gustarán la muerte hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.
9.1     También les dijo: -De cierto les digo que hay algunos de los que están aquí presentes que no gustarán la muerte hasta que hayan visto que el reino de Dios ha venido con poder.
9.27    Y les digo, en verdad, que hay algunos de los que están aquí presentes que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios.

154- Jesús transfigurado en la montaña. Dios Padre habla desde el cielo.
17.1    Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los hizo subir aparte a un monte alto.
9.2a      Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y les hizo subir aparte, a solas, a un monte alto, (...)
9.28    Aconteció, como ocho días después de estas palabras, que tomó consigo a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar.

17.2    Y fue transfigurado delante de ellos. Su cara resplandeció como el sol, y sus vestiduras se hicieron blancas como la luz.
9.2b   (...) y fue transfigurado delante de ellos.
9.3     Sus vestiduras se hicieron resplandecientes, muy blancas, tanto que ningún lavandero en la tierra las puede dejar tan blancas.
9.29    Y mientras oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra y sus vestiduras se hicieron blancas y resplandecientes.

17.3    Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías hablando con él.
9.4     Y les apareció Elías con Moisés, y estaban hablando con Jesús.
9.30    Y he aquí, dos hombres hablaban con él. Eran Moisés y Elías,
9.31    quienes aparecieron en gloria y hablaban de su partida que él iba a cumplir en Jerusalén.
9.32    Pedro y los otros con él estaban cargados de sueño; pero se mantuvieron vigilando y vieron su gloria y a dos hombres que estaban con él.

17.4    Entonces intervino Pedro y le dijo a Jesús: -Señor, bueno es que nosotros estemos aquí. Si quieres, yo levantaré aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
9.5     Entonces intervino Pedro y dijo a Jesús: -Rabí, es bueno que nosotros estemos aquí. Levantemos, pues, tres enramadas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
9.6     Pues él no sabía qué decir, porque tuvieron miedo.
9.33    Aconteció que, mientras aquellos se apartaban de él, Pedro dijo a Jesús, sin saber lo que decía: -Maestro, nos es bueno estar aquí. Levantemos, pues, tres enramadas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

17.5    Mientras él aún hablaba, de pronto una nube brillante les hizo sombra, y he aquí salió una voz de la nube diciendo: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia. A él oigan”.
17.6    Al oír esto, los discípulos se postraron sobre su rostro y temieron en gran manera.
17.7    Entonces Jesús se acercó, los tocó y les dijo: -Levántense y no teman.
9.7     Vino una nube haciéndoles sombra, y desde la nube una voz decía: “Este es mi Hijo amado; a él oigan”.
9.34    Mientras él estaba diciendo esto, vino una nube y les hizo sombra. Y ellos tuvieron temor cuando entraron en la nube.
9.35    Entonces de la nube salió una voz que decía: “Este es mi Hijo, el Escogido. A él oigan”.
9.36a    Cuando cesó la voz, (...)

17.8    Y cuando ellos alzaron los ojos no vieron a nadie sino a Jesús mismo, solo.
9.8     Y de inmediato, mirando alrededor, ya no vieron a nadie más con ellos sino solo a Jesús.
9.36b   (...) Jesús fue hallado solo. (...)

17.9    Mientras ellos descendían del monte, Jesús les mandó, diciendo: -No mencionen la visión a nadie, hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos.
9.9     Mientras descendían ellos del monte, Jesús les ordenó que no contaran a nadie lo que habían visto sino cuando el Hijo del Hombre resucitara de entre los muertos.



9.10    Y ellos guardaron la palabra entre sí, discutiendo qué significaría aquello de resucitar de entre los muertos.
9.36c   (...) Y ellos callaron, y en aquellos días no dijeron a nadie nada de lo que habían visto.

155- Juan el bautizador es el Elías que había de venir.
17.10   Entonces los discípulos le preguntaron diciendo: -¿Por qué dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?
9.11    Le preguntaron diciendo: -¿Por qué dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?


17.11   Y respondiendo dijo: -A la verdad, Elías viene y restaurará todas las cosas.
9.12a    Él les dijo: -A la verdad, Elías viene primero y restaura todas las cosas. (...)



9.12b   (...) Y, ¿cómo está escrito acerca del Hijo del Hombre, que padezca mucho y sea menospreciado?


17.12a     Pero yo les digo que Elías ya vino, y no lo reconocieron; más bien, hicieron con él todo lo que quisieron. (...)
9.13    Sin embargo, les digo que Elías ya ha venido; e hicieron con él todo lo que quisieron tal como está escrito de él.


17.12b   (...) Así también el Hijo del Hombre ha de padecer de ellos.
17.13   Entonces los discípulos entendieron que les hablaba de Juan el Bautista.



156- Los discípulos incapaces de expulsar a un demonio.
17.14a      Cuando llegaron a la multitud, (...)
9.14    Cuando llegaron a los discípulos, vieron una gran multitud alrededor de ellos, y a unos escribas que disputaban con ellos.
9.37a      Aconteció al día siguiente, cuando habían bajado del monte, (...)


9.15    En seguida, cuando toda la gente vio a Jesús se sorprendió, y corriendo hacia él lo saludaron.
9.16    Y les preguntó: -¿Qué disputan con ellos?
9.37b   (...) que una gran multitud le salió al encuentro.

17.14b   (...) vino a él un hombre y se arrodilló delante de él,
17.15   diciendo: -¡Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático y padece gravemente! Pues muchas veces cae en el fuego, y muchas veces en el agua.
17.16   Lo traje a tus discípulos, y no lo pudieron sanar.
9.17    Le respondió uno de la multitud: -Maestro, traje a ti mi hijo porque tiene un espíritu mudo,
9.18    y dondequiera que se apodera de él, lo derriba. Echa espumarajos y cruje los dientes, y se va desgastando. Les dije a tus discípulos que lo echaran fuera pero no pudieron.
9.38    Y he aquí, un hombre de la multitud clamó diciendo: -Maestro, te ruego que veas a mi hijo, que es el único que tengo.
9.39    He aquí un espíritu lo toma, y de repente grita y lo convulsiona con espumarajos; lo hace pedazos y difícilmente se aparta de él.
9.40    Yo rogué a tus discípulos que lo echaran fuera pero no pudieron.

17.17   Jesús respondió y dijo: -¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con ustedes? ¿Hasta cuándo los soportaré? ¡Tráiganmelo acá!
9.19    Y respondiendo les dijo: -¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con ustedes? ¿Hasta cuándo los soportaré? ¡Tráiganmelo!
9.20a    Se lo trajeron; (...)
9.41    Respondiendo Jesús, dijo: -¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con ustedes y los soportaré? Trae a tu hijo acá.


9.20b   (...) y cuando el espíritu lo vio, de inmediato sacudió al muchacho, quien cayó en tierra y se revolcaba echando espumarajos.
9.42a     Y mientras aún se acercaba, el demonio lo derribó y lo convulsionó. (...)


9.21    Jesús le preguntó a su padre: -¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Él dijo: -Desde niño.
9.22    Muchas veces lo echa en el fuego o en el agua para matarlo; pero si puedes hacer algo, ¡ten misericordia de nosotros y ayúdanos!
9.23    Jesús le dijo: -“¿Si puedes…?”. ¡Al que cree todo le es posible!
9.24    Inmediatamente el padre del muchacho clamó diciendo: -¡Creo! ¡Ayuda mi incredulidad!
9.25a    Pero cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, (...)


17.18   Jesús le reprendió, y el demonio salió de él; y el niño fue sanado desde aquella hora.
9.25b   (...) reprendió al espíritu inmundo diciéndole: -Espíritu mudo y sordo, yo te mando, ¡sal de él y nunca más entres en él!
9.26    Entonces, clamando y desgarrándolo con violencia, el espíritu salió y el muchacho quedó como muerto, de modo que muchos decían: -¡Está muerto!
9.27    Pero Jesús lo tomó de la mano y lo enderezó, y él se levantó.
9.42b   (...) Pero Jesús reprendió al espíritu inmundo y sanó al muchacho, y se lo entregó a su padre.



9.43a       Y todos se maravillaban de la grandeza de Dios. (...)

17.19   Luego, los discípulos se acercaron en privado a Jesús y le dijeron: -¿Por qué no pudimos nosotros echarlo fuera?
9.28    Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron en privado: -¿Por qué no pudimos nosotros echarlo fuera?


17.20   Jesús les dijo: -Por causa de la poca fe de ustedes. Porque de cierto les digo que si tienen fe como un grano de mostaza, dirían a este monte: “Pásate de aquí, allá”; y se pasará. Nada les será imposible.

17.5    Los apóstoles dijeron al Señor: -Auméntanos la fe.
17.6    Entonces el Señor dijo: -Si tuvieran fe como un grano de mostaza, dirían a este sicómoro: “¡Desarráigate y plántate en el mar!” y el árbol les obedecería.


17.21   [Algunos manuscritos han aumentado: "Pero este género de demonio sale solo con oración y ayuno;" {texto similar a "Marcos 9.29"}]
9.29    { Él les dijo: -Este género con nada puede salir sino con oración. }



9.30a     Habiendo salido de allí, (...)


157- Jesús anuncia su muerte y resurrección.
17.22   Estando ellos reunidos en Galilea, Jesús les dijo: “El Hijo del Hombre ha de ser entregado en manos de hombres,
17.23   y lo matarán. Pero al tercer día resucitará”. Y ellos se entristecieron en gran manera.
9.30b   (...) caminaban por Galilea. Él no quería que nadie lo supiera,
9.31    porque iba enseñando a sus discípulos, y les decía: “El Hijo del Hombre ha de ser entregado en manos de hombres, y lo matarán. Y una vez muerto, resucitará después de tres días”.
9.32    Pero ellos no entendían esta palabra y tenían miedo de preguntarle.
9.43b   (...) Como todos se maravillaban de todas las cosas que hacía, dijo a sus discípulos:
9.44    -Pongan en sus oídos estas palabras, porque el Hijo del Hombre ha de ser entregado en manos de hombres.
9.45    Pero ellos no entendían este dicho, pues les estaba encubierto para que no lo percibieran. Y temían preguntarle acerca de este dicho.

158- Jesús paga con una moneda atrapada en un pez.
17.24   Cuando ellos llegaron a Capernaúm, fueron a Pedro los que cobraban el impuesto del templo y le dijeron: -¿Su maestro no paga el impuesto del templo?
17.25   Él dijo: -Sí. Al entrar en casa, Jesús le habló primero diciendo: -¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos o de otros?
17.26   Pedro le dijo: -De otros. Jesús le dijo: -Luego, los hijos están libres de obligación.
17.27   Pero, para que no los ofendamos, ve al mar, echa el anzuelo, y el primer pez que suba, tómalo. Cuando abras su boca, hallarás una moneda. Tómala y dásela a ellos por mí y por ti.
9.33a    Llegó a Capernaúm. (...)


159- ¿Quién es el más grande? Humíllate como un niño pequeño para entrar en el reino de Dios.
Jesús está en casa en Capernaum. Quien te recibe a ti me recibe a mí.



9.46    Entonces hubo una discusión entre los discípulos: cuál de ellos sería el más importante.


9.33b   (...) Y cuando estuvo en casa, Jesús les preguntó: -¿Qué disputaban entre ustedes en el camino?
9.34    Pero ellos callaron, porque lo que habían disputado los unos con los otros en el camino era sobre quién era el más importante.
9.47a    Pero Jesús, percibiendo los razonamientos de sus corazones, (...)

18.1a      En aquel tiempo los discípulos se acercaron a Jesús (...)
9.35    Entonces se sentó, llamó a los doce y les dijo: -Si alguno quiere ser el primero deberá ser el último de todos y el siervo de todos.


18.1b   (...) diciendo: -¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?



18.2    Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos
18.3a   y dijo: (...)
9.36    Y tomó a un niño y lo puso en medio de ellos; y tomándolo en sus brazos, les dijo:
9.47b   (...) tomó a un niño y lo puso a su lado

18.3b   (...) -De cierto les digo que si no se vuelven y se hacen como los niños, jamás entrarán en el reino de los cielos.
18.4    Así que, cualquiera que se humille como este niño, ese es el más importante en el reino de los cielos.



18.5    Y cualquiera que en mi nombre reciba a un niño como este, a mí me recibe.

10.40   “El que los recibe a ustedes a mí me recibe, y el que me recibe a mí recibe al que me envió.
9.37    -El que en mi nombre recibe a alguien como este niño, a mí me recibe; y el que a mí me recibe no me recibe a mí sino al que me envió.
9.48    y les dijo: -Cualquiera que reciba a este niño en mi nombre me recibe a mí; y cualquiera que me reciba a mí recibe al que me envió. Porque el que es más pequeño entre todos ustedes, este es el más importante.

10.41   El que recibe a un profeta porque es profeta, recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, recibirá recompensa de justo.



160- Un hombre echa fuera demonios.

9.38    Juan le dijo: -Maestro, vimos a alguien que echaba fuera demonios en tu nombre, y se lo prohibimos porque no nos seguía.
9.39    Pero Jesús dijo: -No se lo prohíban, porque nadie que haga milagros en mi nombre podrá después hablar mal de mí.
9.40    Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es.
9.49    Entonces respondiendo Juan, dijo: -Maestro, vimos a cierto hombre echando fuera demonios en tu nombre, y se lo prohibimos porque no sigue con nosotros.
9.50    Jesús le dijo: -No se lo prohíban. Porque el que no es contra ustedes, por ustedes es.

161- Dar un vaso de agua; recompensa.
10.42   Cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente porque es mi discípulo, de cierto les digo que jamás perderá su recompensa”.
9.41    Cualquiera que les dé un vaso de agua en mi nombre, porque son de Cristo, de cierto les digo que jamás perderá su recompensa.


162- Haciendo tropezar a un pequeño que cree: mano, pie, ojo.
18.6    »Y a cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le atara al cuello una gran piedra de molino y que se le hundiera en lo profundo del mar.
18.7    ¡Ay del mundo por los tropiezos! Es inevitable que haya tropiezos, pero ¡ay del hombre que los ocasione!
9.42    »Y a cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le atara una gran piedra de molino al cuello y que fuera echado al mar.
17.1    Dijo a sus discípulos: -Es imposible que no vengan tropiezos; pero, ¡ay de aquel que los ocasione!
17.2    Mejor le fuera que se le atara una piedra de molino al cuello y que fuera lanzado al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos.


18.8    »Por tanto, si tu mano o tu pie te hace tropezar, córtalo y échalo de ti. Mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno.
9.43    »Si tu mano te hace tropezar, córtala. Mejor te es entrar manco a la vida
9.44 (9.43) que, teniendo dos manos, ir al infierno {lit. en griego: "en la gehenna". Nota en "Mateo 5.22"}, al fuego inextinguible. [Algunos manuscritos antiguos repiten como vv. 44 y 46 la frase que aparece en v. 48: "donde su gusano no muere, y el fuego nunca se apaga."]
9.45    Si tu pie te hace tropezar, córtalo. Mejor te es entrar cojo a la vida
9.46 (9.45) que, teniendo dos pies, ser echado al infierno {lit. en griego: "en la gehenna". Nota en "Mateo 5.22"}. [Algunos manuscritos antiguos repiten como vv. 44 y 46 la frase que aparece en v. 48: "donde su gusano no muere, y el fuego nunca se apaga."]


18.9    Y si tu ojo te hace tropezar, sácalo y échalo de ti. Mejor te es entrar en la vida con un solo ojo, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de {lit. en griego: "la gehenna del". Nota en "Mateo 5.22"} fuego.
9.47    Y si tu ojo te hace tropezar, sácalo. Mejor te es entrar con un solo ojo al reino de Dios que, teniendo dos ojos, ser echado en el infierno {lit. en griego: "la gehenna". Nota en "Mateo 5.22"},



9.48    donde su gusano no muere, y el fuego nunca se apaga.
9.49    »Porque todo será salado con fuego.


18.10   »Miren, no tengan en poco a ninguno de estos pequeños, porque les digo que sus ángeles en los cielos siempre ven el rostro de mi Padre que está en los cielos.
18.11   [Algunos manuscritos antiguos incluyen: "Porque el Hijo del Hombre ha venido a salvar lo que se había perdido;" {texto similar a "Lucas 19.10"}]



163- La sal de la tierra.
5.13a    “Ustedes son la sal de la tierra. (...)



5.13b   (...) Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué será salada? (...)
9.50 (9.50a)    Buena es la sal; pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué será salada?
14.34   “Buena es la sal; pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué será sazonada?

5.13c   (...) No vale más para nada, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres.

14.35   No es buena ni para la tierra ni para abono; por eso la arrojan fuera. Quien tiene oídos para oír, oiga”.


9.51 (9.50b)    Tengan sal en ustedes y vivan en paz los unos con los otros.


164- La oveja perdida.
18.12   »¿Qué les parece? Si algún hombre tiene cien ovejas y se extravía una, ¿acaso no dejará las noventa y nueve en las montañas e irá a buscar la descarriada?
18.13   Y si sucede que la encuentra, de cierto les digo que se goza más por aquella que por las noventa y nueve que no se extraviaron.
18.14   Así que, no es la voluntad de su Padre que está en los cielos que se pierda ni uno de estos pequeños.

15.3    Entonces él les refirió esta parábola, diciendo:
15.4    -¿Qué hombre de ustedes, si tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la que se ha perdido hasta hallarla?
15.5    Y al hallarla, la pone gozoso sobre sus hombros
15.6    y, cuando llega a casa, reúne a sus amigos y vecinos, y les dice: “Gócense conmigo porque he hallado mi oveja que se había perdido”.
15.7    Les digo que, del mismo modo, habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.


165- Amonestar a un hermano. atar y desatar. (1 Corintios 5)
18.15   »Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve, amonéstale a solas entre tú y él. Si él te escucha, has ganado a tu hermano.

17.3    »Miren por ustedes mismos: Si tu hermano peca, repréndele; y si se arrepiente, perdónale.

18.16   Pero si no escucha, toma aun contigo uno o dos, para que todo asunto conste según la boca de dos o tres testigos.



18.17   Y si él no les hace caso a ellos, dilo a la iglesia; y si no hace caso a la iglesia, tenlo por gentil {"(un individuo) de las naciones"} y publicano.



18.18   De cierto les digo que todo lo que aten en la tierra habrá sido atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra habrá sido desatado en el cielo.
18.19   »Otra vez les digo que, si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidan, les será hecha por mi Padre que está en los cielos.
18.20   Porque donde dos o tres están congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.



18.21   Entonces Pedro se acercó y le dijo: -Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí y yo le perdonaré? ¿Hasta siete veces?
18.22   Jesús le dijo: -No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete.

17.4    Si siete veces al día peca contra ti, y siete veces al día vuelve a ti diciendo: “Me arrepiento”, perdónale.

166- El sirviente despiadado.
18.23   »Por esto, el reino de los cielos es semejante a un hombre que era rey, que quiso hacer cuentas con sus siervos.




18.24   Y cuando él comenzó a hacer cuentas, le fue traído uno que le debía muchísimo dinero.
18.25   Puesto que él no podía pagar, su señor mandó venderlo a él, junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, y que se le pagara.
18.26   Entonces el siervo cayó y se postró delante de él diciendo: “Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo”.
18.27   El señor de aquel siervo, movido a compasión, lo soltó y le perdonó la deuda.
18.28   »Pero al salir, aquel siervo halló a uno de sus consiervos que le debía poco dinero, y asiéndose de él, lo ahogaba diciendo: “Paga lo que debes”.
18.29   Entonces su consiervo, cayendo, le rogaba diciendo: “¡Ten paciencia conmigo, y yo te pagaré!”.
18.30   Pero él no quiso, sino que fue y lo echó en la cárcel hasta que le pagara lo que le debía.
18.31   »Así que, cuando sus consiervos vieron lo que había sucedido, se entristecieron mucho; y fueron y declararon a su señor todo lo que había sucedido.
18.32   Entonces su señor le llamó y le dijo: “¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te perdoné porque me rogaste.
18.33   ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, así como también yo tuve misericordia de ti?”.
18.34   Y su señor, enojado, lo entregó a los verdugos hasta que le pagara todo lo que le debía.


18.35   Así también hará con ustedes mi Padre celestial si no perdonan de corazón cada uno a su hermano.

{ Comparar "Mateo 6.14"}




167- Jesús deja Galilea para ir a Judea.
19.1    Aconteció que, cuando Jesús acabó estas palabras, partió de Galilea y fue a las fronteras de Judea, al otro lado del Jordán.
10.1a    Y levantándose de allí, fue a las regiones de Judea y de más allá del Jordán. (...)
9.51    Aconteció que, cuando se cumplía el tiempo en que había de ser recibido arriba, él afirmó su rostro para ir a Jerusalén.

168- Jesús enseña a una multitud y sana a los enfermos.
19.2a     Grandes multitudes lo siguieron, (...)




10.1b   (...) Las multitudes volvieron a acudir a él, y de nuevo les enseñaba como él acostumbraba.


19.2b   (...) y las sanó allí.



169- Mala acogida en un pueblo samaritano.


9.52    Envió mensajeros delante de sí, los cuales fueron y entraron en una aldea de los samaritanos para hacerle preparativos,
9.53    pero no lo recibieron porque vieron en su cara que iba a Jerusalén.
9.54    Al ver esto, sus discípulos Jacobo y Juan le dijeron: -Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo y los consuma?
9.55    Él se dio vuelta y los reprendió, [ ]
9.56    [ ] y fueron a otra aldea.

170- Condiciones para seguir a Jesús. No mires atrás.
8.19    Entonces se le acercó un escriba y le dijo: -Maestro, te seguiré a dondequiera que vayas.
8.20    Jesús le dijo: -Las zorras tienen cuevas, y las aves del cielo tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.

9.57    Mientras ellos iban por el camino, cierto hombre le dijo: -¡Te seguiré a dondequiera que vayas!
9.58    Jesús le dijo: -Las zorras tienen cuevas y las aves del cielo tienen nidos pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.

8.21    Otro de sus discípulos le dijo: -Señor, permíteme que primero vaya y entierre a mi padre.
8.22    Pero Jesús le dijo: -Sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos.

9.59    Dijo a otro: -Sígueme. Pero él le dijo: -Señor, permíteme ir primero a enterrar a mi padre.
9.60    Y Jesús le dijo: -Deja que los muertos entierren a sus muertos; pero tú ¡ve y anuncia el reino de Dios!



9.61    Entonces también le dijo otro: -Te seguiré, Señor, pero primero permite que me despida de los que están en mi casa.
9.62    Pero Jesús le dijo: -Ninguno que ha puesto su mano en el arado y sigue mirando atrás es apto para el reino de Dios.

171- Jesús envía a 70 discípulos a predicar, expulsar demonios y sanar.



10.1    Después de estas cosas, el Señor designó a otros setenta a los cuales envió delante de sí de dos en dos a toda ciudad y lugar a donde él había de ir.




10.2    Y les decía: “A la verdad, la mies es mucha pero los obreros son pocos. Rueguen, pues, al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.
10.3    ¡Vayan! He aquí yo los envío como corderos en medio de lobos.
10.4    No lleven bolsa ni alforjas ni calzado; ni saluden a nadie por el camino.
10.5    “En cualquier casa donde entren, primeramente digan: ‘Paz sea a esta casa’.
10.6    Si hay allí un hijo de paz, la paz de ustedes reposará sobre él; pero si no, volverá a ustedes.
10.7    Posen en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que les den porque el obrero es digno de su salario. No anden de casa en casa.
10.8    En cualquier ciudad donde entren y los reciban, coman lo que les pongan delante.
10.9    Sanen a los enfermos que haya allí y díganles: ‘El reino de Dios se ha acercado a ustedes’.
10.10   “Pero en cualquier ciudad donde entren y no los reciban, salgan a sus calles y digan:
10.11   ‘Aun el polvo de su ciudad que se ha pegado a nuestros pies lo sacudimos contra ustedes. Pero sepan esto: que el reino de Dios se ha acercado’.




10.12   Les digo que en aquel día será más tolerable para Sodoma que para aquella ciudad.


172- Reproches de Jesús a las ciudades de Corazín y Betsaida.
11.20   Entonces comenzó a reprender a las ciudades en las cuales se realizaron muchos de sus hechos poderosos, porque no se habían arrepentido:
11.21   “¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si se hubieran realizado en Tiro y en Sidón los hechos poderosos que se realizaron en ustedes, ya hace tiempo se habrían arrepentido en saco y ceniza.
11.22   Pero les digo que en el día del juicio el castigo para Tiro y Sidón será más tolerable que para ustedes.
11.23   “Y tú, Capernaúm, ¿serás exaltada hasta el cielo? ¡Hasta el Hades serás hundida! Porque si entre los de Sodoma se hubieran realizado los hechos poderosos que se realizaron en ti, habrían permanecido hasta hoy.
11.24   Pero les digo que en el día del juicio el castigo será más tolerable para la tierra de Sodoma, que para ti”.

10.13   “¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si se hubieran realizado en Tiro y en Sidón los hechos poderosos que han sido realizados en ustedes, desde hace tiempo se habrían arrepentido sentados en saco y ceniza.
10.14   Por lo tanto, en el juicio será más tolerable para Tiro y Sidón que para ustedes.
10.15   Y tú, Capernaúm, ¿serás exaltada hasta el cielo? ¡Hasta el Hades serás hundida!
10.16   El que los escucha me escucha a mí; el que los rechaza me rechaza a mí; y el que me rechaza, rechaza al que me envió”.

173- El regreso de los 70 discípulos en alegría.


10.17   Los setenta volvieron con gozo, diciendo: -Señor, ¡aun los demonios se nos sujetan en tu nombre!
10.18   Él les dijo: -Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.
10.19   He aquí, les doy autoridad de pisar serpientes, escorpiones y sobre todo el poder del enemigo; y nada les dañará.
10.20   Sin embargo, no se regocijen de esto, de que los espíritus se les sujeten, sino regocíjense de que sus nombres están inscritos en los cielos.

174- La verdad revelada a los niños.
11.25   En aquel tiempo Jesús respondió y dijo: “Te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños.
11.26   Sí, Padre, porque así te agradó”.
11.27   “Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre. Nadie conoce bien al Hijo, sino el Padre. Nadie conoce bien al Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.

10.21   En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu Santo y dijo: “Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas de los sabios y entendidos y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.
10.22   “Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre. Nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar”.
10.23   Volviéndose a los discípulos les dijo aparte: -Bienaventurados los ojos que ven lo que ustedes ven.
10.24   Porque les digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que ustedes ven, y no lo vieron; y oír lo que oyen, y no lo oyeron.

11.28   “Vengan a mí, todos los que están fatigados y cargados, y yo los haré descansar.
11.29   Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para su alma.
11.30   Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”.



175- El samaritano ayudando a un hombre que ha sido golpeado. Jesús estaría cerca de Jericó.



10.25   Y he aquí, cierto maestro de la ley se levantó para probarle, diciendo: -Maestro, ¿haciendo qué cosa poseeré la vida eterna?




10.26   Y él le dijo: -¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?
10.27   Él le respondió diciendo: -Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.
10.28   Le dijo: -Has respondido bien. Haz esto y vivirás.
10.29   Pero él, queriendo justificarse, le preguntó a Jesús: -¿Y quién es mi prójimo?
10.30   Respondiendo Jesús, le dijo: -Cierto hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones quienes lo despojaron de su ropa, lo hirieron y se fueron dejándolo medio muerto.
10.31   Por casualidad, descendía cierto sacerdote por aquel camino y, al verle, pasó de largo.
10.32   De igual manera, un levita también llegó al lugar y, al ir y verle, pasó de largo.
10.33   Pero cierto samaritano, que iba de viaje, llegó cerca de él y, al verle, fue movido a misericordia.
10.34   Acercándose a él, vendó sus heridas echándoles aceite y vino. Y poniéndolo sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un mesón y cuidó de él.
10.35   Al día siguiente sacó dos monedas y se las dio al mesonero diciéndole: “Cuídamelo, y todo lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando vuelva”.
10.36   ¿Cuál de estos tres te parece haber sido el prójimo de aquel que cayó en manos de ladrones?




10.37   Él dijo: -El que hizo misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: -Ve y haz tú lo mismo.


176- Jesús en Betania con Marta y su hermana María ("Juan 11.1, 17-19 ; 12.1-3").


10.38   Prosiguiendo ellos su camino, él entró en una aldea; y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
10.39   Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual se sentó a los pies del Señor y escuchaba su palabra.
10.40   Pero Marta estaba preocupada con muchos quehaceres y, acercándose, dijo: -Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado servir sola? Dile, pues, que me ayude.
10.41   Pero respondiendo el Señor, le dijo: -Marta, Marta, te afanas y te preocupas por muchas cosas.
10.42   Pero una sola cosa es necesaria. Pues María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.

177- Jesús en la fiesta de la Dedicación. [+]
►Fiesta de 8 días de duración que comienza el día 25 del mes de Kisleu (aquí a partir del lunes 19 de diciembre del año 29).◄




10.22   Se celebraba entonces la fiesta de la Dedicación en Jerusalén. Era invierno,


10.23   y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón.
10.24   Entonces lo rodearon los judíos y le dijeron: -¿Hasta cuándo nos {lit. en griego: "el alma de nosotros"}  tendrás en suspenso? Si tú eres el Cristo dínoslo abiertamente.
10.25   Jesús les contestó: -Se lo he dicho y no creen. Las obras que yo hago en nombre de mi Padre, estas dan testimonio de mí.
10.26   Pero ustedes no creen porque no son de mis ovejas.
10.27   Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen.
10.28   Yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano.
10.29   Mi Padre, que me las ha dado, es mayor que todos y nadie las puede arrebatar de las manos del Padre.
10.30   Yo y el Padre uno somos.
10.31   Los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle.
10.32   Jesús les respondió: -Muchas buenas obras les he mostrado de parte del Padre. ¿Por cuál de estas obras me apedrean?
10.33   Los judíos le respondieron: -No te apedreamos por obra buena sino por blasfemia y porque tú, siendo hombre, te haces Dios.
10.34   Jesús les respondió: -¿No está escrito en su ley, “Yo dije: Ustedes son dioses”?
10.35   Si dijo “dioses” a aquellos a quienes fue dirigida la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser anulada),
10.36   ¿dicen ustedes: “Tú blasfemas” a quien el Padre santificó y envió al mundo, porque dije: “Soy Hijo de Dios”?
10.37   Si no hago las obras de mi Padre, no me crean.
10.38   Pero si las hago, aunque a mí no me crean, crean a las obras para que conozcan y crean que el Padre está en mí, y yo en el Padre.
10.39   Procuraban otra vez tomarlo preso pero él se salió de las manos de ellos.
10.40   Y volvió al otro lado del Jordán, al lugar donde al principio Juan había estado bautizando, y se quedó allí.
10.41   Y muchos fueron a él y decían: “Juan, a la verdad, ninguna señal hizo pero todo lo que Juan dijo de este era verdad”.




10.42   Y muchos creyeron en él allí.
178- Lázaro de Betania enfermo, muerto y resucitado.




11.1    Estaba, entonces, enfermo un hombre llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de su hermana Marta.


11.2    María era la que ungió al Señor con perfume y secó sus pies con sus cabellos. Y Lázaro, que estaba enfermo, era su hermano.
11.3    Entonces sus hermanas enviaron a decir a Jesús: “Señor, he aquí el que amas está enfermo”.
11.4    Al oírlo, Jesús dijo: -Esta enfermedad no es para muerte sino para la gloria de Dios; para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.
11.5    Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro.
11.6    Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó aún dos días más en el lugar donde estaba
11.7    y luego, después de esto, dijo a sus discípulos: -Vayamos a Judea otra vez.
11.8    Le dijeron sus discípulos: -Rabí, hace poco los judíos procuraban apedrearte, ¿y otra vez vas allá?
11.9    Respondió Jesús: -¿No tiene el día doce horas? Si uno camina de día, no tropieza porque ve la luz de este mundo.
11.10   Pero si uno camina de noche, tropieza porque no hay luz en él.
11.11   Habiendo dicho estas cosas, después les dijo: -Nuestro amigo Lázaro duerme pero voy para despertarlo.
11.12   Entonces dijeron sus discípulos: -Señor, si duerme se sanará.
11.13   Sin embargo, Jesús había dicho esto de la muerte de Lázaro, pero ellos pensaron que hablaba del reposo del sueño.
11.14   Así que luego Jesús les dijo claramente: -Lázaro ha muerto;
11.15   y a causa de ustedes me alegro de que yo no haya estado allá para que crean. Pero vayamos a él.
11.16   Entonces Tomás, que se llamaba Dídimo, dijo a sus condiscípulos: -Vayamos también nosotros para que muramos con él.


11.17   Cuando llegó Jesús, halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro.
11.18   Betania estaba cerca de Jerusalén, como a tres kilómetros,
11.19   y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María para consolarlas por su hermano.
11.20   Entonces, cuando oyó que Jesús venía, Marta salió a encontrarlo pero María se quedó sentada en casa.
11.21   Marta le dijo a Jesús: -Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.
11.22   Pero ahora también sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará.
11.23   Jesús le dijo: -Tu hermano resucitará.
11.24   Marta le dijo: -Yo sé que resucitará en la resurrección en el día final.
11.25   Jesús le dijo: -Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá.
11.26   Y todo aquel que vive y cree en mí no morirá para siempre. ¿Crees esto?
11.27   Le dijo: -Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que había de venir al mundo.
11.28   Y cuando hubo dicho esto, fue y llamó en secreto a su hermana María diciendo: -El Maestro está aquí y te llama.
11.29   Ella, cuando lo oyó, se levantó de prisa y fue a donde él estaba;
11.30   pues Jesús todavía no había llegado a la aldea sino que estaba en el lugar donde Marta lo había encontrado.
11.31   Entonces, los judíos que estaban en la casa con ella y la consolaban, cuando vieron que María se levantó de prisa y salió, la siguieron porque pensaban que iba al sepulcro a llorar allí.
11.32   Luego, cuando María llegó al lugar donde estaba Jesús y lo vio, se postró a sus pies diciéndole: -Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano.
11.33   Entonces Jesús, al verla llorando y al ver a los judíos que habían venido junto con ella también llorando, se conmovió en espíritu y se turbó.
11.34   Y dijo: -¿Dónde lo han puesto? Le dijeron: -Señor, ven y ve.
11.35   Jesús lloró.
11.36   Entonces dijeron los judíos: -Miren cómo lo amaba.
11.37   Pero algunos de ellos dijeron: -¿No podía este, que abrió los ojos al ciego, hacer también que Lázaro no muriese?
11.38   Jesús, conmovido otra vez dentro de sí, fue al sepulcro. Era una cueva, y tenía puesta una piedra contra la entrada.
11.39   Jesús dijo: -Quiten la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: -Señor, hiede ya porque tiene cuatro días.
11.40   Jesús le dijo: -¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios?
11.41   Luego quitaron la piedra, y Jesús alzó los ojos arriba y dijo: -Padre, te doy gracias porque me oíste.
11.42   Yo sabía que siempre me oyes pero lo dije por causa de la gente que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.
11.43   Habiendo dicho esto, llamó a gran voz: -¡Lázaro, ven fuera!




11.44   Y el que había estado muerto salió, atados los pies y las manos con vendas, y su cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo: -Desátenlo y déjenlo ir.
179- El sumo sacerdote profetiza la muerte de Jesús.



11.45   Muchos de los judíos que habían venido a María y habían visto lo que había hecho Jesús, creyeron en él.
11.46   Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les dijeron lo que Jesús había hecho.
11.47   Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron al Sanedrín y decían: -¿Qué hacemos? Pues este hombre hace muchas señales.
11.48   Si lo dejamos seguir así todos creerán en él; y vendrán los romanos y destruirán nuestro lugar y nuestra nación.
11.49   Entonces uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote en aquel año, les dijo: -Ustedes no saben nada;
11.50   ni consideran que les conviene que un solo hombre muera por el pueblo, y no que perezca toda la nación.
11.51   Pero esto no lo dijo de sí mismo sino que, como era el sumo sacerdote de aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación;
11.52   y no solamente por la nación sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban esparcidos.
180- Jesús se retira a Efraín, no abiertamente.



11.53   Así que, desde aquel día resolvieron matarle.
11.54   Por lo tanto, Jesús ya no andaba abiertamente entre los judíos sino que se fue de allí a la región que está junto al desierto, a una ciudad que se llama Efraín; y estaba allí con sus discípulos.
181- Cómo orar ; cómo ser perdonado.


11.1    Aconteció que, estando Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: -Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.

6.5     “Cuando ustedes oren, no sean como los hipócritas, que aman orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. De cierto les digo que ya tienen su recompensa.
6.6     Pero tú, cuando ores, entra en tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto te recompensará.
6.7     Y al orar, no usen vanas repeticiones, como los gentiles {"(individuos) de las naciones"}, que piensan que serán oídos por su palabrería.
6.8     Por tanto, no se hagan semejantes a ellos, porque el Padre de ustedes sabe de qué cosas tienen necesidad antes que ustedes le pidan.



6.9     Ustedes, pues, oren así: Padre nuestro que estás en los cielos: Santificado sea tu nombre,
6.10    venga tu reino, sea hecha tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra.

11.2    Él les dijo: -Cuando oren, digan: “Padre [nuestro que estás en los cielos]: Santificado sea tu nombre; venga tu reino; [sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra]

6.11    El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.

11.3    el pan nuestro de cada día, dánoslo hoy;

6.12    Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.

11.4a     y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. (...)

6.13a     Y no nos metas en tentación, (...)

11.4b   (...) Y no nos metas en tentación, [mas líbranos del mal]”.

6.13b   (...) mas líbranos del mal. [Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria por todos los siglos. Amén].



6.14    Porque si perdonan a los hombres sus ofensas, su Padre celestial también les perdonará a ustedes.
6.15    Pero si no perdonan a los hombres, tampoco su Padre les perdonará sus ofensas.

{ Comparar "Mateo18.35" }



182- Ayunar en secreto.
6.16    “Cuando ustedes ayunen, no se hagan los tristes, como los hipócritas, que descuidan su apariencia para mostrar a los hombres que ayunan. De cierto les digo que ya tienen su recompensa.
6.17    Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lávate la cara,
6.18    de modo que no muestres a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto. Y tu Padre que ve en secreto te recompensará.



183- Dar limosnas en secreto.
6.1     “Guárdense de hacer su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos. De lo contrario, no tendrán recompensa de su Padre que está en los cielos.
6.2     Cuando, pues, hagas obras de misericordia, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para ser honrados por los hombres. De cierto les digo que ellos ya tienen su recompensa.
6.3     Pero cuando tú hagas obras de misericordia, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha,
6.4     de modo que tus obras de misericordia sean en secreto. Y tu Padre que ve en secreto te recompensará.



184- Parábola de un amigo importunado en la noche por tres panes.


11.5    Les dijo también: -Supongamos que uno de ustedes tiene un amigo y va a él a la medianoche y le dice: “Amigo, préstame tres panes
11.6    porque ha llegado a mí un amigo de viaje y no tengo nada que poner delante de él”.
11.7    ¿Le responderá aquel desde adentro: “No me molestes; ya está cerrada la puerta y mis niños están conmigo en la cama; no puedo levantarme para dártelos”?
11.8    Les digo que, aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, ciertamente por la insistencia de aquel se levantará y le dará todo lo que necesite.

185- El que pide, recibe; el que busca, encuentra; al que llama, se le abre.
7.7     “Pidan, y se les dará. Busquen y hallarán. Llamen, y se les abrirá.
7.8     Porque todo el que pide recibe, el que busca halla, y al que llama se le abrirá.
7.9     ¿Qué hombre hay entre ustedes que, al hijo que le pide pan, le dará una piedra?
7.10    ¿O al que le pide pescado le dará una serpiente?
7.11    Pues si ustedes, siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden?

11.9    »Y yo les digo: Pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; llamen, y se les abrirá.
11.10   Porque todo aquel que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abrirá.
11.11   »¿Qué padre de entre ustedes, si su hijo le pide pescado, en lugar de pescado le dará una serpiente?
11.12   O si le pide un huevo, ¿le dará un escorpión?
11.13   Pues si ustedes, siendo malos, saben dar buenos regalos a sus hijos, ¿cuánto más su Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que le pidan?

186- Un fariseo invita a Jesús a cenar; Jesús les censura: ¡Ay de vosotros!


11.37   Cuando Jesús acabó de hablar, un fariseo le rogó que comiera con él; y habiendo entrado Jesús en su casa, se sentó a la mesa.
11.38   Y el fariseo se asombró al ver que no se lavó antes de comer.

23.25   “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque limpian lo de afuera del vaso o del plato, pero por dentro están llenos de robo y de desenfreno.
23.26   ¡Fariseo ciego! ¡Limpia primero el interior del vaso para que también el exterior se haga limpio!

11.39   Entonces el Señor le dijo: -Ustedes los fariseos limpian el exterior de la copa o del plato pero el interior de ustedes está lleno de rapiña y de maldad.
11.40   Necios, ¿el que hizo lo de fuera no hizo también lo de dentro?
11.41   Pero den con misericordia de las cosas que están dentro y, he aquí, todas las cosas les serán limpias.

23.23   “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque entregan el diezmo de la menta, del eneldo y del comino; pero han omitido lo más importante de la ley, a saber: el juicio, la misericordia y la fe. Era necesario hacer estas cosas sin omitir aquellas.
23.24   ¡Guías ciegos, que cuelan el mosquito pero tragan el camello!

11.42   »¡Ay de ustedes, fariseos! Porque diezman la menta, la ruda y toda hortaliza pero pasan por alto el juicio y el amor de Dios. Es necesario hacer estas cosas sin pasar por alto aquellas.

23.27   “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque son semejantes a sepulcros blanqueados que, a la verdad, se muestran hermosos por fuera; pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda impureza.
23.28   Así también ustedes, a la verdad, por fuera se muestran justos a los hombres; pero por dentro están llenos de hipocresía e iniquidad.

11.43   »¡Ay de ustedes, fariseos! Porque aman los primeros asientos en las sinagogas y las salutaciones en las plazas.
11.44   »¡Ay de ustedes!. Porque son como sepulcros ocultos, y los hombres que andan por encima no lo saben.



11.45   Respondió uno de los maestros de la ley y le dijo: -Maestro, cuando dices esto también nos afrentas a nosotros.
11.46   Y él le dijo: -¡Ay de ustedes también, maestros de la ley! Porque les imponen a los hombres cargas que no pueden llevar pero ustedes mismos no las tocan ni aun con uno de sus dedos.

23.29   “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque edifican los sepulcros de los profetas y adornan los monumentos de los justos,
23.30   y dicen: ‘Si hubiéramos vivido en los días de nuestros padres, no habríamos sido sus cómplices en la sangre de los profetas’.
23.31   Así dan testimonio contra ustedes mismos de que son hijos de aquellos que mataron a los profetas.
23.32   ¡ Colmen también ustedes la medida de sus padres!
23.33   “¡Serpientes! ¡Generación de víboras! ¿Cómo se escaparán de la condenación del infierno {lit. en griego: "de la gehenna". Nota en "Mateo 5.22"}?
23.34   Por tanto, miren; yo les envío profetas, sabios y escribas; y de ellos, a unos los matarán y crucificarán, y a otros los azotarán en sus sinagogas y perseguirán de ciudad en ciudad,
23.35   de manera que venga sobre ustedes toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, a quien mataron entre el santuario y el altar.
23.36   De cierto les digo, que todo esto recaerá sobre esta generación.

11.47   »¡Ay de ustedes! Porque edifican los sepulcros de los profetas, pero sus padres los mataron.
11.48   Con eso, son testigos y consienten en los hechos de sus padres porque, a la verdad ellos los mataron pero ustedes edifican sus sepulcros.
11.49   Por esto, la sabiduría de Dios también dijo: “Les enviaré profetas y apóstoles; y de ellos, a unos matarán y a otros perseguirán”;
11.50   para que de esta generación sea demandada la sangre de todos los profetas que ha sido derramada desde la fundación del mundo;
11.51   desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías quien pereció entre el altar y el santuario. ¡Sí! Les digo que la sangre de ellos será demandada de esta generación.

23.13   “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque cierran el reino de los cielos delante de los hombres. Pues ustedes no entran, ni dejan entrar a los que están entrando.

