Puede
comparar con el interlineal "griego/español" que tiene los números
de Strong y cada palabra griega analizada, o con esto.
¡Atención! JavaScript debe estar activado para que
el enlace desde un ▲ o
un número de capítulo funcione al hacer clic en él. Última
actualización : 25 de agosto de 2025.
1.1
Puesto que muchos han intentado poner en orden un relato acerca de las
cosas que han sido ciertísimas entre nosotros,
1.2 así como nos las transmitieron los que
desde el principio fueron testigos oculares y ministros de la palabra,
1.3 me ha parecido bien también a mí, después
de haberlo investigado todo con diligencia desde el comienzo,
escribírtelas en orden, oh excelentísimo Teófilo,
1.4 para que conozcas bien la verdad de las
cosas en las cuales has sido instruido.
1.1
El principio del evangelio de Jesucristo, el Hijo de Dios.
1.1
En el principio era la Palabra, y la Palabra era con Dios, y la Palabra
era Dios.
1.2 Ella era en el principio con Dios.
1.3 Todas las cosas fueron hechas por medio de
ella, y sin ella no fue hecho nada de lo que ha sido hecho.
1.4 En ella estaba la vida, y la vida era la
luz de los hombres.
1.5 La luz resplandece en las tinieblas, y las
tinieblas no la vencieron {o "no la
percibieron", o "no la comprendieron"}.
1.5
En los días de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado
Zacarías, de la clase de Abías. Su esposa era de las hijas de Aarón, y
se llamaba Elisabet.
1.6
Ambos eran justos delante de Dios, y vivían irreprensiblemente en todos
los mandamientos y las ordenanzas del Señor.
1.7 No tenían hijos, porque Elisabet era
estéril y ambos eran de edad avanzada.
1.8 Aconteció que cuando Zacarías ejercía el
sacerdocio delante de Dios, en el turno de su clase,
1.9 conforme a la costumbre del sacerdocio le
tocó por sorteo entrar en el templo del Señor para quemar el incienso.
1.10 Toda la multitud del pueblo estaba fuera,
orando, a la hora del incienso.
1.11 Entonces el ángel del Señor se le apareció,
puesto de pie a la derecha del altar del incienso.
1.12 Zacarías se turbó cuando lo vio, y el temor se
apoderó de él.
1.13 Pero el ángel le dijo: -¡No temas, Zacarías!
Porque tu oración ha sido atendida. Tu esposa Elisabet te dará a luz un
hijo y llamarás su nombre Juan.
1.14 Tendrás gozo y alegría, y muchos se gozarán de
su nacimiento
1.15 porque él será grande delante del Señor. Nunca
beberá vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde el
vientre de su madre.
1.16 Y hará que muchos de los hijos de Israel vuelvan
al Señor su Dios.
1.17 Él mismo irá delante del Señor con el espíritu y
el poder de Elías para hacer volver los corazones de los padres a los
hijos y los desobedientes a la prudencia de los justos, para preparar
al Señor un pueblo apercibido.
1.18 Y Zacarías dijo al ángel: -¿Cómo podré estar
seguro de esto? Pues yo soy viejo y mi esposa es de edad avanzada.
1.19 Respondió el ángel y le dijo: -Yo soy Gabriel,
que estoy delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte
estas buenas nuevas.
1.20 He aquí, quedarás mudo e incapaz de hablar hasta
el día en que se realice esto, por cuanto no has creído a mis palabras
las cuales se cumplirán a su debido tiempo.
1.21 El pueblo estaba esperando a Zacarías, y se
extrañaba de que él pasara tanto tiempo en el templo.
1.22 Cuando salió, no les podía hablar; y se dieron
cuenta de que había visto una visión en el templo. Él se comunicaba con
ellos por señas pues se había quedado mudo.
1.23
Sucedió que,
cuando se cumplieron los días de este ministerio, él se fue a su casa.
1.24
Y después de aquellos días su mujer Elisabet concibió y se recluyó por
cinco meses diciendo:
1.25 -Así ha hecho conmigo el Señor en los días en
que se dignó mirarme para quitar mi afrenta entre los hombres.
▲5-
Un ángel anuncia a María la concepción y el nacimiento de Jesús.
1.18a El
nacimiento de Jesucristo fue así: (...)
1.26
En el sexto mes, el
ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada
Nazaret,
1.27
a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David.
El nombre de la virgen era María.
1.28 Cuando entró a donde ella estaba, dijo: -¡Te
saludo, muy favorecida! El Señor está contigo.
1.29 Pero ella se turbó por sus palabras y se
preguntaba qué clase de salutación sería esta.
1.30 Entonces el ángel le dijo: -¡No temas, María,
porque has hallado gracia ante Dios!
1.31 He aquí concebirás en tu vientre y darás a luz
un hijo, y llamarás su nombre Jesús.
1.32 Este será grande, y será llamado Hijo del
Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de su padre David.
1.33 Reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y
de su reino no habrá fin.
1.34 Entonces María dijo al ángel: -¿Cómo será esto?
Porque yo no conozco varón.
1.35 Respondió el ángel y le dijo: -El Espíritu Santo
vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por
lo cual también el santo Ser que nacerá será llamado Hijo de Dios.
1.36 He aquí, también tu parienta Elisabet ha
concebido un hijo en su vejez. Este es el sexto mes para ella que era
llamada estéril.
1.37 Porque ninguna cosa será imposible para Dios.
1.38
Entonces María dijo: -He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo
conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de ella.
1.18b
(...)
Su madre María estaba desposada con José; y antes de que se unieran se
halló que ella había concebido del Espíritu Santo.
1.14a Y la
Palabra se hizo carne (...)
▲7-
Un ángel le dice a José que el niño es del Espíritu Santo.
1.19
José, su marido, como era justo y no quería difamarla, se propuso
dejarla secretamente.
1.20 Mientras él pensaba en esto, he aquí un ángel
del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no
temas recibir a María tu mujer, porque lo que ha sido engendrado en
ella es del Espíritu Santo.
1.21 Ella dará a luz un hijo; y llamarás su nombre
Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.
1.22 Todo esto aconteció para que se cumpliera lo que
habló el Señor por medio del profeta, diciendo:
1.23 He aquí, la virgen concebirá y dará a luz un
hijo, y llamarán su nombre Emanuel , que traducido quiere decir: Dios
con nosotros.
1.24 Cuando José despertó del sueño, hizo como el
ángel del Señor le había mandado y recibió a su mujer.
1.25 Pero no la conoció hasta que ella dio a luz un
hijo, y llamó su nombre Jesús.
1.39
En esos días se levantó
María y fue de prisa a una ciudad en la región montañosa de Judá.
1.40
Entró en casa de Zacarías y saludó a Elisabet.
1.41 Aconteció que, cuando Elisabet oyó el saludo de
María, la criatura saltó en su vientre. Y Elisabet fue llena del
Espíritu Santo,
1.42 y exclamó a gran voz y dijo: -¡Bendita tú entre
las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
1.43 ¿De dónde se me concede esto, que la madre de mi
Señor venga a mí?
1.44 Porque he aquí, cuando llegó a mis oídos la voz
de tu saludo, la criatura saltó de alegría en mi vientre.
1.45 Bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá
lo que le ha sido dicho de parte del Señor.
1.46 Y María dijo: -Engrandece mi alma al Señor;
1.47 y mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador,
1.48 porque ha mirado la bajeza de su sierva. He
aquí, pues, desde ahora me tendrán por bienaventurada todas las
generaciones,
1.49 porque el Poderoso ha hecho grandes cosas
conmigo. Su nombre es santo,
1.50 y su misericordia es de generación en
generación, para con los que le temen.
1.51 Hizo proezas con su brazo; esparció a los
soberbios en el pensamiento de sus corazones.
1.52 Quitó a los poderosos de sus tronos y levantó a
los humildes.
1.53 A los hambrientos sació de bienes y a los ricos
los despidió vacíos.
1.54 Ayudó a Israel, su siervo, para acordarse de la
misericordia,
1.55 tal como habló a nuestros padres; a Abraham y a
su descendencia para siempre.
1.56
Y María se quedó con ella como tres meses, y regresó a su casa.
1.57
Se cumplió para
Elisabet el tiempo de su alumbramiento, y dio a luz un hijo.
1.58
Los vecinos y los parientes oyeron que Dios había engrandecido su
misericordia hacia ella y se regocijaron con ella.
1.59 Aconteció que, al octavo día, vinieron para
circuncidar al niño, y lo llamaban con el nombre de su padre, Zacarías.
1.60 Y su madre respondiendo, dijo: -¡No! Más bien
será llamado Juan.
1.61 Y le dijeron: -No hay nadie en tu familia que se
llame con este nombre.
1.62 Preguntaban por señas a su padre cómo quería
llamarle.
1.63 Y, pidiendo una tablilla escribió diciendo:
“Juan es su nombre”. Y todos se maravillaron.
1.64 Al instante su boca fue abierta, y se le soltó
la lengua y comenzó a hablar bendiciendo a Dios.
1.65 Cayó temor sobre todos sus vecinos, y por toda
la región montañosa de Judá se divulgaban todas estas cosas.
1.66 Y todos los que las oían las guardaban en su
corazón, diciendo: -Pues, ¿quién será este niño? Porque ciertamente la
mano del Señor estaba con él.
1.67 Zacarías, su padre, fue lleno del Espíritu Santo
y profetizó diciendo:
1.68 -Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha
visitado y redimido a su pueblo.
1.69 Ha levantado para nosotros un Salvador poderoso
en la casa de su siervo David,
1.70 tal como habló por boca de sus santos profetas
que fueron desde antiguo:
1.71 Salvación de nuestros enemigos y de la mano de
todos los que nos aborrecen,
1.72 para hacer misericordia con nuestros padres y
para acordarse de su santo pacto.
1.73 Este es el juramento que juró a Abraham nuestro
padre, para concedernos que,
1.74 una vez rescatados de las manos de los enemigos,
le sirvamos sin temor,
1.75 en santidad y en justicia delante de él todos
nuestros días.
1.76 Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo
porque irás delante del Señor para preparar sus caminos;
1.77 para dar a su pueblo conocimiento de salvación
en el perdón de sus pecados
1.78 a causa de la entrañable misericordia de nuestro
Dios, con que la luz de la aurora nos visitará de lo alto;
1.79 para alumbrar a los que habitan en tinieblas y
en sombra de muerte; para encaminar nuestros pies por caminos de paz.
1.80a
Y el niño crecía y se fortalecía en espíritu, (...)
2.1
Aconteció en aquellos días que salió un edicto de parte de César
Augusto para levantar un censo de todo el mundo habitado.
2.2 Este primer censo se realizó mientras
Cirenio era gobernador de Siria.
2.3 Todos iban para inscribirse en el censo,
cada uno a su ciudad.
2.4 Entonces José también subió desde Galilea,
de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David que se llama
Belén, porque él era de la casa y de la familia de David,
2.5 para inscribirse con María, su esposa,
quien estaba encinta.
2.1a
Jesús nació en Belén de Judea, en días del rey Herodes. (...)
2.6
Aconteció que, mientras ellos estaban allí, se cumplieron los días de
su alumbramiento
2.7 y dio a luz a su hijo primogénito. Lo
envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre porque no había lugar
para ellos en el mesón.
1.14b (...) y {la palabra
hecha carne que era Dios} habitó entre nosotros, y contemplamos
su gloria, como la gloria del unigénito del Padre lleno de gracia y de
verdad.
---
1.9 Aquel era la luz verdadera que alumbra a
todo hombre que viene al mundo.
1.10 En el mundo estaba y el mundo fue hecho por
medio de él, pero el mundo no lo conoció.
1.11 A lo suyo vino pero los suyos no lo recibieron.
1.12 Pero a todos los que lo recibieron, a los que
creen en su nombre, les dio derecho de ser hechos hijos de Dios,
1.13 los cuales nacieron no de sangre ni de la
voluntad de la carne ni de la voluntad de varón sino de Dios.
▲12-
Un ángel anuncia a los pastores que ha nacido el Salvador, el Cristo
[el Ungido prometido], el Señor.
2.8
Había pastores en
aquella región que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre
su rebaño.
2.9
Y un ángel del Señor se presentó ante ellos y la gloria del Señor los
rodeó de resplandor; y temieron con gran temor.
2.10 Pero el ángel les dijo: -No teman, porque he
aquí les doy buenas noticias de gran gozo que serán para todo el pueblo:
2.11 que hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un
Salvador, que es Cristo el Señor.
2.12 Y esto les servirá de señal: Hallarán al niño
envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
2.13 De repente, apareció con el ángel una multitud
de las huestes celestiales que alababan a Dios y decían:
2.14 -¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra
paz entre los hombres de buena voluntad!
2.15 Aconteció que cuando los ángeles se fueron de
ellos al cielo los pastores se decían unos a otros: -Pasemos ahora
mismo hasta Belén y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha
dado a conocer.
2.16 Fueron de prisa y hallaron a María y a José, y
al niño acostado en el pesebre.
2.17 Al verle, dieron a conocer lo que les había sido
dicho acerca de este niño.
2.18 Todos los que oyeron se maravillaron de lo que
los pastores les dijeron;
2.19 pero María guardaba todas estas cosas
meditándolas en su corazón.
2.20
Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo
que habían oído y visto, tal como les había sido dicho.
1.1
Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.
1.2 Abraham engendró a Isaac; Isaac engendró a
Jacob; Jacob engendró a Judá y a sus hermanos;
1.3 Judá engendró de Tamar a Fares y a Zéraj;
Fares engendró a Hesrón; Hesrón engendró a Aram;
1.4 Aram engendró a Aminadab; Aminadab engendró
a Najsón; Najsón engendró a Salmón;
1.5 Salmón engendró de Rajab a Boaz; Boaz
engendró de Rut a Obed; Obed engendró a Isaí;
1.6 Isaí engendró al rey David. David engendró
a Salomón, de la que fue mujer de Urías;
1.7 Salomón engendró a Roboam; Roboam engendró
a Abías; Abías engendró a Asa;
1.8 Asa engendró a Josafat; Josafat engendró a
Joram; Joram engendró a Uzías;
1.9 Uzías engendró a Jotam; Jotam engendró a
Acaz; Acaz engendró a Ezequías;
1.10 Ezequías engendró a Manasés; Manasés engendró a
Amón; Amón engendró a Josías;
1.11 Josías engendró a Jeconíasa y a sus hermanos en
el tiempo de la deportación a Babilonia.
1.12 Después de la deportación a Babilonia, Jeconíasa
engendró a Salatiel; Salatiel engendró a Zorobabel;
1.13 Zorobabel engendró a Abiud; Abiud engendró a
Eliaquim; Eliaquim engendró a Azor;
1.14 Azor engendró a Sadoc; Sadoc engendró a Aquim;
Aquim engendró a Eliud;
1.15 Eliud engendró a Eleazar; Eleazar engendró a
Matán; Matán engendró a Jacob.
1.16 Jacob engendró a José, marido de María, de la
cual nació Jesús, llamado el Cristo.
1.17 De manera que todas las generaciones desde
Abraham hasta David son catorce generaciones, y desde David hasta la
deportación a Babilonia son catorce generaciones, y desde la
deportación a Babilonia hasta el Cristo son catorce generaciones.
3.23b
(...){Jesús}
Él era (según se creía) hijo de José,
3.24 hijo de Elí, hijo de Matat, hijo de Leví, hijo
de Melqui, hijo de Jana, hijo de José,
3.25 hijo de Matatías, hijo de Amós, hijo de Nahúm,
hijo de Esli,
3.26 hijo de Nagai, hijo de Maat, hijo de Matatías,
hijo de Semei, hijo de José, hijo de Judá,
3.27 hijo de Joanán, hijo de Resa, hijo de Zorobabel,
hijo de Salatiel,
3.28 hijo de Neri, hijo de Melqui, hijo de Adi, hijo
de Cosam, hijo de Elmodam, hijo de Er,
3.29 hijo de Josué, hijo de Eliezer, hijo de Jorim,
hijo de Matat,
3.30 hijo de Leví, hijo de Simeón, hijo de Judá, hijo
de José, hijo de Jonán, hijo de Eliaquim,
3.31 hijo de Melea, hijo de Mainán, hijo de Matata,
hijo de Natán,
3.32 hijo de David, hijo de Isaí, hijo de Obed, hijo
de Boaz, hijo de Salá, hijo de Najsón,
3.33 hijo de Aminadab, hijo de Admín, hijo de Arní,
hijo de Hesrón, hijo de Fares, hijo de Judá,
3.34 hijo de Jacob, hijo de Isaac, hijo de Abraham,
hijo de Taré,
3.35 hijo de Nacor, hijo de Serug, hijo de Ragau,
hijo de Peleg, hijo de Heber, hijo de Sélaj,
3.36 hijo de Cainán, hijo de Arfaxad, hijo de Sem,
hijo de Noé,
3.37 hijo de Lamec, hijo de Matusalén, hijo de Enoc,
hijo de Jared, hijo de Mahalaleel, hijo de Cainán,
3.38 hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adán, hijo de
Dios.
▲14-
Circuncisión de Jesús a la edad de ocho días (Levítico 12.1-3) .
2.21
Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, llamaron
su nombre Jesús, nombre que le fue puesto por el ángel antes que él
fuera concebido en el vientre.
▲15-
El niño Jesús presentado al Señor en Jerusalén después de los 40 días
de purificación de María (Levítico
12.1-7) .
2.22
Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos conforme a la
Ley de Moisés, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor
2.23 (así como está escrito en la ley del Señor: Todo
varón que abre la matriz será llamado santo al Señor)
2.24 y para dar la ofrenda conforme a lo dicho en la
ley del Señor: un par de tórtolas o dos pichones de paloma.
▲16-
En Jerusalén, el Espíritu Santo guía a Simeón al templo para que vea a
Jesús.
2.25
He aquí, había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre era
justo y piadoso; esperaba la consolación de Israel y el Espíritu Santo
estaba sobre él.
2.26
A él le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la
muerte antes que viera al Cristo del Señor.
2.27 Movido por el Espíritu, entró en el templo; y
cuando los padres trajeron al niño Jesús para hacer con él conforme a
la costumbre de la ley,
2.28 Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios
diciendo:
2.29 -Ahora, Soberano Señor, despide a tu siervo en
paz conforme a tu palabra;
2.30 porque mis ojos han visto tu salvación
2.31 que has preparado en presencia de todos los
pueblos:
2.32 luz para revelación de las naciones y gloria de
tu pueblo Israel.
2.33 Su padre y su madre se maravillaban de las cosas
que se decían de él.
2.34 Y Simeón los bendijo y dijo a María, su madre:
-He aquí, este es puesto para caída y para levantamiento de muchos en
Israel, y para señal que será contradicha,
2.35
para que sean descubiertos los pensamientos de muchos corazones. Y una
espada traspasará tu misma alma.
▲17-
En el templo, la profetisa Ana, de 84 años, habla de Jesús.
2.36
También estaba allí la profetisa Ana, hija de Fanuel, de la tribu de
Aser. Ella era de edad avanzada, pues había vivido con su marido siete
años desde su matrimonio
2.37 y había quedado como viuda hasta ochenta y
cuatro años. No se apartaba del templo, sirviendo con ayunos y
oraciones de noche y de día.
2.38 En la misma hora acudió al templo, y daba
gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la
redención en Jerusalén.
▲18-
De Jerusalén, José y María parten con el niño Jesús, no a Bethlehem
(Belén), sino a Nazaret .
2.39
Cuando cumplieron con todos los requisitos de la ley del Señor,
volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.
▲19-
Unos sabios de Oriente llegan a Jerusalén. [+]
2.1b (...)
Y he aquí unos magos vinieron del
oriente a Jerusalén
2.2
preguntando: -¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque
hemos visto su estrella en el oriente y hemos venido para adorarle.
2.3 Cuando el rey Herodes oyó esto, se turbó, y
toda Jerusalén con él.
2.4 Y habiendo convocado a todos los
principales sacerdotes y a los escribas del pueblo, les preguntó dónde
había de nacer el Cristo.
2.5 Ellos le dijeron: -En Belén de Judea,
porque así está escrito por el profeta:
2.6 Y tú, Belén, en la tierra de Judá, de
ninguna manera eres la más pequeña entre los gobernadores de Judá;
porque de ti saldrá un gobernante que pastoreará a mi pueblo Israel .
2.7 Entonces Herodes llamó en secreto a los
magos e indagó de ellos el tiempo de la aparición de la estrella.
2.8 Y enviándolos a Belén, les dijo: -Vayan y
averigüen con cuidado acerca del niño. Tan pronto lo hallen, háganmelo
saber, para que yo también vaya y lo adore.
2.9 Ellos, después de oír al rey, se fueron. Y
he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de
ellos, hasta que llegó y se detuvo sobre donde estaba el niño.
2.10 Al ver la estrella, se regocijaron con gran
alegría.
2.11 Cuando entraron en la casa, vieron al niño con
María su madre, y postrándose lo adoraron. Entonces abrieron sus
tesoros y le ofrecieron presentes de oro, incienso y mirra.
2.12
Pero, advertidos por revelación en sueños que no volvieran a Herodes,
regresaron a su país por otro camino.
▲20-
En un sueño en Nazaret, un ángel le dice a José que huya a Egipto con
Jesús y María.
2.13
Después que ellos partieron, he aquí un ángel del Señor se le apareció
en sueños a José diciendo: “Levántate; toma al niño y a su madre, y
huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te diga, porque Herodes va a
buscar al niño para matarlo”.
2.14
Entonces José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue
a Egipto.
2.15 Y estuvo allí hasta la muerte de Herodes, para
que se cumpliera lo que habló el Señor por medio del profeta, diciendo:
De Egipto llamé a mi hijo.
2.16 Entonces Herodes, al verse burlado por los
magos, se enojó sobremanera y mandó matar a todos los niños varones en
Belén y en todos sus alrededores, de dos años de edad para abajo,
conforme al tiempo que había averiguado de los magos.
2.17 Entonces se cumplió lo dicho por medio del
profeta Jeremías, diciendo:
2.18
Voz fue oída en Ramá; grande llanto y lamentación. Raquel lloraba por
sus hijos, y no quería ser consolada, porque perecieron .
▲21-
En Egipto, un ángel le dijo a José en un sueño que regresara a Israel.
Luego en otro sueño, Dios le dijo que fuera a Galilea donde volvió a
vivir en Nazaret .
2.19
Cuando hubo muerto Herodes, he aquí un ángel del Señor se le apareció
en sueños a José en Egipto
2.20 diciendo: “Levántate, toma al niño y a su madre,
y ve a la tierra de Israel, porque han muerto los que procuraban quitar
la vida al niño”.
2.21 Entonces él se levantó, tomó al niño y a su
madre, y entró en la tierra de Israel.
2.22 Pero, al oír que Arquelao reinaba en Judea en
lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá y, advertido por
revelación en sueños, fue a las regiones de Galilea.
2.23 Habiendo llegado, habitó en la ciudad que se
llama Nazaret. Así se cumplió lo dicho por medio de los profetas, que
había de ser llamado nazareno.
▲22-
Jesús creció en Nazaret en sabiduría y con la gracia de Dios.
2.40
El niño {Jesús}
crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios
estaba sobre él.
▲23-
A los 12 años, Jesús va a Jerusalén con sus padres para la Pascua, y
luego regresan a Nazaret . ►Pascua, el
día 14 del mes de Nisán.◄
2.41
Iban sus padres todos
los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua.
2.42
Cuando cumplió doce años, subieron ellos a Jerusalén conforme a la
costumbre de la fiesta.
2.43 Una vez acabados los días de la fiesta, mientras
ellos volvían, el niño Jesús se quedó en Jerusalén; y sus padres no lo
supieron.
2.44 Suponiendo que él estaba en la caravana, fueron
un día de camino y lo buscaban entre los parientes y los conocidos.
2.45 Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén
buscándole.
2.46 Aconteció que después de tres días lo
encontraron en el templo sentado en medio de los maestros,
escuchándolos y haciéndoles preguntas.
2.47 Todos los que lo oían se asombraban de su
entendimiento y de sus respuestas.
2.48 Cuando lo vieron se maravillaron, y su madre le
dijo: -Hijo, ¿por qué has hecho así con nosotros? He aquí, tu padre y
yo te buscábamos con angustia.
2.49 Entonces él les dijo: -¿Por qué me buscaban? ¿No
sabían que en los asuntos de mi Padre me es necesario estar?
2.50 Pero ellos no entendieron el dicho que les habló.
2.51 Descendió con ellos y fue a Nazaret, y estaba
sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.
2.52
Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y
los hombres.
1.80b
(...) y {Juan el
Bautista} estaba en el desierto hasta el día de su manifestación
a Israel.
▲25- Misión de Juan
el bautizador. ►Dans la 2e
moitié de l'an 28.◄
3.1
En aquellos días apareció Juan el Bautista predicando en el desierto de
Judea
3.2 y diciendo: “¡Arrepiéntanse, porque el
reino de los cielos se ha acercado!”.
3.3 Pues este es aquel de quien fue dicho por
medio del profeta Isaías: Voz del que proclama en el desierto:
“Preparen el camino del Señor; enderecen sus sendas” .
1.2
Como está escrito en el profeta Isaías: He aquí envío mi mensajero
delante de ti, quien preparará tu camino .
1.3 Voz del que proclama en el desierto:
“Preparen el camino del Señor; enderecen sus sendas” .
1.4 Así Juan el Bautista apareció en el
desierto predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de
pecados.
3.1
En el año quince del gobierno de Tiberio César, siendo Poncio Pilato
procurador de Judea, Herodes tetrarca de Galilea, su hermano Felipe
tetrarca de las regiones de Iturea y de Traconite, y Lisanias tetrarca
de Abilinia;
3.2 en tiempo de los sumos sacerdotes Anás y
Caifás, vino palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.
3.3 Entonces él anduvo por toda la región
alrededor del Jordán predicando el bautismo del arrepentimiento para
perdón de pecados,
3.4 como está escrito en el libro de las
palabras del profeta Isaías, que dice: Voz del que proclama en el
desierto: “Preparen el camino del Señor; enderecen sus sendas.
3.5 Todo valle será rellenado, y toda montaña y
colina serán rebajadas. Los senderos torcidos serán enderezados; y los
caminos ásperos, allanados;
3.6 y toda carne verá la salvación de Dios” .
1.6
Hubo un hombre enviado por Dios que se llamaba Juan.
1.7 Él vino como testimonio, a fin de dar
testimonio de la luz para que todos creyeran por medio de él.
1.8 No era él la luz sino que vino para dar
testimonio de la luz.
3.4
Juan mismo estaba vestido de pelo de camello y con un cinto de cuero a
la cintura. Su comida era langostas y miel silvestre.
3.5 Entonces salían a él Jerusalén y toda Judea
y toda la región del Jordán
3.6 y, confesando sus pecados, eran bautizados
por él en el río Jordán.
1.5
Y salía a él toda la provincia de Judea y todos los de Jerusalén; y
eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados.
1.6 Juan estaba vestido de pelo de camello y
con un cinto de cuero a la cintura, y comía langostas y miel silvestre.
3.7
Pero cuando Juan vio que muchos de los fariseos y de los saduceos
venían a su bautismo, les decía: “¡Generación de víboras! ¿Quién les
enseñó a huir de la ira venidera?
3.8 Produzcan, pues, frutos dignos de
arrepentimiento;
3.9 y no piensen decir dentro de ustedes: ‘A
Abraham tenemos por padre’. Porque yo les digo que aun de estas piedras
Dios puede levantar hijos a Abraham.
3.10 El hacha ya está puesta a la raíz de los
árboles. Por lo tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y
echado al fuego.
3.7
Juan, pues, decía a las multitudes que salían para ser bautizadas por
él: -¡Generación de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la ira
venidera?
3.8 Produzcan, pues, frutos dignos de
arrepentimiento y no comiencen a decir dentro de ustedes mismos: “A
Abraham tenemos por padre”. Porque les digo que aun de estas piedras
Dios puede levantar hijos a Abraham.
3.9 También, el hacha ya está puesta a la raíz
de los árboles. Por lo tanto, todo árbol que no da buen fruto es
cortado y echado al fuego.
3.10 Las multitudes le preguntaban diciendo: -Pues,
¿qué haremos?
3.11 Respondiendo les decía: -El que tiene dos
túnicas dé al que no tiene, y el que tiene comida haga lo mismo.
3.12 También fueron unos publicanos para ser
bautizados y le preguntaron: -Maestro, ¿qué haremos?
3.13 Él les decía: -No cobren más de lo que les está
ordenado.
3.14 También unos soldados le preguntaban diciendo:
-Y nosotros, ¿qué haremos? Él les dijo: -No hagan extorsión ni
denuncien falsamente a nadie, y conténtense con sus salarios.
▲26-
Juan el bautizador deja claro que él no es el Cristo que bautizará en
Espíritu Santo y fuego.
3.11
Yo, a la verdad, los bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que
viene después de mí, cuyo calzado no soy digno de llevar, es más
poderoso que yo. Él les bautizará en el Espíritu Santo y fuego.
3.12 Su aventador está en su mano, y limpiará su era.
Recogerá su trigo en el granero y quemará la paja en el fuego que nunca
se apagará”.
1.7
Y predicaba diciendo: “Viene tras de mí el que es más poderoso que yo,
a quien no soy digno de desatar, agachado, la correa de su calzado.
1.8 Yo les he bautizado en agua pero él les
bautizará en el Espíritu Santo”.
3.15
Como el pueblo estaba a la expectativa, y todos especulaban en su
corazón si acaso Juan sería el Cristo,
3.16 Juan respondió a todos diciendo: -Yo, a la
verdad, les bautizo en agua. Pero viene el que es más poderoso que yo,
de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado. Él les
bautizará en el Espíritu Santo y fuego.
3.17 Su aventador está en su mano para limpiar su era
y juntar el trigo en su granero, pero quemará la paja en el fuego que
nunca se apagará.
3.18 Así que, exhortando con estas y otras muchas
cosas, anunciaba las buenas noticias al pueblo.
1.15
Juan dio testimonio de él y proclamó diciendo: “Este es aquel de quien
dije: El que viene después de mí ha llegado a ser antes de mí porque
era primero que yo”.
1.16 Porque de su plenitud todos nosotros recibimos,
y gracia sobre gracia.
1.17 La ley fue dada por medio de Moisés, pero la
gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo.
1.18 A Dios nadie lo ha visto jamás; el Dios único
que está en el seno del Padre, él lo ha dado a conocer.
▲27-
Bautismo de Jesucristo. ►Alrededor
de principios del año 29.◄
3.13
Entonces Jesús vino de Galilea al Jordán, a Juan, para ser bautizado
por él.
3.14 Pero Juan procuraba impedírselo diciendo: -Yo
necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?
3.15 Pero Jesús le respondió: -Permítelo por ahora,
porque así nos conviene cumplir toda justicia. Entonces se lo permitió.
3.16 Y cuando Jesús fue bautizado, en seguida subió
del agua, y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de
Dios que descendía como paloma y venía sobre él.
3.17 Y he aquí, una voz de los cielos decía: “Este es
mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”.
1.9
Aconteció en aquellos días que Jesús vino de Nazaret de Galilea y fue
bautizado por Juan en el Jordán.
1.10 Y en seguida, mientras subía del agua, vio que
los cielos se abrían y que el Espíritu descendía sobre él como paloma.
1.11 Y vino una voz desde el cielo: “Tú eres mi Hijo
amado; en ti tengo complacencia”.
3.21
Aconteció que, en el tiempo en que todo el pueblo era bautizado,
también Jesús fue bautizado. Y mientras oraba, el cielo fue abierto
3.22 y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma
corporal, como paloma. Luego vino una voz del cielo: “Tú eres mi Hijo
amado; en ti tengo complacencia”.
3.23a Al comenzar su ministerio, Jesús tenía como treinta años. (...)
▲28- Jesús ayuna
durante 40 días en el desierto donde es probado (tentado).
4.1
Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado
por el diablo.
4.2 Y después de haber ayunado cuarenta días y
cuarenta noches, tuvo hambre.
1.12
En seguida el Espíritu lo impulsó al desierto,
1.13a y estuvo en el desierto cuarenta días, siendo
tentado por Satanás. Estaba con las fieras (...)
4.1
Entonces Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue
llevado por el Espíritu al desierto
4.2 por cuarenta días, y era tentado por el
diablo. No comió nada en aquellos días; y cuando fueron cumplidos, tuvo
hambre.
4.3
El tentador se acercó y le dijo: -Si eres Hijo de Dios, di que estas
piedras se conviertan en pan.
4.4 Pero él respondió y dijo: -Escrito está: No
solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca
de Dios.
4.3
Entonces el diablo le dijo: -Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que
se haga pan.
4.4 Jesús le respondió: -Escrito está: No solo
de pan vivirá el hombre.
4.5
Entonces el diablo lo llevó a la santa ciudad, lo puso de pie sobre el
pináculo del templo,
4.6 y le dijo: -Si eres Hijo de Dios, échate
abajo, porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y en
sus manos te llevarán, de modo que nunca tropieces con tu pie en piedra
.
4.7 Jesús le dijo: -Además está escrito: No
pondrás a prueba al Señor tu Dios.
4.9
Y lo llevó a Jerusalén y lo puso de pie sobre el pináculo del templo, y
le dijo: -Si eres Hijo de Dios échate de aquí abajo.
4.10 Porque escrito está: A sus ángeles mandará
acerca de ti para que te guarden,
4.11 y en sus manos te llevarán, de modo que nunca
tropieces con tu pie en piedra .
4.12 Respondiendo Jesús, le dijo: -Dicho está: No
pondrás a prueba al Señor tu Dios.
4.8
Otra vez el diablo lo llevó a un monte muy alto, y le mostró todos los
reinos del mundo y su gloria.
4.9 Y le dijo: -Todo esto te daré, si postrado
me adoras.
4.10 Entonces Jesús le dijo: -Vete, Satanás, porque
escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y a él solo servirás .
4.5
Al llevarle a una altura, le mostró todos los reinos de la tierra en un
momento.
4.6 Y el diablo le dijo: -A ti te daré toda
autoridad y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y la
doy a quien yo quiero.
4.7 Por esto, si tú me adoras, todo será tuyo.
4.8 Respondiendo Jesús, le dijo: -Escrito está:
Al Señor tu Dios adorarás, Y a él solo servirás .
4.11a
Entonces el diablo lo dejó (...)
4.13
Cuando el diablo acabó toda tentación, se apartó de él por algún tiempo.
4.11b
(...) y, he aquí,
los ángeles vinieron y le servían.
1.13b
(...) y los ángeles{lit. misma
palabra griega que "mensajero" en "Marcos 1.2"} le servían.
▲29-
Juan el bautizador da testimonio de su misión.
1.19
Este es el testimonio de Juan cuando los judíos le enviaron de
Jerusalén unos sacerdotes y levitas para preguntarle: -¿Quién eres tú?
1.20
Él confesó y no negó sino
que confesó: -Yo no soy el Cristo.
1.21 Y le preguntaron: -¿Qué, pues? ¿Eres tú Elías? Y
dijo: -No lo soy. -¿Eres tú el profeta? Y respondió: -No.
1.22 Le dijeron entonces: -¿Quién eres, para que
demos respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices en cuanto a ti
mismo?
1.23 Dijo: -Yo soy la voz de uno que proclama en el
desierto: “Enderecen el camino del Señor” , como dijo el profeta Isaías.
1.24 Y los que habían sido enviados eran de los
fariseos.
1.25 Le preguntaron y le dijeron: -¿Entonces, por qué
bautizas si tú no eres el Cristo ni Elías ni el profeta?
1.26 Juan les respondió diciendo: -Yo bautizo en
agua, pero en medio de ustedes está uno a quien ustedes no conocen.
1.27 Él es el que viene después de mí, de quien yo no
soy digno de desatar la correa del calzado.
1.28 Estas cosas acontecieron
en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando.
▲30-
Al día siguiente, Juan el bautizador ve a Jesús que viene hacia él.
1.29
Al día siguiente, Juan vio a Jesús que venía hacia él y dijo: -¡He aquí
el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!
1.30 Este es aquel de quien dije: “Después de mí
viene un hombre que ha llegado a ser antes de mí porque era primero que
yo”.
1.31 Yo no lo conocía; pero para que él fuera
manifestado a Israel, por eso vine yo bautizando en agua.
1.32 Juan dio testimonio diciendo: -He visto al
Espíritu que descendía del cielo como paloma, y posó sobre él.
1.33 Yo no lo conocía, pero el que me envió a
bautizar en agua me dijo: “Aquel sobre quien veas descender el Espíritu
y posar sobre él, este es el que bautiza en el Espíritu Santo”.
1.34 Yo lo he visto y he dado testimonio de que este
es el Hijo de Dios.
▲31-
Al día siguiente, dos discípulos de Juan el bautizador (Andrés y otro) siguen a
Jesús.
1.35 Al
día siguiente, de nuevo estaba Juan con dos de sus discípulos.
1.36 Al ver a Jesús que andaba por allí, dijo: -¡He
aquí el Cordero de Dios!
1.37 Los dos discípulos lo oyeron hablar y siguieron
a Jesús.
1.38 Jesús, al darse vuelta y ver que lo seguían, les
dijo: -¿Qué buscan? Y ellos le dijeron: -Rabí -que significa maestro-,
¿dónde moras?
1.39 Les dijo: -Vengan y vean. Por lo tanto, fueron y
vieron dónde moraba; y se quedaron con él aquel día, porque eran como
las cuatro de la tarde.
1.40 Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de
los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús.
1.41 Este encontró primero a su hermano Simón y le
dijo: -Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).
1.42 Él lo llevó a Jesús y, al verlo, Jesús le dijo:
-Tú eres Simón hijo de Jonás. Tú serás llamado Cefas (que significa
piedra).
1.43b (...) y encontró a Felipe. Y Jesús le
dijo: -Sígueme.
1.44 Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y de
Pedro.
1.45 Felipe encontró a Natanael y le dijo: -Hemos
encontrado a aquel de quien Moisés escribió en la Ley y también en los
Profetas: a Jesús de Nazaret, el hijo de José.
1.46 Y le dijo Natanael: -¿De Nazaret puede haber
algo de bueno? Le dijo Felipe: -Ven y ve.
1.47 Jesús vio que Natanael venía hacia él y dijo de
él: -¡He aquí un verdadero israelita en quien no hay engaño!
1.48 Le dijo Natanael: -¿De dónde me conoces?
Respondió Jesús y le dijo: -Antes que Felipe te llamara, cuando estabas
debajo de la higuera, te vi.
1.49 Le respondió Natanael: -Rabí, ¡tú eres el Hijo
de Dios! ¡Tú eres el rey de Israel!
1.50 Respondió Jesús y le dijo: -¿Crees porque te
dije: “Te vi debajo de la higuera”? ¡Cosas mayores que estas verás!
1.51 Y les dijo: -De cierto, de cierto les digo que
verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios que suben y descienden
sobre el Hijo del Hombre.
▲34-
Tres días después: primera milagro de Jesús en la boda en Caná.
2.1 Al tercer día se
celebró una boda en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús.
2.2
Fue invitado también
Jesús con sus discípulos a la boda.
2.3 Y como faltó el vino, la madre de Jesús le
dijo: -No tienen vino.
2.4 Jesús le dijo: -¿Qué tiene que ver eso
conmigo y contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.
2.5 Su madre les dijo a los que servían: -Hagan
todo lo que él les diga.
2.6 Había allí seis tinajas de piedra para
agua, de acuerdo con los ritos de los judíos para la purificación. En
cada una de ellas cabían de cuarenta a setenta y cuatro litros.
2.7 Jesús les dijo: -Llenen de agua las
tinajas. Y las llenaron hasta el borde.
2.8 Luego les dijo: -Saquen ahora y llévenlo al
encargado del banquete. Se lo llevaron;
2.9 y cuando el encargado del banquete probó el
agua ya hecha vino (y no sabía de dónde venía aunque los sirvientes que
habían sacado el agua sí lo sabían), llamó al novio
2.10 y le dijo: -Todo hombre sirve primero el buen
vino y, cuando ya han tomado bastante, entonces saca el inferior. Pero
tú has guardado el buen vino hasta ahora.
2.11
Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su
gloria y sus discípulos creyeron en él.
▲35-
Después de esto, Jesús desciende a Capernaum por unos días.
2.12
Después de esto, él descendió a Capernaúm con su madre, sus hermanos y
sus discípulos; y se quedaron allí no muchos días.
▲36-
Estando cerca la Pascua, Jesús sube a Jerusalén y echa a los vendedores
del templo.
2.13 Estaba próxima la Pascua
de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.
2.14
Halló en el templo a los
que vendían vacunos, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados.
2.15 Y después de hacer un látigo de cuerdas, los
echó a todos del templo junto con las ovejas y los vacunos. Desparramó
el dinero de los cambistas y volcó las mesas.
2.16 A los que vendían palomas les dijo: -¡Quiten de
aquí estas cosas y no hagan más de la casa de mi Padre casa de mercado!
2.17 Entonces se acordaron sus discípulos de que
estaba escritoi: El celo por tu casa me consumirá.
2.18 Los judíos respondieron y le dijeron: -Ya que
haces estas cosas, ¿qué señal nos muestras?
2.19 Respondió Jesús y les dijo: -Destruyan este
templo y en tres días lo levantaré.
2.20 Por tanto, los judíos dijeron: -Durante cuarenta
y seis años se construyó este templo, ¿y tú lo levantarás en tres días?
2.21 Pero él hablaba del templo de su cuerpo.
2.22
Por esto, cuando fue resucitado de entre los muertos sus discípulos se
acordaron de que había dicho esto y creyeron la Escritura y las
palabras que Jesús había dicho.
▲37-
Milagros en la fiesta de la Pascua, en Jerusalén. ►Pascua, el
14 de Nisán (sábado, 16 de abril del año 29)◄
2.23
Mientras él estaba en Jerusalén en la fiesta de la Pascua, muchos
creyeron en su nombre al observar las señales que hacía.
2.24 Pero Jesús mismo no confiaba en ellos, porque
los conocía a todos
2.25 y porque no tenía necesidad de que nadie le
diera testimonio acerca de los hombres, pues él conocía lo que había en
el hombre.
▲38-
Nicodemo viene a ver a Jesús. El espíritu debe nacer del Espíritu. [+]
3.1 Y había un hombre de
los fariseos que se llamaba Nicodemo, un gobernante de los judíos.
3.2
Este vino a Jesús de noche y le dijo: -Rabí, sabemos que has venido de
Dios como maestro porque nadie puede hacer estas señales que tú haces a
menos que Dios esté con él.
3.3 Respondió Jesús y le dijo: -De cierto, de
cierto te digo que, a menos que nazca de nuevo, uno no puede ver el
reino de Dios.
3.4 Nicodemo le dijo: -¿Cómo puede nacer un
hombre si ya es viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el
vientre de su madre y nacer?
3.5 Respondió Jesús: -De cierto, de cierto te
digo que, a menos que nazca de agua y del Espíritu, uno no puede entrar
en el reino de Dios.
3.6 Lo que ha nacido de la carne, carne es; y
lo que ha nacido del Espíritu, espíritu es.
3.7 No te maravilles de que te dije: “Les es
necesario nacer de nuevo”.
3.8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su
sonido pero no sabes ni de dónde viene ni a dónde va. Así es todo aquel
que ha nacido del Espíritu.
3.9 Respondió Nicodemo y le dijo: -¿Cómo puede
suceder eso?
3.10 Respondió Jesús y le dijo: -Tú eres el maestro
de Israel, ¿y no sabes esto?
3.11 De cierto, de cierto te digo que hablamos de lo
que sabemos; y testificamos de lo que hemos visto. Pero ustedes no
reciben nuestro testimonio.
3.12 Si les hablé de cosas terrenales y no creen,
¿cómo creerán si les hablo de las celestiales?
3.13 Nadie ha subido al cielo sino el que descendió
del cielo, el Hijo del Hombre.
3.14 Y como Moisés levantó la serpiente en el
desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado
3.15 para que todo aquel que cree en él tenga vida
eterna.
3.16 »Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se
pierda mas tenga vida eterna.
3.17 Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para
condenar al mundo sino para que el mundo sea salvo por él.
3.18 El que cree en él no es condenado; pero el que
no cree ya ha sido condenado porque no ha creído en el nombre del
unigénito Hijo de Dios.
3.19 Y esta es la condenación: que la luz ha venido
al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz porque sus
obras eran malas.
3.20 Porque todo aquel que practica lo malo aborrece
la luz y no viene a la luz para que sus obras no sean censuradas.
3.21 Pero el que hace la verdad
viene a la luz para que sus obras sean manifiestas que son hechas en
Dios.
▲39-
En Judea, Jesús bautiza, y también Juan el bautizador.
3.22
Después de esto, Jesús fue con sus discípulos a la tierra de Judea; y
pasó allí un tiempo con ellos y bautizaba.
3.23 Juan también estaba bautizando en Enón, junto a
Salim, porque allí había mucha agua; y muchos venían y eran bautizados
3.24 ya que Juan todavía no había sido puesto en la
cárcel.
▲40-
Discusión sobre la purificación. Juan debe menguar y Jesús crecer.
3.25 Entonces surgió una
discusión entre los discípulos de Juan y un judío acerca de la
purificación.
3.26
Fueron a Juan y le dijeron: -Rabí, el que estaba contigo al otro lado
del Jordán, de quien tú has dado testimonio, ¡he aquí él está
bautizando, y todos van a él!
3.27 Respondió Juan y dijo: -Ningún hombre puede
recibir nada a menos que le haya sido dado del cielo.
3.28 Ustedes mismos son testigos de que dije: “Yo no
soy el Cristo sino que he sido enviado delante de él”.
3.29 El que tiene a la novia es el novio; pero el
amigo del novio, que ha estado de pie y lo escucha, se alegra mucho a
causa de la voz del novio. Así, pues, este mi gozo ha sido cumplido.
3.30 A él le es preciso crecer, pero a mí menguar.
3.31 El que viene de arriba está por encima de todos.
El que procede de la tierra es terrenal y su habla procede de la
tierra. El que viene del cielo está por encima de todos.
3.32 Testifica de lo que ha visto y oído, y nadie
recibe su testimonio.
3.33 El que recibe su testimonio atestigua que Dios
es veraz.
3.34 Porque el que Dios envió habla las palabras de
Dios pues Dios no da el Espíritu por medida.
3.35 El Padre ama al Hijo y ha puesto todas las cosas
en su mano.
3.36
El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que desobedece al
Hijo no verá la vida sino que la ira de Dios permanece sobre él.
▲41- Los fariseos
saben que Jesús bautiza a más personas que Juan.
4.1
Cuando Jesús se enteró de que los fariseos habían oído que Jesús hacía
y bautizaba más discípulos que Juan
4.2 (aunque Jesús mismo no bautizaba, sino sus
discípulos),
▲42-
Herodes mete en la cárcel a Juan el bautizador.
3.19
Pero el tetrarca Herodes, cuando fue reprendido por Juan respecto de
Herodía, la mujer de su hermano, y de todas las maldades que Herodes
había hecho,
3.20 añadió a todo también esto: Encerró a Juan en la
cárcel.
4.5
así que llegó a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca del campo
que Jacob había dado a su hijo José.
4.6 Estaba allí el pozo de Jacob. Entonces
Jesús, cansado del camino, estaba sentado junto al pozo. Era como el
mediodía.
4.7 Vino una mujer de Samaria para sacar agua,
y Jesús le dijo: -Dame de beber.
4.8 Pues los discípulos habían ido a la ciudad
a comprar de comer.
4.9 Entonces la mujer samaritana le dijo:
-¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, siendo yo una
mujer samaritana? -porque los judíos no se tratan con los samaritanos-.
4.10 Respondió Jesús y le dijo: -Si conocieras el don
de Dios y quién es el que te dice: “Dame de beber”, tú le hubieras
pedido a él y él te habría dado agua viva.
4.11 La mujer le dijo: -Señor, no tienes con qué
sacar y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva?
4.12 ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob
quien nos dio este pozo y quien bebió de él, y también sus hijos y su
ganado?
4.13 Respondió Jesús y le dijo: -Todo el que bebe de
esta agua volverá a tener sed.
4.14 Pero cualquiera que beba del agua que yo le
daré, nunca más tendrá sed sino que el agua que yo le daré será en él
una fuente de agua que salte para vida eterna.
4.15 La mujer le dijo: -Señor, dame esta agua para
que no tenga sed ni venga más acá a sacarla.
4.16 Jesús le dijo: -Ve, llama a tu marido y ven acá.
4.17 Respondió la mujer y le dijo: -No tengo marido.
Le dijo Jesús: -Bien has dicho: “No tengo marido”
4.18 porque cinco maridos has tenido, y el que tienes
ahora no es tu marido. Esto has dicho con verdad.
4.19 Le dijo la mujer: -Señor, veo que tú eres
profeta.
4.20 Nuestros padres adoraron en este monte, y
ustedes dicen que en Jerusalén está el lugar donde se debe adorar.
4.21 Jesús le dijo: -Créeme, mujer, que la hora viene
cuando ni en este monte ni en Jerusalén adorarán al Padre.
4.22 Ustedes adoran lo que no saben; nosotros
adoramos lo que sabemos, porque la salvación procede de los judíos.
4.23 Pero la hora viene, y ahora es, cuando los
verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque
también el Padre busca a tales que lo adoren.
4.24 Dios es espíritu; y es necesario que los que le
adoran, lo adoren en espíritu y en verdad.
4.25 Le dijo la mujer: -Sé que viene el Mesías -que
es llamado el Cristo-. Cuando él venga, nos declarará todas las cosas.
4.26 Jesús le dijo: -Yo soy, el
que habla contigo.
▲45-
Los discípulos se asombraron al ver a Jesús hablando con una mujer.
4.27
En este momento llegaron sus discípulos y se asombraban de que hablara
con una mujer; no obstante, ninguno dijo: “¿Qué buscas?” o “¿Qué hablas
con ella?”.
4.28 Entonces la mujer dejó su cántaro, se fue a la
ciudad y dijo a los hombres:
4.29 -¡Vengan! Vean a un hombre que me ha dicho todo
lo que he hecho. ¿Será posible que este sea el Cristo?
4.30 Entonces salieron de la ciudad y fueron hacia él.
4.31 Mientras tanto, los
discípulos le rogaban diciendo: -Rabí, come.
4.32
Pero les dijo: -Yo tengo
una comida para comer que ustedes no saben.
4.33 Entonces sus discípulos se decían el uno al
otro: -¿Acaso alguien le habrá traído algo de comer?
4.34 Jesús les dijo: -Mi comida es que yo haga la
voluntad del que me envió y que acabe su obra.
4.35 ¿No dicen ustedes: “Todavía faltan cuatro meses
para que llegue la siega”? He aquí les digo: ¡Alcen sus ojos y miren
los campos que ya están blancos para la siega!
4.36 El que siega recibe salario y recoge fruto para
vida eterna, para que el que siembra y el que siega se gocen juntos.
4.37 Porque en esto es verdadero el dicho: “Uno es el
que siembra y otro es el que siega”.
4.38 Yo los he enviado a segar lo que ustedes no han
labrado. Otros han labrado, y ustedes han entrado en sus labores.
4.39 Muchos de los samaritanos de aquella ciudad
creyeron en él a causa de la palabra de la mujer que daba testimonio
diciendo: “Me dijo todo lo que he hecho”.
4.40 Entonces, cuando los samaritanos vinieron a él
rogándole que se quedara con ellos, se quedó allí dos días.
4.41 Y muchos más creyeron a causa de su palabra.
4.42
Ellos decían a la mujer: -Ya no creemos a causa de la palabra tuya,
porque nosotros mismos hemos oído y sabemos que verdaderamente este es
el Salvador del mundo.
4.43
Pasados los dos días salió de allí para Galilea
4.44 porque Jesús mismo dio testimonio de que un
profeta no tiene honra en su propia tierra.
▲48-
Jesús bien recibido por los galileos que la habían visto actuar en
Jerusalén.
4.45
Luego, cuando entró en Galilea, los galileos lo recibieron ya que
habían visto cuántas cosas había hecho en Jerusalén en la fiesta;
porque ellos también habían ido a la fiesta.
▲49-
Jesús sana a distancia al hijo de un oficial.
4.46
Vino, pues, Jesús otra vez a Caná de Galilea donde había convertido el
agua en vino. Había un oficial del rey cuyo hijo estaba enfermo en
Capernaúm.
4.47 Cuando este oyó que Jesús había salido de Judea
y estaba presente en Galilea, fue a él y le rogaba que descendiera y
sanara a su hijo porque estaba a punto de morir.
4.48 Entonces Jesús le dijo: -A menos que vean
señales y prodigios, jamás creerán.
4.49 El oficial del rey le dijo: -Señor, desciende
antes que muera mi hijo.
4.50 Jesús le dijo: -Ve, tu hijo vive. El hombre
creyó la palabra que Jesús le dijo y se puso en camino.
4.51 Mientras todavía descendía, sus siervos salieron
a recibirlo diciendo que su hijo vivía.
4.52 Entonces él les preguntó la hora en que comenzó
a mejorarse, y le dijeron: -Ayer a la una de la tarde le dejó la fiebre.
4.53 El padre entonces entendió que era aquella hora
cuando Jesús le había dicho: “Tu hijo vive”. Y creyó él con toda su
casa.
4.54 También hizo Jesús esta segunda señal cuando
vino de Judea a Galilea.
4.15
Él enseñaba en las sinagogas de ellos y era glorificado por todos.
▲52-
Jesús va a Jerusalén. Sanación en el estanque de Betesda.
5.1 Después de esto había
una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.
5.2
En Jerusalén, junto a la puerta de las Ovejas, hay un estanque con
cinco pórticos que en hebreo se llama Betesda.
5.3 En ellos yacía una multitud de enfermos,
ciegos, cojos y paralíticos
5.4 . [Algunos
manuscritos antiguos incluyen, aunque con variantes: "(3)
...paralíticos que esperaban el movimiento del agua. (4)
Porque un ángel del Señor descendía en ciertos tiempos en el estanque y
agitaba el agua. Por tanto, el primero que entraba después del
movimiento del agua era sanado de cualquier enfermedad que tuviera."]
5.5 Se encontraba allí cierto hombre que había
estado enfermo durante treinta y ocho años.
5.6 Cuando Jesús lo vio tendido y supo que ya
había pasado tanto tiempo así, le preguntó: -¿Quieres ser sano?
5.7 Le respondió el enfermo: -Señor, no tengo a
nadie que me meta en el estanque cuando el agua es agitada; y mientras
me muevo yo, otro desciende antes que yo.
5.8 Jesús le dijo: -Levántate, toma tu cama y
anda.
5.9 Y en seguida el hombre fue sanado, tomó su
cama y anduvo. Y aquel día era sábado.
5.10 Entonces los judíos le decían a aquel que había
sido sanado: -Es sábado y no te es lícito llevar tu cama.
5.11 Pero él les respondió: -El que me sanó, él mismo
me dijo: “Toma tu cama y anda”.
5.12 Entonces le preguntaron: -¿Quién es el hombre
que te dijo: “Toma tu cama y anda”?
5.13 Pero el que había sido sanado no sabía quién
había sido, porque Jesús se había apartado pues había mucha gente en el
lugar.
5.14 Después Jesús lo halló en el templo y le dijo:
-He aquí, has sido sanado; no peques más para que no te ocurra algo
peor.
5.15 El hombre se fue y declaró a los judíos que
Jesús era el que lo había sanado.
5.16 Por esta causa los judíos
perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado.
5.17 Pero Jesús les respondió:
-Mi Padre hasta ahora trabaja; también yo trabajo.
5.18
Por esta razón los judíos aún más procuraban matarle, porque no solo
quebrantaba el sábado sino que también llamaba a Dios su propio Padre,
haciéndose igual a Dios.
5.19
Por esto respondió Jesús y les decía: -De cierto, de cierto les digo
que el Hijo no puede hacer nada de sí mismo sino lo que ve hacer al
Padre. Porque todo lo que él hace, esto también lo hace el Hijo de
igual manera.
5.20 Porque el Padre ama al Hijo y le muestra todas
las cosas que él mismo hace. Y mayores obras que estas le mostrará, de
modo que ustedes se asombrarán.
5.21 Porque así como el Padre resucita a los muertos
y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere.
5.22 Porque el Padre no juzga a nadie sino que todo
el juicio lo dio al Hijo
5.23 para que todos honren al Hijo como honran al
Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.
5.24 »De cierto, de cierto les digo que el que oye mi
palabra y cree al que me envió tiene vida eterna. El tal no viene a
condenación sino que ha pasado de muerte a vida.
5.25 De cierto, de cierto les digo que viene la hora,
y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que
oyen vivirán.
5.26 Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo,
así también dio al Hijo el tener vida en sí mismo.
5.27 Y también le dio autoridad para hacer juicio,
porque él es el Hijo del Hombre.
5.28 No se asombren de esto, porque vendrá la hora
cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz
5.29 y saldrán, los que hicieron el bien para la
resurrección de vida pero los que practicaron el mal para la
resurrección de condenación.
5.30 Yo no puedo hacer nada de mí mismo. Como oigo,
juzgo; y mi juicio es justo porque no busco la voluntad mía sino la
voluntad del que me envió.
5.31 »Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio
no es verdadero.
5.32 El que da testimonio de mí es otro, y sé que el
testimonio que da de mí es verdadero.
5.33 Ustedes enviaron mensajeros a Juan, y él ha dado
testimonio de la verdad.
5.34 Pero yo no recibo el testimonio de parte del
hombre; más bien, digo esto para que ustedes sean salvos.
5.35 Él era antorcha que ardía y alumbraba, y ustedes
quisieron regocijarse por un poco en su luz.
5.36 »Pero yo tengo un testimonio mayor que el de
Juan; porque las obras que el Padre me ha dado para cumplirlas, las
mismas obras que hago dan testimonio de mí de que el Padre me ha
enviado.
5.37 »Y el Padre que me envió ha dado testimonio de
mí. Pero nunca han oído su voz ni han visto su apariencia
5.38 ni tienen su palabra permaneciendo en ustedes;
porque ustedes no creen a quien él envió.
5.39 Escudriñen las Escrituras, porque les parece que
en ellas tienen vida eterna y ellas son las que dan testimonio de mí.
5.40 Y ustedes no quieren venir a mí para que tengan
vida.
5.41 »No recibo gloria de parte de los hombres.
5.42 Al contrario, yo los conozco que no tienen el
amor de Dios en ustedes.
5.43 Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me
reciben. Si otro viniera en su propio nombre, a aquel recibirían.
5.44 ¿Cómo pueden ustedes creer? Pues recibiendo la
gloria los unos de los otros no buscan la gloria que viene de parte del
único Dios.
5.45 »No piensen que yo los acusaré delante del
Padre. Hay quien los acusa: Moisés, en quien han puesto la esperanza.
5.46 Porque si ustedes creyeran a Moisés, me creerían
a mí; pues él escribió de mí.
5.47 Pero si no creen a sus
escritos, ¿cómo creerán a mis palabras?
▲54-
En Nazaret, Jesús lee las Escrituras, luego es expulsado de allí. [+]
4.16
Fue a Nazaret, donde se había criado y, conforme a su costumbre, el día
sábado entró en la sinagoga y se levantó para leer.
4.17
Se le entregó el rollo del profeta Isaías; y cuando abrió el rollo
encontró el lugar donde estaba escrito:
4.18 El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me
ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado para
proclamar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, para poner en
libertad a los oprimidos
4.19 y para proclamar el año agradable del Señor .
4.20 Después de enrollar el libro y devolverlo al
ayudante, se sentó. Y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en
él.
4.21 Entonces comenzó a decirles: -Hoy se ha cumplido
esta Escritura en los oídos de ustedes.
4.22 Todos daban testimonio de él y estaban
maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían:
-¿No es este el hijo de José?
4.23 Entonces él les dijo: -Sin duda, me dirán este
refrán: “Médico, sánate a ti mismo. Hemos oído que sucedieron tantas
cosas en Capernaúm; haz lo mismo también aquí en tu tierra”.
4.24 Y añadió: -De cierto les digo, que ningún
profeta es aceptado en su tierra.
4.25 Pero en verdad les digo que había muchas viudas
en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres
años y seis meses y hubo una gran hambre en toda la tierra,
4.26 pero a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a
una mujer viuda en Sarepta de Sidón.
4.27 También había muchos leprosos en Israel en el
tiempo del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue sanado sino el
sirio Naamán.
4.28 Al oír estas cosas, todos en la sinagoga se
llenaron de ira,
4.29 y se levantaron y lo echaron fuera de la ciudad.
Luego lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el cual estaba
edificada su ciudad para despeñarle.
4.30
Pero él pasó por en medio de ellos y se fue.
▲55-
Jesús deja Nazaret y se va a vivir a Capernaum.
4.13
Y, habiendo dejado Nazaret, fue y habitó en Capernaúm, ciudad junto al
mar en la región de Zabulón y Neftalí,
4.14 para que se cumpliera lo dicho por medio del
profeta Isaías, diciendo:
4.15 Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino
del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles{lit. en
griego: "las naciones"}.
4.16 El pueblo que moraba en tinieblas vio una gran
luz. A los que moraban en región y sombra de muerte, la luz les
amaneció .
4.31a
Entonces descendió a Capernaúm, ciudad de Galilea, (...)
4.17
Desde entonces Jesús comenzó a predicar y a decir: “¡Arrepiéntanse,
porque el reino de los cielos se ha acercado!”.
1.14b
(...) predicando
el evangelio de Dios,
1.15
y diciendo: “El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha
acercado. ¡Arrepiéntanse y crean en el evangelio!”.
▲56- A lo largo del mar de Galilea, Jesús
llama a Simón, Andrés, Jacobo y Juan para que le sigan. [+]
4.18
Mientras andaba junto al mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a
Simón, que es llamado Pedro, y a su hermano Andrés. Estaban echando la
red en el mar, porque eran pescadores.
4.19 Y les dijo: “Vengan en pos de mí, y los haré
pescadores de hombres”.
4.20 Y de inmediato ellos dejaron sus redes y lo
siguieron.
4.21 Y pasando más adelante, vio a otros dos
hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo y Juan su hermano, en la barca con su
padre Zebedeo, arreglando sus redes. Los llamó,
4.22 y en seguida ellos dejaron la barca y a su
padre, y lo siguieron.
1.16
Y pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés hermano de
Simón echando la red en el mar porque eran pescadores.
1.17 Jesús les dijo: “Vengan en pos de mí, y los haré
pescadores de hombres”.
1.18 Y de inmediato dejaron sus redes y lo siguieron.
1.19 Al ir un poco más adelante, vio a Jacobo hijo de
Zebedeo y a su hermano Juan. Ellos estaban en su barca arreglando las
redes.
1.20 En seguida los llamó; y ellos, dejando a su
padre Zebedeo en la barca junto con los jornaleros, se fueron en pos de
él.
▲57- En la sinagoga de Capernaum, Jesús
expulsa de un hombre un espíritu inmundo.
1.21
Entraron en Capernaúm. Y en seguida, entrando él en la sinagoga los
sábados, enseñaba.
1.22 Y se asombraban de su enseñanza porque les
enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
1.23 Y en ese momento un hombre con espíritu inmundo
estaba en la sinagoga de ellos, y exclamó
1.24 diciendo: -¿Qué tienes con nosotros, Jesús de
Nazaret? ¿Has venido para destruirnos? Yo sé quién eres: ¡el Santo de
Dios!
1.25 Jesús le reprendió diciendo: -¡Cállate y sal de
él!
1.26 Y el espíritu inmundo lo sacudió con violencia,
clamó a gran voz y salió de él.
1.27 Todos se maravillaron, de modo que discutían
entre sí diciendo: -¿Qué es esto? ¡Una nueva doctrina con autoridad!
Aun a los espíritus inmundos él manda, y lo obedecen.
4.31b
(...) y les
enseñaba los sábados.
4.32 Y se asombraban de su enseñanza porque su
palabra era con autoridad.
4.33 Estaba en la sinagoga un hombre que tenía un
espíritu de demonio inmundo, y él exclamó a gran voz:
4.34 -¡Ah! ¿Qué tienes con nosotros, Jesús de
Nazaret? ¿Has venido para destruirnos? Yo sé quién eres: ¡el Santo de
Dios!
4.35 Jesús le reprendió, diciendo: -¡Cállate y sal de
él! Entonces el demonio salió de él derribándolo allí en medio de todos
pero sin hacerle ningún daño.
4.36 Todos quedaron asombrados y hablaban entre sí
diciendo: -¿Qué palabra es esta, que con autoridad y poder manda a los
espíritus inmundos, y salen?
1.28
Y pronto se extendió su fama por todas partes, en toda la región
alrededor de Galilea.
4.37
Y su fama se divulgaba por todos los lugares de la región.
8.14
Entró Jesús en la casa de Pedro, y vio que la suegra de este estaba
postrada en cama con fiebre.
8.15 Él le tocó la mano, y la fiebre la dejó. Luego
ella se levantó y comenzó a servirle.
1.29
En seguida, cuando salieron de la sinagoga, fueron con Jacobo y Juan a
la casa de Simón y Andrés.
1.30 La suegra de Simón estaba en cama con fiebre; y
de inmediato le hablaron de ella.
1.31 Él se acercó a ella, la tomó de la mano y la
levantó. Y le dejó la fiebre, y ella comenzó a servirles.
4.38
Levantándose Jesús, se apartó de la sinagoga y entró en casa de Simón.
Y la suegra de Simón estaba postrada con una fuerte fiebre, y le
rogaron por ella.
4.39 Él se inclinó hacia ella y reprendió a la fiebre
y la fiebre la dejó, y en seguida ella se levantó y comenzó a servirles.
▲59- Por la tarde, Jesús sana a los
enfermos y echa fuera demonios.
8.16
Al atardecer, trajeron a él muchos endemoniados. Con su palabra echó
fuera a los espíritus y sanó a todos los enfermos,
8.17 de modo que se cumpliera lo dicho por medio del
profeta Isaías, quien dijo: Él mismo tomó nuestras debilidades y cargó
con nuestras enfermedades .
1.32
Al atardecer, cuando se puso el sol, le traían todos los enfermos y los
endemoniados.
1.33 Toda la ciudad estaba reunida a la puerta.
1.34 Y él sanó a muchos que padecían de diversas
enfermedades y echó fuera muchos demonios. Y no permitía a los demonios
hablar, porque lo conocían.
4.40
Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas dolencias
los trajeron a él. Y él, al poner las manos sobre cada uno de ellos,
los sanaba.
4.41 Y también de muchos salían demonios, dando
gritos y diciendo: “¡Tú eres el Hijo de Dios!”. Pero él los reprendía y
no les dejaba hablar porque ellos sabían que él era el Cristo.
▲60- Jesús va a un lugar desierto a orar.
La gente lo busca y lo encuentra.
1.35
Habiéndose levantado muy de madrugada, todavía de noche, Jesús salió y
se fue a un lugar desierto y allí oraba.
1.36 Simón y sus compañeros fueron en busca de él.
1.37 Lo encontraron y le dijeron: -Todos te buscan.
4.42
Siendo ya de día, salió y se fue a un lugar desierto y las multitudes
lo buscaban. Acudieron a él y lo detenían para que no se apartara de
ellos.
4.43 Pero él les dijo: “Me es necesario anunciar el
evangelio del reino de Dios a otras ciudades también, porque para esto
he sido enviado”.
▲61-
Sentado en una barca, Jesús predica a la multitud. Pesca milagrosa.
Pedro tiene miedo.
5.1
Aconteció que, mientras las multitudes se agolpaban sobre él y
escuchaban la palabra de Dios, Jesús estaba de pie junto al lago de
Genesaret
5.2
y vio dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los pescadores
habían salido de ellas y estaban lavando sus redes.
5.3 Al entrar él en una de las barcas, la cual
pertenecía a Simón, pidió a este que la apartara de tierra un poco.
Luego se sentó y enseñaba a las multitudes desde la barca.
5.4 Cuando acabó de hablarles, dijo a Simón:
-Boga mar adentro, y echen sus redes para pescar.
5.5 Simón le respondió y dijo: -Maestro, toda
la noche hemos trabajado duro y no hemos pescado nada. Pero por tu
palabra echaré la red.
5.6 Cuando lo hicieron, atraparon una gran
cantidad de peces y sus redes se rompían.
5.7 Hicieron señas a sus compañeros que estaban
en la otra barca para que vinieran a ayudarles. Ellos vinieron y
llenaron ambas barcas de manera que se hundían.
5.8 Y Simón Pedro, al verlo, cayó de rodillas
ante Jesús exclamando: -¡Apártate de mí, Señor, porque soy hombre
pecador!
5.9 Por la pesca que habían logrado, el temor
se apoderó de Pedro y de todos los que estaban con él,
5.10 y de igual manera de Jacobo y Juan, hijos de
Zebedeo, que eran socios de Simón. Entonces Jesús dijo a Simón: -No
temas; de aquí en adelante estarás pescando hombres.
5.11
Después de sacar las barcas a tierra, lo dejaron todo y lo siguieron.
4.23
Jesús recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas de ellos,
predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda
dolencia en el pueblo.
1.38
Él les
respondió{lit.: en
griego: "Y les dijo"}:
-Vamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que predique también
allí porque para esto he venido.
1.39 Y fue predicando en las sinagogas de ellos en
toda Galilea, y echando fuera los demonios.
4.44
E iba predicando por las sinagogas de Galilea.
8.2
Y he aquí vino un leproso y se postró ante él diciendo: -¡Señor, si
quieres, puedes limpiarme!
8.3 Jesús extendió la mano y lo tocó diciendo:
-Quiero. ¡Sé limpio! Y al instante quedó limpio de la lepra.
8.4 Entonces Jesús le dijo: -Mira, no lo digas
a nadie; pero ve, muéstrate al sacerdote y ofrece la ofrenda que mandó
Moisés, para testimonio a ellos.
1.40
Y vino a él un leproso implorándole, y de rodillas le dijo: -Si
quieres, puedes limpiarme.
1.41 Jesús, movido a compasión, extendió la mano, lo
tocó y le dijo: -Quiero; sé limpio.
1.42 Y al instante desapareció la lepra de él, y
quedó limpio.
1.43 En seguida lo despidió, después de amonestarlo,
1.44 y le dijo: -Mira, no digas nada a nadie. Más
bien ve, muéstrate al sacerdote y ofrece lo que mandó Moisés en cuanto
a tu purificación, para testimonio a ellos.
1.45 Pero cuando salió, él comenzó a proclamar y a
difundir mucho el hecho, de modo que Jesús ya no podía entrar
abiertamente en ninguna ciudad sino que se quedaba afuera en lugares
despoblados. Y venían a él de todas partes.
5.12
Aconteció que, estando Jesús en una de las ciudades, he aquí había un
hombre lleno de lepra. Él vio a Jesús y, postrándose sobre su rostro,
le rogó diciendo: -Señor, si quieres, puedes limpiarme.
5.13 Entonces extendió la mano y lo tocó diciendo:
-Quiero. ¡Sé limpio! Al instante la lepra desapareció de él.
5.14 Y Jesús le mandó que no se lo dijera a nadie;
más bien, le dijo: -Ve y muéstrate al sacerdote y da por tu
purificación la ofrenda que mandó Moisés, para testimonio a ellos.
5.15 Sin embargo, su fama se extendía cada vez más y
se juntaban a él muchas multitudes para oírlo y para ser sanadas de sus
enfermedades.
5.16 Pero él se apartaba a los lugares desiertos y
oraba.
▲64- Sanación y perdón de un paralítico
llevado por el tejado a Jesús en Capernaum.
2.1
Cuando él entró otra vez en Capernaúm después de algunos días, se oyó
que estaba en casa.
9.2
Entonces le trajeron un paralítico tendido sobre una camilla. Y viendo
Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: -Ten ánimo, hijo; tus pecados
te son perdonados.
9.3 He aquí, algunos de los escribas dijeron
entre sí: -¡Este blasfema!
9.4 Y conociendo Jesús sus pensamientos, les
dijo: -¿Por qué piensan mal en sus corazones?
9.5 Porque, ¿qué es más fácil decir: “Tus
pecados te son perdonados” o decir: “Levántate y anda”?
9.6 Pero para que sepan que el Hijo del Hombre
tiene autoridad para perdonar pecados en la tierra -entonces dijo al
paralítico-: ¡Levántate; toma tu camilla y vete a tu casa!
9.7 Y se levantó y se fue a su casa.
9.8 Cuando las multitudes vieron esto, temieron
y glorificaron a Dios, quien había dado semejante autoridad a los
hombres.
2.2
Muchos acudieron a él, de manera que ya no cabían ni ante la puerta; y
él les hablaba la palabra.
2.3 Entonces vinieron a él trayendo a un
paralítico cargado por cuatro.
2.4 Y como no podían acercarlo a él debido al
gentío, destaparon el techo donde Jesús estaba y, después de hacer una
abertura, bajaron la camilla en que el paralítico estaba recostado.
2.5 Y viendo Jesús la fe de ellos, dijo al
paralítico: -Hijo, tus pecados te son perdonados.
2.6 Algunos de los escribas estaban sentados
allí y razonaban en sus corazones:
2.7 -¿Por qué habla este así? ¡Blasfema! ¿Quién
puede perdonar pecados sino uno solo, Dios?
2.8 De inmediato Jesús, dándose cuenta en su
espíritu de que razonaban así dentro de sí mismos, les dijo: -¿Por qué
razonan así en sus corazones?
2.9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico:
“Tus pecados te son perdonados”; o decirle: “Levántate, toma tu camilla
y anda”?
2.10 Pero, para que sepan que el Hijo del Hombre
tiene autoridad para perdonar pecados en la tierra -dijo al paralítico-:
2.11 A ti te digo, ¡levántate, toma tu camilla y vete
a tu casa!
2.12 Y se levantó, y en seguida tomó su camilla y
salió en presencia de todos, de modo que todos se asombraron y
glorificaron a Dios diciendo: -¡Jamás hemos visto cosa semejante!
5.17
Y aconteció en uno de esos días que Jesús estaba enseñando, y estaban
sentados allí unos fariseos y maestros de la ley que habían venido de
todas las aldeas de Galilea, de Judea y Jerusalén. El poder del Señor
estaba con él para sanar.
5.18 Y he aquí, unos hombres traían sobre una camilla
a un hombre que era paralítico, y procuraban llevarlo adentro y ponerlo
delante de Jesús.
5.19 Al no encontrar cómo hacerlo a causa de la
multitud, subieron encima de la casa y, juntamente con la camilla, lo
bajaron por el tejado en medio, delante de Jesús.
5.20 Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo: -Hombre,
tus pecados te son perdonados.
5.21 Entonces los escribas y los fariseos comenzaron
a razonar diciendo: -¿Quién es este que habla blasfemias? ¿Quién puede
perdonar pecados sino solo Dios?
5.22 Pero Jesús, dándose cuenta de los razonamientos
de ellos, respondió y les dijo: -¿Qué razonan en sus corazones?
5.23 ¿Qué es más fácil? ¿Decir: “Tus pecados te son
perdonados”, o decir: “Levántate y anda”?
5.24 Pero para que sepan que el Hijo del Hombre tiene
autoridad en la tierra para perdonar pecados -dijo al paralítico-: A ti
te digo: ¡Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa!
5.25 De inmediato se levantó en presencia de ellos,
tomó la camilla en que estaba recostado y se fue a su casa glorificando
a Dios.
5.26 El asombro se apoderó de todos, y glorificaban a
Dios. Fueron llenos de temor y decían: -¡Hoy hemos visto maravillas!
▲65- Mateo (Levi) el publicano sigue a
Jesús que va a comer a su casa.
9.9
Pasando de allí, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado en el
lugar de los tributos públicos, y le dijo: “¡ Sígueme!”. Y él se
levantó y lo siguió.
2.13
Jesús salió otra vez junto al mar, y toda la gente venía a él y él les
enseñaba.
2.14 Y pasando, vio a Leví hijo de Alfeo sentado en
el lugar de los tributos públicos, y le dijo: “¡Sígueme!”. Y
levantándose, lo siguió.
5.27
Después de esto, Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví sentado
en el lugar de los tributos públicos. Y le dijo: -¡Sígueme!
5.28 Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió.
9.10
Sucedió que, estando Jesús sentado a la mesa en casa, he aquí muchos
publicanos y pecadores que habían venido estaban sentados a la mesa con
Jesús y sus discípulos.
9.11 Y cuando los fariseos lo vieron, decían a sus
discípulos: -¿Por qué come su maestro con los publicanos y pecadores?
9.12 Al oírlo, Jesús les dijo: -Los sanos no tienen
necesidad de médico, sino los que están enfermos.
9.13 Vayan, pues, y aprendan qué significa:
Misericordia quiero y no sacrificio. Porque yo no he venido para llamar
a justos, sino a pecadores.
2.15
Sucedió que, estando Jesús sentado a la mesa en casa de Leví, muchos
publicanos y pecadores estaban también sentados a la mesa con Jesús y
sus discípulos, porque eran muchos y lo habían seguido.
2.16 Y cuando los escribas de los fariseos lo vieron
comer con los pecadores y publicanos, decían a sus discípulos: -¿Por
qué come con los publicanos y pecadores?
2.17 Al oírlo, Jesús les dijo: -Los sanos no tienen
necesidad de médico sino los que están enfermos. No he venido para
llamar a justos sino a pecadores.
5.29
Entonces Leví le hizo un gran banquete en su casa, y había un gran
número de publicanos y otros que estaban a la mesa con ellos.
5.30 Los fariseos y los escribas murmuraban contra
los discípulos de él, diciendo: -¿Por qué comen y beben con los
publicanos y pecadores?
5.31 Respondiendo Jesús, les dijo: -Los sanos no
tienen necesidad de médico sino los que están enfermos.
5.32 No he venido a llamar a justos sino a pecadores
al arrepentimiento.
9.14
Entonces los discípulos de Juan fueron a Jesús y dijeron: -¿Por qué
nosotros y los fariseos ayunamos frecuentemente pero tus discípulos no
ayunan?
9.15 Jesús les dijo: -¿Pueden tener luto los que
están de bodas mientras el novio está con ellos? Pero vendrán días
cuando el novio les será quitado, y entonces ayunarán.
2.18
Los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando. Fueron a Jesús
y le dijeron: -¿Por qué ayunan los discípulos de Juan y los discípulos
de los fariseos pero tus discípulos no ayunan?
2.19 Jesús les dijo: -¿Acaso pueden ayunar los que
están de bodas mientras el novio está con ellos? Entretanto que tienen
al novio con ellos, no pueden ayunar.
2.20 Pero vendrán días cuando el novio les será
quitado. Entonces, en aquel día ayunarán.
5.33
Entonces ellos le dijeron: -Los discípulos de Juan ayunan muchas veces
y hacen oraciones, igual que los de los fariseos, pero los tuyos comen
y beben.
5.34 Jesús les dijo: -¿Acaso ustedes pueden hacer que
los que están de bodas ayunen mientras el novio está con ellos?
5.35 Pero vendrán días cuando el novio les será
quitado. Entonces, en aquellos días ayunarán.
▲67- Un paño nuevo para un vestido nuevo.
Vino nuevo en odres nuevos.
9.16
Nadie pone parche de tela nueva en vestido viejo, porque el parche tira
del vestido y la rotura se hace peor.
2.21
Nadie pone parche de tela nueva en vestido viejo. De otra manera, el
parche nuevo tira del viejo, y la rotura se hace peor.
5.36
Les decía también una parábola: -Nadie corta un parche de un vestido
nuevo para remendar un vestido viejo. De otra manera, el vestido nuevo
se rompe y el parche tomado del nuevo no armoniza con lo viejo.
9.17
Tampoco echan vino nuevo en odres viejos, porque los odres se rompen,
el vino se derrama y los odres se echan a perder. Más bien, echan vino
nuevo en odres nuevos, y ambos se conservan.
2.22
Ni nadie echa vino nuevo en odres viejos. De otra manera, el vino rompe
los odres, y se pierde el vino y también los odres. Más bien, el vino
nuevo se echa en odres nuevos.
5.37
Ni nadie echa vino nuevo en odres viejos. De otra manera, el vino nuevo
romperá los odres, el vino se derramará y los odres se perderán.
5.38 Pero el vino nuevo debe ser echado en odres
nuevos.
5.39 Y ninguno que bebe lo añejo quiere el nuevo
porque dice: “Lo añejo es lo mejor”.
12.1
En ese tiempo, Jesús pasó por los sembrados en sábado. Sus discípulos
tuvieron hambre y comenzaron a arrancar espigas y a comer.
12.2 Y al verlo los fariseos, le dijeron: -Mira, tus
discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el sábado.
12.3 Él les dijo: -¿No han leído qué hizo David
cuando tuvo hambre él y los que estaban con él;
12.4 cómo entró en la casa de Dios y comieron los
panes de la Presencia, que no les era lícito comer ni a él ni a los que
estaban con él, sino solo a los sacerdotes?
12.5 ¿Tampoco han leído en la ley que en los sábados
los sacerdotes en el templo profanan el sábado y quedan sin culpa?
12.6 Pero les digo que uno mayor que el templo está
aquí.
12.7 Si hubieran conocido qué significa Misericordia
quiero y no sacrificio, no habrían condenado a los que no tienen culpa.
12.8 Porque el Hijo del Hombre es Señor del sábado.
2.23
Aconteció que Jesús pasaba por los sembrados en sábado, y sus
discípulos se pusieron a caminar arrancando espigas.
2.24 Los fariseos le decían: -Mira, ¿por qué hacen en
los sábados lo que no es lícito?
2.25 Y él les dijo: -¿Nunca han leído qué hizo David
cuando tuvo necesidad y pasó hambre él y los que estaban con él;
2.26 cómo entró en la casa de Dios, siendo Abiatar
sumo sacerdote, y comió los panes de la Presencia, y aun dio a los que
estaban con él; cosa que no es lícito comer, salvo a los sacerdotes?
2.27 -También les dijo-: El sábado fue hecho para el
hombre, y no el hombre para el sábado.
2.28 Así que el Hijo del Hombre es Señor aun del
sábado.
6.1
Aconteció que Jesús pasaba por los sembrados en sábado, y sus
discípulos arrancaban espigas y las comían restregándolas con las manos.
6.2 Y algunos de los fariseos dijeron: -¿Por
qué hacen lo que no es lícito hacer en los sábados?
6.3 Respondiéndoles, Jesús dijo: -¿No han leído
qué hizo David cuando tuvo hambre él y los que estaban con él?.
6.4 Entró en la casa de Dios, tomó los panes de
la Presencia, que no es lícito comer sino solo a los sacerdotes, y
comió y dio también a los que estaban con él.
6.5 También les decía: -El Hijo del Hombre es
Señor del sábado.
12.9
Partió de allí y fue a la sinagoga de ellos.
12.10 Y he aquí había un hombre que tenía la mano
paralizada; y para acusar a Jesús, le preguntaron diciendo: -¿Es lícito
sanar en sábado?
12.11 Pero él les dijo: -¿Qué hombre hay entre ustedes que
tenga una oveja, y que si esta cae en un pozo en sábado, no le echará
mano y la sacará?
12.12 Pues, ¡cuánto más vale un hombre que una oveja! De
manera que es lícito hacer bien en sábado.
12.13 Entonces dijo a aquel hombre: -Extiende tu mano. Él
la extendió, y su mano fue restaurada sana como la otra.
3.1
Entró otra vez en la sinagoga, y estaba allí un hombre que tenía la
mano paralizada.
3.2 Y estaban al acecho a ver si lo sanaría en
sábado, a fin de acusarle.
3.3 Entonces dijo al hombre que tenía la mano
paralizada: -¡Ponte de pie en medio!
3.4 Y a ellos les dijo: -¿Es lícito en sábado
hacer bien o hacer mal? ¿Salvar la vida o matar? Pero ellos callaban.
3.5 Y mirándolos en derredor con enojo,
dolorido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: -Extiende tu
mano. Y la extendió, y su mano le fue restaurada.
6.6
Aconteció en otro sábado, que él entró en la sinagoga y enseñaba. Y
estaba allí un hombre cuya mano derecha estaba paralizada.
6.7 Los escribas y los fariseos lo acechaban
para ver si lo sanaría en sábado, para hallar de qué acusarle.
6.8 Pero él, conociendo los razonamientos de
ellos, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: -Levántate y ponte
en medio. Él se levantó y se puso en medio.
6.9 Entonces Jesús les dijo: -Yo les pregunto:
“¿Es lícito en el sábado hacer bien o hacer mal? ¿Salvar la vida o
quitarla?”.
6.10 Y mirándolos a todos en derredor, dijo al
hombre: -Extiende tu mano. Él lo hizo, y su mano le fue restaurada.
12.14
Pero saliendo los fariseos, tomaron consejo contra él, cómo destruirlo.
3.6
Los fariseos salieron en seguida, junto con los herodianos, y tomaron
consejo contra él, de cómo destruirlo.
6.11
Entonces ellos se llenaron de enojo y discutían los unos con los otros
qué podrían hacer con Jesús.
12.15a
Como Jesús lo supo, se apartó de allí. (...)
3.7a
Jesús se apartó con sus discípulos al mar, (...)
3.7b
(...) y lo siguió
una gran multitud de gente procedente de Galilea, de Judea,
3.8
de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, y de los alrededores
de Tiro y Sidón una gran multitud vino a él, porque habían oído de las
grandes cosas que hacía.
3.9 Y Jesús les dijo a sus discípulos que
siempre tuvieran lista una barca a causa del gentío para que no lo
apretujaran;
12.15c
(...) y a todos
los sanó.
3.10
porque había sanado a muchos, de modo que le caían encima todos cuantos
tenían plagas, para tocarlo.
3.11 Y los espíritus inmundos, siempre que lo veían
se postraban delante de él y gritaban diciendo: “¡Tú eres el Hijo de
Dios!”.
12.16
Y les mandó rigurosamente que no lo dieran a conocer,
12.17 para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta
Isaías, que dijo:
12.18 He aquí mi siervo, a quien he escogido; mi amado, en
quien se complace mi alma. Pondré mi Espíritu sobre él, y anunciará
juicio a las naciones.
12.19 No contenderá, ni dará voces; ni oirá nadie su voz en
las plazas.
12.20 La caña cascada no quebrará, y la mecha que humea no
apagará, hasta que saque a triunfo el juicio.
12.21 Y en su nombre las naciones pondrán su esperanza .
3.12
Pero él los reprendía mucho para que no lo dieran a conocer.
▲71- La fama de Jesús se extiende. Una
multitud le sigue. Sana y echa fuera demonios.
4.24
Su fama corrió por toda Siria, y le trajeron todos los que tenían
males: los que padecían diversas enfermedades y dolores, los
endemoniados, los lunáticos y los paralíticos. Y él los sanó.
4.25 Le siguieron grandes multitudes de Galilea, de
Decápolis, de Jerusalén, de Judea y del otro lado del Jordán.
▲72- Jesús ora a Dios toda la noche en la
montaña.
5.1a
Cuando vio la multitud, subió al monte (...)
3.13a
Entonces subió al monte (...)
6.12
Aconteció en aquellos días, que Jesús salió al monte para orar y pasó
toda la noche en oración a Dios.
10.2
Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado
Pedro, y su hermano Andrés; también Jacobo hijo de Zebedeo, y su
hermano Juan;
10.3 Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano;
Jacobo hijo de Alfeo, y Tadeo;
10.4 Simón el cananita y Judas Iscariote, quien lo
entregó.
3.13b
(...) y llamó a
sí a los que él quiso, y fueron a él.
3.14 Constituyó a doce, a quienes nombró apóstoles,
para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar
3.15 y tener autoridad para echar fuera los demonios.
3.16 Y constituyó a los doce: a Simón (a quien le
puso por nombre Pedro),
3.17 a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan el hermano de
Jacobo (a ellos les puso por nombre Boanerges; es decir, hijos del
trueno),
3.18 a Andrés, a Felipe, a Bartolomé, a Mateo, a
Tomás, a Jacobo hijo de Alfeo, a Tadeo, a Simón el cananita
3.19a y a Judas Iscariote (el que lo entregó). (...)
6.13
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y de ellos escogió a doce
a quienes también llamó apóstoles:
6.14 a Simón, al cual también llamó Pedro, y a su
hermano Andrés; a Jacobo y a Juan; a Felipe y a Bartolomé;
6.15 a Mateo y a Tomás; a Jacobo hijo de Alfeo, y a
Simón llamado el Zelote;
6.16 a Judas hijo de Jacobo, y a Judas Iscariote, que
también llegó a ser el traidor.
▲74- Una multitud en una llanura. Un poder
que sale de Jesús sana a los que lo tocan.
6.17
Descendió con ellos y se detuvo en una llanura, junto con una multitud
de sus discípulos y un gran número de personas de toda Judea, de
Jerusalén y de las costas de Tiro y de Sidón, que habían venido para
oírlo y para ser sanados de sus enfermedades.
6.18 Los que eran atormentados por espíritus inmundos
eran sanados,
6.19 y toda la gente procuraba tocarlo; porque salía
poder de él y sanaba a todos.
5.3
“Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de
los cielos.
5.4 “Bienaventurados los que lloran, porque
ellos serán consolados.
5.5 “Bienaventurados los mansos, porque ellos
recibirán la tierra por heredad.
5.6 “Bienaventurados los que tienen hambre y
sed de justicia, porque ellos serán saciados.
5.7 “Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos recibirán misericordia.
5.8 “Bienaventurados los de limpio corazón,
porque ellos verán a Dios.
5.9 “Bienaventurados los que hacen la paz,
porque ellos serán llamados hijos de Dios.
5.10 “Bienaventurados los que son perseguidos por
causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
5.11 “Bienaventurados son cuando los vituperen y los
persigan, y digan toda clase de mal contra ustedes por mi causa,
mintiendo.
5.12 Gócense y alégrense, porque su recompensa es
grande en los cielos; pues así persiguieron a los profetas que fueron
antes de ustedes.
6.20c
(...)
“Bienaventurados ustedes los pobres porque de ustedes es el reino de
Dios.
6.21
“Bienaventurados los que ahora tienen hambre porque serán saciados.
“Bienaventurados los que ahora lloran porque reirán.
6.22 “Bienaventurados son cuando los hombres los
aborrecen, cuando los apartan de sí y los vituperan, y desechan el
nombre de ustedes como si fuera malo, por causa del Hijo del Hombre.
6.23 Gócense en aquel día y salten de alegría porque
he aquí su galardón es grande en el cielo; pues así hacían los padres
de ustedes a los profetas.
6.24
“Pero ¡ay de ustedes los ricos! Porque están recibiendo su consuelo.
6.25 “¡Ay de ustedes, los que ahora están saciados!
Porque tendrán hambre. “¡Ay de ustedes, los que ahora se ríen! Porque
se lamentarán y llorarán.
6.26 “¡Ay de ustedes, cuando todos los hombres hablan
bien de ustedes! Porque así hacían sus padres con los falsos profetas.
5.13
“Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con
qué será salada? No vale más para nada, sino para ser echada fuera y
pisoteada por los hombres.
9.50 (9.50a)
Buena es la sal; pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué será
salada? 9.51
(9.50b) Tengan sal en ustedes y vivan en paz los unos
con los otros.
14.34
“Buena es la sal; pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué será
sazonada?
14.35 No es buena ni para la tierra ni para abono; por eso
la arrojan fuera. Quien tiene oídos para oír, oiga”.
5.14
“Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no
puede ser escondida.
5.15 Tampoco se enciende una lámpara para ponerla
debajo de un cajón, sino sobre el candelero; y así alumbra a todos los
que están en la casa.
5.16 Así alumbre la luz de ustedes delante de los
hombres, de modo que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que
está en los cielos.
▲80- Sermón: Jesús vino para cumplir la ley
y los profetas y no para abrogar.
5.17
“No piensen que he venido para abrogar la Ley o los Profetas. No he
venido para abrogar, sino para cumplir.
5.18 De cierto les digo que hasta que pasen el cielo
y la tierra ni siquiera una jota ni una tilde pasará de la ley hasta
que todo haya sido cumplido.
5.19 “Por lo tanto, cualquiera que quebrante el más
pequeño de estos mandamientos y así enseñe a los hombres, será
considerado el más pequeño en el reino de los cielos. Pero cualquiera
que los cumpla y los enseñe, este será considerado grande en el reino
de los cielos.
5.20 Porque les digo que a menos que su justicia sea
mayor que la de los escribas y de los fariseos, jamás entrarán en el
reino de los cielos.
▲81- Sermón: no matar, no enfadarse;
reconciliarse antes de una ofrenda.
5.21
“Ustedes han oído que fue dicho a los antiguos: No cometerás homicidio;
y cualquiera que comete homicidio será culpable en el juicio.
5.22 Pero yo les digo que todo el que se enoje con su
hermano será culpable en el juicio. Cualquiera que le llame a su
hermano ‘necio’ será culpable ante el Sanedrín; y cualquiera que le
llame ‘fatuo’ será expuesto al
infierno{lit. en
griego: "la gehenna del".
La
palabra "infierno" no existe en los escritos originales de la
Biblia. "Gehenna" es un lugar al sur de Jerusalem donde se
mantenía un fuego para destruir los desechos quemándolos.}de
fuego.
5.23 “Por tanto, si has traído tu ofrenda al altar y
allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,
5.24 deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve,
reconcíliate primero con tu hermano, y entonces vuelve y ofrece tu
ofrenda.
5.25
“Reconcíliate pronto con tu adversario mientras estás con él en el
camino; no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al
guardia, y seas echado en la cárcel.
5.26 De cierto te digo que jamás saldrás de allí
hasta que pagues el último centavo.
12.58
Pues cuando vayas al magistrado con tu adversario procura con
diligencia arreglarte con él en el camino, no sea que te arrastre al
juez y el juez te entregue al policía y el policía te meta en la cárcel.
12.59 Te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado
hasta el último centavo.
▲82- Sermón: no codiciar mujer, ni
repudiar ; ojo o mano que hace tropezar.
5.27
“Ustedes han oído que fue dicho: No cometerás adulterio.
5.28 Pero yo les digo que todo el que mira a una
mujer para codiciarla ya adulteró con ella en su corazón.
***
5.29
Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo y échalo de
ti. Porque es mejor para ti que se pierda uno de tus miembros y no que
todo tu cuerpo sea echado al
infierno{lit. en
griego: "en [la] gehenna".
Nota en "Mateo 5.22"}.
5.30 Y si tu mano derecha te es ocasión de caer,
córtala y échala de ti. Porque es mejor para ti que se pierda uno de
tus miembros y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno{lit.: "en [la] gehenna"}.
***
5.31 “También fue dicho: Cualquiera que despide a su
mujer, dele carta de divorcio.
5.32 Pero yo les digo que todo aquel que se divorcia
de su mujer, a no ser por causa de inmoralidad sexual, hace que ella
cometa adulterio. Y el que se casa con la mujer divorciada comete
adulterio.
***
9.43
»Si tu mano te hace tropezar, córtala. Mejor te es entrar manco a la
vida que, teniendo dos manos, ir al infierno{lit. en griego: "en la gehenna". Nota
en "Mateo 5.22"}, al fuego inextinguible.
9.44 , [Algunos
manuscritos antiguos repiten como vv. 44 y 46 la frase que aparece en
v. 48: "donde su gusano no
muere, y el fuego nunca se apaga."]
9.45 Si tu pie te hace tropezar, córtalo. Mejor te es
entrar cojo a la vida que, teniendo dos pies, ser echado al infierno{lit. en griego: "en la gehenna". Nota
en "Mateo 5.22"}.
9.46 , [Algunos
manuscritos antiguos repiten como vv. 44 y 46 la frase que aparece en
v. 48: "donde su gusano no
muere, y el fuego nunca se apaga."]
9.47 Y si tu ojo te hace tropezar, sácalo. Mejor te
es entrar con un solo ojo al reino de Dios que, teniendo dos ojos, ser
echado en el infierno{lit. en
griego: "la gehenna".
Nota
en "Mateo 5.22"},
9.48 donde su gusano no muere, y el fuego nunca se
apaga.
9.49 »Porque todo será salado con fuego.
9.50 (9.50a) Buena es la sal; pero si la sal se vuelve
insípida, ¿con qué será salada?
9.51 (9.50b) Tengan sal en ustedes y vivan en paz los
unos con los otros.
5.33
“Además, ustedes han oído que fue dicho a los antiguos: No jurarás
falsamente; sino que cumplirás al Señor tus juramentos.
5.34 Pero yo les digo: No juren en ninguna manera; ni
por el cielo, porque es el trono de Dios;
5.35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus
pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del Gran Rey.
5.36 No jurarás ni por tu cabeza, porque no puedes
hacer que un cabello sea ni blanco ni negro.
5.37 Pero sea su hablar, ‘sí’, ‘sí’, y ‘no’, ‘ no’.
Porque lo que va más allá de esto, procede del mal.
▲84-
Sermón: Amen a sus enemigos. Ser perfecto como el Padre. Al que te
pida, dale. Ojo por ojo. Presentar la otra mejilla. La puerta estrecha.
5.43
“Ustedes han oído que fue dicho: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu
enemigo.
5.44 Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por
los que les persiguen;
5.45 de modo que sean hijos de su Padre que está en
los cielos, porque él hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace
llover sobre justos e injustos.
6.27
“Pero a ustedes, los que oyen, les digo: Amen a sus enemigos y hagan
bien a los que los aborrecen;
6.28 bendigan a los que los maldicen y oren por los
que los maltratan.
5.38
“Ustedes han oído que fue dicho a los antiguos: Ojo por ojo y diente
por diente.
5.39 Pero yo les digo: No resistan al malo. Más bien,
a cualquiera que te golpea en la mejilla derecha, vuélvele también la
otra.
5.40 Y al que quiera llevarte a juicio y quitarte la
túnica, déjale también el manto.
5.41 A cualquiera que te obligue a llevar carga por
un kilómetro, ve con él dos.
5.42 Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de
ti prestado, no se lo niegues.
6.29
Al que te hiera en la mejilla preséntale también la otra; y al que te
quite el manto no le niegues la túnica.
6.30 A cualquiera que te pida dale; y al que tome lo
que es tuyo no se lo vuelvas a pedir.
7.12
“Así que, todo lo que quieran que hagan los hombres por ustedes, así
también hagan por ellos, porque esto es la Ley y los Profetas.
6.31
“Y como quieren que hagan los hombres con ustedes, así también hagan
ustedes con ellos.
7.13
“Entren por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y espacioso
el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por
ella.
7.14 Pero ¡qué estrecha es la puerta y qué angosto el
camino que lleva a la vida! Y son pocos los que la hallan.
13.23
Entonces alguien le dijo: -Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él
les dijo:
13.24 -Esfuércense a entrar por la puerta angosta, porque
les digo que muchos procurarán entrar y no podrán.
5.46
Porque si aman a los que les aman, ¿qué recompensa tendrán? ¿No hacen
lo mismo también los publicanos?
5.47 Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué
hacen de más? ¿No hacen eso mismo los gentiles{"(individuos) de las naciones"}
?
6.32
Porque si aman a los que los aman, ¿qué mérito tienen? Pues también los
pecadores aman a los que los aman.
6.33 Y si hacen bien a los que les hacen bien, ¿qué
mérito tienen? También los pecadores hacen lo mismo.
5.45
de modo que sean hijos de su Padre que está en los cielos, porque él
hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e
injustos.
6.34
Y si dan prestado a aquellos de quienes esperaban recibir, ¿qué mérito
tienen? Pues también los pecadores dan prestado a los pecadores para
recibir otro tanto.
6.35 “Más bien, amen a sus enemigos y hagan bien y
den prestado sin esperar ningún provecho. Entonces la recompensa de
ustedes será grande y serán hijos del Altísimo; porque él es benigno
para con los ingratos y los perversos.
5.48
Sean, pues, ustedes perfectos, como su Padre que está en los cielos es
perfecto.
6.36
Sean misericordiosos, como también su Padre es misericordioso.
7.1
“No juzguen, para que no sean juzgados.
7.2 Porque con el juicio con que juzguen serán
juzgados, y con la medida con que midan se les medirá.
6.37
“No juzguen, y no serán juzgados. No condenen, y no serán condenados.
Perdonen, y serán perdonados.
6.38 Den, y se les dará; medida buena, apretada,
sacudida y rebosante se les dará en su regazo. Porque con la medida con
que miden se les volverá a medir”.
6.39
Entonces les dijo una parábola: “¿Acaso puede un ciego guiar a otro
ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo?
6.40 El discípulo no es superior a su maestro, pero
cualquiera que es plenamente instruido será como su maestro.
7.3
“¿Por qué miras la brizna de paja que está en el ojo de tu hermano pero
dejas de ver la viga que está en tu propio ojo?
7.4 ¿Cómo dirás a tu hermano: ‘Deja que yo
saque la brizna de tu ojo’, y he aquí la viga está en el tuyo?
7.5 ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu
propio ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna del ojo de tu
hermano.
6.41
¿Por qué miras la brizna de paja que está en el ojo de tu hermano pero
dejas de ver la viga que está en tu propio ojo?
6.42 ¿Cómo puedes decir a tu hermano: ‘Hermano, deja
que yo saque la brizna de tu ojo’, sin que mires la viga que está en tu
ojo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás bien
para sacar la brizna que está en el ojo de tu hermano.
▲86- Sermón: no dar lo santo a los perros,
ni perlas a los cerdos.
7.6
“No den lo santo a los perros, ni echen sus perlas delante de los
cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes y
los despedacen.
▲87- Sermón: profetas verdaderos y falsos;
un árbol reconocido por su fruto.
7.15
“Guárdense de los falsos profetas, que vienen a ustedes vestidos de
ovejas, pero que por dentro son lobos rapaces.
7.16 Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen
uvas de los espinos o higos de los abrojos?
7.17 Así también, todo árbol sano da buenos frutos,
pero el árbol podrido da malos frutos.
7.18 El árbol sano no puede dar malos frutos, ni
tampoco puede el árbol podrido dar buenos frutos.
7.19 Todo árbol que no lleva buen fruto es cortado y
echado en el fuego.
7.20 Así que, por sus frutos los conocerán.
6.43
“No es buen árbol el que da malos frutos ni es árbol malo el que da
buen fruto.
6.44 Porque cada árbol es conocido por su fruto; pues
no se recogen higos de los espinos ni tampoco se vendimian uvas de una
zarza.
6.45 El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón
presenta lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón
presenta lo malo. Porque de la abundancia del corazón habla la boca.
▲88- Sermón: edificar sobre la peña.;
escuchar y obedecer la palabra, y no decir solo "Señor".
7.21
“No todo el que me dice ‘ Señor, Señor’ entrará en el reino de los
cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
7.22 Muchos me dirán en aquel día: ‘¡Señor, Señor!
¿No profetizamos en tu nombre? ¿En tu nombre no echamos demonios? ¿Y en
tu nombre no hicimos muchas obras poderosas?’.
7.23 Entonces yo les declararé: ‘Nunca les he
conocido. ¡Apártense de mí, obradores de maldad!’.
13.27
Pero les hablará diciendo: “No les conozco de dónde son. ¡Apártense de
mí todos los que hacen iniquidad!”.
7.24
“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras y las hace, será semejante
a un hombre prudente que edificó su casa sobre la peña.
7.25 Y cayó la lluvia, vinieron torrentes, soplaron
vientos y golpearon contra aquella casa. Pero no se derrumbó, porque se
había fundado sobre la peña.
7.26 “Pero todo el que me oye estas palabras y no las
hace, será semejante a un hombre insensato que edificó su casa sobre la
arena.
7.27 Cayó la lluvia, vinieron torrentes y soplaron
vientos, y azotaron contra aquella casa. Y se derrumbó, y fue grande su
ruina”.
6.46
“¿Por qué me llaman: ‘Señor, Señor’, y no hacen lo que digo?
6.47 Yo les mostraré a qué es semejante todo aquel
que viene a mí y oye mis palabras y las hace.
6.48 Es semejante a un hombre que, al edificar una
casa, cavó profundo y puso los cimientos sobre la roca. Y cuando vino
una inundación, el torrente golpeó con ímpetu contra aquella casa y no
la pudo mover porque había sido bien construida.
6.49 Pero el que oye y no hace es semejante a un
hombre que edificó su casa sobre tierra, sin cimientos. El torrente
golpeó con ímpetu contra ella; en seguida cayó y fue grande la ruina de
aquella casa”.
▲89- Después del sermón, la multitud quedó
asombrada de la enseñanza de Jesús.
7.28
Y aconteció que, cuando Jesús terminó estas palabras, las multitudes
estaban maravilladas de su enseñanza;
7.29 porque les enseñaba como quien tiene autoridad,
y no como los escribas.
8.1 Cuando descendió del monte, lo siguió mucha
gente.
7.1a
Una vez concluidas todas sus palabras al pueblo que lo escuchaba, (...)
▲90- Jesús entra en Cafarnaúm. Con una
palabra sanó al criado de un centurión.
8.5a
Cuando Jesús entró en Capernaúm, (...)
7.1b
(...) Jesús entró
en Capernaúm.
8.5c
(...) un
centurión (...)
7.2
Y el siervo de cierto centurión, a quien este tenía en mucha estima,
estaba enfermo y a punto de morir.
7.3a Cuando oyó hablar de Jesús, (...)
8.5b_d (...) vino a él ...y le rogó
7.3b
(...) le envió
ancianos de los judíos para rogarle que fuera y sanara a su siervo.
7.4a Ellos fueron a Jesús (...)
8.6
diciendo: -Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, y sufre
terribles dolores.
7.4b
(...) y le
rogaban con insistencia, diciéndole: -Él es digno de que le concedas
esto
7.5 porque ama a nuestra nación y él mismo nos
edificó la sinagoga.
8.7
Y le dijo: -Yo iré y lo sanaré.
7.6a
Jesús fue con ellos. Y cuando ya no estaban muy lejos de su casa, (...)
8.8a
Respondió el centurión y dijo: (...)
7.6b
(...) el
centurión le envió unos amigos para decirle: (...)
8.8b
(...) -Señor, yo
no soy digno de que entres bajo mi techo. Solamente di la palabra y mi
criado será sanado.
8.9
Porque yo también soy un hombre bajo autoridad y tengo soldados bajo mi
mando. Si digo a este: “Ve”, él va; si digo al otro: “Ven”, él viene; y
si digo a mi siervo: “Haz esto”, él lo hace.
7.6c
(...) -Señor, no
te molestes, porque no soy digno de que entres bajo mi techo.
7.7 Por eso no me tuve por digno de ir a ti.
Más bien, di la palabra y mi criado será sanado.
7.8 Porque yo también soy hombre puesto bajo
autoridad y tengo soldados bajo mi mando. Y digo a este: “Ve”, y él va;
digo al otro: “Ven”, y él viene; y digo a mi siervo: “Haz esto”, y él
lo hace.
8.10
Cuando Jesús oyó esto, se maravilló y dijo a los que lo seguían: -De
cierto les digo que no he hallado tanta fe en ninguno en Israel.
7.9
Cuando Jesús oyó esto, se maravilló de él y, dándose vuelta, dijo a la
gente que lo seguía: -¡Les digo que ni aun en Israel he hallado tanta
fe!
8.11
Y les digo que muchos vendrán del oriente y del occidente y se sentarán
con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos,
8.12 pero los hijos del reino serán echados a las
tinieblas de afuera. Allí habrá llanto y crujir de dientes.
8.13a Entonces Jesús le dijo al centurión: -Ve, y como
creíste te sea hecho. (...)
13.28
Allí habrá llanto y crujir de dientes cuando vean a Abraham, a Isaac, a
Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y a ustedes echados
fuera.
13.29 Vendrán del oriente y del occidente, del norte y del
sur; y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.
8.13b
(...) Y su criado
fue sanado en aquella hora.
7.10
Cuando volvieron a casa los que habían sido enviados, hallaron sano al
siervo.
7.11
Aconteció que, poco después, él fue a la ciudad que se llama Naín. Sus
discípulos y una gran multitud lo acompañaban.
7.12 Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he
aquí que llevaban a enterrar a un muerto, el único hijo de su madre la
cual era viuda. Bastante gente de la ciudad la acompañaba.
7.13 Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella
y le dijo: -No llores.
7.14 Luego se acercó y tocó el féretro, y los que lo
llevaban se detuvieron. Entonces le dijo: -Joven, a ti te digo:
¡Levántate!
7.15 Entonces el que había muerto se sentó y comenzó
a hablar. Y Jesús lo entregó a su madre.
7.16 El temor se apoderó de todos, y glorificaban a
Dios diciendo: -¡Un gran profeta se ha levantado entre nosotros! ¡Dios
ha visitado a su pueblo!
7.17 Y esto que se decía de él se difundió por toda
Judea y por toda la tierra de alrededor.
▲92- Juan el bautizador interroga a Jesús
desde la cárcel.
11.2
Ahora bien, cuando oyó Juan en la cárcel de los hechos de Cristo, envió
a él por medio de sus discípulos,
11.3 y le dijo: -¿Eres tú aquel que ha de venir, o
esperaremos a otro?
11.4 Y respondiendo Jesús les dijo: -Vayan y hagan
saber a Juan las cosas que oyen y ven:
11.5 Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos
son hechos limpios, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a
los pobres se les anuncia el evangelio.
11.6 Bienaventurado es el que no toma ofensa en mí.
7.18
A Juan le informaron sus discípulos acerca de todas estas cosas.
Entonces Juan llamó a dos de sus discípulos
7.19 y los envió al Señor para preguntarle: “¿Eres tú
aquel que ha de venir, o esperaremos a otro?”.
7.20 Cuando los hombres vinieron a Jesús, le dijeron:
-Juan el Bautista nos ha enviado a ti, diciendo: “¿Eres tú aquel que ha
de venir, o esperaremos a otro?”.
7.21 En aquella hora Jesús sanó a muchos de
enfermedades, de plagas y de espíritus malos; y a muchos ciegos les dio
la vista.
7.22 Y respondiendo, les dijo: -Vayan y hagan saber a
Juan lo que han visto y oído: Los ciegos ven, los cojos andan, los
leprosos son hechos limpios, los sordos oyen, los muertos son
resucitados y a los pobres se les anuncia el evangelio.
7.23 Bienaventurado es el que no toma ofensa en mí.
11.7
Mientras ellos se iban, Jesús comenzó a hablar
de Juan a las multitudes: “¿Qué salieron a ver en el desierto? ¿Una
caña sacudida por el viento?
11.8 Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿Un hombre
vestido de ropa delicada? He aquí, los que se visten con ropa delicada
están en los palacios de los reyes.
11.9 Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿Un profeta? ¡Sí,
les digo, y más que profeta!
11.10 Este es aquel de quien está escrito: He aquí yo envío
mi mensajero delante de tu rostro, quien preparará tu camino delante de
ti .
11.11 De cierto les digo que no se ha levantado entre los
nacidos de mujer ningún otro mayor que Juan el Bautista. Sin embargo,
el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él.
11.12 Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el
reino de los cielos sufre violencia, y los violentos se apoderan de él.
11.13 Porque todos los Profetas y la Ley profetizaron hasta
Juan.
11.14 Y si lo quieren recibir, él es el Elías que debía
venir.
11.15 El que tiene oídos, oiga.
7.24
Cuando se fueron los mensajeros de Juan, Jesús
comenzó a hablar de Juan a las multitudes: -¿Qué salieron a ver en el
desierto? ¿Una caña sacudida por el viento?
7.25 Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿Un hombre
vestido de ropa delicada? He aquí, los que llevan ropas lujosas y viven
en placeres están en los palacios reales.
7.26 Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿Un profeta? ¡Sí,
les digo, y más que profeta!
7.27 Este es aquel de quien está escrito: He aquí
envío mi mensajero delante de tu rostro, quien preparará tu camino
delante de ti .
7.28 Les digo que entre los nacidos de mujer no hay
ninguno mayor que Juan. Sin embargo, el más pequeño en el reino de Dios
es mayor que él.
7.29 Al oírle, todo el pueblo y los publicanos
justificaron a Dios, siendo bautizados con el bautismo de Juan.
7.30 Pero los fariseos y los intérpretes de la ley
rechazaron el propósito de Dios para ellos, no siendo bautizados por él.
11.16
“Pero, ¿a qué compararé esta generación? Es semejante a los muchachos
que se sientan en las plazas y dan voces a sus compañeros,
11.17 diciendo: ‘Les tocamos la flauta, y no bailaron;
entonamos canciones de duelo y no se lamentaron’.
11.18 Porque vino Juan, que no comía ni bebía, y dicen:
‘¡Demonio tiene!’.
11.19 Y vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen:
‘¡He aquí un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de
pecadores!’. Pero la sabiduría es justificada por sus hechos”.
7.31
-¿A qué, pues, compararé a los hombres de esta generación? ¿A qué son
semejantes?
7.32 Son semejantes a los muchachos que se sientan en
la plaza y gritan los unos a los otros diciendo: “Les tocamos la flauta
y no bailaron; entonamos canciones de duelo y no lloraron”.
7.33 Porque ha venido Juan el Bautista, que no come
pan ni bebe vino, y dicen: “¡Demonio tiene!”.