11.52   »¡Ay de ustedes, maestros de la ley! Porque han quitado la llave del conocimiento. Ustedes mismos no entraron, y a los que entraban se lo han impedido.

23.14   , [Algunos manuscritos han aumentado, después del versículo 12 o del 13: (14) "¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque devoran las casas de las viudas y como pretexto hacen largas oraciones. ¡Por esto recibirán mayor condenación!"; {el texto es similar a "Marcos 12.40" y "Lucas 20.47"}]



23.15   “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque recorren mar y tierra para hacer un solo prosélito y, cuando lo logran, le hacen un hijo del infierno {lit. en griego: "gehenna". Nota en "Mateo 5.22"} dos veces más que ustedes.



23.16   “¡Ay de ustedes, guías ciegos! Pues dicen: ‘Si uno jura por el santuario, no significa nada; pero si jura por el oro del santuario, queda bajo obligación’.
23.17   ¡Necios y ciegos! ¿Cuál es más importante: el oro o el santuario que santifica al oro?
23.18   O dicen: ‘Si uno jura por el altar, no significa nada; pero si jura por la ofrenda que está sobre el altar, queda bajo obligación’.
23.19   ¡Ciegos! ¿Cuál es más importante: la ofrenda o el altar que santifica a la ofrenda?
23.20   Por tanto, el que jura por el altar, jura por el altar y por todo lo que está sobre él.
23.21   Y el que jura por el santuario, jura por el santuario y por aquel que habita en él.
23.22   Y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por aquel que está sentado sobre él.



187 - Jesús salido de la casa del fariseo. [+]


11.53   Cuando salió de allí, los escribas y los fariseos comenzaron a presionarlo mucho y a provocarlo a que hablara de muchas cosas,
11.54   acechándolo para cazar algo de su boca.

188- La levadura de los fariseos. Nada oculto.


12.1    En esto, habiéndose juntado una multitud de miles y miles, tanto que se pisoteaban unos a otros, él comenzó a decir primeramente a sus discípulos: “Guárdense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.

10.24   “El discípulo no es más que su maestro ni el siervo más que su señor.
10.25   Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia lo llamaron Beelzebul, ¡cuánto más lo harán a los de su casa!
10.26a   “Así que, no les teman. (...)



10.26b   (...) Porque no hay nada encubierto que no será revelado ni oculto que no será conocido.
10.27   Lo que les digo en privado, díganlo en público; y lo que oyen al oído, proclámenlo desde las azoteas.

12.2    Porque no hay nada encubierto que no haya de ser revelado, ni oculto que no haya de ser conocido.
12.3    Más bien, las cosas que han dicho en las tinieblas serán oídas en la luz, y lo que han hablado al oído en las habitaciones será pregonado en las azoteas.

189 - Temer a Dios. Cabellos contados. Negar o confesar a Jesús. Blasfemia. El Espíritu Santo enseña a decir.
10.28   No teman a los que matan el cuerpo pero no pueden matar al alma. Más bien, teman a aquel que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el infierno {lit. en griego: "[la] gehenna". Nota en "Mateo 5.22"}.

12.4    “Y les digo a ustedes, mis amigos: No teman a los que matan el cuerpo y después no tienen nada peor que hacer.
12.5    Pero yo les enseñaré a quién deben temer: Teman a aquel que, después de haber dado muerte, tiene poder de echar en el infierno {lit. en griego: "la gehenna". Nota en "Mateo 5.22"}. Sí, les digo, a este teman.

10.29   ¿Acaso no se venden dos pajaritos por una moneda? Con todo ni uno de ellos cae a tierra sin el consentimiento de su Padre.
10.30   Pues aun los cabellos de ustedes están todos contados.
10.31   Así que, no teman; más valen ustedes que muchos pajaritos.

12.6    ¿No se venden cinco pajaritos por dos moneditas? Pues ni uno de ellos está olvidado delante de Dios.
12.7    Pero aun los cabellos de la cabeza de ustedes están todos contados. No teman; más valen ustedes que muchos pajaritos.

10.32   “Por tanto, a todo el que me confiese delante de los hombres, yo también lo confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.
10.33   Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos.

12.8    “Les digo que todo aquel que me confiese delante de los hombres, también el Hijo del Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios;
12.9    pero el que me niegue delante de los hombres será negado delante de los ángeles de Dios.



12.10   A todo aquel que diga palabra en contra del Hijo del Hombre le será perdonado; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no le será perdonado.



12.11   “Cuando los lleven a las sinagogas y a los magistrados y autoridades, no estén preocupados de cómo o qué responderán, o qué habrán de decir.
12.12   Porque el Espíritu Santo les enseñará en aquella hora lo que se debe decir”.

190- Un hermano quiere su parte de la herencia. Codicia.


12.13   Le dijo uno de la multitud: -Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.
12.14   Y él le dijo: -Hombre, ¿quién me ha puesto como juez o repartidor sobre ustedes?
12.15   Y les dijo: -Miren, guárdense de toda codicia, porque la vida de uno no consiste en la abundancia de los bienes que posee.

191- Parábola del rico necio que va a morir.


12.16   Entonces les refirió una parábola, diciendo: -Las tierras de un hombre rico habían producido mucho.
12.17   Y él razonaba dentro de sí diciendo: “¿Qué haré? Porque ya no tengo dónde juntar mis productos”.
12.18   Entonces dijo: “¡Esto haré! Derribaré mis graneros y edificaré otros más grandes. Allí juntaré todo mi grano y mis bienes,
12.19   y me diré a mí mismo {lit.: "mi alma"} : {lit.: + "Alma", } Muchos bienes tienes almacenados para muchos años. Descansa, come, bebe, alégrate”.
12.20   Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta noche vienen a pedir tu vida {lit.: "tu alma"}; y lo que has provisto, ¿para quién será?”.
12.21   Así es el que hace tesoro para sí y no es rico para con Dios.

192- Los verdaderos tesoros. El ojo es la lámpara del cuerpo. Nadie puede servir a dos maestros.
6.19    “No acumulen para ustedes tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido corrompen, y donde los ladrones se meten y roban.

12.33a   »Vendan sus bienes y den ofrendas de misericordia. (...)

6.20    Más bien, acumulen para ustedes tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido corrompen, y donde los ladrones no se meten ni roban.
6.21    Porque donde esté tu tesoro, allí también estará tu corazón.

12.33b   (...) Háganse bolsas que no se envejecen; un tesoro inagotable en los cielos donde no se acerca el ladrón ni la polilla destruye.
12.34   Porque donde esté el tesoro de ustedes, allí también estará su corazón.

6.22    “La lámpara del cuerpo es el ojo. Así que, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz.
6.23    Pero si tu ojo es malo, todo tu cuerpo estará en tinieblas. De modo que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande es esa oscuridad!


11.33   “Al encender una lámpara nadie la pone en oculto ni debajo de un cajón sino sobre un candelero para que todos los que entren vean la luz.
11.34   La lámpara de tu cuerpo es tu ojo. Cuando tu ojo está sano, también todo tu cuerpo está lleno de luz. Pero cuando es malo, también tu cuerpo está en tinieblas.
11.35   Mira, pues, no sea que la luz que hay en ti sea tinieblas.
11.36   Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz y no tiene ninguna parte oscura, estará todo lleno de luz como cuando una lámpara te alumbra con su resplandor”.


12.35   »Estén ceñidos sus lomos y encendidas sus lámparas.

{Comparar "Mateo 24.42-51"}

6.24    “Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá al uno y amará al otro, o se dedicará al uno y menospreciará al otro. No pueden servir a Dios y a las riquezas.



193- Preocupaciones - pájaros - comida - ropa - etc.


12.22a     Dijo a sus discípulos: (...)

6.25    “Por tanto les digo: No se afanen por su vida, qué han de comer o qué han de beber; ni por su cuerpo, qué han de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
6.26    Miren las aves del cielo, que no siembran ni siegan ni recogen en graneros; y su Padre celestial las alimenta. ¿No son ustedes de mucho más valor que ellas?
6.27    ¿Quién de ustedes podrá, por más que se afane, añadir a su estatura un milímetro?
6.28    ¿Por qué se afanan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo crecen. Ellos no trabajan ni hilan;
6.29    pero les digo que ni aun Salomón, con toda su gloria, fue vestido como uno de ellos.
6.30    Si Dios viste así la hierba del campo, que hoy está y mañana es echada en el horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe?
6.31    “Por tanto, no se afanen diciendo: ‘¿Qué comeremos?’ o ‘¿Qué beberemos?’ o ‘¿Con qué nos cubriremos?’.
6.32    Porque los gentiles {lit. en griego: "las naciones"} buscan todas estas cosas, pero el Padre de ustedes que está en los cielos sabe que tienen necesidad de todas estas cosas.
6.33    Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.
6.34    Así que, no se afanen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán. Basta a cada día su propio mal.

12.22b   (...) -Por tanto, les digo: No se afanen por su vida, qué han de comer; ni por su cuerpo, qué han de vestir.
12.23   La vida es más que el alimento y el cuerpo es más que el vestido.
12.24   Consideren los cuervos, que ni siembran ni siegan ni tienen almacenes ni graneros, y Dios los alimenta. ¡Cuánto más valen ustedes que las aves!
12.25   ¿Quién de ustedes podrá, con afanarse, añadir un día a su vida?
12.26   Pues si no pueden lo que es menos, ¿por qué están afanados por lo demás?
12.27   Consideren los lirios, cómo crecen. No trabajan ni hilan; y les digo que ni aun Salomón, con toda su gloria, fue vestido como uno de ellos.
12.28   Si Dios viste así la hierba que hoy está en el campo y mañana es echada en el horno, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe!
12.29   »Ustedes, pues, no busquen qué han de comer o qué han de beber, ni estén ansiosos.
12.30   Porque todas estas cosas busca la gente {lit. en griego: "buscan las naciones"} del mundo pero su Padre sabe que necesitan estas cosas.
12.31   Más bien, busquen su reino, y estas cosas les serán añadidas.
12.32   No teman, manada pequeña, porque a su Padre le ha placido darles el reino.

194- Velando como un sirviente esperando la llegada de su señor.
{ Comparar "Mateo 24.42-51"}
13.34   Será como el hombre que al salir de viaje dejó su casa y dio autoridad a sus siervos, a cada uno su obra, y al portero mandó que velase.
13.35   Velen, pues, porque no saben cuándo vendrá el Señor de la casa, sea a la tarde, a la medianoche, al canto del gallo o a la mañana;
13.36   no sea que cuando vuelva de repente los halle durmiendo.

12.36   Y sean ustedes semejantes a los siervos que esperan a su señor cuando ha de volver de las bodas para que le abran al instante en que llegue y llame.



12.37   Bienaventurados aquellos siervos a quienes el señor les encuentre velando cuando llegue. De cierto les digo que se ceñirá y hará que se sienten a la mesa y, viniendo, les servirá.
12.38   Aunque venga a medianoche, y aunque venga a la madrugada, si los halla así, ¡bienaventurados aquellos siervos!

195- Jesús vendrá a la hora que no piensen.
24.43   Pero sepan esto: Si el dueño de casa hubiera sabido a qué hora habría de venir el ladrón, habría velado y no habría permitido que forzaran la entrada a su casa.
24.44   Por tanto, estén preparados también ustedes, porque a la hora que no piensen, vendrá el Hijo del Hombre.

12.39   »Sepan que si el dueño de casa hubiera sabido a qué hora habría de venir el ladrón no habría permitido que forzara la entrada a su casa.
12.40   Ustedes también estén preparados, porque a la hora que no piensen vendrá el Hijo del Hombre.
12.41   Entonces Pedro le dijo: -Señor, ¿dices esta parábola para nosotros, o también para todos?


13.37   Lo que a ustedes les digo, a todos les digo: ¡Velen!


196- El siervo fiel y prudente y el siervo malo.
24.45   »¿Quién, pues, es el siervo fiel y prudente, a quien su señor lo puso sobre los criados de su casa, para que les diera alimentos a su debido tiempo?
24.46   Bienaventurado será aquel siervo a quien, cuando su señor venga, lo encuentre haciéndolo así.
24.47   De cierto les digo que lo pondrá sobre todos sus bienes.
24.48   Pero si aquel siervo malvado dice en su corazón: “Mi señor tarda”;
24.49   y si comienza a golpear a sus consiervos, y si come y bebe con los borrachos,
24.50   el señor de aquel siervo vendrá en el día que no espera y a la hora que no sabe,
24.51   y lo castigará duramente y le asignará lugar con los hipócritas. Allí habrá llanto y crujir de dientes.

12.42   Y dijo el Señor: -¿Quién es, pues, el mayordomo fiel y prudente a quien el señor pondrá sobre los de su casa para que les dé sus raciones a su debido tiempo?
12.43   Bienaventurado será aquel siervo a quien, cuando su señor venga, lo encuentre haciéndolo así.
12.44   En verdad les digo que lo pondrá sobre todos sus bienes.
12.45   Pero si aquel siervo dice en su corazón: “Mi señor tarda en venir” y comienza a golpear a los siervos y a las siervas, y a comer y a beber y a embriagarse,
12.46   vendrá el señor de aquel siervo en el día que no espera y a la hora que no sabe, y le castigará duramente y pondrá su parte con los incrédulos.



12.47   Porque aquel siervo que entendió la voluntad de su señor y no se preparó ni hizo conforme a su voluntad recibirá muchos azotes.
12.48   Pero el que no entendió, aunque hizo cosas dignas de azotes, recibirá pocos azotes. Porque de todo aquel a quien le ha sido dado mucho, mucho se demandará de él; y de aquel a quien confiaron mucho, se le pedirá más.

197- Jesús trae división, no paz a la tierra. Discernir tiempos. De acuerdo con su oponente.


12.49   »He venido a echar fuego en la tierra. ¡Y cómo quisiera que ya estuviera encendido!
12.50   Tengo un bautismo con que ser bautizado, ¡y cómo me angustio hasta que se cumpla!

10.34   “No piensen que he venido para traer paz a la tierra. No he venido para traer paz, sino espada.
10.35   Porque yo he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre y a la nuera contra su suegra.
10.36   Y los enemigos de un hombre serán los de su propia casa.

12.51   ¿Piensan que he venido a dar paz en la tierra? ¡Les digo que no, sino a causar división!
12.52   Porque, de aquí en adelante, cinco en una casa estarán divididos: tres contra dos y dos contra tres.
12.53   El padre estará dividido contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra su suegra.

16.2    Pero él les respondió diciendo: “Al atardecer dicen: ‘Hará buen tiempo, porque el cielo está enrojecido’;
16.3    y al amanecer dicen: ‘Hoy habrá tempestad, porque el cielo está enrojecido y sombrío’. Saben discernir el aspecto del cielo, pero no pueden discernir las señales de los tiempos.


12.54   Decía también a las multitudes: -Cuando ven la nube que sale del poniente, luego dicen: “Va a llover”. Y así sucede.
12.55   Cuando sopla el viento del sur, dicen: “Hará calor”. Y lo hace.
12.56   ¡Hipócritas! Saben interpretar el aspecto del cielo y de la tierra, ¿y cómo no saben interpretar este tiempo?
12.57   »¿Por qué no juzgan ustedes mismos lo que es justo?

5.25    “Reconcíliate pronto con tu adversario mientras estás con él en el camino; no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y seas echado en la cárcel.
5.26    De cierto te digo que jamás saldrás de allí hasta que pagues el último centavo.

12.58   Pues cuando vayas al magistrado con tu adversario procura con diligencia arreglarte con él en el camino, no sea que te arrastre al juez y el juez te entregue al policía y el policía te meta en la cárcel.
12.59   Te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado hasta el último centavo.

198- Torre de Siloé. Arrepentirse.


13.1    En aquella misma ocasión, algunos estaban allí contándole de ciertos galileos cuya sangre Pilato había mezclado con la sangre de sus sacrificios.
13.2    Respondiendo Jesús, les dijo: “¿Piensan que estos galileos, porque padecieron estas cosas, habrán sido más pecadores que todos los galileos?
13.3    Les digo que no; más bien, si ustedes no se arrepienten, todos perecerán igualmente.
13.4    O aquellos dieciocho sobre los cuales cayó la torre de Siloé y los mató, ¿piensan que ellos habrán sido más culpables que todos los hombres que viven en Jerusalén?
13.5    Les digo que no; más bien, si ustedes no se arrepienten, todos perecerán de la misma manera”.

199- Parábola de la higuera plantada en una viña.


13.6    Entonces dijo esta parábola: “Cierto hombre tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo halló.
13.7    Entonces le dijo al viñador: ‘He aquí, ya son tres años que vengo buscando fruto en esta higuera y no lo hallo. Por tanto, córtala. ¿Por qué ha de inutilizar también la tierra?’.
13.8    Entonces él le respondió diciendo: ‘Señor, déjala aún este año hasta que yo cave alrededor de ella y la abone.
13.9    Si da fruto en el futuro, bien; y si no, la cortarás’”.

200- Una mujer encorvada por un espíritu por 18 años.


13.10   Jesús enseñaba en una de las sinagogas en el sábado.
13.11   Y he aquí una mujer que tenía espíritu de enfermedad desde hacía dieciocho años andaba encorvada y de ninguna manera se podía enderezar.
13.12   Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: -Mujer, quedas libre de tu enfermedad.
13.13   Puso las manos sobre ella, y al instante se enderezó y glorificaba a Dios.
13.14   Y respondiendo el principal de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiera sanado en sábado, decía a la gente: -Seis días hay en la semana en los cuales se debe trabajar. Vengan, pues, en estos días y sean sanados, y no en el día de sábado.
13.15   Entonces el Señor le respondió diciendo: -¡Hipócrita! ¿No desata cada uno de ustedes en sábado su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber?
13.16   Y esta, siendo hija de Abraham, a quien Satanás ha tenido atada por dieciocho años, ¿no debía ser librada de esta atadura en el día de sábado?
13.17   Cuando él decía estas cosas, todos sus adversarios se avergonzaban. Y todo el pueblo se regocijaba por todas las cosas gloriosas que él hacía.

{Leer "Lucas 13.18-21" al "Marcos 4.30+"}

201- De camino a Jerusalén.


13.22   Jesús pasaba por las ciudades y aldeas enseñando y caminando hacia Jerusalén.

202- Entren por la puerta estrecha.
7.13    “Entren por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella.
7.14    Pero ¡qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y son pocos los que la hallan.


13.23   Entonces alguien le dijo: -Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo:
13.24   -Esfuércense a entrar por la puerta angosta, porque les digo que muchos procurarán entrar y no podrán.

203- Se levantará y cerrará la puerta. Sólo el que hace la voluntad de Dios entrará en su reino.
7.21    “No todo el que me dice ‘ Señor, Señor’ entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
7.22    Muchos me dirán en aquel día: ‘¡Señor, Señor! ¿No profetizamos en tu nombre? ¿En tu nombre no echamos demonios? ¿Y en tu nombre no hicimos muchas obras poderosas?’.
7.23    Entonces yo les declararé: ‘Nunca les he conocido. ¡Apártense de mí, obradores de maldad!’.



8.11    Y les digo que muchos vendrán del oriente y del occidente y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos,
8.12    pero los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera. Allí habrá llanto y crujir de dientes.


13.25   Después que el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, afuera, comenzarán a llamar a la puerta diciendo: “¡Señor, ábrenos!”. Pero respondiendo él les dirá: “No les conozco de dónde son”.
13.26   Entonces comenzarán a decir: “Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste”.
13.27   Pero les hablará diciendo: “No les conozco de dónde son. ¡Apártense de mí todos los que hacen iniquidad!”.
13.28   Allí habrá llanto y crujir de dientes cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y a ustedes echados fuera.
13.29   Vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur; y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.
13.30   He aquí, hay últimos que serán primeros, y hay primeros que serán últimos.

204- Herodes quiere matar a Jesús que camina hoy, mañana y al tercer día. [+]


13.31   En la misma hora llegaron ciertos fariseos y le dijeron: -Sal y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar.
13.32   Él les dijo: -Vayan y díganle a ese zorro: “He aquí echo fuera demonios y realizo sanidades hoy y mañana, y al tercer día termino”.
13.33   Sin embargo, es necesario que yo siga mi camino hoy, mañana y pasado mañana porque no es posible que un profeta muera fuera de Jerusalén.

205- Jerusalén que mata a los profetas será dejada desierta.
23.37   “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, así como la gallina junta a sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste!
23.38   He aquí, su casa les es dejada desierta,
23.39   porque les digo que desde ahora no me verán más hasta que digan: ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!”. 

13.34   »¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, así como la gallina junta sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste!
13.35   He aquí la casa de ustedes es dejada desierta. Les digo que no me verán más hasta que venga el día cuando digan: “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!”.

206- La sanación de un hombre hidrópico en un día de reposo.


14.1    Aconteció un sábado, cuando él entró en casa de uno de los principales de los fariseos para comer pan, que ellos lo observaban cuidadosamente.
14.2    Y he aquí, un hombre hidrópico estaba delante de él.
14.3    Entonces respondiendo Jesús, habló a los maestros de la ley y a los fariseos diciendo: -¿Es lícito sanar en sábado, o no?
14.4    Pero ellos callaron. Entonces él lo tomó, lo sanó y lo despidió.
14.5    Y dijo a ellos: -¿Cuál de ustedes, si su hijo o su buey cae en un pozo, no lo sacará de inmediato en el día de sábado?
14.6    Y no le podían responder a estas cosas.

207- Los invitados : primer o último lugar.



14.7    Observando a los invitados, cómo escogían los primeros asientos a la mesa, refirió una parábola diciéndoles:




14.8    -Cuando seas invitado por alguien a una fiesta de bodas, no te sientes en el primer lugar; no sea que otro más distinguido que tú haya sido invitado por él
14.9    y que, viniendo el que te invitó a ti y al otro, te diga: “Da lugar a este”, y luego comiences con vergüenza a ocupar el último lugar.
14.10   Más bien, cuando seas invitado, ve y siéntate en el último lugar para que cuando venga el que te invitó, diga: “Amigo, sube más arriba”. Entonces tendrás gloria delante de los que se sientan contigo a la mesa.
14.11   Porque cualquiera que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

14.12   Dijo también al que lo había invitado: -Cuando hagas comida o cena, no invites a tus amigos ni a tus hermanos ni a tus parientes ni a tus vecinos ricos; no sea que ellos te vuelvan a invitar a ti, y te sea hecha compensación.
14.13   Pero cuando hagas banquete, llama a los pobres, a los mancos, a los cojos y a los ciegos.




14.14   Y serás bienaventurado; porque ellos no te pueden retribuir pero te será recompensado en la resurrección de los justos.


208- Parábola de las invitaciones a un gran banquete. Excusas.



14.15   Al oír esto, uno de los que estaban sentados juntos a la mesa le dijo: -¡Bienaventurado el que coma pan en el reino de Dios!




14.16   Pero él le dijo: -Un hombre hizo un gran banquete e invitó a muchos.
14.17   A la hora del banquete envió a su siervo para decir a los invitados: “Vengan, porque ya está preparado”.
14.18   Pero todos a una comenzaron a disculparse. El primero dijo: “He comprado un campo y necesito salir para verlo; te ruego que me disculpes”.
14.19   El otro dijo: “He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlos. Te ruego que me disculpes”.
14.20   El otro dijo: “Acabo de casarme y por tanto no puedo ir”.
14.21   Cuando volvió el siervo, hizo saber estas cosas a su señor. Entonces se enojó el dueño de casa y dijo a su siervo: “Ve pronto a las plazas y a las calles de la ciudad y trae acá a los pobres, a los mancos, a los ciegos y a los cojos”.
14.22   Luego dijo el siervo: “Señor, se ha hecho lo que mandaste, y aún queda lugar”.
14.23   El señor dijo al siervo: “Ve por los caminos y por los callejones, y exígeles a que entren para que mi casa se llene.




14.24   Pues les digo que ninguno de aquellos hombres que fueron invitados gustará de mi banquete”.


209- Renuncia a todo para seguir a Jesús. (Leer "Marcos 8.34+")
Aquí, "aborrecer" en el sentido de "no preferir". ("Mateo 15.4"; "Efesios 6.2")



14.25   Grandes multitudes iban con él, y él se volvió y les dijo:

10.37   “ El que ama a padre o a madre más que a mí no es digno de mí, y el que ama a hijo o a hija más que a mí no es digno de mí.

14.26   “Si alguno viene a mí y no aborrece a su padre, madre, mujer, hijos, hermanos, hermanas y aun su propia vida, no puede ser mi discípulo.

10.38   El que no toma su cruz y sigue en pos de mí no es digno de mí.

14.27   Y cualquiera que no toma su propia cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.

10.39   El que halla su vida {lit.: "su alma"} la perderá, y el que pierde su vida {lit.: "su alma"} por mi causa la hallará.



210- Sentarse y calcular antes de hacer. El sabor de la sal.



14.28   Porque ¿cuál de ustedes, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?




14.29   No sea que después de haber puesto los cimientos, y al no poderla terminar, todos los que la vean comiencen a burlarse de él
14.30   diciendo: ‘Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar’.
14.31   ¿O qué rey, que sale a hacer guerra contra otro rey, no se sienta primero y consulta si puede salir con diez mil al encuentro del que viene con veinte mil?
14.32   De otra manera, cuando el otro rey está todavía lejos, le envía una embajada y pide condiciones de paz.
14.33   Así, pues, cualquiera de ustedes que no renuncie a todas las cosas que posee, no puede ser mi discípulo.

14.34   “Buena es la sal; pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué será sazonada?




14.35   No es buena ni para la tierra ni para abono; por eso la arrojan fuera. Quien tiene oídos para oír, oiga”.


211- La oveja perdida. Arrepentimiento.


15.1    Se acercaban a él todos los publicanos y pecadores para oírle,
15.2    y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: -Este recibe a los pecadores y come con ellos.

18.12   »¿Qué les parece? Si algún hombre tiene cien ovejas y se extravía una, ¿acaso no dejará las noventa y nueve en las montañas e irá a buscar la descarriada?
18.13   Y si sucede que la encuentra, de cierto les digo que se goza más por aquella que por las noventa y nueve que no se extraviaron.
18.14   Así que, no es la voluntad de su Padre que está en los cielos que se pierda ni uno de estos pequeños.

15.3    Entonces él les refirió esta parábola, diciendo:
15.4    -¿Qué hombre de ustedes, si tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la que se ha perdido hasta hallarla?
15.5    Y al hallarla, la pone gozoso sobre sus hombros
15.6    y, cuando llega a casa, reúne a sus amigos y vecinos, y les dice: “Gócense conmigo porque he hallado mi oveja que se había perdido”.
15.7    Les digo que, del mismo modo, habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.

212- La moneda perdida.


15.8    »¿O qué mujer que tiene diez monedas, si pierde una, no enciende una lámpara, barre la casa y busca con empeño hasta hallarla?
15.9    Cuando la halla, reúne a sus amigas y vecinas y les dice: “Gócense conmigo porque he hallado la moneda que estaba perdida”.
15.10   Les digo que, del mismo modo, hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.

213- Parábola del hijo perdido y del hijo fiel.



15.11   Dijo además: -Un hombre tenía dos hijos.




15.12   El menor de ellos dijo a su padre: “Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde”. Y él les repartió los bienes.
15.13   No muchos días después, habiendo juntado todo, el hijo menor se fue a una región lejana y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.
15.14   »Cuando lo hubo malgastado todo, vino una gran hambre en aquella región, y él comenzó a pasar necesidad.
15.15   Entonces fue y se allegó a uno de los ciudadanos de aquella región, el cual lo envió a su campo para apacentar los cerdos.
15.16   Y él deseaba saciarse con las algarrobas que comían los cerdos, y nadie se las daba.
15.17   Entonces volviendo en sí, dijo: “¡Cuántos jornaleros en la casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!
15.18   Me levantaré, iré a mi padre y le diré: ‘Padre, he pecado contra el cielo y ante ti.
15.19   Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros’”.
15.20   »Se levantó y fue a su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y tuvo compasión. Corrió y se echó sobre su cuello, y lo besó.
15.21   El hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y ante ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo”.
15.22   Pero su padre dijo a sus siervos: “Saquen de inmediato el mejor vestido y vístanlo, y pónganle un anillo en su mano y calzado en sus pies.
15.23   Traigan el ternero engordado y mátenlo. Comamos y regocijémonos
15.24   porque este mi hijo estaba muerto y ha vuelto a vivir; estaba perdido y ha sido hallado”. Y comenzaron a regocijarse.
15.25   »Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando vino, se acercó a la casa y oyó la música y las danzas.
15.26   Después de llamar a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
15.27   Este le dijo: “Tu hermano ha venido, y tu padre ha mandado matar el ternero engordado por haberlo recibido sano y salvo”.
15.28   Entonces él se enojó y no quería entrar. »Salió, pues, su padre y le rogaba que entrara.
15.29   Pero respondiendo él dijo a su padre: “He aquí, tantos años te sirvo y jamás he desobedecido tu mandamiento, y nunca me has dado un cabrito para regocijarme con mis amigos.
15.30   Pero cuando vino este tu hijo que ha consumido tus bienes con prostitutas, has matado para él el ternero engordado”.
15.31   Entonces su padre le dijo: “Hijo, tú siempre estás conmigo y todas mis cosas son tuyas.




15.32   Pero era necesario alegrarnos y regocijarnos porque este tu hermano estaba muerto y ha vuelto a vivir; estaba perdido y ha sido hallado”.


214- Parábola del ecónomo infiel.



16.1    Dijo también a sus discípulos: “Había cierto hombre rico el cual tenía un mayordomo; y este fue acusado delante de él como derrochador de sus bienes.




16.2    Su señor lo llamó y le dijo: ‘¿Qué es esto que oigo de ti? Da cuenta de tu mayordomía porque ya no podrás ser mayordomo’.
16.3    Entonces el mayordomo se dijo a sí mismo: ‘¿Qué haré? Porque mi señor me quita la mayordomía. Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza.
16.4    ¡Ya sé lo que haré para que cuando sea destituido de la mayordomía me reciban en sus casas!’.
16.5    “Entonces llamó a cada uno de los deudores de su señor, y le dijo al primero: ‘¿Cuánto debes a mi señor?’.
16.6    Él dijo: ‘Cien barriles de aceite’. Y le dijo: ‘Toma tu recibo, siéntate y de inmediato escribe cincuenta’.
16.7    Después le dijo a otro: ‘Y tú, ¿cuánto debes?’. Y él le dijo: ‘Cien kilos de trigo’. Él le dijo: ‘Toma tu recibo y escribe ochenta’.
16.8    “Y el señor elogió al mayordomo injusto porque actuó sagazmente, pues los hijos de este mundo son en su generación más sagaces que los hijos de luz.
16.9    “Y yo les digo: Con las riquezas injustas gánense amigos para que, cuando estas lleguen a faltar, ellos les reciban en las moradas eternas.
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16.10   “El que es fiel en lo muy poco también es fiel en lo mucho, y el que en lo muy poco es injusto también es injusto en lo mucho.
16.11   Así que, si con las riquezas injustas no fueron fieles, ¿quién les confiará lo verdadero?
16.12   Y si en lo ajeno no fueron fieles, ¿quién les dará lo que es de ustedes?




16.13   Ningún siervo puede servir a dos señores porque aborrecerá al uno y amará al otro, o se dedicará al uno y menospreciará al otro. No pueden servir a Dios y a las riquezas”.


215- Reproche de Jesús a los fariseos avaros.


16.14   Los fariseos, que eran avaros, oían todas estas cosas y se burlaban de él.
16.15   Y él les dijo: “Ustedes son los que se justifican a ustedes mismos delante de los hombres. Pero Dios conoce el corazón de ustedes; porque lo que entre los hombres es sublime, delante de Dios es abominación.
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16.16   “La Ley y los Profetas fueron hasta Juan. A partir de entonces son anunciadas las buenas noticias del reino de Dios, y todos se esfuerzan por entrar en él.
16.17   Pero más fácil es que pasen el cielo y la tierra, que se caiga una tilde de la ley.

16.18   “Cualquiera que se divorcia de su mujer y se casa con otra comete adulterio. Y el que se casa con la divorciada por su marido comete adulterio.
{Comparar : "Mateo 19.9"}

216- Parábola del rico malvado y del pobre Lázaro. Arrepentimiento.



16.19   “Cierto hombre era rico, se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez.




16.20   Y cierto pobre, llamado Lázaro, estaba echado a su puerta, lleno de llagas,
16.21   y deseaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico. Aun los perros venían y le lamían las llagas.
16.22   “Aconteció que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado.
16.23   Y en el Hades, estando en tormentos, alzó sus ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.
16.24   Entonces él, dando voces, dijo: ‘Padre Abraham, ten misericordia de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua porque estoy atormentado en esta llama’.
16.25   “Y Abraham dijo: ‘Hijo, acuérdate que durante tu vida recibiste tus bienes y, de igual manera Lázaro, males. Pero ahora él es consolado aquí, y tú eres atormentado.
16.26   Además de todo esto, un gran abismo existe entre nosotros y ustedes para que los que quieran pasar de aquí a ustedes no puedan, ni de allá puedan cruzar para acá’.
16.27   “Y él dijo: ‘Entonces te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre
16.28   (pues tengo cinco hermanos), de manera que les advierta a ellos para que no vengan también a este lugar de tormento’.
16.29   Pero Abraham dijo: ‘Tienen a Moisés y a los Profetas. Que les escuchen a ellos’.
16.30   Entonces él dijo: ‘No, padre Abraham. Más bien, si alguno va a ellos de entre los muertos, se arrepentirán’.




16.31   Pero Abraham le dijo: ‘Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, tampoco se persuadirán si alguno se levanta de entre los muertos’”.


217- Escándalos. Reprender a un hermano. Perdonar 77 x 7 veces.


17.1    Dijo a sus discípulos: -Es imposible que no vengan tropiezos; pero, ¡ay de aquel que los ocasione!
17.2    Mejor le fuera que se le atara una piedra de molino al cuello y que fuera lanzado al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos.
17.3a    »Miren por ustedes mismos: (...)

18.15   »Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve, amonéstale a solas entre tú y él. Si él te escucha, has ganado a tu hermano.

17.3b   (...) Si tu hermano peca, repréndele; y si se arrepiente, perdónale.

18.21   Entonces Pedro se acercó y le dijo: -Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí y yo le perdonaré? ¿Hasta siete veces?
18.22   Jesús le dijo: -No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete.


17.4    Si siete veces al día peca contra ti, y siete veces al día vuelve a ti diciendo: “Me arrepiento”, perdónale.

218- La fe como un grano de mostaza.


17.5    Los apóstoles dijeron al Señor: -Auméntanos la fe.
17.6    Entonces el Señor dijo: -Si tuvieran fe como un grano de mostaza, dirían a este sicómoro: “¡Desarráigate y plántate en el mar!” y el árbol les obedecería.

219- Sirvientes inútiles después de hacer todo.


17.7    »¿Y quién de ustedes, teniendo un siervo que ara o apacienta, al volver este del campo le dirá: “Pasa, siéntate a la mesa”?
17.8    Más bien, le dirá: “Prepara para que yo cene. Cíñete y sírveme hasta que yo haya comido y bebido. Después de eso, come y bebe tú”.
17.9    ¿Da gracias al siervo porque hizo lo que le había sido mandado?
17.10   Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les ha mandado, digan: “Siervos inútiles somos porque solo hicimos lo que debíamos hacer”.

220- Sanación de 10 leprosos.
Yendo a Jerusalén, se podía pasar por la frontera entre Samaria y Galilea.



17.11   Aconteció que, yendo a Jerusalén, pasaba por Samaria y Galilea.
17.12   Cuando entró en una aldea, salieron a su encuentro diez hombres leprosos los cuales se pararon de lejos
17.13   y alzaron la voz diciendo: -¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!
17.14   Cuando él los vio, les dijo: -Vayan, muéstrense a los sacerdotes. Aconteció que, mientras iban, fueron limpiados.
17.15   Entonces uno de ellos, al ver que había sido sanado, volvió glorificando a Dios en alta voz.
17.16   Y se postró sobre su rostro a los pies de Jesús dándole gracias. Y este era samaritano.
17.17   Y respondiendo Jesús dijo: -¿No eran diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?
17.18   ¿No hubo quien volviera y diera gloria a Dios, sino este extranjero?
17.19   Y le dijo: -Levántate, vete; tu fe te ha salvado.

221- El reino de Dios está en medio de vosotros.


17.20   Y cuando los fariseos le preguntaron acerca de cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió diciendo: -El reino de Dios no vendrá con advertencia.
17.21   No dirán: “¡Miren, aquí está!” o “¡Allí está!”. Porque el reino de Dios está en medio de ustedes.

{Leer "Lucas 17.22-37" (Mateo 24.26)}

222- Parábola del juez inicuo y de la viuda persistente.


18.1    Les refirió también una parábola acerca de la necesidad de orar siempre y no desmayar.
18.2    Les dijo: “En cierta ciudad había un juez que ni temía a Dios ni respetaba al hombre.
18.3    Había también en aquella ciudad una viuda la cual venía a él diciendo: ‘Hazme justicia contra mi adversario’.
18.4    Él no quiso por algún tiempo pero después se dijo a sí mismo: ‘Aunque ni temo a Dios ni respeto al hombre,
18.5    le haré justicia a esta viuda porque no me deja de molestar; para que no venga continuamente a cansarme’”.
18.6    Entonces dijo el Señor: “Oigan lo que dice el juez injusto.
18.7    ¿Y Dios no hará justicia a sus escogidos que claman a él de día y de noche? ¿Les hará esperar?
18.8    Les digo que los defenderá pronto. Sin embargo, cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”.

223- Parábola de los 2 hombres orando en el templo.


18.9    Dijo también esta parábola a unos que confiaban en sí mismos como que eran justos y menospreciaban a los demás:
18.10   “Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo, y el otro, publicano.
18.11   El fariseo, de pie, oraba consigo mismo de esta manera: ‘Dios, te doy gracias que no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni aun como este publicano.
18.12   Ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que poseo’.
18.13   Pero el publicano, de pie a cierta distancia, no quería ni alzar los ojos al cielo sino que se golpeaba el pecho diciendo: ‘Dios, sé propicio a mí, que soy pecador’.
18.14   Les digo que este descendió a casa justificado en lugar del primero. Porque cualquiera que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”.

224- Divorcio y nuevo matrimonio.
19.3    Entonces los fariseos se acercaron a él para probarle, diciendo: -¿Le es lícito al hombre divorciarse de su mujer por cualquier razón?
19.4    Él respondió y dijo: -¿No han leído que el que los creó en el principio, los hizo hombre y mujer?.
19.5    Y dijo: “Por esta causa el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer; y serán los dos una sola carne”.
19.6    Así que ya no son más dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre.
19.7    Le dijeron: -¿Por qué, pues, mandó Moisés darle carta de divorcio y despedirla?
19.8    Les dijo: -Ante su dureza de corazón, Moisés les permitió divorciarse de sus mujeres; pero desde el principio no fue así.
10.2    Entonces se acercaron unos fariseos para probarle, y le preguntaron si era lícito al marido divorciarse de su mujer.
10.3    Pero él respondió y les dijo: -¿Qué les mandó Moisés?
10.4    Ellos dijeron: -Moisés permitió escribir carta de divorcio y despedirla.
10.5    Pero Jesús les dijo: -Ante la dureza de corazón de ustedes les escribió este mandamiento.
10.6    Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo hombre y mujer.
10.7    Por esta causa el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer;
10.8    y serán los dos una sola carne. Así que, ya no son más dos sino una sola carne.
10.9    Por tanto, lo que Dios ha unido no lo separe el hombre.


19.9    Y les digo que cualquiera que se divorcia de su mujer, a no ser por causa de inmoralidad sexual, y se casa con otra comete adulterio.
19.10   Le dijeron sus discípulos: -Si así es el caso del hombre con su mujer, no conviene casarse.
19.11   Entonces él les dijo: -No todos son capaces de aceptar esta palabra, sino aquellos a quienes les está concedido.
19.12   Porque hay eunucos que nacieron así desde el vientre de la madre, hay eunucos que fueron hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que puede aceptar esto, que lo acepte.
10.10   En casa sus discípulos volvieron a preguntarle acerca de esto.
10.11   Él les dijo: -Cualquiera que se divorcia de su mujer y se casa con otra comete adulterio contra ella.
10.12   Y si la mujer se divorcia de su marido y se casa con otro comete adulterio.
16.18   “Cualquiera que se divorcia de su mujer y se casa con otra comete adulterio. Y el que se casa con la divorciada por su marido comete adulterio.

225- Dejad que los niños pequeños vengan a Jesús.
19.13   Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiera las manos sobre ellos y orara. Pero los discípulos los reprendieron.
19.14   Entonces Jesús les dijo: -Dejen a los niños y no les impidan venir a mí, porque de los tales es el reino de los cielos.
19.15   Y habiendo puesto las manos sobre ellos, partió de allí.
10.13   Y le presentaban niños para que los tocara, pero los discípulos los reprendieron.
10.14   Al verlo, Jesús se indignó y les dijo: “Dejen a los niños venir a mí, y no los impidan porque de los tales es el reino de Dios.
10.15   De cierto les digo que cualquiera que no reciba el reino de Dios como un niño jamás entrará en él”.
10.16   Entonces, tomándolos en los brazos, puso las manos sobre ellos y los bendijo.
18.15   También le presentaban los niños pequeños para que los tocara. Y los discípulos, al ver esto, les reprendían.
18.16   Pero Jesús los llamó diciendo: “Dejen a los niños venir a mí y no les impidan porque de los tales es el reino de Dios.
18.17   De cierto les digo que cualquiera que no reciba el reino de Dios como un niño, jamás entrará en él”.

226- El joven rico: ¿Qué hacer para tener vida eterna?
19.16   He aquí vino uno a él y le dijo: - Maestro, ¿qué cosa buena haré para tener la vida eterna?
19.17   Él le dijo: -¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Hay uno solo que es bueno. Pero si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
19.18   Le dijo: -¿Cuáles? Jesús respondió: -No cometerás homicidio, no cometerás adulterio, no robarás, no dirás falso testimonio,
19.19   honra a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo.
19.20   El joven le dijo: -Todo esto he guardado. ¿Qué más me falta?
19.21   Le dijo Jesús: -Si quieres ser perfecto, anda, vende tus bienes y dalo a los pobres; y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.
19.22   Pero cuando el joven oyó la palabra se fue triste porque tenía muchas posesiones.
10.17   Cuando salía para continuar su camino, un hombre vino corriendo, se puso de rodillas delante de él y le preguntó: -Maestro bueno, ¿qué haré para obtener la vida eterna?
10.18   Pero Jesús le dijo: -¿Por qué me llamas “bueno”? Ninguno es bueno, sino solo uno, Dios.
10.19   Tú conoces los mandamientos: No cometas homicidio, no cometas adulterio, no robes, no des falso testimonio, no defraudes, honra a tu padre y a tu madre.
10.20   Pero él le dijo: -Maestro, todo esto he guardado desde mi juventud.
10.21   Entonces, al mirarlo Jesús, le amó y le dijo: -Una cosa te falta: Anda, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres; y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.
10.22   Pero él, abatido por esta palabra, se fue triste porque tenía muchas posesiones.
18.18   Le preguntó cierto hombre principal, diciendo: -Maestro bueno, ¿qué haré para obtener la vida eterna?
18.19   Y Jesús le dijo: -¿Por qué me llamas “bueno”? Ninguno es bueno sino solo uno, Dios.
18.20   Tú conoces los mandamientos: No cometas adulterio, no cometas homicidio, no robes, no digas falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre.
18.21   Entonces él le dijo: -Todo esto lo he guardado desde mi juventud.
18.22   Jesús, al oírlo, le dijo: -Aún te falta una cosa: Vende todo lo que tienes y repártelo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.
18.23   Entonces él, al oír estas cosas, se entristeció mucho porque era muy rico.