7.34 Ha venido el Hijo del Hombre que come y bebe, y
dicen: “¡He aquí un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de
publicanos y de pecadores!”.
7.35 Pero la sabiduría es justificada por todos sus
hijos.
▲94-
La pecadora perdonada vierte perfume en los pies de Jesús.
7.36
Uno de los fariseos le pidió que comiera con él; y cuando entró en la
casa del fariseo se sentó a la mesa.
7.37
Y he aquí, cuando supo que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo,
una mujer que era pecadora en la ciudad llevó un frasco de alabastro
con perfume.
7.38 Y estando detrás de Jesús, a sus pies, llorando,
comenzó a mojar los pies de él con sus lágrimas y los secaba con los
cabellos de su cabeza. Y le besaba los pies y los ungía con el perfume.
7.39 Al ver esto, el fariseo que lo había invitado a
comer se dijo a sí mismo: -Si este fuera profeta conocería quién y qué
clase de mujer es la que le está tocando, porque es una pecadora.
7.40 Entonces, respondiendo Jesús le dijo: -Simón,
tengo algo que decirte. Él dijo: -Di, Maestro.
7.41 -Cierto acreedor tenía dos deudores: Uno le
debía quinientas monedas, y el otro solamente cincuenta monedas.
7.42 Como ellos no tenían con qué pagar perdonó a
ambos. Entonces, ¿cuál de estos lo amará más?
7.43 Respondiendo Simón, dijo: -Supongo que aquel a
quien perdonó más. Y él le dijo: -Has juzgado correctamente.
7.44 Y vuelto hacia la mujer, dijo a Simón: -¿Ves
esta mujer? Yo entré en tu casa y no me diste agua para mis pies; pero
esta ha mojado mis pies con lágrimas y los ha secado con sus cabellos.
7.45 Tú no me diste un beso, pero desde que entré,
esta no ha cesado de besar mis pies.
7.46 Tú no ungiste mi cabeza con aceite, pero esta ha
ungido mis pies con perfume.
7.47 Por lo cual te digo que sus muchos pecados son
perdonados [puesto] que{lit.: "que"} amó mucho. Pero
al que se le perdona poco, poco ama.
7.48 Y a ella le dijo: -Tus pecados te son perdonados.
7.49 Los que estaban con él a la mesa comenzaron a
decir entre sí: -¿Quién es este que hasta perdona pecados?
7.50
Entonces Jesús le dijo a la mujer: -Tu fe te ha salvado; vete en paz.
▲95- Jesús andaba de ciudad en ciudad. Los
que estaban con él.
8.1
Aconteció después, que él andaba de ciudad en ciudad y de aldea en
aldea predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios. Los doce
iban con él,
8.2 y también algunas mujeres que habían sido
sanadas de espíritus malignos y de enfermedades: María, llamada
Magdalena, de la cual habían salido siete demonios;
8.3 Juana, la mujer de Cuza, administrador de
Herodes; Susana, y muchas otras. Ellas les servían con sus bienes.
3.19b (...) Él volvió a casa,
3.20 y otra vez se reunió la multitud de modo que ellos no
podían ni siquiera comer pan.
3.21 Cuando los suyos lo oyeron, fueron para
prenderlo porque decían que estaba fuera de sí.
12.22
Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y lo sanó, de
manera que el mudo hablaba y veía.
12.23 Toda la gente estaba atónita y decía: -¿Acaso será
este el Hijo de David?
Comparar
"Mateo 9.32-34"
11.14
Jesús estaba echando fuera un demonio que era mudo. Y aconteció que,
cuando salió el demonio, el mudo habló. Las muchedumbres se asombraron
12.24
Pero al oírlo, los fariseos dijeron: -Este no echa fuera los demonios
sino por Beelzebul, el príncipe de los demonios.
12.25 Pero como Jesús conocía sus pensamientos, les dijo:
-Todo reino dividido contra sí mismo está arruinado. Y ninguna ciudad o
casa dividida contra sí misma permanecerá.
12.26 Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo
está dividido. ¿Cómo, pues, permanecerá en pie su reino?
12.27 Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebul, ¿por
quién los echan fuera sus hijos? Por tanto, ellos serán sus jueces.
12.28 Pero si por el Espíritu de Dios yo echo fuera los
demonios, ciertamente ha llegado a ustedes el reino de Dios.
3.22
Los escribas que habían descendido de Jerusalén decían que estaba
poseído por Beelzebul y que mediante el príncipe de los demonios echaba
fuera los demonios.
3.23 Y habiéndolos llamado a su lado, les hablaba en
parábolas: “¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás?
3.24 Si un reino se divide contra sí, ese reino no
puede permanecer.
3.25 Si una casa se divide contra sí, esa casa no
podrá permanecer.
3.26 Y si Satanás se levanta contra sí mismo y está
dividido, no puede permanecer sino que su fin ha llegado.
11.15
pero algunos de ellos dijeron: -Por Beelzebul, el príncipe de los
demonios, echa fuera a los demonios.
11.16 Otros, para probarle, pedían de él una señal del
cielo.
11.17 Pero, como conocía los razonamientos de ellos, les
dijo: -Todo reino dividido contra sí mismo está arruinado y cae casa
sobre casa.
11.18 Y si Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo
permanecerá en pie su reino? Pues ustedes dicen que por Beelzebul yo
echo fuera los demonios.
11.19 Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebul, ¿por
quién los echan fuera los hijos de ustedes? Por tanto, ellos serán sus
jueces.
11.20 Pero si por el dedo de Dios yo echo fuera los
demonios, ciertamente ha llegado a ustedes el reino de Dios.
12.29
Porque, ¿cómo puede alguien entrar en la casa de un hombre fuerte y
saquear sus bienes a menos que primero ate al hombre fuerte? Y entonces
saqueará su casa.
12.30 El que no está conmigo, contra mí está; y el que
conmigo no recoge, desparrama.
3.27
Al contrario, nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y
saquear sus bienes a menos que primero ate al hombre fuerte. Y entonces
saqueará su casa.
11.21
Cuando el hombre fuerte y armado guarda su propia casa, sus posesiones
están en paz.
11.22 Pero si viene uno más fuerte que él y lo vence, le
toma todas sus armas en que confiaba y reparte sus despojos.
11.23 El que no está conmigo, contra mí está; y el que
conmigo no recoge, desparrama.
12.31
»Por esto les digo que todo pecado y blasfemia será perdonado a los
hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada.
12.32 Y a cualquiera que diga palabra contra el Hijo del
Hombre le será perdonado; pero a cualquiera que hable contra el
Espíritu Santo no le será perdonado ni en este mundo ni en el venidero.
3.28
De cierto les digo que a los hijos de los hombres les serán perdonados
todos los pecados y blasfemias, cualesquiera que sean.
3.29 Pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu
Santo no tendrá perdón jamás sino que es culpable de pecado eterno”.
12.10
A todo aquel que diga palabra en contra del Hijo del Hombre le será
perdonado; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no le será
perdonado.
▲99- Un buen árbol leva buen fruto. De la
abundancia del corazón habla la boca.
12.33
»O hagan bueno el árbol y bueno su fruto, o hagan malo el árbol y malo
su fruto; porque el árbol es conocido por su fruto.
12.34 ¡Generación de víboras! ¿Cómo podrán ustedes, siendo
malos, hablar cosas buenas? Porque de la abundancia del corazón habla
la boca.
12.35 El hombre bueno del buen tesoro saca cosas buenas, y
el hombre malo del mal tesoro saca cosas malas.
12.36 Pero yo les digo que en el día del juicio los hombres
darán cuenta de toda palabra ociosa que hablen.
12.37 Porque por tus palabras serás justificado y por tus
palabras serás condenado.
3.30
Dijo esto porque decían: “Tiene espíritu inmundo”.
▲100- Un espíritu regresa con 7 espíritus
malignos más.
12.43
»Cuando el espíritu inmundo ha salido del hombre, anda por lugares
secos buscando reposo, y no lo encuentra.
12.44 Entonces dice: “Volveré a mi casa de donde salí”.
Cuando regresa, la halla desocupada, barrida y adornada.
12.45 Entonces va y trae consigo otros siete espíritus
peores que él. Y después de entrar, habitan allí; y el estado final de
aquel hombre llega a ser peor que el primero. Así también sucederá a
esta perversa generación.
11.24
»Cuando el espíritu inmundo ha salido de un hombre, anda por lugares
secos buscando reposo y, al no hallarlo, dice: “Volveré a mi casa de
donde salí”.
11.25 Y cuando regresa, la halla barrida y adornada.
11.26 Entonces va y trae otros siete espíritus peores que
él. Y después de entrar, habitan allí; y el estado final de aquel
hombre llega a ser peor que el primero.
▲101- Bienaventurados los que oyen la
palabra de Dios y la guardan.
11.27
Mientras él decía estas cosas, aconteció que una mujer de entre la
multitud levantó la voz y le dijo: -¡Bienaventurado el vientre que te
llevó y los pechos que mamaste!
11.28 Y él dijo: -Más bien, bienaventurados son los que
oyen la palabra de Dios y la guardan.
▲102- Una generación malvada demanda una
señal. Jonás. Nínive. La reina del Sur.
11.29a
Y apiñándose las multitudes, (...)
12.38
Entonces le respondieron algunos de los escribas y de los fariseos,
diciendo: -Maestro, deseamos ver de ti una señal.
11.16
Otros, para probarle, pedían de él una señal del cielo.
12.39
Él respondió y les dijo: -Una generación malvada y adúltera demanda
señal, pero no le será dada ninguna señal, sino la señal del profeta
Jonás.
12.40 Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches
en el vientre del gran pez, así estará el Hijo del Hombre en el corazón
de la tierra tres días y tres noches.
12.41 Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio
contra esta generación y la condenarán, porque ellos se arrepintieron
ante la proclamación de Jonás. ¡Y he aquí uno mayor que Jonás está en
este lugar!
12.42 La reina del Sur se levantará en el juicio contra
esta generación y la condenará, porque vino de los confines de la
tierra para oír la sabiduría de Salomón. ¡Y he aquí uno mayor que
Salomón está en este lugar!
11.29b
(...)él
comenzó a decir: “Esta generación es una generación malvada. Pide
señal, y no le será dada ninguna señal sino la señal de Jonás.
11.30
Porque como Jonás fue señal para los habitantes de Nínive, así también
lo será el Hijo del Hombre para esta generación.
11.31 La reina del Sur se levantará en el juicio contra los
hombres de esta generación y los condenará porque vino de los confines
de la tierra para oír la sabiduría de Salomón. ¡Y he aquí uno mayor que
Salomón está en este lugar!
11.32 Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio
contra esta generación y la condenarán porque ellos se arrepintieron
ante la predicación de Jonás. ¡Y he aquí uno mayor que Jonás está en
este lugar!
6.22
“La lámpara del cuerpo es el ojo. Así que, si tu ojo está sano, todo tu
cuerpo estará lleno de luz.
6.23 Pero si tu ojo es malo, todo tu cuerpo estará en
tinieblas. De modo que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán
grande es esa oscuridad!
11.33
“Al encender una lámpara nadie la pone en oculto ni debajo de un cajón
sino sobre un candelero para que todos los que entren vean la luz.
11.34 La lámpara de tu cuerpo es tu ojo. Cuando tu ojo está
sano, también todo tu cuerpo está lleno de luz. Pero cuando es malo,
también tu cuerpo está en tinieblas.
11.35 Mira, pues, no sea que la luz que hay en ti sea
tinieblas. 11.36
Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz y no tiene ninguna parte
oscura, estará todo lleno de luz como cuando una lámpara te alumbra con
su resplandor”.
12.46
Mientras todavía hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos
estaban afuera, buscando hablar con él.
12.47 Y alguien le dijo: -Mira, tu madre y tus hermanos
están afuera, buscando hablar contigo.
12.48 Pero Jesús respondió al que hablaba con él y le dijo:
-¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?
12.49 Entonces extendió su mano hacia sus discípulos y
dijo: -¡He aquí mi madre y mis hermanos!
12.50 Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre
que está en los cielos, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.
3.31
Entonces fueron su madre y sus hermanos, y quedándose fuera enviaron a
llamarle.
3.32 Mucha gente estaba sentada alrededor de él, y le
dijeron: -Mira, tu madre, tus hermanos y tus hermanas te buscan afuera.
3.33 Él, respondiendo, les dijo: -¿Quiénes son mi
madre y mis hermanos?
3.34 Y mirando a los que estaban sentados alrededor
de él, dijo: -¡He aquí mi madre y mis hermanos!
3.35 Porque cualquiera que hace la voluntad de Dios,
este es mi hermano, mi hermana y mi madre.
8.19
Vinieron hacia él su madre y sus hermanos, pero no podían llegar a él a
causa de la multitud.
8.20 Entonces se le avisó: -Tu madre y tus hermanos
están fuera deseando verte.
8.21 Pero él, respondiendo, les dijo: -Mi madre y mis
hermanos son aquellos que oyen la palabra de Dios y la hacen.
13.1
Aquel día Jesús salió de la casa y se sentó junto al mar.
13.2 Y se le acercó mucha gente, de manera que él
entró en una barca para sentarse, y toda la multitud estaba de pie en
la playa.
13.3a Entonces les habló muchas cosas en parábolas, diciendo: (...)
4.1
Otra vez comenzó a enseñar junto al mar, y se reunió ante él una
multitud muy grande; de manera que él entró en una barca mar adentro y
se sentó allí, y toda la multitud estaba en la playa, frente al mar.
4.2 Y les enseñaba muchas cosas en parábolas.
Les decía en su enseñanza:
8.4
Juntándose una gran multitud y los que de cada ciudad acudían a él, les
habló por medio de una parábola:
13.3b
(...) “He aquí un
sembrador salió a sembrar.
13.4 Mientras él sembraba, parte de la semilla cayó
junto al camino; y vinieron las aves y la devoraron.
4.3
“¡Oigan! He aquí un sembrador salió a sembrar.
4.4 Y mientras sembraba, aconteció que parte de
la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la devoraron.
8.5
“Un
sembrador salió a sembrar su semilla. Mientras sembraba, una parte cayó
junto al camino y fue pisoteada; y las aves del cielo la comieron.
13.5
Y otra
parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó
rápidamente, porque la tierra no era profunda.
13.6 Pero cuando salió el sol, se quemó; y porque no
tenía raíz, se secó.
4.5
Otra
parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra, y en seguida
brotó porque la tierra no era profunda.
4.6 Y cuando salió el sol se quemó y, porque no
tenía raíces, se secó.
8.6
Otra parte cayó sobre la roca y, cuando creció, se secó porque no tenía
humedad.
13.7
Y otra parte cayó entre los espinos. Los espinos crecieron y la
ahogaron.
4.7
Otra parte cayó entre los espinos. Y los espinos crecieron y la
ahogaron, y no dio fruto.
8.7
Otra parte cayó entre los espinos, y los espinos crecieron al mismo
tiempo y la ahogaron.
13.8
Y otra parte cayó en buena tierra y dio fruto,
una a ciento, otra a sesenta y otra a treinta por uno.
13.9 El que tiene oídos, que oiga”.
4.8
Y otras semillas cayeron en buena tierra, y
creciendo y aumentando dieron fruto. Y llevaban fruto a treinta,
sesenta y ciento por uno”.
4.9 Y decía: “El que tiene oído para oír, oiga”.
8.8
Y otra parte cayó en buena tierra y, cuando
creció, llevó fruto a ciento por uno”. Hablando de estas cosas,
exclamó: “El que tiene oídos para oír, oiga”.
13.10
Entonces se acercaron los discípulos y le dijeron: -¿Por qué les hablas
por parábolas?
13.11 Y él, respondiendo, les dijo: -Porque a ustedes se
les ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos, pero a
ellos no se les ha concedido.
13.12 Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; pero
al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
13.13 Por esto les hablo por parábolas; porque viendo no
ven, y oyendo no oyen ni tampoco entienden.
13.14 Además, se cumple en ellos la profecía de Isaías, que
dice: De oído oirán, y nunca entenderán; y mirando mirarán, y nunca
verán.
13.15 Porque el corazón de este pueblo se ha vuelto
insensible, y con los oídos han oído torpemente. Han cerrado sus ojos
para que no vean con los ojos ni oigan con los oídos ni entiendan con
el corazón ni se conviertan. Y yo los sanaré .
13.16 Pero ¡bienaventurados sus ojos, porque ven; y sus
oídos, porque oyen!
13.17 Porque de cierto les digo que muchos profetas y
justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron, y oír lo que
ustedes oyen y no lo oyeron.
4.10
Cuando estuvo solo, los que estaban alrededor de él junto con los doce
le preguntaban en cuanto a las parábolas.
4.11 Y él les decía: “A ustedes se les ha dado el
misterio del reino de Dios; pero para los que están fuera, todas las
cosas están en parábolas
4.12 para que viendo vean y no perciban, y oyendo
oigan y no entiendan; de modo que no se conviertan y les sea perdonado”.
4.13 Luego les dijo: “¿No comprenden esta parábola?
¿Cómo, pues, entenderán todas las parábolas?
8.9
Sus discípulos le preguntaron qué significaba esta parábola.
8.10 Y él dijo: “A ustedes se les ha concedido
conocer los misterios del reino de Dios; pero a los demás en parábolas
para que viendo no vean, y oyendo no entiendan.
13.18
»Ustedes, pues, oigan la parábola del sembrador.
13.19 Cuando alguien oye la palabra del reino y no la
entiende, viene el maligno y arrebata lo que fue sembrado en su
corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.
4.14
El sembrador siembra la palabra.
4.15 Primero están estos que caen junto al camino
donde se siembra la palabra. Y cuando la oyen, en seguida viene Satanás
y quita la palabra que había sido sembrada en ellos.
8.11
“Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios.
8.12 Los de junto al camino son los que oyen pero
luego viene el diablo y quita la palabra de sus corazones para que no
crean y sean salvos.
13.20
Y el que fue sembrado en pedregales es el que oye la palabra y en
seguida la recibe con gozo;
13.21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de poca
duración, y cuando viene la aflicción o la persecución por causa de la
palabra, en seguida tropieza.
4.16
También los que son sembrados en pedregales son aquellos que, cuando
oyen la palabra, en seguida la reciben con gozo;
4.17 pero no tienen raíz en sí, sino que son de poca
duración. Entonces, cuando viene la tribulación o la persecución por
causa de la palabra, en seguida tropiezan.
8.13
Los de sobre la roca son los que, cuando oyen, reciben la palabra con
gozo. Pero estos no tienen raíz; por un tiempo creen y en el tiempo de
la prueba se apartan.
13.22
Y el que fue sembrado en espinos, este es el que oye la palabra, pero
las preocupaciones de este mundo y el engaño de las riquezas ahogan la
palabra, y queda sin fruto.
4.18
Y otros son los que son sembrados entre espinos. Ellos son los que oyen
la palabra,
4.19 pero las preocupaciones de este mundo, el engaño
de las riquezas y la codicia de otras cosas se entrometen y ahogan la
palabra, y queda sin fruto.
8.14
En cuanto a la parte que cayó entre los espinos, estos son los que
oyeron pero, mientras siguen su camino, son ahogados por las
preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, y no llegan a
la madurez.
13.23
Pero el que fue sembrado en buena tierra, este es el que oye la palabra
y la entiende, el que de veras lleva fruto y produce, uno a ciento,
otro a sesenta, y otro a treinta por uno.
4.20
Y aquellos que fueron sembrados en buena tierra son los que oyen la
palabra, la reciben y producen fruto a treinta, a sesenta y a ciento
por uno”.
8.15
Pero en cuanto a la parte que cayó en buena tierra, estos son los que,
al oír con corazón bueno y recto, retienen la palabra oída y llevan
fruto con perseverancia.
4.21
También les dijo: “¿Acaso se trae una lámpara para que sea puesta
debajo de un cajón o debajo de la cama? ¿No es para que sea puesta
sobre el candelero?
4.22 Porque no hay nada oculto que no haya de ser
manifestado; ni nada escondido sino para que salga en claro.
4.23 Si alguno tiene oídos para oír, oiga”.
8.16
“Ninguno que enciende una lámpara la cubre con una vasija, o la pone
debajo de la cama, sino que la pone sobre un candelero para que los que
entren vean la luz.
8.17 Porque no hay nada oculto que no haya de ser
manifestado ni nada escondido que no haya de ser conocido y salir en
claro.
8.18 “Miren, pues, cómo oyen; porque a cualquiera que
tenga le será dado, y a cualquiera que no tenga, aun lo que piense
tener le será quitado”.
4.24
Les dijo también: “Consideren lo que oyen: Con la medida con que miden,
ustedes serán medidos y les será añadido.
4.25 Porque al que tiene le será dado, y al que no
tiene aun lo que tiene le será quitado”.
▲108- El reino de Dios como una semilla en
la tierra.
4.26
También decía: “Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa
semilla en la tierra.
4.27 Él duerme de noche y se levanta de día, y la
semilla brota y crece sin que él sepa cómo.
4.28 Porque de por sí la tierra da fruto: primero el
tallito, luego las espigas y después el grano lleno en la espiga.
4.29 Y cuando el fruto se ha producido, en seguida él
mete la hoz porque la siega ha llegado”.
13.24
Les presentó otra parábola diciendo: “El reino de los cielos es
semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo.
13.25 Pero, mientras dormían los hombres, vino su enemigo y
sembró cizaña entre el trigo, y se fue.
13.26 Cuando brotó la hierba y produjo fruto, entonces
apareció también la cizaña.
13.27 Se acercaron los siervos al dueño del campo y le
preguntaron: ‘Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De
dónde, pues, tiene cizaña?’.
13.28 Y él les dijo: ‘Un hombre enemigo ha hecho esto’. Los
siervos le dijeron: ‘Entonces, ¿quieres que vayamos y la recojamos?’.
13.29 Pero él dijo: ‘No; no sea que al recoger la cizaña
arranquen con ella el trigo.
13.30 Dejen crecer a ambos hasta la siega. Cuando llegue el
tiempo de la siega, yo diré a los segadores: Recojan primero la cizaña
y átenla en manojos para quemarla. Pero reúnan el trigo en mi granero’”.
13.31
Les presentó otra parábola diciendo: “El reino de los cielos es
semejante al grano de mostaza que un hombre tomó y sembró en su campo.
13.32 Esta es la más pequeña de todas las semillas; pero
cuando crece, es la más grande de las hortalizas y se convierte en
árbol, de modo que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus
ramas”.
4.30
También decía: “¿A qué haremos semejante el reino de Dios? ¿Con qué
parábola lo compararemos?
4.31 Es como un grano de mostaza que, cuando es
sembrado en la tierra, es la más pequeña de todas las semillas de la
tierra.
4.32 Pero una vez sembrado, crece y se convierte en
la más grande de todas las hortalizas, y echa ramas muy grandes de modo
que las aves del cielo pueden anidar bajo su sombra”.
13.18
Por lo tanto, él decía: -¿A qué es semejante el reino de Dios? ¿A qué
lo compararé?
13.19 Es semejante a un grano de mostaza que un hombre tomó
y sembró en su huerto; y creció y se convirtió en un árbol, y las aves
del cielo hicieron nidos en sus ramas.
13.33
Les dijo otra parábola: “El reino de los cielos es semejante a la
levadura que una mujer tomó y escondió en una gran cantidad de harina,
hasta que todo quedó leudado”.
13.20
Otra vez dijo: -¿A qué compararé el reino de Dios?
13.21 Es semejante a la levadura que una mujer tomó y
escondió en una gran cantidad de harina hasta que todo quedó leudado.
13.34
Todo esto habló Jesús en parábolas a las multitudes y sin parábolas no
les hablaba,
13.35 de manera que se cumplió lo dicho por medio del
profeta diciendo: Abriré mi boca con parábolas; publicaré cosas que han
estado ocultas desde la fundación del mundo .
4.33
Con muchas parábolas semejantes les hablaba la palabra conforme a lo
que podían oír.
4.34 No les hablaba sin parábolas, pero en privado
les explicaba todo a sus discípulos.
13.36
Entonces, una vez despedida la multitud, volvió a casa. Y sus
discípulos se acercaron a él diciendo: -Explícanos la parábola de la
cizaña del campo.
13.37 Y respondiendo él dijo: -El que siembra la buena
semilla es el Hijo del Hombre.
13.38 El campo es el mundo. La buena semilla son los hijos
del reino, y la cizaña son los hijos del maligno.
13.39 El enemigo que la sembró es el diablo. La siega es el
fin del mundo, y los segadores son los ángeles.
13.40 De manera que como la cizaña es recogida y quemada en
el fuego, así será el fin del mundo.
13.41 El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y recogerán
de su reino a todos los que causan tropiezos y a los que hacen maldad,
13.42 y los echarán en el horno de fuego. Allí habrá llanto
y crujir de dientes.
13.43 Entonces los justos resplandecerán como el sol en el
reino de su Padre. El que tiene oídos, que oiga.
▲114- Reino de Dios semejante un tesoro
escondido en un campo.
13.44
»El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo,
que un hombre descubrió y luego escondió. Y con regocijo va, vende todo
lo que tiene y compra aquel campo.
13.45
»Además, el reino de los cielos es semejante a un comerciante que
buscaba perlas finas.
13.46 Y habiendo encontrado una perla de gran valor, fue y
vendió todo lo que tenía, y la compró.
▲116- Reino de Dios: una red que junta
peces; ángeles que separan a los malos de entre los justos.
13.47
»Asimismo, el reino de los cielos es semejante a una red que fue echada
en el mar y juntó toda clase de peces.
13.48 Cuando estuvo llena, la sacaron a la playa. Y
sentados recogieron lo bueno en cestas y echaron fuera lo malo.
13.49 Así será el fin del mundo: Saldrán los ángeles y
apartarán a los malos de entre los justos,
13.50 y los echarán en el horno de fuego. Allí habrá llanto
y crujir de dientes.
▲117- Reino de Dios: sacar de su tesoro
cosas nuevas y viejas.
13.51
»¿Han entendido todas estas cosas? Ellos le dijeron: -Sí.
13.52 Él les dijo: -Por eso, todo escriba instruido en el
reino de los cielos es semejante a un padre de familia que saca de su
tesoro cosas nuevas y viejas.
13.53 Aconteció que cuando Jesús terminó estas parábolas,
partió de allí.
▲118- Jesús dice que crucemos al otro lado
del lago.
8.18
Cuando se vio rodeado de una multitud, Jesús mandó que pasaran a la
otra orilla.
4.35
Aquel día, al anochecer, les dijo: -Pasemos al otro lado.
▲119- Jesús duerme en la barca; él calma la
tempestad.
8.23
Él entró en la barca, y sus discípulos lo siguieron.
4.36
Y después de despedir a la multitud, lo recibieron tal como estaba, en
la barca. Y había otras barcas con él.
8.22
Aconteció en uno de aquellos días que él entró en una barca, y también
sus discípulos. Y les dijo: -Pasemos a la otra orilla del lago. Y
zarparon.
8.24
Y de repente se levantó una tempestad tan grande en el mar que las olas
cubrían la barca, pero él dormía.
8.25 Y acercándose, lo despertaron diciendo: -¡Señor,
sálvanos, que perecemos!
4.37
Entonces se levantó una gran tempestad de viento que arrojaba las olas
a la barca de modo que la barca ya se anegaba.
4.38 Y él estaba en la popa, durmiendo sobre el
cabezal, pero lo despertaron diciendo: -¡Maestro! ¿No te importa que
perezcamos?
8.23
Pero mientras ellos navegaban él se durmió. Entonces se desencadenó una
tempestad de viento en el lago, y ellos se anegaban y peligraban.
8.24a Acercándose a él, lo despertaron diciendo:
-¡Maestro, Maestro! ¡Perecemos! (...)
8.26
Y él les dijo: -¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe? Entonces se
levantó y reprendió a los vientos y al mar, y se hizo grande bonanza.
8.27 Los hombres se maravillaron y decían: -¿Qué
clase de hombre es este, que hasta los vientos y el mar le obedecen?
4.39
Y despertándose, reprendió al viento y dijo al mar: -¡Calla! ¡Enmudece!
Y el viento cesó y se hizo grande bonanza.
4.40 Y les dijo: -¿Por qué están asustados? ¿Todavía
no tienen fe?
4.41 Ellos temieron con gran temor; y se decían el
uno al otro: -Entonces, ¿quién es este que hasta el viento y el mar le
obedecen?
8.24b
(...) Y despertándose
reprendió al viento y al oleaje del agua; y cesaron y se hizo bonanza.
8.25 Entonces les dijo: -¿Dónde está la fe de
ustedes? Atemorizados, se maravillaron diciéndose los unos a los otros:
-¿Quién es este que manda aun a los vientos y al agua, y le obedecen?
8.28a
Una vez llegado a la otra orilla, a la región de los gadarenos, le
vinieron al encuentro dos endemoniados que habían salido de los
sepulcros. (...)
5.1
Fueron a la otra orilla del mar, a la región de los gadarenos.
5.2 Apenas salido él de la barca, de repente le
salió al encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con espíritu
inmundo.
8.26
Navegaron a la tierra de los gadarenos, que está frente a Galilea.
8.27a Al bajarse él a tierra, le salió al encuentro un
hombre de la ciudad el cual tenía demonios. (...)
8.28b
(...) Eran violentos en
extremo, tanto que nadie podía pasar por aquel camino.
5.3
Este tenía su morada entre los sepulcros. Y nadie podía atarlo ni
siquiera con cadenas,
5.4 ya que muchas veces había sido atado con
grillos y cadenas pero él había hecho pedazos las cadenas y desmenuzado
los grillos. Y nadie lo podía dominar.
5.5 Continuamente, de día y de noche, andaba
entre los sepulcros y por las montañas gritando e hiriéndose con
piedras.
8.27b
(...) Desde hacía mucho
tiempo no había llevado ropa, ni vivía en una casa sino entre los
sepulcros.
8.29b (...) pues {el espíritu
inmundo}
se había apoderado de él desde hacía mucho tiempo. Para guardarlo, lo
ataban con cadenas y con grillos pero, rompiendo las ataduras, era
impelido por el demonio a los desiertos.
8.29
Y he aquí, ellos lanzaron gritos diciendo: -¿Qué tienes con nosotros,
Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?
5.6
Cuando vio a Jesús desde lejos, corrió y le adoró.
5.7 Y clamando a gran voz dijo: -¿Qué tienes
conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me
atormentes.
8.28
Pero cuando vio a Jesús, exclamó, se postró delante de él y dijo a gran
voz: -¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡Te ruego que
no me atormentes!
8.30
Lejos de ellos estaba paciendo un gran hato de cerdos,
8.31 y los demonios le rogaron diciendo: -Si nos
echas fuera, envíanos a aquel hato de cerdos.
8.32 Él les dijo: -¡Vayan! Ellos salieron y se fueron
a los cerdos, y he aquí todo el hato de cerdos se lanzó al mar por un
despeñadero y murieron en el agua.
5.8
Pues Jesús le decía: -Sal de este hombre, espíritu inmundo.
5.9 Y le preguntó: -¿Cómo te llamas? Y le dijo:
-Me llamo Legión, porque somos muchos.
5.10 Y le rogaba mucho que no los enviara fuera de
aquella región.
5.11 Allí cerca de la montaña estaba paciendo un gran
hato de cerdos.
5.12 Y le rogaron diciendo: -Envíanos a los cerdos,
para que entremos en ellos.
5.13 Jesús les dio permiso. Y los espíritus inmundos
salieron y entraron en los cerdos; y el hato, como dos mil cerdos, se
lanzó al mar por un despeñadero y se ahogaron en el mar.
8.29a
Porque Jesús había mandado al espíritu inmundo que saliera
del hombre, (...)
8.30 Jesús le preguntó, diciendo: -¿Cómo te llamas? Y
él dijo: -Legión. Porque muchos demonios habían entrado en él;
8.31 y le rogaban que no los mandara al abismo.
8.32 Había allí un hato de muchos cerdos que pacía en
la montaña; y le rogaron que les dejara entrar en aquellos, y él les
dio permiso.
8.33 Cuando los demonios salieron del hombre,
entraron en los cerdos; y el hato se precipitó por un despeñadero al
lago y se ahogó.
8.33
Los que apacentaban los cerdos huyeron, se fueron a la ciudad y lo
contaron todo, aun lo que había pasado a los endemoniados.
8.34 Y he aquí, toda la ciudad salió al encuentro de
Jesús y, cuando lo vieron, le rogaban que se fuera de sus territorios.
5.14
Los que apacentaban los cerdos huyeron y dieron aviso en la ciudad y
por los campos. Y fueron para ver qué era lo que había pasado.
5.15 Llegaron a Jesús y vieron al endemoniado que
había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal; y
tuvieron miedo.
5.16 Los que lo habían visto les contaron qué le
había pasado al endemoniado y lo de los cerdos,
5.17 y ellos comenzaron a implorar a Jesús que
saliera de sus territorios.
8.34
Los que apacentaban los cerdos, al ver lo que había acontecido, huyeron
y dieron aviso en la ciudad y por los campos.
8.35 Y salieron a ver lo que había pasado. Fueron a
Jesús y hallaron al hombre de quien habían salido los demonios, sentado
a los pies de Jesús, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo.
8.36 Los que lo habían visto les contaron cómo había
sido salvado aquel endemoniado.
8.37a Entonces toda la multitud de la región de los
gadarenos le rogó que se apartara de ellos porque tenían mucho temor. (...)
9.1a
Habiendo entrado en la barca, (...)
5.18
Y mientras él entraba en la barca, el que había sido poseído por el
demonio le rogaba que le dejara estar con él.
5.19 Pero Jesús no se lo permitió sino que le dijo:
-Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas ha hecho
el Señor por ti, y cómo tuvo misericordia de ti.
5.20 Él se fue y comenzó a proclamar en Decápolis
cuán grandes cosas Jesús había hecho por él, y todos se maravillaban.
8.37b (...) Jesús subió a la barca y regresó.
8.38 El hombre de quien habían salido los demonios le
rogaba que lo dejara estar con él. Pero Jesús le respondió diciendo:
8.39 -Vuelve a tu casa y cuenta cuán grandes cosas ha
hecho Dios por ti. Y él se fue proclamando por toda la ciudad cuán
grandes cosas Jesús había hecho por él.
9.1b
(...) Jesús pasó a la otra
orilla y llegó a su propia ciudad.
5.21
Cuando Jesús hubo cruzado de nuevo en la barca a la otra orilla, se
congregó alrededor de él una gran multitud. Y él estaba junto al mar.
8.40
Al regresar Jesús, toda la gente lo recibió gozosa porque todos lo
esperaban.
▲121- Niña de 12 años resucitada. Mujer con
pérdida de sangre durante 12 años.
9.18
Mientras él hablaba estas cosas, he aquí vino un hombre principal y se
postró delante de él diciéndole: -Mi hija acaba de morir. Pero ven y
pon tu mano sobre ella, y vivirá.
9.19 Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos.
5.22
Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo. Cuando lo
vio, se postró a sus pies
5.23 y le imploró mucho diciendo: -Mi hijita está
agonizando. ¡Ven! Pon las manos sobre ella para que sea salva y viva.
5.24 Jesús fue con él. Y lo seguía una gran multitud,
y lo apretujaban.
8.41
Y he aquí vino un hombre llamado Jairo, que era principal de la
sinagoga. Se postró a los pies de Jesús y le imploró que fuese a su casa
8.42 porque tenía una hija única, de unos doce años,
que se estaba muriendo. Mientras él iba, las multitudes lo apretujaban.
9.20
Y he aquí una mujer que sufría de hemorragia desde hacía doce años se
le acercó por detrás y tocó el borde de su manto;
9.21 porque ella pensaba dentro de sí: “Si solamente
toco su vestido, seré sanada”.
9.22 Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: -Ten
ánimo, hija, tu fe te ha salvado. Y la mujer fue sanada desde aquella
hora.
5.25
Había una mujer que sufría de hemorragia desde hacía doce años.
5.26 Había sufrido mucho de muchos médicos y había
gastado todo lo que tenía, y de nada le había aprovechado; más bien,
iba de mal en peor.
5.27 Cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás de
él entre la multitud y tocó su manto
5.28 porque ella pensaba: “Si solo toco su manto,
seré sanada”.
5.29 Al instante se secó la fuente de su sangre y
sintió en su cuerpo que ya estaba sana de aquel azote.
5.30 De pronto, Jesús, reconociendo dentro de sí que
había salido poder de él, volviéndose a la multitud dijo: -¿Quién me ha
tocado el manto?
5.31 Sus discípulos le dijeron: -Ves la multitud que
te apretuja, y preguntas: “¿Quién me tocó?”.
5.32 Él miraba alrededor para ver a la que había
hecho esto.
5.33 Entonces la mujer, temiendo y temblando,
sabiendo lo que en ella había sido hecho, fue y se postró delante de él
y le dijo toda la verdad.
5.34 Él le dijo: -Hija, tu fe te ha salvado. Vete en
paz y queda sanada de tu azote.
8.43
Y una mujer que padecía de hemorragia desde hacía doce años (la cual,
aunque había gastado todo su patrimonio en médicos, no pudo ser sanada
por nadie),
8.44 se le acercó por detrás y tocó el borde del
manto de Jesús. De inmediato se detuvo su hemorragia.
8.45 Entonces dijo Jesús: -¿Quién es el que me ha
tocado? Y como todos negaban, Pedro le dijo: -Maestro, las multitudes
te aprietan y presionan.
8.46 Jesús dijo: -Alguien me ha tocado, porque yo sé
que ha salido poder de mí.
8.47 Entonces, cuando la mujer vio que no había
pasado inadvertida, fue temblando y, postrándose delante de él, declaró
ante todo el pueblo por qué causa lo había tocado y cómo había sido
sanada al instante.
8.48 Él le dijo: -Hija, tu fe te ha salvado. Vete en
paz.
9.23
Cuando Jesús llegó a la casa del principal y vio a los que tocaban las
flautas y a la multitud que hacía bullicio,
9.24 les dijo: -Apártense, porque la muchacha no ha
muerto, sino que duerme. Y se burlaban de él.
9.25 Cuando hubieron sacado a la gente, él entró y la
tomó de la mano; y la muchacha se levantó.
9.26 Y salió esta noticia por toda aquella tierra.
5.35
Mientras él aún hablaba, vinieron de la casa del principal de la
sinagoga diciendo: -Tu hija ha muerto. ¿Para qué molestas más al
Maestro?
5.36 Pero Jesús, sin hacer caso a esta palabra que se
decía, dijo al principal de la sinagoga: -No temas; solo cree.
5.37 Y no permitió que nadie lo acompañara, sino
Pedro, Jacobo y Juan, el hermano de Jacobo.
5.38 Llegaron a la casa del principal de la sinagoga,
y él vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho.
5.39 Y al entrar les dijo: -¿Por qué hacen alboroto y
lloran? La niña no ha muerto sino que duerme.
5.40 Ellos se burlaban de él. Pero él los sacó a
todos, y tomó al padre y a la madre de la niña y a los que estaban con
él, y entró a donde estaba la niña.
5.41 Tomó la mano de la niña y le dijo: -Talita, cumi
(que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate).
5.42 Y en seguida la niña se levantó y andaba, pues
tenía doce años. Y quedaron atónitos.
5.43 Él les mandó estrictamente que nadie lo supiera
y ordenó que le dieran a ella de comer.
8.49
Mientras él aún hablaba, vino uno de la casa del principal de la
sinagoga para decirle: -Tu hija ha muerto. No molestes más al Maestro.
8.50 Al oír esto, Jesús le respondió: -No temas; solo
cree, y ella será salva.
8.51 Cuando llegó a la casa, no dejó entrar consigo a
nadie sino solo a Pedro, a Juan, a Jacobo, y al padre y a la madre de
la niña.
8.52 Todos lloraban y lamentaban por ella. Pero él
dijo: -No lloren. Ella no ha muerto sino que duerme.
8.53 Ellos se burlaban de él, sabiendo que ella había
muerto.
8.54 Pero él la tomó de la mano y habló a gran voz
diciendo: -Niña, levántate.
8.55 Entonces su espíritu volvió a ella, y al
instante se levantó. Y él ordenó que le dieran de comer.
8.56 Sus padres quedaron atónitos, y él les mandó que
a nadie dijeran lo que había sucedido.
9.27a
Mientras Jesús pasaba de allí, (...)
6.1a
Salió de allí (...)
▲122- Sanación de dos ciegos en la casa de
Jesús en Capernaum.
9.27b
(...) lo
siguieron dos ciegos clamando a gritos y diciendo: -¡Ten misericordia
de nosotros, hijo de David!
9.28
Cuando él llegó a la casa, los ciegos vinieron a él. Y Jesús les dijo:
-¿Creen que puedo hacer esto? Ellos dijeron: -Sí, Señor.
9.29 Entonces les tocó los ojos diciendo: -Conforme a
la fe de ustedes les sea hecho.
9.30 Y los ojos de ellos fueron abiertos. Entonces
Jesús les encargó rigurosamente diciendo: -Miren que nadie lo sepa.
9.31 Pero ellos salieron y difundieron su fama por
toda aquella tierra.
9.32
Mientras aquellos salían, he aquí le trajeron un hombre mudo
endemoniado.
9.33 Y tan pronto fue echado fuera el demonio, el
mudo habló. Y las multitudes se maravillaban diciendo: -¡Nunca se ha
visto semejante cosa en Israel!
9.34 Pero los fariseos decían: -Por el príncipe de
los demonios echa fuera los demonios.
▲124- Jesús en su patria. Algunos se
asombran de su sabiduría y conocen a su familia.
13.54
Vino a su tierra y les enseñaba en su sinagoga, de manera que ellos
estaban atónitos y decían: -¿De dónde tiene este esta sabiduría y estos
milagros?
13.55 ¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su
madre María, y sus hermanos Jacobo, José, Simón y Judas?
13.56 ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde,
pues, le vienen a este todas estas cosas?
13.57 Se escandalizaban de él. Pero Jesús les dijo: -No hay
profeta sin honra sino en su propia tierra y en su casa.
13.58 Y no hizo allí muchos milagros a causa de la
incredulidad de ellos.
6.1b (...)
y fue a su tierra, y sus discípulos lo siguieron.
6.2
Y cuando llegó el sábado, él comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos
quedaban atónitos cuando le oían, y decían: -¿De dónde le vienen a este
estas cosas? ¿Qué sabiduría es esta que le ha sido dada? ¡Cuántas obras
poderosas son hechas por sus manos!
6.3 ¿No es este el carpintero, hijo de María y
hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también sus
hermanas aquí con nosotros? Se escandalizaban de él.
6.4 Pero Jesús les decía: -No hay profeta sin
honra sino en su propia tierra, entre sus familiares y en su casa.
6.5 Y no pudo hacer allí ningún hecho poderoso
sino que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos.
6.6a Estaba asombrado a causa de la incredulidad de ellos. (...)
▲125- Jesús tiene compasión de la multitud.
Orando para que Dios envíe obreros a su mies.
9.35
Jesús recorría todas las ciudades y las aldeas, enseñando en sus
sinagogas, predicando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad
y toda dolencia.
6.6b
(...) Y recorría
las aldeas de alrededor, enseñando.
9.36
Y cuando vio las multitudes, tuvo compasión de ellas porque estaban
acosadas y desamparadas como ovejas que no tienen pastor.
9.37 Entonces dijo a sus discípulos: “A la verdad, la
mies es mucha, pero los obreros son pocos.
9.38 Rueguen, pues, al Señor de la mies, que envíe
obreros a su mies”.
10.1
Entonces llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad sobre los
espíritus inmundos para echarlos fuera, y para sanar toda enfermedad y
toda dolencia.
6.7
Entonces llamó a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos. Les daba
autoridad sobre los espíritus inmundos.
9.1
Reuniendo a los doce, les dio poder y autoridad sobre todos los
demonios y para sanar enfermedades.
10.2
Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado
Pedro, y su hermano Andrés; también Jacobo hijo de Zebedeo, y su
hermano Juan;
10.3 Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano;
Jacobo hijo de Alfeo, y Tadeo;
10.4 Simón el cananita y Judas Iscariote, quien lo
entregó.
10.5 A estos doce los envió Jesús, dándoles
instrucciones diciendo: “No vayan por los caminos de los gentiles{lit. en
griego: "de naciones"}
ni
entren en las ciudades de los samaritanos.
10.6 Pero vayan, más bien, a las ovejas perdidas de
la casa de Israel.
10.7
Y cuando vayan, prediquen diciendo: ‘El reino de los cielos se ha
acercado’.
10.8 Sanen enfermos, resuciten muertos, limpien
leprosos, echen fuera demonios. De gracia han recibido; den de gracia.
9.2
Los envió a predicar el reino de Dios y a sanar a los enfermos.
10.9
“No se provean ni de oro ni de plata ni de cobre en sus cintos.
10.10 Tampoco lleven bolsas para el camino ni dos vestidos
ni zapatos ni bastón; porque el obrero es digno de su alimento.
6.8
Les mandó que no llevaran nada para el camino: ni pan ni bolsa ni
dinero en el cinto sino solamente un bastón;
6.9 pero que calzaran sandalias y que no
vistieran dos túnicas.
9.3
Y les dijo: -No tomen nada para el camino: ni bastón ni bolsa ni pan ni
dinero; ni tengan dos túnicas.
10.11
En cualquier ciudad o aldea donde entren, averigüen quién en ella sea
digno y quédense allí hasta que salgan.
10.12 Al entrar en la casa, salúdenla.
10.13 Si la casa es digna, venga la paz de ustedes sobre
ella. Pero si no es digna, vuelva su paz a ustedes.
10.14 Y en caso de que no los reciban ni escuchen sus
palabras, salgan de aquella casa o ciudad y sacudan el polvo de sus
pies.
10.15 De cierto les digo que, en el día del juicio, el
castigo será más tolerable para los de la tierra de Sodoma y de Gomorra
que para aquella ciudad.
6.10
Y les decía: “Dondequiera que entren en una casa, posen en ella hasta
que salgan de aquel lugar.
6.11 Cualquier lugar que no los reciba ni los oiga,
saliendo de allí, sacudan el polvo que está debajo de sus pies para
testimonio contra ellos”.
9.4
En cualquier casa en que entren, permanezcan allí y de allí salgan.
9.5 Y dondequiera que no los reciban, al salir
de aquella ciudad sacudan el polvo de sus pies como testimonio contra
ellos.
10.16
“He aquí, yo los envío como a ovejas en medio de lobos. Sean, pues,
astutos como serpientes y sencillos como palomas.
11.1
Aconteció que, cuando Jesús acabó de dar instrucciones a sus doce
discípulos, se fue de allí a enseñar y a predicar en las ciudades de
ellos.
6.12
Entonces ellos salieron y predicaron que la gente se arrepintiera.
6.13 Echaban fuera muchos demonios, y ungían con
aceite a muchos enfermos y los sanaban.
9.6
Y saliendo, pasaban de aldea en aldea anunciando el evangelio y sanando
por todas partes.
14.1
En aquel tiempo, Herodes el tetrarca oyó la fama de Jesús
14.2 y dijo a sus criados: “¡Este es Juan el
Bautista! Él ha resucitado de los muertos; por esta razón operan estos
poderes en él”.
14.3 Porque Herodes había prendido a Juan, lo había
atado con cadenas y puesto en la cárcel por causa de Herodía, la mujer
de su hermano Felipe.
14.4 Porque Juan le decía: “No te es lícito tenerla
por mujer”.
14.5 Y aunque Herodes quería matarlo, temió al
pueblo; porque le tenían por profeta.
14.6 Pero cuando se celebró el cumpleaños de Herodes,
la hija de Herodía danzó en medio y agradó a Herodes,
14.7 por lo cual él se comprometió bajo juramento a
darle lo que ella pidiera.
14.8 Ella, instigada por su madre, dijo: “Dame aquí
en un plato la cabeza de Juan el Bautista”.
14.9 Entonces el rey se entristeció; pero a causa del
juramento y de los que estaban con él a la mesa, mandó que se la dieran.
14.10 Mandó decapitar a Juan en la cárcel.
14.11 Y su cabeza fue traída en un plato y fue dada a la
muchacha, y ella la presentó a su madre.
14.12a Entonces llegaron sus discípulos, tomaron el cuerpo y lo
enterraron. (...)
6.14
El rey Herodes oyó de Jesús, porque su nombre había llegado a ser muy
conocido. Unos decían: “Juan el Bautista ha resucitado de los muertos,
y por esta razón operan estos poderes en él”.
6.15 Otros decían: “Es Elías”. Mientras otros decían:
“Es profeta como uno de los profetas”.
6.16 Pero cuando Herodes oyó esto, dijo: “¡Juan, a
quien yo decapité, ha resucitado!”.
6.17 Porque Herodes mismo había mandado prender a
Juan y lo había encadenado en la cárcel por causa de Herodía, la mujer
de su hermano Felipe; porque se había casado con ella.
6.18 Pues Juan le decía a Herodes: “No te es lícito
tener a la mujer de tu hermano”.
6.19 Pero Herodía lo acechaba y deseaba matarlo,
aunque no podía
6.20 porque Herodes temía a Juan, sabiendo que era
hombre justo y santo, y lo protegía. Y al escucharlo quedaba muy
perplejo, pero le oía de buena gana.
6.21 Llegó un día oportuno cuando Herodes, en la
fiesta de su cumpleaños, dio una cena para sus altos oficiales, los
tribunos y las personas principales de Galilea.
6.22 Entonces la hija de Herodía entró y danzó, y
agradó a Herodes y a los que estaban con él a la mesa; y el rey le dijo
a la muchacha: -Pídeme lo que quieras, y yo te lo daré.
6.23 Y le juró mucho: -Todo lo que me pidas te daré,
hasta la mitad de mi reino.
6.24 Ella salió y dijo a su madre: -¿Qué pediré? Y
esta dijo: -La cabeza de Juan el Bautista.
6.25 En seguida ella entró con prisa al rey y le
pidió diciendo: -Quiero que ahora mismo me des en un plato la cabeza de
Juan el Bautista.
6.26 El rey se entristeció mucho pero, a causa del
juramento y de los que estaban a la mesa, no quiso rechazarla.
6.27 Inmediatamente el rey envió a uno de la guardia
y mandó que fuera traída la cabeza de Juan. Este fue, lo decapitó en la
cárcel
6.28 y llevó su cabeza en un plato; la dio a la
muchacha, y la muchacha se la dio a su madre.
6.29 Cuando sus discípulos oyeron esto, fueron y
tomaron su cuerpo, y lo pusieron en un sepulcro.
9.7
El tetrarca Herodes oyó de todo lo que estaba pasando y estaba perplejo
porque algunos decían que Juan había resucitado de los muertos.
9.8 Otros decían que Elías había aparecido, y
otros que alguno de los antiguos profetas había resucitado.
9.9 Pero Herodes dijo: “A Juan yo lo decapité.
¿Quién, pues, es este de quien escucho tales cosas?”. Y procuraba verle.
6.30
Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían
hecho y lo que habían enseñado.
9.10a
Cuando los apóstoles regresaron, contaron a Jesús todo lo que habían
hecho. (...)
▲129- A Jesús se le anuncia la muerte de
Juan el bautizador.
14.12b
(...)(y lo enterraron.) Luego
fueron y se lo contaron a Jesús.
▲130- Jesús se entera de la muerte de Juan
el bautizador, y se retira aparte. [+ Bethsaïda]
14.13a
Al oírlo, Jesús se apartó de allí en una barca a un lugar
desierto y apartado. (...)
6.31
Él les dijo: -Vengan ustedes aparte a un lugar desierto, y descansen un
poco. Porque eran muchos los que iban y venían, y ni siquiera tenían
oportunidad para comer.
6.32 Y se fueron solos en la barca a un lugar
desierto.
9.10b (...) Y él los tomó consigo y se retiró
aparte [a la ciudad llamada Betsaida].
6.1
Después de esto fue Jesús a la otra orilla del mar de Galilea, o sea de
Tiberias,
14.13b
(...) Cuando las
multitudes oyeron esto, lo siguieron a pie desde las ciudades.
6.33
Pero muchos los vieron ir y los reconocieron. Y corrieron allá a pie de
todas las ciudades y llegaron antes que ellos.
9.11a
Pero, al saberlo, las multitudes lo siguieron; (...)
6.2
y lo seguía una gran multitud porque veían las señales que hacía en los
enfermos.
14.14a
Cuando Jesús salió, vio la gran multitud y tuvo compasión de
ellos, (...)
6.34a
Cuando Jesús salió, vio una gran multitud y tuvo compasión de
ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor. (...)
6.34b
(...) Entonces
comenzó a enseñarles muchas cosas.Entonces comenzó a enseñarles muchas
cosas.
9.11b
(...) y él los
recibió, y les hablaba del reino de Dios (...)
14.14b
(...) y sanó a
los que entre ellos estaban enfermos.
9.11c
(...) y sanaba a
los que tenían necesidad de ser sanados.
6.3
Jesús subió a un monte y se sentó allí con sus discípulos.
▲131- Se acerca la segunda Pascua del año. ►En
"Juan 6.4", es la 2ª Pascua del año que siempre se celebraba el día 14
del 2º mes llamado Iyar (aquí, lunes,16 de mayo del año 29), por tanto,
un mes después de la 1ª Pascua del 14 de Nisán mencionada en "Juan
2.13, 23"; era para los que no habían podido tomar la 1ª Pascua del año
(Números 9.1-14).◄
6.4
Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos.
6.5a
Cuando Jesús alzó los ojos y vio que se le acercaba una gran multitud, (...)
14.15b
(...)
sus discípulos se acercaron a él y le dijeron: -El lugar es desierto, y
la hora ya avanzada. Despide a la gente para que vayan a las aldeas y
compren para sí algo de comer.
6.35b
(...) sus
discípulos se acercaron a él y le dijeron: -El lugar es desierto y la
hora avanzada.
6.36 Despídelos para que vayan a los campos y las
aldeas de alrededor y compren para sí algo que comer.
9.12b
(...)
y los doce se acercaron a él y le dijeron: -Despide a la gente para que
vayan a las aldeas y a los campos de alrededor, y se alojen y hallen
comida porque aquí estamos en un lugar desierto.
14.16
Pero Jesús les dijo: -No tienen necesidad de irse. Denles ustedes de
comer.
6.37a
Él les respondió y dijo: -Denles ustedes de comer. (...)
9.13a
Él les dijo: -Denles ustedes de comer. (...)
6.37b
(...) Le dijeron:
-¿Que vayamos y compremos pan con
el salario de más de seis meses{lit. en
griego: "de doscientos denarios"},
y les demos de comer?
6.5b (...) le dijo a Felipe: -¿De dónde
compraremos pan para que coman estos?
6.6 Pero decía esto para probarle, porque Jesús
sabía lo que iba a hacer.
6.7 Felipe le respondió: -Ni con el pan
comprado con el salario de más de seis meses bastaría para que cada uno
de ellos reciba un poco.
6.38a
Él les dijo: -¿Cuántos panes tienen? Vayan y vean. (...)
14.17
Entonces ellos dijeron: -No tenemos aquí sino cinco panes y dos
pescados.
6.38b
(...) Al
enterarse, le dijeron: -Cinco, y dos pescados.
9.13b
(...)
Pero ellos dijeron: -No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a
no ser que vayamos nosotros y compremos comida para todo este pueblo.
6.8
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo:
6.9 -Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes
de cebada y dos pescaditos. Pero, ¿qué es esto para tantos?
14.18
Él les dijo: -Tráiganmelos acá.
14.19
Luego mandó que la gente se recostara sobre la hierba. Tomó los cinco
panes y los dos pescados y, alzando los ojos al cielo, los bendijo.
Después de partirlos, dio los panes a sus discípulos, y ellos a la
gente.
6.39
Él les mandó que hicieran recostar a todos por grupos sobre la hierba
verde.
6.40 Se recostaron por grupos, de cien en cien y de
cincuenta en cincuenta.
6.41 Y él tomó los cinco panes y los dos pescados y,
alzando los ojos al cielo, bendijo y partió los panes. Luego iba dando
a sus discípulos para que los pusieran delante de los hombres, y
también repartió los dos pescados entre todos.
9.14
Porque eran como cinco mil hombres. Entonces dijo a sus discípulos:
-Hagan que se sienten en grupos de unos cincuenta cada uno.
9.15 Y así lo hicieron, haciendo que todos se
sentaran.
9.16 Entonces Jesús tomó los cinco panes y los dos
pescados y, alzando los ojos al cielo, los bendijo. Luego los partió e
iba dando a sus discípulos para que los pusieran delante de la gente.
6.10
Entonces Jesús dijo: -Hagan recostar a la gente. Había mucha hierba en
aquel lugar. Se recostaron, pues, como cinco mil hombres.
6.11 Entonces Jesús tomó los panes y, habiendo dado
gracias, los repartió entre los que estaban recostados. De igual manera
repartió de los pescados, cuanto querían.
14.20
Todos comieron y se saciaron, y se recogieron doce canastas llenas de
lo que sobró de los pedazos.
6.42
Todos comieron y se saciaron,
6.43 y recogieron doce canastas llenas de los pedazos
de pan y de los pescados.
9.17
Todos comieron y se saciaron, y de lo que sobró recogieron doce
canastas de pedazos.
6.12
Cuando fueron saciados, dijo a sus discípulos: -Recojan los pedazos que
han quedado para que no se pierda nada.
6.13 Recogieron, pues, y llenaron doce canastas de
pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían
comido.
14.21
Los que comieron eran como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y
los niños.
6.44
Y los que comieron los panes eran como cinco mil hombres.
9.14
eran como cinco mil hombres. ...
6.10
...como cinco mil hombres. ...
6.14
Entonces, cuando los hombres vieron la señal que Jesús había hecho,
decían: -¡Verdaderamente este es el profeta que ha de venir al mundo!
▲133- Jesús camina sobre el agua, luego
también Pedro.
14.22
Y en seguida Jesús obligó a sus discípulos a entrar en la barca e ir
delante de él a la otra orilla, mientras él despedía a las multitudes.
14.23 Una vez despedida la gente, subió al monte para orar
a solas; y cuando llegó la noche, estaba allí solo.
6.45
En seguida obligó a sus discípulos a entrar en la barca para ir delante
de él a Betsaida, en la otra orilla, mientras él despedía a la multitud.
6.46 Y habiéndose despedido de ellos, se fue al monte
a orar.
6.15
Como Jesús entendió que iban a venir para tomarlo por la fuerza y
hacerlo rey, se retiró de nuevo al monte, él solo.
6.16 Cuando anochecía, sus discípulos descendieron al
mar
14.24
La barca ya quedaba a gran distancia de la tierra, azotada por las
olas, porque el viento era contrario.
14.25 Y a la madrugada, Jesús fue a ellos caminando sobre
el mar.
14.26 Pero cuando los discípulos lo vieron caminando sobre
el mar, se turbaron diciendo: -¡Un fantasma! Y gritaron de miedo.
14.27 En seguida Jesús les habló diciendo: -¡Tengan ánimo!
¡Yo soy! ¡No teman!
6.47
Al caer la noche, la barca estaba en medio del mar, y él solo en tierra.
6.48 Viendo que ellos se fatigaban remando porque el
viento les era contrario, a la madrugada, él fue a ellos caminando
sobre el mar, y quería pasarlos de largo.
6.49 Pero cuando ellos vieron que él caminaba sobre
el mar, pensaron que era un fantasma y clamaron a gritos;
6.50 porque todos lo vieron y se turbaron. Pero en
seguida habló con ellos y les dijo: “¡Tengan ánimo! ¡Yo soy! ¡No
teman!”.
6.17
y, entrando en una barca iban cruzando el mar hacia Capernaúm. Ya había
oscurecido, y Jesús todavía no había venido a ellos.
6.18 Y se agitaba el mar porque soplaba un gran
viento.
6.19 Entonces, cuando habían remado como cinco o seis
kilómetros, vieron a Jesús caminando sobre el mar y acercándose a la
barca, y tuvieron miedo.
6.20 Pero él les dijo: -¡Yo soy! ¡No teman!
14.28
Entonces le respondió Pedro y dijo: -Señor, si eres tú, manda que yo
vaya a ti sobre las aguas.
14.29 Y él dijo: -Ven. Pedro descendió de la barca y caminó
sobre las aguas, y fue hacia Jesús.
14.30 Pero al ver el viento fuerte tuvo miedo y comenzó a
hundirse. Entonces gritó diciendo: -¡Señor, sálvame!
14.31 De inmediato Jesús extendió la mano, lo sostuvo y le
dijo: -¡Oh hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
14.32
Cuando ellos subieron a la barca, se calmó el viento.
14.33 Entonces los que estaban en la barca lo adoraron
diciendo: -¡Verdaderamente eres Hijo de Dios!
6.51
Y subió a ellos en la barca, y se calmó el viento. Ellos estaban
sumamente perplejos,
6.52 pues aun no habían comprendido lo de los panes;
más bien, sus corazones estaban endurecidos.
6.21
Entonces ellos quisieron recibirlo en la barca y, de inmediato, la
barca llegó a la tierra a donde iban.
▲134- Al día siguiente, la gente al otro
lado del mar busca y encuentra a Jesús.
6.22
Al día siguiente, la multitud que había estado al otro lado del mar se
dio cuenta de que no había habido allí sino una sola barca, y que Jesús
no había entrado en la barca con sus discípulos sino que estos se
habían ido solos.
6.23 (Sin embargo, de Tiberias habían llegado otras
barcas cerca del lugar donde habían comido el pan después que el Señor
había dado gracias).
6.24 Entonces, cuando la multitud vio que Jesús no
estaba allí ni tampoco sus discípulos, ellos entraron en las barcas y
fueron a Capernaúm buscando a Jesús.
6.25 Cuando lo hallaron al otro lado del mar, le
preguntaron: -Rabí, ¿cuándo llegaste acá?
6.26
Jesús les respondió diciendo: -De cierto, de cierto les digo que me
buscan, no porque han visto las señales sino porque comieron de los
panes y se saciaron.
6.27
Trabajen, no por la comida que perece sino por la comida que permanece
para vida eterna que el Hijo del Hombre les dará; porque en este, Dios
el Padre ha puesto su sello.
6.28 Entonces le dijeron: -¿Qué haremos para realizar
las obras de Dios?
6.29 Respondió Jesús y les dijo: -Esta es la obra de
Dios: que crean en aquel que él ha enviado.
6.30 Entonces le dijeron: -¿Qué señal, pues, haces tú
para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra haces?
6.31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto,
como está escrito: Pan del cielo les dio a comer.
6.32 Por tanto Jesús les dijo: -De cierto, de cierto
les digo que no les ha dado Moisés el pan del cielo sino mi Padre les
da el verdadero pan del cielo.
6.33 Porque el pan de Dios es aquel que desciende del
cielo y da vida al mundo.
6.34 Le dijeron: -Señor, danos siempre este pan.
6.35 Jesús les dijo: -Yo soy el pan de vida. El que a
mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mí cree no tendrá sed jamás.
6.36 Pero les he dicho que me han visto, y no creen.
6.37 Todo lo que el Padre me da vendrá a mí; y al que
a mí viene jamás lo echaré fuera.
6.38 Porque yo he descendido del cielo no para hacer
la voluntad mía sino la voluntad del que me envió.
6.39 Y esta es la voluntad del que me envió: que yo
no pierda nada de todo lo que me ha dado, sino que lo resucite en el
día final.
6.40 Esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel
que mira al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y que yo lo resucite
en el día final.
6.41 Entonces los judíos murmuraban de él porque
había dicho: “Yo soy el pan que descendió del cielo”.
6.42 Y decían: -¿No es este Jesús, el hijo de José?
¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo es que ahora dice: “He
descendido del cielo”?
6.43 Jesús respondió y les dijo: -No murmuren más
entre ustedes.
6.44 Nadie puede venir a mí a menos que el Padre que
me envió lo traiga; y yo lo resucitaré en el día final.
6.45 Está escrito en los Profetas: Y serán todos
enseñados por Dios. Así que todo aquel que oye y aprende del Padre
viene a mí.
6.46 No es que alguien haya visto al Padre, sino que
aquel que proviene de Dios, este ha visto al Padre.
6.47 De cierto, de cierto les digo: El que cree tiene
vida eterna.
6.48 Yo soy el pan de vida.
6.49 Sus padres comieron el maná en el desierto y
murieron.
6.50 Este es el pan que desciende del cielo para que
el que coma de él no muera.
6.51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si
alguno come de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré por la
vida del mundo es mi carne.
6.52 Entonces los judíos contendían entre sí,
diciendo: -¿Cómo puede este darnos a comer su carne?
6.53 Y Jesús les dijo: -De cierto, de cierto les digo
que si no comen la carne del Hijo del Hombre y beben su sangre, no
tienen vida en ustedes.
6.54 El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida
eterna, y yo lo resucitaré en el día final.
6.55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre
es verdadera bebida.
6.56 El que come mi carne y bebe mi sangre permanece
en mí, y yo en él.
6.57 Así como me envió el Padre viviente, y yo vivo
por el Padre, de la misma manera el que me come también vivirá por mí.
6.58 Este es el pan que descendió del cielo. No como
los padres que comieron y murieron; el que come de este pan vivirá para
siempre.
6.59 Estas cosas dijo en la sinagoga cuando enseñaba
en Capernaúm.
6.60 Entonces, al oírlo, muchos de sus discípulos
dijeron: -Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?
6.61 Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos
murmuraban de esto, les dijo: -¿Esto los escandaliza?
6.62 ¿Y si vieran al Hijo del Hombre subir a donde
estaba primero?
6.63 El Espíritu es el que da vida; la carne no
aprovecha para nada. Las palabras que yo les he hablado son espíritu y
son vida.
6.64 Pero hay entre ustedes algunos que no creen.
Pues desde el principio Jesús sabía quiénes eran los que no creían y
quién le había de entregar,
6.65 y decía: -Por esta razón les he dicho que nadie
puede venir a mí a menos que le haya sido concedido por el Padre.
6.66 Desde entonces, muchos de sus discípulos
volvieron atrás y ya no andaban con él.
6.67 Entonces Jesús les dijo a los doce: -¿Quieren
acaso irse ustedes también?
6.68 Le respondió Simón Pedro: -Señor, ¿a quién
iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.
6.69 Y nosotros hemos creído y conocido que tú eres
el Santo de Dios.
6.70 Jesús les respondió: -¿No los escogí yo a
ustedes doce y uno de ustedes es diablo?
6.71 Hablaba de Judas, hijo de
Simón Iscariote, porque este, siendo uno de los doce, estaba por
entregarlo.
▲136- En Genesaret, todos los que tocaban a
Jesús quedaban sanados. Evita Judea.
14.34
Cuando cruzaron a la otra orilla, llegaron a la tierra de Genesaret.
14.35 Y cuando los hombres de aquel lugar lo reconocieron,
mandaron a decirlo por toda aquella región, y trajeron a él todos los
que estaban enfermos.
14.36 Y le rogaban que solo pudieran tocar el borde de su
manto, y todos los que lo tocaron quedaron sanos.
6.53
Y cuando cruzaron a la otra orilla, llegaron a la tierra de Genesaret y
amarraron la barca.
6.54 Pero cuando ellos salieron de la barca, en
seguida la gente lo reconoció.
6.55 Recorrieron toda aquella región, y comenzaron a
traer en camillas a los que estaban enfermos a donde oían que él estaba.
6.56 Dondequiera que entraba, ya sea en aldeas o
ciudades o campos, ponían en las plazas a los que estaban enfermos, y
le rogaban que solo pudieran tocar el borde de su manto. Y todos los
que lo tocaban quedaban sanos.
7.1
Después de esto, andaba Jesús por Galilea. No quería andar por Judea
porque los judíos lo buscaban para matarlo. {"Juan 5.18"}
▲137- Fariseos y tradición. Lo que
contamina sale del hombre. Ciegos guiando a ciegos.
15.1
Entonces se acercaron a Jesús unos fariseos y escribas de Jerusalén,
diciendo:
15.2 -¿Por qué quebrantan tus discípulos la tradición
de los ancianos? Pues no se lavan las manos cuando comen pan.
15.3 Él les respondió diciendo: -¿Por qué también
ustedes quebrantan el mandamiento de Dios por causa de su tradición?
15.4 Porque Dios dijo: Honra a tu padre y a tu madre,
y: El que maldiga a su padre o a su madre muera irremisiblemente.
15.5 Pero ustedes dicen que cualquiera que diga a su
padre o a su madre: “Aquello con que hubieras sido beneficiado es mi
ofrenda a Dios”,
15.6 no debe honrar a su padre. »Así han invalidado
la palabra de Dios por causa de su tradición.
15.7 ¡Hipócritas! Bien profetizó Isaías de ustedes
diciendo:
15.8 Este pueblo me honra de labios, pero su corazón
está lejos de mí.
15.9 Y en vano me rinden culto, enseñando como
doctrina los mandamientos de hombres.
7.1
Se juntaron a Jesús los fariseos y algunos de los escribas que habían
venido de Jerusalén.
7.2 Ellos vieron que algunos discípulos de él
estaban comiendo pan con las manos impuras; es decir, sin lavar.
7.3 Pues los fariseos y todos los judíos, si no
se lavan las manos hasta la muñeca, no comen porque se aferran a la
tradición de los ancianos.
7.4 Cuando vuelven del mercado, si no se lavan,
no comen. Y hay muchas otras cosas que aceptaron para guardar, como los
lavamientos de las copas, de los jarros y de los utensilios de bronce y
de los divanes.
7.5 Le preguntaron los fariseos y los escribas:
-¿Por qué no andan tus discípulos de acuerdo con la tradición de los
ancianos sino que comen pan con las manos impuras?
7.6 Y les respondió diciendo: -Bien profetizó
Isaías acerca de ustedes, hipócritas, como está escrito: Este pueblo me
honra de labios, pero su corazón está lejos de mí.
7.7 Y en vano me rinden culto, enseñando como
doctrina los mandamientos de hombres .
7.8 Porque dejando los mandamientos de Dios, se
aferran a la tradición de los hombres.
7.9 Les decía también: -¡Bien desechan el
mandamiento de Dios para establecer su tradición!
7.10 Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu
madre, y: El que maldiga a su padre o a su madre muera irremisiblemente.
7.11 Pero ustedes dicen que si alguien le dice a su
padre o madre: “Aquello con que hubieras sido beneficiado de parte mía
es Corbán” -es decir, una ofrenda a Dios-,
7.12 ya no le permiten hacer nada por su padre o su
madre.
7.13 Así invalidan la palabra de Dios mediante su
tradición que han transmitido, y hacen muchas cosas semejantes a estas.
15.10
Entonces, llamando a la multitud, les dijo: -¡Oigan y entiendan!
15.11 Lo que entra en la boca no contamina al hombre; sino
lo que sale de la boca, esto contamina al hombre.
7.14
Llamando a sí otra vez a toda la multitud, les decía: -¡Óiganme todos y
entiendan!
7.15 No hay nada fuera del hombre que, por entrar en
él, lo pueda contaminar. Pero lo que sale del hombre es lo que
contamina al hombre.
7.16 [Algunos
manuscritos antiguos incluyen: 16. "Si alguno tiene oídos para oír, oiga";
{texto similar a "Marcos 4.9, 23"}]
15.12
Entonces se acercaron los discípulos y le dijeron: -¿Sabes que los
fariseos se ofendieron al oír esas palabras?
15.13 Pero él respondió y dijo: -Toda planta que no plantó
mi Padre celestial será desarraigada.
15.14 Déjenlos. Son ciegos guías de ciegos. Pero si el
ciego guía al ciego, ambos caerán en el hoyo.
15.15 Respondió Pedro y le dijo: -Explícanos esta parábola.
15.16 Jesús dijo: -¿También ustedes carecen de
entendimiento?
15.17 ¿No entienden que todo lo que entra en la boca va al
estómago y sale a la letrina?
15.18 Pero lo que sale de la boca viene del corazón, y eso
contamina al hombre.
15.19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los
homicidios, los adulterios, las inmoralidades sexuales, los robos, los
falsos testimonios y las blasfemias.
15.20 Estas cosas son las que contaminan al hombre, pero el
comer sin lavarse las manos no contamina al hombre.
7.17
Cuando entró en casa, aparte de la multitud, sus discípulos le
preguntaron acerca de la parábola.
7.18 Y les dijo: -¿Así que también ustedes carecen de
entendimiento? ¿No comprenden que nada de lo que entra en el hombre
desde fuera lo puede contaminar?
7.19 Porque no entra en su corazón sino en su
estómago, y sale a la letrina. Así declaró limpias todas las comidas.
7.20 Y decía: -Lo que del hombre sale, eso contamina
al hombre.
7.21 Porque desde adentro, del corazón del hombre,
salen los malos pensamientos, las inmoralidades sexuales, los robos,
los homicidios,
7.22 los adulterios, las avaricias, las maldades, el
engaño, la sensualidad, la envidia, la blasfemia, la insolencia y la
insensatez.
7.23 Todas estas maldades salen de adentro y
contaminan al hombre.
▲138- La mujer cananea y su hija
atormentada. Migajas a los perros.
15.21
Cuando Jesús salió de allí, se fue a las regiones de Tiro y de Sidón.
15.22 Entonces una mujer cananea que había salido de
aquellas regiones, clamaba diciendo: -¡Señor, Hijo de David, ten
misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio.
15.23 Pero él no le respondía palabra. Entonces se
acercaron sus discípulos y le rogaron diciendo: -Despídela, pues grita
tras nosotros.
15.24 Y respondiendo dijo: -Yo no he sido enviado sino a
las ovejas perdidas de la casa de Israel.
15.25 Entonces ella vino y se postró delante de él
diciéndole: -¡Señor, socórreme!
15.26 Él le respondió diciendo: -No es bueno tomar el pan
de los hijos y echarlo a los perritos.
15.27 Y ella dijo: -Sí, Señor. Pero aun los perritos comen
de las migajas que caen de la mesa de sus dueños.
15.28 Entonces respondió Jesús y le dijo: -¡Oh mujer,
grande es tu fe! Sea hecho contigo como quieres. Y su hija fue sana
desde aquella hora.
7.24
Y levantándose, partió de allí para los territorios de Tiro y de Sidón.
Y entró en una casa y no quería que nadie lo supiera pero no pudo
esconderse.
7.25 Más bien, en seguida oyó de él una mujer cuya
hija tenía un espíritu inmundo, y vino y cayó a sus pies.
7.26 La mujer era griega, de nacionalidad
sirofenicia, y le rogaba que echara el demonio fuera de su hija.
7.27 Pero Jesús le dijo: -Deja primero que se sacien
los hijos, porque no es bueno tomar el pan de los hijos y echarlo a los
perritos.
7.28 Ella respondió y le dijo: -Sí, Señor; también
los perritos debajo de la mesa comen de las migajas de los hijos.
7.29 Entonces él le dijo: -Por causa de lo que has
dicho, ve; el demonio ha salido de tu hija.
7.30 Y cuando ella se fue a su casa, halló a su hija
acostada en la cama y que el demonio había salido.
▲139- Desde Tiro, Jesús viene cerca del mar
de Galilea.
15.29a
Cuando Jesús partió de allí, fue junto al mar de
Galilea, (...)
7.31
Al salir de nuevo de los territorios de Tiro, fue por Sidón al mar de
Galilea, atravesando el territorio de Decápolis.
▲140- Sanación de un sordo que habla con
dificultad. Varias sanaciones.
15.29b
(...) y subiendo
al monte se sentó allí.
7.32
Entonces le trajeron un sordo y tartamudo, y le rogaron que le pusiera
la mano encima.
7.33 Y tomándolo aparte de la multitud, metió los
dedos en sus orejas, escupió y tocó su lengua.
7.34 Luego, mirando al cielo, suspiró y le dijo:
-¡Efata! (esto es: Sé abierto).
7.35 Y de inmediato fueron abiertos sus oídos y
desatada la ligadura de su lengua, y hablaba bien.
7.36 Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero
cuanto más les mandaba, tanto más lo proclamaban.
15.30
Entonces se acercaron a él grandes multitudes que tenían consigo cojos,
ciegos, mancos, mudos y muchos otros enfermos. Los pusieron a los pies
de Jesús, y él los sanó;
15.31
de manera que la gente se maravillaba al ver a los mudos hablar, a los
mancos sanos, a los cojos andar y a los ciegos ver. Y glorificaban al
Dios de Israel.
7.37
Se maravillaban sin medida, diciendo: -¡Todo lo ha hecho bien! Aun a
los sordos hace oír, y a los mudos hablar.
▲141- El milagro de los 7 panes y unos
pocos pescaditos.
15.32
Jesús llamó a sus discípulos y dijo: -Tengo compasión de la multitud,
porque ya hace tres días que permanecen conmigo y no tienen qué comer.
No quiero despedirlos en ayunas, no sea que se desmayen en el camino.
15.33 Entonces sus discípulos le dijeron: -¿De dónde
conseguiremos nosotros tantos panes en un lugar desierto, como para
saciar a una multitud tan grande?
15.34 Jesús les dijo: -¿Cuántos panes tienen? Ellos
dijeron: -Siete, y unos pocos pescaditos.
15.35 Entonces él mandó a la multitud que se recostara
sobre la tierra.
15.36 Tomó los siete panes y los pescaditos, y habiendo
dado gracias los partió e iba dando a los discípulos, y los discípulos
a las multitudes.
15.37 Todos comieron y se saciaron, y recogieron siete
cestas llenas de lo que sobró de los pedazos.
15.38 Los que comían eran cuatro mil hombres, sin contar
las mujeres y los niños.
15.39 Entonces, una vez despedida la gente, subió en la
barca y se fue a las regiones de Magdala.
8.1
En aquellos días, ya que otra vez había una gran multitud y no tenían
qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
8.2 -Tengo compasión de la multitud, porque ya
hace tres días que permanecen conmigo y no tienen qué comer.
8.3 Si los despido a sus casas en ayunas, se
desmayarán en el camino; y algunos de ellos han venido de lejos.
8.4 Sus discípulos le respondieron: -¿De dónde
podrá alguien saciar a estos de pan aquí en el desierto?
8.5 Y les preguntó: -¿Cuántos panes tienen?
Ellos dijeron: -Siete.
8.6 Entonces él mandó a la multitud recostarse
en tierra. Tomó los siete panes y, habiendo dado gracias, los partió y
daba a sus discípulos para que ellos los sirvieran. Y ellos los
sirvieron a la multitud.
8.7 También tenían unos pocos pescaditos. Y
después de bendecirlos, él mandó que también los sirvieran.
8.8 Comieron y se saciaron, y recogieron siete
cestas de los pedazos que habían sobrado.
8.9 Y eran como cuatro mil. Él los despidió;
8.10 y luego, entrando en la barca con sus
discípulos, se fue a la región de Dalmanuta.
▲142- Discernir el aspecto del cielo, pero
no las señales de los tiempos. La señal de Jonás.
16.1
Se acercaron los fariseos y los saduceos, y para probarle le pidieron
que les mostrara una señal del cielo.
16.2 Pero él les respondió diciendo: “Al atardecer
dicen: ‘Hará buen tiempo, porque el cielo está enrojecido’;
16.3 y al amanecer dicen: ‘Hoy habrá tempestad,
porque el cielo está enrojecido y sombrío’. Saben discernir el aspecto
del cielo, pero no pueden discernir las señales de los tiempos.
16.4 Una generación malvada y adúltera pide señal,
pero no le será dada ninguna señal, sino la señal de Jonás”. Y
dejándolos se fue.
8.11
Salieron los fariseos y comenzaron a discutir con él, pidiéndole una
señal del cielo, para probarle.
8.12 Él suspiró profundamente en su espíritu y dijo:
“¿Por qué pide esta generación una señal? De cierto les digo que a esta
generación no se le dará ninguna señal”.
8.13a Y dejándolos, (...)
▲143- La levadura de los fariseos y la de
Herodes.
16.5
Cuando los discípulos cruzaron a la otra orilla, se olvidaron de tomar
consigo pan.
16.6 Entonces Jesús les dijo: -Miren, guárdense de la
levadura de los fariseos y de los saduceos.
16.7 Ellos discutían entre sí, diciendo: -Es porque
no trajimos pan.
16.8 Pero como Jesús lo entendió, les dijo: -¿Por qué
discuten entre ustedes que no tienen pan, hombres de poca fe?
16.9 ¿Todavía no entienden, ni se acuerdan de los
cinco panes para los cinco mil hombres y cuántas canastas recogieron?
16.10 ¿Ni tampoco de los siete panes para los cuatro mil y
cuántas cestas recogieron?
16.11 ¿Cómo es que no entienden que no les hablé del pan?
¡Pero guárdense de la levadura de los fariseos y de los saduceos!
16.12 Entonces entendieron que no les habló de guardarse de
la levadura del pan, sino más bien de la doctrina de los fariseos y de
los saduceos.
8.13b
(...) volvió a
entrar en la barca y cruzó a la otra orilla.
8.14 Se habían olvidado de llevar pan, y no tenían
consigo en la barca sino un solo pan.
8.15 Y él les mandó, diciendo: -Miren; guárdense de
la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes.
8.16 Ellos discutían los unos con los otros, porque
no tenían pan.
8.17 Como Jesús lo entendió, les dijo: -¿Por qué
discuten? ¿Porque no tienen pan? ¿Todavía no entienden ni comprenden?
¿Tienen endurecido su corazón?
8.18 Teniendo ojos, ¿no ven? Teniendo oídos, ¿no
oyen? ¿No se acuerdan?
8.19 Cuando partí los cinco panes entre cinco mil,
¿cuántas canastas llenas de pedazos recogieron? Ellos dijeron: -Doce.
8.20 -Y cuando repartí los siete panes entre los
cuatro mil, ¿cuántas cestas llenas de pedazos recogieron? Ellos
dijeron: -Siete.
8.21 Él les preguntó: -¿Todavía no comprenden?
▲144- Sanación de un ciego (con saliva) tocándole dos
veces.
8.22
Jesús fue a Betsaida, y le trajeron un ciego y le rogaban que lo tocara.
8.23 Entonces, tomando al ciego de la mano, lo sacó
fuera de la aldea. Después de mojarle los ojos con saliva e imponerle
las manos le preguntó: -¿Ves algo?
8.24 Al mirar, él decía: -Veo a los hombres, pero los
veo como árboles que andan.
8.25 Luego puso otra vez las manos sobre sus ojos, y
el ciego miró intensamente. Y fue restaurada su vista, y veía todo de
lejos y claramente.
8.26 Entonces Jesús lo envió a su casa, diciéndole:
-No entres en la aldea.
▲145-
Jesús en la fiesta de los Tabernáculos. [+] ►"Levítico
23.34"; fiesta que dura 7 días comenzando el día 15 del 7º mes llamado
« tishri » (aquí comenzando el martes 11 de octubre del año 29).◄
7.2 Estaba próxima la
fiesta de los Tabernáculos de los judíos.
7.3
Por tanto, le dijeron sus hermanos: -Sal de aquí y vete a Judea para
que también tus discípulos vean las obras que haces.
7.4 Porque nadie que procura darse a conocer
hace algo en oculto. Puesto que haces estas cosas, manifiéstate al
mundo.
7.5 Pues ni aun sus hermanos creían en él.
7.6 Entonces Jesús les dijo: -Mi tiempo no ha
llegado todavía pero el tiempo de ustedes siempre está a la mano.
7.7 El mundo no puede aborrecerlos a ustedes
pero a mí me aborrece porque yo doy testimonio de él, que sus obras son
malas.
7.8 Suban ustedes a la fiesta. Yo no subo
todavía a esta fiesta porque mi tiempo aún no se ha cumplido.
7.9 Habiendo dicho esto, él se quedó en Galilea.
7.10 Pero cuando sus hermanos hubieron subido a la
fiesta, entonces él también subió, no abiertamente sino en secreto.
7.11 Los judíos lo buscaban en la fiesta y decían:
-¿Dónde está aquel?
7.12 Había una gran murmuración acerca de él entre
las multitudes. Unos decían: “Es bueno”. Pero otros decían: “No, sino
que engaña a la gente”.
7.13 Sin embargo, nadie hablaba abiertamente de él
por miedo de los judíos.
7.14 Cuando ya había pasado la mitad de la fiesta,
subió Jesús al templo y enseñaba.
7.15 Entonces los judíos se asombraban diciendo:
-¿Cómo sabe este de letras sin haber estudiado?
7.16 Por tanto, Jesús les respondió y dijo: -Mi
doctrina no es mía sino de aquel que me envió.
7.17 Si alguien quiere hacer su voluntad, conocerá si
mi doctrina proviene de Dios o si yo hablo por mi propia cuenta.
7.18 El que habla de sí mismo busca su propia gloria;
pero el que busca la gloria del que lo envió, este es verdadero y en él
no hay injusticia.
7.19 ¿No les dio Moisés la Ley? Y ninguno de ustedes
la cumple. ¿Por qué buscan matarme?
7.20 La multitud respondió: -Demonio tienes. ¿Quién
busca matarte?
7.21 Jesús respondió y les dijo: -Una sola obra hice,
y todos se asombran.
7.22 Por esto Moisés les dio la circuncisión (no
porque sea de Moisés sino de los padres), y en sábado circuncidan al
hombre.
7.23 Si el hombre recibe la circuncisión en sábado a
fin de que la ley de Moisés no sea quebrantada, ¿se enojan conmigo
porque en sábado sané a un hombre por completo?
7.24 No juzguen según las apariencias sino juzguen
con justo juicio.
7.25 Decían entonces algunos de Jerusalén: -¿No es
este a quien buscan para matarle?
7.26 ¡He aquí, habla públicamente y no le dicen nada!
¿Será que los principales realmente han reconocido que él es el Cristo?
7.27 Pero este, sabemos de dónde es; pero cuando
venga el Cristo nadie sabrá de dónde sea.
7.28 Entonces Jesús alzó la voz en el templo,
enseñando y diciendo: -A mí me conocen y saben de dónde soy. Y yo no he
venido por mí mismo; más bien, el que me envió, a quien ustedes no
conocen, es verdadero.
7.29 Yo lo conozco, porque de él provengo y él me
envió.
7.30 Entonces procuraban prenderle, pero nadie puso
su mano sobre él porque todavía no había llegado su hora.
7.31 Muchos del pueblo creyeron en él y decían:
“Cuando venga el Cristo, ¿hará más señales que las que hizo este?”.
7.32 Los fariseos oyeron que la multitud murmuraba
estas cosas acerca de él, y los principales sacerdotes y los fariseos
enviaron guardias para tomarlo preso.
7.33 Entonces dijo Jesús: -Todavía estaré con ustedes
un poco de tiempo; luego iré al que me envió.
7.34 Me buscarán y no me hallarán, y a donde yo
estaré ustedes no podrán ir.
7.35 Entonces los judíos se decían entre sí: -¿A
dónde se ha de ir este, que nosotros no lo hallemos? ¿Acaso ha de ir a
la dispersión entre los griegos para enseñar a los griegos?
7.36 ¿Qué significa este dicho que dijo: “Me buscarán
y no me hallarán, y no podrán ir a donde yo estaré”?
7.37 Pero en el último y gran día de la fiesta, Jesús
se puso de pie y alzó la voz diciendo: -Si alguno tiene sed, venga a mí
y beba.
7.38 El que cree en mí, como dice la Escritura, ríos
de agua viva correrán de su interior.
7.39 Esto dijo acerca del Espíritu que habían de
recibir los que creyeran en él, pues todavía no había sido dado el
Espíritu porque Jesús aún no había sido glorificado.
7.40 Entonces, cuando algunos de la multitud oyeron
estas palabras, decían: “¡Verdaderamente, este es el profeta!”.
7.41 Otros decían: “Este es el Cristo”. Pero otros
decían: “¿De Galilea habrá de venir el Cristo?
7.42 ¿No dice la Escritura que el Cristo vendrá de la
descendencia de David y de la aldea de Belén, de donde era David?”.
7.43 Así que había disensión entre la gente por causa
de él.
7.44 Algunos de ellos querían tomarlo preso, pero
ninguno le echó mano.
7.45 Luego los guardias regresaron a los principales
sacerdotes y a los fariseos, y estos les dijeron: -¿Por qué no lo
trajeron?
7.46 Los guardias respondieron: -¡Nunca habló hombre
alguno así!
7.47 Entonces los fariseos les respondieron: -¿Será
posible que ustedes también hayan sido engañados?
7.48 ¿Habrá creído en él alguno de los principales o
de los fariseos?
7.49 Pero esta gente que no conoce la ley es maldita.
7.50 Nicodemo, el que fue a Jesús al principio y que
era uno de ellos, les dijo:
7.51 -¿Juzga nuestra ley a un hombre si primero no se
le oye y se entiende qué hace?
7.52 Le respondieron y dijeron: -¿Eres tú también de
Galilea? Escudriña y ve que de Galilea no se levanta ningún profeta.
7.53 [Y se fue cada uno a su
casa.
▲146- Jesús del monte de los olivos
al templo por la mañana.
8.1
Pero Jesús se fue al monte de los Olivos,
8.2 y muy de mañana volvió al templo. Todo el
pueblo venía a él y sentado, les enseñaba.
8.3
Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida
en adulterio y, poniéndola en medio,
8.4
le dijeron: -Maestro,
esta mujer ha sido sorprendida en el mismo acto de adulterio.
8.5 Ahora bien, en la ley Moisés nos mandó
apedrear a las tales. Tú, pues, ¿qué dices?
8.6 Esto decían para probarle, para tener de
qué acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en la
tierra con el dedo.
8.7 Pero, como insistieron en preguntarle, se
enderezó y les dijo: -El de ustedes que esté sin pecado sea el primero
en arrojar la piedra contra ella.
8.8 Al inclinarse hacia abajo otra vez,
escribía en tierra.
8.9 Pero cuando lo oyeron, salían uno por uno
comenzando por los más viejos. Solo quedaron Jesús y la mujer, que
estaba en medio.
8.10 Entonces Jesús se enderezó y le preguntó:
-Mujer, ¿dónde están?. ¿Ninguno te ha condenado?
8.11
Y ella dijo: -Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: -Ni yo te
condeno. Vete y, desde ahora, no peques más].
▲148-
Jesús, la luz del mundo. La verdad libera. Antes que Abraham fuese, yo
soy.
8.12
Jesús les habló otra vez a los fariseos diciendo: -Yo soy la luz del
mundo. El que me sigue nunca andará en tinieblas sino que tendrá la luz
de la vida.
8.13
Entonces los fariseos le
dijeron: -Tú das testimonio de ti mismo; tu testimonio no es verdadero.
8.14 Jesús respondió y les dijo: -Aun si yo doy
testimonio de mí mismo, mi testimonio es verdadero porque sé de dónde
vine y a dónde voy. Pero ustedes no saben de dónde vengo ni a dónde voy.
8.15 Ustedes juzgan según la carne pero yo no juzgo a
nadie.
8.16 Y aun si yo juzgo, mi juicio es verdadero porque
no soy yo solo sino yo y el Padre que me envió.
8.17 En la ley de ustedes está escrito que el
testimonio de dos hombres es verdadero.
8.18 Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el
Padre que me envió también da testimonio de mí.
8.19 Entonces le decían: -¿Dónde está tu Padre?
Respondió Jesús: -Ni a mí me conocen, ni a mi Padre. Si a mí me
hubieran conocido, a mi Padre también habrían conocido.
8.20 Estas palabras habló Jesús enseñando en el
templo en el lugar de las ofrendas; y nadie lo prendió porque todavía
no había llegado su hora.
8.21 Luego Jesús les dijo otra vez: -Yo me voy, y me
buscarán; pero en su pecado morirán. A donde yo voy ustedes no pueden
ir.
8.22 Entonces los judíos decían: -¿Será posible que
se habrá de matar a sí mismo? Pues dice: “A donde yo voy, ustedes no
pueden ir”.
8.23 Él les decía: -Ustedes son de abajo; yo soy de
arriba. Ustedes son de este mundo; yo no soy de este mundo.
8.24 Por esto les dije que morirán en sus pecados;
porque a menos que crean que Yo Soy, en sus pecados morirán.
8.25 Así que le decían: -Tú, ¿quién eres? Entonces
Jesús les dijo: -Lo mismo que les vengo diciendo desde el principio.
8.26 Muchas cosas tengo que decir y juzgar de
ustedes. Pero el que me envió es verdadero; y yo, lo que he oído de
parte de él, esto hablo al mundo.
8.27 Pero no entendieron que les hablaba del Padre.
8.28 Entonces Jesús les dijo: -Cuando hayan levantado
al Hijo del Hombre, entonces entenderán que Yo Soy, y que nada hago de
mí mismo sino que estas cosas hablo así como el Padre me enseñó.
8.29 Porque el que me envió, conmigo está. El Padre
no me ha dejado solo porque yo hago siempre lo que le agrada a él.
8.30 Mientras él decía estas cosas, muchos creyeron
en él.
8.31 Por tanto, Jesús decía a los judíos que habían
creído en él: -Si ustedes permanecen en mi palabra serán verdaderamente
mis discípulos;
8.32 y conocerán la verdad, y la verdad los hará
libres.
8.33 Le respondieron: -Somos descendientes de Abraham
y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: “Llegarán a ser
libres”?
8.34 Jesús les respondió: -De cierto, de cierto les
digo que todo aquel que practica el pecado es esclavo del pecado.
8.35 El esclavo no permanece en la casa para siempre;
el Hijo sí queda para siempre.
8.36 Así que, si el Hijo los hace libres, serán
verdaderamente libres.
8.37 Sé que son descendientes de Abraham; no
obstante, procuran matarme porque mi palabra no tiene cabida en ustedes.
8.38 Yo hablo de lo que he visto estando con el
Padre, y ustedes hacen lo que han oído de parte de su padre.
8.39 Respondieron y le dijeron: -Nuestro padre es
Abraham. Jesús les dijo: -Puesto que son hijos de Abraham, hagan las
obras de Abraham.
8.40 Pero ahora procuran matarme a mí, un hombre que
les he hablado la verdad que oí de parte de Dios. ¡Esto no lo hizo
Abraham!
8.41 Ustedes hacen las obras de su padre. Entonces le
dijeron: -Nosotros no hemos nacido de inmoralidad sexual. Tenemos un
solo padre, Dios.
8.42 Entonces Jesús les dijo: -Si Dios fuera el padre
de ustedes, me amarían; porque yo he salido y he venido de Dios. Yo no
he venido por mí mismo sino que él me envió.
8.43 ¿Por qué no comprenden lo que digo? Porque no
pueden oír mi palabra.
8.44 Ustedes son de su padre el diablo, y quieren
satisfacer los deseos de su padre. Él era homicida desde el principio y
no se basaba en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla
mentira, de lo suyo propio habla porque es mentiroso y padre de mentira.
8.45 Pero a mí, porque les digo la verdad, no me
creen.
8.46 ¿Quién de ustedes me halla culpable de pecado? Y
si digo la verdad, ¿por qué ustedes no me creen?
8.47 El que es de Dios escucha las palabras de Dios.
Por esta razón ustedes no las escuchan, porque no son de Dios.
8.48 Respondieron los judíos y le dijeron: -¿No
decimos bien nosotros que tú eres samaritano y que tienes demonio?
8.49 Respondió Jesús: -Yo no tengo demonio. Más bien,
honro a mi Padre; pero ustedes me deshonran.
8.50 Yo no busco mi gloria; hay quien la busca y
juzga.
8.51 De cierto, de cierto les digo que si alguno
guarda mi palabra nunca verá la muerte para siempre.
8.52 Entonces los judíos le dijeron: -¡Ahora sabemos
que tienes demonio! Abraham murió, y también los profetas; y tú dices:
“Si alguno guarda mi palabra nunca gustará muerte para siempre”.
8.53 ¿Eres tú acaso mayor que nuestro padre Abraham
quien murió, o los profetas quienes también murieron? ¿Quién pretendes
ser?
8.54 Respondió Jesús: -Si yo me glorifico a mí mismo
mi gloria no es nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien ustedes
dicen: “Es nuestro Dios”.
8.55 Y ustedes no lo conocen. Pero yo sí lo conozco.
Si digo que no lo conozco seré mentiroso como ustedes. Pero lo conozco
y guardo su palabra.
8.56 Abraham, el padre de ustedes, se regocijó de ver
mi día. Él lo vio y se gozó.
8.57 Entonces le dijeron los judíos: -Aún no tienes
ni cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?
8.58 Les dijo Jesús: -De cierto, de cierto les digo
que antes que Abraham existiera, Yo Soy.
8.59 Entonces tomaron piedras
para arrojárselas, pero Jesús se ocultó y salió del templo.
▲149-
Ciego de nacimiento. Jesús, la luz del mundo. ►En el año
29, probablemente el sábado 22 de octubre.◄
9.1 Mientras pasaba
Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento,
9.2
y sus discípulos le preguntaron diciendo: -Rabí, ¿quién pecó, este o
sus padres, para que naciera ciego?
9.3 Respondió Jesús: -No es que este pecó, ni
tampoco sus padres. Al contrario, fue para que las obras de Dios se
manifestaran en él.
9.4 Me es preciso hacer las obras del que me
envió mientras dure el día. La noche viene cuando nadie puede trabajar.
9.5 Mientras yo esté en el mundo, luz soy del
mundo.
9.6 Dicho esto, escupió en tierra, hizo lodo
con la saliva y con el lodo untó los ojos del ciego.
9.7 Y le dijo: -Ve, lávate en el estanque de
Siloé (que significa enviado). Por tanto fue, se lavó y regresó viendo.
9.8 Entonces los vecinos y los que antes lo
habían visto que era mendigo decían: -¿No es este el que se sentaba
para mendigar?
9.9 Unos decían: -Este es. Y otros: -No. Pero
se parece a él. Él decía: -Yo soy.
9.10 Entonces le decían: -¿Cómo te fueron abiertos
los ojos?
9.11 Él respondió: -El hombre que se llama Jesús hizo
lodo, me untó los ojos y me dijo: “Ve a Siloé y lávate”. Entonces,
cuando fui y me lavé, recibí la vista.
9.12 Y le dijeron: -¿Dónde está él? Él dijo: -No sé.
9.13 Llevaron ante los fariseos al que antes era
ciego,
9.14 porque el día en que Jesús hizo lodo y le abrió
los ojos era sábado.
9.15 Entonces los fariseos le volvieron a preguntar
de qué manera había recibido la vista, y les dijo: -Él me puso lodo
sobre los ojos, me lavé y veo.
9.16 Entonces algunos de los fariseos decían: -Este
hombre no es de Dios porque no guarda el sábado. Pero otros decían:
-¿Cómo puede un hombre pecador hacer tales señales? Había una división
entre ellos.
9.17 Entonces volvieron a hablar al ciego: -¿Qué
dices tú de él, puesto que te abrió los ojos? Y él dijo: -Que es
profeta.
9.18 Los judíos, pues, no creían que él había sido
ciego y que había recibido la vista hasta que llamaron a los padres del
que había recibido la vista
9.19 y les preguntaron diciendo: -¿Es este su hijo,
el que ustedes dicen que nació ciego? ¿Cómo, pues, ve ahora?
9.20 Respondieron sus padres y dijeron: -Sabemos que
este es nuestro hijo y que nació ciego.
9.21 Pero cómo ve ahora, no sabemos; o quién le haya
abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos. Edad tiene; pregúntenle
a él y él hablará por su cuenta.
9.22 Sus padres dijeron esto porque tenían miedo de
los judíos, porque ya los judíos habían acordado que si alguno
confesaba que Jesús era el Cristo fuera expulsado de la sinagoga.
9.23 Por esta razón dijeron sus padres: “Edad tiene;
pregúntenle a él”.
9.24 Así que, por segunda vez, llamaron al hombre que
había sido ciego y le dijeron: -¡Da gloria a Dios! Nosotros sabemos que
este hombre es pecador.
9.25 Entonces él respondió: -Si es pecador, no lo sé.
Una cosa sé: que, habiendo sido ciego, ahora veo.
9.26 Luego le dijeron: -¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió
los ojos?
9.27 Les contestó: -Ya les dije y no escucharon. ¿Por
qué lo quieren oír otra vez? ¿Acaso quieren también ustedes hacerse sus
discípulos?
9.28 Entonces lo ultrajaron y dijeron: -¡Tú eres
discípulo de él! ¡Pero nosotros somos discípulos de Moisés!
9.29 Nosotros sabemos que Dios ha hablado por Moisés,
pero este no sabemos de dónde sea.
9.30 Respondió el hombre y les dijo: -¡Pues en esto
sí tenemos una cosa maravillosa! Que ustedes no sepan de dónde es, y a
mí me abrió los ojos.
9.31 Sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si
alguien es temeroso de Dios y hace su voluntad, a ese oye.
9.32 Desde la eternidad nunca se oyó que alguien
abriera los ojos de uno que había nacido ciego.
9.33 Si este no procediera de Dios, no podría hacer
nada.
9.34 Le contestaron diciendo: -Tú naciste sumido en
pecado, ¿y tú quieres enseñarnos a nosotros? Y lo echaron fuera.
9.35 Jesús oyó que lo habían echado fuera y, cuando
lo halló, le dijo: -¿Crees tú en el Hijo del Hombre?.
9.36 Él respondió y dijo: -Señor, ¿quién es para que
yo crea en él?
9.37 Jesús le dijo: -Lo has visto, y el que habla
contigo, él es.
9.38 Y dijo: -¡Creo, Señor! Y lo adoró.
9.39 Y dijo Jesús: -Para juicio yo he venido a este
mundo; para que vean los que no ven, y los que ven sean hechos ciegos.
9.40 Al oír esto, algunos de los fariseos que estaban
con él le dijeron: -¿Acaso somos nosotros también ciegos?
9.41
Les dijo Jesús: -Si fueran ciegos no tendrían pecado; pero ahora,
porque dicen: “Vemos”, su pecado permanece.
10.1
“De cierto, de cierto les digo que el que no entra al redil de las
ovejas por la puerta sino que sube por otra parte, ese es ladrón y
asaltante.
10.2
Pero el que entra por la
puerta es el pastor de las ovejas.
10.3 A él le abre el portero, y las ovejas oyen su
voz. A sus ovejas las llama por nombre y las conduce afuera.
10.4 Y cuando saca fuera a todas las suyas va delante
de ellas; y las ovejas lo siguen porque conocen su voz.
10.5 Pero al extraño jamás seguirán; más bien, huirán
de él porque no conocen la voz de los extraños”.
10.6 Jesús les dijo esta figura, pero ellos no
entendieron qué era lo que les decía.
10.7 Entonces Jesús les habló de nuevo: “De cierto,
de cierto les digo que yo soy la puerta de las ovejas.
10.8 Todos los que vinieron antes de mí eran ladrones
y asaltantes, pero las ovejas no los oyeron.
10.9 Yo soy la puerta. Si alguien entra por mí será
salvo; entrará, saldrá y hallará pastos.
10.10 El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir.
Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
10.11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor pone su vida
por las ovejas.
10.12 Pero el asalariado, que no es el pastor y a quien no
le pertenecen las ovejas, ve que viene el lobo, abandona las ovejas y
huye; y el lobo arrebata y esparce las ovejas.
10.13 Huye porque es asalariado y a él no le importan las
ovejas.
10.14 Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las
mías me conocen.
10.15 Como el Padre me conoce, yo también conozco al Padre
y pongo mi vida por las ovejas.
10.16 “También tengo otras ovejas que no son de este redil.
A ellas también me es necesario traer, y oirán mi voz. Así habrá un
solo rebaño y un solo pastor.
10.17 Por esto me ama el Padre, porque yo pongo mi vida
para volverla a tomar.
10.18 Nadie me la quita, sino que yo la pongo de mí mismo.
Tengo poder para ponerla y tengo poder para volverla a tomar. Este
mandamiento recibí de mi Padre”.
10.19 Hubo división otra vez entre los judíos a causa de
estas palabras,
10.20 y muchos de ellos decían: -Demonio tiene y está fuera
de sí. ¿Por qué lo escuchan?
10.21 Otros decían: -Estas palabras
no son las de un endemoniado. ¿Podrá un demonio abrir los ojos de los
ciegos?
▲151- ¿Quién dicen que soy yo? Declaración
de Pedro.
16.13
Cuando llegó Jesús a las regiones de Cesarea de Filipo, preguntó a sus
discípulos diciendo: -¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del
Hombre?
16.14 Ellos dijeron: -Unos, Juan el Bautista; otros, Elías;
y otros, Jeremías o uno de los profetas.
16.15 Les dijo: -Pero ustedes, ¿quién dicen que soy yo?
16.16 Respondió Simón Pedro y dijo: -¡Tú eres el Cristo, el
Hijo del Dios viviente!
16.17 Entonces Jesús respondió y le dijo: -Bienaventurado
eres, Simón hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino
mi Padre que está en los cielos.
16.18 Mas yo también te digo que tú eres Pedro; y sobre
esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán
contra ella.
16.19 A ti te daré las llaves del reino de los cielos. Todo
lo que ates en la tierra habrá sido atado en el cielo, y lo que desates
en la tierra habrá sido desatado en los cielos.
16.20 Entonces mandó a los discípulos que no dijeran a
nadie que él era el Cristo.
8.27
Salieron Jesús y sus discípulos por las aldeas de Cesarea de Filipo, y
en el camino les preguntó a sus discípulos diciendo: -¿Quién dice la
gente que soy yo?
8.28 Ellos respondieron: -Unos, Juan el Bautista;
otros, Elías; otros, uno de los profetas.
8.29 Entonces él les preguntó: -Pero ustedes, ¿quién
dicen que soy yo? Respondiendo Pedro le dijo: -¡Tú eres el Cristo!
8.30 Él les mandó enérgicamente que no hablaran a
nadie acerca de él.
9.18
Aconteció que, mientras él estaba orando aparte, sus discípulos estaban
con él, y les preguntó diciendo: -¿Quién dice la gente que soy yo?
9.19 Respondiendo ellos, dijeron: -Unos, que Juan el
Bautista; otros, que Elías; y otros, que alguno de los antiguos
profetas ha resucitado.
9.20 Y les dijo: -Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?
Entonces Pedro, respondiendo, dijo: -El Cristo de Dios.
9.21 Pero él les mandó enérgicamente que no dijeran
esto a nadie.
▲152- Jesús anuncia su muerte y
resurrección. Reprende a Pedro.
16.21
Desde entonces, Jesús comenzó a explicar a sus discípulos que le era
preciso ir a Jerusalén y padecer mucho de parte de los ancianos, de los
principales sacerdotes y de los escribas, y ser muerto y resucitar al
tercer día.
8.31
Luego comenzó a enseñarles que era necesario que el Hijo del Hombre
padeciera mucho, que fuera desechado por los ancianos, los principales
sacerdotes y los escribas, y que fuera muerto y resucitado después de
tres días.
9.22
Y les dijo: -Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas y
que sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y
por los escribas, y que sea muerto y que resucite al tercer día.
16.22
Pedro lo tomó aparte y comenzó a reprenderlo diciendo: -Señor, ten
compasión de ti mismo. ¡Jamás te suceda esto!
16.23 Entonces él volviéndose, le dijo a Pedro: -¡Quítate
de delante de mí, Satanás! Me eres tropiezo porque no piensas en las
cosas de Dios, sino en las de los hombres.
8.32
Les decía esto claramente. Entonces Pedro lo tomó aparte y comenzó a
reprenderlo.
8.33 Pero él se dio vuelta y, mirando a sus
discípulos, reprendió a Pedro diciéndole: -¡Quítate de delante de mí,
Satanás! Porque no piensas en las cosas de Dios, sino en las de los
hombres.
▲153- Renunciar a uno mismo para seguir a
Jesús. (Leer "Lucas 14.25+")
16.24
Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: -Si alguno quiere venir en
pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.
16.25 Porque el que quiera salvar su vida{lit.: "su alma"} la perderá,
y el
que pierda su vida {lit.: "su alma"} por causa de
mí la hallará.
16.26 Pues, ¿de qué le sirve al hombre si gana el mundo
entero y pierde su vida{lit.: "su alma"} ? ¿O qué
dará el hombre en rescate por su
vida{lit.: "su alma"} ?
8.34
Y llamó a sí a la gente, juntamente con sus discípulos, y les dijo: -Si
alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y
sígame.
8.35 Porque el que quiera salvar su vida{lit.: "su alma"} la perderá;
pero el que pierda su vida{lit.: "su alma"} por causa de
mí y del evangelio la salvará.
8.36 Pues, ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo
entero y perder su vida{lit.: "su alma"} ?
8.37 Porque, ¿qué dará el hombre en rescate por su
vida{lit.: "su alma"} ?
9.23
Decía entonces a todos: -Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese
a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame.
9.24 Porque el que quiera salvar su vida{lit.: "su alma"} la perderá;
pero el que pierda su vida{lit.: "su alma"} por causa de
mí, la salvará.
9.25 Pues, ¿de qué le sirve al hombre si gana el
mundo entero y se destruye o se pierde a sí mismo?
8.38
Pues el que se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación
adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él
cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.
9.26
Pues el que se avergüence de mí y de mis palabras, de este se
avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria y la del Padre
y la de los santos ángeles.
16.27
Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus
ángeles, y entonces recompensará a cada uno conforme a sus hechos.
16.28
»De cierto les digo que hay algunos que están aquí que no gustarán la
muerte hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.
9.1
También les dijo: -De cierto les digo que hay algunos de los que están
aquí presentes que no gustarán la muerte hasta que hayan visto que el
reino de Dios ha venido con poder.
9.27
Y les digo, en verdad, que hay algunos de los que están aquí presentes
que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios.
▲154- Jesús transfigurado en la montaña.
Dios Padre habla desde el cielo.
17.1
Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan su
hermano, y los hizo subir aparte a un monte alto.
9.2a
Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan,
y les hizo subir aparte, a solas, a un monte alto, (...)
9.28
Aconteció, como ocho días después de estas palabras, que tomó consigo a
Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar.
17.2
Y fue transfigurado delante de ellos. Su cara resplandeció como el sol,
y sus vestiduras se hicieron blancas como la luz.
9.2b
(...) y fue
transfigurado delante de ellos.
9.3
Sus vestiduras se hicieron resplandecientes, muy blancas, tanto que
ningún lavandero en la tierra las puede dejar tan blancas.
9.29
Y mientras oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra y sus
vestiduras se hicieron blancas y resplandecientes.
17.3
Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías hablando con él.
9.4
Y les apareció Elías con Moisés, y estaban hablando con Jesús.
9.30
Y he aquí, dos hombres hablaban con él. Eran Moisés y Elías,
9.31 quienes aparecieron en gloria y hablaban de su
partida que él iba a cumplir en Jerusalén.
9.32 Pedro y los otros con él estaban cargados de
sueño; pero se mantuvieron vigilando y vieron su gloria y a dos hombres
que estaban con él.
17.4
Entonces intervino Pedro y le dijo a Jesús: -Señor, bueno es que
nosotros estemos aquí. Si quieres, yo levantaré aquí tres enramadas:
una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
9.5
Entonces intervino Pedro y dijo a Jesús: -Rabí, es bueno que nosotros
estemos aquí. Levantemos, pues, tres enramadas: una para ti, otra para
Moisés y otra para Elías.
9.6 Pues él no sabía qué decir, porque tuvieron
miedo.
9.33
Aconteció que, mientras aquellos se apartaban de él, Pedro dijo a
Jesús, sin saber lo que decía: -Maestro, nos es bueno estar aquí.
Levantemos, pues, tres enramadas: una para ti, otra para Moisés y otra
para Elías.
17.5
Mientras él aún hablaba, de pronto una nube brillante les hizo sombra,
y he aquí salió una voz de la nube diciendo: “Este es mi Hijo amado, en
quien tengo complacencia. A él oigan”.
17.6 Al oír esto, los discípulos se postraron sobre
su rostro y temieron en gran manera.
17.7 Entonces Jesús se acercó, los tocó y les dijo:
-Levántense y no teman.
9.7
Vino una nube haciéndoles sombra, y desde la nube una voz decía: “Este
es mi Hijo amado; a él oigan”.
9.34
Mientras él estaba diciendo esto, vino una nube y les hizo sombra. Y
ellos tuvieron temor cuando entraron en la nube.
9.35 Entonces de la nube salió una voz que decía:
“Este es mi Hijo, el Escogido. A él oigan”.
9.36a Cuando cesó la voz, (...)
17.8
Y cuando ellos alzaron los ojos no vieron a nadie sino a Jesús mismo,
solo.
9.8
Y de inmediato, mirando alrededor, ya no vieron a nadie más con ellos
sino solo a Jesús.
9.36b
(...) Jesús fue
hallado solo. (...)
17.9
Mientras ellos descendían del monte, Jesús les mandó, diciendo: -No
mencionen la visión a nadie, hasta que el Hijo del Hombre resucite de
entre los muertos.
9.9
Mientras descendían ellos del monte, Jesús les ordenó que no contaran a
nadie lo que habían visto sino cuando el Hijo del Hombre resucitara de
entre los muertos.
9.10
Y ellos guardaron la palabra entre sí, discutiendo qué significaría
aquello de resucitar de entre los muertos.
9.36c
(...) Y ellos
callaron, y en aquellos días no dijeron a nadie nada de lo que habían
visto.
▲155- Juan el bautizador es el Elías que
había de venir.