19.23   Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: -De cierto les digo que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos.
19.24   Otra vez les digo que le es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.
19.25   Cuando los discípulos lo oyeron, se asombraron en gran manera diciendo: -Entonces, ¿quién podrá ser salvo?
19.26   Jesús los miró y les dijo: -Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible.
10.23   Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: -¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!
10.24   Los discípulos se asombraron por sus palabras; pero Jesús, respondiendo de nuevo, les dijo: -Hijitos, ¡cuán difícil es entrar en el reino de Dios!.
10.25   Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios.
10.26   Pero ellos quedaron aun más atónitos diciendo entre sí: -¿Y quién podrá ser salvo?
10.27   Entonces Jesús, mirándolos, les dijo: -Para los hombres es imposible pero no para Dios. Porque para Dios todas las cosas son posibles.
18.24   Jesús, al ver que se había entristecido mucho, dijo: -¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!
18.25   Porque más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.
18.26   Los que oyeron esto dijeron: -¿Y quién podrá ser salvo?
18.27   Él les dijo: -Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios.

227- Recompensa por dejar todo atrás. Juzgar a las 12 tribus.
19.27   Entonces respondió Pedro y le dijo: -He aquí, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué hay, pues, para nosotros?
19.28a   Jesús les dijo: (...)
10.28   Pedro comenzó a decirle: -He aquí, nosotros hemos dejado todo y te hemos seguido.
10.29a   Jesús le dijo: (...)
18.28   Entonces Pedro dijo: -He aquí, nosotros hemos dejado lo nuestro y te hemos seguido.
18.29a   Y él les dijo: (...)

19.28b   (...) -De cierto les digo que en el tiempo de la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, ustedes que me han seguido se sentarán también sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.

22.28   »Y ustedes son los que han permanecido conmigo en mis pruebas.
22.29   Yo, pues, dispongo para ustedes un reino, como mi Padre lo dispuso para mí,
22.30   para que coman y beban en mi mesa en mi reino, y se sienten sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.

19.29   Y todo aquel que deje casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o campos por causa de mi nombre, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna.
19.30   Pero muchos primeros serán últimos, y muchos últimos serán primeros.
10.29b   (...) De cierto les digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos, o campos, por causa de mí y del evangelio,
10.30   que no reciba cien veces más ahora en este tiempo: casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y campos, con persecuciones; y en la edad venidera, la vida eterna.
10.31   Pero muchos primeros serán los últimos, y los últimos, primeros.
18.29b   (...) -De cierto les digo que no hay nadie que haya dejado casa, mujer, hermanos, padres o hijos por causa del reino de Dios,
18.30   que no haya de recibir muchísimo más en este tiempo, y en la edad venidera la vida eterna.

228- Parábola de los obreros contratados en diferentes horas del día.
20.1    »Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, dueño de un campo, que salió al amanecer a contratar obreros para su viña.




20.2    Habiendo convenido con los obreros en un salario por día, los envió a su viña.
20.3    Salió también como a las nueve de la mañana y vio que otros estaban en la plaza desocupados,
20.4    y les dijo: “Vayan también ustedes a mi viña y les daré lo que sea justo”. Y ellos fueron.
20.5    Salió otra vez como al medio día y a las tres de la tarde, e hizo lo mismo.
20.6    También alrededor de las cinco de la tarde salió y halló que otros estaban allí, y les dijo: “¿Por qué están aquí todo el día desocupados?”.
20.7    Le dijeron: “Porque nadie nos ha contratado”. Les dijo: “Vayan también ustedes a la viña”.
20.8    »Al llegar la noche, dijo el señor de la viña a su mayordomo: “Llama a los obreros y págales el jornal. Comienza desde los últimos hasta los primeros”.
20.9    Entonces vinieron los que habían ido cerca de las cinco de la tarde y recibieron cada uno un salario.
20.10   Y cuando vinieron los primeros pensaron que recibirían más; pero ellos también recibieron el mismo salario cada uno.
20.11   Al recibirlo, murmuraban contra el dueño del campo,
20.12   diciendo: “Estos últimos trabajaron una sola hora, y los has hecho iguales a nosotros que hemos soportado el peso y el calor del día”.
20.13   Pero él respondió y dijo a uno de ellos: “Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No conviniste conmigo en un salario para el día?
20.14   Toma lo que es tuyo y vete. Pero quiero darle a este último como a ti.
20.15   ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes envidia porque soy bueno?”.


20.16   Así, los últimos serán primeros, y los primeros últimos.




229- La Pascua está próxima: muchos suben a Jerusalén.



11.55   Ya estaba próxima la Pascua de los judíos, y muchos subieron de esa región a Jerusalén antes de la Pascua para purificarse.
11.56   Buscaban a Jesús y se decían unos a otros, estando en el templo: -¿Qué les parece? ¿Que tal vez ni venga a la fiesta?
11.57   Los principales sacerdotes y los fariseos habían dado órdenes de que si alguno supiera dónde estaba, lo informara para que lo tomaran preso.
230- Jesús anuncia sus sufrimientos, su muerte y su resurrección.
20.17   Mientras Jesús subía a Jerusalén, tomó a sus doce discípulos aparte y les dijo en el camino:
20.18   -He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte.
20.19   Lo entregarán a los gentiles {lit. en griego: "las naciones"} para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; pero al tercer día resucitará.
10.32   Iban por el camino subiendo a Jerusalén, y Jesús iba delante de ellos. Estaban asombrados, y los que lo seguían tenían miedo. Entonces, volviendo a tomar a los doce aparte, les comenzó a declarar las cosas que le estaban por acontecer:
10.33   -He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas. Lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles {lit.: "las naciones"}.
10.34   Se burlarán de él, lo escupirán, lo azotarán y lo matarán; y después de tres días resucitará.
18.31   Jesús, tomando a los doce, les dijo: -He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas que fueron escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre.
18.32   Porque será entregado a los gentiles {lit. en griego: "las naciones"}, y será escarnecido, injuriado y escupido.
18.33   Después que lo hayan azotado, lo matarán; pero al tercer día resucitará.
18.34   Sin embargo, ellos no entendían nada de esto. Esta palabra les estaba encubierta, y no entendían lo que se les decía.

231- Una petición a Jesús de sentarse a su derecha y a su izquierda.
20.20   Entonces se acercó a él la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante él y pidiéndole algo.
20.21   Él le dijo: -¿Qué deseas? Ella le dijo: -Ordena que en tu reino estos dos hijos míos se sienten el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.
20.22   Entonces respondiendo Jesús dijo: -No saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa que yo he de beber? Ellos le dijeron: -Podemos.
20.23   Les dijo: -A la verdad, beberán de mi copa; pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es mío concederlo, sino que es para quienes lo ha preparado mi Padre.
10.35   Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se acercaron a él y le dijeron: -Maestro, queremos que nos concedas lo que pidamos.
10.36   Él les dijo: -¿Qué quieren que haga por ustedes?
10.37   Ellos dijeron: -Concédenos que en tu gloria nos sentemos el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.
10.38   Entonces Jesús les dijo: -No saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado?
10.39   Ellos dijeron: -Podemos. Y Jesús les dijo: -Beberán la copa que yo bebo, y serán bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado.
10.40   Pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es mío concederlo, sino que es para quienes está preparado.


232- Los 10 indignados. El que quiere ser grande debe ser un servidor.
20.24   Cuando los diez oyeron esto, se enojaron contra los dos hermanos.
10.41   Cuando lo oyeron los diez, comenzaron a enojarse con Jacobo y Juan.
22.24   Hubo entre ellos una disputa acerca de quién de ellos parecía ser el más importante.

20.25   Entonces Jesús los llamó y les dijo: -Saben que los gobernantes de los gentiles {lit. en griego: "las naciones"} se enseñorean de ellos, y los que son grandes ejercen autoridad sobre ellos.
20.26   Entre ustedes no será así. Más bien, cualquiera que anhele ser grande entre ustedes será su servidor;
20.27   y el que anhele ser el primero entre ustedes, será su siervo.
10.42   Pero Jesús los llamó y les dijo: -Ustedes saben que los que son tenidos por príncipes de los gentiles {lit. en griego: "las naciones"} se enseñorean de ellos, y sus grandes ejercen autoridad sobre ellos.
10.43   Pero no es así entre ustedes. Más bien, cualquiera que anhele hacerse grande entre ustedes será su servidor,
10.44   y cualquiera que anhele ser el primero entre ustedes será siervo de todos.
22.25   Entonces él les dijo: -Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que tienen autoridad sobre ellas son llamados bienhechores.
22.26   Pero entre ustedes no será así. Más bien, el que entre ustedes sea el importante, sea como el más nuevo; y el que es dirigente, como el que sirve.
22.27a   Porque, ¿cuál es el más importante: el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? (...)

20.28   De la misma manera, el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida {lit. en griego: "su alma"} en rescate por muchos.
10.45   Porque el Hijo del Hombre tampoco vino para ser servido sino para servir y para dar su vida {lit. en griego: "su alma"} en rescate por muchos.
22.27b   (...) Sin embargo, yo estoy en medio de ustedes como el que sirve.

{ Leer "Lucas 22.28-30" (Mateo 19.28 }

233- Sanación de 2 ciegos cerca de Jericó.

10.46a   Entonces llegaron a Jericó {la ciudad vieja destruida por el fuego en "Josué 6.2, 24, 26"}. (...)


20.29   Saliendo ellos de Jericó {de la ciudad vieja}, lo siguió una gran multitud.
20.30   Y he aquí dos ciegos estaban sentados junto al camino y, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron diciendo: -¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!
20.31   La gente los reprendía para que se callaran, pero ellos gritaron aún más fuerte diciendo: -¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!
20.32   Jesús se detuvo, los llamó y les dijo: -¿Qué quieren que les haga?
20.33   Le dijeron: -Señor, que sean abiertos nuestros ojos.
20.34   Entonces Jesús, conmovido dentro de sí, les tocó los ojos; y de inmediato recobraron la vista y lo siguieron.
10.46b   (...) Y cuando él iba saliendo de Jericó {de la ciudad vieja} junto con sus discípulos y una gran multitud, el ciego Bartimeo, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando.
10.47   Y cuando oyó que era Jesús de Nazaret, comenzó a gritar diciendo: -¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
10.48   Muchos lo regañaban para que se callara, pero él gritaba aun más fuerte: -¡Hijo de David, ten misericordia de mí!
10.49   Entonces Jesús se detuvo y mandó llamarle. Llamaron al ciego diciéndole: -Ten confianza. Levántate. Él te llama.
10.50   Entonces él, tirando su manto, se levantó y fue a Jesús.
10.51   Y Jesús le respondió diciendo: -¿Qué quieres que te haga? El ciego le dijo: -Rabí, que yo recobre la vista.
10.52 (10.52a)   Jesús le dijo: -Vete. Tu fe te ha salvado.
10.53 (10.52b)   Al instante recobró la vista y seguía a Jesús en el camino.
18.35   Aconteció, al acercarse Jesús a Jericó {la nueva ciudad construida}, que un ciego estaba sentado junto al camino mendigando.
18.36   Este, como oyó pasar a la multitud, preguntó qué era aquello.
18.37   Y le dijeron que pasaba Jesús de Nazaret.
18.38   Entonces él gritó diciendo: -¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
18.39   Los que iban delante lo reprendían para que se callara pero él clamaba con mayor insistencia: -¡Hijo de David, ten misericordia de mí!
18.40   Entonces Jesús se detuvo, mandó que se lo trajeran y, cuando llegó, le preguntó
18.41   diciendo: -¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: -Señor, que yo recobre la vista.
18.42   Jesús le dijo: -Recobra la vista; tu fe te ha salvado.
18.43   Inmediatamente recobró la vista, y lo seguía glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, dio alabanza a Dios.

234- Jesús llama a Zaqueo, que está en un árbol.


19.1    Habiendo entrado Jesús en Jericó {la ciudad nueva}, pasaba por la ciudad.
19.2    Y he aquí, un hombre llamado Zaqueo, que era un principal de los publicanos y era rico,
19.3    procuraba ver quién era Jesús pero no podía a causa de la multitud porque era pequeño de estatura.
19.4    Entonces corrió delante y subió a un árbol sicómoro para verle, pues había de pasar por allí.
19.5    Cuando Jesús llegó a aquel lugar, alzando la vista lo vio y le dijo: -Zaqueo, date prisa, desciende; porque hoy es necesario que me quede en tu casa.
19.6    Entonces él descendió aprisa y lo recibió gozoso.
19.7    Al ver esto, todos murmuraban diciendo que había entrado a alojarse en la casa de un hombre pecador.
19.8    Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: -He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres y, si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.
19.9    Jesús le dijo: -Hoy ha venido la salvación a esta casa, por cuanto él también es hijo de Abraham.
19.10   Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido.

235- Parábola de las diez minas. Negativa a dejar gobernar.
Compare "Mateo 25.14-30".



19.11   Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola por cuanto estaba cerca de Jerusalén y porque ellos pensaban que inmediatamente habría de ser manifestado el reino de Dios.

25.14a   »Porque el reino de los cielos será semejante a un hombre que, al emprender un viaje largo, (...)

19.12   Dijo, pues: “Cierto hombre de noble estirpe partió a un país lejano para recibir un reino y volver.

25.14b   (...) llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.
25.15   A uno dio cinco mil monedas, a otro dos mil, y a otro mil. A cada uno dio conforme a su capacidad y se fue lejos.

19.13   Entonces llamó a diez siervos suyos y les dio mucho dinero diciéndoles: ‘Negocien hasta que yo venga’.

25.16   Inmediatamente, el que había recibido cinco mil monedas se fue, negoció con ellas y ganó otras cinco mil monedas.
25.17   De la misma manera, el que había recibido dos mil ganó también otras dos mil.
25.18   Pero el que había recibido mil fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.





19.14   “Pero sus ciudadanos lo aborrecían, y enviaron tras él una embajada diciendo: ‘No queremos que este reine sobre nosotros’.

25.19   »Después de mucho tiempo, vino el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos.

19.15   “Aconteció que, cuando él volvió después de haber tomado el reino, mandó llamar ante sí a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero para saber lo que habían negociado.

25.20   Cuando se presentó el que había recibido cinco mil monedas, trajo otras cinco mil monedas y dijo: “Señor, me entregaste cinco mil monedas; he aquí he ganado otras cinco mil”.
25.21   Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel. Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor”.

19.16   Vino el primero y dijo: ‘Señor, tu dinero ha producido diez veces más’.
19.17   Y él le dijo: ‘Muy bien, buen siervo; puesto que en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades’.

25.22   Y cuando se presentó el que había recibido dos mil monedas, dijo: “Señor, me entregaste dos mil monedas; he aquí he ganado otras dos mil”.
25.23   Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel. Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor”.

19.18   Vino el segundo y dijo: ‘Señor, tu dinero ha hecho cinco veces más’.
19.19   También a este le dijo: ‘Tú también estarás sobre cinco ciudades’.

25.24   Pero cuando se presentó el que había recibido mil monedas, dijo: “Señor, yo te conozco que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste.
25.25   Y como tuve miedo, fui y escondí tus mil monedas en la tierra. Aquí tienes lo que es tuyo”.

19.20   Y vino otro y dijo: ‘Señor, he aquí tu dinero, el cual he guardado en un pañuelo.
19.21   Porque tuve miedo de ti, que eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste y cosechas lo que no sembraste’.

25.26   Su señor respondió y le dijo: “¡Siervo malo y perezoso! ¿Sabías que cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí?
25.27   Por lo tanto, debías haber entregado mi dinero a los banqueros y, al venir yo, habría recibido lo que es mío con los intereses.

19.22   Entonces él le dijo: ‘¡Mal siervo, por tu boca te juzgo! Sabías que yo soy hombre severo, que tomo lo que no puse y cosecho lo que no sembré.
19.23   ¿Por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco para que, al venir yo, lo cobrara junto con los intereses?’.

25.28   Por tanto, quítenle las mil monedas y denlas al que tiene diez mil monedas.

19.24   Y dijo a los que estaban presentes: ‘Quítenle el dinero y denlo al que tiene más dinero’.
19.25   Ellos le dijeron: ‘Señor, él ya tiene mucho dinero’.

25.29   Porque a todo el que tiene le será dado, y tendrá en abundancia; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

19.26   Él respondió: ‘Pues yo les digo que a todo el que tiene, le será dado; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

25.30   Al siervo inútil échenlo en las tinieblas de afuera”. Allí habrá llanto y crujir de dientes.





19.27   Pero, en cuanto a aquellos enemigos míos que no querían que yo reinara sobre ellos, tráiganlos acá y degüéllenlos en mi presencia’”.



19.28   Después de decir esto, iba delante subiendo a Jerusalén.

236- Jesús llega a Betania 6 días antes de la Pascua.
►El día 8 del mes de Nisán (jueves, 30 de marzo del año 30).◄




12.1a    Seis días antes de la Pascua (...)
21.1a     Cuando se acercaron a Jerusalén y llegaron a {lit. en griego: "vinieron hacia"} Betfagé, junto al monte de los Olivos, (...)
11.1a  Cuando llegaron cerca de Jerusalén, junto a Betfagé y Betania, frente al monte de los Olivos, (...)
19.29a    Y aconteció que, llegando cerca de Betfagé y Betania al monte que se llama de los Olivos, (...)




12.1b   (...) llegó Jesús a Betania donde estaba Lázaro, a quien Jesús resucitó de entre los muertos.
237- María, hermana de Lázaro, derrama perfume sobre Jesús.
26.6    Estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso,
26.7    vino a él una mujer trayendo un frasco de alabastro con perfume de gran precio y lo derramó sobre la cabeza de Jesús mientras estaba sentado a la mesa.
26.8    Al verlo, sus discípulos se indignaron y dijeron: -¿Para qué este desperdicio?
26.9    Porque esto podría haberse vendido a un gran precio y haberse dado a los pobres.
26.10   Como Jesús se dio cuenta, les dijo: -¿Por qué molestan a la mujer? Pues ha hecho una buena obra conmigo.
26.11   Porque siempre tienen a los pobres con ustedes, pero a mí no siempre me tienen.
26.12   Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, ella lo hizo para prepararme para la sepultura.
26.13   De cierto les digo que dondequiera que este evangelio sea predicado en todo el mundo, también será contado lo que esta mujer ha hecho, para memoria de ella.
14.3    Estando él en Betania sentado a la mesa en casa de Simón el leproso, vino una mujer que tenía un frasco de alabastro con perfume de nardo puro de gran precio. Y quebrando el frasco de alabastro, lo derramó sobre la cabeza de Jesús.
14.4    Pero había allí algunos que se indignaron entre sí y dijeron: -¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume?
14.5    Porque podría haberse vendido este perfume por casi un año de salario  {lit. en griego: "encima de trescientos denarios"} y haberse dado a los pobres. Y murmuraban contra ella,
14.6    pero Jesús dijo: -Déjenla. ¿Por qué la molestan? Ella ha hecho una buena obra conmigo.
14.7    Porque siempre tienen a los pobres con ustedes, y cuando quieren les pueden hacer bien, pero a mí no siempre me tienen.
14.8    Ella ha hecho lo que podía, porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura.
14.9    De cierto les digo que dondequiera que sea predicado este evangelio en todo el mundo, también lo que esta ha hecho será contado para memoria de ella.
7.36    Uno de los fariseos le pidió que comiera con él; y cuando entró en la casa del fariseo se sentó a la mesa.
7.37    Y he aquí, cuando supo que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, una mujer que era pecadora en la ciudad llevó un frasco de alabastro con perfume.
7.38    Y estando detrás de Jesús, a sus pies, llorando, comenzó a mojar los pies de él con sus lágrimas y los secaba con los cabellos de su cabeza. Y le besaba los pies y los ungía con el perfume.
7.39    Al ver esto, el fariseo que lo había invitado a comer se dijo a sí mismo: -Si este fuera profeta conocería quién y qué clase de mujer es la que le está tocando, porque es una pecadora.
7.40    Entonces, respondiendo Jesús le dijo: -Simón, tengo algo que decirte. Él dijo: -Di, Maestro.
7.41    -Cierto acreedor tenía dos deudores: Uno le debía quinientas monedas, y el otro solamente cincuenta monedas.
7.42    Como ellos no tenían con qué pagar perdonó a ambos. Entonces, ¿cuál de estos lo amará más?
7.43    Respondiendo Simón, dijo: -Supongo que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: -Has juzgado correctamente.
7.44    Y vuelto hacia la mujer, dijo a Simón: -¿Ves esta mujer? Yo entré en tu casa y no me diste agua para mis pies; pero esta ha mojado mis pies con lágrimas y los ha secado con sus cabellos.
7.45    Tú no me diste un beso, pero desde que entré, esta no ha cesado de besar mis pies.
7.46    Tú no ungiste mi cabeza con aceite, pero esta ha ungido mis pies con perfume.
7.47    Por lo cual te digo que sus muchos pecados son perdonados [puesto] que {lit.: "que"} amó mucho. Pero al que se le perdona poco, poco ama.
7.48    Y a ella le dijo: -Tus pecados te son perdonados.
7.49    Los que estaban con él a la mesa comenzaron a decir entre sí: -¿Quién es este que hasta perdona pecados?
7.50    Entonces Jesús le dijo a la mujer: -Tu fe te ha salvado; vete en paz.

12.2    Le hicieron allí una cena. Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él.
12.3    Entonces María, habiendo traído como medio litro de perfume de nardo puro de mucho valor, ungió los pies de Jesús y los limpió con sus cabellos. Y la casa se llenó con el olor del perfume.
12.4    Pero uno de sus discípulos, Judas Iscariote, el que estaba por entregarle, dijo:
12.5    -¿Por qué no fue vendido este perfume por casi un año de salario {lit. en griego: "trescientos denarios"} y dado a los pobres?
12.6    Pero dijo esto, no porque le importaban los pobres sino porque era ladrón y, teniendo la bolsa a su cargo, sustraía de lo que se echaba en ella.
12.7    Entonces Jesús dijo: -Déjala. Para el día de mi sepultura ha guardado esto.
12.8    Porque a los pobres siempre los tienen con ustedes, pero a mí no siempre me tienen.
238- Los judíos vienen a ver a Jesús y al Lázaro resucitado.
►El día 9 del mes de Nisán (viernes, 31 de marzo del año 30).◄




12.9    Entonces mucha gente de los judíos se enteró de que él estaba allí y fueron, no solo por causa de Jesús sino también para ver a Lázaro a quien él había resucitado de entre los muertos.
12.10   Pero los principales sacerdotes resolvieron matar también a Lázaro
12.11   porque, por causa de él, muchos de los judíos se apartaban y creían en Jesús.
239- Jesús sobre una asna yendo a Jerusalén. [+]
►El día 10 del mes de Nisán (sábado, 1 de abril del año 30).◄

21.1b   (...) Jesús envió a dos discípulos,
21.2    diciéndoles: -Vayan a la aldea que está frente a ustedes, y en seguida hallarán una asna atada, y un borriquillo con ella. Desátenla y tráiganmelos.
21.3    Si alguien les dice algo, díganle: “El Señor los necesita, y luego los enviará”.
21.4    Todo esto aconteció para cumplir lo dicho por el profeta, cuando dijo:
21.5    Digan a la hija de Sion : “He aquí tu Rey viene a ti, manso y sentado sobre una asna y sobre un borriquillo, hijo de bestia de carga” .
21.6    Los discípulos fueron e hicieron como Jesús les mandó.
21.7a    Trajeron el asna y el borriquillo (...)
11.1b   (...) Jesús envió a dos de sus discípulos
11.2    y les dijo: -Vayan a la aldea que está frente a ustedes y, cuando hayan entrado allí, en seguida hallarán atado un borriquillo sobre el cual ningún hombre ha montado. Desátenlo y tráiganlo.
11.3    Y si alguien les dice: “¿Por qué hacen eso?”, díganle: “El Señor lo necesita, y luego lo enviará aquí otra vez”.
11.4    Ellos fueron y hallaron el borriquillo atado a la puerta, afuera, en la esquina de dos calles, y lo desataron.
11.5    Algunos de los que estaban allí les dijeron: -¿Qué hacen desatando al borriquillo?
11.6    Ellos les dijeron tal como Jesús les había dicho, y los dejaron ir.
11.7a    Trajeron el borriquillo a Jesús (...)
19.29b   (...) {Jesús} envió a dos discípulos,
19.30   diciendo: -Vayan a la aldea que está frente a ustedes y, cuando entren en ella, hallarán atado un borriquillo en el cual ningún hombre ha montado jamás. Desátenlo y tráiganlo.
19.31   Si alguien les pregunta: “¿Por qué lo desatan?”, le responderán así: “Porque el Señor lo necesita”.
19.32   Los que habían sido enviados fueron y hallaron como había dicho.
19.33   Cuando desataban el borriquillo, sus dueños les dijeron: -¿Por qué desatan el borriquillo?
19.34   Y ellos dijeron: -Porque el Señor lo necesita.
19.35a   Trajeron el borriquillo a Jesús (...)
12.12a     Al día siguiente, (...)
21.7b   (...) y pusieron sobre ellos sus mantos, y se sentó encima de ellos.
21.8    La mayor parte de la multitud tendió sus mantos en el camino, mientras otros cortaban ramas de los árboles y las tendían por el camino.
21.9    Las multitudes que iban delante de él y las que lo seguían aclamaban diciendo: -¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!. ¡Hosanna en las alturas!
11.7b   (...) y echaron sobre él sus mantos, y se sentó sobre él.
11.8    Muchos tendieron sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles.
11.9    Los que iban delante y los que lo seguían aclamaban: -¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!.
11.10   ¡Bendito el reino venidero de nuestro padre David! ¡Hosanna en las alturas!
19.35b   (...) y, echando sobre él sus mantos, hicieron que Jesús montara encima.
19.36   Y mientras él avanzaba, tendían sus mantos por el camino.
19.37   Cuando ya llegaba él cerca de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzó a alabar a Dios a gran voz por todas las maravillas que habían visto.
19.38   Ellos decían: -¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor!. ¡Paz en el cielo, y gloria en las alturas!
19.39   Entonces, algunos de los fariseos de entre la multitud le dijeron: -Maestro, reprende a tus discípulos.
19.40   Él respondió diciéndoles: -Les digo que si estos callan, las piedras gritarán.
12.12b   (...) cuando oyó que Jesús venía a Jerusalén, la gran multitud que había venido a la fiesta
12.13   tomó ramas de palmera y salió a recibirlo, y lo aclamaba a gritos: “¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!”.
12.14   Habiendo encontrado Jesús un borriquillo, montó sobre él como está escrito:
12.15   No temas, hija de Sion. ¡He aquí tu Rey viene, sentado sobre una cría de asna! .
12.16   Sus discípulos no entendieron estas cosas al principio. Pero cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de que estas cosas estaban escritas acerca de él, y de que estas cosas le hicieron a él.
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12.17   La gente que estaba con él daba testimonio de cuando llamó a Lázaro del sepulcro y lo resucitó de entre los muertos.
12.18   Por esto también la multitud salió a recibirlo, porque oyó que él había hecho esta señal.
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12.19   Entonces los fariseos dijeron entre sí: -Vean que nada ganan. ¡He aquí el mundo se va tras él!
240- Jesús llora mientras profetiza la destrucción de Jerusalén.


19.41   Cuando llegó cerca, al ver la ciudad, lloró por ella
19.42   diciendo: -¡Oh, si conocieras tú también, por lo menos en este tu día, lo que conduce a tu paz! Pero ahora está encubierto a tus ojos.
19.43   Porque vendrán sobre ti días en que tus enemigos te rodearán con baluarte y te pondrán sitio, y por todos lados te apretarán.
19.44   Te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti. No dejarán en ti piedra sobre piedra por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación.

241- Jesús entra en el templo de Jerusalén y luego va a Betania.
21.10   Cuando él entró en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió diciendo: -¿Quién es este?
21.11   Y las multitudes decían: -Este es Jesús el profeta, de Nazaret de Galilea.
11.11a    Entró Jesús en Jerusalén, en el templo, (...)



11.11b   (...) y habiendo mirado todo en derredor, como la hora ya era tarde, salió para Betania con los doce.


242- Jesús habla a la higuera.
►El día 11 del mes de Nisán (domingo, 2 de abril del año 30).◄

21.18   Volviendo a la ciudad por la mañana, tuvo hambre.
21.19   Al ver una higuera en el camino, fue a ella; pero no encontró nada en ella sino solo hojas, y le dijo: -Nunca jamás brote fruto de ti. Pronto {lit. en griego: "instantáneamente"} se secó la higuera,
11.12   Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre.
11.13   Y viendo desde lejos una higuera que tenía hojas, se acercó para ver si hallaba en ella algo. Cuando fue a ella, no encontró nada más que hojas porque no era tiempo de higos.
11.14   Entonces Jesús dijo a la higuera: “¡Nunca jamás coma nadie de tu fruto!”. Y lo oyeron sus discípulos.


243- Los vendedores expulsados del templo.
21.12   Entró Jesús en el templo y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo. Volcó las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas,
21.13   y les dijo: -Escrito está: Mi casa será llamada casa de oración, pero ustedes la han hecho cueva de ladrones.
11.15   Llegaron a Jerusalén y Jesús entró en el templo. Y comenzó a echar fuera a los que vendían y a los que compraban en el templo. Volcó las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas,
11.16   y no consentía que nadie cruzara por el templo llevando utensilio alguno.
11.17   Y enseñaba diciendo: “¿No está escrito que mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Pero ustedes la han hecho cueva de ladrones”.
19.45   Cuando entró en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían
19.46   diciéndoles: -Escrito está: Mi casa es casa de oración pero ustedes la han hecho cueva de ladrones.

244- Sanaciones. Los niños alaban: "Hosanna...".
21.14   Entonces ciegos y cojos vinieron a él en el templo, y él los sanó.
21.15   Pero los principales sacerdotes y los escribas se indignaron cuando vieron las maravillas que él hizo, y a los muchachos que lo aclamaban en el templo diciendo: -¡Hosanna al Hijo de David!
21.16   Y le dijeron: -¿Oyes lo que dicen estos? Jesús les dijo: -Sí. ¿Nunca leyeron: De la boca de los niños y de los que maman preparaste la alabanza?



245- Sacerdotes y escribas procuran matar a Jesús.

11.18   Lo oyeron los principales sacerdotes y los escribas, y buscaban cómo matarle; porque le tenían miedo pues todo el pueblo estaba maravillado de su doctrina.
19.47   Enseñaba cada día en el templo, pero los principales sacerdotes y los escribas y los principales del pueblo procuraban matarle.
19.48   Pero no hallaban manera de hacerle algo porque el pueblo lo escuchaba con mucha atención.

246- El grano de trigo. Voz del cielo. Satanás será echado fuera.




12.20   Había ciertos griegos entre los que habían subido a adorar en la fiesta.


12.21   Ellos se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaban diciendo: -Señor, quisiéramos ver a Jesús.
12.22   Felipe fue y se lo dijo a Andrés. Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús.
12.23   Y Jesús les respondió diciendo: -Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado.
12.24   De cierto, de cierto les digo que a menos que el grano de trigo caiga en la tierra y muera, queda solo, pero si muere lleva mucho fruto.
12.25   El que ama su vida la pierde; pero el que odia su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.
12.26   Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estoy allí también estará mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará.


12.27   »Ahora está turbada mi alma. ¿Qué diré: “Padre, sálvame de esta hora”? ¡Al contrario, para esto he llegado a esta hora!
12.28   Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: “¡Ya lo he glorificado y lo glorificaré otra vez!”.
12.29   La multitud que estaba presente y escuchó decía que había sido un trueno. Otros decían: -¡Un ángel le ha hablado!
12.30   Jesús respondió y dijo: -No ha venido esta voz por causa mía sino por causa de ustedes.


12.31   Ahora es el juicio de este mundo. Ahora será echado fuera el príncipe de este mundo.
12.32   Y yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo.
12.33   Esto decía dando a entender de qué muerte había de morir.
12.34   Entonces la gente le respondió: -Nosotros hemos oído que, según la ley, el Cristo permanece para siempre. ¿Y cómo es que tú dices: “Es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado”? ¿Quién es este Hijo del Hombre?
12.35   Entonces Jesús les dijo: -Aún por un poco de tiempo está la luz entre ustedes. Anden mientras tienen la luz para que no los sorprendan las tinieblas. Porque el que anda en tinieblas no sabe a dónde va.




12.36   Mientras tienen la luz crean en la luz para que sean hijos de luz. Estas cosas habló Jesús y, al apartarse, se escondió de ellos.
247- Incrédulos a pesar de los milagros. Luz y tinieblas.




12.37   Pero, a pesar de haber hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él


12.38   para que se cumpliera la palabra del profeta Isaías que dijo: Señor, ¿quién ha creído a nuestro mensaje? ¿A quién se ha revelado el brazo del Señor?.
12.39   Por eso no podían creer, porque Isaías dijo en otra ocasión:
12.40   Él ha cegado los ojos de ellos y endureció su corazón, para que no vean con los ojos ni entiendan con el corazón, ni se conviertan, y yo los sane .
12.41   Estas cosas dijo Isaías porque vio su gloria y habló acerca de él.
12.42   No obstante, aun de entre los dirigentes muchos creyeron en él, pero por causa de los fariseos no lo confesaban para no ser expulsados de la sinagoga.
12.43   Porque amaron la gloria de los hombres más que la gloria de Dios.
12.44   Pero Jesús alzó la voz y dijo: “El que cree en mí, no cree en mí sino en el que me envió;
12.45   y el que me ve a mí, ve al que me envió.
12.46   Yo he venido al mundo como luz para que todo aquel que cree en mí no permanezca en las tinieblas.
12.47   Si alguien oye mis palabras y no las guarda yo no lo juzgo; porque yo no vine para juzgar al mundo sino para salvar al mundo.
12.48   El que me desecha y no recibe mis palabras tiene quien lo juzgue: La palabra que he hablado lo juzgará en el día final.
12.49   Porque yo no hablé por mí mismo; sino que el Padre que me envió, él me ha dado mandamiento de qué he de decir y de qué he de hablar.




12.50   Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así que lo que yo hablo, lo hablo tal y como el Padre me ha hablado”.
248- Por la tarde, Jesús regresa a Betania.
21.17   Los dejó y salió fuera de la ciudad a Betania, y se alojó allí.
11.19   Y al llegar la noche Jesús y los suyos salieron de la ciudad.


249- Por la mañana, vieron la higuera seca.
►El 12º día del mes de Nisán (lunes, 3 de abril del año 30).◄

21.19   (...) se secó la higuera,
11.20   Por la mañana, pasando por allí vieron que la higuera se había secado desde las raíces.


21.20   y los discípulos, al verlo, se maravillaron diciendo: -¿Cómo se secó tan pronto la higuera?
21.21   Jesús respondió y les dijo: -De cierto les digo que si tienen fe y no dudan, no solo harán esto de la higuera, sino que si dicen a este monte: “Quítate y arrójate al mar”, así será.
21.22   Todo lo que pidan en oración, creyendo, lo recibirán.
11.21   Entonces Pedro, acordándose, le dijo: -Rabí, he aquí la higuera que maldijiste se ha secado.
11.22   Respondiendo Jesús les dijo: -Tengan fe en Dios.
11.23   De cierto les digo que cualquiera que diga a este monte: “Quítate y arrójate al mar”, y que no dude en su corazón sino que crea que será hecho lo que dice, le será hecho.
11.24   Por esta razón les digo que todo por lo cual oran y piden, crean que lo han recibido y les será hecho.


250- Perdonar para ser perdonado por Dios.

11.25   Y cuando se pongan de pie para orar, si tienen algo contra alguien, perdónenlo para que su Padre que está en los cielos también les perdone a ustedes sus ofensas.
11.26   [Algunos manuscritos antiguos incluyen:: "Porque si ustedes no perdonan, tampoco su Padre que está en los cielos les perdonará sus ofensas;" {texto similar a "Mateo 6.15"}]


251- Pregunta sobre la autoridad de Jesús.
21.23   Él llegó al templo y, mientras estaba enseñando, se acercaron a él los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo, y le decían: -¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Quién te dio esta autoridad?
21.24   Entonces respondió Jesús y les dijo: -Yo también les haré una pregunta y, si me responden, yo también les diré con qué autoridad hago estas cosas.
21.25   ¿De dónde era el bautismo de Juan? ¿Del cielo o de los hombres? Entonces ellos razonaban entre sí, diciendo: -Si decimos “del cielo”, nos dirá: “¿Por qué, pues, no le creyeron?”.
21.26   Y si decimos “de los hombres…”, tememos al pueblo, porque todos tienen a Juan por profeta.
21.27   Respondieron a Jesús y dijeron: -No sabemos. Y él les dijo: -Tampoco yo les digo con qué autoridad hago estas cosas.
11.27   Volvieron a Jerusalén. Luego, mientras él andaba por el templo, vinieron a él los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos,
11.28   y le decían: -¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿O quién te dio la autoridad para hacer estas cosas?
11.29   Entonces Jesús les dijo: -Yo les haré una pregunta. Respóndanme, y yo les diré con qué autoridad hago estas cosas:
11.30   El bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres? Respóndanme.
11.31   Entonces ellos razonaban entre sí diciendo: -Si decimos “del cielo”, dirá: “¿Por qué, pues, no le creyeron?”.
11.32   Pero si decimos “de los hombres…”. Temían al pueblo, porque todos consideraban que verdaderamente Juan era profeta.
11.33   Entonces, respondiendo a Jesús, dijeron: -No sabemos. Y Jesús les dijo: -Tampoco yo les digo con qué autoridad hago estas cosas.
20.1    Aconteció un día que, estando Jesús enseñando al pueblo en el templo y anunciando el evangelio, se le acercaron los principales sacerdotes y los escribas con los ancianos,
20.2    y le hablaron diciendo: -Dinos, ¿con qué autoridad haces estas cosas? ¿O quién es el que te dio esta autoridad?
20.3    Entonces respondió y les dijo: -Yo también les haré una pregunta. Respóndanme:
20.4    El bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres?
20.5    Ellos razonaban entre sí diciendo: -Si decimos “del cielo” dirá: “¿Por qué, pues, no le creyeron?”.
20.6    Y si decimos “de los hombres…” todo el pueblo nos apedreará, porque están convencidos de que Juan era profeta.
20.7    Respondieron, pues, que no sabían de dónde era.
20.8    Entonces Jesús les dijo: -Tampoco yo les digo con qué autoridad hago estas cosas.

252- Parábola del padre que dice a sus dos hijos que vayan a trabajar.
21.28   »Pero, ¿qué les parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”.
21.29   Él contestó y dijo: “No quiero”. Pero después cambió de parecer y fue.
21.30   Al acercarse al otro, le dijo lo mismo; y él respondió diciendo: “¡Sí, señor, yo voy!”. Y no fue.
21.31   ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Ellos dijeron: -El primero. Y Jesús les dijo: -De cierto les digo que los publicanos y las prostitutas entran delante de ustedes en el reino de Dios.
21.32   Porque Juan vino a ustedes en el camino de justicia, y no le creyeron; pero los publicanos y las prostitutas le creyeron. Y aunque ustedes lo vieron, después no cambiaron de parecer para creerle.



253- Parábola de los viñadores malvados.
21.33   »Oigan otra parábola: Había un hombre, dueño de un campo, quien plantó una viña. La rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, edificó una torre, la arrendó a unos labradores y se fue lejos.
12.1    Entonces comenzó a hablarles en parábolas: -Un hombre plantó una viña. La rodeó con una cerca, cavó un lagar, edificó una torre, la arrendó a unos labradores y se fue lejos.
20.9    Entonces comenzó a decir al pueblo esta parábola: -Cierto hombre plantó una viña, la arrendó a unos labradores y se fue lejos por mucho tiempo.

21.34   Pero cuando se acercó el tiempo de la cosecha, envió sus siervos a los labradores para recibir sus frutos.
21.35   Y los labradores, tomando a sus siervos, a uno lo hirieron, a otro lo mataron y a otro lo apedrearon.
12.2    A su debido tiempo envió un siervo a los labradores para recibir de los labradores una parte del fruto de la viña.
12.3    Pero ellos lo tomaron, lo hirieron y lo enviaron con las manos vacías.
12.4    Volvió a enviarles otro siervo, pero a ese lo hirieron en la cabeza y lo afrentaron.
12.5a    Y envió otro, y a este lo mataron. (...)
20.10   A su debido tiempo envió un siervo a los labradores para que le dieran del fruto de la viña. Pero los labradores lo golpearon y lo enviaron con las manos vacías.
20.11   Y volvió a enviar otro siervo, pero también a este, golpeándolo y afrentándolo, lo enviaron con las manos vacías.
20.12   Volvió a enviar un tercer siervo, pero también a este echaron, herido.

21.36   Él envió de nuevo otros siervos, en mayor número que los primeros, y les hicieron lo mismo.
12.5b   (...) Envió a muchos otros, pero ellos herían a unos y mataban a otros.


21.37   »Por último, les envió a su hijo, diciendo: “Tendrán respeto a mi hijo”.
21.38   Pero al ver al hijo, los labradores dijeron entre sí: “Este es el heredero. Vengan, matémoslo y tomemos posesión de su herencia”.
21.39   Lo prendieron, lo echaron fuera de la viña y lo mataron.
12.6    »Teniendo todavía un hijo suyo amado, por último, también lo envió a ellos diciendo: “Tendrán respeto a mi hijo”.
12.7    Pero aquellos labradores dijeron entre sí: “Este es el heredero. Vengan, matémosle, y la heredad será nuestra”.
12.8    Y lo prendieron, lo mataron y lo echaron fuera de la viña.
20.13   »Entonces el dueño de la viña dijo: “¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizás a este le tendrán respeto”.
20.14   Pero los labradores, al verlo, razonaron entre sí diciendo: “Este es el heredero. Matémoslo, para que la heredad sea nuestra”.
20.15a   Y echándolo fuera de la viña, lo mataron. » (...)

21.40   Ahora bien, cuando venga el señor de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?
21.41   Le dijeron: -A los malvados los destruirá sin misericordia, y arrendará su viña a otros labradores, quienes le pagarán el fruto a su tiempo.
12.9    »¿Qué, pues, hará el señor de la viña? Vendrá, destruirá a los labradores y les dará la viña a otros.
20.15b   (...) ¿Qué, pues, les hará el dueño de la viña?
20.16a   Vendrá y destruirá a estos labradores y dará su viña a otros. (...)

21.42   Jesús les dijo: -¿Nunca han leído en las Escrituras? La piedra que desecharon los edificadores, esta fue hecha cabeza del ángulo. De parte del Señor sucedió esto, y es maravilloso en nuestros ojos.
12.10   ¿No han leído esta Escritura: La piedra que desecharon los edificadores, esta fue hecha cabeza de ángulo.
12.11   De parte del Señor sucedió esto, y es maravilloso en nuestros ojos? .
20.16b   (...) Cuando ellos lo oyeron, dijeron: -¡Nunca suceda tal cosa!
20.17   Pero él, mirándolos, les dijo: -¿Qué, pues, es esto que está escrito: La piedra que desecharon los edificadores, esta fue hecha cabeza del ángulo? .

21.43   Por esta razón les digo que el reino de Dios les será quitado de ustedes y le será dado a un pueblo {lit. en griego: "[una] nación"} que producirá los frutos del reino.



21.44   El que caiga sobre esta piedra será quebrantado, y desmenuzará a cualquiera sobre quien ella caiga.

20.18   Cualquiera que caiga sobre aquella piedra será quebrantado, y desmenuzará a cualquiera sobre quien ella caiga.

21.45   Al oír sus parábolas, los principales sacerdotes y los fariseos entendieron que él hablaba de ellos.
21.46   Pero buscando cómo echarle mano, temieron al pueblo; porque le tenía por profeta.
12.12   Ellos procuraban prenderle, pero temían a la multitud porque sabían que en aquella parábola se había referido a ellos. Y dejándole, se fueron.
20.19   En aquella hora los principales sacerdotes y los escribas procuraban echarle mano porque entendieron que contra ellos había dicho esta parábola; pero temieron al pueblo.

254- Parábola de los invitados a las bodas.
22.1    Jesús respondió y les volvió a hablar en parábolas diciendo:




22.2    -El reino de los cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas para su hijo.
22.3    Envió a sus siervos para llamar a los que habían sido invitados a las bodas, pero no querían venir.
22.4    Volvió a enviar otros siervos, diciendo: “Digan a los invitados: ‘He aquí, he preparado mi comida; mis toros y animales engordados han sido matados, y todo está preparado. Vengan a las bodas’”.
22.5    Pero ellos no le hicieron caso y se fueron, uno a su campo, otro a su negocio;
22.6    y los otros tomaron a sus siervos, los afrentaron y los mataron.
22.7    El rey se enojó, y enviando sus tropas mató a aquellos asesinos y prendió fuego a su ciudad.
22.8    Entonces dijo a sus siervos: “El banquete, a la verdad, está preparado, pero los invitados no eran dignos.
22.9    Vayan, pues, a las encrucijadas de los caminos y llamen al banquete de bodas a cuantos hallen”.
22.10   Aquellos siervos salieron por los caminos y reunieron a todos los que hallaron, tanto buenos como malos; y el banquete de bodas estuvo lleno de convidados.
22.11   »Pero cuando entró el rey para ver a los convidados y vio allí a un hombre que no llevaba ropa de bodas,
22.12   le dijo: “Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin llevar ropa de bodas?”. Pero él quedó mudo.
22.13   Entonces el rey dijo a los que servían: “Átenlo los pies y las manos, y échenlo en las tinieblas de afuera”. Allí habrá llanto y crujir de dientes;


22.14   porque muchos son los llamados, pero pocos los escogidos.




255- El pago del impuesto al César.
22.15   Entonces se fueron los fariseos y consultaron cómo podrían enredarle en alguna palabra.
22.16   Después enviaron a él discípulos de ellos, junto con los herodianos, diciendo: -Maestro, sabemos que eres hombre de verdad, que enseñas el camino de Dios con verdad y que no te cuidas de nadie; porque no miras la apariencia de los hombres.
22.17   Dinos, pues, ¿qué te parece? ¿Es lícito dar tributo al César o no?
22.18   Pero Jesús, entendiendo la malicia de ellos, les dijo: -¿Por qué me prueban, hipócritas?
22.19   Muéstrenme la moneda del tributo. Ellos le presentaron una moneda.
22.20   Entonces él les dijo: -¿De quién es esta imagen y esta inscripción?
22.21   Le dijeron: -Del César. Entonces él les dijo: -Por tanto, den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.
22.22   Al oír esto, se maravillaron; y dejándole, se fueron.
12.13   Entonces enviaron a él algunos de los fariseos y de los herodianos para que lo sorprendieran en alguna palabra.
12.14   Y viniendo le dijeron: -Maestro, sabemos que eres hombre de verdad y que no te cuidas de nadie porque no miras la apariencia de los hombres, sino que con verdad enseñas el camino de Dios. ¿Es lícito dar tributo al César o no? ¿Daremos o no daremos?
12.15   Entonces él, como entendió la hipocresía de ellos, les dijo: -¿Por qué me prueban? Tráiganme una moneda romana para que la vea.
12.16   Se la trajeron, y él les dijo: -¿De quién es esta imagen y esta inscripción? Le dijeron: -Del César.
12.17   Entonces Jesús les dijo: -Den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. Y se maravillaban de él.
20.20   Entonces, acechándole, enviaron espías que simularan ser justos a fin de sorprenderlo en sus palabras, y así entregarlo al poder y autoridad del procurador.
20.21   Estos le preguntaron diciendo: -Maestro, sabemos que dices y enseñas bien, y que no haces distinción entre personas sino que enseñas el camino de Dios con verdad.
20.22   ¿Nos es lícito dar tributo al César o no?
20.23   Pero él, entendiendo la astucia de ellos, les dijo:
20.24   -Muéstrenme una moneda romana. ¿De quién es la imagen y la inscripción que tiene? Y ellos dijeron: -Del César.
20.25   Entonces les dijo: -Pues den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
20.26   Y no pudieron sorprenderlo en ninguna palabra delante del pueblo. Más bien callaron maravillados de su respuesta.

256- Los saduceos sobre la resurrección: una mujer que tuvo 7 maridos.
22.23   Aquel día se le acercaron unos saduceos, quienes dicen que no hay resurrección, y le preguntaron diciendo:
22.24   -Maestro, Moisés dijo: Si alguno muere sin tener hijos, su hermano se casará con su mujer y levantará descendencia a su hermano.
22.25   Había, pues, siete hermanos entre nosotros. El primero tomó mujer y murió y, como no tenía descendencia, dejó su mujer a su hermano.
22.26   De la misma manera sucedió también con el segundo y el tercero, hasta los siete.
22.27   Después de todos, murió también la mujer.
22.28   En la resurrección, puesto que todos la tuvieron, ¿de cuál de los siete será mujer?
22.29   Entonces respondió Jesús y les dijo: -Están equivocados porque no conocen las Escrituras, ni tampoco el poder de Dios;
22.30   porque en la resurrección no se casan ni se dan en casamiento sino que son como los ángeles que están en el cielo.
22.31   Y acerca de la resurrección de los muertos, ¿no han leído lo que les fue dicho por Dios?
22.32   Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.
22.33   Al oír esto, las multitudes estaban atónitas de su doctrina.
12.18   Entonces vinieron a él unos saduceos, quienes dicen que no hay resurrección, y le preguntaron diciendo:
12.19   -Maestro, Moisés nos escribió que si el hermano de alguno muere y deja mujer y no deja hijos, su hermano tome la mujer y levante descendencia a su hermano.
12.20   Había siete hermanos. El primero tomó mujer, y murió sin dejar descendencia.
12.21   La tomó el segundo y murió sin dejar descendencia. El tercero, de la misma manera.
12.22   Así los siete no dejaron descendencia. Después de todos, murió también la mujer.
12.23   En la resurrección, cuando resuciten, puesto que los siete la tuvieron por mujer, ¿de cuál de ellos será mujer?
12.24   Entonces Jesús les dijo: -¿No es por esto que están equivocados, porque no conocen las Escrituras ni tampoco el poder de Dios?
12.25   Porque cuando resuciten de entre los muertos no se casarán ni se darán en casamiento sino que son como los ángeles que están en los cielos.
12.26   Y con respecto a si resucitan los muertos, ¿no han leído en el libro de Moisés, cómo le habló Dios desde la zarza diciendo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?.
12.27   Dios no es Dios de muertos sino de vivos. Ustedes se equivocan mucho.
20.27   Se acercaron algunos de los saduceos, que niegan que haya resurrección, y le preguntaron
20.28   diciendo: -Maestro, Moisés nos escribió: Si el hermano de alguno muere dejando mujer, y él no deja hijos, su hermano tome la mujer y levante descendencia a su hermano.
20.29   Había, pues, siete hermanos. El primero tomó mujer, y murió sin dejar hijos.
20.30   También el segundo.
20.31   Y la tomó el tercero, y de la misma manera también todos los siete, y murieron sin tener hijos.
20.32   Por último, murió también la mujer.
20.33   En la resurrección, puesto que los siete la tuvieron por mujer, ¿de cuál de ellos será mujer?
20.34   Entonces respondiendo Jesús, les dijo: -Los hijos de este mundo se casan y se dan en casamiento.
20.35   Pero los que son tenidos por dignos de alcanzar aquel mundo venidero y la resurrección de los muertos no se casan ni se dan en casamiento.
20.36   Porque ya no pueden morir pues son como los ángeles, y son también hijos de Dios siendo hijos de la resurrección.
20.37   Y con respecto a que los muertos han de resucitar, también Moisés lo mostró en el relato de la zarza cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.
20.38   Pues Dios no es Dios de muertos sino de vivos; porque para él todos viven.
20.39   Le respondieron algunos de los escribas, diciendo: -Maestro, bien has dicho.

257- El gran mandamiento de la ley.
22.34   Entonces los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se reunieron de común acuerdo.
22.35   Uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó para probarle:
22.36   -Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la ley?
22.37   Jesús le dijo: -Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente.
22.38   Este es el grande y el primer mandamiento.
22.39   Y el segundo es semejante a él: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
22.40   De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas.
12.28   Se le acercó uno de los escribas al oírlos discutir y, dándose cuenta de que Jesús había respondido bien, le preguntó: -¿Cuál es el primer mandamiento de todos?
12.29   Jesús le respondió: -El primero es: Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios, el Señor uno es.
12.30   Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.
12.31   El segundo es este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos dos.
12.32   Entonces el escriba le dijo: -Bien, Maestro. Has dicho la verdad: Dios es uno, y no hay otro aparte de él,
12.33   y amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y sacrificios.
12.34a   Y viendo Jesús que había respondido sabiamente, le dijo: -No estás lejos del reino de Dios. (...)


258- Nadie se atreve a interrogar a Jesús.

12.34b   (...) Ya nadie se atrevía a hacerle más preguntas.
20.40   Y no se atrevieron a preguntarle más.

259- El hijo de David. "Dijo el Señor a mi Señor".
22.41   Habiéndose reunido los fariseos, Jesús les preguntó
22.42   diciendo: -¿Qué piensan acerca del Cristo? ¿De quién es hijo? Le dijeron: -De David.
22.43   Él les dijo: -Entonces, ¿cómo es que David, mediante el Espíritu, le llama “Señor”? Pues dice:
22.44   Dijo el Señor a mi Señor: “Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies” .
22.45   Pues, si David le llama “Señor”, ¿cómo es su hijo?
22.46   Nadie le podía responder palabra, ni nadie se atrevió desde aquel día a preguntarle más.
12.35   Mientras estaba enseñando en el templo, Jesús respondiendo decía: -¿Cómo es que dicen los escribas que el Cristo es hijo de David?
12.36   David mismo dijo mediante el Espíritu Santo: Dijo el Señor a mi Señor: “Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies” .
12.37a   David mismo le llama “Señor”; ¿cómo es, pues, su hijo? (...)
20.41   Él les dijo: -¿Cómo dicen que el Cristo es hijo de David?
20.42   Porque el mismo David dice en el libro de los Salmos: Dijo el Señor a mi Señor: “Siéntate a mi diestra,
20.43   hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies” .
20.44   Así que David lo llama “Señor”; ¿cómo es, pues, su hijo?

260- Advertencia contra los escribas y los fariseos.
23.1    Entonces habló Jesús a la multitud y a sus discípulos,
23.2    diciéndoles: “Los escribas y los fariseos están sentados en la cátedra de Moisés.
23.3    Así que, todo lo que les digan háganlo y guárdenlo; pero no hagan según sus obras, porque ellos dicen y no hacen.
23.4    Atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos mismos no las quieren mover ni aun con el dedo.
23.5    Más bien, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Ellos ensanchan sus filacterias y alargan los flecos de sus mantos.
23.6    Aman los primeros asientos en los banquetes y las primeras sillas en las sinagogas,
23.7    las salutaciones en las plazas y el ser llamados por los hombres: Rabí, Rabí.
23.8    “Pero ustedes, no sean llamados Rabí; porque uno solo es su Maestro, y todos ustedes son hermanos.
23.9    Y no llamen a nadie su Padre en la tierra, porque su Padre que está en los cielos es uno solo.
23.10   Ni los llamen Guía, porque su Guía es uno solo, el Cristo.
23.11   Pero el que es mayor entre ustedes será su siervo;
23.12   porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
12.37b   (...) Y la gran multitud lo escuchaba con gusto.
12.38   Y en su enseñanza decía: -Guárdense de los escribas, a quienes les gusta andar con ropas largas, que aman las salutaciones en las plazas,
12.39   las primeras sillas en las sinagogas y los primeros asientos en los banquetes.
12.40   Estos, que devoran las casas de las viudas y como pretexto hacen largas oraciones, recibirán mayor condenación.
20.45   Cuando todo el pueblo lo escuchaba, dijo a sus discípulos:
20.46   -Guárdense de los escribas, a quienes les gusta andar con ropas largas, que aman las salutaciones en las plazas, las primeras sillas en las sinagogas y los primeros asientos en los banquetes.
20.47   Estos, que devoran las casas de las viudas y como pretexto hacen largas oraciones, recibirán mayor condenación.

261- La ofrenda de la viuda pobre.

12.41   Estando Jesús sentado frente al arca del tesoro, observaba cómo el pueblo echaba dinero en el arca. Muchos ricos echaban mucho,
12.42   y una viuda pobre vino y echó dos monedas pequeñas de poco valor.
12.43   Él llamó a sus discípulos y les dijo: -De cierto les digo que esta viuda pobre echó más que todos los que echaron en el arca.
12.44   Porque todos han echado de su abundancia; pero esta, de su pobreza, echó todo lo que tenía, todo su sustento.
21.1    Alzando la mirada, Jesús vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca del tesoro.
21.2    Vio también a una viuda pobre que echaba allí dos monedas pequeñas de poco valor.
21.3    Entonces dijo: -De cierto les digo que esta viuda pobre echó más que todos.
21.4    Porque todos estos, de su abundancia echaron a las ofrendas; pero esta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía.

262- Anuncio de la destrucción del templo (que tuvo lugar en el año 70).
24.1    Cuando Jesús salió y se iba del templo, se le acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo.
24.2    Y él respondiendo les dijo: -¿No ven todo esto? De cierto les digo que aquí no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada.
13.1    Cuando él salía del templo, uno de sus discípulos dijo: -Maestro, ¡mira qué piedras y qué edificios!
13.2    Y Jesús le dijo: -¿Ven estos grandes edificios? Aquí no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada.
21.5    Mientras algunos estaban hablando acerca del templo, de cómo estaba adornado con hermosas piedras y con ofrendas votivas, él dijo:
21.6    -En cuanto a estas cosas que ven, vendrán días cuando no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada.

263- Pregunta sobre la destrucción del templo. El fin del mundo y la venida de Jesús.
24.3    Estando él sentado en el monte de los Olivos, sus discípulos se acercaron a él aparte y le dijeron: -Dinos, ¿cuándo sucederán estas cosas? ¿Y qué señal habrá de tu venida y del fin del mundo?
13.3    Estando él sentado en el monte de los Olivos frente al templo, Pedro, Jacobo, Juan y Andrés le preguntaban aparte:
13.4    -Dinos, ¿cuándo sucederán estas cosas? ¿Y qué señal habrá cuando todas estas cosas estén por cumplirse?
21.7    Entonces le preguntaron diciendo: -Maestro, ¿cuándo será esto? ¿Qué señal habrá cuando estas cosas estén por suceder?

264- Falsos ungidos. Guerras. Hambrunas. Falsos profetas. Persecuciones.
24.4    Respondió Jesús y les dijo: -Miren que nadie les engañe;
24.5    porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy el Cristo”, y engañarán a muchos.
13.5    Jesús comenzó a decirles: -Miren que nadie los engañe.
13.6    Muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, y engañarán a muchos.
21.8    Entonces él dijo: -Miren que no sean engañados, porque vendrán muchos en mi nombre diciendo: “Yo soy”, y “El tiempo está cerca”. No vayan en pos de ellos.

24.6    Oirán de guerras y de rumores de guerras. Miren que no los turben, porque es necesario que esto acontezca; pero todavía no es el fin.
24.7    Porque se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá hambre y terremotos por todas partes.
24.8    Pues todas estas cosas son principio de dolores.
13.7    Pero cuando oigan de guerras y de rumores de guerras, no se turben. Es necesario que así suceda pero todavía no es el fin.
13.8    Porque se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá terremotos por todas partes. Habrá hambres. Estos son principio de dolores.
21.9    Y cuando oigan de guerras y de revoluciones no se atemoricen. Porque es necesario que estas cosas acontezcan primero, pero el fin no será de inmediato.
21.10   Entonces dijo: -Se levantará nación contra nación y reino contra reino.
21.11   Habrá grandes terremotos, hambres y pestilencias en varios lugares. Habrá terror y grandes señales del cielo.

24.9    »Entonces los entregarán a tribulación y los matarán, y serán aborrecidos por todas las naciones por causa de mi nombre.
24.10   Entonces muchos tropezarán; y se traicionarán unos a otros, y se aborrecerán unos a otros.
24.11   Muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos;
24.12   y por haberse multiplicado la maldad, se enfriará el amor de muchos.
24.13   Pero el que persevere hasta el fin, este será salvo.
24.14   Y este evangelio del reino será predicado en todo el mundo para testimonio a todas las naciones, y luego vendrá el fin.



10.17   Guárdense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y en sus sinagogas los azotarán.
10.18   Serán llevados aun ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar testimonio a ellos y a los gentiles {lit. en griego: "las naciones"}.
13.9    »Pero ustedes miren por ustedes mismos. Porque los entregarán en los concilios, y serán azotados en las sinagogas. Por mi causa serán llevados delante de gobernadores y de reyes, para testimonio a ellos.
13.10   Es necesario que primero el evangelio sea predicado a todas las naciones.
21.12   Pero antes de estas cosas les echarán mano y les perseguirán. Les entregarán a las sinagogas y les meterán en las cárceles, y serán llevados delante de los reyes y gobernantes por causa de mi nombre.
21.13   Esto les servirá para dar testimonio.

10.19   Pero cuando los entreguen, no se preocupen de cómo o qué hablarán, porque les será dado en aquella hora lo que han de decir.
10.20   Pues no son ustedes los que hablan, sino el Espíritu de su Padre que hablará en ustedes.
13.11   Cuando los lleven para entregarlos, no se preocupen por lo que tengan que decir. Más bien, hablen lo que les sea dado en aquella hora; porque no son ustedes los que hablan sino el Espíritu Santo.
21.14   Decidan, pues, en su corazón {lit.: "en sus corazones"}, no pensar de antemano cómo han de responder.
21.15   Porque yo les daré boca y sabiduría, a la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se les opongan.

10.21   “El hermano entregará a muerte a su hermano, y el padre a su hijo. Se levantarán los hijos contra sus padres y los harán morir.
13.12   El hermano entregará a muerte a su hermano, y el padre a su hijo. Se levantarán los hijos contra sus padres y los harán morir.
21.16   Y serán entregados aun por sus padres, hermanos, parientes y amigos; y harán morir a algunos de ustedes.

10.22   Y serán aborrecidos de todos por causa de mi nombre. Pero el que persevere hasta el fin, este será salvo.
13.13   Y ustedes serán aborrecidos de todos por causa de mi nombre. Pero el que persevere hasta el fin, este será salvo.
21.17   Serán aborrecidos por todos a causa de mi nombre,
21.18   pero ni un solo cabello de su cabeza perecerá.
21.19   Por su perseverancia salvarán sus vidas {lit. en griego: "almas"}.

10.23   Y cuando los persigan en una ciudad, huyan a la otra. Porque de cierto les digo que de ningún modo acabarán de recorrer todas las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del Hombre.



265- La abominación desoladora (ejércitos contra Jerusalén y Judea) en el tiempo del fin ("Mt 24.29"; "Mc 13.24").
24.15   »Por tanto, cuando vean establecida en el lugar santo la abominación desoladora, de la cual habló el profeta Daniel (el que lee, entienda),
13.14a     »Pero cuando vean que la abominación desoladora se ha establecido donde no debe estar (el que lee, entienda), (...)
21.20   »Cuando vean a Jerusalén sitiada por ejércitos, sepan entonces que ha llegado su destrucción.

24.16   entonces los que estén en Judea huyan a los montes.
13.14b   (...) entonces los que estén en Judea huyan a los montes.
21.21a     Entonces, los que estén en Judea huyan a los montes; (...)

24.17   El que esté en la azotea no descienda para sacar algo de su casa,
13.15   El que esté en la azotea no descienda ni entre para sacar algo de su casa,
21.21b   (...) los que estén en medio de la ciudad salgan; (...)

24.18   y el que esté en el campo no vuelva atrás a tomar su manto.
13.16   y el que esté en el campo no vuelva atrás para tomar su manto.
21.21c   (...) y los que estén en los campos no entren en ella.



21.22   Porque estos son días de venganza, para que se cumplan todas las cosas que están escritas.

24.19   ¡Ay de las mujeres que estén embarazadas y de las que críen en aquellos días!
24.20   Oren, pues, que su huida no sea en invierno ni en sábado;
13.17   ¡Ay de las que estén embarazadas y de las que críen en aquellos días!
13.18   Oren, pues, que no acontezca en invierno.
21.23a     »¡Ay de las que estén embarazadas y de las que críen en aquellos días! (...)

24.21   porque entonces habrá gran tribulación como no ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni habrá jamás.
13.19   Porque aquellos días serán de tribulación como nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios creó hasta ahora ni habrá jamás.
21.23b   (...) Porque habrá grande calamidad sobre la tierra (...)



21.23c   (...) e ira sobre este pueblo.
21.24a     Caerán a filo de espada y serán llevados cautivos a todas las naciones. (...)

24.22   Si aquellos días no fueren acortados, no se salvaría nadie; pero por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.
13.20   Si el Señor no hubiera acortado aquellos días, no se salvaría nadie; pero, por causa de los escogidos que él eligió, él ha acortado aquellos días.
21.24b   (...) Jerusalén será pisoteada por los gentiles {lit. en griego: "[las] naciones"} hasta que se cumplan los tiempos de los gentiles {lit. en griego: "[las] naciones"}.

24.23   »Entonces, si alguien les dice: “Miren, aquí está el Cristo”, o “Está acá”, no le crean.
24.24   Porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y harán grandes señales y maravillas de tal manera que engañarán, de ser posible, aun a los escogidos.
13.21   »Entonces, si alguien les dice: “He aquí, aquí está el Cristo”, o “He allí, allí está”, no le crean.
13.22   Porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y harán señales y maravillas para engañar, de ser posible, a los escogidos.


24.25   ¡Miren! Se los he dicho de antemano.
13.23   Pero ustedes, ¡miren! Se lo he dicho todo de antemano.


266- Inmediatamente después de esta tribulación (en Jerusalén y Judea): sol negro, luna roja, estrellas que caen, venida de Jesús. ("Joel 2.30-31", "Hechos 2.19-20", "Apocalipsis 6.12")
24.29a     »Pero inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, (...)
13.24a      »Entonces en aquellos días, después de aquella tribulación, (...)


24.29b   (...) el sol se oscurecerá y la luna no dará su resplandor. Las estrellas caerán del cielo (...)
13.24b   (...) el sol se oscurecerá y la luna no dará su resplandor.
13.25a     Las estrellas caerán del cielo (...)
21.25a     »Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas. (...)



21.25b   (...) Y en la tierra habrá angustia de las naciones por la confusión ante el rugido del mar y del oleaje.
21.26a   Los hombres se desmayarán a causa del terror y de la expectativa de las cosas que sobrevendrán al mundo habitado, (...)

24.29c   (...) y los poderes de los cielos serán sacudidos.
13.25b   (...) y los poderes que están en los cielos serán sacudidos.
21.26b   (...) porque los poderes de los cielos serán sacudidos.

24.30   »Entonces se manifestará la señal del Hijo del Hombre en el cielo, y en ese tiempo harán duelo todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria.
13.26   Entonces verán al Hijo del Hombre viniendo en las nubes con gran poder y gloria.
21.27   »Entonces verán al Hijo del Hombre viniendo en una nube con poder y gran gloria.

24.31   Él enviará a sus ángeles con un gran sonar de trompeta, y ellos reunirán a los escogidos de él de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.
13.27   Después enviará a sus ángeles y reunirá a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.




21.28   Cuando estas cosas comiencen a suceder, miren y levanten su cabeza porque su redención está cerca.

267- Comparación de este período cerca del fin con una higuera cerca del verano.
24.32   »De la higuera aprendan la parábola: Cuando su rama ya está tierna y brotan sus hojas, saben que el verano está cerca.
24.33   Así también ustedes, cuando vean todas estas cosas, sepan que está cerca, a las puertas.
24.34   De cierto les digo que no pasará esta generación hasta que todas estas cosas sucedan.
24.35   El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
13.28   »De la higuera aprendan la parábola: Cuando su rama ya está tierna y brotan sus hojas, saben que el verano está cerca.
13.29   Así también ustedes, cuando vean que suceden estas cosas, sepan que está cerca, a las puertas.
13.30   De cierto les digo que no pasará esta generación hasta que todas estas cosas sucedan.
13.31   El cielo y la tierra pasarán pero mis palabras no pasarán.
21.29   Y les dijo una parábola: -Miren la higuera y todos los árboles.
21.30   Cuando ven que ya brotan, ustedes entienden que el verano ya está cerca.
21.31   Así también ustedes, cuando vean que suceden estas cosas, sepan que el reino de Dios está cerca.
21.32   De cierto les digo que no pasará esta generación hasta que todo suceda.
21.33   El cielo y la tierra pasarán pero mis palabras no pasarán.

268- El día y la hora de la venida de Jesús.
24.36   »Pero acerca de aquel día y aquella hora, nadie sabe; ni siquiera los ángeles de los cielos, ni aun el Hijo, sino solo el Padre.
13.32   »Pero acerca de aquel día o de la hora, nadie sabe; ni siquiera los ángeles en el cielo, ni aun el Hijo sino solo el Padre.


269- Vela y ora. Exceso (comer, beber). Las preocupaciones de la vida.

13.33   Miren y velen porque no saben cuándo será el tiempo.
21.34   »Miren por ustedes, que sus corazones no estén cargados de glotonería, de embriaguez y de las preocupaciones de esta vida, y que aquel día venga sobre ustedes de repente como una trampa;
21.35   porque vendrá sobre todos los que habitan sobre la superficie de toda la tierra.
21.36   Velen, pues, en todo tiempo, orando para que tengan fuerzas para escapar de todas estas cosas que han de suceder, y puedan estar en pie delante del Hijo del Hombre.

270- Jesús será visto por todos, como el sol se muestra desde el Este hasta el Oeste. [+]
24.26   Así que, si les dicen: “Miren, está en el desierto”, no salgan; o “Miren, está en las habitaciones interiores”, no lo crean.
24.27   Porque así como el relámpago sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre.

17.22   Dijo a sus discípulos: -Vendrá el tiempo cuando desearán ver uno de los días del Hijo del Hombre y no lo verán.
17.23   Les dirán: “¡Miren, aquí está!” o “¡Miren, allí está!”. Pero no vayan ni les sigan.
17.24   Porque como el relámpago que resplandece ilumina el cielo de un extremo al otro, así también será el Hijo del Hombre en su día.
17.25   Pero primero es necesario que él padezca mucho y sea rechazado por esta generación.

271- El período en el que vendrá Jesús comparado con el de Noé y Lot.
24.37   Porque como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.
24.38   Pues como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en casamiento hasta el día en que Noé entró en el arca,
24.39a   y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, (...)

17.26   »Como pasó en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre:
17.27   Ellos comían y bebían; se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca y vino el diluvio y los destruyó a todos.



17.28   »Asimismo, también será como pasó en los días de Lot: Comían, bebían, compraban, vendían, plantaban y edificaban;
17.29   pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos.

24.39b   (...) así será también la venida del Hijo del Hombre.

17.30   Así será en el día en que se manifieste el Hijo del Hombre.

272- La mujer de Lot. No tomar nada en ese momento.


17.31   »En aquel día, el que esté en la azotea y sus cosas estén en la casa no descienda para tomarlas. Asimismo, el que esté en el campo no vuelva atrás.
17.32   Acuérdense de la mujer de Lot.
17.33   Cualquiera que procure salvar su vida {lit.: "su alma"}, la perderá; y cualquiera que la pierda, la conservará.

273- El uno será tomado, y el otro será dejado.
24.40   En aquel entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado.
24.41   Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra dejada.

17.34   Les digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado y el otro será dejado.
17.35   Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada y la otra dejada.
17.36   [Algunos manuscritos antiguos incluyen la frase que aparece en "Mateo 24.40": "Estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado."]

24.28   Porque donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres.

17.37   Respondiendo le preguntaron: -¿Dónde, Señor? Y él dijo: -Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres.

24.42   Velen, pues, porque no saben en qué día viene su Señor.

12.35   »Estén ceñidos sus lomos y encendidas sus lámparas.

274- Velando como un portero que espera la llegada de su amo.

13.34   Será como el hombre que al salir de viaje dejó su casa y dio autoridad a sus siervos, a cada uno su obra, y al portero mandó que velase.
13.35   Velen, pues, porque no saben cuándo vendrá el Señor de la casa, sea a la tarde, a la medianoche, al canto del gallo o a la mañana;
13.36   no sea que cuando vuelva de repente los halle durmiendo.
12.36   Y sean ustedes semejantes a los siervos que esperan a su señor cuando ha de volver de las bodas para que le abran al instante en que llegue y llame.



12.37   Bienaventurados aquellos siervos a quienes el señor les encuentre velando cuando llegue. De cierto les digo que se ceñirá y hará que se sienten a la mesa y, viniendo, les servirá.
12.38   Aunque venga a medianoche, y aunque venga a la madrugada, si los halla así, ¡bienaventurados aquellos siervos!

275- Jesús vendrá como un ladrón que no avisa justo antes.
24.43   Pero sepan esto: Si el dueño de casa hubiera sabido a qué hora habría de venir el ladrón, habría velado y no habría permitido que forzaran la entrada a su casa.
24.44   Por tanto, estén preparados también ustedes, porque a la hora que no piensen, vendrá el Hijo del Hombre.

12.39   »Sepan que si el dueño de casa hubiera sabido a qué hora habría de venir el ladrón no habría permitido que forzara la entrada a su casa.
12.40   Ustedes también estén preparados, porque a la hora que no piensen vendrá el Hijo del Hombre.
12.41   Entonces Pedro le dijo: -Señor, ¿dices esta parábola para nosotros, o también para todos?


13.37   Lo que a ustedes les digo, a todos les digo: ¡Velen!


276- El siervo fiel y prudente y el siervo malvado.
24.45   »¿Quién, pues, es el siervo fiel y prudente, a quien su señor lo puso sobre los criados de su casa, para que les diera alimentos a su debido tiempo?
24.46   Bienaventurado será aquel siervo a quien, cuando su señor venga, lo encuentre haciéndolo así.
24.47   De cierto les digo que lo pondrá sobre todos sus bienes.
24.48   Pero si aquel siervo malvado dice en su corazón: “Mi señor tarda”;
24.49   y si comienza a golpear a sus consiervos, y si come y bebe con los borrachos,
24.50   el señor de aquel siervo vendrá en el día que no espera y a la hora que no sabe,
24.51   y lo castigará duramente y le asignará lugar con los hipócritas. Allí habrá llanto y crujir de dientes.

12.42   Y dijo el Señor: -¿Quién es, pues, el mayordomo fiel y prudente a quien el señor pondrá sobre los de su casa para que les dé sus raciones a su debido tiempo?
12.43   Bienaventurado será aquel siervo a quien, cuando su señor venga, lo encuentre haciéndolo así.
12.44   En verdad les digo que lo pondrá sobre todos sus bienes.
12.45   Pero si aquel siervo dice en su corazón: “Mi señor tarda en venir” y comienza a golpear a los siervos y a las siervas, y a comer y a beber y a embriagarse,
12.46   vendrá el señor de aquel siervo en el día que no espera y a la hora que no sabe, y le castigará duramente y pondrá su parte con los incrédulos.



12.47   Porque aquel siervo que entendió la voluntad de su señor y no se preparó ni hizo conforme a su voluntad recibirá muchos azotes.
12.48   Pero el que no entendió, aunque hizo cosas dignas de azotes, recibirá pocos azotes. Porque de todo aquel a quien le ha sido dado mucho, mucho se demandará de él; y de aquel a quien confiaron mucho, se le pedirá más.

277- Parábola de las 10 vírgenes.
25.1    »Entonces, el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron a recibir al novio.




25.2    Cinco de ellas eran insensatas, y cinco prudentes.
25.3    Cuando las insensatas tomaron sus lámparas, no tomaron consigo aceite;
25.4    pero las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.
25.5    Y como tardaba el novio, todas cabecearon y se quedaron dormidas.
25.6    A la medianoche se oyó gritar: “¡He aquí el novio! ¡Salgan a recibirle!”.
25.7    Entonces, todas aquellas vírgenes se levantaron y alistaron sus lámparas.
25.8    Y las insensatas dijeron a las prudentes: “Dennos de su aceite, porque nuestras lámparas se apagan”.
25.9    Pero las prudentes respondieron diciendo: “No, no sea que nos falte a nosotras y a ustedes; vayan, más bien, a los vendedores y compren para ustedes mismas”.
25.10   Mientras ellas iban para comprar, llegó el novio; y las preparadas entraron con él a la boda, y se cerró la puerta.
25.11   Después vinieron también las otras vírgenes diciendo: “¡Señor, señor, ábrenos!”.
25.12   Pero él respondiendo dijo: “De cierto les digo que no las conozco”.


25.13   Velen, pues, porque no saben ni el día ni la hora.




278- Parábola de los talentos.
Compare "Lucas 19.11-28".

25.14a   »Porque el reino de los cielos será semejante a un hombre que, al emprender un viaje largo, (...)

19.12   Dijo, pues: “Cierto hombre de noble estirpe partió a un país lejano para recibir un reino y volver.

25.14b   (...) llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.
25.15   A uno dio cinco mil monedas, a otro dos mil, y a otro mil. A cada uno dio conforme a su capacidad y se fue lejos.

19.13   Entonces llamó a diez siervos suyos y les dio mucho dinero diciéndoles: ‘Negocien hasta que yo venga’.

25.16   Inmediatamente, el que había recibido cinco mil monedas se fue, negoció con ellas y ganó otras cinco mil monedas.
25.17   De la misma manera, el que había recibido dos mil ganó también otras dos mil.
25.18   Pero el que había recibido mil fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.





19.14   “Pero sus ciudadanos lo aborrecían, y enviaron tras él una embajada diciendo: ‘No queremos que este reine sobre nosotros’.

25.19   »Después de mucho tiempo, vino el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos.

19.15   “Aconteció que, cuando él volvió después de haber tomado el reino, mandó llamar ante sí a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero para saber lo que habían negociado.

25.20   Cuando se presentó el que había recibido cinco mil monedas, trajo otras cinco mil monedas y dijo: “Señor, me entregaste cinco mil monedas; he aquí he ganado otras cinco mil”.
25.21   Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel. Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor”.

19.16   Vino el primero y dijo: ‘Señor, tu dinero ha producido diez veces más’.
19.17   Y él le dijo: ‘Muy bien, buen siervo; puesto que en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades’.

25.22   Y cuando se presentó el que había recibido dos mil monedas, dijo: “Señor, me entregaste dos mil monedas; he aquí he ganado otras dos mil”.
25.23   Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel. Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor”.

19.18   Vino el segundo y dijo: ‘Señor, tu dinero ha hecho cinco veces más’.
19.19   También a este le dijo: ‘Tú también estarás sobre cinco ciudades’.

25.24   Pero cuando se presentó el que había recibido mil monedas, dijo: “Señor, yo te conozco que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste.
25.25   Y como tuve miedo, fui y escondí tus mil monedas en la tierra. Aquí tienes lo que es tuyo”.

19.20   Y vino otro y dijo: ‘Señor, he aquí tu dinero, el cual he guardado en un pañuelo.
19.21   Porque tuve miedo de ti, que eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste y cosechas lo que no sembraste’.

25.26   Su señor respondió y le dijo: “¡Siervo malo y perezoso! ¿Sabías que cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí?
25.27   Por lo tanto, debías haber entregado mi dinero a los banqueros y, al venir yo, habría recibido lo que es mío con los intereses.

19.22   Entonces él le dijo: ‘¡Mal siervo, por tu boca te juzgo! Sabías que yo soy hombre severo, que tomo lo que no puse y cosecho lo que no sembré.
19.23   ¿Por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco para que, al venir yo, lo cobrara junto con los intereses?’.

25.28   Por tanto, quítenle las mil monedas y denlas al que tiene diez mil monedas.

19.24   Y dijo a los que estaban presentes: ‘Quítenle el dinero y denlo al que tiene más dinero’.
19.25   Ellos le dijeron: ‘Señor, él ya tiene mucho dinero’.

25.29   Porque a todo el que tiene le será dado, y tendrá en abundancia; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

19.26   Él respondió: ‘Pues yo les digo que a todo el que tiene, le será dado; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

25.30   Al siervo inútil échenlo en las tinieblas de afuera”. Allí habrá llanto y crujir de dientes.





19.27   Pero, en cuanto a aquellos enemigos míos que no querían que yo reinara sobre ellos, tráiganlos acá y degüéllenlos en mi presencia’”.

279- El juicio final ante el trono. Ovejas y cabritos separados. [+]
25.31   »Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria;




25.32   y todas las naciones serán reunidas delante de él. Él separará los unos de los otros, como cuando el pastor separa las ovejas de los cabritos;
25.33   y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda.
25.34   »Entonces el Rey dirá a los de su derecha: “¡Vengan, benditos de mi Padre! Hereden el reino que ha sido preparado para ustedes desde la fundación del mundo.
25.35   Porque tuve hambre, y me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me recibieron;
25.36   estuve desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; estuve en la cárcel, y vinieron a mí”.
25.37   Entonces los justos le responderán diciendo: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te sustentamos, o sediento y te dimos de beber?
25.38   ¿Cuándo te vimos forastero y te recibimos, o desnudo y te vestimos?
25.39   ¿Cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y fuimos a ti?”.
25.40   Y respondiendo el Rey les dirá: “De cierto les digo que en cuanto lo hicieron a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicieron”.
25.41   »Entonces dirá también a los de su izquierda: “Apártense de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
25.42   Porque tuve hambre, y no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber;
25.43   fui forastero, y no me recibieron; estuve desnudo, y no me vistieron; enfermo y en la cárcel, y no me visitaron”.
25.44   Entonces le responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, o sediento, o forastero, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?”.
25.45   Entonces les responderá diciendo: “De cierto les digo, que en cuanto no lo hicieron a uno de estos más pequeños, tampoco me lo hicieron a mí”.


25.46   Entonces irán estos al tormento {lit. en griego: "en un atrincheramiento", o "en una poda"} eterno, y los justos a la vida eterna.




280- Jesús: de día en el templo, de noche en el monte de los Olivos.


21.37   Pasaba los días enseñando en el templo y saliendo al anochecer permanecía en el monte que se llama de los Olivos.
21.38   Y todo el pueblo venía a él desde temprano para oírlo en el templo.

281- La Pascua 2 días después. [+]
26.1    Aconteció que, cuando Jesús terminó todas estas palabras, dijo a sus discípulos:



26.2a    “Saben que después de dos días se celebra la Pascua (...)
14.1a       Dos días después era la Pascua y la fiesta de los Panes sin levadura. (...)
22.1    Estaba próximo el día de la fiesta de los Panes sin levadura que se llama la Pascua.

26.2b   (...) y el Hijo del Hombre va a ser entregado para ser crucificado”.


13.1a     Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora para pasar de este mundo al Padre, (...)
282- El complot de los religiosos contra Jesús.
►El 12º día del mes de Nisán (lunes, 3 de abril del año 30).◄

26.3    Entonces los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron en el palacio del sumo sacerdote, que se llamaba Caifás,
26.4    y consultaron entre sí para prender a Jesús por engaño y matarlo.
26.5    Pero decían: “No lo hagamos en la fiesta, para que no se haga alboroto en el pueblo”.
14.1b   (...) Y los principales sacerdotes y los escribas estaban buscando cómo prenderlo por engaño y matarlo
14.2    pues decían: “No en la fiesta, de modo que no se haga alboroto en el pueblo”.
22.2    Los principales sacerdotes y los escribas estaban buscando cómo eliminarle, pues temían al pueblo.

283- Satanás entra en Judas para entregar a Jesús por 30 piezas de plata.
{ Relacionado con "Mateo 26.6-13" }
{ Relacionado con "Marcos 14.3-9" }
{ Relacionado con "Lucas 7.36-50" }
{ Relacionado con "Juan 12.2-8" }
26.14   Entonces, uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes
14.10   Entonces Judas Iscariote, uno de los doce, fue a los principales sacerdotes para entregárselo.
22.3    Entonces Satanás entró en Judas, llamado Iscariote, el cual era uno del número de los doce.
22.4    Él fue y habló con los principales sacerdotes y con los magistrados acerca de cómo entregarle.
13.2   (...) el diablo ya había puesto en el corazón de Judas hijo de Simón Iscariote que lo entregara,
26.15   y les dijo: -¿Qué me quieren dar? Y yo se los entregaré. Ellos le asignaron treinta piezas de plata;
26.16   y desde entonces él buscaba la oportunidad para entregarlo.
14.11   Ellos, al oírlo, se alegraron y prometieron darle dinero. Y él buscaba cómo entregarlo en un momento oportuno.
22.5    Estos se alegraron y acordaron darle dinero.
22.6    Él estuvo de acuerdo y buscaba la oportunidad para entregarlo sin que la gente lo advirtiera.

284- Preparación para comer la Pascua. [+]
26.17a       El primer día de la fiesta de los Panes sin levadura, (...)
14.12a        El primer día de la fiesta de los Panes sin levadura, cuando sacrificaban el cordero de la Pascua, (...)
22.7    Llegó el día de los Panes sin levadura, en el cual era necesario sacrificar la víctima pascual.
22.8    Jesús envió a Pedro y a Juan, diciendo: -Vayan, prepárennos la Pascua para que comamos.

26.17b   (...) los discípulos se acercaron a Jesús diciendo: -¿Dónde quieres que te hagamos los preparativos para comer la Pascua?
26.18   Él dijo: -Vayan a la ciudad, a cierto hombre, y díganle: “El Maestro dice: ‘Mi tiempo está cerca; en tu casa voy a celebrar la Pascua con mis discípulos’”.
14.12b   (...) sus discípulos le dijeron: -¿Dónde quieres que vayamos y hagamos los preparativos para que comas la Pascua?
14.13   Él envió a dos de sus discípulos y les dijo: -Vayan a la ciudad, y les saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua. Síganlo
14.14   y, donde entre, digan al dueño de casa: “El Maestro dice: ‘¿Dónde está mi habitación donde he de comer la Pascua con mis discípulos?’”.
14.15   Y él les mostrará un gran aposento alto ya dispuesto y preparado. Preparen allí para nosotros.
22.9    Ellos le preguntaron: -¿Dónde quieres que la preparemos?
22.10   Él les dijo: -He aquí, cuando entren en la ciudad, les saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua. Síganlo hasta la casa a donde entre.
22.11   Díganle al dueño de la casa: “El Maestro te dice: ‘¿Dónde está la habitación en la que he de comer la Pascua con mis discípulos?’”.
22.12   Y él les mostrará un gran aposento alto ya dispuesto. Preparen allí.

26.19   Los discípulos hicieron como Jesús les mandó y prepararon la Pascua.
14.16   Salieron sus discípulos, entraron en la ciudad, hallaron como les había dicho y prepararon la Pascua.
22.13   Fueron, pues, y hallaron como les había dicho; y prepararon la Pascua.

285- En la cena de la Pascua. [+]
►El día 14 del mes de Nisán (miércoles, 5 de abril del año 30).◄

26.20   Al atardecer, él estaba sentado a la mesa con los doce
14.17   Al atardecer fue con los doce
22.14   Cuando llegó la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles.

286- La última comida de Pascua.


22.15   Y les dijo: -¡Cuánto he deseado comer con ustedes esta Pascua antes de padecer!
22.16   Porque les digo que no comeré más de ella hasta que se cumpla en el reino de Dios.
22.17   Luego tomó {lit. en griego: "habiendo recibido"} una copa y, habiendo dado gracias, dijo: -Tomen esto y repártanlo entre ustedes
22.18   porque les digo que desde ahora no beberé más del fruto de la vid hasta que venga el reino de Dios.

287- Jesús lava los pies.




13.1    Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora para pasar de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo los amó hasta el fin.


13.2    Durante la cena, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas hijo de Simón Iscariote que lo entregara,
13.3    y sabiendo Jesús que el Padre había puesto todas las cosas en sus manos y que él había salido de Dios y a Dios iba,
13.4    se levantó de la cena; se quitó el manto y, tomando una toalla, se ciñó con ella.
13.5    Luego echó agua en una vasija y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secarlos con la toalla con que estaba ceñido.
13.6    Entonces llegó a Simón Pedro y este le dijo: -Señor, ¿tú me lavas los pies a mí?
13.7    Respondió Jesús y le dijo: -Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora pero lo comprenderás después.
13.8    Pedro le dijo: -¡Jamás me lavarás los pies! Jesús le respondió: -Si no te lavo no tienes parte conmigo.
13.9    Le dijo Simón Pedro: -Señor, entonces, no solo mis pies sino también las manos y la cabeza.
13.10   Le dijo Jesús: -El que se ha lavado no tiene necesidad de lavarse más que los pies pues está todo limpio. Ya ustedes están limpios, aunque no todos.
13.11   Porque sabía quién lo entregaba por eso dijo: “No todos están limpios”.
13.12   Así que, después de haberles lavado los pies, tomó su manto, se volvió a sentar a la mesa y les dijo: -¿Entienden lo que les he hecho?
13.13   Ustedes me laman Maestro y Señor y dicen bien, porque lo soy.
13.14   Pues bien, si yo, el Señor y el Maestro, lavé sus pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros.
13.15   Porque ejemplo les he dado para que, así como yo se los hice, ustedes también lo hagan.
13.16   De cierto, de cierto les digo que el siervo no es mayor que su señor ni tampoco el apóstol es mayor que el que lo envió.
13.17   Si saben estas cosas, bienaventurados son si las hacen.
13.18   No hablo así de todos ustedes. Yo sé a quiénes he elegido; pero para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo levantó contra mí su talón.
13.19   Desde ahora les digo, antes de que suceda, para que cuando suceda crean que Yo Soy.