17.10
Entonces los discípulos le preguntaron diciendo: -¿Por qué dicen los
escribas que es necesario que Elías venga primero?
9.11
Le preguntaron diciendo: -¿Por qué dicen los escribas que es necesario
que Elías venga primero?
17.11
Y respondiendo dijo: -A la verdad, Elías viene y restaurará todas las
cosas.
9.12a
Él les dijo: -A la verdad, Elías viene primero y restaura
todas las cosas. (...)
9.12b
(...) Y, ¿cómo
está escrito acerca del Hijo del Hombre, que padezca mucho y sea
menospreciado?
17.12a
Pero yo les digo que Elías ya vino, y no lo reconocieron; más bien,
hicieron con él todo lo que quisieron. (...)
9.13
Sin embargo, les digo que Elías ya ha venido; e hicieron con él todo lo
que quisieron tal como está escrito de él.
17.12b
(...) Así también
el Hijo del Hombre ha de padecer de ellos.
17.13 Entonces los discípulos entendieron que les hablaba
de Juan el Bautista.
▲156- Los discípulos incapaces de expulsar
a un demonio.
17.14a
Cuando llegaron a la multitud, (...)
9.14
Cuando llegaron a los discípulos, vieron una gran multitud alrededor de
ellos, y a unos escribas que disputaban con ellos.
9.37a
Aconteció al día siguiente, cuando habían bajado del monte, (...)
9.15
En seguida, cuando toda la gente vio a Jesús se sorprendió, y corriendo
hacia él lo saludaron.
9.16 Y les preguntó: -¿Qué disputan con ellos?
9.37b
(...) que una
gran multitud le salió al encuentro.
17.14b
(...) vino a él
un hombre y se arrodilló delante de él,
17.15
diciendo: -¡Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático y
padece gravemente! Pues muchas veces cae en el fuego, y muchas veces en
el agua.
17.16 Lo traje a tus discípulos, y no lo pudieron sanar.
9.17
Le respondió uno de la multitud: -Maestro, traje a ti mi hijo porque
tiene un espíritu mudo,
9.18 y dondequiera que se apodera de él, lo derriba.
Echa espumarajos y cruje los dientes, y se va desgastando. Les dije a
tus discípulos que lo echaran fuera pero no pudieron.
9.38
Y he aquí, un hombre de la multitud clamó diciendo: -Maestro, te ruego
que veas a mi hijo, que es el único que tengo.
9.39 He aquí un espíritu lo toma, y de repente grita
y lo convulsiona con espumarajos; lo hace pedazos y difícilmente se
aparta de él.
9.40 Yo rogué a tus discípulos que lo echaran fuera
pero no pudieron.
17.17
Jesús respondió y dijo: -¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta
cuándo estaré con ustedes? ¿Hasta cuándo los soportaré? ¡Tráiganmelo
acá!
9.19
Y respondiendo les dijo: -¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo
estaré con ustedes? ¿Hasta cuándo los soportaré? ¡Tráiganmelo!
9.20a Se lo trajeron; (...)
9.41
Respondiendo Jesús, dijo: -¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta
cuándo estaré con ustedes y los soportaré? Trae a tu hijo acá.
9.20b (...) y cuando el espíritu lo vio, de
inmediato sacudió al muchacho, quien cayó en tierra y se revolcaba
echando espumarajos.
9.42a
Y mientras aún se acercaba, el demonio lo derribó y lo convulsionó. (...)
9.21
Jesús le preguntó a su padre: -¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto?
Él dijo: -Desde niño.
9.22 Muchas veces lo echa en el fuego o en el agua
para matarlo; pero si puedes hacer algo, ¡ten misericordia de nosotros
y ayúdanos!
9.23 Jesús le dijo: -“¿Si puedes…?”. ¡Al que cree
todo le es posible!
9.24 Inmediatamente el padre del muchacho clamó
diciendo: -¡Creo! ¡Ayuda mi incredulidad!
9.25a Pero cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, (...)
17.18
Jesús le reprendió, y el demonio salió de él; y el niño fue sanado
desde aquella hora.
9.25b
(...) reprendió
al espíritu inmundo diciéndole: -Espíritu mudo y sordo, yo te mando,
¡sal de él y nunca más entres en él!
9.26
Entonces, clamando y desgarrándolo con violencia, el espíritu salió y
el muchacho quedó como muerto, de modo que muchos decían: -¡Está muerto!
9.27 Pero Jesús lo tomó de la mano y lo enderezó, y
él se levantó.
9.42b
(...) Pero Jesús
reprendió al espíritu inmundo y sanó al muchacho, y se lo entregó a su
padre.
9.43a
Y todos se maravillaban de la grandeza de Dios. (...)
17.19
Luego, los discípulos se acercaron en privado a Jesús y le dijeron:
-¿Por qué no pudimos nosotros echarlo fuera?
9.28
Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron en privado:
-¿Por qué no pudimos nosotros echarlo fuera?
17.20
Jesús les dijo: -Por causa de la poca fe de ustedes. Porque de cierto
les digo que si tienen fe como un grano de mostaza, dirían a este
monte: “Pásate de aquí, allá”; y se pasará. Nada les será imposible.
17.5
Los apóstoles dijeron al Señor: -Auméntanos la fe.
17.6 Entonces el Señor dijo: -Si tuvieran fe como un
grano de mostaza, dirían a este sicómoro: “¡Desarráigate y plántate en
el mar!” y el árbol les obedecería.
17.21
[Algunos manuscritos han
aumentado: "Pero este género de demonio sale solo con oración y
ayuno;" {texto similar a
"Marcos 9.29"}]
9.29
{ Él les dijo: -Este género con nada puede salir sino con oración. }
17.22
Estando ellos reunidos en Galilea, Jesús les dijo: “El Hijo del Hombre
ha de ser entregado en manos de hombres,
17.23 y lo matarán. Pero al tercer día resucitará”. Y ellos
se entristecieron en gran manera.
9.30b
(...) caminaban
por Galilea. Él no quería que nadie lo supiera,
9.31
porque iba enseñando a sus discípulos, y les decía: “El Hijo del Hombre
ha de ser entregado en manos de hombres, y lo matarán. Y una vez
muerto, resucitará después de tres días”.
9.32 Pero ellos no entendían esta palabra y tenían
miedo de preguntarle.
9.43b (...) Como todos se maravillaban de
todas las cosas que hacía, dijo a sus discípulos:
9.44 -Pongan en sus oídos estas palabras, porque el
Hijo del Hombre ha de ser entregado en manos de hombres.
9.45 Pero ellos no entendían este dicho, pues les
estaba encubierto para que no lo percibieran. Y temían preguntarle
acerca de este dicho.
▲158- Jesús paga con una moneda atrapada en
un pez.
17.24
Cuando ellos llegaron a Capernaúm, fueron a Pedro los que cobraban el
impuesto del templo y le dijeron: -¿Su maestro no paga el impuesto del
templo?
17.25 Él dijo: -Sí. Al entrar en casa, Jesús le habló
primero diciendo: -¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de
quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos o de otros?
17.26 Pedro le dijo: -De otros. Jesús le dijo: -Luego, los
hijos están libres de obligación.
17.27 Pero, para que no los ofendamos, ve al mar, echa el
anzuelo, y el primer pez que suba, tómalo. Cuando abras su boca,
hallarás una moneda. Tómala y dásela a ellos por mí y por ti.
9.33a
Llegó a Capernaúm. (...)
▲159- ¿Quién es el más grande? Humíllate
como un niño pequeño para entrar en el reino de Dios.
Jesús está en casa en Capernaum. Quien te recibe a ti me recibe a mí.
9.46
Entonces hubo una discusión entre los discípulos: cuál de ellos sería
el más importante.
9.33b
(...) Y cuando
estuvo en casa, Jesús les preguntó: -¿Qué disputaban entre ustedes en
el camino?
9.34
Pero ellos callaron, porque lo que habían disputado los unos con los
otros en el camino era sobre quién era el más importante.
9.47a
Pero Jesús, percibiendo los razonamientos de sus corazones, (...)
18.1a
En aquel tiempo los discípulos se acercaron a Jesús (...)
9.35
Entonces se sentó, llamó a los doce y les dijo: -Si alguno quiere ser
el primero deberá ser el último de todos y el siervo de todos.
18.1b
(...) diciendo:
-¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?
18.2
Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos
18.3a y dijo: (...)
9.36
Y tomó a un niño y lo puso en medio de ellos; y tomándolo en sus
brazos, les dijo:
9.47b
(...) tomó a un
niño y lo puso a su lado
18.3b (...) -De cierto les digo que si no se
vuelven y se hacen como los niños, jamás entrarán en el reino de los
cielos.
18.4 Así que, cualquiera que se humille como este
niño, ese es el más importante en el reino de los cielos.
18.5
Y cualquiera que en mi nombre reciba a un niño como este, a mí me
recibe.
10.40 “El que los recibe a ustedes a mí me recibe, y el que
me recibe a mí recibe al que me envió.
9.37
-El que en mi nombre recibe a alguien como este niño, a mí me recibe; y
el que a mí me recibe no me recibe a mí sino al que me envió.
9.48
y les dijo: -Cualquiera que reciba a este niño en mi nombre me recibe a
mí; y cualquiera que me reciba a mí recibe al que me envió. Porque el
que es más pequeño entre todos ustedes, este es el más importante.
10.41
El que recibe a un profeta porque es profeta, recibirá recompensa de
profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, recibirá
recompensa de justo.
9.38
Juan le dijo: -Maestro, vimos a alguien que echaba fuera demonios en tu
nombre, y se lo prohibimos porque no nos seguía.
9.39 Pero Jesús dijo: -No se lo prohíban, porque
nadie que haga milagros en mi nombre podrá después hablar mal de mí.
9.40 Porque el que no es contra nosotros, por
nosotros es.
9.49
Entonces respondiendo Juan, dijo: -Maestro, vimos a cierto hombre
echando fuera demonios en tu nombre, y se lo prohibimos porque no sigue
con nosotros.
9.50 Jesús le dijo: -No se lo prohíban. Porque el que
no es contra ustedes, por ustedes es.
10.42
Cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría
solamente porque es mi discípulo, de cierto les digo que jamás perderá
su recompensa”.
9.41
Cualquiera que les dé un vaso de agua en mi nombre, porque son de
Cristo, de cierto les digo que jamás perderá su recompensa.
▲162- Haciendo tropezar a un pequeño que
cree: mano, pie, ojo.
18.6
»Y a cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeños que creen en
mí, mejor le fuera que se le atara al cuello una gran piedra de molino
y que se le hundiera en lo profundo del mar.
18.7 ¡Ay del mundo por los tropiezos! Es inevitable
que haya tropiezos, pero ¡ay del hombre que los ocasione!
9.42
»Y a cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeños que creen en
mí, mejor le fuera que se le atara una gran piedra de molino al cuello
y que fuera echado al mar.
17.1
Dijo a sus discípulos: -Es imposible que no vengan tropiezos; pero, ¡ay
de aquel que los ocasione!
17.2 Mejor le fuera que se le atara una piedra de
molino al cuello y que fuera lanzado al mar, que hacer tropezar a uno
de estos pequeñitos.
18.8
»Por tanto, si tu mano o tu pie te hace tropezar, córtalo y échalo de
ti. Mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos
o dos pies ser echado en el fuego eterno.
9.43
»Si tu mano te hace tropezar, córtala. Mejor te es entrar manco a la
vida
9.44 (9.43) que, teniendo dos
manos, ir al infierno{lit. en
griego: "en la gehenna".
Nota en "Mateo 5.22"}, al fuego
inextinguible. [Algunos
manuscritos antiguos repiten como vv. 44 y 46 la frase que aparece en
v. 48: "donde su gusano no
muere, y el fuego nunca se apaga."]
9.45 Si tu pie te hace tropezar, córtalo. Mejor te es
entrar cojo a la vida
9.46 (9.45) que, teniendo dos
pies, ser echado al infierno{lit. en
griego: "en la gehenna".
Nota en "Mateo 5.22"}. [Algunos
manuscritos antiguos repiten como vv. 44 y 46 la frase que aparece en
v. 48: "donde su gusano no
muere, y el fuego nunca se apaga."]
18.9
Y si tu ojo te hace tropezar, sácalo y échalo de ti. Mejor te es entrar
en la vida con un solo ojo, que teniendo dos ojos ser echado en el
infierno de{lit. en
griego: "la gehenna del".
Nota en "Mateo 5.22"} fuego.
9.47
Y si tu ojo te hace tropezar, sácalo. Mejor te es entrar con un solo
ojo al reino de Dios que, teniendo dos ojos, ser echado en el infierno{lit. en
griego: "la gehenna".
Nota
en "Mateo 5.22"},
9.48
donde su gusano no muere, y el fuego nunca se apaga.
9.49 »Porque todo será salado con fuego.
18.10
»Miren, no tengan en poco a ninguno de estos pequeños, porque les digo
que sus ángeles en los cielos siempre ven el rostro de mi Padre que
está en los cielos.
18.11 [Algunos manuscritos antiguos
incluyen: "Porque el Hijo del Hombre ha venido a salvar lo que
se había perdido;" {texto
similar a "Lucas 19.10"}]
18.12
»¿Qué les parece? Si algún hombre tiene cien ovejas y se extravía una,
¿acaso no dejará las noventa y nueve en las montañas e irá a buscar la
descarriada?
18.13 Y si sucede que la encuentra, de cierto les digo que
se goza más por aquella que por las noventa y nueve que no se
extraviaron.
18.14 Así que, no es la voluntad de su Padre que está en
los cielos que se pierda ni uno de estos pequeños.
15.3
Entonces él les refirió esta parábola, diciendo:
15.4 -¿Qué hombre de ustedes, si tiene cien ovejas y
pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va
tras la que se ha perdido hasta hallarla?
15.5 Y al hallarla, la pone gozoso sobre sus hombros
15.6 y, cuando llega a casa, reúne a sus amigos y
vecinos, y les dice: “Gócense conmigo porque he hallado mi oveja que se
había perdido”.
15.7 Les digo que, del mismo modo, habrá más gozo en
el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve
justos que no necesitan de arrepentimiento.
▲165- Amonestar a un hermano. atar y
desatar. (1 Corintios 5)
18.15
»Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve, amonéstale a solas entre
tú y él. Si él te escucha, has ganado a tu hermano.
17.3
»Miren por ustedes mismos: Si tu hermano peca, repréndele; y si se
arrepiente, perdónale.
18.16
Pero si no escucha, toma aun contigo uno o dos, para que todo asunto
conste según la boca de dos o tres testigos.
18.17
Y si él no les hace caso a ellos, dilo a la iglesia; y si no hace caso
a la iglesia, tenlo por gentil{"(un individuo) de las naciones"}
y publicano.
18.18
De cierto les digo que todo lo que aten en la tierra habrá sido atado
en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra habrá sido desatado en
el cielo.
18.19 »Otra vez les digo que, si dos de ustedes se ponen de
acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidan, les será hecha
por mi Padre que está en los cielos.
18.20 Porque donde dos o tres están congregados en mi
nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
18.21
Entonces Pedro se acercó y le dijo: -Señor, ¿cuántas veces pecará mi
hermano contra mí y yo le perdonaré? ¿Hasta siete veces?
18.22 Jesús le dijo: -No te digo hasta siete, sino hasta
setenta veces siete.
17.4
Si siete veces al día peca contra ti, y siete veces al día vuelve a ti
diciendo: “Me arrepiento”, perdónale.
18.23
»Por esto, el reino de los cielos es semejante a un hombre que era rey,
que quiso hacer cuentas con sus siervos.
18.24
Y cuando él comenzó a hacer cuentas, le fue traído uno que le debía
muchísimo dinero.
18.25 Puesto que él no podía pagar, su señor mandó venderlo
a él, junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, y que se le
pagara.
18.26 Entonces el siervo cayó y se postró delante de él
diciendo: “Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo”.
18.27 El señor de aquel siervo, movido a compasión, lo
soltó y le perdonó la deuda.
18.28 »Pero al salir, aquel siervo halló a uno de sus
consiervos que le debía poco dinero, y asiéndose de él, lo ahogaba
diciendo: “Paga lo que debes”.
18.29 Entonces su consiervo, cayendo, le rogaba diciendo:
“¡Ten paciencia conmigo, y yo te pagaré!”.
18.30 Pero él no quiso, sino que fue y lo echó en la cárcel
hasta que le pagara lo que le debía.
18.31 »Así que, cuando sus consiervos vieron lo que había
sucedido, se entristecieron mucho; y fueron y declararon a su señor
todo lo que había sucedido.
18.32 Entonces su señor le llamó y le dijo: “¡Siervo
malvado! Toda aquella deuda te perdoné porque me rogaste.
18.33 ¿No debías tú también tener misericordia de tu
consiervo, así como también yo tuve misericordia de ti?”.
18.34 Y su señor, enojado, lo entregó a los verdugos hasta
que le pagara todo lo que le debía.
18.35 Así
también hará con ustedes mi
Padre celestial si no perdonan de corazón cada uno a su hermano.
9.52
Envió mensajeros delante de sí, los cuales fueron y entraron en una
aldea de los samaritanos para hacerle preparativos,
9.53 pero no lo recibieron porque vieron en su cara
que iba a Jerusalén.
9.54 Al ver esto, sus discípulos Jacobo y Juan le
dijeron: -Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo y
los consuma?
9.55 Él se dio vuelta y los reprendió, [ ]
9.56 [ ] y
fueron a otra aldea.
▲170- Condiciones para seguir a Jesús. No
mires atrás.
8.19
Entonces se le acercó un escriba y le dijo: -Maestro, te seguiré a
dondequiera que vayas.
8.20 Jesús le dijo: -Las zorras tienen cuevas, y las
aves del cielo tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde
recostar la cabeza.
9.57
Mientras ellos iban por el camino, cierto hombre le dijo: -¡Te seguiré
a dondequiera que vayas!
9.58 Jesús le dijo: -Las zorras tienen cuevas y las
aves del cielo tienen nidos pero el Hijo del Hombre no tiene dónde
recostar la cabeza.
8.21
Otro de sus discípulos le dijo: -Señor, permíteme que primero vaya y
entierre a mi padre.
8.22 Pero Jesús le dijo: -Sígueme y deja que los
muertos entierren a sus muertos.
9.59
Dijo a otro: -Sígueme. Pero él le dijo: -Señor, permíteme ir primero a
enterrar a mi padre.
9.60 Y Jesús le dijo: -Deja que los muertos entierren
a sus muertos; pero tú ¡ve y anuncia el reino de Dios!
9.61
Entonces también le dijo otro: -Te seguiré, Señor, pero primero permite
que me despida de los que están en mi casa.
9.62 Pero Jesús le dijo: -Ninguno que ha puesto su
mano en el arado y sigue mirando atrás es apto para el reino de Dios.
▲171-
Jesús envía a 70 discípulos a predicar, expulsar demonios y sanar.
10.1
Después de estas cosas, el Señor designó a otros setenta a los cuales
envió delante de sí de dos en dos a toda ciudad y lugar a donde él
había de ir.
10.2
Y les decía: “A la verdad, la mies es mucha pero los obreros son pocos.
Rueguen, pues, al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.
10.3 ¡Vayan! He aquí yo los envío como corderos en
medio de lobos.
10.4 No lleven bolsa ni alforjas ni calzado; ni
saluden a nadie por el camino.
10.5 “En cualquier casa donde entren, primeramente
digan: ‘Paz sea a esta casa’.
10.6 Si hay allí un hijo de paz, la paz de ustedes
reposará sobre él; pero si no, volverá a ustedes.
10.7 Posen en aquella misma casa, comiendo y bebiendo
lo que les den porque el obrero es digno de su salario. No anden de
casa en casa.
10.8 En cualquier ciudad donde entren y los reciban,
coman lo que les pongan delante.
10.9 Sanen a los enfermos que haya allí y díganles:
‘El reino de Dios se ha acercado a ustedes’.
10.10 “Pero en cualquier ciudad donde entren y no los
reciban, salgan a sus calles y digan:
10.11 ‘Aun el polvo de su ciudad que se ha pegado a
nuestros pies lo sacudimos contra ustedes. Pero sepan esto: que el
reino de Dios se ha acercado’.
10.12
Les digo que en aquel día será más tolerable para Sodoma que para
aquella ciudad.
▲172- Reproches de Jesús a las ciudades de
Corazín y Betsaida.
11.20
Entonces comenzó a reprender a las ciudades en las cuales se realizaron
muchos de sus hechos poderosos, porque no se habían arrepentido:
11.21 “¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si
se hubieran realizado en Tiro y en Sidón los hechos poderosos que se
realizaron en ustedes, ya hace tiempo se habrían arrepentido en saco y
ceniza.
11.22 Pero les digo que en el día del juicio el castigo
para Tiro y Sidón será más tolerable que para ustedes.
11.23 “Y tú, Capernaúm, ¿serás exaltada hasta el cielo?
¡Hasta el Hades serás hundida! Porque si entre los de Sodoma se
hubieran realizado los hechos poderosos que se realizaron en ti,
habrían permanecido hasta hoy.
11.24 Pero les digo que en el día del juicio el castigo
será más tolerable para la tierra de Sodoma, que para ti”.
10.13
“¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si
se hubieran realizado en Tiro y en Sidón los hechos poderosos que han
sido realizados en ustedes, desde hace tiempo se habrían arrepentido
sentados en saco y ceniza.
10.14 Por lo tanto, en el juicio será más tolerable para
Tiro y Sidón que para ustedes.
10.15 Y tú, Capernaúm, ¿serás exaltada hasta el cielo?
¡Hasta el Hades serás hundida!
10.16 El que los escucha me escucha a mí; el que los
rechaza me rechaza a mí; y el que me rechaza, rechaza al que me envió”.
10.17
Los setenta volvieron con gozo, diciendo: -Señor, ¡aun los demonios se
nos sujetan en tu nombre!
10.18 Él les dijo: -Yo veía a Satanás caer del cielo como
un rayo.
10.19 He aquí, les doy autoridad de pisar serpientes,
escorpiones y sobre todo el poder del enemigo; y nada les dañará.
10.20 Sin embargo, no se regocijen de esto, de que los
espíritus se les sujeten, sino regocíjense de que sus nombres están
inscritos en los cielos.
11.25
En aquel tiempo Jesús respondió y dijo: “Te alabo, oh Padre, Señor del
cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas de los sabios y
entendidos, y las has revelado a los niños.
11.26 Sí, Padre, porque así te agradó”.
11.27 “Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre.
Nadie conoce bien al Hijo, sino el Padre. Nadie conoce bien al Padre,
sino el Hijo y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.
10.21
En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu Santo y dijo:
“Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has
escondido estas cosas de los sabios y entendidos y las has revelado a
los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.
10.22 “Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre.
Nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino
el Hijo y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar”.
10.23 Volviéndose a los discípulos les dijo aparte:
-Bienaventurados los ojos que ven lo que ustedes ven.
10.24 Porque les digo que muchos profetas y reyes desearon
ver lo que ustedes ven, y no lo vieron; y oír lo que oyen, y no lo
oyeron.
11.28
“Vengan a mí, todos los que están fatigados y cargados, y yo los haré
descansar.
11.29 Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que
soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para su alma.
11.30 Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”.
▲175-
El samaritano ayudando a un hombre que ha sido golpeado. Jesús estaría
cerca de Jericó.
10.25
Y he aquí, cierto maestro de la ley se levantó para probarle, diciendo:
-Maestro, ¿haciendo qué cosa poseeré la vida eterna?
10.26
Y él le dijo: -¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?
10.27 Él le respondió diciendo: -Amarás al Señor tu Dios
con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda
tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.
10.28 Le dijo: -Has respondido bien. Haz esto y vivirás.
10.29 Pero él, queriendo justificarse, le preguntó a Jesús:
-¿Y quién es mi prójimo?
10.30 Respondiendo Jesús, le dijo: -Cierto hombre descendía
de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones quienes lo
despojaron de su ropa, lo hirieron y se fueron dejándolo medio muerto.
10.31 Por casualidad, descendía cierto sacerdote por aquel
camino y, al verle, pasó de largo.
10.32 De igual manera, un levita también llegó al lugar y,
al ir y verle, pasó de largo.
10.33 Pero cierto samaritano, que iba de viaje, llegó cerca
de él y, al verle, fue movido a misericordia.
10.34 Acercándose a él, vendó sus heridas echándoles aceite
y vino. Y poniéndolo sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un mesón y
cuidó de él.
10.35 Al día siguiente sacó dos monedas y se las dio al
mesonero diciéndole: “Cuídamelo, y todo lo que gastes de más yo te lo
pagaré cuando vuelva”.
10.36 ¿Cuál de estos tres te parece haber sido el prójimo
de aquel que cayó en manos de ladrones?
10.37
Él dijo: -El que hizo misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: -Ve
y haz tú lo mismo.
▲176- Jesús en Betania con Marta y su
hermana María ("Juan 11.1,
17-19 ; 12.1-3").
10.38
Prosiguiendo ellos su camino, él entró en una aldea; y una mujer
llamada Marta lo recibió en su casa.
10.39 Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual
se sentó a los pies del Señor y escuchaba su palabra.
10.40 Pero Marta estaba preocupada con muchos quehaceres y,
acercándose, dijo: -Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado
servir sola? Dile, pues, que me ayude.
10.41 Pero respondiendo el Señor, le dijo: -Marta, Marta,
te afanas y te preocupas por muchas cosas.
10.42 Pero una sola cosa es necesaria. Pues María ha
escogido la buena parte, la cual no le será quitada.
▲177-
Jesús en la fiesta de la Dedicación. [+] ►Fiesta de 8
días de duración que comienza el día 25 del mes de Kisleu (aquí a
partir del lunes 19 de diciembre del año 29).◄
10.22 Se celebraba entonces la fiesta
de la Dedicación en Jerusalén. Era invierno,
10.23 y
Jesús andaba en el templo por
el pórtico de Salomón.
10.24 Entonces lo rodearon los judíos y le dijeron: -¿Hasta
cuándo nos{lit. en
griego: "el alma de nosotros"}
tendrás en suspenso? Si tú eres el Cristo dínoslo abiertamente.
10.25 Jesús les contestó: -Se lo he dicho y no creen. Las
obras que yo hago en nombre de mi Padre, estas dan testimonio de mí.
10.26 Pero ustedes no creen porque no son de mis ovejas.
10.27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen.
10.28 Yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás, y nadie
las arrebatará de mi mano.
10.29 Mi Padre, que me las ha dado, es mayor que todos y
nadie las puede arrebatar de las manos del Padre.
10.30 Yo y el Padre uno somos.
10.31 Los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle.
10.32 Jesús les respondió: -Muchas buenas obras les he
mostrado de parte del Padre. ¿Por cuál de estas obras me apedrean?
10.33 Los judíos le respondieron: -No te apedreamos por
obra buena sino por blasfemia y porque tú, siendo hombre, te haces Dios.
10.34 Jesús les respondió: -¿No está escrito en su ley, “Yo
dije: Ustedes son dioses”?
10.35 Si dijo “dioses” a aquellos a quienes fue dirigida la
palabra de Dios (y la Escritura no puede ser anulada),
10.36 ¿dicen ustedes: “Tú blasfemas” a quien el Padre
santificó y envió al mundo, porque dije: “Soy Hijo de Dios”?
10.37 Si no hago las obras de mi Padre, no me crean.
10.38 Pero si las hago, aunque a mí no me crean, crean a
las obras para que conozcan y crean que el Padre está en mí, y yo en el
Padre.
10.39 Procuraban otra vez tomarlo preso pero él se salió de
las manos de ellos.
10.40 Y volvió al otro lado del Jordán, al lugar donde al
principio Juan había estado bautizando, y se quedó allí.
10.41 Y muchos fueron a él y decían: “Juan, a la verdad,
ninguna señal hizo pero todo lo que Juan dijo de este era verdad”.
10.42 Y muchos creyeron en él allí.
▲178-
Lázaro de Betania enfermo, muerto y resucitado.
11.1 Estaba, entonces, enfermo
un hombre llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de su hermana
Marta.
11.2
María era la que ungió al Señor con perfume y secó sus pies con sus
cabellos. Y Lázaro, que estaba enfermo, era su hermano.
11.3 Entonces sus hermanas enviaron a decir a Jesús:
“Señor, he aquí el que amas está enfermo”.
11.4 Al oírlo, Jesús dijo: -Esta enfermedad no es
para muerte sino para la gloria de Dios; para que el Hijo de Dios sea
glorificado por ella.
11.5 Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro.
11.6 Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó
aún dos días más en el lugar donde estaba
11.7 y luego, después de esto, dijo a sus discípulos:
-Vayamos a Judea otra vez.
11.8 Le dijeron sus discípulos: -Rabí, hace poco los
judíos procuraban apedrearte, ¿y otra vez vas allá?
11.9 Respondió Jesús: -¿No tiene el día doce horas?
Si uno camina de día, no tropieza porque ve la luz de este mundo.
11.10 Pero si uno camina de noche, tropieza porque no hay
luz en él.
11.11 Habiendo dicho estas cosas, después les dijo:
-Nuestro amigo Lázaro duerme pero voy para despertarlo.
11.12 Entonces dijeron sus discípulos: -Señor, si duerme se
sanará.
11.13 Sin embargo, Jesús había dicho esto de la muerte de
Lázaro, pero ellos pensaron que hablaba del reposo del sueño.
11.14 Así que luego Jesús les dijo claramente: -Lázaro ha
muerto;
11.15 y a causa de ustedes me alegro de que yo no haya
estado allá para que crean. Pero vayamos a él.
11.16 Entonces Tomás, que se llamaba Dídimo, dijo a sus
condiscípulos: -Vayamos también nosotros para que muramos con él.
11.17 Cuando llegó Jesús,
halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro.
11.18 Betania estaba cerca de Jerusalén, como a tres
kilómetros,
11.19 y muchos de los judíos habían venido a Marta y a
María para consolarlas por su hermano.
11.20 Entonces, cuando oyó que Jesús venía, Marta salió a
encontrarlo pero María se quedó sentada en casa.
11.21 Marta le dijo a Jesús: -Señor, si hubieras estado
aquí, mi hermano no habría muerto.
11.22 Pero ahora también sé que todo lo que pidas a Dios,
Dios te lo dará.
11.23 Jesús le dijo: -Tu hermano resucitará.
11.24 Marta le dijo: -Yo sé que resucitará en la
resurrección en el día final.
11.25 Jesús le dijo: -Yo soy la resurrección y la vida. El
que cree en mí, aunque muera, vivirá.
11.26 Y todo aquel que vive y cree en mí no morirá para
siempre. ¿Crees esto?
11.27 Le dijo: -Sí, Señor; yo he creído que tú eres el
Cristo, el Hijo de Dios, el que había de venir al mundo.
11.28 Y cuando hubo dicho esto, fue y llamó en secreto a su
hermana María diciendo: -El Maestro está aquí y te llama.
11.29 Ella, cuando lo oyó, se levantó de prisa y fue a
donde él estaba;
11.30 pues Jesús todavía no había llegado a la aldea sino
que estaba en el lugar donde Marta lo había encontrado.
11.31 Entonces, los judíos que estaban en la casa con ella
y la consolaban, cuando vieron que María se levantó de prisa y salió,
la siguieron porque pensaban que iba al sepulcro a llorar allí.
11.32 Luego, cuando María llegó al lugar donde estaba Jesús
y lo vio, se postró a sus pies diciéndole: -Señor, si hubieras estado
aquí no habría muerto mi hermano.
11.33 Entonces Jesús, al verla llorando y al ver a los
judíos que habían venido junto con ella también llorando, se conmovió
en espíritu y se turbó.
11.34 Y dijo: -¿Dónde lo han puesto? Le dijeron: -Señor,
ven y ve.
11.35 Jesús lloró.
11.36 Entonces dijeron los judíos: -Miren cómo lo amaba.
11.37 Pero algunos de ellos dijeron: -¿No podía este, que
abrió los ojos al ciego, hacer también que Lázaro no muriese?
11.38 Jesús, conmovido otra vez dentro de sí, fue al
sepulcro. Era una cueva, y tenía puesta una piedra contra la entrada.
11.39 Jesús dijo: -Quiten la piedra. Marta, la hermana del
que había muerto, le dijo: -Señor, hiede ya porque tiene cuatro días.
11.40 Jesús le dijo: -¿No te dije que si crees verás la
gloria de Dios?
11.41 Luego quitaron la piedra, y Jesús alzó los ojos
arriba y dijo: -Padre, te doy gracias porque me oíste.
11.42 Yo sabía que siempre me oyes pero lo dije por causa
de la gente que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.
11.43 Habiendo dicho esto, llamó a gran voz: -¡Lázaro, ven
fuera!
11.44
Y el que había estado muerto salió, atados los pies y las manos con
vendas, y su cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo: -Desátenlo y
déjenlo ir.
▲179- El sumo sacerdote profetiza la muerte
de Jesús.
11.45 Muchos de
los judíos que habían venido a María y habían visto lo que había hecho
Jesús, creyeron en él.
11.46 Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les
dijeron lo que Jesús había hecho.
11.47 Entonces los principales sacerdotes y los fariseos
reunieron al Sanedrín y decían: -¿Qué hacemos? Pues este hombre hace
muchas señales.
11.48 Si lo dejamos seguir así todos creerán en él; y
vendrán los romanos y destruirán nuestro lugar y nuestra nación.
11.49 Entonces uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote
en aquel año, les dijo: -Ustedes no saben nada;
11.50 ni consideran que les conviene que un solo hombre
muera por el pueblo, y no que perezca toda la nación.
11.51 Pero esto no lo dijo de sí mismo sino que, como era
el sumo sacerdote de aquel año, profetizó que Jesús había de morir por
la nación;
11.52 y no solamente por la nación sino también para reunir
en uno a los hijos de Dios que estaban esparcidos.
11.53 Así que,
desde aquel día resolvieron matarle.
11.54 Por lo tanto, Jesús ya no andaba abiertamente entre
los judíos sino que se fue de allí a la región que está junto al
desierto, a una ciudad que se llama Efraín; y estaba allí con sus
discípulos.
11.1
Aconteció que, estando Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó,
uno de sus discípulos le dijo: -Señor, enséñanos a orar, como también
Juan enseñó a sus discípulos.
6.5
“Cuando ustedes oren, no sean como los hipócritas, que aman orar de pie
en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por
los hombres. De cierto les digo que ya tienen su recompensa.
6.6 Pero tú, cuando ores, entra en tu
habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en secreto; y tu
Padre que ve en secreto te recompensará.
6.7 Y al orar, no usen vanas repeticiones, como
los gentiles{"(individuos) de las naciones"},
que piensan que serán oídos por su palabrería.
6.8 Por tanto, no se hagan semejantes a ellos,
porque el Padre de ustedes sabe de qué cosas tienen necesidad antes que
ustedes le pidan.
6.9
Ustedes, pues, oren así: Padre nuestro que estás en los cielos:
Santificado sea tu nombre,
6.10 venga tu reino, sea hecha tu voluntad, como en
el cielo así también en la tierra.
11.2
Él les dijo: -Cuando oren, digan: “Padre [nuestro que estás en los
cielos]: Santificado sea tu nombre; venga tu reino; [sea hecha tu
voluntad, como en el cielo, así también en la tierra]
6.11
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
11.3
el pan nuestro de cada día, dánoslo hoy;
6.12
Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros
deudores.
11.4a
y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a
todos los que nos deben. (...)
6.13a
Y no nos metas en tentación, (...)
11.4b
(...) Y no nos
metas en tentación, [mas líbranos del mal]”.
6.13b
(...) mas
líbranos del mal. [Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria por
todos los siglos. Amén].
6.14
Porque si perdonan a los hombres sus ofensas, su Padre celestial
también les perdonará a ustedes.
6.15 Pero si no perdonan a los hombres, tampoco su
Padre les perdonará sus ofensas.
6.16
“Cuando ustedes ayunen, no se hagan los tristes, como los hipócritas,
que descuidan su apariencia para mostrar a los hombres que ayunan. De
cierto les digo que ya tienen su recompensa.
6.17 Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lávate
la cara,
6.18 de modo que no muestres a los hombres que
ayunas, sino a tu Padre que está en secreto. Y tu Padre que ve en
secreto te recompensará.
6.1
“Guárdense de hacer su justicia delante de los hombres para ser vistos
por ellos. De lo contrario, no tendrán recompensa de su Padre que está
en los cielos.
6.2 Cuando, pues, hagas obras de misericordia,
no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las
sinagogas y en las calles para ser honrados por los hombres. De cierto
les digo que ellos ya tienen su recompensa.
6.3 Pero cuando tú hagas obras de misericordia,
no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha,
6.4 de modo que tus obras de misericordia sean
en secreto. Y tu Padre que ve en secreto te recompensará.
▲184- Parábola de un amigo importunado en
la noche por tres panes.
11.5
Les dijo también: -Supongamos que uno de ustedes tiene un amigo y va a
él a la medianoche y le dice: “Amigo, préstame tres panes
11.6 porque ha llegado a mí un amigo de viaje y no
tengo nada que poner delante de él”.
11.7 ¿Le responderá aquel desde adentro: “No me
molestes; ya está cerrada la puerta y mis niños están conmigo en la
cama; no puedo levantarme para dártelos”?
11.8 Les digo que, aunque no se levante a dárselos
por ser su amigo, ciertamente por la insistencia de aquel se levantará
y le dará todo lo que necesite.
▲185- El que pide, recibe; el que busca,
encuentra; al que llama, se le abre.
7.7
“Pidan, y se les dará. Busquen y hallarán. Llamen, y se les abrirá.
7.8 Porque todo el que pide recibe, el que
busca halla, y al que llama se le abrirá.
7.9 ¿Qué hombre hay entre ustedes que, al hijo
que le pide pan, le dará una piedra?
7.10 ¿O al que le pide pescado le dará una serpiente?
7.11 Pues si ustedes, siendo malos, saben dar cosas
buenas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre que está en los cielos dará
cosas buenas a los que le piden?
11.9
»Y yo les digo: Pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; llamen, y se
les abrirá.
11.10 Porque todo aquel que pide recibe, y el que busca
halla, y al que llama se le abrirá.
11.11 »¿Qué padre de entre ustedes, si su hijo le pide
pescado, en lugar de pescado le dará una serpiente?
11.12 O si le pide un huevo, ¿le dará un escorpión?
11.13 Pues si ustedes, siendo malos, saben dar buenos
regalos a sus hijos, ¿cuánto más su Padre celestial dará el Espíritu
Santo a los que le pidan?
▲186- Un fariseo invita a Jesús a cenar;
Jesús les censura: ¡Ay de vosotros!
11.37
Cuando Jesús acabó de hablar, un fariseo le rogó que comiera con él; y
habiendo entrado Jesús en su casa, se sentó a la mesa.
11.38 Y el fariseo se asombró al ver que no se lavó antes
de comer.
23.25
“¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque limpian lo de
afuera del vaso o del plato, pero por dentro están llenos de robo y de
desenfreno.
23.26 ¡Fariseo ciego! ¡Limpia primero el interior del vaso
para que también el exterior se haga limpio!
11.39
Entonces el Señor le dijo: -Ustedes los fariseos limpian el exterior de
la copa o del plato pero el interior de ustedes está lleno de rapiña y
de maldad.
11.40 Necios, ¿el que hizo lo de fuera no hizo también lo
de dentro?
11.41 Pero den con misericordia de las cosas que están
dentro y, he aquí, todas las cosas les serán limpias.
23.23
“¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque entregan el
diezmo de la menta, del eneldo y del comino; pero han omitido lo más
importante de la ley, a saber: el juicio, la misericordia y la fe. Era
necesario hacer estas cosas sin omitir aquellas.
23.24 ¡Guías ciegos, que cuelan el mosquito pero tragan el
camello!
11.42
»¡Ay de ustedes, fariseos! Porque diezman la menta, la ruda y toda
hortaliza pero pasan por alto el juicio y el amor de Dios. Es necesario
hacer estas cosas sin pasar por alto aquellas.
23.27
“¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque son semejantes
a sepulcros blanqueados que, a la verdad, se muestran hermosos por
fuera; pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda
impureza.
23.28 Así también ustedes, a la verdad, por fuera se
muestran justos a los hombres; pero por dentro están llenos de
hipocresía e iniquidad.
11.43
»¡Ay de ustedes, fariseos! Porque aman los primeros asientos en las
sinagogas y las salutaciones en las plazas.
11.44 »¡Ay de ustedes!. Porque son como sepulcros ocultos,
y los hombres que andan por encima no lo saben.
11.45
Respondió uno de los maestros de la ley y le dijo: -Maestro, cuando
dices esto también nos afrentas a nosotros.
11.46 Y él le dijo: -¡Ay de ustedes también, maestros de la
ley! Porque les imponen a los hombres cargas que no pueden llevar pero
ustedes mismos no las tocan ni aun con uno de sus dedos.
23.29
“¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque edifican los
sepulcros de los profetas y adornan los monumentos de los justos,
23.30 y dicen: ‘Si hubiéramos vivido en los días de
nuestros padres, no habríamos sido sus cómplices en la sangre de los
profetas’.
23.31 Así dan testimonio contra ustedes mismos de que son
hijos de aquellos que mataron a los profetas.
23.32 ¡ Colmen también ustedes la medida de sus padres!
23.33 “¡Serpientes! ¡Generación de víboras! ¿Cómo se
escaparán de la condenación del
infierno{lit. en
griego: "de la gehenna".
Nota en "Mateo 5.22"}?
23.34 Por tanto, miren; yo les envío profetas, sabios y
escribas; y de ellos, a unos los matarán y crucificarán, y a otros los
azotarán en sus sinagogas y perseguirán de ciudad en ciudad,
23.35 de manera que venga sobre ustedes toda la sangre
justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre del justo
Abel hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, a quien mataron
entre el santuario y el altar.
23.36 De cierto les digo, que todo esto recaerá sobre esta
generación.
11.47
»¡Ay de ustedes! Porque edifican los sepulcros de los profetas, pero
sus padres los mataron.
11.48 Con eso, son testigos y consienten en los hechos de
sus padres porque, a la verdad ellos los mataron pero ustedes edifican
sus sepulcros.
11.49 Por esto, la sabiduría de Dios también dijo: “Les
enviaré profetas y apóstoles; y de ellos, a unos matarán y a otros
perseguirán”;
11.50 para que de esta generación sea demandada la sangre
de todos los profetas que ha sido derramada desde la fundación del
mundo;
11.51 desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías
quien pereció entre el altar y el santuario. ¡Sí! Les digo que la
sangre de ellos será demandada de esta generación.
23.13
“¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque cierran el
reino de los cielos delante de los hombres. Pues ustedes no entran, ni
dejan entrar a los que están entrando.
11.52
»¡Ay de ustedes, maestros de la ley! Porque han quitado la llave del
conocimiento. Ustedes mismos no entraron, y a los que entraban se lo
han impedido.
23.14
, [Algunos manuscritos han aumentado,
después del versículo 12 o del 13:
(14) "¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque devoran
las casas de las viudas y como pretexto hacen largas oraciones. ¡Por
esto recibirán mayor condenación!"; {el texto es similar a "Marcos
12.40" y "Lucas 20.47"}]
23.15
“¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque recorren mar y
tierra para hacer un solo prosélito y, cuando lo logran, le hacen un
hijo del infierno{lit. en
griego: "gehenna". Nota
en "Mateo 5.22"} dos veces más que ustedes.
23.16
“¡Ay de ustedes, guías ciegos! Pues dicen: ‘Si uno jura por el
santuario, no significa nada; pero si jura por el oro del santuario,
queda bajo obligación’.
23.17 ¡Necios y ciegos! ¿Cuál es más importante: el oro o
el santuario que santifica al oro?
23.18 O dicen: ‘Si uno jura por el altar, no significa
nada; pero si jura por la ofrenda que está sobre el altar, queda bajo
obligación’.
23.19 ¡Ciegos! ¿Cuál es más importante: la ofrenda o el
altar que santifica a la ofrenda?
23.20 Por tanto, el que jura por el altar, jura por el
altar y por todo lo que está sobre él.
23.21 Y el que jura por el santuario, jura por el santuario
y por aquel que habita en él.
23.22 Y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios
y por aquel que está sentado sobre él.
11.53
Cuando salió de allí, los escribas y los fariseos comenzaron a
presionarlo mucho y a provocarlo a que hablara de muchas cosas,
11.54 acechándolo para cazar algo de su boca.
12.1
En esto, habiéndose juntado una multitud de miles y miles, tanto que se
pisoteaban unos a otros, él comenzó a decir primeramente a sus
discípulos: “Guárdense de la levadura de los fariseos, que es la
hipocresía.
10.24
“El discípulo no es más que su maestro ni el siervo más que su señor.
10.25 Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo
como su señor. Si al padre de familia lo llamaron Beelzebul, ¡cuánto
más lo harán a los de su casa!
10.26a “Así que, no les teman. (...)
10.26b
(...) Porque no
hay nada encubierto que no será revelado ni oculto que no será conocido.
10.27 Lo que les digo en privado, díganlo en público; y lo
que oyen al oído, proclámenlo desde las azoteas.
12.2
Porque no hay nada encubierto que no haya de ser revelado, ni oculto
que no haya de ser conocido.
12.3 Más bien, las cosas que han dicho en las
tinieblas serán oídas en la luz, y lo que han hablado al oído en las
habitaciones será pregonado en las azoteas.
▲189 - Temer a Dios. Cabellos contados.
Negar o confesar a Jesús. Blasfemia. El Espíritu Santo enseña a decir.
10.28
No teman a los que matan el cuerpo pero no pueden matar al alma. Más
bien, teman a aquel que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el infierno{lit. en
griego: "[la] gehenna".
Nota
en "Mateo 5.22"}.
12.4
“Y les digo a ustedes, mis amigos: No teman a los que matan el cuerpo y
después no tienen nada peor que hacer.
12.5 Pero yo les enseñaré a quién deben temer: Teman
a aquel que, después de haber dado muerte, tiene poder de echar en el
infierno{lit. en
griego: "la gehenna".
Nota
en "Mateo 5.22"}. Sí, les digo, a este teman.
10.29
¿Acaso no se venden dos pajaritos por una moneda? Con todo ni uno de
ellos cae a tierra sin el consentimiento de su Padre.
10.30 Pues aun los cabellos de ustedes están todos contados.
10.31 Así que, no teman; más valen ustedes que muchos
pajaritos.
12.6
¿No se venden cinco pajaritos por dos moneditas? Pues ni uno de ellos
está olvidado delante de Dios.
12.7 Pero aun los cabellos de la cabeza de ustedes
están todos contados. No teman; más valen ustedes que muchos pajaritos.
10.32
“Por tanto, a todo el que me confiese delante de los hombres, yo
también lo confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.
10.33 Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres,
yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos.
12.8
“Les digo que todo aquel que me confiese delante de los hombres,
también el Hijo del Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios;
12.9 pero el que me niegue delante de los hombres
será negado delante de los ángeles de Dios.
12.10
A todo aquel que diga palabra en contra del Hijo del Hombre le será
perdonado; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no le será
perdonado.
12.11
“Cuando los lleven a las sinagogas y a los magistrados y autoridades,
no estén preocupados de cómo o qué responderán, o qué habrán de decir.
12.12 Porque el Espíritu Santo les enseñará en aquella hora
lo que se debe decir”.
▲190- Un hermano quiere su parte de la
herencia. Codicia.
12.13
Le dijo uno de la multitud: -Maestro, dile a mi hermano que reparta
conmigo la herencia.
12.14 Y él le dijo: -Hombre, ¿quién me ha puesto como juez
o repartidor sobre ustedes?
12.15 Y les dijo: -Miren, guárdense de toda codicia, porque
la vida de uno no consiste en la abundancia de los bienes que posee.
12.16
Entonces les refirió una parábola, diciendo: -Las tierras de un hombre
rico habían producido mucho.
12.17 Y él razonaba dentro de sí diciendo: “¿Qué haré?
Porque ya no tengo dónde juntar mis productos”.
12.18 Entonces dijo: “¡Esto haré! Derribaré mis graneros y
edificaré otros más grandes. Allí juntaré todo mi grano y mis bienes,
12.19 y me diré a mí
mismo{lit.: "mi alma"} : {lit.: + "Alma", } Muchos
bienes tienes
almacenados para muchos años. Descansa, come, bebe, alégrate”.
12.20 Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta noche vienen a pedir
tu vida {lit.: "tu alma"}; y lo que
has provisto, ¿para quién será?”.
12.21 Así es el que hace tesoro para sí y no es rico para
con Dios.
▲192- Los verdaderos tesoros. El ojo es la
lámpara del cuerpo. Nadie puede servir a dos maestros.
6.19
“No acumulen para ustedes tesoros en la tierra, donde la polilla y el
óxido corrompen, y donde los ladrones se meten y roban.
12.33a
»Vendan sus bienes y den ofrendas de misericordia. (...)
6.20
Más bien, acumulen para ustedes tesoros en el cielo, donde ni la
polilla ni el óxido corrompen, y donde los ladrones no se meten ni
roban.
6.21 Porque donde esté tu tesoro, allí también estará
tu corazón.
12.33b
(...) Háganse
bolsas que no se envejecen; un tesoro inagotable en los cielos donde no
se acerca el ladrón ni la polilla destruye.
12.34 Porque donde esté el tesoro de ustedes, allí también
estará su corazón.
6.22
“La lámpara del cuerpo es el ojo. Así que, si tu ojo está sano, todo tu
cuerpo estará lleno de luz.
6.23 Pero si tu ojo es malo, todo tu cuerpo estará en
tinieblas. De modo que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán
grande es esa oscuridad!
11.33
“Al encender una lámpara nadie la pone en oculto ni debajo de un cajón
sino sobre un candelero para que todos los que entren vean la luz.
11.34 La lámpara de tu cuerpo es tu ojo. Cuando tu ojo está
sano, también todo tu cuerpo está lleno de luz. Pero cuando es malo,
también tu cuerpo está en tinieblas.
11.35 Mira, pues, no sea que la luz que hay en ti sea
tinieblas.
11.36 Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz y no
tiene ninguna parte oscura, estará todo lleno de luz como cuando una
lámpara te alumbra con su resplandor”.
12.35
»Estén ceñidos sus lomos y encendidas sus lámparas.
6.24
“Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá al uno y amará al
otro, o se dedicará al uno y menospreciará al otro. No pueden servir a
Dios y a las riquezas.
▲193- Preocupaciones - pájaros - comida -
ropa - etc.
12.22a
Dijo a sus discípulos: (...)
6.25
“Por tanto les digo: No se afanen por su vida, qué han de comer o qué
han de beber; ni por su cuerpo, qué han de vestir. ¿No es la vida más
que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
6.26 Miren las aves del cielo, que no siembran ni
siegan ni recogen en graneros; y su Padre celestial las alimenta. ¿No
son ustedes de mucho más valor que ellas?
6.27 ¿Quién de ustedes podrá, por más que se afane,
añadir a su estatura un milímetro?
6.28 ¿Por qué se afanan por el vestido? Miren los
lirios del campo, cómo crecen. Ellos no trabajan ni hilan;
6.29 pero les digo que ni aun Salomón, con toda su
gloria, fue vestido como uno de ellos.
6.30 Si Dios viste así la hierba del campo, que hoy
está y mañana es echada en el horno, ¿no hará mucho más por ustedes,
hombres de poca fe?
6.31 “Por tanto, no se afanen diciendo: ‘¿Qué
comeremos?’ o ‘¿Qué beberemos?’ o ‘¿Con qué nos cubriremos?’.
6.32 Porque los
gentiles{lit. en
griego: "las naciones"}
buscan todas estas cosas,
pero el Padre de ustedes que está en los cielos sabe que tienen
necesidad de todas estas cosas.
6.33 Más bien, busquen primeramente el reino de Dios
y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.
6.34 Así que, no se afanen por el día de mañana,
porque el día de mañana traerá su propio afán. Basta a cada día su
propio mal.
12.22b
(...)
-Por tanto, les digo: No se afanen por su vida, qué han de comer; ni
por su cuerpo, qué han de vestir.
12.23 La vida es más que el alimento y el cuerpo es más que
el vestido.
12.24 Consideren los cuervos, que ni siembran ni siegan ni
tienen almacenes ni graneros, y Dios los alimenta. ¡Cuánto más valen
ustedes que las aves!
12.25 ¿Quién de ustedes podrá, con afanarse, añadir un día
a su vida?
12.26 Pues si no pueden lo que es menos, ¿por qué están
afanados por lo demás?
12.27 Consideren los lirios, cómo crecen. No trabajan ni
hilan; y les digo que ni aun Salomón, con toda su gloria, fue vestido
como uno de ellos.
12.28 Si Dios viste así la hierba que hoy está en el campo
y mañana es echada en el horno, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres
de poca fe!
12.29 »Ustedes, pues, no busquen qué han de comer o qué han
de beber, ni estén ansiosos.
12.30 Porque todas estas cosas busca la gente{lit. en
griego: "buscan las naciones"}
del mundo pero su Padre sabe que necesitan estas cosas.
12.31 Más bien, busquen su reino, y estas cosas les serán
añadidas.
12.32 No teman, manada pequeña, porque a su Padre le ha
placido darles el reino.
▲194- Velando como un sirviente esperando
la llegada de su señor.
13.34
Será como el hombre que al salir de viaje dejó su casa y dio autoridad
a sus siervos, a cada uno su obra, y al portero mandó que velase.
13.35 Velen, pues, porque no saben cuándo vendrá el Señor
de la casa, sea a la tarde, a la medianoche, al canto del gallo o a la
mañana;
13.36 no sea que cuando vuelva de repente los halle
durmiendo.
12.36
Y sean ustedes semejantes a los siervos que esperan a su señor cuando
ha de volver de las bodas para que le abran al instante en que llegue y
llame.
12.37
Bienaventurados aquellos siervos a quienes el señor les encuentre
velando cuando llegue. De cierto les digo que se ceñirá y hará que se
sienten a la mesa y, viniendo, les servirá.
12.38 Aunque venga a medianoche, y aunque venga a la
madrugada, si los halla así, ¡bienaventurados aquellos siervos!
24.43
Pero sepan esto: Si el dueño de casa hubiera sabido a qué hora habría
de venir el ladrón, habría velado y no habría permitido que forzaran la
entrada a su casa.
24.44 Por tanto, estén preparados también ustedes, porque a
la hora que no piensen, vendrá el Hijo del Hombre.
12.39
»Sepan que si el dueño de casa hubiera sabido a qué hora habría de
venir el ladrón no habría permitido que forzara la entrada a su casa.
12.40 Ustedes también estén preparados, porque a la hora
que no piensen vendrá el Hijo del Hombre.
12.41 Entonces Pedro le dijo: -Señor, ¿dices esta parábola
para nosotros, o también para todos?
13.37
Lo que a ustedes les digo, a todos les digo: ¡Velen!
24.45
»¿Quién, pues, es el siervo fiel y prudente, a quien su señor lo puso
sobre los criados de su casa, para que les diera alimentos a su debido
tiempo?
24.46 Bienaventurado será aquel siervo a quien, cuando su
señor venga, lo encuentre haciéndolo así.
24.47 De cierto les digo que lo pondrá sobre todos sus
bienes.
24.48 Pero si aquel siervo malvado dice en su corazón: “Mi
señor tarda”;
24.49 y si comienza a golpear a sus consiervos, y si come y
bebe con los borrachos,
24.50 el señor de aquel siervo vendrá en el día que no
espera y a la hora que no sabe,
24.51 y lo castigará duramente y le asignará lugar con los
hipócritas. Allí habrá llanto y crujir de dientes.
12.42
Y dijo el Señor: -¿Quién es, pues, el mayordomo fiel y prudente a quien
el señor pondrá sobre los de su casa para que les dé sus raciones a su
debido tiempo?
12.43 Bienaventurado será aquel siervo a quien, cuando su
señor venga, lo encuentre haciéndolo así.
12.44 En verdad les digo que lo pondrá sobre todos sus
bienes.
12.45 Pero si aquel siervo dice en su corazón: “Mi señor
tarda en venir” y comienza a golpear a los siervos y a las siervas, y a
comer y a beber y a embriagarse,
12.46 vendrá el señor de aquel siervo en el día que no
espera y a la hora que no sabe, y le castigará duramente y pondrá su
parte con los incrédulos.
12.47
Porque aquel siervo que entendió la voluntad de su señor y no se
preparó ni hizo conforme a su voluntad recibirá muchos azotes.
12.48 Pero el que no entendió, aunque hizo cosas dignas de
azotes, recibirá pocos azotes. Porque de todo aquel a quien le ha sido
dado mucho, mucho se demandará de él; y de aquel a quien confiaron
mucho, se le pedirá más.