13.20   De cierto, de cierto les digo que el que recibe al que yo envío a mí me recibe; y el que a mí me recibe, recibe al que me envió.
288- Jesús indica que Judas le traicionará. Judas se va.
26.21   y, mientras comían, dijo: -De cierto les digo que uno de ustedes me va a entregar.
26.22   Entristecidos en gran manera, comenzaron a preguntarle uno por uno: -¿Acaso seré yo, Señor?
26.23   Entonces respondiendo él dijo: -El que mete la mano conmigo en el plato, este me entregará.
26.24   A la verdad, el Hijo del Hombre va, tal como está escrito de él. Pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado el Hijo del Hombre! Bueno le fuera a aquel hombre no haber nacido.
14.18   y, cuando estaban sentados a la mesa comiendo, Jesús dijo: -De cierto les digo que uno de ustedes, el que come conmigo, me va a entregar.
14.19   Entonces comenzaron a entristecerse y a decirle uno tras otro: -¿Acaso seré yo?
14.20   Él les dijo: -Es uno de los doce, el que moja el pan conmigo en el plato.
14.21   A la verdad, el Hijo del Hombre va, tal como está escrito de él. Pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado el Hijo del Hombre! Bueno le fuera a aquel hombre no haber nacido.
22.21   »No obstante, he aquí la mano del que me entrega está conmigo en la mesa.
22.22   A la verdad, el Hijo del Hombre va según lo que está determinado, pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado!
22.23   Entonces ellos comenzaron a preguntarse entre sí cuál de ellos sería el que habría de hacer esto.
13.21   Después de haber dicho esto, Jesús se conmovió en espíritu y testificó diciendo: -De cierto, de cierto les digo que uno de ustedes me va a entregar.
13.22   Entonces los discípulos se miraban unos a otros dudando de quién hablaba.
13.23   Uno de sus discípulos, a quien Jesús amaba, estaba a la mesa recostado junto a Jesús.
13.24   A él Simón Pedro le hizo señas para que preguntara quién era aquel de quien hablaba.
13.25   Entonces él, recostándose sobre el pecho de Jesús, le dijo: -Señor, ¿quién es?
13.26a   Jesús contestó: -Es aquel para quien yo mojo el bocado y se lo doy. (...)



13.26b   (...) Y mojando el bocado, lo tomó y se lo dio a Judas hijo de Simón Iscariote.
13.27   Después del bocado, Satanás entró en él. Entonces le dijo Jesús: -Lo que estás haciendo, hazlo pronto.
13.28   Ninguno de los que estaban a la mesa entendió para qué le dijo esto
13.29   porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: “Compra lo que necesitamos para la fiesta”, o que diera algo a los pobres.
26.25   Y respondiendo Judas, el que le entregaba, dijo: -¿Acaso seré yo, Maestro? Le dijo: -Tú lo has dicho.






13.30   Cuando tomó el bocado, él salió en seguida; y ya era de noche.
13.31   Cuando Judas había salido, dijo Jesús: -Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él.
13.32   Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo. Y pronto lo glorificará.
289- En la cena de la Pascua: el pan y la copa. (1 Corintios 11.23-25)
26.26   Mientras ellos comían, Jesús tomó pan y lo bendijo; lo partió y lo dio a sus discípulos, y dijo: -Tomen; coman. Esto es mi cuerpo.
26.27   Tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio diciendo: -Beban de ella todos;
26.28   porque esto es mi sangre del pacto, la cual es derramada para el perdón de pecados para muchos.
26.29   Pero les digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid hasta aquel día cuando lo beba nuevo con ustedes en el reino de mi Padre.
14.22   Mientras ellos comían, Jesús tomó pan y lo bendijo; lo partió, les dio y dijo: -Tomen; esto es mi cuerpo.
14.23   Tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio y bebieron todos de ella.
14.24   Y él les dijo: -Esto es mi sangre del pacto, la cual es derramada a favor de muchos.
14.25   De cierto les digo que no beberé más del fruto de la vid hasta aquel día cuando lo beba nuevo en el reino de Dios.
22.19   Entonces tomó pan y, habiendo dado gracias, lo partió y les dio diciendo: -Esto es mi cuerpo que por ustedes es dado. Hagan esto en memoria de mí.
22.20   Asimismo, después de haber cenado, tomó también la copa y dijo: -Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre que por ustedes se derrama.

290- Salen fuera cerca de la casa para ir a la montaña de los Olivos.
26.30   Y después de cantar un himno, salieron al monte {lit. en griego: "para la montaña"} de los Olivos.
14.26   Y después de cantar un himno, salieron al monte de los Olivos.


291- Un mandamiento nuevo.


{ Lucas 22.24-27 }

{ Lucas 22.28-30 }

13.33   Hijitos, todavía sigo un poco con ustedes. Me buscarán pero, como dije a los judíos: “A donde yo voy ustedes no pueden ir”, así les digo a ustedes ahora.
13.34   »Un mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Como los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros.
13.35   En esto conocerán todos que son mis discípulos: si tienen amor los unos por los otros.
292- Jesús anuncia que Pedro le negará.



13.36   Simón Pedro le dijo: -Señor, ¿a dónde vas? Le respondió Jesús: -A donde yo voy no me puedes seguir ahora, pero me seguirás más tarde.
13.37a   Le dijo Pedro: -Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? (...)
26.31   Entonces Jesús les dijo: -Todos ustedes se escandalizarán de mí esta noche, porque está escrito: Heriré al Pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas.
26.32   Pero después de haber resucitado, iré delante de ustedes a Galilea.
14.27   Entonces Jesús les dijo: -Todos se escandalizarán de mí; porque está escrito: Heriré al Pastor y serán dispersadas las ovejas.
14.28   Pero después de haber resucitado iré delante de ustedes a Galilea.
22.31   »Simón, Simón, he aquí Satanás me ha pedido para zarandearte como a trigo.
22.32   Pero yo he rogado por ti, que tu fe no falle. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos.

26.33   Respondiéndole Pedro dijo: -Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré.
26.34   Jesús le dijo: -De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, tú me negarás tres veces.
26.35   Pedro le dijo: -Aunque me sea necesario morir contigo, jamás te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo.
14.29   Entonces Pedro le dijo: -Aunque todos sean escandalizados, yo no.
14.30   Jesús le dijo: -De cierto te digo que hoy, en esta noche, antes que el gallo haya cantado dos veces, tú me negarás tres veces.
14.31   Pero él le decía con mayor insistencia: -Aunque me sea necesario morir contigo, jamás te negaré. También todos decían lo mismo.
22.33   Él le dijo: -Señor, estoy listo para ir contigo aun a la cárcel y a la muerte.
22.34   Pero él dijo: -Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes de que tú hayas negado tres veces que me conoces.
13.37b   (...) ¡Mi vida pondré por ti!
13.38   Jesús le respondió: -¿Tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces.
293- Bolsa, espada.


22.35   Y les dijo a ellos: -Cuando los envié sin bolsa, sin alforja y sin calzado, ¿les faltó algo? Ellos dijeron: -Nada.
22.36   Entonces les dijo: -Pues ahora, el que tiene bolsa, tómela; y también la alforja. Y el que no tiene espada, venda su manto y compre una.
22.37   Porque les digo que es necesario que se cumpla en mí aquello que está escrito: Y fue contado con los malhechores. Porque lo que está escrito de mí tiene cumplimiento.
22.38   Entonces ellos dijeron: -Señor, he aquí dos espadas. Y él dijo: -Basta.

294- El camino, la verdad. Ver al Padre (un otro sí mismo de Jesús). El Consolador, el Espíritu Santo. El Padre mayor que el Hijo.




14.1    »No se turbe el corazón de ustedes. Creen en Dios; crean también en mí.


14.2    En la casa de mi Padre muchas moradas hay. De otra manera, se los hubiera dicho. Voy, pues, a preparar lugar para ustedes.
14.3    Y si voy y les preparo lugar, vendré otra vez y los tomaré conmigo para que donde yo esté ustedes también estén.
14.4    Y saben a dónde voy, y saben el camino.
14.5    Le dijo Tomás: -Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo podemos saber el camino?
14.6    Jesús le dijo: -Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.
14.7    Si me han conocido a mí, también conocerán a mi Padre; y desde ahora lo conocen y lo han visto.
14.8    Le dijo Felipe: -Señor, muéstranos el Padre y nos basta.
14.9    Jesús le dijo: -Tanto tiempo he estado con ustedes, Felipe, ¿y no me has conocido? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Cómo, pues, dices tú: “Muéstranos el Padre”?
14.10   ¿No crees que yo soy en el Padre y el Padre en mí? Las palabras que yo les hablo, no las hablo de mí mismo sino que el Padre que mora en mí hace sus obras.
14.11   Créanme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, crean por las mismas obras.
14.12   »De cierto, de cierto les digo que el que cree en mí, él también hará las obras que yo hago. Y mayores que estas hará, porque yo voy al Padre.
14.13   Y todo lo que pidan en mi nombre, eso haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
14.14   Si me piden alguna cosa en mi nombre, yo la haré.
14.15   »Si me aman, guardarán mis mandamientos.
14.16   Y yo rogaré al Padre y les dará otro Consolador para que esté con ustedes para siempre.
14.17   Este es el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir porque no lo ve ni lo conoce. Ustedes lo conocen, porque permanece con ustedes y está en ustedes.
14.18   No los dejaré huérfanos; volveré a ustedes.
14.19   Todavía un poquito y el mundo no me verá más; pero ustedes me verán. Porque yo vivo, también ustedes vivirán.
14.20   En aquel día ustedes conocerán que yo soy en mi Padre, y ustedes en mí, y yo en ustedes.
14.21   El que tiene mis mandamientos y los guarda, él es quien me ama. Y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él.
14.22   Le dijo Judas, no el Iscariote: -Señor, ¿cómo es que te has de manifestar a nosotros y no al mundo?
14.23   Respondió Jesús y le dijo: -Si alguno me ama, mi palabra guardará. Y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos nuestra morada con él.
14.24   El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que escuchan no es mía sino del Padre que me envió.
14.25   »Estas cosas les he hablado mientras todavía estoy con ustedes.
14.26   Pero el Consolador, el Espíritu Santo que el Padre enviará en mi nombre, él les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que yo les he dicho.
14.27   »La paz les dejo, mi paz les doy. No como el mundo la da yo se la doy a ustedes. No se turbe su corazón ni tenga miedo.
14.28   Oyeron que yo les dije: “Voy y vuelvo a ustedes”. Si me amaran se gozarían de que voy al Padre, porque el Padre es mayor que yo.
14.29   »Ahora se lo he dicho antes que suceda para que, cuando suceda, crean.
14.30   Ya no hablaré mucho con ustedes porque viene el príncipe de este mundo y él no tiene nada en mí.




14.31a   Pero para que el mundo conozca que yo amo al Padre y como el Padre me mandó, así hago. (...)
295- Van al monte de los Olivos.


22.39   Después de salir, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también lo siguieron.
14.31b   (...) »Levántense. ¡Vámonos de aquí!
296- La vid y las ramas. Amar unos a otros. Mis amigos, si...




15.1    “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.


15.2    Toda rama que en mí no está llevando fruto, la quita; y toda rama que está llevando fruto, la limpia para que lleve más fruto.
15.3    Ya ustedes están limpios por la palabra que les he hablado.
15.4    “Permanezcan en mí, y yo en ustedes. Como la rama no puede llevar fruto por sí sola si no permanece en la vid, así tampoco ustedes si no permanecen en mí.
15.5    Yo soy la vid, ustedes las ramas. El que permanece en mí y yo en él, este lleva mucho fruto. Pero separados de mí nada pueden hacer.
15.6    Si alguien no permanece en mí, es echado fuera como rama y se seca. Y las recogen y las echan en el fuego, y son quemadas.
15.7    “Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y les será hecho.
15.8    En esto es glorificado mi Padre: en que lleven mucho fruto y sean mis discípulos.
15.9    Como el Padre me amó, también yo los he amado; permanezcan en mi amor.
15.10   Si guardan mis mandamientos permanecerán en mi amor; como yo también he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
15.11   “Estas cosas les he hablado para que mi gozo esté en ustedes y su gozo sea completo.
15.12   Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado.
15.13   Nadie tiene mayor amor que este: que uno ponga su vida por sus amigos.
15.14   Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando.
15.15   Ya no los llamo más siervos porque el siervo no sabe lo que hace su señor. Pero los he llamado amigos porque les he dado a conocer todas las cosas que oí de mi Padre.
15.16   “Ustedes no me eligieron a mí; más bien, yo los elegí a ustedes y les he puesto para que vayan y lleven fruto, y para que su fruto permanezca a fin de que todo lo que pidan al Padre en mi nombre él se lo dé.
15.17   Esto les mando: que se amen unos a otros.
15.18   “Si el mundo los aborrece, sepan que a mí me ha aborrecido antes que a ustedes.
15.19   Si fueran del mundo, el mundo amaría lo suyo. Pero ya no son del mundo sino que yo los elegí del mundo; por eso el mundo los aborrece.
15.20   Acuérdense de la palabra que yo les he dicho: ‘El siervo no es mayor que su señor’. Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán. Si han guardado mi palabra, también guardarán la de ustedes.
15.21   Pero todo esto les harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió.
15.22   Si yo no hubiera venido ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado.
15.23   El que me aborrece, también aborrece a mi Padre.
15.24   Si yo no hubiera hecho entre ellos obras como ningún otro ha hecho, no tendrían pecado. Y ahora las han visto, y también han aborrecido tanto a mí como a mi Padre.
15.25   Pero esto sucedió para cumplir la palabra que está escrita en la ley de ellos: Sin causa me aborrecieron.
15.26   “Pero cuando venga el Consolador, el Espíritu de verdad que yo les enviaré de parte del Padre, el cual procede del Padre, él dará testimonio de mí.




15.27   Además, ustedes también testificarán porque han estado conmigo desde el principio.
297- Pecado, justicia y juicio. El Espíritu guiará en la verdad. Pedir. Tribulaciones, coraje.




16.1    “Les he dicho esto para que no se escandalicen.


16.2    Los expulsarán de las sinagogas, y aun viene la hora cuando cualquiera que los mate pensará que rinde servicio a Dios.
16.3    Esto harán porque no conocen ni al Padre ni a mí.
16.4    Sin embargo, les he dicho estas cosas para que, cuando venga su hora, se acuerden de ellas, que yo se las dije. “Sin embargo, no les dije esto al principio porque yo estaba con ustedes.
16.5    Pero ahora voy al que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta: ‘¿A dónde vas?’.
16.6    Más bien, porque les he dicho esto, su corazón se ha llenado de tristeza.
16.7    Pero yo les digo la verdad: Les conviene que yo me vaya; porque si no me voy el Consolador no vendrá a ustedes. Y si yo voy, se lo enviaré.
16.8    “Cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.
16.9    En cuanto a pecado, porque no creen en mí;
16.10   en cuanto a justicia, porque me voy al Padre y no me verán más;
16.11   y en cuanto a juicio, porque el príncipe de este mundo ha sido juzgado.
16.12   “Todavía tengo que decirles muchas cosas, pero ahora no las pueden sobrellevar.
16.13   Y cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad pues no hablará por sí solo sino que hablará todo lo que oiga y les hará saber las cosas que han de venir.
16.14   Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y les hará saber.
16.15   Todo lo que tiene el Padre es mío. Por esta razón dije que recibirá de lo mío y se lo hará saber.
16.16   “Un poquito, y no me verán; de nuevo un poquito, y me verán”.
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16.17   Entonces algunos de sus discípulos se dijeron unos a otros: -¿Qué significa esto que nos dice: “Un poquito, y no me verán; de nuevo un poquito, y me verán” y “porque voy al Padre”?
16.18   -Decían, pues-: ¿Qué significa esto que dice: “un poquito”? No entendemos lo que está diciendo.
16.19   Jesús comprendió que le querían preguntar y les dijo: -¿Preguntan entre ustedes de esto que dije: “Un poquito, y no me verán; y de nuevo un poquito, y me verán”?
16.20   De cierto, de cierto les digo que ustedes llorarán y lamentarán pero el mundo se alegrará. Ustedes tendrán angustia, pero su angustia se convertirá en gozo.
16.21   La mujer, cuando da a luz, tiene angustia porque ha llegado su hora. Pero después que ha dado a luz un niño ya no se acuerda del dolor por el gozo de que ha nacido un hombre en el mundo.
16.22   También ustedes, por cierto, tienen angustia ahora pero yo los veré otra vez. Se gozará mucho su corazón, y nadie les quitará su gozo.
16.23   En aquel día no me preguntarán nada. De cierto, de cierto les digo que todo cuanto pidan al Padre en mi nombre, él se lo dará.
16.24   Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán, para que su gozo sea completo.
16.25   »Les he hablado de estas cosas en figuras; pero viene la hora cuando ya no les hablaré más en figuras sino claramente les anunciaré acerca del Padre.
16.26   En aquel día pedirán en mi nombre, y no les digo que yo rogaré al Padre por ustedes
16.27   pues el Padre mismo los ama, porque ustedes me han amado y han creído que yo he salido de la presencia de Dios.
16.28   Yo salí de la presencia del Padre y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo y voy al Padre.
16.29   Le dijeron sus discípulos: -He aquí, ahora hablas claramente y no hablas en ninguna figura.
16.30   Ahora entendemos que sabes todas las cosas y no necesitas que nadie te pregunte. En esto creemos que has salido de Dios.
16.31   Jesús les respondió: -¿Ahora creen?
16.32   He aquí la hora viene, y ha llegado ya, en que serán esparcidos cada uno por su lado y me dejarán solo. Pero no estoy solo porque el Padre está conmigo.




16.33   Les he hablado de estas cosas para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción, pero ¡tengan valor; yo he vencido al mundo!
298- Jesús ora al Padre. « He manifestado tu nombre ».
(Otro mismo: "Lucas 10:22"; "Juan 14:7-9"; "1 Juan 5:20-21"; "Mateo 28:19"; "Hechos 2:38").





17.1    Jesús habló de estas cosas y, levantando los ojos al cielo, dijo: “Padre, la hora ha llegado. Glorifica a tu Hijo para que el Hijo te glorifique a ti,


17.2    así como le diste autoridad sobre todo hombre para que dé vida eterna a todos los que le has dado.
17.3    Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien tú has enviado.
17.4    Yo te he glorificado en la tierra, habiendo acabado la obra que me has dado que hiciera.
17.5    Ahora pues, Padre, glorifícame tú en tu misma presencia con la gloria que yo tenía en tu presencia antes que existiera el mundo.
17.6    “He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste. Tuyos eran, y me los diste; y han guardado tu palabra.
17.7    Ahora han conocido que todo lo que me has dado procede de ti
17.8    porque les he dado las palabras que me diste, y ellos las recibieron y conocieron verdaderamente que provengo de ti, y creyeron que tú me enviaste.
17.9    “Yo ruego por ellos. No ruego por el mundo sino por los que me has dado; porque tuyos son.
17.10   Todo lo mío es tuyo, y todo lo tuyo es mío; y he sido glorificado en ellos.
17.11   Ya no estoy más en el mundo pero ellos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, guárdalos en tu nombre que me has dado, para que sean uno así como nosotros lo somos.
17.12   Cuando yo estaba con ellos, yo los guardaba en tu nombre que me has dado. Y los cuidé, y ninguno de ellos se perdió excepto el hijo de perdición para que se cumpliera la Escritura.
17.13   Pero ahora voy a ti y hablo esto en el mundo para que tengan mi gozo completo en sí mismos.
17.14   “Yo les he dado tu palabra, y el mundo los aborreció porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
17.15   No ruego que los quites del mundo sino que los guardes del maligno.
17.16   No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
17.17   Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad.
17.18   Así como tú me enviaste al mundo, también yo los he enviado al mundo.
17.19   Por ellos yo me santifico a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad.
17.20   “Pero no ruego solamente por estos sino también por los que han de creer en mí por medio de la palabra de ellos;
17.21   para que todos sean uno así como tú, oh Padre, en mí y yo en ti, que también ellos lo sean en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.
17.22   Yo les he dado la gloria que tú me has dado para que sean uno, así como también nosotros somos uno.
17.23   Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente unidos; para que el mundo conozca que tú me has enviado, y que los has amado como también a mí me has amado.
17.24   “Padre, quiero que donde yo esté, también estén conmigo aquellos que me has dado para que vean mi gloria que me has dado, porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.
17.25   Padre justo, el mundo no te ha conocido pero yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste.




17.26   Yo les he dado a conocer tu nombre y se lo daré a conocer todavía, para que el amor con que me has amado esté en ellos, y yo en ellos”.
299- En el huerto de Getsemaní (al otro lado del Cedrón), ubicado al pie del monte de los Olivos. Jesús tiene miedo y ora.
26.36   Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a los discípulos: -Siéntense aquí, hasta que yo vaya allá y ore.
26.37   Tomó consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, y comenzó a entristecerse y a angustiarse.
26.38   Entonces les dijo: -Mi alma está muy triste, hasta la muerte. Quédense aquí y velen conmigo.
26.39   Pasando un poco más adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: -Padre mío, de ser posible, pase de mí esta copa. Pero, no sea como yo quiero, sino como tú.
26.40   Volvió a sus discípulos y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: -¿Así que no han podido velar ni una sola hora conmigo?
26.41   Velen y oren, para que no entren en tentación. El espíritu, a la verdad, está dispuesto; pero la carne es débil.
26.42   Por segunda vez se apartó y oró diciendo: -Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.
26.43   Cuando volvió otra vez, los halló durmiendo porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño.
26.44   Dejándolos, se apartó de nuevo y oró por tercera vez, repitiendo las mismas palabras.
26.45   Entonces volvió a sus discípulos y les dijo: -¿Todavía están durmiendo y descansando? He aquí la hora está cerca, y el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de pecadores.
26.46   ¡Levántense, vamos! He aquí está cerca el que me entrega.
14.32   Llegaron al lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: -Siéntense aquí mientras yo oro.
14.33   Tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse.
14.34   Y les dijo: -Mi alma está muy triste, hasta la muerte. Quédense aquí y velen.
14.35   Pasando un poco adelante, se postraba en tierra y oraba que de ser posible, pasase de él aquella hora.
14.36   Decía: -¡Abba, Padre, todo es posible para ti! ¡Aparta de mí esta copa! Pero no lo que yo quiero, sino lo que tú quieres.
14.37   Volvió y los halló durmiendo, y le dijo a Pedro: -Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una sola hora?
14.38   Velen y oren, para que no entren en tentación. El espíritu, a la verdad, está dispuesto pero la carne es débil.
14.39   De nuevo se apartó y oró diciendo las mismas palabras.
14.40   Cuando vino otra vez, los halló durmiendo porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño. Y no sabían qué responderle.
14.41   Volvió por tercera vez y les dijo: -¿Todavía están durmiendo y descansando? Basta ya. La hora ha venido. He aquí, el Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores.
14.42   ¡Levántense, vamos! He aquí, está cerca el que me entrega.
22.40   Cuando llegó al lugar, les dijo: -Oren que no entren en tentación.
22.41   Y él se apartó de ellos a una distancia considerable y, puesto de rodillas, oraba
22.42   diciendo: -Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad sino la tuya.
22.43   [Entonces le apareció un ángel del cielo para fortalecerle.
22.44   Y angustiado, oraba con mayor intensidad, de modo que su sudor era como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra].
22.45   Cuando se levantó de orar y volvió a sus discípulos, los halló dormidos por causa de la tristeza.
22.46   Y les dijo: -¿Por qué duermen? Levántense y oren para que no entren en tentación.
18.1    Habiendo dicho estas cosas, Jesús salió con sus discípulos para el otro lado del arroyo de Quedrón donde había un huerto en el cual entró Jesús con sus discípulos.
300- Judas entrega a Jesús para que sea arrestado.
26.47   Mientras él aún hablaba, vino Judas, que era uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo.
26.48   El que le entregaba les había dado señal diciendo: “Al que yo bese, ese es. Préndanle”.
26.49   De inmediato se acercó a Jesús y dijo: -¡Te saludo, Rabí! Y lo besó.
26.50   Pero Jesús le dijo: - Amigo, haz lo que viniste a hacer. Entonces ellos se acercaron, echaron mano a Jesús y le prendieron.
26.51   Y he aquí uno de los que estaban con Jesús extendió su mano, sacó su espada y, golpeando a un siervo del sumo sacerdote, le cortó la oreja.
26.52   Entonces Jesús le dijo: -Vuelve tu espada a su lugar, porque todos los que toman espada, a espada perecerán.
26.53   ¿O piensas que no puedo invocar a mi Padre y que él no me daría ahora mismo más de doce legiones de ángeles?
26.54   Entonces, ¿cómo se cumplirían las Escrituras de que es necesario que suceda de esta manera?
26.55   En ese momento Jesús dijo a la multitud: -¿Como contra un asaltante han salido con espadas y palos para prenderme? Cada día me sentaba enseñando en el templo, y no me prendieron.
26.56   Pero todo esto ha ocurrido para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos los discípulos le abandonaron y huyeron.
14.43   En seguida, mientras él aún hablaba, llegó Judas, uno de los doce, y con él una multitud con espadas y palos de parte de los principales sacerdotes, de los escribas y de los ancianos.
14.44   El que lo entregaba les había dado señal diciendo: “Al que yo bese, ese es. Préndanlo y llévenlo con seguridad”.
14.45   Cuando llegó, de inmediato se acercó a él y dijo: -¡Rabí! Y le besó.
14.46   Entonces ellos le echaron mano y lo prendieron;
14.47   pero uno de los que estaban allí, sacando su espada, hirió al siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja.
14.48   Jesús respondió y les dijo: -¿Como contra un asaltante han salido con espadas y palos para prenderme?
14.49   Cada día yo estaba delante de ustedes enseñando en el templo, y no me prendieron. Pero así es, para que se cumplan las Escrituras.
14.50   Entonces todos los suyos lo abandonaron y huyeron.
14.51   Pero cierto joven, habiendo cubierto su cuerpo desnudo con una sábana, lo seguía; y lo prendieron.
14.52   Pero él, dejando la sábana, huyó desnudo.
22.47   Mientras él aún hablaba, he aquí vino una multitud. El que se llamaba Judas, uno de los doce, venía delante de ellos y se acercó a Jesús para besarle.
22.48   Entonces Jesús le dijo: -Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?
22.49   Al ver los que estaban con él lo que había de ocurrir, le dijeron: -Señor, ¿heriremos a espada?
22.50   Y uno de ellos hirió a un siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha.
22.51   Entonces respondiendo Jesús, dijo: -¡Basta de esto! Y tocando su oreja, lo sanó.
22.52   Entonces Jesús dijo a los principales sacerdotes, a los magistrados del templo y a los ancianos que habían venido contra él: -¿Como contra un asaltante han salido con espadas y palos?
22.53   Habiendo estado con ustedes cada día en el templo, no extendieron la mano contra mí. Pero esta es la hora de ustedes y la del poder de las tinieblas.
18.2    También Judas, el que lo entregaba, conocía aquel lugar porque Jesús solía reunirse allí con sus discípulos.
18.3    Entonces Judas, tomando una compañía de soldados romanos y guardias de los principales sacerdotes y de los fariseos, fue allí con antorchas, lámparas y armas.
18.4    Pero Jesús, sabiendo todas las cosas que le habían de acontecer, se adelantó y les dijo: -¿A quién buscan?
18.5    Le contestaron: -A Jesús de Nazaret. Les dijo Jesús: -Yo Soy. Estaba también con ellos Judas, el que lo entregaba.
18.6    Cuando les dijo, “Yo Soy”, volvieron atrás y cayeron a tierra.
18.7    Les preguntó, pues, de nuevo: -¿A quién buscan? Ellos dijeron: -A Jesús de Nazaret.
18.8    Jesús respondió: -Les dije que Yo Soy. Pues si a mí me buscan, dejen ir a estos.
18.9    Esto hizo para que se cumpliera la palabra que él dijo: “De los que me diste, ninguno de ellos perdí”.
18.10   Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la sacó, hirió al siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco.
18.11   Entonces Jesús dijo a Pedro: -Mete tu espada en la vaina. ¿No he de beber la copa que el Padre me ha dado?
301- Jesús es llevado ante Anás para un interrogatorio. Pedro sigue; se le hace entrar.
Anás y Caifás vivirían por separado en el mismo palacio ("Juan. 18.18, 25") teniendo el mismo patio, y ambos son llamados sumos sacerdotes ( "Lucas. 3.2", "Hechos 4.6").
26.57   Los que habían prendido a Jesús lo llevaron ante Caifás, el sumo sacerdote, donde los escribas y los ancianos se habían reunido. {lit. en griego: "fueron reunidos"}.
14.53   Llevaron a Jesús ante el sumo sacerdote; y se reunieron {lit. en griego, ‹indicativo presente, medio o pasivo›: "se reúnen"} [con él] todos los principales sacerdotes, los ancianos y los escribas.
22.54a      Lo prendieron, lo llevaron y le hicieron entrar en la casa del sumo sacerdote. (...)
18.12   Entonces la compañía de soldados, el comandante y los guardias de los judíos prendieron a Jesús y lo ataron.
18.13   Luego lo llevaron primero ante Anás (porque era el suegro de Caifás, el sumo sacerdote de aquel año.
18.14   Caifás era el que había dado consejo a los judíos de que convenía que un hombre muriera por el pueblo).
26.58a    Y Pedro le seguía de lejos hasta el patio de la casa del sumo sacerdote. (...)
14.54a   Y Pedro le siguió de lejos (...)
22.54b   (...) Y Pedro lo seguía de lejos.
18.15   Simón Pedro y otro discípulo seguían a Jesús. Este discípulo era conocido del sumo sacerdote y entró con Jesús al patio del sumo sacerdote
18.16a   pero Pedro se quedó fuera, a la puerta. Y salió el otro discípulo que era conocido del sumo sacerdote, habló a la portera (...)
26.58b   (...) Habiéndose metido adentro, estaba sentado con los guardias para ver cómo terminaba aquello.
14.54b   (...) hasta dentro del patio del sumo sacerdote, y estaba sentado con los guardias y se calentaba ante el fuego.
22.55   Cuando encendieron fuego en medio del patio y se sentaron alrededor, Pedro también se sentó entre ellos.
18.16b   (...) y llevó a Pedro adentro.
18.18   Y los siervos y los guardias estaban de pie pues habían encendido unas brasas, porque hacía frío y se calentaban. Pedro también estaba de pie con ellos, calentándose.
302- Pedro niega a Jesús por primera vez (Jesús estaba en casa de Anás).
26.69a     Pedro estaba sentado afuera en el patio, (...)
14.66a      Estando Pedro abajo en el patio, (...)


26.69b   (...) y se le acercó una criada (...)
14.66b   (...) vino una de las criadas del sumo sacerdote.
14.67a   Cuando vio a Pedro calentándose, (...)
22.56a   Entonces una criada, al verlo sentado junto a la lumbre, (...)
18.17a   Entonces la criada portera (...)

14.67b   (...) se fijó en él (...)
22.56b   (...) lo miró fijamente (...)

26.69c   (...) diciendo: -¡Tú también estabas con Jesús el galileo!
14.67c   (...) y le dijo: -¡Tú también estabas con Jesús de Nazaret!

18.17b   (...) dijo a Pedro: -¿Tú no serás también de los discípulos de ese hombre? (...)


22.56c   (...) y dijo: -¡Este estaba con él!

26.70   Pero él lo negó delante de todos diciendo: -No sé lo que dices.
14.68a   Pero él negó diciendo: -No lo conozco, ni sé lo que dices. (...)
22.57   Pero él negó diciendo: -Mujer, no lo conozco.
18.17c   (...) Él dijo: -No lo soy.



18.18   Y los siervos y los guardias estaban de pie pues habían encendido unas brasas, porque hacía frío y se calentaban. Pedro también estaba de pie con ellos, calentándose.
303- Anás (también llamado sumo sacerdote: "Lucas 3.2", "Hechos 4.6") pregunta a Jesús (versículos 13 y 19).



18.19   El sumo sacerdote {lit. en griego: "pues"} preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina.
18.20   Jesús le respondió: -Yo he hablado abiertamente al mundo. Siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos. Nada he hablado en secreto.
18.21   ¿Por qué me preguntas a mí? Pregúntales a los que han oído lo que yo les he hablado. He aquí, ellos saben lo que yo dije.
18.22   Cuando dijo esto, uno de los guardias que estaba allí le dio una bofetada a Jesús diciéndole: -¿Así respondes al sumo sacerdote?
18.23   Jesús le contestó: -Si he hablado mal, da testimonio del mal; pero si bien, ¿por qué me golpeas?
304- Anás envía a Jesús a Caifás (versículo 24) que viviría separado en el mismo palacio que él (versículos 18 y 25), porque Pedro continúa calentándose en el mismo lugar (versículos 18 y 25a).



18.24   Entonces Anás lo envió atado a Caifás, el sumo sacerdote.
305- Pedro niega a Jesús por 2ª vez (Jesús estaba delante Caifás). Muchos han hablado.



18.25a   Estaba, pues, Pedro de pie calentándose, (...)

14.68b   (...) Y salió afuera a la entrada, y el gallo cantó.


26.71   Pero cuando él salió a la puerta, otra criada le vio y dijo a los que estaban allí: -Este estaba con Jesús de Nazaret.




14.69   Cuando la criada lo vio, comenzó otra vez a decir a los que estaban allí: -Este es uno de ellos.




22.58a    Un poco después, al verlo otro, (...)



22.58b   (...) le dijo: -¡Tú también eres de ellos! (...)
18.25b   (...) y le dijeron: -¿Tú no serás también de sus discípulos? (...)
26.72   Y otra vez negó con juramento: -Yo no conozco al hombre.
14.70a   Pero él negó otra vez. (...)
22.58c   (...) Y Pedro dijo: -Hombre, no lo soy.
18.25c   (...) Él negó y dijo: -No lo soy.
306- Poco después, Pedro niega a Jesús por tercera vez y el gallo canta (esto sería 1 hora después de que Pedro entró en el patio). Muchos han hablado.
26.73a   Y poco después (...)
14.70b   Poco después, (...)
22.59a   Como una hora después, (...)

26.73b   (...) se acercaron los que estaban por allí y dijeron a Pedro: -Verdaderamente, tú también eres de ellos, porque aun tu modo de hablar te descubre.
14.70c   (...) los que estaban allí decían otra vez a Pedro: -Verdaderamente tú eres uno de ellos, porque eres galileo.
22.59b   (...) otro insistía diciendo: -Verdaderamente, también este estaba con él porque es galileo.




18.26   Uno de los siervos del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro le había cortado la oreja, le dijo: -¿No te vi yo en el huerto con él?
26.74   Entonces comenzó a maldecir y a jurar: -¡No conozco al hombre! En seguida cantó el gallo,
14.71   Pero él comenzó a maldecir y a jurar: -¡No conozco a este hombre de quien hablan!
14.72a   Y en seguida cantó el gallo por segunda vez; (...)
22.60   Y Pedro dijo: -¡Hombre, no sé lo que dices! Y de inmediato, estando él aún hablando, el gallo cantó.
18.27   Pedro negó otra vez, y en seguida cantó el gallo.
26.75   y Pedro se acordó de la palabra de Jesús que le había dicho: “Antes que cante el gallo, tú me negarás tres veces”. Y saliendo fuera, lloró amargamente.
14.72b   (...) y Pedro se acordó de la palabra que Jesús le había dicho: “Antes que cante el gallo dos veces, me negarás tres veces”. Y pensando en esto, lloraba.
22.61   Entonces el Señor se volvió y miró a Pedro, y Pedro se acordó de la palabra del Señor como le había dicho: “Antes que el gallo cante hoy, me negarás tres veces”.
22.62   Y saliendo fuera, Pedro lloró amargamente.

307- Primera deliberación: Jesús en el Sanedrín. Testimonios falsos.
26.59   Los principales sacerdotes, los ancianos y todo el Sanedrín buscaban falso testimonio contra Jesús, para que le entregaran a muerte.
26.60   Pero no lo hallaron, a pesar de que se presentaron muchos testigos falsos. Por fin se presentaron dos
26.61   y dijeron: -Este dijo: “Puedo derribar el templo de Dios y edificarlo en tres días”.
26.62   Se levantó el sumo sacerdote y le dijo: -¿No respondes nada? ¿Qué testifican estos contra ti?
26.63   Pero Jesús callaba. Y el sumo sacerdote le dijo: -¡Te conjuro por el Dios viviente que nos digas si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios!
26.64   Jesús le dijo: -Tú lo has dicho. Además les digo: De aquí en adelante verán al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder y viniendo en las nubes del cielo.
26.65   Entonces el sumo sacerdote rasgó su vestidura diciendo: -¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo, ustedes han oído la blasfemia.
26.66   ¿Qué les parece? Y ellos respondiendo dijeron: -¡Es reo de muerte!
14.55   Los principales sacerdotes y todo el Sanedrín buscaban testimonio contra Jesús para entregarlo a muerte, pero no lo hallaban.
14.56   Porque muchos daban falso testimonio contra Jesús, pero sus testimonios no concordaban.
14.57   Entonces se levantaron unos y dieron falso testimonio contra él diciendo:
14.58   -Nosotros le oímos decir: “Yo derribaré este templo que ha sido hecho con manos, y en tres días edificaré otro hecho sin manos”.
14.59   Pero ni aun así concordaba el testimonio de ellos.
14.60   Entonces el sumo sacerdote se levantó en medio y le preguntó a Jesús diciendo: -¿No respondes nada? ¿Qué testifican estos contra ti?
14.61   Pero él callaba y no respondió nada. Otra vez el sumo sacerdote le preguntó y le dijo: -¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?
14.62   Jesús le dijo: -Yo soy. Y además, verán al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder y viniendo con las nubes del cielo.
14.63   Entonces el sumo sacerdote rasgó su vestidura y dijo: -¿Qué más necesidad tenemos de testigos?
14.64   Ustedes han oído la blasfemia. ¿Qué les parece? Y todos ellos lo condenaron como reo de muerte.


308- Los hombres se burlan de Jesús y lo golpean.
26.67   Entonces le escupieron en la cara y le dieron puñetazos, y otros le dieron bofetadas
26.68   diciendo: -¡ Profetízanos, Cristo! ¿Quién es el que te golpeó?
14.65   Algunos comenzaron a escupirle, a cubrirle la cara y a darle bofetadas diciendo: -¡Profetiza! También los guardias lo recibieron a bofetadas.
22.63   Los hombres que tenían bajo custodia a Jesús se burlaban de él y lo golpeaban.
22.64   Y cubriéndole le preguntaban diciendo: -¡Profetiza! ¿Quién es el que te golpeó?
22.65   Y le decían otras muchas cosas injuriándole.

309- Segunda deliberación (oficial de día): Jesús en el sanedrín para que reafirme quién es.
27.1    Al amanecer, todos los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo tomaron consejo contra Jesús para entregarle a muerte.
15.1a     Y luego, muy de mañana, cuando los principales sacerdotes ya habían consultado con los ancianos, con los escribas y con todo el Sanedrín, (...)
22.66   Cuando amaneció, se juntaron los ancianos del pueblo, los principales sacerdotes y los escribas, y lo llevaron al Sanedrín de ellos.
22.67   Y le dijeron: -Si tú eres el Cristo, ¡dínoslo! Pero él les dijo: -Si se lo dijera, no lo creerían.
22.68   Además, si yo les preguntara, no me responderían.
22.69   Pero, de ahora en adelante, el Hijo del Hombre estará sentado a la diestra del poder de Dios.
22.70   Le dijeron todos: -Entonces, ¿eres tú Hijo de Dios? Y él les dijo: -Ustedes dicen que Yo Soy.
22.71   Entonces ellos dijeron: -¿Qué más necesidad tenemos de testimonio? Porque nosotros mismos lo hemos oído de su boca.

310- Jesús llevado atado ante Pilato por la mañana.
27.2    Y después de atarlo, lo llevaron y lo entregaron al procurador Pilato.
15.1b   (...) después de atar a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato.
23.1    Entonces, levantándose toda la multitud de ellos, lo llevaron a Pilato.
18.28a     Llevaron a Jesús de Caifás al Pretorio. Era al amanecer. (...)
311- Remordimiento y suicidio de Judas. 30 monedas de plata.
27.3    Entonces Judas, el que le había entregado, al ver que era condenado, sintió remordimiento y devolvió las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos,
27.4    diciendo: -Yo he pecado entregando sangre inocente. Pero ellos dijeron: -¿Qué nos importa a nosotros? ¡Es asunto tuyo!
27.5    Entonces él, arrojando las piezas de plata dentro del santuario, se apartó, se fue y se ahorcó.
27.6    Los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: -No es lícito ponerlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre.
27.7    Y habiendo tomado acuerdo, compraron con ellas el campo del Alfarero, para sepultura de los extranjeros.
27.8    Por eso aquel campo se llama Campo de Sangre hasta el día de hoy.
27.9    Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Y tomaron las treinta piezas de plata, precio del apreciado, según el precio fijado por los hijos de Israel;
27.10   y las dieron para el campo del Alfarero, como me ordenó el Señor.



312- Jesús interrogado por el gobernador romano Pilato.



18.28b   (...) Pero ellos no entraron al Pretorio para no contaminarse y para así poder comer la Pascua.
18.29   Por tanto, Pilato salió a ellos y dijo: -¿Qué acusación traen contra este hombre?
18.30   Le respondieron y dijeron: -Si este no fuera malhechor no te lo habríamos entregado.
18.31   Entonces Pilato les dijo: -Tómenlo ustedes y júzguenlo según su ley. Los judíos le dijeron: -A nosotros no nos es lícito dar muerte a nadie.
18.32   Así sucedió para que se cumpliera la palabra de Jesús que dijo señalando con qué clase de muerte había de morir.


23.2    Y comenzaron a acusarlo diciendo: -Hemos hallado a este que agita a nuestra nación, prohíbe dar tributo al César y dice que él es el Cristo, un rey.

27.11a    Jesús estuvo de pie en presencia del procurador, (...)


18.33a   Entonces Pilato entró otra vez al Pretorio, llamó a Jesús (...)
27.11b   (...) y el procurador le preguntó diciendo: -¿Eres tú el rey de los judíos? Jesús le dijo: -Tú lo dices.
27.12   Y siendo acusado por los principales sacerdotes y por los ancianos, no respondió nada.
27.13   Entonces Pilato le dijo: -¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti?
27.14   Él no le respondió ni una palabra, de manera que el procurador se maravillaba mucho.
15.2    Y Pilato le preguntó: -¿Eres tú el rey de los judíos? Y respondiendo le dijo: -Tú lo dices.
15.3    Los principales sacerdotes le acusaban de muchas cosas.
15.4    Pero Pilato le preguntaba de nuevo diciendo: -¿No respondes nada? Mira de cuántas cosas te acusan.
15.5    Pero Jesús, aun con eso, no respondió nada, de modo que Pilato se maravillaba.
23.3    Entonces Pilato le preguntó diciendo: -¿Eres tú el rey de los judíos? Respondiendo, le dijo: -Tú lo dices.
18.33b   (...) y le dijo: -¿Eres tú el rey de los judíos?
18.34   Jesús le respondió: -¿Preguntas tú esto por ti mismo o porque otros te lo han dicho de mí?
18.35   Pilato respondió: -¿Acaso soy yo judío? Tu propia nación y los principales sacerdotes te entregaron a mí. ¿Qué has hecho?
18.36   Contestó Jesús: -Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos. Ahora, pues, mi reino no es de aquí.
18.37   Entonces Pilato le dijo: -¿Así que tú eres rey? Jesús respondió: -Tú dices que soy rey. Para esto yo he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad oye mi voz.
18.38a   Le dijo Pilato: -¿Qué es la verdad? (...)


23.4    Pilato dijo a los principales sacerdotes y a la multitud: -No hallo ningún delito en este hombre.
18.38b   (...) Habiendo dicho esto, salió de nuevo a los judíos y les dijo: -Yo no hallo ningún delito en él.
313- Pilato envía a Jesús a Herodes y viceversa.


23.5    Pero ellos insistían diciendo: -Alborota al pueblo enseñando por toda Judea, comenzando desde Galilea hasta aquí.
23.6    Entonces Pilato, al oírlo, preguntó si el hombre era galileo.
23.7    Y al saber que era de la jurisdicción de Herodes lo remitió a Herodes, quien también estaba en Jerusalén en aquellos días.
23.8    Herodes, viendo a Jesús, se alegró mucho porque hacía mucho tiempo que deseaba verle, pues había oído muchas cosas de él y tenía esperanzas de que lo vería hacer algún milagro.
23.9    Herodes le preguntaba con muchas palabras, pero Jesús no le respondió nada.
23.10   Estaban allí los principales sacerdotes y los escribas, acusándolo con vehemencia.
23.11   Pero Herodes y su corte, después de menospreciarlo y burlarse de él, lo vistieron con ropa espléndida. Y volvió a enviarlo a Pilato.
23.12   Aquel mismo día se hicieron amigos Pilato y Herodes porque antes habían estado enemistados.

314- Pilato hace elegir entre Jesús y Barrabás. [+]


23.13   Entonces Pilato convocó a los principales sacerdotes, a los magistrados y al pueblo,
23.14   y les dijo: -Me han presentado a este como persona que desvía al pueblo. He aquí, yo lo he interrogado delante de ustedes y no he hallado ningún delito en este hombre de todo aquello que lo acusan.
23.15   Tampoco Herodes, porque él nos lo remitió; y he aquí no ha hecho ninguna cosa digna de muerte.
23.16   Así que lo soltaré después de castigarle.

27.15   En la fiesta, el procurador acostumbraba soltar al pueblo un preso, el que quisieran.
27.16   Tenían en aquel entonces un preso famoso que se llamaba Barrabás.
15.6    En la fiesta Pilato solía soltarles un preso, el que pidieran.
15.7    Y había uno que se llamaba Barrabás, preso con los rebeldes que habían cometido homicidio en la insurrección.
15.8    La multitud se levantó y comenzó a pedir que les hiciera como acostumbraba.
23.17   [Algunos manuscritos antiguos incluyen: "Pues tenía necesidad de soltarles uno en cada fiesta;" {texto similar a "Mateo 27.15" y "Marcos 15.6".}]


27.17   Estando ellos reunidos, Pilato les dijo: -¿A cuál quieren que les suelte? ¿A Barrabás o a Jesús, llamado el Cristo?
27.18   Porque sabía que por envidia lo habían entregado.
27.19   Mientras él estaba sentado en el tribunal, su esposa le mandó a decir: “No tengas nada que ver con ese justo, porque hoy he sufrido muchas cosas en sueños por causa de él”.
27.20   Entonces los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a las multitudes que pidieran a Barrabás y que dieran muerte a Jesús.
15.9    Entonces Pilato les respondió diciendo: -¿Quieren que les suelte al rey de los judíos?
15.10   Porque sabía que por envidia lo habían entregado los principales sacerdotes.
15.11   Pero los principales sacerdotes incitaron a la multitud para que les soltara más bien a Barrabás.
23.18   Pero toda la multitud dio voces a una, diciendo: -¡Fuera con este! ¡Suéltanos a Barrabás!
23.19   Este había sido echado en la cárcel por sedición en la ciudad y por un homicidio.
18.39   Pero ustedes tienen la costumbre de que les suelte un preso en la Pascua. ¿Quieren, pues, que les suelte al rey de los judíos?
18.40   Entonces todos gritaron de nuevo diciendo: -¡No a este, sino a Barrabás! Y Barrabás era un asaltante.
27.21   Y respondiendo el procurador les dijo: -¿A cuál de los dos quieren que les suelte? Ellos dijeron: -¡A Barrabás!
27.22   Pilato les dijo: -¿Qué, pues, haré con Jesús, llamado el Cristo? Todos dijeron: -¡Sea crucificado!
15.12   De nuevo intervino Pilato y les decía: -¿Qué, pues, quieren que haga con el que llaman “el rey de los judíos”?
15.13   De nuevo gritaron: -¡Crucifícalo!
23.20   Entonces Pilato les habló otra vez queriendo soltar a Jesús.
23.21   Pero ellos volvieron a dar voces, diciendo: -¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!

27.23   Y el procurador les dijo: -Pues, ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más fuerte diciendo: -¡Sea crucificado!
15.14   Entonces Pilato les dijo: -Pues, ¿qué mal ha hecho? Pero lanzaron gritos aun más fuertes: -¡Crucifícalo!
23.22   Él les dijo por tercera vez: -¿Pues qué mal ha hecho este? Ningún delito de muerte he hallado en él. Lo castigaré entonces, y lo soltaré.
23.23   Pero ellos insistían a grandes voces pidiendo que fuera crucificado. Y sus voces prevalecieron.

27.24   Y cuando Pilato se dio cuenta de que no se lograba nada sino que solo se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante de la multitud diciendo: -¡Yo soy inocente de la sangre de este! ¡Será asunto de ustedes!
27.25   Respondió todo el pueblo y dijo: -¡Su sangre sea sobre nosotros y sobre nuestros hijos!



27.26a     Entonces les soltó a Barrabás (...)
15.15a    Entonces Pilato, queriendo satisfacer al pueblo, les soltó a Barrabás (...)
23.24   Entonces Pilato juzgó que se hiciera lo que ellos pedían.
23.25a   Les soltó a aquel que había sido echado en la cárcel por sedición y homicidio, a quien ellos habían pedido, (...)

315- Pilato manda azotar a Jesús. Corona de espinas, burla, etc.



19.1    Entonces Pilato tomó a Jesús y lo azotó.
27.26b   (...) y, después de haber azotado a Jesús, (...)
15.15b   (...) y entregó a Jesús, después de azotarle, (...)
23.16   (...) después de castigarle.

27.27   Entonces los soldados del procurador llevaron a Jesús al Pretorio y reunieron a toda la compañía alrededor de él.
27.28   Después de desnudarle, le echaron encima un manto de escarlata.
27.29   Habiendo entretejido una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha pusieron una caña. Se arrodillaron delante de él y se burlaron de él, diciendo: -¡Viva, rey de los judíos!
27.30   Y escupiendo en él, tomaron la caña y le golpeaban la cabeza.
27.31a   Cuando se hubieron burlado de él, (...)
15.16   Entonces los soldados lo llevaron dentro del atrio, que es el Pretorio, y convocaron a toda la compañía.
15.17   Lo vistieron de púrpura y, habiendo entretejido una corona de espinas, se la pusieron
15.18   y comenzaron a aclamarle: -¡Viva, rey de los judíos!
15.19   También le golpeaban la cabeza con una caña, le escupían y puestos de rodillas le rendían homenaje.
15.20a   Cuando se hubieron burlado de él, (...)

19.2    Los soldados entretejieron una corona de espinas y se la pusieron sobre la cabeza. Lo vistieron con un manto de púrpura,
19.3    y venían hacia él y le decían: -¡Viva el rey de los judíos! Y le daban bofetadas.



19.4    Pilato salió otra vez y les dijo: -He aquí, se lo traigo fuera para que sepan que no hallo ningún delito en él.
19.5    Entonces Jesús salió llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: -¡He aquí el hombre!
19.6    Cuando lo vieron los principales sacerdotes y los guardias, gritaron diciendo: -¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! Les dijo Pilato: -Tómenlo ustedes y crucifíquenlo porque yo no hallo ningún delito en él.
19.7    Los judíos le respondieron: -Nosotros tenemos una ley y, según nuestra ley, él debe morir porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios.
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19.8    Cuando Pilato oyó esta palabra, tuvo aún más miedo.
19.9    Entró en el Pretorio otra vez y le dijo a Jesús: -¿De dónde eres tú? Pero Jesús no le dio respuesta.
19.10   Entonces le dijo Pilato: -¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y tengo autoridad para crucificarte?
19.11   Respondió Jesús: -No tendrías ninguna autoridad contra mí si no te fuera dada de arriba. Por esto, el que me entregó a ti tiene mayor pecado.
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19.12   Desde entonces Pilato procuraba soltarle. Pero los judíos gritaron diciendo: -Si sueltas a este, no eres amigo del César. Todo aquel que se hace rey se opone al César.
19.13   Cuando Pilato oyó estas palabras, llevó a Jesús afuera y se sentó en el tribunal, en el lugar llamado El Enlosado, y en hebreo Gabata.
19.14   Era el día de la Preparación de la Pascua, y como el mediodía. Entonces dijo a los judíos: -He aquí su rey.
19.15   Pero ellos gritaron diciendo: -¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo! Pilato les dijo: -¿He de crucificar a su rey? Respondieron los principales sacerdotes: -¡No tenemos más rey que el César!
316- Jesús entregado y llevado para ser crucificado.
27.26c   (...) lo entregó para que fuera crucificado.
15.15c   (...) y entregó a Jesús, (...) para que fuera crucificado.
23.25b   (...) y entregó a Jesús a la voluntad de ellos.
19.16a     Y con esto, entonces, lo entregó a ellos para que fuera crucificado. (...)



19.16b   (...) Tomaron, pues, a Jesús,
27.31b   (...) le quitaron el manto, le pusieron sus propios vestidos (...)
15.20b   (...) le quitaron el manto de púrpura y le pusieron su propia ropa. (...)


27.31c   (...) y lo llevaron para crucificarle.
15.20c   (...) Entonces lo sacaron para crucificarle.

19.17a     y él salió (...)
317- Jesús llevado para ser matado. Simón de Cirene. Mujeres llorando.
27.32   Mientras salían, hallaron a un hombre de Cirene llamado Simón. A este lo obligaron a cargar la cruz de Jesús.
15.21   Obligaron a uno que pasaba viniendo del campo, a un cierto Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, a que cargara la cruz de Jesús.
23.26   Y ellos, al llevarle, tomaron a un tal Simón de Cirene, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús.



23.27   Lo seguía una gran multitud del pueblo y de mujeres, las cuales lloraban y se lamentaban por él.
23.28   Pero Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: -Hijas de Jerusalén, no lloren por mí sino lloren por ustedes mismas y por sus hijos.
23.29   Porque he aquí vendrán días en que dirán: “Bienaventuradas las estériles, los vientres que no concibieron y los pechos que no criaron”.
23.30   Entonces comenzarán a decir a las montañas: “¡Caigan sobre nosotros!” y a los montes: “¡Cúbrannos!”.
23.31   Porque si con el árbol verde hacen estas cosas, ¿qué se hará con el seco?
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23.32   Llevaban también a otros dos, que eran malhechores, para ser ejecutados con él.

318- Llegado al lugar de la Calavera llamado Gólgota.
27.33   Cuando llegaron al lugar que se llama Gólgota, que significa lugar de la Calavera,
15.22   Y lo llevaron al lugar llamado Gólgota, que traducido es lugar de la Calavera.
23.33a   Cuando llegaron al lugar que se llama de la Calavera, (...)
19.17b   (...) llevando su cruz hacia el lugar que se llama de la Calavera, y en hebreo Gólgota.
27.34   le dieron a beber vino mezclado con ajenjo; pero cuando lo probó, no lo quiso beber.
15.23   Le dieron vino mezclado con mirra, pero él no lo tomó.


319- Jesús clavado entre dos ladrones. Un letrero. [+]
27.38   Entonces crucificaron con él a dos ladrones, uno a la derecha y otro a la izquierda.
15.24a   Y lo crucificaron, (...)
15.25   Eran las nueve de la mañana cuando lo crucificaron.
15.27   Y con él crucificaron a dos ladrones, uno a su derecha y otro a su izquierda.
15.28   [Algunos manuscritos antiguos incluyen: 28. "Y se cumplió la Escritura que dice: Y fue contado con los inicuos;" {texto similar a "Mateo 27.38; Lucas 23.33; Isaías 53.12 (LXX)."}]
23.33b   (...) lo crucificaron allí, y a los malhechores: el uno a la derecha y el otro a la izquierda.
19.18   Allí lo crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús estaba en medio.
27.37   Pusieron sobre su cabeza su acusación escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS.
15.26   El título de su acusación estaba escrito: EL REY DE LOS JUDÍOS.
23.38   Había también sobre él un título escrito que decía: ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS.
19.19   Pilato escribió y puso sobre la cruz un letrero en el cual fue escrito: JESÚS DE NAZARET, REY DE LOS JUDÍOS.
19.20   Entonces muchos de los judíos leyeron este letrero, porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad y el letrero estaba escrito en hebreo, en latín y en griego.
19.21   Los principales sacerdotes de los judíos le decían a Pilato: -No escribas: “Rey de los judíos” sino: “Este dijo: ‘Soy rey de los judíos’”.
19.22   Pilato respondió: -Lo que he escrito, he escrito.
320- Muchos se burlan de Jesús.
27.35   Después de crucificarlo, repartieron sus vestidos, echando suertes.
27.36   Y sentados, le guardaban allí.
15.24b   (...) y repartieron sus vestidos echando suertes sobre ellos para ver qué se llevaría cada uno.
23.34   Y Jesús decía: -Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y partiendo sus vestidos, echaron suertes.
19.23   Cuando los soldados crucificaron a Jesús tomaron los vestidos de él e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Además, tomaron la túnica pero la túnica no tenía costura; era tejida entera de arriba abajo.
19.24   Por esto se dijeron uno al otro: -No la partamos; más bien echemos suertes sobre ella para ver de quién será. Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura que dice: Repartieron entre sí mis vestidos y sobre mi vestidura echaron suertes . Y así lo hicieron los soldados.
27.39   Los que pasaban lo insultaban, meneando sus cabezas
27.40   y diciendo: -Tú que derribas el templo y en tres días lo edificas, ¡sálvate a ti mismo, si eres Hijo de Dios, y desciende de la cruz!
27.41   De igual manera, aun los principales sacerdotes junto con los escribas y los ancianos se burlaban de él, y decían:
27.42   -A otros salvó; a sí mismo no se puede salvar. ¿Es rey de Israel? ¡Que descienda ahora de la cruz, y creeremos en él!
27.43   Ha confiado en Dios. Que lo libre ahora si lo quiere, porque dijo: “Soy Hijo de Dios”.
15.29   Y los que pasaban lo insultaban, meneando sus cabezas y diciendo: -¡Ah! Tú que derribas el templo y lo edificas en tres días,
15.30   ¡sálvate a ti mismo y desciende de la cruz!
15.31   De igual manera, burlándose de él entre ellos mismos, los principales sacerdotes junto con los escribas decían: -A otros salvó; a sí mismo no se puede salvar.
15.32a   ¡Que el Cristo, el rey de Israel, descienda ahora de la cruz para que veamos y creamos! (...)
23.35   El pueblo estaba de pie mirando, y aun los gobernantes se burlaban de él diciendo: -A otros salvó. Sálvese a sí mismo, si es el Cristo, el escogido de Dios.
23.36   También los soldados lo escarnecían, acercándose, ofreciéndole vinagre
23.37   y diciéndole: -Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.

321- Los 2 ladrones insultan a Jesús, luego uno se arrepiente.
27.44   También los ladrones que estaban crucificados con él lo injuriaban de la misma manera.
15.32b   (...) También los que estaban crucificados con él lo injuriaban.




23.39   Uno de los malhechores que estaban colgados lo injuriaba diciendo: -¿No eres tú el Cristo?. ¡Sálvate a ti mismo y a nosotros!
23.40   Respondiendo el otro, lo reprendió diciendo: -¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condenación?
23.41   Nosotros, a la verdad, padecemos con razón porque estamos recibiendo lo que merecieron nuestros hechos pero este no hizo ningún mal.
23.42   Y le dijo: -Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.
23.43   Entonces Jesús le dijo: -De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.

322- Juan y mujeres se paran cerca de Jesús.



19.25   Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María esposa de Cleofas y María Magdalena.
19.26   Cuando Jesús vio a su madre, y al discípulo a quien amaba de pie junto a ella, dijo a su madre: -Mujer, he ahí tu hijo.
19.27   Después dijo al discípulo: -He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.
323- Oscuridad sobre toda la tierra (de Israel). [+]
27.45   Desde el medio día descendió oscuridad sobre toda la tierra hasta las tres de la tarde.
15.33   Cuando llegó el medio día, descendió oscuridad sobre toda la tierra hasta las tres de la tarde.
23.44   Cuando era como el medio día, descendió oscuridad sobre la tierra hasta las tres de la tarde.
23.45a   El sol se oscureció (...)

324- Vinagre. Jesús clama y muere. El velo del templo se rasga. [+]
►El día 14 del mes de Nisán (miércoles, 5 de abril del año 30).◄

27.46   Como a las tres de la tarde Jesús exclamó a gran voz diciendo: -¡Elí, Elí! ¿Lama sabactani?, (esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?).
27.47   Cuando algunos de los que estaban allí le oyeron, decían: -Este hombre llama a Elías.
15.34   Y a las tres de la tarde Jesús exclamó a gran voz diciendo: -¡Eloi, Eloi! ¿Lama sabactani? (que traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?).
15.35   Al oírle, algunos de los que estaban allí decían: -He aquí, llama a Elías.


27.48   Y de inmediato uno de ellos corrió, tomó una esponja, la llenó de vinagre y, poniéndola en una caña, le daba de beber.
27.49   Pero otros decían: -Deja, veamos si viene Elías a salvarlo.
15.36   Corrió uno y empapó una esponja en vinagre, la puso en una caña y le dio a beber, diciendo: -Dejen, veamos si viene Elías a bajarle.

19.28   Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo se había consumado, para que se cumpliera la Escritura dijo: -Tengo sed.
19.29   Había allí una vasija llena de vinagre. Entonces pusieron en un hisopo una esponja empapada en vinagre y se la acercaron a la boca.
19.30a   Cuando Jesús recibió el vinagre, dijo: -¡Consumado es! (...)
27.50   Pero Jesús clamó otra vez a gran voz y entregó el espíritu.
27.51a   Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. (...)
15.37   Pero Jesús, dando un fuerte grito, expiró.
15.38   Y el velo del templo se rasgó en dos de arriba abajo.
23.46   Entonces Jesús, gritando a gran voz, dijo: -¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!. Y habiendo dicho esto, expiró.
23.45b   (...) y el velo del templo se rasgó por en medio.
19.30b   (...) Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.
325- Terremoto. Sepulcros que se abren; los muertos salen de ellos después de la resurrección.
27.51b   (...) La tierra tembló y las rocas se partieron.
27.52   Se abrieron los sepulcros y muchos cuerpos de hombres santos que habían muerto se levantaron;
27.53   y salidos de los sepulcros después de la resurrección de él, fueron a la santa ciudad y aparecieron a muchos.



326- Los guardias tienen miedo. La gente mira desde lejos.
27.54   Y cuando el centurión y los que con él guardaban a Jesús vieron el terremoto y las cosas que habían sucedido, temieron en gran manera y dijeron: -¡Verdaderamente este era Hijo de Dios!
15.39   El centurión que estaba de pie delante de él, cuando vio que había muerto de esta manera, dijo: -¡Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios!
23.47   Y cuando el centurión vio lo que había acontecido, dio gloria a Dios diciendo: -¡Verdaderamente este hombre era justo!

27.55   Estaban allí muchas mujeres mirando desde lejos. Ellas habían seguido a Jesús desde Galilea, sirviéndole.
27.56   Entre ellas se encontraban: María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.
15.40   También estaban allí algunas mujeres mirando desde lejos. Entre ellas se encontraban María Magdalena, María la madre de Jacobo el Menor y de José, y Salomé.
15.41   Cuando Jesús estaba en Galilea, estas lo seguían y le servían. También había muchas otras que habían subido con él a Jerusalén.
23.48   Y toda la multitud que estaba presente en este espectáculo, al ver lo que había acontecido, volvía golpeándose el pecho.
23.49   Pero todos sus conocidos, y las mujeres que lo habían seguido desde Galilea, se quedaron lejos mirando estas cosas.

327- Una lanza traspasa su costado; sale sangre y agua.



19.31   Entonces los judíos, por cuanto era el día de la Preparación y para que los cuerpos no quedaran en la cruz en el sábado {Shabat} (pues era el Gran Sábado) {lit. en griego: "porque el día de aquel sábado ‹Shabat› era grande"}, rogaron a Pilato que se les quebraran las piernas y fueran quitados.
19.32   Luego los soldados fueron y quebraron las piernas al primero, y después al otro que había sido crucificado con él.
19.33   Pero cuando llegaron a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le quebraron las piernas;
19.34   pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza y salió al instante sangre y agua.
19.35   El que lo ha visto ha dado testimonio, y su testimonio es verdadero. Él sabe que dice la verdad para que ustedes también crean.
19.36   Porque estas cosas sucedieron así para que se cumpliera la Escritura que dice: Ninguno de sus huesos será quebrado.
19.37   También otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.
328- Era la preparación = la víspera de un día de descanso (de un sábado: "Levítico 23.7"). Jesús puesto en un sepulcro. [+]
27.57   Al atardecer, vino un hombre rico de Arimatea llamado José, quien también había sido discípulo de Jesús.
27.58   Este se presentó a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que se le diera.
15.42   Cuando ya atardecía, siendo el día de la Preparación; es decir, la víspera del sábado,
15.43   llegó José de Arimatea, miembro ilustre del concilio, quien también esperaba el reino de Dios, y entró osadamente a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús.
15.44   Pilato se sorprendió de que ya hubiera muerto. Y llamando al centurión, le preguntó si ya había muerto.
23.50   He aquí, había un hombre llamado José, el cual era miembro del concilio, y un hombre bueno y justo.
23.51   Este no había consentido con el consejo ni con los hechos de ellos. Él era de Arimatea, ciudad de los judíos, y también esperaba el reino de Dios.
23.52   Este se acercó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús.
19.38a   Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús aunque en secreto por miedo a los judíos, pidió a Pilato que le permitiera quitar el cuerpo de Jesús. Pilato se lo permitió. (...)
27.59   José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia
27.60   y lo puso en su sepulcro nuevo que había labrado en la peña. Luego hizo rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro y se fue.
15.45   Una vez informado por el centurión, concedió el cuerpo a José.
15.46   Comprando una sábana y bajándolo de la cruz, José lo envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro que había sido cavado en una peña. Luego hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro.
23.53   Después de bajarlo de la cruz, lo envolvió en una sábana de lino y lo puso en un sepulcro cavado en una peña, en el cual nadie había sido puesto todavía.
19.38b   (...) Por tanto, él fue y llevó su cuerpo.
19.39   También Nicodemo, que al principio había venido a Jesús de noche, fue llevando un compuesto de mirra y áloes como de treinta y cuatro kilos.
19.40   Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con las especias, de acuerdo con la costumbre judía de sepultar.
19.41   En el lugar donde había sido crucificado había un huerto, y en el huerto había un sepulcro nuevo en el cual todavía no se había puesto a nadie.
19.42   Allí, pues, por causa del día de la Preparación de los judíos y porque aquel sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús.

15.42   (...) siendo el día de la Preparación; es decir, la víspera del sábado,
23.54   Era el día de la Preparación y estaba por comenzar el sábado.
19.31b     (...) por cuanto era el día de la Preparación y para que los cuerpos no quedaran en la cruz en el sábado {"Shabat"} (pues era el Gran Sábado) {lit. en griego: "porque el día de aquel sábado ‹Shabat› era grande"}, (...)
27.61   Estaban allí María Magdalena y la otra María, sentadas delante del sepulcro.
15.47   María Magdalena y María la madre de José miraban dónde lo ponían.
23.55   Las mujeres que habían venido con él de Galilea también lo siguieron y vieron el sepulcro y cómo fue puesto el cuerpo.
23.56a   Entonces regresaron (...)

329- Guardias vigilando el sepulcro. [+]
►El día 15 del mes de Nisán (jueves, 6 de abril del año 30).◄

27.62   Al día siguiente, esto es, después de la Preparación, los principales sacerdotes y los fariseos se reunieron ante Pilato
27.63   diciendo: -Señor, nos acordamos de que mientras aún vivía, aquel engañador dijo: “Después de tres días resucitaré”.
27.64   Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el tercer día, no sea que sus discípulos vengan y roben el cadáver, y digan al pueblo: “Ha resucitado de los muertos”. Y el último fraude será peor que el primero.
27.65   Pilato les dijo: -Tienen tropas de guardia. Vayan y asegúrenlo como saben hacerlo.
27.66   Ellos fueron y, habiendo sellado la piedra, aseguraron el sepulcro con la guardia.



330- Las mujeres compran aromáticos después de este gran sábado anual (descanso: "Levítico 23.5-7"). [+]
►El día 16 del mes de Nisán (viernes, 7 de abril del año 30).◄


16.1    Cuando pasó el sábado, María Magdalena, María madre de Jacobo y Salomé compraron especias aromáticas para ir a ungirle.




23.56b   (...) y prepararon especias aromáticas y perfumes, (...)

331- Las mujeres descansan el sábado (el 7º día de la semana).
►El día 17 del mes de Nisán (sábado, 8 de abril del año 30).◄



23.56c   (...) y reposaron el sábado conforme al mandamiento.

332- Las mujeres en camino al sepulcro. [+]
►El día 18 del mes de Nisán (domingo, 9 de abril del año 30).◄

28.1       Después del sábado {lit. en griego: "de sábados"}, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María para ver el sepulcro.
16.2a     Muy de mañana, el primer día de la semana, fueron {lit. en griego: "vienen"} al sepulcro (...)
24.1    Y el primer día de la semana, muy de mañana, fueron {lit. en griego: "vinieron"} al sepulcro llevando las especias aromáticas que habían preparado.
20.1a       El primer día de la semana, muy de madrugada, siendo aún oscuro, María Magdalena fue {lit. en griego: "viene"} al sepulcro (...)
333- Un ángel remueve la piedra y los guardias se asustan. [+]

16.2b   (...) apenas salido el sol,
16.3    y se decían una a la otra: -¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro?


28.2    Y he aquí, hubo un gran terremoto; porque el ángel del Señor descendió del cielo, y al llegar removió la piedra y se sentó sobre ella.
28.3    Su aspecto era como un relámpago, y su vestidura era blanca como la nieve.
28.4    Los guardias temblaron por miedo de él y quedaron como muertos.



334- Las mujeres llegan al sepulcro, Jesús ya ha resucitado.

16.4    Pero cuando miraron, vieron que la piedra ya había sido removida, a pesar de que era muy grande.
24.2    Y hallaron removida la piedra del sepulcro;
20.1b   (...) y vio que la piedra había sido quitada del sepulcro.

16.5    Y cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, vestido de una larga ropa blanca, y se asustaron.
24.3    pero al entrar no hallaron el cuerpo de Jesús.
24.4    Aconteció que, estando perplejas por esto, he aquí se pusieron de pie junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes.
24.5a   Como ellas les tuvieron temor y bajaron la cara a tierra, (...)

28.5    Y respondiendo el ángel dijo a las mujeres: -No teman, porque sé que buscan a Jesús, quien fue crucificado.
28.6    No está aquí, porque ha resucitado, así como dijo. Vengan, vean el lugar donde estaba puesto.
16.6    Pero él les dijo: -No se asusten. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, quien fue crucificado. ¡Ha resucitado! No está aquí. He aquí el lugar donde lo pusieron.
24.5b   (...) ellos les dijeron: -¿Por qué buscan entre los muertos al que vive?
24.6    No está aquí; más bien, ha resucitado. Acuérdense de lo que les habló cuando estaba aún en Galilea,
24.7    como dijo: “Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado y resucite al tercer día”.
24.8    Entonces ellas se acordaron de sus palabras

28.7    Vayan de prisa y digan a sus discípulos que ha resucitado de entre los muertos. He aquí va delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán. He aquí se los he dicho.
16.7    Pero vayan, digan a sus discípulos, y a Pedro, que él va delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán, como les dijo.


335- Las mujeres corren a decirles a los discípulos lo que dijo el ángel. [+]
28.8a     Entonces ellas salieron a toda prisa del sepulcro con temor (...)
16.8    Ellas salieron y huyeron del sepulcro, porque temblaban y estaban presas de espanto. Y no dijeron nada a nadie {"en ese momento"}, porque tenían miedo.


28.8b   (...) y gran gozo, y corrieron a dar las nuevas a sus discípulos.


20.2a    Entonces corrió y fue a Simón Pedro y al otro discípulo a quien amaba Jesús, (...)
336- Las mujeres anuncian a los discípulos lo que ha dicho el ángel. [+]


24.9    y, volviendo del sepulcro, anunciaron todas estas cosas a los once y a todos los demás.
24.10   Las que dijeron estas cosas a los apóstoles eran María Magdalena, Juana, María madre de Jacobo, y las demás mujeres que estaban con ellas.
24.11   Pero sus palabras les parecían a ellos locura, y no las creyeron.
20.2b   (...) y les dijo: -Han sacado al Señor del sepulcro y no sabemos dónde lo han puesto.
337- Pedro y Juan corren al sepulcro para ver si Jesús está allí. [+]


24.12   Sin embargo, Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Cuando miró adentro, vio los lienzos solos y se fue a casa asombrado de lo que había sucedido.
20.3    Salieron, pues, Pedro y el otro discípulo e iban al sepulcro.
20.4    Y los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó primero al sepulcro.
20.5    Y cuando se inclinó, vio que los lienzos habían quedado allí; sin embargo, no entró.
20.6    Entonces llegó Simón Pedro siguiéndolo y entró en el sepulcro. Y vio los lienzos que habían quedado,
20.7    y el sudario que había estado sobre su cabeza no puesto con los lienzos sino doblado en un lugar aparte.
20.8    Entonces entró también el otro discípulo que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó.
20.9    Pues aún no entendían la Escritura, que le era necesario resucitar de entre los muertos.
20.10   Entonces los discípulos volvieron a los suyos.
338- María Magdalena, habiendo vuelto al sepulcro, ve dos ángeles.



20.11   Pero María Magdalena estaba llorando fuera del sepulcro. Mientras lloraba, se inclinó hacia dentro del sepulcro
20.12   y vio a dos ángeles con vestiduras blancas que estaban sentados, el uno a la cabecera y el otro a los pies donde había sido puesto el cuerpo de Jesús.
20.13   Y ellos le dijeron: -Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: -Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.
20.14a   Habiendo dicho esto, se volvió hacia atrás (...)
339- María de Magdala ve a Jesús primero.

16.9    [Una vez resucitado Jesús, muy de mañana en el primer día de la semana, apareció primeramente a María Magdalena de la cual había echado siete demonios.

20.14b   (...) y vio a Jesús de pie; pero no se daba cuenta de que era Jesús.
28.9a    Y he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: -¡Les saludo! (...)






20.15   Jesús le dijo: -Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que él era el jardinero, le dijo: -Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo llevaré.
20.16   Jesús le dijo: -María… Volviéndose ella, le dijo en hebreo: -¡Raboni! (que quiere decir Maestro).
340- « No me toques: porque aun no he subido á mi Padre ».  [+]
28.9b   (...) Y acercándose ellas, abrazaron sus pies (...)






20.17a   Jesús le dijo: -Suéltame porque aún no he subido al Padre. (...)
28.9c   (...) y lo adoraron.
28.10a   Entonces Jesús les dijo: -No teman. (...)



28.10b   (...) Vayan, den las noticias a mis hermanos, para que vayan a Galilea. Allí me verán.


20.17b   (...) Pero ve a mis hermanos (...)



20.17c   (...) y diles: “Yo subo a mi Padre y Padre de ustedes, a mi Dios y Dios de ustedes”.

16.10   Ella fue y lo anunció a los que habían estado con él, que estaban tristes y lloraban.

20.18   María Magdalena fue a dar las noticias a los discípulos: -¡He visto al Señor! También les contó que él le había dicho estas cosas.
28.11   Entre tanto que ellas iban, he aquí algunos de la guardia fueron a la ciudad y dieron aviso a los principales sacerdotes de todas las cosas que habían sucedido.



341- Los discípulos no creen que María de Magdala vio a Jesús.

16.11   Pero cuando ellos oyeron que estaba vivo y que había sido visto por ella, no lo creyeron.


342- A los soldados que vieron al ángel se les paga para mentir. [+]
28.12   Ellos {los principales sacerdotes} se reunieron en consejo con los ancianos, y tomando mucho dinero se lo dieron a los soldados
28.13   diciendo: “Digan: ‘Sus discípulos vinieron de noche y lo robaron mientras nosotros dormíamos’.
28.14   Y si esto llega a oídos del procurador, nosotros le persuadiremos y les evitaremos problemas”.
28.15   Ellos tomaron el dinero e hicieron como habían sido instruidos. Y este dicho se ha divulgado entre los judíos hasta el día de hoy.



343- En el camino, Jesús se aparece a Simón y Cleofas.
►El día 18 del mes de Nisán (domingo, 9 de abril del año 30).◄

16.12   Después apareció en otra forma a dos de ellos que iban caminando hacia el campo.
24.13   He aquí, el mismo día, dos de ellos iban a una aldea llamada Emaús que estaba como a once kilómetros de Jerusalén.




24.14   Iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido.




24.15   Sucedió que, mientras iban conversando y discutiendo el uno con el otro, el mismo Jesús se acercó e iba con ellos.
24.16   Pero sus ojos estaban velados, de manera que no lo reconocieron.
24.17   Entonces les dijo: -¿Qué son estas cosas que discuten entre ustedes mientras caminan? Se detuvieron con semblante triste.
24.18   Y respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le dijo: -¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabe las cosas que han acontecido en estos días?
24.19   Entonces él dijo: -¿Qué cosas? Y ellos dijeron: -De Jesús de Nazaret, que era un hombre profeta, poderoso en obras y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo;
24.20   y de cómo lo entregaron los principales sacerdotes y nuestros dirigentes para ser condenado a muerte, y de cómo lo crucificaron.
24.21   Nosotros esperábamos que él fuera el que habría de redimir a Israel. Ahora, a todo esto se añade el hecho de que hoy es el tercer día desde que esto aconteció.
24.22   Además, unas mujeres de los nuestros nos han asombrado: Fueron muy temprano al sepulcro
24.23   y, al no hallar su cuerpo, regresaron diciendo que habían visto visión de ángeles, los cuales les dijeron que él está vivo.
24.24   Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y hallaron como las mujeres habían dicho, pero a él no lo vieron.
24.25   Entonces él les dijo: -¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!
24.26   ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas y que entrara en su gloria?
24.27   Y comenzando desde Moisés y todos los Profetas, les interpretaba en todas las Escrituras lo que decían de él.
24.28   Así llegaron a la aldea a donde iban, y él hizo como que iba más adelante.




24.29   Pero ellos le insistieron diciendo: -Quédate con nosotros, porque es tarde y el día ya ha declinado. Entró, pues, para quedarse con ellos.


344- Los 2 discípulos reconocen a Jesús, luego desaparece.


24.30   Y sucedió que, estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo y les dio.
24.31   Entonces fueron abiertos los ojos de ellos y lo reconocieron. Pero él desapareció de su vista.
24.32   Y se decían el uno al otro: -¿No ardía nuestro corazón en nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos abría las Escrituras?

345- Los 2 discípulos van a Jerusalén para anunciar a los demás que han visto a Jesús.


24.33a    En la misma hora se levantaron y se volvieron a Jerusalén. (...)


16.13a    Ellos fueron y lo anunciaron a los demás, (...)


346- Jesús se aparece a otros en Jerusalén. El Mensaje. [+]
►El día 18 del mes de Nisán (domingo, 9 de abril del año 30).◄



20.19a     Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, y estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos se reunían por miedo a los judíos, (...)

16.13b   (...) a los demás, (...)
24.33b   (...) Hallaron reunidos a los once y a los que estaban con ellos,
24.34   quienes decían: -¡Verdaderamente el Señor ha resucitado y ha aparecido a Simón!
24.35   Entonces ellos contaron las cosas que les habían sucedido en el camino, y cómo se había dado a conocer a ellos al partir el pan.


16.13c   (...) pero tampoco a ellos les creyeron.



16.14a       Luego apareció a los once cuando estaban sentados a la mesa, (...)
24.36   Mientras hablaban estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos y les dijo: -¡Paz a ustedes!
24.37   Entonces ellos, aterrorizados y asombrados, pensaban que veían un espíritu.
24.38   Pero él les dijo: -¿Por qué están turbados, y por qué suben tales pensamientos a sus corazones?
24.39   Miren mis manos y mis pies, que yo mismo soy. Palpen y vean, pues un espíritu no tiene carne ni huesos como ven que yo tengo.
20.19b   (...) Jesús entró, se puso en medio de ellos y les dijo: “¡Paz a ustedes!”.


24.40   Al decir esto, les mostró las manos y los pies.
24.41   Y como ellos aún no lo creían por el gozo que tenían y porque estaban asombrados, les dijo: -¿Tienen aquí algo de comer?
24.42   Entonces le dieron un pedazo de pescado asado.
24.43   Lo tomó y comió delante de ellos.
20.20   Habiendo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se regocijaron cuando vieron al Señor.

16.14b   (...) y les reprendió por su incredulidad y dureza de corazón porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado.




24.44   Y les dijo: -Estas son las palabras que les hablé estando aún con ustedes: que era necesario que se cumplieran todas estas cosas que están escritas de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos.
20.21   Entonces Jesús les dijo otra vez: “¡Paz a ustedes! Como me ha enviado el Padre, así también yo los envío a ustedes”.


24.45   Entonces les abrió el entendimiento {lit. en griego: "la inteligencia de ellos"} para que comprendieran las Escrituras,
20.22   Habiendo dicho esto, sopló y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo.


24.46   y les dijo: -Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciera y resucitara de los muertos al tercer día;
24.47   y que en su nombre se predicara el arrepentimiento y la remisión de pecados en todas las naciones comenzando desde Jerusalén.
24.48   Y ustedes son testigos de estas cosas.
24.49   He aquí yo enviaré el cumplimiento de la promesa de mi Padre sobre ustedes. Pero quédense ustedes en la ciudad hasta que sean investidos del poder de lo alto.
20.23   A los que remitan los pecados, les han sido remitidos; y a quienes se los retengan, les han sido retenidos”.



20.24   Pero Tomás, llamado Dídimo, uno de los doce, no estaba con ellos cuando vino Jesús.
347- Tomás no cree que Jesús viva.



20.25   Entonces los otros discípulos le decían: -¡Hemos visto al Señor! Pero él les dijo: -Si yo no veo en sus manos la marca de los clavos, y si no meto mi dedo en la marca de los clavos y si no meto mi mano en su costado, no creeré jamás.
348- Jesús se muestra a los discípulos 8 días después. Tomás toca a Jesús.
►El día 26 del mes de Nisán (lunes, 17 de abril del año 30).◄



20.26   Ocho días después, sus discípulos estaban adentro otra vez y Tomás estaba con ellos. Y aunque las puertas estaban cerradas, Jesús entró, se puso en medio y dijo: -¡Paz a ustedes!
20.27   Luego dijo a Tomás: -Pon tu dedo aquí y mira mis manos, pon acá tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente.
20.28   Entonces Tomás respondió y le dijo: -¡Señor mío y Dios mío!
20.29   Jesús le dijo: -¿Porque me has visto, has creído?. ¡Bienaventurados los que no ven y creen!
349- Los 11 discípulos van a Galilea. [+]
28.16a     Pero los once discípulos se fueron a Galilea, (...)



350- Jesús se aparece a sus discípulos junto al mar. 153 pescados grandes. Comida.




21.1    Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos en el mar de Tiberias. Se manifestó de esta manera:


21.2    Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado Dídimo, Natanael que era de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos de sus discípulos.
21.3    Simón Pedro les dijo: -Voy a pescar. Le dijeron: -Vamos nosotros también contigo. Salieron y entraron en la barca, pero aquella noche no consiguieron nada.
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21.4    Al amanecer, Jesús se presentó en la playa, aunque los discípulos no se daban cuenta de que era Jesús.
21.5    Entonces Jesús les dijo: -Hijitos, ¿no tienen nada de comer? Le contestaron: -No.
21.6    Él les dijo: -Echen la red al lado derecho de la barca, y hallarán. La echaron, pues, y ya no podían sacarla por la gran cantidad de peces.
21.7    Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: -¡Es el Señor! Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó el manto, pues se lo había quitado, y se tiró al mar.
21.8    Los otros discípulos llegaron con la barca, arrastrando la red con los peces porque no estaban lejos de tierra sino como a cien metros.
21.9    Cuando bajaron a tierra, vieron brasas puestas con pescado encima, y pan.
21.10   Jesús les dijo: -Traigan de los pescados que ahora han pescado.
21.11   Entonces Simón Pedro subió y sacó a tierra la red llena de grandes pescados, ciento cincuenta y tres de ellos y, aunque eran tantos, la red no se rompió.
21.12   Jesús les dijo: -Vengan, coman. Ninguno de los discípulos osaba preguntarle: “Tú, ¿quién eres?”, pues sabían que era el Señor.
21.13   Vino, entonces, Jesús y tomó el pan y les dio; y también hizo lo mismo con el pescado.




21.14   Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos después de haber resucitado de entre los muertos.
351- "Apacienta mis ovejas" . Jesús le pregunta a Pedro 3 veces: "¿Me amas?"




21.15   Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: -Simón hijo de Jonás, ¿me amas tú más que estos? Le dijo: -Sí, Señor; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: -Apacienta mis corderos.


21.16   Le volvió a decir por segunda vez: -Simón hijo de Jonás, ¿me amas? Le contestó: -Sí, Señor; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: -Pastorea mis ovejas.
21.17   Le dijo por tercera vez: -Simón hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijera por tercera vez: “¿Me amas?”. Y le dijo: -Señor, tú conoces todas las cosas. Tú sabes que te amo. Jesús le dijo: -Apacienta mis ovejas.
21.18   De cierto, de cierto te digo que cuando eras más joven, tú te ceñías e ibas a donde querías; pero cuando seas viejo extenderás las manos y te ceñirá otro y te llevará a donde no quieras.
21.19   Esto dijo señalando con qué muerte Pedro había de glorificar a Dios. Después de haber dicho esto le dijo: -Sígueme.
21.20   Pedro se dio vuelta y vio que les seguía el discípulo a quien Jesús amaba. Fue el mismo que se recostó sobre su pecho en la cena y le dijo: “Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?”.
21.21   Así que, al verlo, Pedro le dijo a Jesús: -Señor, ¿y qué de este?
21.22   Jesús le dijo: -Si yo quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué tiene esto que ver contigo? Tú, sígueme.
21.23   Así que se difundió este dicho entre los hermanos de que aquel discípulo no habría de morir. Pero Jesús no le dijo que no moriría, sino: “Si yo quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué tiene que ver eso contigo?”.
21.24   Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas y las escribió. Y sabemos que su testimonio es verdadero.




21.25   Hay también muchas otras cosas que hizo Jesús que, si se escribieran una por una, pienso que no cabrían ni aun en el mundo los libros que se habrían de escribir.
352- Jesús instruye a los discípulos en una montaña en Galilea. [+]
28.16b   (...) al monte donde Jesús les había mandado.
28.17   Cuando lo vieron, lo adoraron; pero algunos dudaron.



28.18   Jesús se acercó a ellos y les habló diciendo: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra.
28.19   Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,
28.20a   y enseñándoles que guarden todas las cosas que les he mandado. (...)
16.15   Y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura.
16.16   El que cree y es bautizado será salvo; pero el que no cree será condenado.


28.20b   (...) Y he aquí, yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”.




16.17   Estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios, hablarán nuevas lenguas,
16.18   tomarán serpientes en las manos {Hechos 28.3}, y si llegan a beber cosa venenosa no les dañará. Sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”.


353- Jesús instruye a los discípulos en el monte de los Olivos, cerca de Betania. [+]

16.19a     Después que les habló, (...)