▲197- Jesús trae división, no paz a la
tierra. Discernir tiempos. De acuerdo con su oponente.
12.49
»He venido a echar fuego en la tierra. ¡Y cómo quisiera que ya
estuviera encendido!
12.50 Tengo un bautismo con que ser bautizado, ¡y cómo me
angustio hasta que se cumpla!
10.34
“No piensen que he venido para traer paz a la tierra. No he venido para
traer paz, sino espada.
10.35 Porque yo he venido para poner en disensión al hombre
contra su padre, a la hija contra su madre y a la nuera contra su
suegra.
10.36 Y los enemigos de un hombre serán los de su propia
casa.
12.51
¿Piensan que he venido a dar paz en la tierra? ¡Les digo que no, sino a
causar división!
12.52 Porque, de aquí en adelante, cinco en una casa
estarán divididos: tres contra dos y dos contra tres.
12.53 El padre estará dividido contra el hijo, y el hijo
contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la
suegra contra su nuera, y la nuera contra su suegra.
16.2
Pero él les respondió diciendo: “Al atardecer dicen: ‘Hará buen tiempo,
porque el cielo está enrojecido’;
16.3 y al amanecer dicen: ‘Hoy habrá tempestad,
porque el cielo está enrojecido y sombrío’. Saben discernir el aspecto
del cielo, pero no pueden discernir las señales de los tiempos.
12.54
Decía también a las multitudes: -Cuando ven la nube que sale del
poniente, luego dicen: “Va a llover”. Y así sucede.
12.55 Cuando sopla el viento del sur, dicen: “Hará calor”.
Y lo hace.
12.56 ¡Hipócritas! Saben interpretar el aspecto del cielo y
de la tierra, ¿y cómo no saben interpretar este tiempo?
12.57 »¿Por qué no juzgan ustedes mismos lo que es justo?
5.25
“Reconcíliate pronto con tu adversario mientras estás con él en el
camino; no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al
guardia, y seas echado en la cárcel.
5.26 De cierto te digo que jamás saldrás de allí
hasta que pagues el último centavo.
12.58
Pues cuando vayas al magistrado con tu adversario procura con
diligencia arreglarte con él en el camino, no sea que te arrastre al
juez y el juez te entregue al policía y el policía te meta en la cárcel.
12.59 Te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado
hasta el último centavo.
13.1
En aquella misma ocasión, algunos estaban allí contándole de ciertos
galileos cuya sangre Pilato había mezclado con la sangre de sus
sacrificios.
13.2 Respondiendo Jesús, les dijo: “¿Piensan que
estos galileos, porque padecieron estas cosas, habrán sido más
pecadores que todos los galileos?
13.3 Les digo que no; más bien, si ustedes no se
arrepienten, todos perecerán igualmente.
13.4 O aquellos dieciocho sobre los cuales cayó la
torre de Siloé y los mató, ¿piensan que ellos habrán sido más culpables
que todos los hombres que viven en Jerusalén?
13.5 Les digo que no; más bien, si ustedes no se
arrepienten, todos perecerán de la misma manera”.
▲199- Parábola de la higuera plantada en
una viña.
13.6
Entonces dijo esta parábola: “Cierto hombre tenía una higuera plantada
en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo halló.
13.7 Entonces le dijo al viñador: ‘He aquí, ya son
tres años que vengo buscando fruto en esta higuera y no lo hallo. Por
tanto, córtala. ¿Por qué ha de inutilizar también la tierra?’.
13.8 Entonces él le respondió diciendo: ‘Señor,
déjala aún este año hasta que yo cave alrededor de ella y la abone.
13.9 Si da fruto en el futuro, bien; y si no, la
cortarás’”.
▲200- Una mujer encorvada por un espíritu
por 18 años.
13.10
Jesús enseñaba en una de las sinagogas en el sábado.
13.11 Y he aquí una mujer que tenía espíritu de enfermedad
desde hacía dieciocho años andaba encorvada y de ninguna manera se
podía enderezar.
13.12 Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: -Mujer,
quedas libre de tu enfermedad.
13.13 Puso las manos sobre ella, y al instante se enderezó
y glorificaba a Dios.
13.14 Y respondiendo el principal de la sinagoga, enojado
de que Jesús hubiera sanado en sábado, decía a la gente: -Seis días hay
en la semana en los cuales se debe trabajar. Vengan, pues, en estos
días y sean sanados, y no en el día de sábado.
13.15 Entonces el Señor le respondió diciendo: -¡Hipócrita!
¿No desata cada uno de ustedes en sábado su buey o su asno del pesebre
y lo lleva a beber?
13.16 Y esta, siendo hija de Abraham, a quien Satanás ha
tenido atada por dieciocho años, ¿no debía ser librada de esta atadura
en el día de sábado?
13.17 Cuando él decía estas cosas, todos sus adversarios se
avergonzaban. Y todo el pueblo se regocijaba por todas las cosas
gloriosas que él hacía.
7.13
“Entren por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y espacioso
el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por
ella.
7.14 Pero ¡qué estrecha es la puerta y qué angosto el
camino que lleva a la vida! Y son pocos los que la hallan.
13.23
Entonces alguien le dijo: -Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él
les dijo:
13.24 -Esfuércense a entrar por la puerta angosta, porque
les digo que muchos procurarán entrar y no podrán.
▲203- Se levantará y cerrará la puerta.
Sólo el que hace la voluntad de Dios entrará en su reino.
7.21
“No todo el que me dice ‘ Señor, Señor’ entrará en el reino de los
cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
7.22 Muchos me dirán en aquel día: ‘¡Señor, Señor!
¿No profetizamos en tu nombre? ¿En tu nombre no echamos demonios? ¿Y en
tu nombre no hicimos muchas obras poderosas?’.
7.23 Entonces yo les declararé: ‘Nunca les he
conocido. ¡Apártense de mí, obradores de maldad!’.
8.11
Y les digo que muchos vendrán del oriente y del occidente y se sentarán
con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos,
8.12 pero los hijos del reino serán echados a las
tinieblas de afuera. Allí habrá llanto y crujir de dientes.
13.25
Después que el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes,
afuera, comenzarán a llamar a la puerta diciendo: “¡Señor, ábrenos!”.
Pero respondiendo él les dirá: “No les conozco de dónde son”.
13.26 Entonces comenzarán a decir: “Delante de ti hemos
comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste”.
13.27 Pero les hablará diciendo: “No les conozco de dónde
son. ¡Apártense de mí todos los que hacen iniquidad!”.
13.28 Allí habrá llanto y crujir de dientes cuando vean a
Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y
a ustedes echados fuera.
13.29 Vendrán del oriente y del occidente, del norte y del
sur; y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.
13.30 He aquí, hay últimos que serán primeros, y hay
primeros que serán últimos.
▲204- Herodes quiere matar a Jesús que
camina hoy, mañana y al tercer día. [+]
13.31
En la misma hora llegaron ciertos fariseos y le dijeron: -Sal y vete de
aquí, porque Herodes te quiere matar.
13.32 Él les dijo: -Vayan y díganle a ese zorro: “He aquí
echo fuera demonios y realizo sanidades hoy y mañana, y al tercer día
termino”.
13.33 Sin embargo, es necesario que yo siga mi camino hoy,
mañana y pasado mañana porque no es posible que un profeta muera fuera
de Jerusalén.
▲205- Jerusalén que mata a los profetas
será dejada desierta.
23.37
“¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que
te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, así como la
gallina junta a sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste!
23.38 He aquí, su casa les es dejada desierta,
23.39 porque les digo que desde ahora no me verán más hasta
que digan: ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!”.
13.34
»¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que
te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, así como la
gallina junta sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste!
13.35 He aquí la casa de ustedes es dejada desierta. Les
digo que no me verán más hasta que venga el día cuando digan: “¡Bendito
el que viene en el nombre del Señor!”.
▲206- La sanación de un hombre hidrópico en
un día de reposo.
14.1
Aconteció un sábado, cuando él entró en casa de uno de los principales
de los fariseos para comer pan, que ellos lo observaban cuidadosamente.
14.2 Y he aquí, un hombre hidrópico estaba delante de
él.
14.3 Entonces respondiendo Jesús, habló a los
maestros de la ley y a los fariseos diciendo: -¿Es lícito sanar en
sábado, o no?
14.4 Pero ellos callaron. Entonces él lo tomó, lo
sanó y lo despidió.
14.5 Y dijo a ellos: -¿Cuál de ustedes, si su hijo o
su buey cae en un pozo, no lo sacará de inmediato en el día de sábado?
14.6 Y no le podían responder a estas cosas.
14.7
Observando a los invitados, cómo escogían los primeros asientos a la
mesa, refirió una parábola diciéndoles:
14.8
-Cuando seas invitado por alguien a una fiesta de bodas, no te sientes
en el primer lugar; no sea que otro más distinguido que tú haya sido
invitado por él
14.9 y que, viniendo el que te invitó a ti y al otro,
te diga: “Da lugar a este”, y luego comiences con vergüenza a ocupar el
último lugar.
14.10 Más bien, cuando seas invitado, ve y siéntate en el
último lugar para que cuando venga el que te invitó, diga: “Amigo, sube
más arriba”. Entonces tendrás gloria delante de los que se sientan
contigo a la mesa.
14.11 Porque cualquiera que se enaltece será humillado, y
el que se humilla será enaltecido. 14.12
Dijo también al que lo había invitado: -Cuando hagas comida o cena, no
invites a tus amigos ni a tus hermanos ni a tus parientes ni a tus
vecinos ricos; no sea que ellos te vuelvan a invitar a ti, y te sea
hecha compensación.
14.13 Pero cuando hagas banquete, llama a los pobres, a los
mancos, a los cojos y a los ciegos.
14.14
Y serás bienaventurado; porque ellos no te pueden retribuir pero te
será recompensado en la resurrección de los justos.
▲208-
Parábola de las invitaciones a un gran banquete. Excusas.
14.15
Al oír esto, uno de los que estaban sentados juntos a la mesa le dijo:
-¡Bienaventurado el que coma pan en el reino de Dios!
14.16
Pero él le dijo: -Un hombre hizo un gran banquete e invitó a muchos.
14.17 A la hora del banquete envió a su siervo para decir a
los invitados: “Vengan, porque ya está preparado”.
14.18 Pero todos a una comenzaron a disculparse. El primero
dijo: “He comprado un campo y necesito salir para verlo; te ruego que
me disculpes”.
14.19 El otro dijo: “He comprado cinco yuntas de bueyes y
voy a probarlos. Te ruego que me disculpes”.
14.20 El otro dijo: “Acabo de casarme y por tanto no puedo
ir”.
14.21 Cuando volvió el siervo, hizo saber estas cosas a su
señor. Entonces se enojó el dueño de casa y dijo a su siervo: “Ve
pronto a las plazas y a las calles de la ciudad y trae acá a los
pobres, a los mancos, a los ciegos y a los cojos”.
14.22 Luego dijo el siervo: “Señor, se ha hecho lo que
mandaste, y aún queda lugar”.
14.23 El señor dijo al siervo: “Ve por los caminos y por
los callejones, y exígeles a que entren para que mi casa se llene.
14.24
Pues les digo que ninguno de aquellos hombres que fueron invitados
gustará de mi banquete”.
▲209- Renuncia a todo para seguir a Jesús. (Leer "Marcos
8.34+") Aquí,
"aborrecer" en el sentido de "no preferir". ("Mateo 15.4"; "Efesios
6.2")
14.25
Grandes multitudes iban con él, y él se volvió y les dijo:
10.37
“ El que ama a padre o a madre más que a mí no es digno de mí, y el que
ama a hijo o a hija más que a mí no es digno de mí.
14.26
“Si alguno viene a mí y no aborrece a su padre, madre, mujer, hijos,
hermanos, hermanas y aun su propia vida, no puede ser mi discípulo.
10.38
El que no toma su cruz y sigue en pos de mí no es digno de mí.
14.27
Y cualquiera que no toma su propia cruz y viene en pos de mí, no puede
ser mi discípulo.
10.39
El que halla su vida{lit.: "su alma"} la perderá,
y el que pierde su vida{lit.: "su alma"} por mi causa
la hallará.
▲210-
Sentarse y calcular antes de hacer. El sabor de la sal.
14.28
Porque ¿cuál de ustedes, queriendo edificar una torre, no se sienta
primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para
acabarla?
14.29
No sea que después de haber puesto los cimientos, y al no poderla
terminar, todos los que la vean comiencen a burlarse de él
14.30 diciendo: ‘Este hombre comenzó a edificar, y no pudo
acabar’.
14.31 ¿O qué rey, que sale a hacer guerra contra otro rey,
no se sienta primero y consulta si puede salir con diez mil al
encuentro del que viene con veinte mil?
14.32 De otra manera, cuando el otro rey está todavía
lejos, le envía una embajada y pide condiciones de paz.
14.33 Así, pues, cualquiera de ustedes que no renuncie a
todas las cosas que posee, no puede ser mi discípulo. 14.34
“Buena es la sal; pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué será
sazonada?
14.35
No es buena ni para la tierra ni para abono; por eso la arrojan fuera.
Quien tiene oídos para oír, oiga”.
15.1
Se acercaban a él todos los publicanos y pecadores para oírle,
15.2 y los fariseos y los escribas murmuraban
diciendo: -Este recibe a los pecadores y come con ellos.
18.12
»¿Qué les parece? Si algún hombre tiene cien ovejas y se extravía una,
¿acaso no dejará las noventa y nueve en las montañas e irá a buscar la
descarriada?
18.13 Y si sucede que la encuentra, de cierto les digo que
se goza más por aquella que por las noventa y nueve que no se
extraviaron.
18.14 Así que, no es la voluntad de su Padre que está en
los cielos que se pierda ni uno de estos pequeños.
15.3
Entonces él les refirió esta parábola, diciendo:
15.4 -¿Qué hombre de ustedes, si tiene cien ovejas y
pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va
tras la que se ha perdido hasta hallarla?
15.5 Y al hallarla, la pone gozoso sobre sus hombros
15.6 y, cuando llega a casa, reúne a sus amigos y
vecinos, y les dice: “Gócense conmigo porque he hallado mi oveja que se
había perdido”.
15.7 Les digo que, del mismo modo, habrá más gozo en
el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve
justos que no necesitan de arrepentimiento.
15.8
»¿O qué mujer que tiene diez monedas, si pierde una, no enciende una
lámpara, barre la casa y busca con empeño hasta hallarla?
15.9 Cuando la halla, reúne a sus amigas y vecinas y
les dice: “Gócense conmigo porque he hallado la moneda que estaba
perdida”.
15.10 Les digo que, del mismo modo, hay gozo delante de los
ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.
15.12
El menor de ellos dijo a su padre: “Padre, dame la parte de la herencia
que me corresponde”. Y él les repartió los bienes.
15.13 No muchos días después, habiendo juntado todo, el
hijo menor se fue a una región lejana y allí desperdició sus bienes
viviendo perdidamente.
15.14 »Cuando lo hubo malgastado todo, vino una gran hambre
en aquella región, y él comenzó a pasar necesidad.
15.15 Entonces fue y se allegó a uno de los ciudadanos de
aquella región, el cual lo envió a su campo para apacentar los cerdos.
15.16 Y él deseaba saciarse con las algarrobas que comían
los cerdos, y nadie se las daba.
15.17 Entonces volviendo en sí, dijo: “¡Cuántos jornaleros
en la casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de
hambre!
15.18 Me levantaré, iré a mi padre y le diré: ‘Padre, he
pecado contra el cielo y ante ti.
15.19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a
uno de tus jornaleros’”.
15.20 »Se levantó y fue a su padre. Cuando todavía estaba
lejos, su padre lo vio y tuvo compasión. Corrió y se echó sobre su
cuello, y lo besó.
15.21 El hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y
ante ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo”.
15.22 Pero su padre dijo a sus siervos: “Saquen de
inmediato el mejor vestido y vístanlo, y pónganle un anillo en su mano
y calzado en sus pies.
15.23 Traigan el ternero engordado y mátenlo. Comamos y
regocijémonos
15.24 porque este mi hijo estaba muerto y ha vuelto a
vivir; estaba perdido y ha sido hallado”. Y comenzaron a regocijarse.
15.25 »Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando vino, se
acercó a la casa y oyó la música y las danzas.
15.26 Después de llamar a uno de los criados, le preguntó
qué era aquello.
15.27 Este le dijo: “Tu hermano ha venido, y tu padre ha
mandado matar el ternero engordado por haberlo recibido sano y salvo”.
15.28 Entonces él se enojó y no quería entrar. »Salió,
pues, su padre y le rogaba que entrara.
15.29 Pero respondiendo él dijo a su padre: “He aquí,
tantos años te sirvo y jamás he desobedecido tu mandamiento, y nunca me
has dado un cabrito para regocijarme con mis amigos.
15.30 Pero cuando vino este tu hijo que ha consumido tus
bienes con prostitutas, has matado para él el ternero engordado”.
15.31 Entonces su padre le dijo: “Hijo, tú siempre estás
conmigo y todas mis cosas son tuyas.
15.32
Pero era necesario alegrarnos y regocijarnos porque este tu hermano
estaba muerto y ha vuelto a vivir; estaba perdido y ha sido hallado”.
16.1
Dijo también a sus discípulos: “Había cierto hombre rico el cual tenía
un mayordomo; y este fue acusado delante de él como derrochador de sus
bienes.
16.2
Su señor lo llamó y le dijo: ‘¿Qué es esto que oigo de ti? Da cuenta de
tu mayordomía porque ya no podrás ser mayordomo’.
16.3 Entonces el mayordomo se dijo a sí mismo: ‘¿Qué
haré? Porque mi señor me quita la mayordomía. Cavar, no puedo;
mendigar, me da vergüenza.
16.4 ¡Ya sé lo que haré para que cuando sea
destituido de la mayordomía me reciban en sus casas!’.
16.5 “Entonces llamó a cada uno de los deudores de su
señor, y le dijo al primero: ‘¿Cuánto debes a mi señor?’.
16.6 Él dijo: ‘Cien barriles de aceite’. Y le dijo:
‘Toma tu recibo, siéntate y de inmediato escribe cincuenta’.
16.7 Después le dijo a otro: ‘Y tú, ¿cuánto debes?’.
Y él le dijo: ‘Cien kilos de trigo’. Él le dijo: ‘Toma tu recibo y
escribe ochenta’.
16.8 “Y el señor elogió al mayordomo injusto porque
actuó sagazmente, pues los hijos de este mundo son en su generación más
sagaces que los hijos de luz.
16.9 “Y yo les digo: Con las riquezas injustas
gánense amigos para que, cuando estas lleguen a faltar, ellos les
reciban en las moradas eternas.
-----
16.10
“El que es fiel en lo muy poco también es fiel en lo mucho, y el que en
lo muy poco es injusto también es injusto en lo mucho.
16.11 Así que, si con las riquezas injustas no fueron
fieles, ¿quién les confiará lo verdadero?
16.12 Y si en lo ajeno no fueron fieles, ¿quién les dará lo
que es de ustedes?
16.13
Ningún siervo puede servir a dos señores porque aborrecerá al uno y
amará al otro, o se dedicará al uno y menospreciará al otro. No pueden
servir a Dios y a las riquezas”.
16.14
Los fariseos, que eran avaros, oían todas estas cosas y se burlaban de
él.
16.15 Y él les dijo: “Ustedes son los que se justifican a
ustedes mismos delante de los hombres. Pero Dios conoce el corazón de
ustedes; porque lo que entre los hombres es sublime, delante de Dios es
abominación.
-----
16.16
“La Ley y los Profetas fueron hasta Juan. A partir de entonces son
anunciadas las buenas noticias del reino de Dios, y todos se esfuerzan
por entrar en él.
16.17 Pero más fácil es que pasen el cielo y la tierra, que
se caiga una tilde de la ley.
16.18 “Cualquiera que se divorcia de su mujer y se casa con
otra comete adulterio. Y el que se casa con la divorciada por su marido
comete adulterio. {Comparar : "Mateo 19.9"}
▲216-
Parábola del rico malvado y del pobre Lázaro. Arrepentimiento.
16.19
“Cierto hombre era rico, se
vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con
esplendidez.
16.20
Y cierto pobre, llamado Lázaro, estaba echado a su puerta, lleno de
llagas,
16.21 y deseaba saciarse con lo que caía de la mesa del
rico. Aun los perros venían y le lamían las llagas.
16.22 “Aconteció que murió el pobre y fue llevado por los
ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado.
16.23 Y en el Hades, estando en tormentos, alzó sus ojos y
vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.
16.24 Entonces él, dando voces, dijo: ‘Padre Abraham, ten
misericordia de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo
en agua y refresque mi lengua porque estoy atormentado en esta llama’.
16.25 “Y Abraham dijo: ‘Hijo, acuérdate que durante tu vida
recibiste tus bienes y, de igual manera Lázaro, males. Pero ahora él es
consolado aquí, y tú eres atormentado.
16.26 Además de todo esto, un gran abismo existe entre
nosotros y ustedes para que los que quieran pasar de aquí a ustedes no
puedan, ni de allá puedan cruzar para acá’.
16.27 “Y él dijo: ‘Entonces te ruego, padre, que le envíes
a la casa de mi padre
16.28 (pues tengo cinco hermanos), de manera que les
advierta a ellos para que no vengan también a este lugar de tormento’.
16.29 Pero Abraham dijo: ‘Tienen a Moisés y a los Profetas.
Que les escuchen a ellos’.
16.30 Entonces él dijo: ‘No, padre Abraham. Más bien, si
alguno va a ellos de entre los muertos, se arrepentirán’.
16.31
Pero Abraham le dijo: ‘Si no escuchan a Moisés y a los Profetas,
tampoco se persuadirán si alguno se levanta de entre los muertos’”.
▲217- Escándalos. Reprender a un hermano.
Perdonar 77 x 7 veces.
17.1
Dijo a sus discípulos: -Es imposible que no vengan tropiezos; pero, ¡ay
de aquel que los ocasione!
17.2 Mejor le fuera que se le atara una piedra de
molino al cuello y que fuera lanzado al mar, que hacer tropezar a uno
de estos pequeñitos.
17.3a »Miren por ustedes mismos: (...)
18.15
»Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve, amonéstale a solas entre
tú y él. Si él te escucha, has ganado a tu hermano.
17.3b
(...) Si tu
hermano peca, repréndele; y si se arrepiente, perdónale.
18.21
Entonces Pedro se acercó y le dijo: -Señor, ¿cuántas veces pecará mi
hermano contra mí y yo le perdonaré? ¿Hasta siete veces?
18.22 Jesús le dijo: -No te digo hasta siete, sino hasta
setenta veces siete.
17.4
Si siete veces al día peca contra ti, y siete veces al día vuelve a ti
diciendo: “Me arrepiento”, perdónale.
17.5
Los apóstoles dijeron al Señor: -Auméntanos la fe.
17.6 Entonces el Señor dijo: -Si tuvieran fe como un
grano de mostaza, dirían a este sicómoro: “¡Desarráigate y plántate en
el mar!” y el árbol les obedecería.
17.7
»¿Y quién de ustedes, teniendo un siervo que ara o apacienta, al volver
este del campo le dirá: “Pasa, siéntate a la mesa”?
17.8 Más bien, le dirá: “Prepara para que yo cene.
Cíñete y sírveme hasta que yo haya comido y bebido. Después de eso,
come y bebe tú”.
17.9 ¿Da gracias al siervo porque hizo lo que le
había sido mandado?
17.10 Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que
se les ha mandado, digan: “Siervos inútiles somos porque solo hicimos
lo que debíamos hacer”.
▲220- Sanación de 10 leprosos. Yendo a
Jerusalén, se podía pasar por la frontera entre Samaria y Galilea.
17.11
Aconteció que, yendo a Jerusalén, pasaba por Samaria y Galilea.
17.12 Cuando entró en una aldea, salieron a su encuentro
diez hombres leprosos los cuales se pararon de lejos
17.13 y alzaron la voz diciendo: -¡Jesús, Maestro, ten
misericordia de nosotros!
17.14 Cuando él los vio, les dijo: -Vayan, muéstrense a los
sacerdotes. Aconteció que, mientras iban, fueron limpiados.
17.15 Entonces uno de ellos, al ver que había sido sanado,
volvió glorificando a Dios en alta voz.
17.16 Y se postró sobre su rostro a los pies de Jesús
dándole gracias. Y este era samaritano.
17.17 Y respondiendo Jesús dijo: -¿No eran diez los que
fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?
17.18 ¿No hubo quien volviera y diera gloria a Dios, sino
este extranjero?
17.19 Y le dijo: -Levántate, vete; tu fe te ha salvado.
17.20
Y cuando los fariseos le preguntaron acerca de cuándo había de venir el
reino de Dios, les respondió diciendo: -El reino de Dios no vendrá con
advertencia.
17.21 No dirán: “¡Miren, aquí está!” o “¡Allí está!”.
Porque el reino de Dios está en medio de ustedes.
▲222- Parábola del juez inicuo y de la
viuda persistente.
18.1
Les refirió también una parábola acerca de la necesidad de orar siempre
y no desmayar.
18.2 Les dijo: “En cierta ciudad había un juez que ni
temía a Dios ni respetaba al hombre.
18.3 Había también en aquella ciudad una viuda la
cual venía a él diciendo: ‘Hazme justicia contra mi adversario’.
18.4 Él no quiso por algún tiempo pero después se
dijo a sí mismo: ‘Aunque ni temo a Dios ni respeto al hombre,
18.5 le haré justicia a esta viuda porque no me deja
de molestar; para que no venga continuamente a cansarme’”.
18.6 Entonces dijo el Señor: “Oigan lo que dice el
juez injusto.
18.7 ¿Y Dios no hará justicia a sus escogidos que
claman a él de día y de noche? ¿Les hará esperar?
18.8 Les digo que los defenderá pronto. Sin embargo,
cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”.
▲223- Parábola de los 2 hombres orando en
el templo.
18.9
Dijo también esta parábola a unos que confiaban en sí mismos como que
eran justos y menospreciaban a los demás:
18.10 “Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era
fariseo, y el otro, publicano.
18.11 El fariseo, de pie, oraba consigo mismo de esta
manera: ‘Dios, te doy gracias que no soy como los demás hombres:
ladrones, injustos, adúlteros; ni aun como este publicano.
18.12 Ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo
que poseo’.
18.13 Pero el publicano, de pie a cierta distancia, no
quería ni alzar los ojos al cielo sino que se golpeaba el pecho
diciendo: ‘Dios, sé propicio a mí, que soy pecador’.
18.14 Les digo que este descendió a casa justificado en
lugar del primero. Porque cualquiera que se enaltece será humillado, y
el que se humilla será enaltecido”.
19.3
Entonces los fariseos se acercaron a él para probarle, diciendo: -¿Le
es lícito al hombre divorciarse de su mujer por cualquier razón?
19.4 Él respondió y dijo: -¿No han leído que el que
los creó en el principio, los hizo hombre y mujer?.
19.5 Y dijo: “Por esta causa el hombre dejará a su
padre y a su madre, y se unirá a su mujer; y serán los dos una sola
carne”.
19.6 Así que ya no son más dos, sino una sola carne.
Por tanto, lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre.
19.7 Le dijeron: -¿Por qué, pues, mandó Moisés darle
carta de divorcio y despedirla?
19.8 Les dijo: -Ante su dureza de corazón, Moisés les
permitió divorciarse de sus mujeres; pero desde el principio no fue así.
10.2
Entonces se acercaron unos fariseos para probarle, y le preguntaron si
era lícito al marido divorciarse de su mujer.
10.3 Pero él respondió y les dijo: -¿Qué les mandó
Moisés?
10.4 Ellos dijeron: -Moisés permitió escribir carta
de divorcio y despedirla.
10.5 Pero Jesús les dijo: -Ante la dureza de corazón
de ustedes les escribió este mandamiento.
10.6 Pero desde el principio de la creación, Dios los
hizo hombre y mujer.
10.7 Por esta causa el hombre dejará a su padre y a
su madre, y se unirá a su mujer;
10.8 y serán los dos una sola carne. Así que, ya no
son más dos sino una sola carne.
10.9 Por tanto, lo que Dios ha unido no lo separe el
hombre.
19.9
Y les digo que cualquiera que se divorcia de su mujer, a no ser por
causa de inmoralidad sexual, y se casa con otra comete adulterio.
19.10 Le dijeron sus discípulos: -Si así es el caso del
hombre con su mujer, no conviene casarse.
19.11 Entonces él les dijo: -No todos son capaces de
aceptar esta palabra, sino aquellos a quienes les está concedido.
19.12 Porque hay eunucos que nacieron así desde el vientre
de la madre, hay eunucos que fueron hechos eunucos por los hombres, y
hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de
los cielos. El que puede aceptar esto, que lo acepte.
10.10
En casa sus discípulos volvieron a preguntarle acerca de esto.
10.11 Él les dijo: -Cualquiera que se divorcia de su mujer
y se casa con otra comete adulterio contra ella.
10.12 Y si la mujer se divorcia de su marido y se casa con
otro comete adulterio.
16.18
“Cualquiera que se divorcia de su mujer y se casa con otra comete
adulterio. Y el que se casa con la divorciada por su marido comete
adulterio.
▲225- Dejad que los niños pequeños vengan a
Jesús.
19.13
Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiera las manos
sobre ellos y orara. Pero los discípulos los reprendieron.
19.14 Entonces Jesús les dijo: -Dejen a los niños y no les
impidan venir a mí, porque de los tales es el reino de los cielos.
19.15 Y habiendo puesto las manos sobre ellos, partió de
allí.
10.13
Y le presentaban niños para que los tocara, pero los discípulos los
reprendieron.
10.14 Al verlo, Jesús se indignó y les dijo: “Dejen a los
niños venir a mí, y no los impidan porque de los tales es el reino de
Dios.
10.15 De cierto les digo que cualquiera que no reciba el
reino de Dios como un niño jamás entrará en él”.
10.16 Entonces, tomándolos en los brazos, puso las manos
sobre ellos y los bendijo.
18.15
También le presentaban los niños pequeños para que los tocara. Y los
discípulos, al ver esto, les reprendían.
18.16 Pero Jesús los llamó diciendo: “Dejen a los niños
venir a mí y no les impidan porque de los tales es el reino de Dios.
18.17 De cierto les digo que cualquiera que no reciba el
reino de Dios como un niño, jamás entrará en él”.
▲226- El joven rico: ¿Qué hacer para tener
vida eterna?
19.16
He aquí vino uno a él y le dijo: - Maestro, ¿qué cosa buena haré para
tener la vida eterna?
19.17 Él le dijo: -¿Por qué me preguntas acerca de lo
bueno? Hay uno solo que es bueno. Pero si quieres entrar en la vida,
guarda los mandamientos.
19.18 Le dijo: -¿Cuáles? Jesús respondió: -No cometerás
homicidio, no cometerás adulterio, no robarás, no dirás falso
testimonio,
19.19 honra a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo
como a ti mismo.
19.20 El joven le dijo: -Todo esto he guardado. ¿Qué más me
falta?
19.21 Le dijo Jesús: -Si quieres ser perfecto, anda, vende
tus bienes y dalo a los pobres; y tendrás tesoro en el cielo; y ven,
sígueme.
19.22 Pero cuando el joven oyó la palabra se fue triste
porque tenía muchas posesiones.
10.17
Cuando salía para continuar su camino, un hombre vino corriendo, se
puso de rodillas delante de él y le preguntó: -Maestro bueno, ¿qué haré
para obtener la vida eterna?
10.18 Pero Jesús le dijo: -¿Por qué me llamas “bueno”?
Ninguno es bueno, sino solo uno, Dios.
10.19 Tú conoces los mandamientos: No cometas homicidio, no
cometas adulterio, no robes, no des falso testimonio, no defraudes,
honra a tu padre y a tu madre.
10.20 Pero él le dijo: -Maestro, todo esto he guardado
desde mi juventud.
10.21 Entonces, al mirarlo Jesús, le amó y le dijo: -Una
cosa te falta: Anda, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres; y
tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.
10.22 Pero él, abatido por esta palabra, se fue triste
porque tenía muchas posesiones.
18.18
Le preguntó cierto hombre principal, diciendo: -Maestro bueno, ¿qué
haré para obtener la vida eterna?
18.19 Y Jesús le dijo: -¿Por qué me llamas “bueno”? Ninguno
es bueno sino solo uno, Dios.
18.20 Tú conoces los mandamientos: No cometas adulterio, no
cometas homicidio, no robes, no digas falso testimonio, honra a tu
padre y a tu madre.
18.21 Entonces él le dijo: -Todo esto lo he guardado desde
mi juventud.
18.22 Jesús, al oírlo, le dijo: -Aún te falta una cosa:
Vende todo lo que tienes y repártelo a los pobres, y tendrás tesoro en
el cielo; y ven, sígueme.
18.23 Entonces él, al oír estas cosas, se entristeció mucho
porque era muy rico.
19.23
Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: -De cierto les digo que
difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos.
19.24 Otra vez les digo que le es más fácil a un camello
pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.
19.25 Cuando los discípulos lo oyeron, se asombraron en
gran manera diciendo: -Entonces, ¿quién podrá ser salvo?
19.26 Jesús los miró y les dijo: -Para los hombres esto es
imposible, pero para Dios todo es posible.
10.23
Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: -¡Cuán
difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!
10.24 Los discípulos se asombraron por sus palabras; pero
Jesús, respondiendo de nuevo, les dijo: -Hijitos, ¡cuán difícil es
entrar en el reino de Dios!.
10.25 Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una
aguja que a un rico entrar en el reino de Dios.
10.26 Pero ellos quedaron aun más atónitos diciendo entre
sí: -¿Y quién podrá ser salvo?
10.27 Entonces Jesús, mirándolos, les dijo: -Para los
hombres es imposible pero no para Dios. Porque para Dios todas las
cosas son posibles.
18.24
Jesús, al ver que se había entristecido mucho, dijo: -¡Cuán
difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!
18.25 Porque más fácil le es a un camello pasar por el ojo
de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.
18.26 Los que oyeron esto dijeron: -¿Y quién podrá ser
salvo?
18.27 Él les dijo: -Lo que es imposible para los hombres es
posible para Dios.
▲227- Recompensa por dejar todo atrás.
Juzgar a las 12 tribus.
19.27
Entonces respondió Pedro y le dijo: -He aquí, nosotros lo hemos dejado
todo y te hemos seguido. ¿Qué hay, pues, para nosotros?
19.28a Jesús les dijo: (...)
10.28
Pedro comenzó a decirle: -He aquí, nosotros hemos dejado todo y te
hemos seguido.
10.29a Jesús le dijo: (...)
18.28
Entonces Pedro dijo: -He aquí, nosotros hemos dejado lo nuestro y te
hemos seguido.
18.29a Y él les dijo: (...)
19.28b
(...)
-De cierto les digo que en el tiempo de la regeneración, cuando el Hijo
del Hombre se siente en el trono de su gloria, ustedes que me han
seguido se sentarán también sobre doce tronos para juzgar a las doce
tribus de Israel.
22.28 »Y ustedes son los que han
permanecido conmigo en mis pruebas.
22.29 Yo, pues, dispongo para ustedes un reino, como mi
Padre lo dispuso para mí,
22.30 para que coman y beban en mi mesa en mi reino, y se
sienten sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
19.29
Y todo aquel que deje casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre,
o mujer, o hijos, o campos por causa de mi nombre, recibirá cien veces
más y heredará la vida eterna.
19.30 Pero muchos primeros serán últimos, y muchos últimos
serán primeros.
10.29b
(...)
De cierto les digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o
hermanas, o madre, o padre, o hijos, o campos, por causa de mí y del
evangelio,
10.30 que no reciba cien veces más ahora en
este tiempo: casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y campos, con
persecuciones; y en la edad venidera, la vida eterna.
10.31 Pero muchos primeros serán los últimos, y los
últimos, primeros.
18.29b
(...) -De cierto
les digo que no hay nadie que haya dejado casa, mujer, hermanos, padres
o hijos por causa del reino de Dios,
18.30 que no haya de recibir muchísimo más en este tiempo,
y en la edad venidera la vida eterna.
▲228-
Parábola de los obreros contratados en diferentes horas del día.
20.1
»Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, dueño de un
campo, que salió al amanecer a contratar obreros para su viña.
20.2
Habiendo convenido con los obreros en un salario por día, los envió a
su viña.
20.3 Salió también como a las nueve de la mañana y
vio que otros estaban en la plaza desocupados,
20.4 y les dijo: “Vayan también ustedes a mi viña y
les daré lo que sea justo”. Y ellos fueron.
20.5 Salió otra vez como al medio día y a las tres de
la tarde, e hizo lo mismo.
20.6 También alrededor de las cinco de la tarde salió
y halló que otros estaban allí, y les dijo: “¿Por qué están aquí todo
el día desocupados?”.
20.7 Le dijeron: “Porque nadie nos ha contratado”.
Les dijo: “Vayan también ustedes a la viña”.
20.8 »Al llegar la noche, dijo el señor de la viña a
su mayordomo: “Llama a los obreros y págales el jornal. Comienza desde
los últimos hasta los primeros”.
20.9 Entonces vinieron los que habían ido cerca de
las cinco de la tarde y recibieron cada uno un salario.
20.10 Y cuando vinieron los primeros pensaron que
recibirían más; pero ellos también recibieron el mismo salario cada uno.
20.11 Al recibirlo, murmuraban contra el dueño del campo,
20.12 diciendo: “Estos últimos trabajaron una sola hora, y
los has hecho iguales a nosotros que hemos soportado el peso y el calor
del día”.
20.13 Pero él respondió y dijo a uno de ellos: “Amigo, no
te hago ninguna injusticia. ¿No conviniste conmigo en un salario para
el día?
20.14 Toma lo que es tuyo y vete. Pero quiero darle a este
último como a ti.
20.15 ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O
tienes envidia porque soy bueno?”.
20.16
Así, los últimos serán primeros, y los primeros últimos.
▲229- La Pascua está próxima: muchos suben
a Jerusalén.
11.55
Ya estaba próxima la Pascua de los judíos, y muchos subieron de esa
región a Jerusalén antes de la Pascua para purificarse.
11.56 Buscaban a Jesús y se decían unos a otros, estando en
el templo: -¿Qué les parece? ¿Que tal vez ni venga a la fiesta?
11.57 Los principales sacerdotes y los fariseos habían dado
órdenes de que si alguno supiera dónde estaba, lo informara para que lo
tomaran preso.
▲230- Jesús anuncia sus sufrimientos, su
muerte y su resurrección.
20.17
Mientras Jesús subía a Jerusalén, tomó a sus doce discípulos aparte y
les dijo en el camino:
20.18 -He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre
será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y lo
condenarán a muerte.
20.19 Lo entregarán a los gentiles{lit. en
griego: "las naciones"}
para que se burlen de
él, lo azoten y lo crucifiquen; pero al tercer día resucitará.
10.32
Iban por el camino subiendo a Jerusalén, y Jesús iba delante de ellos.
Estaban asombrados, y los que lo seguían tenían miedo. Entonces,
volviendo a tomar a los doce aparte, les comenzó a declarar las cosas
que le estaban por acontecer:
10.33 -He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre
será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas. Lo
condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles{lit.: "las naciones"}.
10.34 Se burlarán de él, lo escupirán, lo azotarán y lo
matarán; y después de tres días resucitará.
18.31
Jesús, tomando a los doce, les dijo: -He aquí subimos a Jerusalén, y se
cumplirán todas las cosas que fueron escritas por los profetas acerca
del Hijo del Hombre.
18.32 Porque será entregado a los gentiles{lit. en
griego: "las naciones"},
y será escarnecido, injuriado y escupido.
18.33 Después que lo hayan azotado, lo matarán; pero al
tercer día resucitará.
18.34 Sin embargo, ellos no entendían nada de esto. Esta
palabra les estaba encubierta, y no entendían lo que se les decía.
▲231- Una petición a Jesús de sentarse a su
derecha y a su izquierda.
20.20
Entonces se acercó a él la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos,
postrándose ante él y pidiéndole algo.
20.21 Él le dijo: -¿Qué deseas? Ella le dijo: -Ordena que
en tu reino estos dos hijos míos se sienten el uno a tu derecha y el
otro a tu izquierda.
20.22 Entonces respondiendo Jesús dijo: -No saben lo que
piden. ¿Pueden beber la copa que yo he de beber? Ellos le dijeron:
-Podemos.
20.23 Les dijo: -A la verdad, beberán de mi copa; pero el
sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es mío concederlo, sino que
es para quienes lo ha preparado mi Padre.
10.35
Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se acercaron a él y le
dijeron: -Maestro, queremos que nos concedas lo que pidamos.
10.36 Él les dijo: -¿Qué quieren que haga por ustedes?
10.37 Ellos dijeron: -Concédenos que en tu gloria nos
sentemos el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.
10.38 Entonces Jesús les dijo: -No saben lo que piden.
¿Pueden beber la copa que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con
que yo soy bautizado?
10.39 Ellos dijeron: -Podemos. Y Jesús les dijo: -Beberán
la copa que yo bebo, y serán bautizados con el bautismo con que yo soy
bautizado.
10.40 Pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es
mío concederlo, sino que es para quienes está preparado.
▲232- Los 10 indignados. El que quiere ser
grande debe ser un servidor.
20.24
Cuando los diez oyeron esto, se enojaron contra los dos hermanos.
10.41
Cuando lo oyeron los diez, comenzaron a enojarse con Jacobo y Juan.
22.24
Hubo entre ellos una disputa acerca de quién de ellos parecía ser el
más importante.
20.25
Entonces Jesús los llamó y les dijo: -Saben que los gobernantes de los
gentiles{lit. en
griego: "las naciones"}
se enseñorean de ellos, y los que son grandes ejercen
autoridad sobre ellos.
20.26 Entre ustedes no será así. Más bien, cualquiera que
anhele ser grande entre ustedes será su servidor;
20.27 y el que anhele ser el primero entre ustedes, será su
siervo.
10.42
Pero Jesús los llamó y les dijo: -Ustedes saben que los que son tenidos
por príncipes de los gentiles{lit. en
griego: "las naciones"}
se enseñorean de ellos, y sus grandes
ejercen autoridad sobre ellos.
10.43 Pero no es así entre ustedes. Más bien, cualquiera
que anhele hacerse grande entre ustedes será su servidor,
10.44 y cualquiera que anhele ser el primero entre ustedes
será siervo de todos.
22.25
Entonces él les dijo: -Los reyes de las naciones se enseñorean de
ellas, y los que tienen autoridad sobre ellas son llamados bienhechores.
22.26 Pero entre ustedes no será así. Más bien, el que
entre ustedes sea el importante, sea como el más nuevo; y el que es
dirigente, como el que sirve.
22.27a Porque, ¿cuál es el más importante: el que se sienta a la
mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? (...)
20.28
De la misma manera, el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino
para servir y para dar su
vida{lit. en
griego: "su alma"} en rescate por muchos.
10.45
Porque el Hijo del Hombre tampoco vino para ser servido sino para
servir y para dar su vida{lit. en
griego: "su alma"} en rescate por muchos.
22.27b
(...) Sin
embargo, yo estoy en medio de ustedes como el que sirve.
10.46a
Entonces llegaron a Jericó {la ciudad vieja
destruida por el fuego en "Josué 6.2, 24, 26"}. (...)
20.29
Saliendo ellos de Jericó {de la ciudad
vieja}, lo siguió una gran multitud.
20.30 Y he aquí dos ciegos estaban sentados junto al camino
y, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron diciendo: -¡Señor, Hijo de
David, ten misericordia de nosotros!
20.31 La gente los reprendía para que se callaran, pero
ellos gritaron aún más fuerte diciendo: -¡Señor, Hijo de David, ten
misericordia de nosotros!
20.32 Jesús se detuvo, los llamó y les dijo: -¿Qué quieren
que les haga?
20.33 Le dijeron: -Señor, que sean abiertos nuestros ojos.
20.34 Entonces Jesús, conmovido dentro de sí, les tocó los
ojos; y de inmediato recobraron la vista y lo siguieron.
10.46b (...) Y cuando él iba saliendo de Jericó
{de la ciudad
vieja} junto con sus discípulos y una gran multitud, el ciego
Bartimeo, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando.
10.47 Y cuando oyó que era Jesús de Nazaret, comenzó a
gritar diciendo: -¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
10.48 Muchos lo regañaban para que se callara, pero él
gritaba aun más fuerte: -¡Hijo de David, ten misericordia de mí!
10.49 Entonces Jesús se detuvo y mandó llamarle. Llamaron
al ciego diciéndole: -Ten confianza. Levántate. Él te llama.
10.50 Entonces él, tirando su manto, se levantó y fue a
Jesús.
10.51 Y Jesús le respondió diciendo: -¿Qué quieres que te
haga? El ciego le dijo: -Rabí, que yo recobre la vista.
10.52 (10.52a)
Jesús le dijo: -Vete. Tu fe te ha salvado.
10.53 (10.52b)
Al instante recobró la vista y seguía a Jesús en el camino.
18.35
Aconteció, al acercarse Jesús a Jericó {la nueva ciudad
construida}, que un ciego estaba sentado
junto al camino mendigando.
18.36 Este, como oyó pasar a la multitud, preguntó qué era
aquello.
18.37 Y le dijeron que pasaba Jesús de Nazaret.
18.38 Entonces él gritó diciendo: -¡Jesús, Hijo de David,
ten misericordia de mí!
18.39 Los que iban delante lo reprendían para que se
callara pero él clamaba con mayor insistencia: -¡Hijo de David, ten
misericordia de mí!
18.40 Entonces Jesús se detuvo, mandó que se lo trajeran y,
cuando llegó, le preguntó
18.41 diciendo: -¿Qué quieres que te haga? Y él dijo:
-Señor, que yo recobre la vista.
18.42 Jesús le dijo: -Recobra la vista; tu fe te ha salvado.
18.43 Inmediatamente recobró la vista, y lo seguía
glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, dio alabanza a Dios.
19.1
Habiendo entrado Jesús en Jericó {la ciudad nueva},
pasaba por la ciudad.
19.2 Y he aquí, un hombre llamado Zaqueo, que era un
principal de los publicanos y era rico,
19.3 procuraba ver quién era Jesús pero no podía a
causa de la multitud porque era pequeño de estatura.
19.4 Entonces corrió delante y subió a un árbol
sicómoro para verle, pues había de pasar por allí.
19.5 Cuando Jesús llegó a aquel lugar, alzando la
vista lo vio y le dijo: -Zaqueo, date prisa, desciende; porque hoy es
necesario que me quede en tu casa.
19.6 Entonces él descendió aprisa y lo recibió gozoso.
19.7 Al ver esto, todos murmuraban diciendo que había
entrado a alojarse en la casa de un hombre pecador.
19.8 Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor:
-He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres y, si en algo
he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.
19.9 Jesús le dijo: -Hoy ha venido la salvación a
esta casa, por cuanto él también es hijo de Abraham.
19.10 Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a
salvar lo que se había perdido.
▲235- Parábola de las diez minas. Negativa
a dejar gobernar. Compare "Mateo 25.14-30".
19.11
Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola por
cuanto estaba cerca de Jerusalén y porque ellos pensaban que
inmediatamente habría de ser manifestado el reino de Dios.
25.14a
»Porque el reino de los cielos será semejante a un hombre que,
al emprender un viaje largo, (...)
19.12
Dijo, pues: “Cierto hombre de noble estirpe partió a un país lejano
para recibir un reino y volver.
25.14b
(...) llamó a sus siervos y
les entregó sus bienes.
25.15 A uno dio cinco mil monedas, a otro dos mil, y a otro
mil. A cada uno dio conforme a su capacidad y se fue lejos.
19.13
Entonces llamó a diez siervos suyos y les dio mucho dinero diciéndoles:
‘Negocien hasta que yo venga’.
25.16
Inmediatamente, el que había recibido cinco mil monedas se fue, negoció
con ellas y ganó otras cinco mil monedas.
25.17 De la misma manera, el que había recibido dos mil
ganó también otras dos mil.
25.18 Pero el que había recibido mil fue y cavó en la
tierra, y escondió el dinero de su señor.
19.14
“Pero sus ciudadanos lo aborrecían, y enviaron tras él una embajada
diciendo: ‘No queremos que este reine sobre nosotros’.
25.19
»Después de mucho tiempo, vino el señor de aquellos siervos y arregló
cuentas con ellos.
19.15
“Aconteció que, cuando él volvió después de haber tomado el reino,
mandó llamar ante sí a aquellos siervos a los cuales había dado el
dinero para saber lo que habían negociado.
25.20
Cuando se presentó el que había recibido cinco mil monedas, trajo otras
cinco mil monedas y dijo: “Señor, me entregaste cinco mil monedas; he
aquí he ganado otras cinco mil”.
25.21 Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel. Sobre
poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu
señor”.
19.16
Vino el primero y dijo: ‘Señor, tu dinero ha producido diez veces más’.
19.17 Y él le dijo: ‘Muy bien, buen siervo; puesto que en
lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades’.
25.22
Y cuando se presentó el que había recibido dos mil monedas, dijo:
“Señor, me entregaste dos mil monedas; he aquí he ganado otras dos mil”.
25.23 Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel. Sobre
poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu
señor”.
19.18
Vino el segundo y dijo: ‘Señor, tu dinero ha hecho cinco veces más’.
19.19 También a este le dijo: ‘Tú también estarás sobre
cinco ciudades’.
25.24
Pero cuando se presentó el que había recibido mil monedas, dijo:
“Señor, yo te conozco que eres un hombre duro, que cosechas donde no
sembraste y recoges donde no esparciste.
25.25 Y como tuve miedo, fui y escondí tus mil monedas en
la tierra. Aquí tienes lo que es tuyo”.
19.20
Y vino otro y dijo: ‘Señor, he aquí tu dinero, el cual he guardado en
un pañuelo.
19.21 Porque tuve miedo de ti, que eres hombre severo, que
tomas lo que no pusiste y cosechas lo que no sembraste’.
25.26
Su señor respondió y le dijo: “¡Siervo malo y perezoso! ¿Sabías que
cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí?
25.27 Por lo tanto, debías haber entregado mi dinero a los
banqueros y, al venir yo, habría recibido lo que es mío con los
intereses.
19.22
Entonces él le dijo: ‘¡Mal siervo, por tu boca te juzgo! Sabías que yo
soy hombre severo, que tomo lo que no puse y cosecho lo que no sembré.
19.23 ¿Por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco para
que, al venir yo, lo cobrara junto con los intereses?’.
25.28
Por tanto, quítenle las mil monedas y denlas al que tiene diez mil
monedas.
19.24
Y dijo a los que estaban presentes: ‘Quítenle el dinero y denlo al que
tiene más dinero’.
19.25 Ellos le dijeron: ‘Señor, él ya tiene mucho dinero’.
25.29
Porque a todo el que tiene le será dado, y tendrá en abundancia; pero
al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
19.26
Él respondió: ‘Pues yo les digo que a todo el que tiene, le será dado;
pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
25.30
Al siervo inútil échenlo en las tinieblas de afuera”. Allí habrá llanto
y crujir de dientes.
19.27
Pero, en cuanto a aquellos enemigos míos que no querían que yo reinara
sobre ellos, tráiganlos acá y degüéllenlos en mi presencia’”.
19.28
Después de decir esto, iba delante subiendo a Jerusalén.
▲236- Jesús llega a Betania 6 días antes de
la Pascua. ►El día 8
del mes de Nisán (jueves, 30 de marzo del año 30).◄
12.1a Seis
días antes de la Pascua (...)
21.1a
Cuando se acercaron a Jerusalén y llegaron a{lit. en
griego: "vinieron hacia"} Betfagé, junto al monte de los Olivos,
(...)
11.1a
Cuando llegaron cerca de Jerusalén, junto a Betfagé y Betania, frente
al monte de los Olivos, (...)
19.29a
Y aconteció que, llegando cerca de Betfagé y Betania al monte que
se llama de los Olivos, (...)
12.1b (...) llegó Jesús a Betania donde estaba
Lázaro, a quien Jesús resucitó de entre los muertos.
▲237- María, hermana de Lázaro, derrama
perfume sobre Jesús.
26.6
Estando Jesús en Betania, en
casa de Simón el leproso,
26.7 vino a él una mujer trayendo un frasco de alabastro con perfume de gran precio y lo derramó
sobre la cabeza de Jesús
mientras estaba sentado a la mesa.
26.8 Al verlo, sus discípulos se indignaron y
dijeron: -¿Para qué este desperdicio?
26.9 Porque esto podría haberse vendido a un gran
precio y haberse dado a los pobres.
26.10 Como Jesús se dio cuenta, les dijo: -¿Por qué
molestan a la mujer? Pues ha hecho una buena obra conmigo.
26.11 Porque siempre tienen a los pobres con ustedes, pero
a mí no siempre me tienen.
26.12 Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, ella
lo hizo para prepararme para la sepultura.
26.13 De cierto les digo que dondequiera que este evangelio
sea predicado en todo el mundo, también será contado lo que esta mujer
ha hecho, para memoria de ella.
14.3
Estando él en Betania sentado
a la mesa en casa de Simón el
leproso, vino una mujer que tenía un frasco
de alabastro con perfume
de nardo puro de gran precio. Y quebrando el frasco de alabastro, lo
derramó sobre la cabeza de
Jesús.
14.4 Pero había allí algunos que se indignaron entre
sí y dijeron: -¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume?
14.5 Porque podría haberse vendido este perfume por casi un año de salario{lit. en
griego: "encima de trescientos denarios"}
y haberse dado a los pobres. Y
murmuraban contra ella,
14.6 pero Jesús dijo: -Déjenla. ¿Por qué la molestan?
Ella ha hecho una buena obra conmigo.
14.7 Porque siempre tienen a los pobres con ustedes,
y cuando quieren les pueden hacer bien, pero a mí no siempre me tienen.
14.8 Ella ha hecho lo que podía, porque se ha
anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura.
14.9 De cierto les digo que dondequiera que sea
predicado este evangelio en todo el mundo, también lo que esta ha hecho
será contado para memoria de ella.
7.36
Uno de los fariseos le pidió que comiera con él; y cuando entró en la casa del fariseo se sentó a la
mesa.
7.37 Y he aquí, cuando supo que Jesús estaba a la
mesa en casa del fariseo, una mujer que era pecadora en la ciudad llevó
un frasco de alabastro con perfume.
7.38 Y estando detrás de Jesús, a sus pies, llorando,
comenzó a mojar los pies de él
con sus lágrimas y los secaba
con los cabellos de su cabeza.
Y le besaba los pies y los ungía con el perfume.
7.39 Al ver esto, el fariseo que lo había invitado a
comer se dijo a sí mismo: -Si este fuera profeta conocería quién y qué
clase de mujer es la que le está tocando, porque es una pecadora.
7.40 Entonces, respondiendo Jesús le dijo: -Simón, tengo algo que decirte. Él
dijo: -Di, Maestro.
7.41 -Cierto acreedor tenía dos deudores: Uno le
debía quinientas monedas, y el otro solamente cincuenta monedas.
7.42 Como ellos no tenían con qué pagar perdonó a
ambos. Entonces, ¿cuál de estos lo amará más?
7.43 Respondiendo Simón, dijo: -Supongo que aquel a
quien perdonó más. Y él le dijo: -Has juzgado correctamente.
7.44 Y vuelto hacia la mujer, dijo a Simón: -¿Ves
esta mujer? Yo entré en tu casa y no me diste agua para mis pies; pero
esta ha mojado mis pies con lágrimas y los ha secado con sus cabellos.
7.45 Tú no me diste un beso, pero desde que entré,
esta no ha cesado de besar mis pies.
7.46 Tú no ungiste mi cabeza con aceite, pero esta ha
ungido mis pies con perfume.
7.47 Por lo cual te digo que sus muchos pecados son
perdonados [puesto] que{lit.: "que"}
amó mucho. Pero al que se le perdona poco, poco ama.
7.48 Y a ella le dijo: -Tus pecados te son perdonados.
7.49 Los que estaban con él a la mesa comenzaron a
decir entre sí: -¿Quién es este que hasta perdona pecados?
7.50 Entonces Jesús le dijo a la mujer: -Tu fe te ha
salvado; vete en paz.
12.2 Le
hicieron allí una cena. Marta servía, y Lázaro era uno de los que
estaban sentados a la mesa con él.
12.3 Entonces María, habiendo traído como medio litro
de perfume de nardo puro de
mucho valor, ungió los pies de
Jesús y los limpió con sus cabellos.
Y la casa se llenó con el olor del perfume.
12.4 Pero uno de sus discípulos, Judas Iscariote, el
que estaba por entregarle, dijo:
12.5 -¿Por qué no fue vendido este perfume por casi un año de salario{lit. en
griego: "trescientos
denarios"} y dado a los
pobres?