24.50a    Entonces él los llevó fuera hasta {lit. en griego: "hasta hacia"} Betania y, (...)

[ Hechos ] :
1.4     Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperaran el cumplimiento de la promesa del Padre, “de la cual me oyeron hablar;
1.5     porque Juan, a la verdad, bautizó en agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo después de no muchos días”.
1.8     ...recibirán poder cuando el Espíritu Santo haya venido sobre ustedes, y me serán testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra.
1.9     Después de decir esto, (...)

354- Jesús es llevado al cielo, luego regresan a Jerusalén.
El día 40 desde el 18 de Nisán: desde el día después del sábado en que Jesús resucitó ("Hechos 1.3").
►El día 27 del mes de Iyar (jueves,18 de mayo del año 30).◄



24.50b   (...) alzando sus manos, los bendijo.
24.51a   Aconteció que al bendecirlos, se fue de ellos (...)

[ Hechos ] :
1.2     (...) fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido.
1.9     (...) mientras ellos le veían, él fue elevado; y una nube le recibió ocultándole de sus ojos.


16.19b   (...) el Señor Jesús fue recibido arriba en el cielo y se sentó a la diestra de Dios.
24.51b   (...) y era llevado arriba al cielo.

[ Hechos ] :
1.10    Y como ellos estaban fijando la vista en el cielo mientras él se iba, he aquí dos varones vestidos de blanco se presentaron junto a ellos,
1.11    y les dijeron: -Hombres galileos, ¿por qué se quedan de pie mirando al cielo? Este Jesús, quien fue tomado de ustedes arriba al cielo, vendrá de la misma manera como le han visto ir al cielo.
[ Mateo ] :
24.30   »Entonces se manifestará la señal del Hijo del Hombre en el cielo, y en ese tiempo harán duelo todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria.
24.31   Él enviará a sus ángeles con un gran sonar de trompeta, y ellos reunirán a los escogidos de él de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.

[ 1 Tesalonicenses ] :
4.16 Porque el Señor mismo descenderá del cielo con aclamación, con voz de arcángel y con trompeta de Dios; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
4.17 Luego nosotros, los que vivimos y habremos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para el encuentro con el Señor en el aire; y así estaremos siempre con el Señor.



24.52   Después de haberlo adorado ellos regresaron a Jerusalén con gran gozo

[ Hechos ] :
1.12    Entonces {los apóstoles} volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama de los Olivos, el cual está cerca de Jerusalén, camino como de un kilómetro {lit. en griego: "teniendo [un] camino de [un] sábado"}.
1.13    Y cuando entraron {a Jerusalén}, subieron al aposento alto donde se alojaban Pedro, Juan, Jacobo y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Jacobo hijo de Alfeo y Simón el Zelote, y Judas hijo de Jacobo.



24.53   y se hallaban continuamente en el templo, bendiciendo a Dios.

355- Reciben el Espíritu Santo el día de Pentecostés. [+]
El día 50 desde el 18 de Nisán: desde el día después del sábado en que Jesús resucitó ("Levítico 23.15-16").
►El día 8 del mes de Sivan (domingo, 28 de mayo del año 30).◄

[ Hechos ] :
2.1     Al llegar el día de Pentecostés estaban todos reunidos en un mismo lugar.
2.2     Y de repente vino un estruendo del cielo, como si soplara un viento violento, y llenó toda la casa donde estaban sentados.
2.3     Entonces aparecieron, repartidas entre ellos, lenguas como de fuego, y se asentaron sobre cada uno de ellos.
2.4     Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en distintas lenguas, como el Espíritu les daba que hablaran.

356- Van a anunciar el evangelio en todas partes (confirmado por el libro de los "Hechos de los apóstoles").

16.20   Y ellos salieron y predicaron en todas partes, actuando con ellos el Señor y confirmando la palabra con las señales que seguían].


357- Creer en Jesús el Mesías ("Juan 1.41"), el Hijo de Dios, para tener vida eterna.



20.30   Por cierto, Jesús hizo muchas otras señales en presencia de sus discípulos las cuales no están escritas en este libro.
20.31   Pero estas cosas han sido escritas para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengan vida en su nombre.


- FIN -





[ Libro de los Hechos. ]
[ Hechos ] :
1.1     En el primer relato escribí, oh Teófilo, acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar,
1.2     hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido.
1.3     A estos también se presentó vivo, después de haber padecido, con muchas pruebas convincentes. Durante cuarenta días se hacía visible a ellos y les hablaba acerca del reino de Dios.
1.4     Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperaran el cumplimiento de la promesa del Padre, “de la cual me oyeron hablar;
1.5     porque Juan, a la verdad, bautizó en agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo después de no muchos días”.
1.6     Por tanto, los que estaban reunidos le preguntaban diciendo: -Señor, ¿restituirás el reino a Israel en este tiempo?
1.7     Él les respondió: -A ustedes no les toca saber ni los tiempos ni las ocasiones que el Padre dispuso por su propia autoridad.
1.8     Pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo haya venido sobre ustedes, y me serán testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra.
1.9     Después de decir esto, y mientras ellos le veían, él fue elevado; y una nube le recibió ocultándole de sus ojos.
1.10    Y como ellos estaban fijando la vista en el cielo mientras él se iba, he aquí dos varones vestidos de blanco se presentaron junto a ellos,
1.11    y les dijeron: -Hombres galileos, ¿por qué se quedan de pie mirando al cielo? Este Jesús, quien fue tomado de ustedes arriba al cielo, vendrá de la misma manera como le han visto ir al cielo.
1.12    Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama de los Olivos, el cual está cerca de Jerusalén, camino como de un kilómetro.
1.13    Y cuando entraron, subieron al aposento alto donde se alojaban Pedro, Juan, Jacobo y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Jacobo hijo de Alfeo y Simón el Zelote, y Judas hijo de Jacobo.
1.14    Todos estos perseveraban unánimes en oración junto con las mujeres y con María la madre de Jesús y con los hermanos de él.
1.15    En aquellos días se levantó Pedro en medio de los hermanos, que reunidos eran como ciento veinte personas, y dijo:
1.16    “Hermanos, era necesario que se cumplieran las Escrituras, en las cuales el Espíritu Santo habló de antemano por boca de David acerca de Judas, que fue guía de los que prendieron a Jesús;
1.17    porque era contado con nosotros y tuvo parte en este ministerio”.
1.18    (Este, pues, adquirió un campo con el pago de su iniquidad, y cayendo de cabeza, se reventó por en medio, y todas sus entrañas se derramaron.
1.19    Y esto llegó a ser conocido por todos los habitantes de Jerusalén, de tal manera que aquel campo fue llamado en su lengua Acéldama, que quiere decir Campo de Sangre).
1.20    “Porque está escrito en el libro de los Salmos: Sea hecha desierta su morada, y no haya quien habite en ella . Y otro ocupe su cargo .
1.21    Por tanto, de estos hombres que han estado junto con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros,
1.22    comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que fue tomado de nosotros y recibido arriba, es preciso que uno sea con nosotros testigo de su resurrección”.
1.23    Propusieron a dos: a José que era llamado Barsabás, el cual tenía por sobrenombre, Justo; y a Matías.
1.24    Entonces orando dijeron: “Tú, Señor, que conoces el corazón de todos, muestra de estos dos cuál has escogido
1.25    para tomar el lugar de este ministerio y apostolado del cual Judas se extravió para irse a su propio lugar”.
1.26    Echaron suertes sobre ellos y la suerte cayó sobre Matías, quien fue contado con los once apóstoles.
2.1     Al llegar el día de Pentecostés estaban todos reunidos en un mismo lugar.
2.2     Y de repente vino un estruendo del cielo, como si soplara un viento violento, y llenó toda la casa donde estaban sentados.
2.3     Entonces aparecieron, repartidas entre ellos, lenguas como de fuego, y se asentaron sobre cada uno de ellos.
2.4     Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en distintas lenguas, como el Espíritu les daba que hablaran.
...
10.36   Dios ha enviado un mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo. Él es el Señor de todos.
10.37   Ustedes saben el mensaje que ha sido divulgado por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que predicó Juan.
10.38   Me refiero a Jesús de Nazaret, y a cómo Dios le ungió con el Espíritu Santo y con poder. Él anduvo haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
10.39   Y nosotros somos testigos de todas las cosas que él hizo, tanto en la región de Judea como en Jerusalén. A él le mataron colgándole sobre un madero,
10.40   pero Dios le levantó al tercer día e hizo que apareciera,
10.41   no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había escogido de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó de entre los muertos.
10.42   Él nos ha mandado a predicar al pueblo y a testificar que él es el que Dios ha puesto como Juez de los vivos y de los muertos.
10.43   Todos los profetas dan testimonio de él, y de que todo aquel que cree en él recibirá perdón de pecados por su nombre.

[ Primera carta de Pablo a los Corintios. ]
[ 1 Corintios 11.23-26 ] :
11.23   Porque yo recibí del Señor la enseñanza que también les he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan;
11.24   y habiendo dado gracias, lo partió y dijo: “Tomen, coman. Esto es mi cuerpo que por ustedes es partido. Hagan esto en memoria de mí”.
11.25   Asimismo, tomó también la copa después de haber cenado, y dijo: “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre. Hagan esto todas las veces que la beban en memoria de mí”.
11.26   Todas las veces que coman este pan y beban esta copa, anuncian la muerte del Señor, hasta que él venga.

[ 1 Corintios 15.3-8 ] :
15.3    Porque en primer lugar les he enseñado lo que también recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;
15.4    que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;
15.5    que apareció a Pedro y después a los doce.
15.6    Luego apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven todavía; y otros ya duermen.
15.7    Luego apareció a Jacobo, y después a todos los apóstoles.
15.8    Y al último de todos, como a uno nacido fuera de tiempo, me apareció a mí también.





[ Conclusión : ]

[ Romanos ] :
3.23    ...todos pecaron ...

[ Romanos ] :
6.23    ...la paga del pecado es muerte ...

[ 1 Pedro ] :
2.24    Él mismo {Jesús} llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero ...

[ 2 Corintios ] :
5.21    ...Al {Jesús} que no conoció pecado, por nosotros Dios lo {Jesús} hizo pecado,

[ Gálatas ] :
3.13    Cristo nos redimió de la maldición ...al hacerse maldición por nosotros (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),

[ Isaías ] :
53.4    ...él {Jesús} llevó nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores. ...
53.5    ...él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestros pecados. El castigo ...fue sobre él, ...
53.6    ...el SEÑOR cargó en él el pecado de todos nosotros.
53.7    Él fue oprimido y afligido, ...Como un cordero, fue llevado al matadero; ...
53.8    Por medio de la opresión y del juicio fue quitado. ...él fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la transgresión de mi pueblo fue herido.
53.9    Se dispuso con los impíos su sepultura, ...
53.10    ...quebrantarlo, y lo hirió. ...se haya puesto su vida como sacrificio por la culpa, ...

[ Romanos ] :
5.8    ...Dios demuestra su amor para con nosotros en que, ...Cristo murió por nosotros.

[ 1 Timoteo ] :
2.6     {Jesús} quien se dio a sí mismo en rescate por todos,

[ Marcos ] :

10.45    {Jesús} ...vino ...para dar su vida en rescate por muchos.

[ Romanos ] :
6.7    porque el que ha muerto ha sido justificado del pecado.

[ Romanos ] :
8.33    ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? El que justifica es Dios. (8.34) ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió ...por nosotros.

[ Romanos ] :
10.13    Porque todo aquel que invoque el nombre del Señor {Jesús} será salvo.

[ 2 Pedro ] :
3.9    El Señor ...es paciente para con ustedes porque no quiere que nadie se pierda sino que todos procedan al arrepentimiento.

[ Hechos ] :
3.19    Por tanto, arrepiéntanse y conviértanse para que sean borrados sus pecados;

[ Romanos ] :
6.23    ...el don de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.

[ Efesios ] :
2.8    Porque por gracia son salvos por medio de la fe; y esto no de ustedes pues es don de Dios.
2.9    No es por obras, para que nadie se gloríe.

[ Juan ] :
10.27    {Jesús dijo:}  Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen.




- Sección de comentarios bíblicos -

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[Volver] 13- Genealogía de Jesucristo.
Généalogie de Jésus-Christ.

    En "Matthieu 1.16", il est dit que le père de Joseph (époux de Marie) se nomme "Jacob", tandis qu'en "Luc 3.23b", il est dit que le père de ce même Joseph se nomme "Héli".
    Jésus étant né suite à l'action du Saint-Esprit ("Luc 1.35"), Joseph n'était donc pas son vrai père biologique contrairement à ce que les gens croyaient (selon "Luc 3.23b"). Donc, le mot "fils" peut aussi être utilisé dans le sens d'appartenance à une lignée, à une descendance.

    À savoir qui est le père de l'époux de Marie (Joseph) , on pourrait donc comprendre ici (concernant Matthieu et Luc) que l'un, énumère la lignée biologique de Joseph, tandis que l'autre suit sa lignée légale. Selon la loi, si un homme mourait sans laisser de descendance, son frère devait aller vers la veuve pour susciter une descendance à son frère défunt. Cela permettait de perpétuer le nom du frère défunt. Ainsi, Joseph serait premier-né et aurait deux pères différents : un père biologique et un père légal.

Deutéronome :
25.5   "Lorsque des frères demeureront ensemble, et que l'un d'eux mourra sans laisser de fils, la femme du défunt ne se mariera point au dehors avec un étranger, mais son beau-frère ira vers elle, la prendra pour femme, et l'épousera comme beau-frère.
25.6   Le premier-né qu'elle enfantera succédera au frère mort et portera son nom, afin que ce nom ne soit pas effacé d'Israël.
25.7   Si cet homme ne veut pas..."
-----

    En "Matthieu 1.16", il est dit que Jésus est le Christ ("Jean 1.41 ; 4.25"). Le mot grec Χριστός (Strong G5547) traduit ici par "Christ" signifie "Oint" . Le mot "Christ" correspond au mot "Messie" (Strong G3323) traduit de l'hébreu dans l'Ancien Testament. Ainsi, les mots "Christ", "Messie" et "Oint" sont un même mot et ont donc la même signification.
    Le nom français "Jésus" est la traduction du mot grec "Iêsous" (Ἰησοῦς) ; car le grec "Iêsous" donne "Iésus" en latin, et le latin "Iésus" donne "Jésus" en français. Sa forme hébraïque est "Yeshoua" (YaHWéH [est] sauveur).

[Volver] 19- Unos sabios de Oriente llegan a Jerusalén.

   Un ange (brillant comme une étoile; <comparer Ap 9.1>) marche devant eux en les conduisant jusqu'à la maison où est l'enfant Jésus à Nazareth et non jusqu'à Bethléhem comme le pensait à tort Hérode.
   En "Matthieu 2.1, 7 et 16", le mot grec μάγος (Strong 3097, "mage") a, comme première définition, le "nom d'une tribu Perse" ; en second lieu, il signifie "un prêtre persan" ; en troisième lieu, il signifie "un magicien, un sorcier, un charlatan".

[Volver] 38- Nicodemo viene a ver a Jesús. El espíritu debe nacer del Espíritu.

Comparer: Nicodème défend Jésus (Jean 7.50-51) et il aide à ensevelir Jésus (Jean 19.38-40).

[Volver] 54- En Nazaret, Jesús lee las Escrituras, luego es expulsado de allí.

À Nazareth, des gens savaient que Jésus avait fait des miracles à Capernaüm dans le passé (Luc 4.23; Jean 2.12).

[Volver] 56- A lo largo del mar de Galilea, Jesús llama a Simón, Andrés, Jacobo y Juan para que le sigan.

La mer de Galilée est le lac de Génésareth. André (qui avait été disciple de Jean le baptiseur) avait déjà commencé à suivre Jésus dans le passé en Judée (Jean 1.37-39); il avait déjà  présenté son frère Simon à Jésus qui l'a nommé Pierre (Jean 1.40-42); tout ceci avant que Jean le baptiseur soit mis en prison. C'est pourquoi, ici, pendant que Jean le baptiseur est en prison, Simon avait déjà le nom de Pierre (Matthieu 4.18) lorsque Jésus les voit de nouveau en marchant le long de la mer de Galilée pour les rejoindre après une pause d'un certain temps, car Jésus a son domicile à Capernaüm (Matthieu 4.13). Jésus va les rejoindre pour leur dire de continuer à le suivre. Quelques-uns d'eux (Jésus, Pierre, etc.) avaient leur demeure dans les environs du lac, près de Capernaüm;  Bethsaïda était  la ville d'André et  de Pierre (Jean 1.44).

[Volver] 130- Jesús se entera de la muerte de Juan el bautizador, y se retira aparte.

Le Sinaïticus (manuscrit du 4e siècle) ne mentionne pas "Bethsaïda" en "Luc 9.10", ville vers laquelle ils naviguent seulement après la multiplication des pains ("Marc 6.45") afin d'aller à Capernaüm ("Jean 6.17"). Certains interprètent qu'il y aurait eu deux villes se nommant Bethsaïda lesquelles ne se situaient pas sur la même rive du lac de Galilée.
   Le Sinaïticus (4e siècle) a :  « ...il se retira à part dans [un] lieu désert . ».
   Le Vaticanus (4e siècle) a :  « ...il se retira à part dans [une] ville étant appelée Bethsaïda . ».
   L'Alexandrinus (5e siècle) et le Texte Reçu (16e siècle) ont :  « ...il se retira à part dans [un] lieu désert d'[une] ville étant appelée Bethsaïda . ».

[Volver] 145- Jesús en la fiesta de los Tabernáculos.
►"Levítico 23.34"; fiesta que dura 7 días comenzando el día 15 del 7º mes llamado « tishri » (aquí comenzando el martes 11 de octubre del año 29).◄

   La fête des tabernacles (ou fête des abris, des tentes, des huttes ou des cabanes) (ou "Souccot") a été ordonnée par Dieu en "Lévitique 23.34+" ("Néhémie 8.14, 15") et dure 7 jours en débutant au 15e jour du 7e mois (nommé "tishri") de l’ancien calendrier juif utilisé dans la Torah (ces 7 jours de fête correspondent selon les années dans notre mois de septembre ou octobre).

   Marie, Jésus et les frères de Jésus auraient leur résidence à Capernaüm depuis que Jésus a été rejeté de Nazareth ("Jean 2.51", "Marc 1.9", "Jean 4.16, 29, 31", "Marc 4.13", "Matthieu 9.1, 28", "Jean 2.12", "Marc 3.20, 21, 31").
   Ses frères, ne croyant pas en lui ("Jean 7.5"), ils ne l'auraient donc pas suivi dans ses trajets. Donc au moment où ses frères lui parlaient en "Jean 7.3", ils seraient tous obligatoirement à Capernaüm où Jésus et eux avaient leur résidence ; c'est pourquoi on ne correspond pas le moment de "Jean 7.3" à "Matthieu 19.1", "Marc 10.1" et "Jean 9.5" où il y avait une foule qui suivait Jésus ("Matthieu 19.2", "Marc 10.1") contrairement à "Jean 7.10" où Jésus est descendu vers Jérusalem "non publiquement, mais comme en secret" pour la fête des Tabernacle.

   Le texte de "Jean 7.2 à 10.21" est introduit arbitrairement ici entre "Marc 8.26" et "Marc 8.27". Car ces événements (en "Jean 7.2 à 10.21" se déroulant en octobre 29) se trouvent uniquement dans l'évangile selon Jean et il manque de détails pour savoir où précisément l'insérer dans la chronologie en rapport avec "Matthieu", "Marc" et "Luc".
   Ainsi donc, Jésus a pu très bien partir de Bethsaïde ("Marc 8.22-26") pour s'en aller directement vers les villages de Césarée de Philippe ("Marc 8.27") au lieu d'aller entre-temps à la fête des Tabernacles à Jérusalem ("Jean 7.2+").

[Volver] 177- Jesús en la fiesta de la Dedicación.
►Fiesta de 8 días de duración que comienza el día 25 del mes de Kisleu (aquí a partir del lunes 19 de diciembre del año 29).◄

   Deux mois après la fête des tabernacles ("Jean 7.2"), cette fête d'institution humaine, appelée Dédicace (Inauguration, Rénovation), était célébrée durant 8 jours. Elle a été instituée par Judas Maccabée en souvenir de la restauration du temple et de l'autel qu'Antiochus Epiphane avait profanés. En décembre, la température moyenne en Israël est entre 8°C et 16°C, et pouvant aller de -3°C à 27°C.

[Volver] 187- Jesús salido de la casa del fariseo: (variante en griego).

      Le Vaticanus (4e siècle) et le Sinaïticus (4e siècle) débutent "Luc 11.53" par : "Κακεῖθεν ἐξελθόντος αὐτοῦ..." (« Et lui, étant sorti de là, ... ») ; tandis que l'Alexandrinus (5e siècle) et le "Texte Reçu" (16e siècle) ont: "λεγοντος δε αυτου ταυτα προς αυτους..." (« Or lui, leur disant ces [choses]-ci ... »).

[Volver] 204- Herodes quiere matar a Jesús que camina hoy, mañana y al tercer día.

   Ici, Jésus serait en Pérée. La Pérée était "la région de la Judée au-delà du Jourdain" mentionnée dans "Matthieu 19.1" et "Marc 10.1". La Pérée, situé à l'est du Jourdain et au sud de la Décapole, était essentiellement juive et était sous la domination d'Hérode. La route habituelle pour les Juifs qui voyageaient de la Galilée vers la Judée passait par la Pérée afin d'éviter la Samarie.
   Hérode (hypocritement comme un renard, verset 32) semble essayer de pousser Jésus vers Jérusalem pour que là-bas, des gens qui veulent sa mort, l'arrête.  Au verset 32, Jésus semble dire que ça va lui prendre 3 jours pour quitter ce territoire, car il doit passer par là pour aller à Jérusalem où il doit périr (Luc 13.33). En "Luc 13.35", les mots "votre maison" s'adresseraient aux Juifs pour signifier "Jérusalem" qui les représenterait..


[Volver] 239- Jesús sobre una asna yendo a Jerusalén.
El día 10 del mes de Nisán (sábado, 1 de abril del año 30).

En 'Exode 12.3 et 6', on devait se prendre un agneau le 10e jour du mois de Nisan (le premier mois de l'année juive), et le garder jusqu'au 14 Nisan où il sera tué. Jésus est l'agneau de Dieu qui entre dans Jérusalem le 10 Nisan et y demeure autour jusqu'au 14 Nisan où il est tué sur le bois.

[Volver] 270- Jesús será visto por todos, como el sol se muestra desde el Este hasta el Oeste.

   Le mot grec ἀστραπή (Strong 796), traduit par "éclair" ou par "éclat" en "Matthieu 24.27" et en "Luc 17.24", se retrouve aussi en "Luc 11.36" : « ...la lampe t'éclaire de son éclat ». Il s'agit donc dans ce verset-ci de la brillance du soleil dont la trajectoire est toujours de l'est vers l'ouest où le soleil se couche, contrairement à un éclair qui peut aussi se déplacer de haut en bas.

[Volver] 279- El juicio final ante el trono. Ovejas y cabritos separados.
Le jugement dernier devant le trône. Brebis et boucs séparés.

 
    En "Matthieu 25.46", le mot grec (Strong G2851), que certaines versions traduisent à tort par "châtiment", "supplice" ou "tourments", signifie "retranchement" ou "élagage". En "Matthieu 25.32", Jésus compare à une séparation entre les chèvres et les brebis. Dans le contexte, ce mot grec n'indique pas une souffrance sans fin, mais un retranchement par le feu ("Matthieu 25.41") ; ce qui suppose une destruction par le feu, puisqu'ils seront retranchés définitivement.

    Même aujourd'hui, dans le grec moderne, ce mot grec fait bien référence à l'élagage, par exemple à la pratique de tailler ou couper certaines branches d'un arbre ou d'un arbuste, comme des branches qui sont malades ou trop proches d'une maison ou d'un poteau électrique, ou pour embellir, etc.
-----
    En "Matthieu 25.41", ce "feu éternel" n'est pas le "Hadès / Shéol" (traduit souvent par "séjour des morts" faute de mieux). Dans plusieurs versions bibliques, l'expression "séjour des morts" est souvent la traduction du mot hébreu (de l'Ancien Testament) francisé (par exemple dans la version "Darby") par "Shéol" (Strong H7585) et du mot grec (du Nouveau Testament) francisé par "Hadès" (Strong G86). "Actes 2.27" (dans le N.T.) est une citation de "Psaumes 16.10" (dans l'A.T.), où il est démontré dans ces deux versets que les deux mots "Shéol" et "Hadès" sont équivalents dans les textes originaux.

    Certaines versions bibliques ont traduit faussement ce mot (Hadès / Shéol) par "enfer" : par exemple dans "Matthieu 11.23; 16.18", "Luc 10.15; 16.23", "Actes 2.27 et 31", "Apocalypse 1.18; 6.8; 20.13 et 14".
    Le mot "enfer" (qui vient du latin "infernum" ou "infernus) ne se trouve aucunement dans les manuscrits originaux de la Bible (l'Ancien Testament en hébreu et le Nouveau Testament en grec).

    La définition du mot "Shéol" (et donc "Hadès") est simplement un lieu (symbolique ou non) où est la mort. La précision de ce mot est donc relative à son contexte. Par exemple (lire dans la version "Darby") :
1- Jonas dans le ventre du gros poisson, prie Dieu en disant qu'il est dans le "Shéol" ("Jonas 2.3"), car aussi, dans ce ventre, il dut y avoir plusieurs petits poissons morts.
2- Des gens morts sur le champ de bataille qui est un Shéol ("Ézéchiel 32.27").
3- Le sol se fend en deux et les hommes, qui tombent vivants dans sa crevasse, descendirent vivants dans le Shéol ("Nombres 16.30, 33"), là où ils moururent.
4- En "Luc16.23 et 25", le riche, tourmenté dans le Hadès (donc dans le Shéol), se "souvient" de son passé. Ce Hadès est donc symbolique puisque la Bible dit qu'une personne morte ne se "souvient" pas de son passé et qu'elle n'a plus de connaissance ("Luc 16.25", "Ecclésiaste 9.5 et 10"). Littéralement, ce n'est pas non plus de l'eau sur le bout d'un doigt qui peut rafraîchir la langue d'un corps tout entier dans le feu ("Luc 16.24") d'un Hadès ("Luc 16.23"). "Moïse et les prophètes" ("Luc 16.29") sont les écritures de l'Ancien Testament où Dieu appelle à la repentance par leurs paroles. Ainsi, de toute évidence, le contexte de "Luc 16.19 à 31" doit donc être interprété symboliquement et non pas littéralement à 100 %.

    Le Hadès (donc le Shéol) n'est pas non plus l'étang de feu qui détruira les méchants au dernier jour (au jour du jugement), puisque le Hadès lui-même sera jeté dans l'étang de feu ("Apocalypse 20.14"). Ce dernier jour, celui du jugement dans l'étang de feu, ne s'est pas encore produit pour le riche ("Luc 16.19"), car ses cinq frères ("Luc 16.28") continuent de vivre tout en ne s'étant pas encore repentis.
    Dans un sens, tous les gens vivants qui sont sur cette terre et qui rejettent Jésus, sont dans un Hadès (un Shéol), c'est-à-dire dans une mort spirituelle ("Jean 5.24"), et ils ne sont donc pas spirituellement de la descendance d'Abraham (dans le sein d'Abraham) ("Galates 3.29").

    En "Matthieu 25.46", le mot grec traduit par "éternel" n'a pas la même signification que les gens lui donnent à notre époque.
- Ce mot (en hébreu et en grec) n'a pas le sens de "ni commencement". Car en "Genèse 49.26" et "Deutéronome 33.15", il est écrit que les collines sont éternelles et pourtant, il est aussi écrit qu'elles ont eu un commencement, puisque Dieu existait déjà même AVANT que les collines n'existent ("Proverbes 8.25").
- Ce mot n'a pas non plus le sens de "ni fin". Car en "Jude 1.7", il est écrit que les villes de Sodome et Gomorrhe ont été détruites en subissant la peine d'un feu éternel. Or, ce feu ne brûle plus aujourd'hui. Ce feu éternel a donc eu une fin.

    Le mot original rendu par "éternel" aurait une signification proche du mot "continuel" (éternel) et "permanent". Mais la continuité (éternité) de ce "feu éternel" (feu continuel) subsiste tant et aussi longtemps que Dieu le maintient (comme pour Sodome et Gomorrhe), et aucun humain ne peut éteindre avec de l'eau ce feu de Dieu, c'est "un feu qui ne s'éteint pas" par l'homme ("Matthieu 3.12" ; "Marc 9.43 et 48" ; "Luc 3.17").
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    Jésus utilisait quelquefois le mot "Géhenne" (code Strong : G1067) comme métaphore ("Matthieu "18.9; 23.33" ; "Marc 9.47" ; "Jacques 3.6"). Ce mot vient du grec "Gehenna," qui lui-même provient de l'hébreu "Ge Hinnom" (ou "Gai-Hinnom") qui signifie "Vallée de Hinnom". La "Vallée de Hinnom" (ou Géhenne) est une vallée à Jérusalem qui descend à l'ouest de l'actuelle "Vieille Ville", puis continue au sud du mont Sion et débouche vers l'est dans la vallée du Cédron. Dans les temps anciens, cette vallée était associée à des sacrifices païens par le feu, incluant des sacrifices d'enfants ; ensuite, elle était utilisée pour la destruction des déchets par le feu.

[Volver] 281- La Pascua 2 días después.

    La 1re Pâque était toujours le 14e jour du mois de Nisan. Le jour débutait toujours au coucher du soleil et se terminait au coucher du soleil suivant. La fête des pains sans levain durait 7 jours et débutait toujours le jour après la Pâque. Pendant ces 8 jours des pains sans levain, il était interdit de manger du pain contenant du levain. C'est pourquoi les Juifs faisaient comme si ces 8 jours n'étaient qu'une seule fête qu'ils appelaient "la fête des pains sans levain"  aussi appelée "la Pâque" vue que c'est le jour de la Pâque qui débute ces 8 jours.

[Volver] 284- Preparación para comer la Pascua.

...

[Volver] 285- En la cena de la Pascua.
El día 14 del mes de Nisán (miércoles, 5 de abril del año 30).

Ce jour de Pâque (au 14 Nisan) est le premier jour des 8 jours des pains sans levain. Selon la description dans la loi de Moïse, le 15 Nisan est le premier jour de la FÊTE des pains sans levain qui dure 7 jours.
 Le jour de la Pâque du 14e jour du mois de Nisan débute au coucher du soleil. Ce souper de la Pâque est donc au 14 e jour du mois de Nisan qui vient de débuter au coucher du soleil.

[Volver] 314- Pilato hace elegir entre Jesús y Barrabás.

Jésus est jugé vers la 3e heure (Marc 15.25) selon l'heure calculée en Israël (donc entre 8 et 9 heure du matin). Cela correspondrait  un certain temps APRÈS la 6e heure indiquée en "Jean 19.14"  laquelle serait calculée à la manière des Romains de l'époque (lire la note numéro 319 ci-dessous). À noter que Matthieu, Marc et Luc indique l'heure selon le calcul fait en Israël, tandis que Jean indiquerait l'heure de Rome, car lorsque Jean a écrit cela, il ne serait pas en Israël à ce moment-là.

[Volver] 319- Jesús clavado entre dos ladrones. Un letrero.

En "Marc 15.25", Jésus est cloué à la 3e heure selon l'heure calculée en Israël (donc entre 8 et 9 heures du matin, la 1re heure étant au lever du soleil). Cette 3e heure correspondrait à la 9e heure selon le calcul Romain (la 1re heure étant à minuit ). Jean aurait écrit son "évangile" plusieurs dizaines d'années après la mort et la résurrection de Jésus ; Jean étant, au moment de sa rédaction, dans un autre pays où on calculait l'heure selon Rome.
 Notons que selon "Jean 19.14b", Jésus n'a pas été cloué à la 6e heure, mais seulement quelque temps APRÈS cela; car en "Jean 19.14-15", Jésus était encore en train d'être jugé par Pilate devant le peuple, et Jésus n'avait donc pas débuté ("Jean 19.16c") son trajet à pied pour aller jusqu'en dehors des murs de la ville ("Hébreux 13.11-12"), vers le lieu de sa crucifixion.
 Ce n'était qu'APRÊS tout cela (son jugement devant le peuple, et la fin de son trajet) qu'arriva la 3e heure (heure d'Israël) au moment où Jésus a été crucifié, donc vers la 9e heure (heure selon les Romains).
 L'inscription, placée au-dessus de la tête de Jésus, porterait les mots : "Celui-ci est Jésus le Nazaréen le roi des Juifs".

[Volver] 323- Oscuridad sobre toda la tierra (de Israel).

Selon l'heure caculée en Israël, les ténèbres auraient débutés à la 6e heure (entre 11 heure du matin et midi) jusqu'à la 9e heure (entre 14 et 15 heure).

[Volver] 324- Vinagre. Jesús clama y muere. El velo del templo se rasga.
►El día 14 del mes de Nisán (miércoles, 5 de abril del año 30).◄

Dans la bible, la durée d'un jour débute au coucher du soleil et se termine au prochain coucher du soleil. Selon l'heure calculée en Israël, Jésus est mort vers la 9e heure (donc vers le milieu de l'après-midi); la première heure débute au levé du soleil. Ce 14e jour du mois de Nisan à Jérusalem, le soleil se lève à 6:15 heure et se couche à 19:04 heure; il est à son zénith à 12:40 heure. La durée de la clarté du jour (diurne) est de12 heures 49 minutes 13 secondes. L'expression "entre les 2 soirs" mentionné en "Exode 12.6" n'indiquerait pas la période de temps entre le coucher du soleil et la fin du crépuscule le soir, car en "Exode 29.39 et 41" on voit que le premier sacrifice était offert le matin, mais que le 2e sacrifice était offert "entre les 2 soirs"  APRÈS le sacrifice du matin et non avant le matin au coucher du soleil la veille au soir. Le début du premier soir (lorsque le soleil commence à descendre pour aller se coucher) serait à 12:40 heure et le deuxième soir (lorsque le soleil disparaît, se couche) serait à 19:04 heure. Le centre "entre ces 2 soirs"  serait  donc à 15:52 heure.
 19:04 − 12:40 = 6 heures 24 minutes.
 6:24 / 2 = 3 heures 12 minutes.
 12:40 + 3:12 = 15 heures 52 minutes.
 La clarté du jour est divisée en 12 parties dont chacune est nommée "heure" (Jean 11.9). Chacune de ces heures solaires (diurne) équivaut à 1:04 heure.
 12 :49:13 (durée du jour) / 12 = 1 heure 4 minutes 6 secondes.
 Le première heure débutant à 6:15 heure, on lui ajoute donc 8 partie de "1:04 heure"  chacune pour arriver au début de la 9e heure. La 9e heure biblique correspondrait donc à notre période de temps moderne qui débute à 14:48 heure et qui se termine à 15:52 heure.
 6:15 + (8 * 1:04:06) = 6:15 + 8:32:48 = 14 heures 47 minutes 48 secondes.
 14:47:48 + 1:04:06 = 15 heures 51 minutes 54 secondes.
 L'agneau de Dieu (Jean 1.29) serait donc immolé (Exode 12.6) dans la période biblique de la 9e heure (entre 14:48 h et 15:52 heure) qui se situe entre les deux soirs (entre 12:40 h et 19:04 h). Mais cela n'est pas obligatoirement ainsi, mais peut simplement être entre le début et la fin de cette période des 2 soirs" mentionné en "Exode 12.6" , sans être précisément au milieu juste.

 Jésus est mort le mercredi après midi, le 14e jour du mois de Nisan (5 avril de l'an 30) au moment où ... À SUIVRE ...

[Volver] 328- Era la preparación = la víspera de un día de descanso (de un sábado: "Levítico 23.7"). Jesús puesto en un sepulcro.

À la fin de cette journée de Pâque, avant le coucher du soleil, le corps de Jésus est mis dans un sépulcre.
 Ils se dépêchent, car il reste peu de temps avant que ce jour de préparation (durant la Pâque) soit terminé, car le Sabbat annuel qui était un grand jour de fête allait débuter au coucher du soleil dans quelques instants (le 15 Nisan un jeudi 6 avril de l'an 30), et il restait peu de temps pour préparer cette fête durant ce jour de Pâque de ce mercredi 14e jour du mois de Nisan (5 avril 30); car la loi interdisait le travail servile durant ce grand jour de Sabbat (repos) qui était le premier jour de la fête des pains sans levain prescrit dans la loi de Moïse et qui débute toujours le 15e jour du mois de Nisan. (Lire les explications plus bas en 'Matthieu 28.1'). Cependant, les Juifs avaient pris l'habitude de nommer "jours des pains sans levain" les 8 jours (la Pâque + les 7 jours de la fête des pains sans levain qui débutait  toujours le lendemain de la Pâque selon la loi de Moïse).

[Volver] 329- Guardias vigilando el sepulcro.
El día 15 del mes de Nisán (jueves, 6 de abril del año 30).

   ...
 Le mot "sabbat" signifie "repos". Il était interdit de travailler en un jour de Sabbat (que ce soit ce Sabbat annuel du 15 Nisan ou que ce soit le samedi qui est aussi appelé "Sabbat"). Le jour de la Pâque était donc un jour de préparation pour le Sabbat annuel du lendemain qui débute au coucher du soleil. Le lendemain (c'est-à-dire, après le coucher du soleil) du jour de la Pâque du mercredi 14 Nisan (du 5 avril 30), débute la grande fête d'un Sabbat annuel (jeudi 15 Nisan) qui était le 1er jour des 7 jours de la fête des pains sans levain prescrit par Moïse. Durant cette fête de Sabbat (jeudi 15 Nisan, donc le jeudi 6 avril 30), des soldats de la garde des religieux ont été placés pour garder le sépulcre.

[Volver] 330- Las mujeres compran aromáticos después de este gran sábado anual (descanso).
El día 16 del mes de Nisán (viernes, 7 de abril del año 30).

Deux jours après la mort de Jésus, le vendredi 16 Nisan (le lendemain de la fête du Sabbat du jeudi 15 Nisan (ce mois est aussi nommé Abib), les femmes achètent des aromates et les préparent.  Ensuite elles se reposent parce que le Sabbat du samedi 17 Nisan débute.  Car dans la loi de Moïse, Dieu interdit le travail le jour du Sabbat.

 Ici en 'Marc 16.1' et 'Luc 23.56', on est vendredi le 16e jour du mois de Nisan (vendredi 7 avril de l'an 30 cette année-là) qui est le lendemain de la grande fête du Sabbat annuel du jeudi 15 Nisan (le 15 Nisan étant un jour de repos où aucun travail servile n'était permis par Dieu, "Lévitique 23.5-7"), laquelle correspond selon la loi de Moïse au 1er jour des 7 jours de la fête des pains sans levain qui débute le lendemain de la Pâque du 14 Nisan (le 14 Nisan étant mercredi le 5 avril 30).
 Le jour débute toujours au coucher du soleil. Voici toutes les années où il y eu un mercredi 14 Nisan à partir de l'an 27 jusqu'à l'an 37 au calendrier de Julien : l'an 27, l'an 30 et l'an 37. Ceci est confirmé par les calculs scientifiques lunaires en astronomie. Confirmé par L'observatoire de Paris, le jeudi 15 Nisan de l'an 30 était une pleine lune; c'est à la pleine lune du 15 Nisan que Moise et le peuple d'Israël seraient sortis d'Égypte de nuit le lendemain de la Pâque du 14 Nisan; c'est ce jour du 15 Nisan qui correspond au grand jour de fête du Sabbat annuel du 15 Nisan (Psaumes 81.3) et qui était le premier jour des 7 jours de la fête des pains sans levain prescrit dans la loi de Moïse.

  ...à suivre...

[Volver] 332- Las mujeres en camino al sepulcro.
El día 18 del mes de Nisán (domingo, 9 de abril del año 30).

Dimanche le 1er jour de la semaine (le 18e jour du mois de Nisan, donc le 9 avril 30), à l'aube (qui dure 24 minutes et 58 secondes : de 5:46:52 heure à 6:11:50 heure) pendant la lueur du matin, avant le levé du soleil, les femmes se mettent en route vers le sépulcre (3 jours et 4 nuits après la mort de Jésus). Ce dimanche a débuté au dernier coucher du soleil. À noter qu'à l'origine, dans le texte biblique original en grec, il n'y avait pas ces ponctuations (virgule, point, etc.).

[Volver] 333- Un ángel remueve la piedra y los guardias se asustan.

Pendant le trajet des femmes (avant qu'elles arrivent au sépulcre), le soleil se leva et elles se demandèrent qui va leur enlever la pierre; pendant ce même temps, un ange apparut aux soldats qui gardaient le sépulcre. L'ange déplace la pierre, non pas pour que Jésus sorte de la grotte, mais pour que les femmes puissent voir que Jésus n'était pas dans la grotte (au sépulcre) et qu'il était déjà ressuscité le samedi après-midi, 3 jours et 3 nuits après son ensevelissement (son enterrement).

[Volver] 335- Las mujeres corren a decirles a los discípulos lo que dijo el ángel.

À noter que les disciples semble avoir temporairement une demeure dans Jérusalem dans une chambre haute (Luc 24.33; Actes 1.13) à peut-être entre 10 et 20 minutes de marche du sépulcre. La durée de l'aube (la clarté du matin jusqu'au levé du soleil), en ce dimanche18e jour du mois de Nisan à Jérusalem, est d'environ 25 minutes; les femmes étant parties durant l'aube vers le sépulcre et y étant arrivées un peu après le levé du soleil, elles ont peut-être marché entre 10 et 20 minutes de marche à partir du lieu où elle logeaient. Ce qui signifierait qu'on pouvait y faire plusieurs allers-retours à pied durant ce même matin. Bien que Béthanie (près du Mont des oliviers) soit à moins de 3 kilomètres à l'est de Jérusalem, il semble ici que les femmes demeuraient temporairement dans le même logis que les disciples dans Jérusalem; car aussi, le mot grec original en "Luc 24.9" a bien le sens de "retourner" là où on était auparavant; ce même mot grec est autant employé pour le retour dans une maison (Luc 7.10) que pour le retour dans une ville (Luc 24.33 ).

[Volver] 336- Las mujeres anuncian a los discípulos lo que ha dicho el ángel.

Avant de le dire aux onze disciples, il semble que sur leur chemin les femmes étaient allées chercher d'autres femmes qu'elles connaissaient tout près de là. En "Jean 20.2" , Marie de Magdala n'était pas arrivée seule chez les disciples ici, car le verbe grec est à la 1re personne du pluriel : "nous...".  C'est ce qu'affirme aussi "Luc 24.10".

[Volver] 337- Pedro y Juan corren al sepulcro para ver si Jesús está allí.

Comparez la note en "Matthieu 28.8" concernant la distance à parcourir à pied. En "Jean 20.17",

[Volver] 340- « No me toques: porque aun no he subido á mi Padre ».

Jésus qui monte vers le Père est symbolisé en "Lévitique 23.10-11" par une gerbe des prémices de la moisson que le sacrificateur devait tournoyer devant Dieu le lendemain du sabbat. Les prémices (un singulier en grec) sont Jésus ressuscité et le reste de la moisson sont les croyants qui ressusciteront au dernier jour (1 Corinthiens 15.20, 23; Matthieu 13.30 , 39; 24.31).

[Volver] 342- A los soldados que vieron al ángel se les paga para mentir.

Pendant que les femmes s'en allaient après avoir vu Jésus, les soldats qui avaient vu l'ange rouler la pierre de devant l'entrée du sépulcre, se sont enfin décidés d'aller le dire aux principaux sacrificateurs dans Jérusalem. À noter qu'à l'époque ce sépulcre était à l'extérieur des murs de Jérusalem (Hébreux 13.12 ).