12.6 Pero dijo esto, no porque le importaban los
pobres sino porque era ladrón y, teniendo la bolsa a su cargo, sustraía
de lo que se echaba en ella.
12.7 Entonces Jesús dijo: -Déjala. Para el día de mi sepultura ha guardado esto.
12.8 Porque a los pobres siempre los tienen con
ustedes, pero a mí no siempre me tienen.
▲238- Los judíos vienen a ver a Jesús y al
Lázaro resucitado. ►El día 9
del mes de Nisán (viernes, 31 de marzo del año 30).◄
12.9
Entonces mucha gente de los judíos se enteró de que él estaba allí y
fueron, no solo por causa de Jesús sino también para ver a Lázaro a
quien él había resucitado de entre los muertos.
12.10 Pero los principales sacerdotes resolvieron matar
también a Lázaro
12.11 porque, por causa de él, muchos de los judíos se
apartaban y creían en Jesús.
▲239- Jesús sobre una asna yendo a
Jerusalén. [+] ►El día 10
del mes de Nisán (sábado, 1 de abril del año 30).◄
21.1b
(...) Jesús envió
a dos discípulos,
21.2
diciéndoles: -Vayan a la aldea que está frente a ustedes, y en seguida
hallarán una asna atada, y un borriquillo con ella. Desátenla y
tráiganmelos.
21.3 Si alguien les dice algo, díganle: “El Señor los
necesita, y luego los enviará”.
21.4 Todo esto aconteció para cumplir lo dicho por el
profeta, cuando dijo:
21.5 Digan a la hija de Sion : “He aquí tu Rey viene
a ti, manso y sentado sobre una asna y sobre un borriquillo, hijo de
bestia de carga” .
21.6 Los discípulos fueron e hicieron como Jesús les
mandó.
21.7a Trajeron el asna y el borriquillo (...)
11.1b
(...) Jesús envió
a dos de sus discípulos
11.2
y les dijo: -Vayan a la aldea que está frente a ustedes y, cuando hayan
entrado allí, en seguida hallarán atado un borriquillo sobre el cual
ningún hombre ha montado. Desátenlo y tráiganlo.
11.3 Y si alguien les dice: “¿Por qué hacen eso?”,
díganle: “El Señor lo necesita, y luego lo enviará aquí otra vez”.
11.4 Ellos fueron y hallaron el borriquillo atado a
la puerta, afuera, en la esquina de dos calles, y lo desataron.
11.5 Algunos de los que estaban allí les dijeron:
-¿Qué hacen desatando al borriquillo?
11.6 Ellos les dijeron tal como Jesús les había
dicho, y los dejaron ir.
11.7a Trajeron el borriquillo a Jesús (...)
19.29b
(...){Jesús}
envió a dos discípulos,
19.30
diciendo: -Vayan a la aldea que está frente a ustedes y, cuando entren
en ella, hallarán atado un borriquillo en el cual ningún hombre ha
montado jamás. Desátenlo y tráiganlo.
19.31 Si alguien les pregunta: “¿Por qué lo desatan?”, le
responderán así: “Porque el Señor lo necesita”.
19.32 Los que habían sido enviados fueron y hallaron como
había dicho.
19.33 Cuando desataban el borriquillo, sus dueños les
dijeron: -¿Por qué desatan el borriquillo?
19.34 Y ellos dijeron: -Porque el Señor lo necesita.
19.35a Trajeron el borriquillo a Jesús (...)
12.12a
Al día siguiente, (...)
21.7b
(...) y pusieron
sobre ellos sus mantos, y se sentó encima de ellos.
21.8
La mayor parte de la multitud tendió sus mantos en el camino, mientras
otros cortaban ramas de los árboles y las tendían por el camino.
21.9 Las multitudes que iban delante de él y las que
lo seguían aclamaban diciendo: -¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el
que viene en el nombre del Señor!. ¡Hosanna en las alturas!
11.7b
(...) y echaron
sobre él sus mantos, y se sentó sobre él.
11.8 Muchos tendieron sus mantos por el camino, y
otros cortaban ramas de los árboles.
11.9 Los que iban delante y los que lo seguían
aclamaban: -¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!.
11.10 ¡Bendito el reino venidero de nuestro padre David!
¡Hosanna en las alturas!
19.35b
(...) y, echando
sobre él sus mantos, hicieron que Jesús montara encima.
19.36 Y mientras él avanzaba, tendían sus mantos por el
camino.
19.37 Cuando ya llegaba él cerca de la bajada del monte de
los Olivos, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzó a
alabar a Dios a gran voz por todas las maravillas que habían visto.
19.38 Ellos decían: -¡Bendito el rey que viene en el nombre
del Señor!. ¡Paz en el cielo, y gloria en las alturas!
19.39 Entonces, algunos de los fariseos de entre la
multitud le dijeron: -Maestro, reprende a tus discípulos.
19.40 Él respondió diciéndoles: -Les digo que si estos
callan, las piedras gritarán.
12.12b (...) cuando oyó que Jesús venía a
Jerusalén, la gran multitud que había venido a la fiesta
12.13
tomó ramas de palmera y salió a recibirlo, y lo aclamaba a gritos:
“¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de
Israel!”.
12.14 Habiendo encontrado Jesús un borriquillo, montó sobre
él como está escrito:
12.15 No temas, hija de Sion. ¡He aquí tu Rey viene,
sentado sobre una cría de asna! .
12.16 Sus discípulos no entendieron estas cosas al
principio. Pero cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de
que estas cosas estaban escritas acerca de él, y de que estas cosas le
hicieron a él.
-----
12.17
La gente que estaba con él daba testimonio de cuando llamó a Lázaro del
sepulcro y lo resucitó de entre los muertos.
12.18 Por esto también la multitud salió a recibirlo,
porque oyó que él había hecho esta señal.
-----
12.19 Entonces los fariseos dijeron entre sí: -Vean que
nada ganan. ¡He aquí el mundo se va tras él!
▲240- Jesús llora mientras profetiza la
destrucción de Jerusalén.
19.41
Cuando llegó cerca, al ver la ciudad, lloró por ella
19.42 diciendo: -¡Oh, si conocieras tú también, por lo
menos en este tu día, lo que conduce a tu paz! Pero ahora está
encubierto a tus ojos.
19.43 Porque vendrán sobre ti días en que tus enemigos te
rodearán con baluarte y te pondrán sitio, y por todos lados te
apretarán.
19.44 Te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti.
No dejarán en ti piedra sobre piedra por cuanto no conociste el tiempo
de tu visitación.
▲241- Jesús entra en el templo de Jerusalén
y luego va a Betania.
21.10
Cuando él entró en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió diciendo:
-¿Quién es este?
21.11 Y las multitudes decían: -Este es Jesús el profeta,
de Nazaret de Galilea.
11.11a
Entró Jesús en Jerusalén, en el templo, (...)
11.11b
(...) y habiendo
mirado todo en derredor, como la hora ya era tarde, salió para Betania
con los doce.
▲242- Jesús habla a la higuera. ►El día 11
del mes de Nisán (domingo, 2 de abril del año 30).◄
21.18
Volviendo a la ciudad por la mañana, tuvo hambre.
21.19 Al ver una higuera en el camino, fue a ella; pero no
encontró nada en ella sino solo hojas, y le dijo: -Nunca jamás brote
fruto de ti. Pronto{lit. en
griego: "instantáneamente"} se secó la higuera,
11.12
Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre.
11.13 Y viendo desde lejos una higuera que tenía hojas, se
acercó para ver si hallaba en ella algo. Cuando fue a ella, no encontró
nada más que hojas porque no era tiempo de higos.
11.14 Entonces Jesús dijo a la higuera: “¡Nunca jamás coma
nadie de tu fruto!”. Y lo oyeron sus discípulos.
21.12
Entró Jesús en el templo y echó fuera a todos los que vendían y
compraban en el templo. Volcó las mesas de los cambistas y las sillas
de los que vendían palomas,
21.13 y les dijo: -Escrito está: Mi casa será llamada casa
de oración, pero ustedes la han hecho cueva de ladrones.
11.15
Llegaron a Jerusalén y Jesús entró en el templo. Y comenzó a echar
fuera a los que vendían y a los que compraban en el templo. Volcó las
mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas,
11.16 y no consentía que nadie cruzara por el templo
llevando utensilio alguno.
11.17 Y enseñaba diciendo: “¿No está escrito que mi casa
será llamada casa de oración para todas las naciones? Pero ustedes la
han hecho cueva de ladrones”.
19.45
Cuando entró en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían
19.46 diciéndoles: -Escrito está: Mi casa es casa de
oración pero ustedes la han hecho cueva de ladrones.
21.14
Entonces ciegos y cojos vinieron a él en el templo, y él los sanó.
21.15 Pero los principales sacerdotes y los escribas se
indignaron cuando vieron las maravillas que él hizo, y a los muchachos
que lo aclamaban en el templo diciendo: -¡Hosanna al Hijo de David!
21.16 Y le dijeron: -¿Oyes lo que dicen estos? Jesús les
dijo: -Sí. ¿Nunca leyeron: De la boca de los niños y de los que maman
preparaste la alabanza?
▲245- Sacerdotes y escribas procuran matar
a Jesús.
11.18
Lo oyeron los principales sacerdotes y los escribas, y buscaban cómo
matarle; porque le tenían miedo pues todo el pueblo estaba maravillado
de su doctrina.
19.47
Enseñaba cada día en el templo, pero los principales sacerdotes y los
escribas y los principales del pueblo procuraban matarle.
19.48 Pero no hallaban manera de hacerle algo porque el
pueblo lo escuchaba con mucha atención.
▲246-
El grano de trigo. Voz del cielo. Satanás será echado fuera.
12.20 Había ciertos griegos entre los
que habían subido a adorar en la fiesta.
12.21
Ellos se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le
rogaban diciendo: -Señor, quisiéramos ver a Jesús.
12.22 Felipe fue y se lo dijo a Andrés. Andrés y Felipe se
lo dijeron a Jesús.
12.23 Y Jesús les respondió diciendo: -Ha llegado la hora
para que el Hijo del Hombre sea glorificado.
12.24 De cierto, de cierto les digo que a menos que el
grano de trigo caiga en la tierra y muera, queda solo, pero si muere
lleva mucho fruto.
12.25 El que ama su vida la pierde; pero el que odia su
vida en este mundo, para vida eterna la guardará.
12.26 Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estoy allí
también estará mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará.
12.27
»Ahora está turbada mi alma. ¿Qué diré: “Padre, sálvame de esta hora”?
¡Al contrario, para esto he llegado a esta hora!
12.28 Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del
cielo: “¡Ya lo he glorificado y lo glorificaré otra vez!”.
12.29 La multitud que estaba presente y escuchó decía que
había sido un trueno. Otros decían: -¡Un ángel le ha hablado!
12.30 Jesús respondió y dijo: -No ha venido esta voz por
causa mía sino por causa de ustedes.
12.31 Ahora es el juicio de
este mundo. Ahora será echado fuera el príncipe de este mundo.
12.32 Y yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a
todos a mí mismo.
12.33 Esto decía dando a entender de qué muerte había de
morir.
12.34 Entonces la gente le respondió: -Nosotros hemos oído
que, según la ley, el Cristo permanece para siempre. ¿Y cómo es que tú
dices: “Es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado”? ¿Quién es
este Hijo del Hombre?
12.35 Entonces Jesús les dijo: -Aún por un poco de tiempo
está la luz entre ustedes. Anden mientras tienen la luz para que no los
sorprendan las tinieblas. Porque el que anda en tinieblas no sabe a
dónde va.
12.36
Mientras tienen la luz crean en la luz para que sean hijos de luz.
Estas cosas habló Jesús y, al apartarse, se escondió de ellos.
▲247-
Incrédulos a pesar de los milagros. Luz y tinieblas.
12.37 Pero, a pesar de haber hecho
tantas señales delante de ellos, no creían en él
12.38
para que se cumpliera la palabra del profeta Isaías que dijo: Señor,
¿quién ha creído a nuestro mensaje? ¿A quién se ha revelado el brazo
del Señor?.
12.39 Por eso no podían creer, porque Isaías dijo en otra
ocasión:
12.40 Él ha cegado los ojos de ellos y endureció su
corazón, para que no vean con los ojos ni entiendan con el corazón, ni
se conviertan, y yo los sane .
12.41 Estas cosas dijo Isaías porque vio su gloria y habló
acerca de él.
12.42 No obstante, aun de entre los dirigentes muchos
creyeron en él, pero por causa de los fariseos no lo confesaban para no
ser expulsados de la sinagoga.
12.43 Porque amaron la gloria de los hombres más que la
gloria de Dios.
12.44 Pero Jesús alzó la voz y dijo: “El que cree en mí, no
cree en mí sino en el que me envió;
12.45 y el que me ve a mí, ve al que me envió.
12.46 Yo he venido al mundo como luz para que todo aquel
que cree en mí no permanezca en las tinieblas.
12.47 Si alguien oye mis palabras y no las guarda yo no lo
juzgo; porque yo no vine para juzgar al mundo sino para salvar al mundo.
12.48 El que me desecha y no recibe mis palabras tiene
quien lo juzgue: La palabra que he hablado lo juzgará en el día final.
12.49 Porque yo no hablé por mí mismo; sino que el Padre
que me envió, él me ha dado mandamiento de qué he de decir y de qué he
de hablar.
12.50 Y sé que su mandamiento es vida
eterna. Así que lo que yo hablo, lo hablo tal y como el Padre me ha
hablado”.
21.17
Los dejó y salió fuera de la ciudad a Betania, y se alojó allí.
11.19
Y al llegar la noche Jesús y los suyos salieron de la ciudad.
▲249- Por la mañana, vieron la higuera seca. ►El 12º día
del mes de Nisán (lunes, 3 de abril del año 30).◄
21.19
(...) se secó la
higuera,
11.20
Por la mañana, pasando por allí vieron que la higuera se había secado
desde las raíces.
21.20
y los discípulos, al verlo, se maravillaron diciendo: -¿Cómo se secó
tan pronto la higuera?
21.21 Jesús respondió y les dijo: -De cierto les digo que
si tienen fe y no dudan, no solo harán esto de la higuera, sino que si
dicen a este monte: “Quítate y arrójate al mar”, así será.
21.22 Todo lo que pidan en oración, creyendo, lo recibirán.
11.21
Entonces Pedro, acordándose, le dijo: -Rabí, he aquí la higuera que
maldijiste se ha secado.
11.22 Respondiendo Jesús les dijo: -Tengan fe en Dios.
11.23 De cierto les digo que cualquiera que diga a este
monte: “Quítate y arrójate al mar”, y que no dude en su corazón sino
que crea que será hecho lo que dice, le será hecho.
11.24 Por esta razón les digo que todo por lo cual oran y
piden, crean que lo han recibido y les será hecho.
11.25
Y cuando se pongan de pie para orar, si tienen algo contra alguien,
perdónenlo para que su Padre que está en los cielos también les perdone
a ustedes sus ofensas.
11.26 [Algunos
manuscritos antiguos incluyen:: "Porque si ustedes no perdonan,
tampoco su Padre que está en los cielos les perdonará sus ofensas;"
{texto similar a "Mateo 6.15"}]
21.23
Él llegó al templo y, mientras estaba enseñando, se acercaron a él los
principales sacerdotes y los ancianos del pueblo, y le decían: -¿Con
qué autoridad haces estas cosas? ¿Quién te dio esta autoridad?
21.24 Entonces respondió Jesús y les dijo: -Yo también les
haré una pregunta y, si me responden, yo también les diré con qué
autoridad hago estas cosas.
21.25 ¿De dónde era el bautismo de Juan? ¿Del cielo o de
los hombres? Entonces ellos razonaban entre sí, diciendo: -Si decimos
“del cielo”, nos dirá: “¿Por qué, pues, no le creyeron?”.
21.26 Y si decimos “de los hombres…”, tememos al pueblo,
porque todos tienen a Juan por profeta.
21.27 Respondieron a Jesús y dijeron: -No sabemos. Y él les
dijo: -Tampoco yo les digo con qué autoridad hago estas cosas.
11.27
Volvieron a Jerusalén. Luego, mientras él andaba por el templo,
vinieron a él los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos,
11.28 y le decían: -¿Con qué autoridad haces estas cosas?
¿O quién te dio la autoridad para hacer estas cosas?
11.29 Entonces Jesús les dijo: -Yo les haré una pregunta.
Respóndanme, y yo les diré con qué autoridad hago estas cosas:
11.30 El bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres?
Respóndanme.
11.31 Entonces ellos razonaban entre sí diciendo: -Si
decimos “del cielo”, dirá: “¿Por qué, pues, no le creyeron?”.
11.32 Pero si decimos “de los hombres…”. Temían al pueblo,
porque todos consideraban que verdaderamente Juan era profeta.
11.33 Entonces, respondiendo a Jesús, dijeron: -No sabemos.
Y Jesús les dijo: -Tampoco yo les digo con qué autoridad hago estas
cosas.
20.1
Aconteció un día que, estando Jesús enseñando al pueblo en el templo y
anunciando el evangelio, se le acercaron los principales sacerdotes y
los escribas con los ancianos,
20.2 y le hablaron diciendo: -Dinos, ¿con qué
autoridad haces estas cosas? ¿O quién es el que te dio esta autoridad?
20.3 Entonces respondió y les dijo: -Yo también les
haré una pregunta. Respóndanme:
20.4 El bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los
hombres?
20.5 Ellos razonaban entre sí diciendo: -Si decimos
“del cielo” dirá: “¿Por qué, pues, no le creyeron?”.
20.6 Y si decimos “de los hombres…” todo el pueblo
nos apedreará, porque están convencidos de que Juan era profeta.
20.7 Respondieron, pues, que no sabían de dónde era.
20.8 Entonces Jesús les dijo: -Tampoco yo les digo
con qué autoridad hago estas cosas.
▲252- Parábola del padre que dice a sus dos
hijos que vayan a trabajar.
21.28
»Pero, ¿qué les parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero
y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”.
21.29 Él contestó y dijo: “No quiero”. Pero después cambió
de parecer y fue.
21.30 Al acercarse al otro, le dijo lo mismo; y él
respondió diciendo: “¡Sí, señor, yo voy!”. Y no fue.
21.31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Ellos
dijeron: -El primero. Y Jesús les dijo: -De cierto les digo que los
publicanos y las prostitutas entran delante de ustedes en el reino de
Dios.
21.32 Porque Juan vino a ustedes en el camino de justicia,
y no le creyeron; pero los publicanos y las prostitutas le creyeron. Y
aunque ustedes lo vieron, después no cambiaron de parecer para creerle.
21.33
»Oigan otra parábola: Había un hombre, dueño de un campo, quien plantó
una viña. La rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, edificó una
torre, la arrendó a unos labradores y se fue lejos.
12.1
Entonces comenzó a hablarles en parábolas: -Un hombre plantó una viña.
La rodeó con una cerca, cavó un lagar, edificó una torre, la arrendó a
unos labradores y se fue lejos.
20.9
Entonces comenzó a decir al pueblo esta parábola: -Cierto hombre plantó
una viña, la arrendó a unos labradores y se fue lejos por mucho tiempo.
21.34
Pero cuando se acercó el tiempo de la cosecha, envió sus siervos a los
labradores para recibir sus frutos.
21.35 Y los labradores, tomando a sus siervos, a uno lo
hirieron, a otro lo mataron y a otro lo apedrearon.
12.2
A su debido tiempo envió un siervo a los labradores para recibir de los
labradores una parte del fruto de la viña.
12.3 Pero ellos lo tomaron, lo hirieron y lo enviaron
con las manos vacías.
12.4 Volvió a enviarles otro siervo, pero a ese lo
hirieron en la cabeza y lo afrentaron.
12.5a Y envió otro, y a este lo mataron. (...)
20.10
A su debido tiempo envió un siervo a los labradores para que le dieran
del fruto de la viña. Pero los labradores lo golpearon y lo enviaron
con las manos vacías.
20.11 Y volvió a enviar otro siervo, pero también a este,
golpeándolo y afrentándolo, lo enviaron con las manos vacías.
20.12 Volvió a enviar un tercer siervo, pero también a este
echaron, herido.
21.36
Él envió de nuevo otros siervos, en mayor número que los primeros, y
les hicieron lo mismo.
12.5b
(...) Envió a muchos otros,
pero ellos herían a unos y mataban a otros.
21.37
»Por último, les envió a su hijo, diciendo: “Tendrán respeto a mi hijo”.
21.38 Pero al ver al hijo, los labradores dijeron entre sí:
“Este es el heredero. Vengan, matémoslo y tomemos posesión de su
herencia”.
21.39 Lo prendieron, lo echaron fuera de la viña y lo
mataron.
12.6
»Teniendo todavía un hijo suyo amado, por último, también lo envió a
ellos diciendo: “Tendrán respeto a mi hijo”.
12.7 Pero aquellos labradores dijeron entre sí: “Este
es el heredero. Vengan, matémosle, y la heredad será nuestra”.
12.8 Y lo prendieron, lo mataron y lo echaron fuera
de la viña.
20.13
»Entonces el dueño de la viña dijo: “¿Qué haré? Enviaré a mi hijo
amado; quizás a este le tendrán respeto”.
20.14 Pero los labradores, al verlo, razonaron entre sí
diciendo: “Este es el heredero. Matémoslo, para que la heredad sea
nuestra”.
20.15a Y echándolo fuera de la viña, lo mataron. » (...)
21.40
Ahora bien, cuando venga el señor de la viña, ¿qué hará con aquellos
labradores?
21.41 Le dijeron: -A los malvados los destruirá sin
misericordia, y arrendará su viña a otros labradores, quienes le
pagarán el fruto a su tiempo.
12.9
»¿Qué, pues, hará el señor de la viña? Vendrá, destruirá a los
labradores y les dará la viña a otros.
20.15b
(...) ¿Qué, pues, les hará
el dueño de la viña?
20.16a Vendrá y destruirá a estos labradores y dará su viña a
otros. (...)
21.42
Jesús les dijo: -¿Nunca han leído en las Escrituras? La piedra que
desecharon los edificadores, esta fue hecha cabeza del ángulo. De parte
del Señor sucedió esto, y es maravilloso en nuestros ojos.
12.10
¿No han leído esta Escritura: La piedra que desecharon los
edificadores, esta fue hecha cabeza de ángulo.
12.11 De parte del Señor sucedió esto, y es maravilloso en
nuestros ojos? .
20.16b
(...) Cuando ellos lo
oyeron, dijeron: -¡Nunca suceda tal cosa!
20.17 Pero él, mirándolos, les dijo: -¿Qué, pues, es esto
que está escrito: La piedra que desecharon los edificadores, esta fue
hecha cabeza del ángulo? .
21.43
Por esta razón les digo que el reino de Dios les será quitado de
ustedes y le será dado a un
pueblo{lit. en
griego: "[una] nación"}
que producirá los frutos del reino.
21.44
El que caiga sobre esta piedra será quebrantado, y desmenuzará a
cualquiera sobre quien ella caiga.
20.18
Cualquiera que caiga sobre aquella piedra será quebrantado, y
desmenuzará a cualquiera sobre quien ella caiga.
21.45
Al oír sus parábolas, los principales sacerdotes y los fariseos
entendieron que él hablaba de ellos.
21.46 Pero buscando cómo echarle mano, temieron al pueblo;
porque le tenía por profeta.
12.12
Ellos procuraban prenderle, pero temían a la multitud porque sabían que
en aquella parábola se había referido a ellos. Y dejándole, se fueron.
20.19
En aquella hora los principales sacerdotes y los escribas procuraban
echarle mano porque entendieron que contra ellos había dicho esta
parábola; pero temieron al pueblo.
22.1 Jesús respondió
y les volvió a hablar en parábolas diciendo:
22.2
-El reino de los cielos es semejante a un rey que celebró el banquete
de bodas para su hijo.
22.3 Envió a sus siervos para llamar a los que habían
sido invitados a las bodas, pero no querían venir.
22.4 Volvió a enviar otros siervos, diciendo: “Digan
a los invitados: ‘He aquí, he preparado mi comida; mis toros y animales
engordados han sido matados, y todo está preparado. Vengan a las
bodas’”.
22.5 Pero ellos no le hicieron caso y se fueron, uno
a su campo, otro a su negocio;
22.6 y los otros tomaron a sus siervos, los
afrentaron y los mataron.
22.7 El rey se enojó, y enviando sus tropas mató a
aquellos asesinos y prendió fuego a su ciudad.
22.8 Entonces dijo a sus siervos: “El banquete, a la
verdad, está preparado, pero los invitados no eran dignos.
22.9 Vayan, pues, a las encrucijadas de los caminos y
llamen al banquete de bodas a cuantos hallen”.
22.10 Aquellos siervos salieron por los caminos y reunieron
a todos los que hallaron, tanto buenos como malos; y el banquete de
bodas estuvo lleno de convidados.
22.11 »Pero cuando entró el rey para ver a los convidados y
vio allí a un hombre que no llevaba ropa de bodas,
22.12 le dijo: “Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin llevar ropa
de bodas?”. Pero él quedó mudo.
22.13 Entonces el rey dijo a los que servían: “Átenlo los
pies y las manos, y échenlo en las tinieblas de afuera”. Allí habrá
llanto y crujir de dientes;
22.14
porque muchos son los llamados, pero pocos los escogidos.
22.15
Entonces se fueron los fariseos y consultaron cómo podrían enredarle en
alguna palabra.
22.16 Después enviaron a él discípulos de ellos, junto con
los herodianos, diciendo: -Maestro, sabemos que eres hombre de verdad,
que enseñas el camino de Dios con verdad y que no te cuidas de nadie;
porque no miras la apariencia de los hombres.
22.17 Dinos, pues, ¿qué te parece? ¿Es lícito dar tributo
al César o no?
22.18 Pero Jesús, entendiendo la malicia de ellos, les
dijo: -¿Por qué me prueban, hipócritas?
22.19 Muéstrenme la moneda del tributo. Ellos le
presentaron una moneda.
22.20 Entonces él les dijo: -¿De quién es esta imagen y
esta inscripción?
22.21 Le dijeron: -Del César. Entonces él les dijo: -Por
tanto, den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.
22.22 Al oír esto, se maravillaron; y dejándole, se fueron.
12.13
Entonces enviaron a él algunos de los fariseos y de los herodianos para
que lo sorprendieran en alguna palabra.
12.14 Y viniendo le dijeron: -Maestro, sabemos que eres
hombre de verdad y que no te cuidas de nadie porque no miras la
apariencia de los hombres, sino que con verdad enseñas el camino de
Dios. ¿Es lícito dar tributo al César o no? ¿Daremos o no daremos?
12.15 Entonces él, como entendió la hipocresía de ellos,
les dijo: -¿Por qué me prueban? Tráiganme una moneda romana para que la
vea.
12.16 Se la trajeron, y él les dijo: -¿De quién es esta
imagen y esta inscripción? Le dijeron: -Del César.
12.17 Entonces Jesús les dijo: -Den al César lo que es del
César, y a Dios lo que es de Dios. Y se maravillaban de él.
20.20
Entonces, acechándole, enviaron espías que simularan ser justos a fin
de sorprenderlo en sus palabras, y así entregarlo al poder y autoridad
del procurador.
20.21 Estos le preguntaron diciendo: -Maestro, sabemos que
dices y enseñas bien, y que no haces distinción entre personas sino que
enseñas el camino de Dios con verdad.
20.22 ¿Nos es lícito dar tributo al César o no?
20.23 Pero él, entendiendo la astucia de ellos, les dijo:
20.24 -Muéstrenme una moneda romana. ¿De quién es la imagen
y la inscripción que tiene? Y ellos dijeron: -Del César.
20.25 Entonces les dijo: -Pues den al César lo que es del
César y a Dios lo que es de Dios.
20.26 Y no pudieron sorprenderlo en ninguna palabra delante
del pueblo. Más bien callaron maravillados de su respuesta.
▲256- Los saduceos sobre la resurrección:
una mujer que tuvo 7 maridos.
22.23
Aquel día se le acercaron unos saduceos, quienes dicen que no hay
resurrección, y le preguntaron diciendo:
22.24 -Maestro, Moisés dijo: Si alguno muere sin tener
hijos, su hermano se casará con su mujer y levantará descendencia a su
hermano.
22.25 Había, pues, siete hermanos entre nosotros. El
primero tomó mujer y murió y, como no tenía descendencia, dejó su mujer
a su hermano.
22.26 De la misma manera sucedió también con el segundo y
el tercero, hasta los siete.
22.27 Después de todos, murió también la mujer.
22.28 En la resurrección, puesto que todos la tuvieron, ¿de
cuál de los siete será mujer?
22.29 Entonces respondió Jesús y les dijo: -Están
equivocados porque no conocen las Escrituras, ni tampoco el poder de
Dios;
22.30 porque en la resurrección no se casan ni se dan en
casamiento sino que son como los ángeles que están en el cielo.
22.31 Y acerca de la resurrección de los muertos, ¿no han
leído lo que les fue dicho por Dios?
22.32 Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios
de Jacob. Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.
22.33 Al oír esto, las multitudes estaban atónitas de su
doctrina.
12.18
Entonces vinieron a él unos saduceos, quienes dicen que no hay
resurrección, y le preguntaron diciendo:
12.19 -Maestro, Moisés nos escribió que si el hermano de
alguno muere y deja mujer y no deja hijos, su hermano tome la mujer y
levante descendencia a su hermano.
12.20 Había siete hermanos. El primero tomó mujer, y murió
sin dejar descendencia.
12.21 La tomó el segundo y murió sin dejar descendencia. El
tercero, de la misma manera.
12.22 Así los siete no dejaron descendencia. Después de
todos, murió también la mujer.
12.23 En la resurrección, cuando resuciten, puesto que los
siete la tuvieron por mujer, ¿de cuál de ellos será mujer?
12.24 Entonces Jesús les dijo: -¿No es por esto que están
equivocados, porque no conocen las Escrituras ni tampoco el poder de
Dios?
12.25 Porque cuando resuciten de entre los muertos no se
casarán ni se darán en casamiento sino que son como los ángeles que
están en los cielos.
12.26 Y con respecto a si resucitan los muertos, ¿no han
leído en el libro de Moisés, cómo le habló Dios desde la zarza
diciendo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de
Jacob?.
12.27 Dios no es Dios de muertos sino de vivos. Ustedes se
equivocan mucho.
20.27
Se acercaron algunos de los saduceos, que niegan que haya resurrección,
y le preguntaron
20.28 diciendo: -Maestro, Moisés nos escribió: Si el
hermano de alguno muere dejando mujer, y él no deja hijos, su hermano
tome la mujer y levante descendencia a su hermano.
20.29 Había, pues, siete hermanos. El primero tomó mujer, y
murió sin dejar hijos.
20.30 También el segundo.
20.31 Y la tomó el tercero, y de la misma manera también
todos los siete, y murieron sin tener hijos.
20.32 Por último, murió también la mujer.
20.33 En la resurrección, puesto que los siete la tuvieron
por mujer, ¿de cuál de ellos será mujer?
20.34 Entonces respondiendo Jesús, les dijo: -Los hijos de
este mundo se casan y se dan en casamiento.
20.35 Pero los que son tenidos por dignos de alcanzar aquel
mundo venidero y la resurrección de los muertos no se casan ni se dan
en casamiento.
20.36 Porque ya no pueden morir pues son como los ángeles,
y son también hijos de Dios siendo hijos de la resurrección.
20.37 Y con respecto a que los muertos han de resucitar,
también Moisés lo mostró en el relato de la zarza cuando llama al
Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.
20.38 Pues Dios no es Dios de muertos sino de vivos; porque
para él todos viven.
20.39 Le respondieron algunos de los escribas, diciendo:
-Maestro, bien has dicho.
22.34
Entonces los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se
reunieron de común acuerdo.
22.35 Uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó para
probarle:
22.36 -Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la ley?
22.37 Jesús le dijo: -Amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón y con toda tu alma y con toda tu mente.
22.38 Este es el grande y el primer mandamiento.
22.39 Y el segundo es semejante a él: Amarás a tu prójimo
como a ti mismo.
22.40 De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los
Profetas.
12.28
Se le acercó uno de los escribas al oírlos discutir y, dándose cuenta
de que Jesús había respondido bien, le preguntó: -¿Cuál es el primer
mandamiento de todos?
12.29 Jesús le respondió: -El primero es: Escucha, Israel:
El Señor nuestro Dios, el Señor uno es.
12.30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con
toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.
12.31 El segundo es este: Amarás a tu prójimo como a ti
mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos dos.
12.32 Entonces el escriba le dijo: -Bien, Maestro. Has
dicho la verdad: Dios es uno, y no hay otro aparte de él,
12.33 y amarlo con todo el corazón, con todo el
entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno
mismo, vale más que todos los holocaustos y sacrificios.
12.34a Y viendo Jesús que había respondido sabiamente, le dijo:
-No estás lejos del reino de Dios. (...)
12.34b
(...) Ya nadie se
atrevía a hacerle más preguntas.
20.40
Y no se atrevieron a preguntarle más.
▲259- El hijo de David. "Dijo el Señor a mi
Señor".
22.41
Habiéndose reunido los fariseos, Jesús les preguntó
22.42 diciendo: -¿Qué piensan acerca del Cristo? ¿De quién
es hijo? Le dijeron: -De David.
22.43 Él les dijo: -Entonces, ¿cómo es que David, mediante
el Espíritu, le llama “Señor”? Pues dice:
22.44 Dijo el Señor a mi Señor: “Siéntate a mi diestra,
hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies” .
22.45 Pues, si David le llama “Señor”, ¿cómo es su hijo?
22.46 Nadie le podía responder palabra, ni nadie se atrevió
desde aquel día a preguntarle más.
12.35
Mientras estaba enseñando en el templo, Jesús respondiendo decía:
-¿Cómo es que dicen los escribas que el Cristo es hijo de David?
12.36 David mismo dijo mediante el Espíritu Santo: Dijo el
Señor a mi Señor: “Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus
enemigos debajo de tus pies” .
12.37a David mismo le llama “Señor”; ¿cómo es, pues, su hijo? (...)
20.41
Él les dijo: -¿Cómo dicen que el Cristo es hijo de David?
20.42 Porque el mismo David dice en el libro de los Salmos:
Dijo el Señor a mi Señor: “Siéntate a mi diestra,
20.43 hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus
pies” .
20.44 Así que David lo llama “Señor”; ¿cómo es, pues, su
hijo?
▲260- Advertencia contra los escribas y los
fariseos.
23.1
Entonces habló Jesús a la multitud y a sus discípulos,
23.2 diciéndoles: “Los escribas y los fariseos están
sentados en la cátedra de Moisés.
23.3 Así que, todo lo que les digan háganlo y
guárdenlo; pero no hagan según sus obras, porque ellos dicen y no hacen.
23.4 Atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las
ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos mismos no las
quieren mover ni aun con el dedo.
23.5 Más bien, hacen todas sus obras para ser vistos
por los hombres. Ellos ensanchan sus filacterias y alargan los flecos
de sus mantos.
23.6 Aman los primeros asientos en los banquetes y
las primeras sillas en las sinagogas,
23.7 las salutaciones en las plazas y el ser llamados
por los hombres: Rabí, Rabí.
23.8 “Pero ustedes, no sean llamados Rabí; porque uno
solo es su Maestro, y todos ustedes son hermanos.
23.9 Y no llamen a nadie su Padre en la tierra,
porque su Padre que está en los cielos es uno solo.
23.10 Ni los llamen Guía, porque su Guía es uno solo, el
Cristo.
23.11 Pero el que es mayor entre ustedes será su siervo;
23.12 porque el que se enaltece será humillado, y el que se
humilla será enaltecido.
12.37b
(...) Y la gran
multitud lo escuchaba con gusto.
12.38
Y en su enseñanza decía: -Guárdense de los escribas, a quienes les
gusta andar con ropas largas, que aman las salutaciones en las plazas,
12.39 las primeras sillas en las sinagogas y los primeros
asientos en los banquetes.
12.40 Estos, que devoran las casas de las viudas y como
pretexto hacen largas oraciones, recibirán mayor condenación.
20.45
Cuando todo el pueblo lo escuchaba, dijo a sus discípulos:
20.46 -Guárdense de los escribas, a quienes les gusta andar
con ropas largas, que aman las salutaciones en las plazas, las primeras
sillas en las sinagogas y los primeros asientos en los banquetes.
20.47 Estos, que devoran las casas de las viudas y como
pretexto hacen largas oraciones, recibirán mayor condenación.
12.41
Estando Jesús sentado frente al arca del tesoro, observaba cómo el
pueblo echaba dinero en el arca. Muchos ricos echaban mucho,
12.42 y una viuda pobre vino y echó dos monedas pequeñas de
poco valor.
12.43 Él llamó a sus discípulos y les dijo: -De cierto les
digo que esta viuda pobre echó más que todos los que echaron en el arca.
12.44 Porque todos han echado de su abundancia; pero esta,
de su pobreza, echó todo lo que tenía, todo su sustento.
21.1
Alzando la mirada, Jesús vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el
arca del tesoro.
21.2 Vio también a una viuda pobre que echaba allí
dos monedas pequeñas de poco valor.
21.3 Entonces dijo: -De cierto les digo que esta
viuda pobre echó más que todos.
21.4 Porque todos estos, de su abundancia echaron a
las ofrendas; pero esta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía.
▲262- Anuncio de la destrucción del templo (que tuvo lugar en el año 70).
24.1
Cuando Jesús salió y se iba del templo, se le acercaron sus discípulos
para mostrarle los edificios del templo.
24.2 Y él respondiendo les dijo: -¿No ven todo esto?
De cierto les digo que aquí no quedará piedra sobre piedra que no sea
derribada.
13.1
Cuando él salía del templo, uno de sus discípulos dijo: -Maestro, ¡mira
qué piedras y qué edificios!
13.2 Y Jesús le dijo: -¿Ven estos grandes edificios?
Aquí no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada.
21.5
Mientras algunos estaban hablando acerca del templo, de cómo estaba
adornado con hermosas piedras y con ofrendas votivas, él dijo:
21.6 -En cuanto a estas cosas que ven, vendrán días
cuando no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada.
▲263- Pregunta sobre la destrucción del
templo. El fin del mundo y la venida de Jesús.
24.3
Estando él sentado en el monte de los Olivos, sus discípulos se
acercaron a él aparte y le dijeron: -Dinos, ¿cuándo sucederán estas
cosas? ¿Y qué señal habrá de tu venida y del fin del mundo?
13.3
Estando él sentado en el monte de los Olivos frente al templo, Pedro,
Jacobo, Juan y Andrés le preguntaban aparte:
13.4 -Dinos, ¿cuándo sucederán estas cosas? ¿Y qué
señal habrá cuando todas estas cosas estén por cumplirse?
21.7
Entonces le preguntaron diciendo: -Maestro, ¿cuándo será esto? ¿Qué
señal habrá cuando estas cosas estén por suceder?
24.4
Respondió Jesús y les dijo: -Miren que nadie les engañe;
24.5 porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo
soy el Cristo”, y engañarán a muchos.
13.5
Jesús comenzó a decirles: -Miren que nadie los engañe.
13.6 Muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”,
y engañarán a muchos.
21.8
Entonces él dijo: -Miren que no sean engañados, porque vendrán muchos
en mi nombre diciendo: “Yo soy”, y “El tiempo está cerca”. No vayan en
pos de ellos.
24.6
Oirán de guerras y de rumores de guerras. Miren que no los turben,
porque es necesario que esto acontezca; pero todavía no es el fin.
24.7 Porque se levantará nación contra nación y reino
contra reino. Habrá hambre y terremotos por todas partes.
24.8 Pues todas estas cosas son principio de dolores.
13.7
Pero cuando oigan de guerras y de rumores de guerras, no se turben. Es
necesario que así suceda pero todavía no es el fin.
13.8 Porque se levantará nación contra nación y reino
contra reino. Habrá terremotos por todas partes. Habrá hambres. Estos
son principio de dolores.
21.9
Y cuando oigan de guerras y de revoluciones no se atemoricen. Porque es
necesario que estas cosas acontezcan primero, pero el fin no será de
inmediato.
21.10 Entonces dijo: -Se levantará nación contra nación y
reino contra reino.
21.11 Habrá grandes terremotos, hambres y pestilencias en
varios lugares. Habrá terror y grandes señales del cielo.
24.9
»Entonces los entregarán a tribulación y los matarán, y serán
aborrecidos por todas las naciones por causa de mi nombre.
24.10 Entonces muchos tropezarán; y se traicionarán unos a
otros, y se aborrecerán unos a otros.
24.11 Muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a
muchos;
24.12 y por haberse multiplicado la maldad, se enfriará el
amor de muchos.
24.13 Pero el que persevere hasta el fin, este será salvo.
24.14 Y este evangelio del reino será predicado en todo el
mundo para testimonio a todas las naciones, y luego vendrá el fin.
10.17
Guárdense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y en
sus sinagogas los azotarán.
10.18 Serán llevados aun ante gobernadores y reyes por mi
causa, para dar testimonio a ellos y a los gentiles{lit. en
griego: "las naciones"}.
13.9
»Pero ustedes miren por ustedes mismos. Porque los entregarán en los
concilios, y serán azotados en las sinagogas. Por mi causa serán
llevados delante de gobernadores y de reyes, para testimonio a ellos.
13.10 Es necesario que primero el evangelio sea predicado a
todas las naciones.
21.12
Pero antes de estas cosas les echarán mano y les perseguirán. Les
entregarán a las sinagogas y les meterán en las cárceles, y serán
llevados delante de los reyes y gobernantes por causa de mi nombre.
21.13 Esto les servirá para dar testimonio.
10.19
Pero cuando los entreguen, no se preocupen de cómo o qué hablarán,
porque les será dado en aquella hora lo que han de decir.
10.20 Pues no son ustedes los que hablan, sino el Espíritu
de su Padre que hablará en ustedes.
13.11
Cuando los lleven para entregarlos, no se preocupen por lo que tengan
que decir. Más bien, hablen lo que les sea dado en aquella hora; porque
no son ustedes los que hablan sino el Espíritu Santo.
21.14
Decidan, pues, en su corazón{lit.: "en sus corazones"}, no
pensar de antemano cómo han de
responder.
21.15 Porque yo les daré boca y sabiduría, a la cual no
podrán resistir ni contradecir todos los que se les opongan.
10.21
“El hermano entregará a muerte a su hermano, y el padre a su hijo. Se
levantarán los hijos contra sus padres y los harán morir.
13.12
El hermano entregará a muerte a su hermano, y el padre a su hijo. Se
levantarán los hijos contra sus padres y los harán morir.
21.16
Y serán entregados aun por sus padres, hermanos, parientes y amigos; y
harán morir a algunos de ustedes.
10.22
Y serán aborrecidos de todos por causa de mi nombre. Pero el que
persevere hasta el fin, este será salvo.
13.13
Y ustedes serán aborrecidos de todos por causa de mi nombre. Pero el
que persevere hasta el fin, este será salvo.
21.17
Serán aborrecidos por todos a causa de mi nombre,
21.18 pero ni un solo cabello de su cabeza perecerá.
21.19 Por su perseverancia salvarán sus vidas {lit. en
griego: "almas"}.
10.23
Y cuando los persigan en una ciudad, huyan a la otra. Porque de cierto
les digo que de ningún modo acabarán de recorrer todas las ciudades de
Israel antes que venga el Hijo del Hombre.
▲265- La abominación desoladora (ejércitos contra Jerusalén y Judea)
en el tiempo del fin ("Mt
24.29"; "Mc 13.24").
24.15
»Por tanto, cuando vean establecida en el lugar santo la abominación
desoladora, de la cual habló el profeta Daniel (el que lee, entienda),
13.14a
»Pero cuando vean que la abominación desoladora se ha establecido donde
no debe estar (el que lee, entienda), (...)
21.20
»Cuando vean a Jerusalén sitiada por ejércitos, sepan entonces que ha
llegado su destrucción.
24.16
entonces los que estén en Judea huyan a los montes.
13.14b
(...) entonces
los que estén en Judea huyan a los montes.
21.21a
Entonces, los que estén en Judea huyan a los montes; (...)
24.17
El que esté en la azotea no descienda para sacar algo de su casa,
13.15
El que esté en la azotea no descienda ni entre para sacar algo de su
casa,
21.21b
(...) los que
estén en medio de la ciudad salgan; (...)
24.18
y el que esté en el campo no vuelva atrás a tomar su manto.
13.16
y el que esté en el campo no vuelva atrás para tomar su manto.
21.21c
(...) y los que
estén en los campos no entren en ella.
21.22
Porque estos son días de venganza, para que se cumplan todas las cosas
que están escritas.
24.19
¡Ay de las mujeres que estén embarazadas y de las que críen en aquellos
días!
24.20 Oren, pues, que su huida no sea en invierno ni en
sábado;
13.17
¡Ay de las que estén embarazadas y de las que críen en aquellos días!
13.18 Oren, pues, que no acontezca en invierno.
21.23a
»¡Ay de las que estén embarazadas y de las que críen en aquellos días! (...)
24.21
porque entonces habrá gran tribulación como no ha habido desde el
principio del mundo hasta ahora, ni habrá jamás.
13.19
Porque aquellos días serán de tribulación como nunca ha habido desde el
principio de la creación que Dios creó hasta ahora ni habrá jamás.
21.23b
(...) Porque
habrá grande calamidad sobre la tierra (...)
21.23c (...) e ira sobre este pueblo.
21.24a Caerán a filo de espada y serán llevados
cautivos a todas las naciones. (...)
24.22
Si aquellos días no fueren acortados, no se salvaría nadie; pero por
causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.
13.20
Si el Señor no hubiera acortado aquellos días, no se salvaría nadie;
pero, por causa de los escogidos que él eligió, él ha acortado aquellos
días.
21.24b
(...) Jerusalén
será pisoteada por los
gentiles {lit. en
griego: "[las] naciones"}
hasta que se cumplan los tiempos de los gentiles{lit. en
griego: "[las] naciones"}.
24.23
»Entonces, si alguien les dice: “Miren, aquí está el Cristo”, o “Está
acá”, no le crean.
24.24 Porque se levantarán falsos cristos y falsos
profetas, y harán grandes señales y maravillas de tal manera que
engañarán, de ser posible, aun a los escogidos.
13.21
»Entonces, si alguien les dice: “He aquí, aquí está el Cristo”, o “He
allí, allí está”, no le crean.
13.22 Porque se levantarán falsos cristos y falsos
profetas, y harán señales y maravillas para engañar, de ser posible, a
los escogidos.
24.25
¡Miren! Se los he dicho de antemano.
13.23
Pero ustedes, ¡miren! Se lo he dicho todo de antemano.
▲266- Inmediatamente después de esta
tribulación (en Jerusalén y
Judea): sol negro, luna roja, estrellas que caen, venida de
Jesús. ("Joel 2.30-31",
"Hechos 2.19-20", "Apocalipsis 6.12")
24.29a
»Pero inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, (...)
13.24a
»Entonces en aquellos días, después de aquella tribulación, (...)
24.29b
(...) el sol se
oscurecerá y la luna no dará su resplandor. Las estrellas caerán del
cielo (...)
13.24b
(...) el sol se
oscurecerá y la luna no dará su resplandor.
13.25a Las estrellas caerán del cielo (...)
21.25a
»Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas. (...)
21.25b
(...) Y en la
tierra habrá angustia de las naciones por la confusión ante el rugido
del mar y del oleaje.
21.26a Los hombres se desmayarán a causa del terror y de la
expectativa de las cosas que sobrevendrán al mundo habitado, (...)
24.29c
(...) y los
poderes de los cielos serán sacudidos.
13.25b
(...) y los
poderes que están en los cielos serán sacudidos.
21.26b (...) porque los poderes de los
cielos serán sacudidos.
24.30
»Entonces se manifestará la señal del Hijo del Hombre en el cielo, y en
ese tiempo harán duelo todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo
del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria.
13.26
Entonces verán al Hijo del Hombre viniendo en las nubes con gran poder
y gloria.
21.27
»Entonces verán al Hijo del Hombre viniendo en una nube con poder y
gran gloria.
24.31
Él enviará a sus ángeles con un gran sonar de trompeta, y ellos
reunirán a los escogidos de él de los cuatro vientos, desde un extremo
del cielo hasta el otro.
13.27
Después enviará a sus ángeles y reunirá a sus escogidos de los cuatro
vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.
21.28
Cuando estas cosas comiencen a suceder, miren y levanten su cabeza
porque su redención está cerca.
▲267- Comparación de este período cerca del
fin con una higuera cerca del verano.
24.32
»De la higuera aprendan la parábola: Cuando su rama ya está tierna y
brotan sus hojas, saben que el verano está cerca.
24.33 Así también ustedes, cuando vean todas estas cosas,
sepan que está cerca, a las puertas.
24.34 De cierto les digo que no pasará esta generación
hasta que todas estas cosas sucedan.
24.35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no
pasarán.
13.28
»De la higuera aprendan la parábola: Cuando su rama ya está tierna y
brotan sus hojas, saben que el verano está cerca.
13.29 Así también ustedes, cuando vean que suceden estas
cosas, sepan que está cerca, a las puertas.
13.30 De cierto les digo que no pasará esta generación
hasta que todas estas cosas sucedan.
13.31 El cielo y la tierra pasarán pero mis palabras no
pasarán.
21.29
Y les dijo una parábola: -Miren la higuera y todos los árboles.
21.30 Cuando ven que ya brotan, ustedes entienden que el
verano ya está cerca.
21.31 Así también ustedes, cuando vean que suceden estas
cosas, sepan que el reino de Dios está cerca.
21.32 De cierto les digo que no pasará esta generación
hasta que todo suceda.
21.33 El cielo y la tierra pasarán pero mis palabras no
pasarán.
24.36
»Pero acerca de aquel día y aquella hora, nadie sabe; ni siquiera los
ángeles de los cielos, ni aun el Hijo, sino solo el Padre.
13.32
»Pero acerca de aquel día o de la hora, nadie sabe; ni siquiera los
ángeles en el cielo, ni aun el Hijo sino solo el Padre.
▲269- Vela y ora. Exceso (comer, beber). Las
preocupaciones de la vida.
13.33
Miren y velen porque no saben cuándo será el tiempo.
21.34
»Miren por ustedes, que sus corazones no estén cargados de glotonería,
de embriaguez y de las preocupaciones de esta vida, y que aquel día
venga sobre ustedes de repente como una trampa;
21.35 porque vendrá sobre todos los que habitan sobre la
superficie de toda la tierra.
21.36 Velen, pues, en todo tiempo, orando para que tengan
fuerzas para escapar de todas estas cosas que han de suceder, y puedan
estar en pie delante del Hijo del Hombre.
▲270- Jesús será visto por todos, como el
sol se muestra desde
el Este hasta el
Oeste. [+]
24.26
Así que, si les dicen: “Miren, está en el desierto”, no salgan; o
“Miren, está en las habitaciones interiores”, no lo crean.
24.27 Porque así como el relámpago sale del oriente y se
muestra hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre.
17.22
Dijo a sus discípulos: -Vendrá el tiempo cuando desearán ver uno de los
días del Hijo del Hombre y no lo verán.
17.23 Les dirán: “¡Miren, aquí está!” o “¡Miren, allí
está!”. Pero no vayan ni les sigan.
17.24 Porque como el relámpago que resplandece ilumina el
cielo de un extremo al otro, así también será el Hijo del Hombre en su
día.
17.25 Pero primero es necesario que él padezca mucho y sea
rechazado por esta generación.
▲271- El período en el que vendrá Jesús
comparado con el de Noé y Lot.
24.37
Porque como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.
24.38 Pues como en aquellos días antes del diluvio estaban
comiendo y bebiendo, casándose y dándose en casamiento hasta el día en
que Noé entró en el arca,
24.39a y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y se los
llevó a todos, (...)
17.26
»Como pasó en los días de Noé, así también será en los días del Hijo
del Hombre:
17.27 Ellos comían y bebían; se casaban y se daban en
casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca y vino el diluvio
y los destruyó a todos.
17.28
»Asimismo, también será como pasó en los días de Lot: Comían, bebían,
compraban, vendían, plantaban y edificaban;
17.29 pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del
cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos.
24.39b
(...) así será
también la venida del Hijo del Hombre.
17.30
Así será en el día en que se manifieste el Hijo del Hombre.
▲272- La mujer de Lot. No tomar nada en ese
momento.
17.31
»En aquel día, el que esté en la azotea y sus cosas estén en la casa no
descienda para tomarlas. Asimismo, el que esté en el campo no vuelva
atrás.
17.32 Acuérdense de la mujer de Lot.
17.33 Cualquiera que procure salvar su vida{lit.: "su alma"}, la perderá;
y
cualquiera que la pierda, la conservará.
24.40
En aquel entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el
otro será dejado.
24.41 Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una
será tomada, y la otra dejada.
17.34
Les digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será
tomado y el otro será dejado.
17.35 Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será
tomada y la otra dejada.
17.36 [Algunos
manuscritos antiguos incluyen la frase que aparece en "Mateo 24.40": "Estarán dos en el campo; el uno
será tomado, y el otro dejado."]
24.28
Porque donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres.
17.37
Respondiendo le preguntaron: -¿Dónde, Señor? Y él dijo: -Donde esté el
cadáver, allí se juntarán los buitres.
24.42 Velen, pues, porque no saben en
qué día viene su Señor.
12.35
»Estén ceñidos sus lomos y encendidas sus lámparas.
▲274- Velando como un portero que espera la
llegada de su amo.
13.34
Será como el hombre que al salir de viaje dejó su casa y dio autoridad
a sus siervos, a cada uno su obra, y al portero mandó que velase.
13.35 Velen, pues, porque no saben cuándo vendrá el Señor
de la casa, sea a la tarde, a la medianoche, al canto del gallo o a la
mañana;
13.36 no sea que cuando vuelva de repente los halle
durmiendo.
12.36
Y sean ustedes semejantes a los siervos que esperan a su señor cuando
ha de volver de las bodas para que le abran al instante en que llegue y
llame.
12.37
Bienaventurados aquellos siervos a quienes el señor les encuentre
velando cuando llegue. De cierto les digo que se ceñirá y hará que se
sienten a la mesa y, viniendo, les servirá.
12.38 Aunque venga a medianoche, y aunque venga a la
madrugada, si los halla así, ¡bienaventurados aquellos siervos!
▲275- Jesús vendrá como un ladrón que no
avisa justo antes.
24.43
Pero sepan esto: Si el dueño de casa hubiera sabido a qué hora habría
de venir el ladrón, habría velado y no habría permitido que forzaran la
entrada a su casa.
24.44 Por tanto, estén preparados también ustedes, porque a
la hora que no piensen, vendrá el Hijo del Hombre.
12.39
»Sepan que si el dueño de casa hubiera sabido a qué hora habría de
venir el ladrón no habría permitido que forzara la entrada a su casa.
12.40 Ustedes también estén preparados, porque a la hora
que no piensen vendrá el Hijo del Hombre.
12.41 Entonces Pedro le dijo: -Señor, ¿dices esta parábola
para nosotros, o también para todos?
13.37
Lo que a ustedes les digo, a todos les digo: ¡Velen!
▲276- El siervo fiel y prudente y el siervo
malvado.
24.45
»¿Quién, pues, es el siervo fiel y prudente, a quien su señor lo puso
sobre los criados de su casa, para que les diera alimentos a su debido
tiempo?
24.46 Bienaventurado será aquel siervo a quien, cuando su
señor venga, lo encuentre haciéndolo así.
24.47 De cierto les digo que lo pondrá sobre todos sus
bienes.
24.48 Pero si aquel siervo malvado dice en su corazón: “Mi
señor tarda”;
24.49 y si comienza a golpear a sus consiervos, y si come y
bebe con los borrachos,
24.50 el señor de aquel siervo vendrá en el día que no
espera y a la hora que no sabe,
24.51 y lo castigará duramente y le asignará lugar con los
hipócritas. Allí habrá llanto y crujir de dientes.
12.42
Y dijo el Señor: -¿Quién es, pues, el mayordomo fiel y prudente a quien
el señor pondrá sobre los de su casa para que les dé sus raciones a su
debido tiempo?
12.43 Bienaventurado será aquel siervo a quien, cuando su
señor venga, lo encuentre haciéndolo así.
12.44 En verdad les digo que lo pondrá sobre todos sus
bienes.
12.45 Pero si aquel siervo dice en su corazón: “Mi señor
tarda en venir” y comienza a golpear a los siervos y a las siervas, y a
comer y a beber y a embriagarse,
12.46 vendrá el señor de aquel siervo en el día que no
espera y a la hora que no sabe, y le castigará duramente y pondrá su
parte con los incrédulos.