[Volver] 346- Jesús se aparece a otros en Jerusalén. El Mensaje.
►El día 18 del mes de Nisán (domingo, 9 de abril del año 30).◄

En "Luc 24.45" et "Jean 20.22", Jésus leur accorde temporairement le Saint-Esprit pour qu'ils comprennent les écritures qu'il est en train de leur expliquer. Dans le passé aussi, quelques-uns avaient déjà  reçu le Saint-Esprit pour une raison quelconque (exemple: Matthieu 10.1 > 12.28; 16.17; Luc 2.25; Jean 11.51). Mais ce n'est que plus tard qu'ils recevront en permanence en tant que fils de Dieu l'Esprit-Saint promis (Luc 24.49; Jean 7.39 ; Actes 1.8; 2.4 ; Galates 4.6).
 ("1 Corinthiens 3.16;  12.13, 19 , 30";  "2 Corinthiens 12.4"; "Colossiens 1.24"  ; "Éphésiens 5.23")
 Si Thomas n'était pas présent en "Luc 24.33", il est à noter que Juda étant déjà mort, le nombre des 12 apôtres était diminué à 11. Mais en "Actes 1.15-26" ils choisiront Matthias pour remplacer Judas. Vue que l'évangile selon Luc a été écrit longtemps après qu'ils aient choisi Matthias, il serait normal que Luc puisse considérer le groupe comme étant de 12 au moment où Luc a écrit "Luc 24.33" pour le dire.

[Volver] 349- Los 11 discípulos van a Galilea.

Ici, les 11 vont en Galilée selon le message que l'ange avait donné aux femmes (Matthieu 28.7); Marc 16.7 pour eux et selon la parole de Jésus (Matthieu 28.10).

[Volver] 352- Jesús instruye a los discípulos en una montaña en Galilea.

Ce serait à l'une de ses 3 apparitions faites aux disciples en groupe (Jean 21.14) que Jésus leur aurait désigné en personne d'aller sur une montagne particulière (Matthieu 28.16b) en Galilée.  Vu qu'en "Jean 21.14", Jésus s'était déjà montré à eux seulement 3 fois, alors son apparition sur la montagne en Galilée se ferait qu'après ces 3 apparitions en question indiquées en "Jean 20.19, 26; 21.1".

[Volver] 353- Jesús instruye a los discípulos en el monte de los Olivos, cerca de Betania.

Selon "Actes 1.12", après être revenu de la Galilée, les disciples sont venus sur le Mont des Oliviers (vis-à-vis de Jérusalem-Est) d'où Jésus a été enlevé au ciel. Béthanie est un village situé sur le versant Est du Mont des Oliviers. Béthanie était près de Jérusalem, à une distance d'environ quinze stades (Jean 11.18).

[Volver] 355- Reciben el Espíritu Santo el día de Pentecostés.
Ils reçoivent le Saint-Esprit au jour de la Pentecôte.

    Au jour de la Pentecôte, ils se mirent à parler d'autres langues.
    La Bible dit que personne ne peut parler la langue des anges lesquels sont dans le 3e ciel, dans le paradis de Dieu. Paul dit que même si cela était possible, si je n'ai pas l'amour, je ne ferais que du bruit inutile.
 
2 Corinthiens {voir aussi dans la version TOB}:
12.2    "Je connais un homme en Christ, qui fut, il y a quatorze ans, ravi jusqu'au TROISIÈME CIEL ..."
12.4    "cet homme fut enlevé jusqu'au PARADIS et entendit des PAROLES inexprimables qu'il n'est 'PAS PERMIS' À L'HOMME D'EXPRIMER."
 
1 Corinthiens 13.1 :   "Quand bien même je parlerais les langues des hommes et DES ANGES, si je n'ai pas l'amour, je suis un métal qui résonne, ou comme une cymbale qui retentit."
 
Actes :
2.1    "Le jour de la Pentecôte, ...
2.4    ...se mirent à parler en d'autres langues, selon que l'Esprit leur donnait de S'EXPRIMER.
2.8    ... Et comment les entendons-nous dans notre propre langue à chacun, dans notre langue maternelle?
2.9    Parthes, Mèdes, Élamites, ceux qui habitent la Mésopotamie, la Judée, la Cappadoce, le Pont, l'Asie,
2.10    la Phrygie, la Pamphylie, l'Égypte, le territoire de la Libye voisine de Cyrène, et ceux qui sont venus de Rome, Juifs et prosélytes,
2.11    Crétois et Arabes, comment les entendons-nous parler dans nos langues des merveilles de Dieu?"
 
1 Corinthiens :
12.27    "Vous êtes le corps de Christ, et vous êtes ses membres, chacun pour sa part.
12.28    Et Dieu a établi dans l'Église premièrement des apôtres, secondement des prophètes, troisièmement des docteurs, ensuite ceux qui ont le don des miracles, puis ceux qui ont les dons de guérir, de secourir, de gouverner, de PARLER DIVERSES LANGUES" {donc humaines}.
12.29    Tous sont-ils apôtres? Tous sont-ils prophètes? Tous sont-ils docteurs?
12.30    Tous ont-ils le don des miracles? Tous ont-ils le don des guérisons? TOUS PARLENT-ILS EN LANGUES? Tous interprètent-ils?" {la réponse suppose que 'NON'}
 
    Celui qui parle en langue dit des louanges uniquement à Dieu : ce sont des merveilles (des paroles merveilleuses) et des actions de grâce. Ce sont donc des prières sous forme de louange et non pas sous forme de demandes. Ce n'est donc pas comme une prophétie qui s'adresse à l'homme, mais c'est une louange qui est dite à Dieu.
 
1 Corinthiens 14.2 :   "...celui qui parle en langue ne parle pas aux hommes, mais à Dieu, ..."
 
Actes 2.11 :   "...comment les entendons-nous parler dans nos langues DES MERVEILLES DE DIEU?"
 
1 Corinthiens :
14.13    "C'est pourquoi, que celui qui parle en langue prie pour avoir le don d'interpréter {pour savoir ce qui est dit à Dieu}.
14.14    Car si je prie en langue, mon esprit est en prière, ...
14.16    ...si tu rends grâces en esprit, comment celui qui est dans les rangs de l'homme du peuple répondra-t-il Amen! à ton ACTION DE GRÂCES, puisqu'il ne sait pas ce que tu dis?
14.17    TU RENDS, il est vrai, d'excellentes ACTIONS DE GRÂCES, mais l'autre n'est pas édifié."

Psaumes 22.3 (22:4) : "Et toi, tu es le {Dieu} Saint, tu t'installes au milieu des louanges ..."

Éphésiens 5.18 : {Que se soit en langue ou non} "...soyez remplis de l'Esprit, (5.19) en ...chantant et célébrant de tout votre coeur les louanges du Seigneur"

Ésaïe 61.3 : "...un vêtement de louange au lieu d'un esprit abattu, ..."

1 Corinthiens 14.4 : "Celui qui parle en langue s'édifie lui-même; ..."

Romains 14.17 : "Car ...la paix et la joie, par le Saint Esprit." ("Actes 13.52")

2 Pierre 3.16 : "{l'apôtre Paul} ...il parle de ces choses, parmi lesquelles il y en a de difficiles à comprendre, que les ignorants et les mal affermis tordent, comme aussi les autres écritures ..."

1 Timothée 4.1 :   "Mais l'Esprit dit expressément que, dans les derniers temps, quelques-uns abandonneront la foi, pour s'attacher à des esprits séducteurs et à des {fausses} doctrines {inspirées par} de démons,"







- Lista de títulos -


- Títulos -
Mateo
Marcos
Lucas
Juan





1- Introducción: Lucas a Teófilo.


1.1-4

2- En el principio.

1.1

1.1-5
3- Anuncio del nacimiento de Juan el bautizador.


1.5-23

4- Elisabet embarazada.


1.24-25

5- Un ángel anuncia a María la concepción y el nacimiento de Jesús.
1.18a

1.26-38

6- La concepción de Jesús en María.
1.18b


1.14a
7- Un ángel le dice a José que el niño es del Espíritu Santo.
1.19-25



8- María visita a Elisabet, que está embarazada.


1.39-56

9- Nacimiento de Juan el bautizador.


1.57-80a

10- César Augusto ordena un censo.


2.1-5

11- Nacimiento de Jesús en Bethlehem (Belén).
2.1a

2.6-7
1.14b,9-13
12- Un ángel anuncia a los pastores que ha nacido el Salvador, el Cristo [el Ungido prometido], el Señor.


2.8-20

13- Genealogía de Jesucristo.
1.1-17

3.23b-38

14- Circuncisión de Jesús a la edad de ocho días (Levítico 12.1-3) .


2.21

15- El niño Jesús presentado al Señor en Jerusalén después de los 40 días de purificación de María (Levítico 12.1-7) .


2.22-24

16- En Jerusalén, el Espíritu Santo guía a Simeón al templo para que vea a Jesús.


2.25-35

17- En el templo, la profetisa Ana, de 84 años, habla de Jesús.


2.36-38

18- De Jerusalén, José y María parten con el niño Jesús, no a Bethlehem (Belén), sino a Nazaret .


2.39

19- Unos sabios de Oriente llegan a Jerusalén.
2.1b-12



20- En un sueño en Nazaret, un ángel le dice a José que huya a Egipto con Jesús y María.
2.13-18



21- En Egipto, un ángel le dijo a José en un sueño que regresara a Israel. Luego en otro sueño, Dios le dijo que fuera a Galilea donde volvió a vivir en Nazaret .
2.19-23



22- Jesús creció en Nazaret en sabiduría y con la gracia de Dios.


2.40

23- A los 12 años, Jesús va a Jerusalén con sus padres para la Pascua, y luego regresan a Nazaret . ►Pascua, el día 14 del mes de Nisán.◄


2.41-52

24- Juan el bautizador habita en los desiertos.


1.80b

25- Misión de Juan el bautizador.  ►Dans la 2e moitié de l'an 28.◄
3.1-10
1.2-6
3.1-14
1.6-8
26- Juan el bautizador deja claro que él no es el Cristo que bautizará en Espíritu Santo y fuego.
3.11-12
1.7-8
3.15-18
1.15-18
27- Bautismo de Jesucristo.  ►Alrededor de principios del año 29.◄
3.13-17
1.9-11
3.21-23a

28- Jesús ayuna durante 40 días en el desierto donde es probado (tentado).
4.1-11
1.12-13
4.1-13

29- Juan el bautizador da testimonio de su misión.



1.19-28
30- Al día siguiente, Juan el bautizador ve a Jesús que viene hacia él.



1.29-34
31- Al día siguiente, dos discípulos de Juan el bautizador (Andrés y otro) siguen a Jesús.



1.35-42
32- Al día siguiente, Jesús quiere ir a Galilea.


4.14a
1.43a
33- Felipe y Natanael siguen a Jesús.



1.43b-51
34- Tres días después: primera milagro de Jesús en la boda en Caná.



2.1-11
35- Después de esto, Jesús desciende a Capernaum por unos días.



2.12
36- Estando cerca la Pascua, Jesús sube a Jerusalén y echa a los vendedores del templo.



2.13-22
37- Milagros en la fiesta de la Pascua, en Jerusalén.  ►Pascua, el 14 de Nisán (sábado, 16 de abril del año 29)◄


2.23-25
38- Nicodemo viene a ver a Jesús. El espíritu debe nacer del Espíritu.



3.1-21
39- En Judea, Jesús bautiza, y también Juan el bautizador.



3.22-24
40- Discusión sobre la purificación. Juan debe menguar y Jesús crecer.



3.25-36
41- Los fariseos saben que Jesús bautiza a más personas que Juan.



4.1-2
42- Herodes mete en la cárcel a Juan el bautizador.


3.19-20

43- Jesús deja Judea y vuelve a Galilea.
4.12
1.14a
4.14a
4.3
44- Jesús y la samaritana junto al pozo.



4.4-26
45- Los discípulos se asombraron al ver a Jesús hablando con una mujer.



4.27-30
46- Jesús se queda dos días en Samaria.



4.31-42
47- Jesús deja Samaria para ir a Galilea.



4.43-44
48- Jesús bien recibido por los galileos que la habían visto actuar en Jerusalén.



4.45
49- Jesús sana a distancia al hijo de un oficial.



4.46-54
50- La fama de Jesús se extiende.


4.14b

51- Jesús enseña en las sinagogas.


4.15

52- Jesús va a Jerusalén. Sanación en el estanque de Betesda.



5.1-16
53- Jesús reprende unos judíos.



5.17-47
54- En Nazaret, Jesús lee las Escrituras, luego es expulsado de allí.


4.16-30

55- Jesús deja Nazaret y se va a vivir a Capernaum.
4.13-17
1.14b-15
4.31a

56- A lo largo del mar de Galilea, Jesús llama a Simón, Andrés, Jacobo y Juan para que le sigan.
4.18-22
1.16-20


57- En la sinagoga de Capernaum, Jesús expulsa de un hombre un espíritu inmundo.

1.21-28
4.31b-37

58- Jesús sana a la suegra de Simón Pedro.
8.14-15
1.29-31
4.38-39

59- Por la tarde, Jesús sana a los enfermos y echa fuera demonios.
8.16-17
1.32-34
4.40-41

60- Jesús va a un lugar desierto a orar. La gente lo busca y lo encuentra.

1.35-37
4.42-43

61- Sentado en una barca, Jesús predica a la multitud. Pesca milagrosa. Pedro tiene miedo.


5.1-11

62- Jesús predica en las sinagogas de Galilea.
4.23
1.38-39
4.44

63- Jesús sana a un leproso.
8.2-4
1.40-45
5.12-16

64- Sanación y perdón de un paralítico llevado por el tejado a Jesús en Capernaum.
9.2-8
2.1-12
5.17-26

65- Mateo (Levi) el publicano sigue a Jesús que va a comer a su casa.
9.9-13
2.13-17
5.27-32

66- Pregunta sobre el ayuno.
9.14-15
2.18-20
5.33-35

67- Un paño nuevo para un vestido nuevo. Vino nuevo en odres nuevos.
9.16-17
2.21-22
5.36-39

68- Las espigas de trigo en el día de sábado.
12.1-8
2.23-28
6.1-5

69- El hombre de la mano seca.
12.9-15a
3.1-7a
6.6-11

70- Jesús sana a todos los enfermos.
12.15b-21
3.7b-12


71-  La fama de Jesús se extiende. Una multitud le sigue. Sana y echa fuera demonios.
4.24-25



72- Jesús ora a Dios toda la noche en la montaña.
5.1a
3.13a
6.12

73- Jesús elige a 12 apóstoles.
10.2-4
3.13b-19
6.13-16

74- Una multitud en una llanura. Un poder que sale de Jesús sana a los que lo tocan.


6.17-19

75- El sermón de Jesús en la montaña.
5.1b-2

6.20

76- Sermón: las bienaventuranzas.
5.3-12

6.20c-23

77- Sermón: las maldiciones.


6.24-26

78- Sermón: la sal de la tierra.
5.13
[Marcos 9.50-51]
[Lucas 14.34-35]

79- Sermón: la luz del mundo.
5.14-16



80- Sermón: Jesús vino para cumplir la ley y los profetas y no para abrogar.
5.17-20

[Ro 7.4-7; Ga 3.24-25; Ro 8.1]

81- Sermón: no matar, no enfadarse; reconciliarse antes de una ofrenda.
5.21-26



82- Sermón: no codiciar  mujer, ni repudiar ; ojo o mano que hace tropezar.
5.27-32
9.43-48


83- Sermón: no jurar.
5.33-37



84- Sermón: Amen a sus enemigos. Ser perfecto como el Padre. Al que te pida, dale. Ojo por ojo. Presentar la otra mejilla. La puerta estrecha.
5.43-45; 38-42; 7.12; 5.46-48; 7.1-2

6.27-38

85- Sermón: paja o viga en el ojo.
7.3-5

6.39-42

86- Sermón: no dar lo santo a los perros, ni perlas a los cerdos.
7.6



87- Sermón: profetas verdaderos y falsos; un árbol reconocido por su fruto.
7.15-20

6.43-45

88- Sermón: edificar sobre la peña.; escuchar y obedecer la palabra, y no decir solo "Señor".
7.24-27

6.46-49

89- Después del sermón, la multitud quedó asombrada de la enseñanza de Jesús.
7.28-29; 8.1

7.1a

90- Jesús entra en Cafarnaúm. Con una palabra sanó al criado de un centurión.
8.5a-13

7.1b-10

91- Resurrección del hijo de la viuda de Naín.


7.11-17

92- Juan el bautizador interroga a Jesús desde la cárcel.
11.2-15

7.18-30

93- Jesús compara esta generación.
11.16-19

7.31-35

94- La pecadora perdonada vierte perfume en los pies de Jesús.


7.36-50

95- Jesús andaba de ciudad en ciudad. Los que estaban con él.


8.1-3

96- En casa, no pueden comer.

3.20-21


97- El endemoniado ciego y mudo.
12.22-23

11.14

98- Blasfemia contra el Espíritu Santo.
12.24-32
3.22-29
11.15-23; (12.10)

99- Un buen árbol leva buen fruto. De la abundancia del corazón habla la boca.
12.33-37
3.30


100- Un espíritu regresa con 7 espíritus malignos más.
12.43-45

11.24-26

101- Bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la guardan.


11.27-28

102- Una generación malvada demanda una señal. Jonás. Nínive. La reina del Sur.
12.38-42

11.29-32

103- El ojo es la lámpara del cuerpo.
6.22-23

11.33-36

104- La madre y los hermanos de Jesús.
12.46-50
3.31-35
8.19-21

105- Parábola del sembrador.
13.1-23
4.1-20
8.4-15

106- Parábola de la lámpara sobre un candelero.

4.21-23
8.16-18

107- Ser medido con la medida que se ha usado.

4.24-25


108- El reino de Dios como una semilla en la tierra.

4.26-29


109- Parábola de la cizaña.
13.24-30



110- Parábola del grano de mostaza.
13.31-32
4.30-32
13.18-19

111- Reino de Dios semejante a la levadura.
13.33

13.20-21

112- Jesús habla en parábolas de cosas ocultas.
13.34-35
4.33-34


113- Explicación de la parábola de la cizaña.
13.36-43



114- Reino de Dios semejante un tesoro escondido en un campo.
13.44



115- Reino de Dios: comprar una perla preciosa.
13.45-46



116- Reino de Dios: una red que junta peces; ángeles que separan a los malos de entre los justos.
13.47-50



117- Reino de Dios: sacar de su tesoro cosas nuevas y viejas.
13.51-53



118- Jesús dice que crucemos al otro lado del lago.
8.18
4.35


119- Jesús duerme en la barca; él calma la tempestad.
8.23-27
4.36-41
8.22-25

120- Un endemoniado y los cerdos.
8.28-34; 9.1
5.1-21
8.26-40

121- Niña de 12 años resucitada. Mujer con pérdida de sangre durante 12 años.
9.18-27a
5.22-43; 6.1a
8.41-56

122- Sanación de dos ciegos en la casa de Jesús en Capernaum.
9.27b-31



123- Sanación de un endemoniado mudo.
9.32-34



124- Jesús en su patria. Algunos se asombran de su sabiduría y conocen a su familia.
13.54-58
6.1b-6a


125- Jesús tiene compasión de la multitud. Orando para que Dios envíe obreros a su mies.
9.35-38
6.6b


126- Jesús envía a los 12 apóstoles en misión.
10.1-16; 11.1
6.7-13
9.1-6

127- Muerte de Juan el bautizador.
14.1-12a
6.14-29
9.7-9

128- Los 12 llegan de su misión de predicación.

6.30
9.10a

129- A Jesús se le anuncia la muerte de Juan el bautizador.
14.12b



130- Jesús se entera de la muerte de Juan el bautizador, y se retira aparte.
14.13-14
6.31-34
9.10b-11
6.1-3
131- Se acerca la segunda Pascua del año.



6.4
132- El milagro de los 5 panes y los 2 pescados.
14.15a-21
6.35-44
9.12-17
6.5-14
133- Jesús camina sobre el agua, luego también Pedro.
14.22-33
6.45-52

6.15-21
134- Al día siguiente, la gente al otro lado del mar busca y encuentra a Jesús.



6.22-25
135- Jesús enseña en la sinagoga de Capernaum.



6.26-71
136- En Genesaret, todos los que tocaban a Jesús quedaban sanados. Evita Judea.
14.34-36
6.53-56

7.1
137- Fariseos y tradición. Lo que contamina sale del hombre. Ciegos guiando a ciegos.
15.1-20
7.1-23


138- La mujer cananea y su hija atormentada. Migajas a los perros.
15.21-28
7.24-30


139- Desde Tiro, Jesús viene cerca del mar de Galilea.
15.29
7.31


140- Sanación de un sordo que habla con dificultad. Varias sanaciones.
15.30-31
7.32-37


141- El milagro de los 7 panes y unos pocos pescaditos.
15.32-39
8.1-10


142- Discernir el aspecto del cielo, pero no las señales de los tiempos. La señal de Jonás.
16.1-4
8.11-13a


143- La levadura de los fariseos y la de Herodes.
16.5-12
8.13b-21


144- Sanación de un ciego (con saliva) tocándole dos veces.

8.22-26


145- Jesús en la fiesta de los Tabernáculos. ►"Levítico 23.34"; fiesta que dura 7 días comenzando el día 15 del 7º mes llamado « tishri » (aquí comenzando el martes 11 de octubre del año 29).◄



7.2-53
146- Jesús del monte de los olivos al templo por la mañana.



8.1-2
147- La adúltera llevada ante Jesús.



8.3-11
148- Jesús, la luz del mundo. La verdad libera. Antes que Abraham fuese, yo soy.



8.12-59
149- Ciego de nacimiento. Jesús, la luz del mundo.  ►En el año 29, probablemente el sábado 22 de octubre.◄



9.1-41
150- Jesús la puerta del redil y el buen pastor.



10.1-21
151- ¿Quién dicen que soy yo? Declaración de Pedro.
16.13-20
8.27-30
9.18-21

152- Jesús anuncia su muerte y resurrección. Reprende a Pedro.
16.21-23
8.31-33
9.22

153- Renunciar a uno mismo para seguir a Jesús.
16.24-28
8.34-38; 9.1
9.23-27

154- Jesús transfigurado en la montaña. Dios Padre habla desde el cielo.
17.1-9
9.2-10
9.28-36

155- Juan el bautizador es el Elías que había de venir.
17.10-13
9.11-13


156- Los discípulos incapaces de expulsar a un demonio.
17.14-21
9.14-30a
9.37-43a; (17.5-6)

157- Jesús anuncia su muerte y resurrección.
17.22-23
9.30b-32
9.43b-45

158- Jesús paga con una moneda atrapada en un pez.
17.24-27
9.33a


159- ¿Quién es el más grande? Humíllate como un niño pequeño para entrar en el reino de Dios.
Jesús está en casa en Capernaum. Quien te recibe a ti me recibe a mí.
18.1-5 ; 10.40-41
9.33b-37
9.46-48

160- Un hombre echa fuera demonios.

9.38-40
9.49-50

161- Dar un vaso de agua; recompensa.
10.42
9.41


162- Haciendo tropezar a un pequeño que cree: mano, pie, ojo.
18.6-11
9.42-49
17.1-2

163- La sal de la tierra.
5.13
9.50-(51)
14.34-35

164- La oveja perdida.
18.12-14

15.3-7

165- Amonestar a un hermano. atar y desatar. (1 Corintios 5)
18.15-22

17.3-4

166- El sirviente despiadado.
18.23-35



167- Jesús deja Galilea para ir a Judea.
19.1
10.1a
9.51

168- Jesús enseña a una multitud y sana a los enfermos.
19.2
10.1b


169- Mala acogida en un pueblo samaritano.


9.52-56

170- Condiciones para seguir a Jesús. No mires atrás.
8.19-22

9.57-62

171- Jesús envía a 70 discípulos a predicar, expulsar demonios y sanar.


10.1-12

172- Reproches de Jesús a las ciudades de Corazín y Betsaida.
11.20-24

10.13-16

173- El regreso de los 70 discípulos en alegría.


10.17-20

174- La verdad revelada a los niños.
11.25-30

10.21-24

175- El samaritano ayudando a un hombre que ha sido golpeado. Jesús estaría cerca de Jericó.


10.25-37

176- Jesús en Betania con Marta y su hermana María ("Juan 11.1, 17-19 ; 12.1-3").


10.38-42

177- Jesús en la fiesta de la Dedicación.  ►Fiesta de 8 días de duración que comienza el día 25 del mes de Kisleu (aquí a partir del lunes 19 de diciembre del año 29).◄



10.22-42
178- Lázaro de Betania enfermo, muerto y resucitado.



11.1-44
179- El sumo sacerdote profetiza la muerte de Jesús.



11.45-52
180- Jesús se retira a Efraín, no abiertamente.



11.53-54
181- Cómo orar ; cómo ser perdonado.
6.5-15

11.1-4

182- Ayunar en secreto.
6.16-18



183- Dar limosnas en secreto.
6.1-4



184- Parábola de un amigo importunado en la noche por tres panes.


11.5-8

185- El que pide, recibe; el que busca, encuentra; al que llama, se le abre.
7.7-11

11.9-13

186- Un fariseo invita a Jesús a cenar; Jesús les censura: ¡Ay de vosotros!
23.13-36

11.37-52

187- Jesús salido de la casa del fariseo.


11.53-54

188- La levadura de los fariseos. Nada oculto.
10.24-27

12.1-3

189- Temer a Dios. Cabellos contados. Negar o confesar a Jesús. Blasfemia. El Espíritu Santo enseña a decir.
10.28-33

12.4-12

190- Un hermano quiere su parte de la herencia. Codicia.


12.13-15

191- Parábola del rico necio que va a morir.


12.16-21

192- Los verdaderos tesoros. El ojo es la lámpara del cuerpo. Nadie puede servir a dos maestros.  {Comparar "Mateo 24.42-51"}
6.19-24

12.33-35
11.33-36

193- Preocupaciones - pájaros - comida - ropa - etc.
6.25-34

12.22-32

194- Velando como un sirviente esperando la llegada de su señor.

13.34-36
12.36-38

195- Jesús vendrá a la hora que no piensen.
24.43-44
13.37
12.39-41

196- El siervo fiel y prudente y el siervo malo.
24.45-51

12.42-48

197- Jesús trae división, no paz a la tierra. Discernir tiempos. De acuerdo con su oponente.
10.34-36 ; 16.2-3 ; 5.25-26

12.49-59

198- Torre de Siloé. Arrepentirse.


13.1-5

199- Parábola de la higuera plantada en una viña.


13.6-9

200- Una mujer encorvada por un espíritu por 18 años.


13.10-17

201- De camino a Jerusalén.


13.22

202- Entren por la puerta estrecha.
7.13-14

13.23-24

203- Se levantará y cerrará la puerta. Sólo el que hace la voluntad de Dios entrará en su reino.
7.21-23

13.25-30

204- Herodes quiere matar a Jesús que camina hoy, mañana y al tercer día.


13.31-33

205- Jerusalén que mata a los profetas será dejada desierta.
23.37-39

13.34-35

206- La sanación de un hombre hidrópico en un día de reposo.


14.1-6

207- Los invitados : primer o último lugar.


14.7-14

208- Parábola de las invitaciones a un gran banquete. Excusas.


14.15-24

209- Renuncia a todo para seguir a Jesús.
10.37-39

14.25-27

210- Sentarse y calcular antes de hacer. El sabor de la sal.


14.28-35

211- La oveja perdida. Arrepentimiento.
18.12-14

15.1-7

212- La moneda perdida.


15.8-10

213- Parábola del hijo perdido y del hijo fiel.


15.11-32

214- Parábola del ecónomo infiel.


16.1-13

215- Reproche de Jesús a los fariseos avaros.


16.14-18

216- Parábola del rico malvado y del pobre Lázaro. Arrepentimiento.


16.19-31

217- Escándalos. Reprender a un hermano. Perdonar 77 x 7 veces.


17.1-4

218- La fe como un grano de mostaza.


17.5-6

219- Sirvientes inútiles después de hacer todo.


17.7-10

220- Sanación de 10 leprosos.


17.11-19

221- El reino de Dios está en medio de vosotros.


17.20-21

222- Parábola del juez inicuo y de la viuda persistente.


18.1-8

223- Parábola de los 2 hombres orando en el templo.


18.9-14

224- Divorcio y nuevo matrimonio.
19.3-12
10.2-12
16.18

225- Dejad que los niños pequeños vengan a Jesús.
19.13-15
10.13-16
18.15-17

226- El joven rico: ¿Qué hacer para tener vida eterna?
19.16-26
10.17-27
18.18-27

227- Recompensa por dejar todo atrás. Juzgar a las 12 tribus.
19.27-30
10.28-31
18.28-30 ; 22.28-30

228- Parábola de los obreros contratados en diferentes horas del día.
20.1-16



229- La Pascua está próxima: muchos suben a Jerusalén.



11.55-57
230- Jesús anuncia sus sufrimientos, su muerte y su resurrección.
20.17-19
10.32-24
18.31-34

231- Una petición a Jesús de sentarse a su derecha y a su izquierda.
20.20-23
10.35-40


232- Los 10 indignados. El que quiere ser grande debe ser un servidor.
20.24-28
10.41-45
22.24-27

233- Sanación de 2 ciegos cerca de Jericó.
20.29-34
10.46-53
18.35-43

234- Jesús llama a Zaqueo, que está en un árbol.


19.1-10

235- Parábola de las diez minas. Negativa a dejar gobernar.


19.11-28

236- Jesús llega a Betania 6 días antes de la Pascua.  ►El día 8 del mes de Nisán (jueves, 30 de marzo del año 30).◄
21.1a
11.1a
19.29a
12.1
237- María, hermana de Lázaro, derrama perfume sobre Jesús.
26.6-13
14.3-9
7.36-50
12.2-8
238- Los judíos vienen a ver a Jesús y al Lázaro resucitado.  ►El día 9 del mes de Nisán (viernes, 31 de marzo del año 30).◄



12.9-11
239- Jesús sobre una asna yendo a Jerusalén.  ►El día 10 del mes de Nisán (sábado, 1 de abril del año 30).◄
21.1b-9
11.1b-10
19.29b-40
12.12-19
240- Jesús llora mientras profetiza la destrucción de Jerusalén.


19.41-44

241- Jesús entra en el templo de Jerusalén y luego va a Betania.
21.10-11
11.11


242 - Jesús habla a la higuera.  ►El día 11 del mes de Nisán (domingo, 2 de abril del año 30).◄
21.18-19
11.12-14


243 - Los vendedores expulsados del templo.
21.12-13
11.15-17
19.45-46

244- Sanaciones. Los niños alaban: "Hosanna...".
21.14-16



245- Sacerdotes y escribas procuran matar a Jesús.

11.18
19.47-48

246- El grano de trigo. Voz del cielo. Satanás será echado fuera.



12.20-26, 27-30, 31-36
247- Incrédulos a pesar de los milagros. Luz y tinieblas.



12.37-50
248 - Por la tarde, Jesús regresa a Betania.
21.17
11.19


249- Por la mañana, vieron la higuera seca.  ►El 12º día del mes de Nisán (lunes, 3 de abril del año 30).◄
21.19, 20-22
11.20-24


250- Perdonar para ser perdonado por Dios.

11.25-26


251- Pregunta sobre la autoridad de Jesús.
21.23-27
11.27-33
20.1-8

252- Parábola del padre que dice a sus dos hijos que vayan a trabajar.
21.28-32



253- Parábola de los viñadores malvados.
21.33-46
12.1-12
20.9-19

254- Parábola de los invitados a las bodas.
22.1-14



255- El pago del impuesto al César.
22.15-22
12.13-17
20.20-26

256- Los saduceos sobre la resurrección: una mujer que tuvo 7 maridos.
22.23-33
12.18-27
20.27-39

257- El gran mandamiento de la ley.
22.34-40
12.28-34a


258- Nadie se atreve a interrogar a Jesús.

12.34b
20.40

259- El hijo de David. "Dijo el Señor a mi Señor".
22.41-46
12.35-37a
20.41-44

260- Advertencia contra los escribas y los fariseos.
23.1-12
12.37b-40
20.45-47

261- La ofrenda de la viuda pobre.

12.41-44
21.1-4

262- Anuncio de la destrucción del templo (que tuvo lugar en el año 70).
24.1-2
13.1-2
21.5-6

263- Pregunta sobre la destrucción del templo. El fin del mundo y la venida de Jesús.
24.3
13.3-4
21.7

264- Falsos ungidos. Guerras. Hambrunas. Falsos profetas. Persecuciones.
24.4-14 ; 10.17-23
13.5-13
21.8-19

265- La abominación desoladora (ejércitos contra Jerusalén y Judea) en el tiempo del fin ("Mateo 24.29"; "Marcos 13.24").
24.15-25
13.14-23
21.20-24

266- Inmediatamente después de esta tribulación (en Jerusalén y Judea): sol, luna, venida de Jesús.
24.29-31
13.24-27
21.25-28

267- Comparación de este período cerca del fin con una higuera cerca del verano.
24.32-35
13.28-31
21.29-33

268- El día y la hora de la venida de Jesús.
24.36
13.32


269- Vela y ora. Exceso (comer, beber). Las preocupaciones de la vida.

13.33
21.34-36

270- Jesús será visto por todos, como el sol se muestra desde el Este hasta el Oeste.
24.26-27

17.22-25

271- El período en el que vendrá Jesús comparado con el de Noé y Lot .
24.37-39

17.26-30

272- La mujer de Lot. No tomar nada en ese momento.


17.31-33

273- El uno será tomado, y el otro será dejado.
24.28, 40-42

17.34-37 ; 12.35

274- Velando como un portero que espera la llegada de su amo.

13.34-36
12.36-38

275- Jesús vendrá como un ladrón que no avisa justo antes.
24.43-44
13.37
12.39-41

276- El siervo fiel y prudente y el siervo malvado.
24.45-51

12.42-48

277- Parábola de las 10 vírgenes.
25.1-13



278- Parábola de los talentos.
25.14-30



279- El juicio final ante el trono. Ovejas y cabritos separados.
25.31-46



280- Jesús: de día en el templo, de noche en el monte de los Olivos.


21.37-38

281- La Pascua 2 días después.
26.1-2
14.1a
22.1
13.1a
282- El complot de los religiosos contra Jesús.  ►El 12º día del mes de Nisán (lunes, 3 de abril del año 30).◄
26.3-5
14.1b-2
22.2

283- Satanás entra en Judas para entregar a Jesús por 30 piezas de plata.
26.14-16
14.10-11
22.3-6
13.2
284- Preparación para comer la Pascua.
26.17-19
14.12-16
22.7-13

285- En la cena de la Pascua.  ►El día 14 del mes de Nisán (miércoles, 5 de abril del año 30).◄
26.20
14.17
22.14

286- La última comida de Pascua.


22.15-18

287- Jesús lava los pies.



13.1-20
288- Jesús indica que Judas le traicionará. Judas se va.
26.21-25
14.18-21
22.21-23
13.21-32
289- En la cena de la Pascua: el pan y la copa. (1 Corintios 11.23-25)
26.26-29
14.22-25
22.19-20

290- Salen fuera cerca de la casa para ir a la montaña de los Olivos.
26.30
14.26


291- Un mandamiento nuevo.



13.33-35
292- Jesús anuncia que Pedro le negará.
26.31-35
14.27-31
22.31-34
13.36-38
293- Bolsa, espada.


22.35-38

294- El camino, la verdad. Ver al Padre (un otro sí mismo de Jesús). El Consolador, el Espíritu Santo. El Padre mayor que el Hijo.



14.1-31a
295- Van al monte de los Olivos.


22.39
14.31b
296- La vid y las ramas. Amar unos a otros. Mis amigos, si...



15.1-27
297- Pecado, justicia y juicio. El Espíritu guiará en la verdad. Pedir. Tribulaciones, coraje.



16.1-33
298- Jesús ora al Padre. « He manifestado tu nombre ». (Otro mismo: "Lucas 10:22"; "Juan 14:7-9"; "1 Juan 5:20-21"; "Mateo 28:19"; "Hechos 2:38").



17.1-26
299- En el huerto de Getsemaní (al otro lado del Cedrón), ubicado al pie del monte de los Olivos. Jesús tiene miedo y ora.
26.36-46
14.32-42
22.40-46
18.1
300- Judas entrega a Jesús para que sea arrestado.
26.47-56
14.43-52
22.47-53
18.2-11
301- Jesús es llevado ante Anás para un interrogatorio. Pedro sigue; se le hace entrar.
26.57-58
14.53-54
22.54-55
18.12-16, 18
302- Pedro niega a Jesús por primera vez (Jesús estaba en casa de Anás).
26.69-70
14.66-68a
22.56-57
18.17-18
303- Anás (también llamado sumo sacerdote: "Lucas 3.2", "Hechos 4.6") pregunta a Jesús (versículos 13 y 19).



18.19-23
304- Anás envía a Jesús a Caifás (versículo 24) que viviría separado en el mismo palacio que él (versículos 18 y 25), porque Pedro continúa calentándose en el mismo lugar (versículos 18 y 25a).



18.24
305- Pedro niega a Jesús por 2ª vez (Jesús estaba delante Caifás). Muchos han hablado.
26.71-72
14.68b-69
22.58
18.25
306- Poco después, Pedro niega a Jesús por tercera vez y el gallo canta (esto sería 1 hora después de que Pedro entró en el patio). Muchos han hablado.
26.73-75
14.70-72
22.59-62
18.26-27
307- Primera deliberación (por la noche): Jesús en el Sanedrín. Testimonios falsos.
26.59-66
14.55-64


308- Los hombres se burlan de Jesús y lo golpean.
26.67-68
14.65
22.63-65

309- Segunda deliberación (oficial de día): Jesús en el sanedrín para que reafirme quién es.
27.1
15.1a
22.66-71

310- Jesús llevado atado ante Pilato por la mañana.
27.2
15.1b
23.1
18.28a
311- Remordimiento y suicidio de Judas. 30 monedas de plata.
27.3-10



312- Jesús interrogado por el gobernador romano Pilato.
27.11-14
15.2-5
23.2-4
18.28b-38
313- Pilato envía a Jesús a Herodes y viceversa.


23.5-12

314- Pilato hace elegir entre Jesús y Barrabás.
27.15-26a
15.6-15a
23.13-25a
18.39-40
315- Pilato manda azotar a Jesús. Corona de espinas, burla, etc.
27.26b, 27-31a
15.15b, 16-20a
23.16
19.1-15
316- Jesús entregado y llevado para ser crucificado.
27.26c, 31b-31c
15.15c, 20b, 20c
23.25b
19.16, 17a
317- Jesús llevado para ser matado. Simón de Cirene. Mujeres llorando.
27.32
15.21
23.26-32

318- Llegado al lugar de la Calavera llamado Gólgota.
27.33-34
15.22-23
23.33a
19.17b
319- Jesús clavado entre dos ladrones. Un letrero.
27.37-38
15.24a, 25-28
23.33b, 38
19.18-22
320- Muchos se burlan de Jesús.
27.35-36, 39-43
15.24b, 29-32a
23.34-37
19.23-24
321- Los 2 ladrones insultan a Jesús, luego uno se arrepiente.
27.44
15.32b
23.39-43

322- Juan y mujeres se paran cerca de Jesús.



19.25-27
323- Oscuridad sobre toda la tierra (de Israel).
27.45
15.33
23.44-45a

324- Vinagre. Jesús clama y muere. El velo del templo se rasga.  ►El día 14 del mes de Nisán (miércoles, 5 de abril del año 30).◄
27.46-51a
15.34-38
23.45b-46
19.28-30
325- Terremoto. Sepulcros que se abren; los muertos salen de ellos después de la resurrección.
27.51b-53



326- Los guardias tienen miedo. La gente mira desde lejos.
27.54-56
15.39-41
23.47-49

327- Una lanza traspasa su costado; sale sangre y agua.



19.31-37
328- Era la preparación = la víspera de un día de descanso (de un sábado: "Levítico 23.7"). Jesús puesto en un sepulcro.
27.57-61
15.42-47
23.50-56a
19.38-42; 19.31b
329- Guardias vigilando el sepulcro.  ►El día 15 del mes de Nisán (jueves, 6 de abril del año 30).◄
27.62-66



330- Las mujeres compran aromáticos después de este gran sábado anual (descanso).  ►El día 16 del mes de Nisán (viernes, 7 de abril del año 30).◄

16.1
23.56b

331- Las mujeres descansan el sábado (el 7º día de la semana).  ►El día 17 del mes de Nisán (sábado, 8 de abril del año 30).◄


23.56c

332- Las mujeres en camino al sepulcro.  ►El día 18 del mes de Nisán (domingo, 9 de abril del año 30).◄
28.1
16.2a
24.1
20.1a
333- Un ángel remueve la piedra y los guardias se asustan.
28.2-4
16.2b-3


334- Las mujeres llegan al sepulcro, Jesús ya ha resucitado.
28.5-7
16.4-7
24.2-8
20.1b
335- Las mujeres corren a decirles a los discípulos lo que dijo el ángel.
28.8
16.8

20.2a
336- Las mujeres anuncian a los discípulos lo que ha dicho el ángel.


24.9-11
20.2b
337- Pedro y Juan corren al sepulcro para ver si Jesús está allí.


24.12
20.3-10
338- María Magdalena, habiendo vuelto al sepulcro, ve dos ángeles.



20.11-14a
339- María de Magdala ve a Jesús primero.
28.9a
16.9

20.14b-16
340- « No me toques: porque aun no he subido á mi Padre ».
28.9b-11
16.10

20.17-18
341- Los discípulos no creen que María de Magdala vio a Jesús.

16.11


342- A los soldados que vieron al ángel se les paga para mentir.
28.12-15



343- En el camino, Jesús se aparece a Simón y Cleofas.  ►El día 18 del mes de Nisán (domingo, 9 de abril del año 30).◄

16.12
24.13-29

344- Los 2 discípulos reconocen a Jesús, luego desaparece.


24.30-32

345- Los 2 discípulos van a Jerusalén para anunciar a los demás que han visto a Jesús.

16.13a
24.33a

346- Jesús se aparece a otros en Jerusalén. El Mensaje.  ►El día 18 del mes de Nisán (domingo, 9 de abril del año 30).◄

16.13b-14
24.33b-49
20.19-24
347- Tomás no cree que Jesús viva.



20.25
348- Jesús se muestra a los discípulos 8 días después. Tomás toca a Jesús.  ►El día 26 del mes de Nisán (lunes, 17 de abril del año 30).◄



20.26-29
349- Los 11 discípulos van a Galilea.
28.16a



350- Jesús se aparece a sus discípulos junto al mar. 153 pescados grandes. Comida.



21.1-14
351- "Apacienta mis ovejas" . Jesús le pregunta a Pedro 3 veces: "¿Me amas?"



21.15-25
352- Jesús instruye a los discípulos en una montaña en Galilea.
28.16b-20
16.15-18


353- Jesús instruye a los discípulos en el monte de los Olivos, cerca de Betania.   {Hechos 1.4-5, 8-9}

16.19a
24.50a

354- Jesús es llevado al cielo, luego regresan a Jerusalén.  {"Hechos 1.2, 9-11, 12, 13" ; "Mateo 24.30-31" ; "1 Tesalonicenses 4.16-17"}  ►El día 27 del mes de Iyar (jueves,18 de mayo del año 30).◄

16.19b
24.50b-53

355- Reciben el Espíritu Santo el día de Pentecostés.  ►El día 8 del mes de Sivan (domingo, 28 de mayo del año 30).◄  {"Hechos 2.1-4"}




356- Van a anunciar el evangelio en todas partes (confirmado por el libro de los "Hechos de los apóstoles").

16.20


357- Creer en Jesús el Mesías ("Juan 1.41"), el Hijo de Dios, para tener vida eterna.



20.30-31





Número de versículos por capítulo.
capítulos
versículos

Mateo Marcos Lucas Juan
1
25
45
80
51
2
23
28
52
25
3
17
35
38
36
4
25
41
44
54
5
48
43
39
47
6
34
56
49
71
7
29
37
50
53
8
34
38
56
59
9
38
51
62
41
10
42
53
42
42
11
30
33
54
57
12
50
44
59
50
13
58
37
35
38
14
36
72
35
31
15
39
47
32
27
16
28
20
31
33
17
27
-
37
26
18
35
-
43
40
19
30
-
48
42
20
34
-
47
31
21
46
-
38
25
22
46
-
71
-
23
39
-
56
-
24
51
-
53
-
25
46
-
-
-
26
75
-
-
-
27
66
-
-
-
28
20
-
-
-



^▲^

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Por rh.

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