12.47
Porque aquel siervo que entendió la voluntad de su señor y no se
preparó ni hizo conforme a su voluntad recibirá muchos azotes.
12.48 Pero el que no entendió, aunque hizo cosas dignas de
azotes, recibirá pocos azotes. Porque de todo aquel a quien le ha sido
dado mucho, mucho se demandará de él; y de aquel a quien confiaron
mucho, se le pedirá más.
25.1
»Entonces, el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que
tomaron sus lámparas y salieron a recibir al novio.
25.2
Cinco de ellas eran insensatas, y cinco prudentes.
25.3 Cuando las insensatas tomaron sus lámparas, no
tomaron consigo aceite;
25.4 pero las prudentes tomaron aceite en sus
vasijas, juntamente con sus lámparas.
25.5 Y como tardaba el novio, todas cabecearon y se
quedaron dormidas.
25.6 A la medianoche se oyó gritar: “¡He aquí el
novio! ¡Salgan a recibirle!”.
25.7 Entonces, todas aquellas vírgenes se levantaron
y alistaron sus lámparas.
25.8 Y las insensatas dijeron a las prudentes:
“Dennos de su aceite, porque nuestras lámparas se apagan”.
25.9 Pero las prudentes respondieron diciendo: “No,
no sea que nos falte a nosotras y a ustedes; vayan, más bien, a los
vendedores y compren para ustedes mismas”.
25.10 Mientras ellas iban para comprar, llegó el novio; y
las preparadas entraron con él a la boda, y se cerró la puerta.
25.11 Después vinieron también las otras vírgenes diciendo:
“¡Señor, señor, ábrenos!”.
25.12 Pero él respondiendo dijo: “De cierto les digo que no
las conozco”.
25.13
Velen, pues, porque no saben ni el día ni la hora.
25.14a
»Porque el reino de los cielos será semejante a un hombre que,
al emprender un viaje largo, (...)
19.12
Dijo, pues: “Cierto hombre de noble estirpe partió a un país lejano
para recibir un reino y volver.
25.14b
(...) llamó a sus siervos y
les entregó sus bienes.
25.15
A uno dio cinco mil monedas, a otro dos mil, y a otro mil. A cada uno
dio conforme a su capacidad y se fue lejos.
19.13
Entonces llamó a diez siervos suyos y les dio mucho dinero diciéndoles:
‘Negocien hasta que yo venga’.
25.16
Inmediatamente, el que había recibido cinco mil monedas se fue, negoció
con ellas y ganó otras cinco mil monedas.
25.17 De la misma manera, el que había recibido dos mil
ganó también otras dos mil.
25.18 Pero el que había recibido mil fue y cavó en la
tierra, y escondió el dinero de su señor.
19.14
“Pero sus ciudadanos lo aborrecían, y enviaron tras él una embajada
diciendo: ‘No queremos que este reine sobre nosotros’.
25.19 »Después de mucho
tiempo, vino el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos.
19.15
“Aconteció que, cuando él volvió después de haber tomado el reino,
mandó llamar ante sí a aquellos siervos a los cuales había dado el
dinero para saber lo que habían negociado.
25.20
Cuando se presentó el que había recibido cinco mil monedas, trajo otras
cinco mil monedas y dijo: “Señor, me entregaste cinco mil monedas; he
aquí he ganado otras cinco mil”.
25.21 Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel. Sobre
poco has
sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor”.
19.16
Vino el primero y dijo: ‘Señor, tu dinero ha producido diez veces más’.
19.17 Y él le dijo: ‘Muy bien, buen siervo; puesto que en
lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades’.
25.22
Y cuando se presentó el que había recibido dos mil monedas, dijo:
“Señor, me entregaste dos mil monedas; he aquí he ganado otras dos mil”.
25.23 Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel. Sobre
poco has
sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor”.
19.18
Vino el segundo y dijo: ‘Señor, tu dinero ha hecho cinco veces más’.
19.19 También a este le dijo: ‘Tú también estarás sobre
cinco ciudades’.
25.24
Pero cuando se presentó el que había recibido mil monedas, dijo:
“Señor, yo te conozco que eres un hombre duro, que cosechas donde no
sembraste y recoges donde no esparciste.
25.25 Y como tuve miedo, fui y escondí tus mil monedas en
la tierra. Aquí tienes lo que es tuyo”.
19.20
Y vino otro y dijo: ‘Señor, he aquí tu dinero, el cual he guardado en
un pañuelo.
19.21 Porque tuve miedo de ti, que eres hombre severo, que
tomas lo que no pusiste y cosechas lo que no sembraste’.
25.26
Su señor respondió y le dijo: “¡Siervo malo y perezoso! ¿Sabías que
cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí?
25.27 Por lo tanto, debías haber entregado mi dinero a los
banqueros
y, al venir yo, habría recibido lo que es mío con los intereses.
19.22
Entonces él le dijo: ‘¡Mal siervo, por tu boca te juzgo! Sabías que yo
soy hombre severo, que tomo lo que no puse y cosecho lo que no sembré.
19.23 ¿Por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco para
que, al venir yo, lo cobrara junto con los intereses?’.
25.28 Por tanto,
quítenle las mil monedas y denlas al que tiene diez mil monedas.
19.24
Y dijo a los que estaban presentes: ‘Quítenle el dinero y denlo al que
tiene más dinero’.
19.25 Ellos le dijeron: ‘Señor, él ya tiene mucho dinero’.
25.29
Porque a todo el que tiene le será dado, y tendrá en abundancia; pero
al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
19.26
Él respondió: ‘Pues yo les digo que a todo el que tiene, le será dado;
pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
25.30 Al siervo inútil
échenlo en las tinieblas de afuera”. Allí habrá llanto y crujir de
dientes.
19.27
Pero, en cuanto a aquellos enemigos míos que no querían que yo reinara
sobre ellos, tráiganlos acá y degüéllenlos en mi presencia’”.
▲279-
El juicio final ante el trono. Ovejas y cabritos separados. [+]
25.31
»Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria y todos los ángeles con
él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria;
25.32
y todas las naciones serán reunidas delante de él. Él separará los unos
de los otros, como cuando el pastor separa las ovejas de los cabritos;
25.33 y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su
izquierda.
25.34 »Entonces el Rey dirá a los de su derecha: “¡Vengan,
benditos de mi Padre! Hereden el reino que ha sido preparado para
ustedes desde la fundación del mundo.
25.35 Porque tuve hambre, y me dieron de comer; tuve sed, y
me dieron de beber; fui forastero, y me recibieron;
25.36 estuve desnudo, y me vistieron; enfermo, y me
visitaron; estuve en la cárcel, y vinieron a mí”.
25.37 Entonces los justos le responderán diciendo: “Señor,
¿cuándo te vimos hambriento y te sustentamos, o sediento y te dimos de
beber?
25.38 ¿Cuándo te vimos forastero y te recibimos, o desnudo
y te vestimos?
25.39 ¿Cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y fuimos a
ti?”.
25.40 Y respondiendo el Rey les dirá: “De cierto les digo
que en cuanto lo hicieron a uno de estos mis hermanos más pequeños, a
mí me lo hicieron”.
25.41 »Entonces dirá también a los de su izquierda:
“Apártense de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y
sus ángeles.
25.42 Porque tuve hambre, y no me dieron de comer; tuve
sed, y no me dieron de beber;
25.43 fui forastero, y no me recibieron; estuve desnudo, y
no me vistieron; enfermo y en la cárcel, y no me visitaron”.
25.44 Entonces le responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos
hambriento, o sediento, o forastero, o desnudo, o enfermo, o en la
cárcel, y no te servimos?”.
25.45 Entonces les responderá diciendo: “De cierto les
digo, que en cuanto no lo hicieron a uno de estos más pequeños, tampoco
me lo hicieron a mí”.
25.46
Entonces irán estos al
tormento{lit. en
griego: "en un atrincheramiento",
o "en una poda"}
eterno, y los justos a la vida
eterna.
▲280- Jesús: de día en el templo, de noche
en el monte de los Olivos.
21.37
Pasaba los días enseñando en el templo y saliendo al anochecer
permanecía en el monte que se llama de los Olivos.
21.38 Y todo el pueblo venía a él desde temprano para oírlo
en el templo.
26.1
Aconteció que, cuando Jesús terminó todas estas palabras, dijo a sus
discípulos:
26.2a
“Saben que después de dos días se celebra la Pascua (...)
14.1a
Dos días después era la Pascua y la fiesta de los Panes sin levadura. (...)
22.1
Estaba próximo el día de la fiesta de los Panes sin levadura que se
llama la Pascua.
26.2b
(...) y el Hijo
del Hombre va a ser entregado para ser crucificado”.
13.1a
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su
hora para pasar de este mundo al Padre, (...)
▲282- El complot de los religiosos contra
Jesús. ►El 12º día
del mes de Nisán (lunes, 3 de abril del año 30).◄
26.3
Entonces los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se
reunieron en el palacio del sumo sacerdote, que se llamaba Caifás,
26.4 y consultaron entre sí para prender a Jesús por
engaño y matarlo.
26.5 Pero decían: “No lo hagamos en la fiesta, para
que no se haga alboroto en el pueblo”.
14.1b
(...) Y los
principales sacerdotes y los escribas estaban buscando cómo prenderlo
por engaño y matarlo
14.2 pues decían: “No en la fiesta, de modo que no se
haga alboroto en el pueblo”.
22.2
Los principales sacerdotes y los escribas estaban buscando cómo
eliminarle, pues temían al pueblo.
▲283- Satanás entra en Judas para entregar
a Jesús por 30 piezas de plata.
26.14
Entonces, uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los
principales sacerdotes
14.10
Entonces Judas Iscariote, uno de los doce, fue a los principales
sacerdotes para entregárselo.
22.3
Entonces Satanás entró en Judas, llamado Iscariote, el cual era uno del
número de los doce.
22.4 Él fue y habló con los principales sacerdotes y
con los magistrados acerca de cómo entregarle.
13.2
(...) el diablo
ya había puesto en el corazón de Judas hijo de Simón Iscariote que lo
entregara,
26.15
y les dijo: -¿Qué me quieren dar? Y yo se los entregaré. Ellos le
asignaron treinta piezas de plata;
26.16 y desde entonces él buscaba la oportunidad para
entregarlo.
14.11
Ellos, al oírlo, se alegraron y prometieron darle dinero. Y él buscaba
cómo entregarlo en un momento oportuno.
22.5
Estos se alegraron y acordaron darle dinero.
22.6 Él estuvo de acuerdo y buscaba la oportunidad
para entregarlo sin que la gente lo advirtiera.
26.17a
El primer día de la fiesta de los Panes sin levadura, (...)
14.12a
El primer día de la fiesta de los Panes sin levadura, cuando
sacrificaban el cordero de la Pascua, (...)
22.7
Llegó el día de los Panes sin levadura, en el cual era necesario
sacrificar la víctima pascual.
22.8 Jesús envió a Pedro y a Juan, diciendo: -Vayan,
prepárennos la Pascua para que comamos.
26.17b
(...) los
discípulos se acercaron a Jesús diciendo: -¿Dónde quieres que te
hagamos los preparativos para comer la Pascua?
26.18
Él dijo: -Vayan a la ciudad, a cierto hombre, y díganle: “El Maestro
dice: ‘Mi tiempo está cerca; en tu casa voy a celebrar la Pascua con
mis discípulos’”.
14.12b
(...) sus
discípulos le dijeron: -¿Dónde quieres que vayamos y hagamos los
preparativos para que comas la Pascua?
14.13
Él envió a dos de sus discípulos y les dijo: -Vayan a la ciudad, y les
saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua. Síganlo
14.14 y, donde entre, digan al dueño de casa: “El Maestro
dice: ‘¿Dónde está mi habitación donde he de comer la Pascua con mis
discípulos?’”.
14.15 Y él les mostrará un gran aposento alto ya dispuesto
y preparado. Preparen allí para nosotros.
22.9
Ellos le preguntaron: -¿Dónde quieres que la preparemos?
22.10 Él les dijo: -He aquí, cuando entren en la ciudad,
les saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua. Síganlo
hasta la casa a donde entre.
22.11 Díganle al dueño de la casa: “El Maestro te dice:
‘¿Dónde está la habitación en la que he de comer la Pascua con mis
discípulos?’”.
22.12 Y él les mostrará un gran aposento alto ya dispuesto.
Preparen allí.
26.19
Los discípulos hicieron como Jesús les mandó y prepararon la Pascua.
14.16
Salieron sus discípulos, entraron en la ciudad, hallaron como les había
dicho y prepararon la Pascua.
22.13
Fueron, pues, y hallaron como les había dicho; y prepararon la Pascua.
▲285- En la cena de la Pascua. [+] ►El día 14
del mes de Nisán (miércoles, 5 de abril del año 30).◄
26.20
Al atardecer, él estaba sentado a la mesa con los doce
14.17
Al atardecer fue con los doce
22.14
Cuando llegó la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles.
22.15
Y les dijo: -¡Cuánto he deseado comer con ustedes esta Pascua antes de
padecer!
22.16 Porque les digo que no comeré más de ella hasta que
se cumpla en el reino de Dios.
22.17 Luego tomó{lit. en
griego: "habiendo recibido"}
una copa y, habiendo dado gracias, dijo: -Tomen esto y repártanlo entre
ustedes
22.18 porque les digo que desde ahora no beberé más del
fruto de la vid hasta que venga el reino de Dios.
13.1
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su
hora para pasar de este mundo al Padre, como había amado a los suyos
que estaban en el mundo los amó hasta el fin.
13.2
Durante la cena, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas
hijo de Simón Iscariote que lo entregara,
13.3 y sabiendo Jesús que el Padre había puesto todas
las cosas en sus manos y que él había salido de Dios y a Dios iba,
13.4 se levantó de la cena; se quitó el manto y,
tomando una toalla, se ciñó con ella.
13.5 Luego echó agua en una vasija y comenzó a lavar
los pies de los discípulos y a secarlos con la toalla con que estaba
ceñido.
13.6 Entonces llegó a Simón Pedro y este le dijo:
-Señor, ¿tú me lavas los pies a mí?
13.7 Respondió Jesús y le dijo: -Lo que yo hago tú no
lo entiendes ahora pero lo comprenderás después.
13.8 Pedro le dijo: -¡Jamás me lavarás los pies!
Jesús le respondió: -Si no te lavo no tienes parte conmigo.
13.9 Le dijo Simón Pedro: -Señor, entonces, no solo
mis pies sino también las manos y la cabeza.
13.10 Le dijo Jesús: -El que se ha lavado no tiene
necesidad de lavarse más que los pies pues está todo limpio. Ya ustedes
están limpios, aunque no todos.
13.11 Porque sabía quién lo entregaba por eso dijo: “No
todos están limpios”.
13.12 Así que, después de haberles lavado los pies, tomó su
manto, se volvió a sentar a la mesa y les dijo: -¿Entienden lo que les
he hecho?
13.13 Ustedes me laman Maestro y Señor y dicen bien, porque
lo soy.
13.14 Pues bien, si yo, el Señor y el Maestro, lavé sus
pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros.
13.15 Porque ejemplo les he dado para que, así como yo se
los hice, ustedes también lo hagan.
13.16 De cierto, de cierto les digo que el siervo no es
mayor que su señor ni tampoco el apóstol es mayor que el que lo envió.
13.17 Si saben estas cosas, bienaventurados son si las
hacen.
13.18 No hablo así de todos ustedes. Yo sé a quiénes he
elegido; pero para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo
levantó contra mí su talón.
13.19 Desde ahora les digo, antes de que suceda, para que
cuando suceda crean que Yo Soy.
13.20
De cierto, de cierto les digo que el que recibe al que yo envío a mí me
recibe; y el que a mí me recibe, recibe al que me envió.
▲288- Jesús indica que Judas le
traicionará. Judas se va.
26.21
y, mientras comían, dijo: -De cierto les digo que uno de ustedes me va
a entregar.
26.22 Entristecidos en gran manera, comenzaron a
preguntarle uno por uno: -¿Acaso seré yo, Señor?
26.23 Entonces respondiendo él dijo: -El que mete la mano
conmigo en el plato, este me entregará.
26.24 A la verdad, el Hijo del Hombre va, tal como está
escrito de él. Pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado el Hijo
del Hombre! Bueno le fuera a aquel hombre no haber nacido.
14.18
y, cuando estaban sentados a la mesa comiendo, Jesús dijo: -De cierto
les digo que uno de ustedes, el que come conmigo, me va a entregar.
14.19 Entonces comenzaron a entristecerse y a decirle uno
tras otro: -¿Acaso seré yo?
14.20 Él les dijo: -Es uno de los doce, el que moja el pan
conmigo en el plato.
14.21 A la verdad, el Hijo del Hombre va, tal como está
escrito de él. Pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado el Hijo
del Hombre! Bueno le fuera a aquel hombre no haber nacido.
22.21
»No obstante, he aquí la mano del que me entrega está conmigo en la
mesa.
22.22 A la verdad, el Hijo del Hombre va según lo que está
determinado, pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado!
22.23 Entonces ellos comenzaron a preguntarse entre sí cuál
de ellos sería el que habría de hacer esto.
13.21
Después de haber dicho esto, Jesús se conmovió en espíritu y testificó
diciendo: -De cierto, de cierto les digo que uno de ustedes me va a
entregar.
13.22 Entonces los discípulos se miraban unos a otros
dudando de quién hablaba.
13.23 Uno de sus discípulos, a quien Jesús amaba, estaba a
la mesa recostado junto a Jesús.
13.24 A él Simón Pedro le hizo señas para que preguntara
quién era aquel de quien hablaba.
13.25 Entonces él, recostándose sobre el pecho de Jesús, le
dijo: -Señor, ¿quién es?
13.26a Jesús contestó: -Es aquel para quien yo mojo el bocado y
se lo doy. (...)
13.26b (...) Y mojando el bocado, lo tomó y se
lo dio a Judas hijo de Simón Iscariote.
13.27 Después del bocado, Satanás entró en él. Entonces le
dijo Jesús: -Lo que estás haciendo, hazlo pronto.
13.28 Ninguno de los que estaban a la mesa entendió para
qué le dijo esto
13.29 porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la
bolsa, que Jesús le decía: “Compra lo que necesitamos para la fiesta”,
o que diera algo a los pobres.
26.25
Y respondiendo Judas, el que le entregaba, dijo: -¿Acaso seré yo,
Maestro? Le dijo: -Tú lo has dicho.
13.30 Cuando
tomó el bocado, él salió en seguida; y ya era de noche.
13.31 Cuando Judas había salido, dijo Jesús: -Ahora es
glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él.
13.32 Si Dios es glorificado en él, también Dios lo
glorificará en sí mismo. Y pronto lo glorificará.
26.26
Mientras ellos comían, Jesús tomó pan y lo bendijo; lo partió y lo dio
a sus discípulos, y dijo: -Tomen; coman. Esto es mi cuerpo.
26.27 Tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio
diciendo: -Beban de ella todos;
26.28 porque esto es mi sangre del pacto, la cual es
derramada para el perdón de pecados para muchos.
26.29 Pero les digo que desde ahora no beberé más de este
fruto de la vid hasta aquel día cuando lo beba nuevo con ustedes en el
reino de mi Padre.
14.22
Mientras ellos comían,
Jesús tomó pan y lo bendijo; lo partió, les dio y dijo: -Tomen; esto es
mi cuerpo.
14.23 Tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio y
bebieron todos de ella.
14.24 Y él les dijo: -Esto es mi sangre del pacto, la cual
es derramada a favor de muchos.
14.25 De cierto les digo que no beberé más del fruto de la
vid hasta aquel día cuando lo beba nuevo en el reino de Dios.
22.19
Entonces tomó pan y, habiendo dado gracias, lo partió y les dio
diciendo: -Esto es mi cuerpo que por ustedes es dado. Hagan esto en
memoria de mí.
22.20 Asimismo, después de haber cenado, tomó también la
copa y dijo: -Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre que por ustedes
se derrama.
▲290- Salen fuera cerca de la casa para ir
a la montaña de los Olivos.
26.30
Y después de cantar un himno, salieron al monte{lit. en
griego: "para la montaña"}
de los Olivos.
14.26
Y después de cantar un himno, salieron al monte de los Olivos.
13.33
Hijitos, todavía sigo un poco con ustedes. Me buscarán pero, como dije
a los judíos: “A donde yo voy ustedes no pueden ir”, así les digo a
ustedes ahora.
13.34 »Un mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a
los otros. Como los he amado, ámense también ustedes los unos a los
otros.
13.35 En esto conocerán todos que son mis discípulos: si
tienen amor los unos por los otros.
13.36
Simón Pedro le dijo: -Señor, ¿a dónde vas? Le respondió Jesús: -A donde
yo voy no me puedes seguir ahora, pero me seguirás más tarde.
13.37a Le dijo Pedro: -Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora?
(...)
26.31
Entonces Jesús les dijo: -Todos ustedes se escandalizarán de mí esta
noche, porque está escrito: Heriré al Pastor, y las ovejas del rebaño
serán dispersadas.
26.32 Pero después de haber resucitado, iré delante de
ustedes a Galilea.
14.27
Entonces Jesús les dijo: -Todos se escandalizarán de mí; porque está
escrito: Heriré al Pastor y serán dispersadas las ovejas.
14.28 Pero después de haber resucitado iré delante de
ustedes a Galilea.
22.31
»Simón, Simón, he aquí Satanás me ha pedido para zarandearte como a
trigo.
22.32 Pero yo he rogado por ti, que tu fe no falle. Y tú,
cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos.
26.33
Respondiéndole Pedro dijo: -Aunque todos se escandalicen de ti, yo
nunca me escandalizaré.
26.34 Jesús le dijo: -De cierto te digo que esta noche,
antes que el gallo cante, tú me negarás tres veces.
26.35 Pedro le dijo: -Aunque me sea necesario morir
contigo, jamás te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo.
14.29
Entonces Pedro le dijo: -Aunque todos sean escandalizados, yo no.
14.30 Jesús le dijo: -De cierto te digo que hoy, en esta
noche, antes que el gallo haya cantado dos veces, tú me negarás tres
veces.
14.31 Pero él le decía con mayor insistencia: -Aunque me
sea necesario morir contigo, jamás te negaré. También todos decían lo
mismo.
22.33
Él le dijo: -Señor, estoy listo para ir contigo aun a la cárcel y a la
muerte.
22.34 Pero él dijo: -Pedro, te digo que el gallo no cantará
hoy antes de que tú hayas negado tres veces que me conoces.
13.37b (...) ¡Mi vida pondré por ti!
13.38
Jesús le respondió: -¿Tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te
digo que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces.
22.35
Y les dijo a ellos: -Cuando los envié sin bolsa, sin alforja y sin
calzado, ¿les faltó algo? Ellos dijeron: -Nada.
22.36 Entonces les dijo: -Pues ahora, el que tiene bolsa,
tómela; y también la alforja. Y el que no tiene espada, venda su manto
y compre una.
22.37 Porque les digo que es necesario que se cumpla en mí
aquello que está escrito: Y fue contado con los malhechores. Porque lo
que está escrito de mí tiene cumplimiento.
22.38 Entonces ellos dijeron: -Señor, he aquí dos espadas.
Y él dijo: -Basta.
▲294-
El camino, la verdad. Ver al Padre (un otro sí mismo de Jesús).
El Consolador, el Espíritu Santo. El Padre mayor que el Hijo.
14.1 »No se turbe el corazón de
ustedes. Creen en Dios; crean también en mí.
14.2
En la casa de mi Padre muchas moradas hay. De otra manera, se los
hubiera dicho. Voy, pues, a preparar lugar para ustedes.
14.3 Y si voy y les preparo lugar, vendré otra vez y
los tomaré conmigo para que donde yo esté ustedes también estén.
14.4 Y saben a dónde voy, y saben el camino.
14.5 Le dijo Tomás: -Señor, no sabemos a dónde vas;
¿cómo podemos saber el camino?
14.6 Jesús le dijo: -Yo soy el camino, la verdad y la
vida; nadie viene al Padre sino por mí.
14.7 Si me han conocido a mí, también conocerán a mi
Padre; y desde ahora lo conocen y lo han visto.
14.8 Le dijo Felipe: -Señor, muéstranos el Padre y
nos basta.
14.9 Jesús le dijo: -Tanto tiempo he estado con
ustedes, Felipe, ¿y no me has conocido? El que me ha visto, ha visto al
Padre. ¿Cómo, pues, dices tú: “Muéstranos el Padre”?
14.10 ¿No crees que yo soy en el Padre y el Padre en mí?
Las palabras que yo les hablo, no las hablo de mí mismo sino que el
Padre que mora en mí hace sus obras.
14.11 Créanme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de
otra manera, crean por las mismas obras.
14.12 »De cierto, de cierto les digo que el que cree en mí,
él también hará las obras que yo hago. Y mayores que estas hará, porque
yo voy al Padre.
14.13 Y todo lo que pidan en mi nombre, eso haré para que
el Padre sea glorificado en el Hijo.
14.14 Si me piden alguna cosa en mi nombre, yo la haré.
14.15 »Si me aman, guardarán mis mandamientos.
14.16 Y yo rogaré al Padre y les dará otro Consolador para
que esté con ustedes para siempre.
14.17 Este es el Espíritu de verdad, a quien el mundo no
puede recibir porque no lo ve ni lo conoce. Ustedes lo conocen, porque
permanece con ustedes y está en ustedes.
14.18 No los dejaré huérfanos; volveré a ustedes.
14.19 Todavía un poquito y el mundo no me verá más; pero
ustedes me verán. Porque yo vivo, también ustedes vivirán.
14.20 En aquel día ustedes conocerán que yo soy en mi
Padre, y ustedes en mí, y yo en ustedes.
14.21 El que tiene mis mandamientos y los guarda, él es
quien me ama. Y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y
me manifestaré a él.
14.22 Le dijo Judas, no el Iscariote: -Señor, ¿cómo es que
te has de manifestar a nosotros y no al mundo?
14.23 Respondió Jesús y le dijo: -Si alguno me ama, mi
palabra guardará. Y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos
nuestra morada con él.
14.24 El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra
que escuchan no es mía sino del Padre que me envió.
14.25 »Estas cosas les he hablado mientras todavía estoy
con ustedes.
14.26 Pero el Consolador, el Espíritu Santo que el Padre
enviará en mi nombre, él les enseñará todas las cosas y les hará
recordar todo lo que yo les he dicho.
14.27 »La paz les dejo, mi paz les doy. No como el mundo la
da yo se la doy a ustedes. No se turbe su corazón ni tenga miedo.
14.28 Oyeron que yo les dije: “Voy y vuelvo a ustedes”. Si
me amaran se gozarían de que voy al Padre, porque el Padre es mayor que
yo.
14.29 »Ahora se lo he dicho antes que suceda para que,
cuando suceda, crean.
14.30 Ya no hablaré mucho con ustedes porque viene el
príncipe de este mundo y él no tiene nada en mí.
14.31a Pero para que el mundo conozca que
yo amo al Padre y como el Padre me mandó, así hago. (...)
22.39
Después de salir, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus
discípulos también lo siguieron.
14.31b (...) »Levántense. ¡Vámonos de aquí!
▲296-
La vid y las ramas. Amar unos a otros. Mis amigos, si...
15.1 “Yo soy la vid verdadera,
y mi Padre es el labrador.
15.2
Toda rama que en mí no está llevando fruto, la quita; y toda rama que
está llevando fruto, la limpia para que lleve más fruto.
15.3 Ya ustedes están limpios por la palabra que les
he hablado.
15.4 “Permanezcan en mí, y yo en ustedes. Como la
rama no puede llevar fruto por sí sola si no permanece en la vid, así
tampoco ustedes si no permanecen en mí.
15.5 Yo soy la vid, ustedes las ramas. El que
permanece en mí y yo en él, este lleva mucho fruto. Pero separados de
mí nada pueden hacer.
15.6 Si alguien no permanece en mí, es echado fuera
como rama y se seca. Y las recogen y las echan en el fuego, y son
quemadas.
15.7 “Si permanecen en mí y mis palabras permanecen
en ustedes, pidan lo que quieran y les será hecho.
15.8 En esto es glorificado mi Padre: en que lleven
mucho fruto y sean mis discípulos.
15.9 Como el Padre me amó, también yo los he amado;
permanezcan en mi amor.
15.10 Si guardan mis mandamientos permanecerán en mi amor;
como yo también he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco
en su amor.
15.11 “Estas cosas les he hablado para que mi gozo esté en
ustedes y su gozo sea completo.
15.12 Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los
otros como yo los he amado.
15.13 Nadie tiene mayor amor que este: que uno ponga su
vida por sus amigos.
15.14 Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando.
15.15 Ya no los llamo más siervos porque el siervo no sabe
lo que hace su señor. Pero los he llamado amigos porque les he dado a
conocer todas las cosas que oí de mi Padre.
15.16 “Ustedes no me eligieron a mí; más bien, yo los elegí
a ustedes y les he puesto para que vayan y lleven fruto, y para que su
fruto permanezca a fin de que todo lo que pidan al Padre en mi nombre
él se lo dé.
15.17 Esto les mando: que se amen unos a otros.
15.18 “Si el mundo los aborrece, sepan que a mí me ha
aborrecido antes que a ustedes.
15.19 Si fueran del mundo, el mundo amaría lo suyo. Pero ya
no son del mundo sino que yo los elegí del mundo; por eso el mundo los
aborrece.
15.20 Acuérdense de la palabra que yo les he dicho: ‘El
siervo no es mayor que su señor’. Si a mí me han perseguido, también a
ustedes los perseguirán. Si han guardado mi palabra, también guardarán
la de ustedes.
15.21 Pero todo esto les harán por causa de mi nombre,
porque no conocen al que me envió.
15.22 Si yo no hubiera venido ni les hubiera hablado, no
tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado.
15.23 El que me aborrece, también aborrece a mi Padre.
15.24 Si yo no hubiera hecho entre ellos obras como ningún
otro ha hecho, no tendrían pecado. Y ahora las han visto, y también han
aborrecido tanto a mí como a mi Padre.
15.25 Pero esto sucedió para cumplir la palabra que está
escrita en la ley de ellos: Sin causa me aborrecieron.
15.26 “Pero cuando venga el Consolador, el Espíritu de
verdad que yo les enviaré de parte del Padre, el cual procede del
Padre, él dará testimonio de mí.
15.27 Además, ustedes también
testificarán porque han estado conmigo desde el principio.
▲297-
Pecado, justicia y juicio. El Espíritu guiará en la verdad. Pedir.
Tribulaciones, coraje.
16.1 “Les he dicho esto para
que no se escandalicen.
16.2
Los expulsarán de las sinagogas, y aun viene la hora cuando cualquiera
que los mate pensará que rinde servicio a Dios.
16.3 Esto harán porque no conocen ni al Padre ni a mí.
16.4 Sin embargo, les he dicho estas cosas para que,
cuando venga su hora, se acuerden de ellas, que yo se las dije. “Sin
embargo, no les dije esto al principio porque yo estaba con ustedes.
16.5 Pero ahora voy al que me envió, y ninguno de
ustedes me pregunta: ‘¿A dónde vas?’.
16.6 Más bien, porque les he dicho esto, su corazón
se ha llenado de tristeza.
16.7 Pero yo les digo la verdad: Les conviene que yo
me vaya; porque si no me voy el Consolador no vendrá a ustedes. Y si yo
voy, se lo enviaré.
16.8 “Cuando él venga, convencerá al mundo de pecado,
de justicia y de juicio.
16.9 En cuanto a pecado, porque no creen en mí;
16.10 en cuanto a justicia, porque me voy al Padre y no me
verán más;
16.11 y en cuanto a juicio, porque el príncipe de este
mundo ha sido juzgado.
16.12 “Todavía tengo que decirles muchas cosas, pero ahora
no las pueden sobrellevar.
16.13 Y cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a
toda la verdad pues no hablará por sí solo sino que hablará todo lo que
oiga y les hará saber las cosas que han de venir.
16.14 Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y les
hará saber.
16.15 Todo lo que tiene el Padre es mío. Por esta razón
dije que recibirá de lo mío y se lo hará saber.
16.16 “Un poquito, y no me verán; de nuevo un poquito, y me
verán”.
----------
16.17
Entonces algunos de sus discípulos se dijeron unos a otros: -¿Qué
significa esto que nos dice: “Un poquito, y no me verán; de nuevo un
poquito, y me verán” y “porque voy al Padre”?
16.18 -Decían, pues-: ¿Qué significa esto que dice: “un
poquito”? No entendemos lo que está diciendo.
16.19 Jesús comprendió que le querían preguntar y les dijo:
-¿Preguntan entre ustedes de esto que dije: “Un poquito, y no me verán;
y de nuevo un poquito, y me verán”?
16.20 De cierto, de cierto les digo que ustedes llorarán y
lamentarán pero el mundo se alegrará. Ustedes tendrán angustia, pero su
angustia se convertirá en gozo.
16.21 La mujer, cuando da a luz, tiene angustia porque ha
llegado su hora. Pero después que ha dado a luz un niño ya no se
acuerda del dolor por el gozo de que ha nacido un hombre en el mundo.
16.22 También ustedes, por cierto, tienen angustia ahora
pero yo los veré otra vez. Se gozará mucho su corazón, y nadie les
quitará su gozo.
16.23 En aquel día no me preguntarán nada. De cierto, de
cierto les digo que todo cuanto pidan al Padre en mi nombre, él se lo
dará.
16.24 Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y
recibirán, para que su gozo sea completo.
16.25 »Les he hablado de estas cosas en figuras; pero viene
la hora cuando ya no les hablaré más en figuras sino claramente les
anunciaré acerca del Padre.
16.26 En aquel día pedirán en mi nombre, y no les digo que
yo rogaré al Padre por ustedes
16.27 pues el Padre mismo los ama, porque ustedes me han
amado y han creído que yo he salido de la presencia de Dios.
16.28 Yo salí de la presencia del Padre y he venido al
mundo; otra vez dejo el mundo y voy al Padre.
16.29 Le dijeron sus discípulos: -He aquí, ahora hablas
claramente y no hablas en ninguna figura.
16.30 Ahora entendemos que sabes todas las cosas y no
necesitas que nadie te pregunte. En esto creemos que has salido de Dios.
16.31 Jesús les respondió: -¿Ahora creen?
16.32 He aquí la hora viene, y ha llegado ya, en que serán
esparcidos cada uno por su lado y me dejarán solo. Pero no estoy solo
porque el Padre está conmigo.
16.33
Les he hablado de estas cosas para que en mí tengan paz. En el mundo
tendrán aflicción, pero ¡tengan valor; yo he vencido al mundo!
▲298-
Jesús ora al Padre. « He manifestado tu nombre ». (Otro mismo:
"Lucas 10:22"; "Juan 14:7-9"; "1 Juan 5:20-21"; "Mateo 28:19"; "Hechos
2:38").
17.1
Jesús habló de estas cosas y, levantando los ojos al cielo, dijo:
“Padre, la hora ha llegado. Glorifica a tu Hijo para que el Hijo te
glorifique a ti,
17.2
así como le diste
autoridad sobre todo hombre para que dé vida eterna a todos los que le
has dado.
17.3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti,
el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien tú has enviado.
17.4 Yo te he glorificado en la tierra, habiendo
acabado la obra que me has dado que hiciera.
17.5 Ahora pues, Padre, glorifícame tú en tu misma
presencia con la gloria que yo tenía en tu presencia antes que
existiera el mundo.
17.6 “He manifestado tu nombre a los hombres que del
mundo me diste. Tuyos eran, y me los diste; y han guardado tu palabra.
17.7 Ahora han conocido que todo lo que me has dado
procede de ti
17.8 porque les he dado las palabras que me diste, y
ellos las recibieron y conocieron verdaderamente que provengo de ti, y
creyeron que tú me enviaste.
17.9 “Yo ruego por ellos. No ruego por el mundo sino
por los que me has dado; porque tuyos son.
17.10 Todo lo mío es tuyo, y todo lo tuyo es mío; y he sido
glorificado en ellos.
17.11 Ya no estoy más en el mundo pero ellos están en el
mundo, y yo voy a ti. Padre santo, guárdalos en tu nombre que me has
dado, para que sean uno así como nosotros lo somos.
17.12 Cuando yo estaba con ellos, yo los guardaba en tu
nombre que me has dado. Y los cuidé, y ninguno de ellos se perdió
excepto el hijo de perdición para que se cumpliera la Escritura.
17.13 Pero ahora voy a ti y hablo esto en el mundo para que
tengan mi gozo completo en sí mismos.
17.14 “Yo les he dado tu palabra, y el mundo los aborreció
porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
17.15 No ruego que los quites del mundo sino que los
guardes del maligno.
17.16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
17.17 Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad.
17.18 Así como tú me enviaste al mundo, también yo los he
enviado al mundo.
17.19 Por ellos yo me santifico a mí mismo, para que ellos
también sean santificados en la verdad.
17.20 “Pero no ruego solamente por estos sino también por
los que han de creer en mí por medio de la palabra de ellos;
17.21 para que todos sean uno así como tú, oh Padre, en mí
y yo en ti, que también ellos lo sean en nosotros; para que el mundo
crea que tú me enviaste.
17.22 Yo les he dado la gloria que tú me has dado para que
sean uno, así como también nosotros somos uno.
17.23 Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente
unidos; para que el mundo conozca que tú me has enviado, y que los has
amado como también a mí me has amado.
17.24 “Padre, quiero que donde yo esté, también estén
conmigo aquellos que me has dado para que vean mi gloria que me has
dado, porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.
17.25 Padre justo, el mundo no te ha conocido pero yo te he
conocido, y estos han conocido que tú me enviaste.
17.26
Yo les he dado a conocer tu nombre y se lo daré a conocer todavía, para
que el amor con que me has amado esté en ellos, y yo en ellos”.
▲299- En el huerto de Getsemaní (al otro lado del Cedrón),
ubicado al pie del monte de los Olivos. Jesús tiene miedo y ora.
26.36
Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y
dijo a los discípulos: -Siéntense aquí, hasta que yo vaya allá y ore.
26.37 Tomó consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, y
comenzó a entristecerse y a angustiarse.
26.38 Entonces les dijo: -Mi alma está muy triste, hasta la
muerte. Quédense aquí y velen conmigo.
26.39 Pasando un poco más adelante, se postró sobre su
rostro, orando y diciendo: -Padre mío, de ser posible, pase de mí esta
copa. Pero, no sea como yo quiero, sino como tú.
26.40 Volvió a sus discípulos y los halló durmiendo, y dijo
a Pedro: -¿Así que no han podido velar ni una sola hora conmigo?
26.41 Velen y oren, para que no entren en tentación. El
espíritu, a la verdad, está dispuesto; pero la carne es débil.
26.42 Por segunda vez se apartó y oró diciendo: -Padre mío,
si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu
voluntad.
26.43 Cuando volvió otra vez, los halló durmiendo porque
los ojos de ellos estaban cargados de sueño.
26.44 Dejándolos, se apartó de nuevo y oró por tercera vez,
repitiendo las mismas palabras.
26.45 Entonces volvió a sus discípulos y les dijo:
-¿Todavía están durmiendo y descansando? He aquí la hora está cerca, y
el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de pecadores.
26.46 ¡Levántense, vamos! He aquí está cerca el que me
entrega.
14.32
Llegaron al lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos:
-Siéntense aquí mientras yo oro.
14.33 Tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a
entristecerse y a angustiarse.
14.34 Y les dijo: -Mi alma está muy triste, hasta la
muerte. Quédense aquí y velen.
14.35 Pasando un poco adelante, se postraba en tierra y
oraba que de ser posible, pasase de él aquella hora.
14.36 Decía: -¡Abba, Padre, todo es posible para ti!
¡Aparta de mí esta copa! Pero no lo que yo quiero, sino lo que tú
quieres.
14.37 Volvió y los halló durmiendo, y le dijo a Pedro:
-Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una sola hora?
14.38 Velen y oren, para que no entren en tentación. El
espíritu, a la verdad, está dispuesto pero la carne es débil.
14.39 De nuevo se apartó y oró diciendo las mismas palabras.
14.40 Cuando vino otra vez, los halló durmiendo porque los
ojos de ellos estaban cargados de sueño. Y no sabían qué responderle.
14.41 Volvió por tercera vez y les dijo: -¿Todavía están
durmiendo y descansando? Basta ya. La hora ha venido. He aquí, el Hijo
del Hombre es entregado en manos de los pecadores.
14.42 ¡Levántense, vamos! He aquí, está cerca el que me
entrega.
22.40
Cuando llegó al lugar, les dijo: -Oren que no entren en tentación.
22.41 Y él se apartó de ellos a una distancia considerable
y, puesto de rodillas, oraba
22.42 diciendo: -Padre, si quieres, aparta de mí esta copa;
pero no se haga mi voluntad sino la tuya.
22.43 [Entonces le apareció un ángel del cielo para
fortalecerle.
22.44 Y angustiado, oraba con mayor intensidad, de modo que
su sudor era como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra].
22.45 Cuando se levantó de orar y volvió a sus discípulos,
los halló dormidos por causa de la tristeza.
22.46 Y les dijo: -¿Por qué duermen? Levántense y oren para
que no entren en tentación.
18.1
Habiendo dicho estas cosas, Jesús salió con sus discípulos para el otro
lado del arroyo de Quedrón donde había un huerto en el cual entró Jesús
con sus discípulos.
▲300- Judas entrega a Jesús para que sea
arrestado.
26.47
Mientras él aún hablaba, vino Judas, que era uno de los doce, y con él
mucha gente con espadas y palos de parte de los principales sacerdotes
y de los ancianos del pueblo.
26.48 El que le entregaba les había dado señal diciendo:
“Al que yo bese, ese es. Préndanle”.
26.49 De inmediato se acercó a Jesús y dijo: -¡Te saludo,
Rabí! Y lo besó.
26.50 Pero Jesús le dijo: - Amigo, haz lo que viniste a
hacer. Entonces ellos se acercaron, echaron mano a Jesús y le
prendieron.
26.51 Y he aquí uno de los que estaban con Jesús extendió
su mano, sacó su espada y, golpeando a un siervo del sumo sacerdote, le
cortó la oreja.
26.52 Entonces Jesús le dijo: -Vuelve tu espada a su lugar,
porque todos los que toman espada, a espada perecerán.
26.53 ¿O piensas que no puedo invocar a mi Padre y que él
no me daría ahora mismo más de doce legiones de ángeles?
26.54 Entonces, ¿cómo se cumplirían las Escrituras de que
es necesario que suceda de esta manera?
26.55 En ese momento Jesús dijo a la multitud: -¿Como
contra un asaltante han salido con espadas y palos para prenderme? Cada
día me sentaba enseñando en el templo, y no me prendieron.
26.56 Pero todo esto ha ocurrido para que se cumplan las
Escrituras de los profetas. Entonces todos los discípulos le
abandonaron y huyeron.
14.43
En seguida, mientras él aún hablaba, llegó Judas, uno de los doce, y
con él una multitud con espadas y palos de parte de los principales
sacerdotes, de los escribas y de los ancianos.
14.44 El que lo entregaba les había dado señal diciendo:
“Al que yo bese, ese es. Préndanlo y llévenlo con seguridad”.
14.45 Cuando llegó, de inmediato se acercó a él y dijo:
-¡Rabí! Y le besó.
14.46 Entonces ellos le echaron mano y lo prendieron;
14.47 pero uno de los que estaban allí, sacando su espada,
hirió al siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja.
14.48 Jesús respondió y les dijo: -¿Como contra un
asaltante han salido con espadas y palos para prenderme?
14.49 Cada día yo estaba delante de ustedes enseñando en el
templo, y no me prendieron. Pero así es, para que se cumplan las
Escrituras.
14.50 Entonces todos los suyos lo abandonaron y huyeron.
14.51 Pero cierto joven, habiendo cubierto su cuerpo
desnudo con una sábana, lo seguía; y lo prendieron.
14.52 Pero él, dejando la sábana, huyó desnudo.
22.47
Mientras él aún hablaba, he aquí vino una multitud. El que se llamaba
Judas, uno de los doce, venía delante de ellos y se acercó a Jesús para
besarle.
22.48 Entonces Jesús le dijo: -Judas, ¿con un beso entregas
al Hijo del Hombre?
22.49 Al ver los que estaban con él lo que había de
ocurrir, le dijeron: -Señor, ¿heriremos a espada?
22.50 Y uno de ellos hirió a un siervo del sumo sacerdote y
le cortó la oreja derecha.
22.51 Entonces respondiendo Jesús, dijo: -¡Basta de esto! Y
tocando su oreja, lo sanó.
22.52 Entonces Jesús dijo a los principales sacerdotes, a
los magistrados del templo y a los ancianos que habían venido contra
él: -¿Como contra un asaltante han salido con espadas y palos?
22.53 Habiendo estado con ustedes cada día en el templo, no
extendieron la mano contra mí. Pero esta es la hora de ustedes y la del
poder de las tinieblas.
18.2
También Judas, el que lo entregaba, conocía aquel lugar porque Jesús
solía reunirse allí con sus discípulos.
18.3 Entonces Judas, tomando una compañía de soldados
romanos y guardias de los principales sacerdotes y de los fariseos, fue
allí con antorchas, lámparas y armas.
18.4 Pero Jesús, sabiendo todas las cosas que le
habían de acontecer, se adelantó y les dijo: -¿A quién buscan?
18.5 Le contestaron: -A Jesús de Nazaret. Les dijo
Jesús: -Yo Soy. Estaba también con ellos Judas, el que lo entregaba.
18.6 Cuando les dijo, “Yo Soy”, volvieron atrás y
cayeron a tierra.
18.7 Les preguntó, pues, de nuevo: -¿A quién buscan?
Ellos dijeron: -A Jesús de Nazaret.
18.8 Jesús respondió: -Les dije que Yo Soy. Pues si a
mí me buscan, dejen ir a estos.
18.9 Esto hizo para que se cumpliera la palabra que
él dijo: “De los que me diste, ninguno de ellos perdí”.
18.10 Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la sacó,
hirió al siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. Y el
siervo se llamaba Malco.
18.11 Entonces Jesús dijo a Pedro: -Mete tu espada en la
vaina. ¿No he de beber la copa que el Padre me ha dado?
▲301- Jesús es llevado ante Anás para un
interrogatorio. Pedro sigue; se le hace entrar.
Anás y Caifás vivirían por separado en el mismo palacio ("Juan. 18.18, 25") teniendo
el mismo patio, y ambos son llamados sumos sacerdotes ( "Lucas. 3.2", "Hechos 4.6").
26.57
Los que habían prendido a Jesús lo llevaron ante Caifás, el sumo
sacerdote, donde los escribas y los ancianos se habían reunido. {lit. en
griego: "fueron reunidos"}.
14.53
Llevaron a Jesús ante el sumo sacerdote; y se reunieron{lit. en
griego, ‹indicativo presente, medio o pasivo›: "se reúnen"}[con él]
todos los principales sacerdotes, los ancianos y los escribas.
22.54a
Lo prendieron, lo llevaron y le hicieron entrar en la casa del sumo
sacerdote. (...)
18.12 Entonces
la compañía de soldados, el comandante y los guardias de los judíos
prendieron a Jesús y lo ataron.
18.13 Luego lo llevaron primero ante Anás (porque era el suegro de Caifás, el sumo
sacerdote de aquel año.
18.14 Caifás era el que había dado consejo a los judíos de
que convenía que un hombre muriera por el pueblo).
26.58a
Y Pedro le seguía de lejos hasta el patio de la casa del sumo
sacerdote. (...)
14.54a
Y Pedro le siguió de lejos (...)
22.54b (...) Y Pedro lo seguía de lejos.
18.15
Simón Pedro y otro discípulo seguían a Jesús. Este discípulo era
conocido del sumo sacerdote y entró con Jesús al patio del sumo
sacerdote
18.16a pero Pedro se quedó fuera, a la puerta. Y salió el otro
discípulo que era conocido del sumo sacerdote, habló a la portera (...)
26.58b (...) Habiéndose metido adentro, estaba
sentado con los guardias para ver cómo terminaba aquello.
14.54b (...) hasta dentro del patio del sumo
sacerdote, y estaba sentado con los guardias y se calentaba ante el
fuego.
22.55
Cuando encendieron fuego en medio del patio y se sentaron alrededor,
Pedro también se sentó entre ellos.
18.16b (...) y llevó a Pedro adentro. 18.18
Y los siervos y los guardias estaban de pie pues habían encendido unas
brasas, porque hacía frío y se calentaban. Pedro también estaba de pie
con ellos, calentándose.
▲302- Pedro niega a Jesús por primera vez (Jesús estaba en casa de Anás).
26.69a
Pedro
estaba sentado afuera en el patio, (...)
14.66a
Estando Pedro abajo en el patio, (...)
26.69b
(...) y se le
acercó una criada (...)
14.66b
(...) vino una de
las criadas del sumo sacerdote.
14.67a Cuando vio a Pedro calentándose, (...)
22.56a
Entonces una criada, al verlo sentado junto a la lumbre, (...)
18.17a Entonces
la criada portera (...)
14.67b
(...) se fijó en
él (...)
22.56b
(...) lo miró
fijamente (...)
26.69c
(...) diciendo:
-¡Tú también estabas con Jesús el galileo!
14.67c
(...) y le dijo:
-¡Tú también estabas con Jesús de Nazaret!
18.17b (...) dijo a Pedro: -¿Tú no serás
también de los discípulos de ese hombre? (...)
22.56c
(...) y dijo:
-¡Este estaba con él!
26.70
Pero él lo negó delante de todos diciendo: -No sé lo que dices.
14.68a
Pero él negó diciendo: -No lo conozco, ni sé lo que dices. (...)
22.57
Pero él negó diciendo: -Mujer, no lo conozco.
18.17c (...) Él dijo: -No lo soy.
18.18
Y los siervos y los guardias estaban de pie pues habían encendido unas
brasas, porque hacía frío y se calentaban. Pedro también estaba de pie
con ellos, calentándose.
▲303- Anás (también llamado sumo sacerdote:
"Lucas 3.2", "Hechos 4.6") pregunta a Jesús (versículos 13 y 19).
18.19
El sumo sacerdote {lit. en
griego: "pues"}
preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina.
18.20
Jesús le respondió: -Yo he hablado abiertamente al mundo. Siempre he
enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los
judíos. Nada he hablado en secreto.
18.21 ¿Por qué me preguntas a mí? Pregúntales a los que han
oído lo que yo les he hablado. He aquí, ellos saben lo que yo dije.
18.22 Cuando dijo esto, uno de los guardias que estaba allí
le dio una bofetada a Jesús diciéndole: -¿Así respondes al sumo
sacerdote?
18.23 Jesús le contestó: -Si he hablado mal, da testimonio
del mal; pero si bien, ¿por qué me golpeas?
▲304- Anás envía a Jesús a Caifás (versículo 24) que viviría
separado en el mismo palacio que él (versículos 18 y 25), porque
Pedro continúa calentándose en el mismo lugar (versículos 18 y 25a).
18.24
Entonces Anás lo envió atado a Caifás, el sumo sacerdote.
▲305- Pedro niega a Jesús por 2ª vez (Jesús estaba delante Caifás).
Muchos han hablado.
18.25a Estaba,
pues, Pedro de pie calentándose, (...)
14.68b
(...) Y salió
afuera a la entrada, y el gallo cantó.
26.71
Pero cuando él salió a la puerta, otra criada le vio y dijo a los que
estaban allí: -Este estaba con Jesús de Nazaret.
14.69
Cuando la criada lo vio, comenzó otra vez a decir a los que estaban
allí: -Este es uno de ellos.
22.58a
Un poco después, al verlo otro, (...)
22.58b
(...) le dijo:
-¡Tú también eres de ellos! (...)
18.25b (...) y le dijeron: -¿Tú no serás
también de sus discípulos? (...)
26.72
Y otra vez negó con juramento: -Yo no conozco al hombre.
14.70a
Pero él negó otra vez. (...)
22.58c
(...) Y Pedro
dijo: -Hombre, no lo soy.
18.25c (...) Él negó y dijo: -No lo soy.
▲306- Poco después, Pedro niega a Jesús por
tercera vez y el gallo canta (esto
sería 1 hora después de que Pedro entró en el patio). Muchos han
hablado.
26.73a Y
poco después (...)
14.70b
Poco después, (...)
22.59a
Como una hora después, (...)
26.73b (...)
se acercaron los que estaban por allí y dijeron a Pedro:
-Verdaderamente, tú también eres de ellos, porque aun tu modo de hablar
te descubre.
14.70c (...) los que estaban allí decían otra
vez a Pedro: -Verdaderamente tú eres uno de ellos, porque eres galileo.
22.59b (...) otro insistía diciendo:
-Verdaderamente, también este estaba con él porque es galileo.
18.26
Uno de los siervos del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro
le había cortado la oreja, le dijo: -¿No te vi yo en el huerto con él?
26.74
Entonces comenzó a maldecir y a jurar: -¡No conozco al hombre! En
seguida cantó el gallo,
14.71
Pero él comenzó a maldecir y a jurar: -¡No conozco a este hombre de
quien hablan!
14.72a Y en seguida cantó el gallo por segunda vez; (...)
22.60
Y Pedro dijo: -¡Hombre, no sé lo que dices! Y de inmediato, estando él
aún hablando, el gallo cantó.
18.27 Pedro negó
otra vez, y en seguida cantó el gallo.
26.75
y Pedro se acordó de la palabra de Jesús que le había dicho: “Antes que
cante el gallo, tú me negarás tres veces”. Y saliendo fuera, lloró
amargamente.
14.72b
(...)
y Pedro se acordó de la palabra que Jesús le había dicho: “Antes que
cante el gallo dos veces, me negarás tres veces”. Y pensando en esto,
lloraba.
22.61
Entonces el Señor se volvió y miró a Pedro, y Pedro se acordó de la
palabra del Señor como le había dicho: “Antes que el gallo cante hoy,
me negarás tres veces”.
22.62 Y saliendo fuera, Pedro lloró amargamente.
▲307- Primera deliberación: Jesús en el
Sanedrín. Testimonios falsos.
26.59
Los principales sacerdotes, los ancianos y todo el Sanedrín buscaban
falso testimonio contra Jesús, para que le entregaran a muerte.
26.60 Pero no lo hallaron, a pesar de que se presentaron
muchos testigos falsos. Por fin se presentaron dos
26.61 y dijeron: -Este dijo: “Puedo derribar el templo de
Dios y edificarlo en tres días”.
26.62 Se levantó el sumo sacerdote y le dijo: -¿No
respondes nada? ¿Qué testifican estos contra ti?
26.63 Pero Jesús callaba. Y el sumo sacerdote le dijo: -¡Te
conjuro por el Dios viviente que nos digas si tú eres el Cristo, el
Hijo de Dios!
26.64 Jesús le dijo: -Tú lo has dicho. Además les digo: De
aquí en adelante verán al Hijo del Hombre sentado a la diestra del
Poder y viniendo en las nubes del cielo.
26.65 Entonces el sumo sacerdote rasgó su vestidura
diciendo: -¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He
aquí, ahora mismo, ustedes han oído la blasfemia.
26.66 ¿Qué les parece? Y ellos respondiendo dijeron: -¡Es
reo de muerte!
14.55
Los principales sacerdotes y todo el Sanedrín buscaban testimonio
contra Jesús para entregarlo a muerte, pero no lo hallaban.
14.56 Porque muchos daban falso testimonio contra Jesús,
pero sus testimonios no concordaban.
14.57 Entonces se levantaron unos y dieron falso testimonio
contra él diciendo:
14.58 -Nosotros le oímos decir: “Yo derribaré este templo
que ha sido hecho con manos, y en tres días edificaré otro hecho sin
manos”.
14.59 Pero ni aun así concordaba el testimonio de ellos.
14.60 Entonces el sumo sacerdote se levantó en medio y le
preguntó a Jesús diciendo: -¿No respondes nada? ¿Qué testifican estos
contra ti?
14.61 Pero él callaba y no respondió nada. Otra vez el sumo
sacerdote le preguntó y le dijo: -¿Eres tú el Cristo, el Hijo del
Bendito?
14.62 Jesús le dijo: -Yo soy. Y además, verán al Hijo del
Hombre sentado a la diestra del Poder y viniendo con las nubes del
cielo.
14.63 Entonces el sumo sacerdote rasgó su vestidura y dijo:
-¿Qué más necesidad tenemos de testigos?
14.64 Ustedes han oído la blasfemia. ¿Qué les parece? Y
todos ellos lo condenaron como reo de muerte.
▲308- Los hombres se burlan de Jesús y lo
golpean.
26.67
Entonces le escupieron en la cara y le dieron puñetazos, y otros le
dieron bofetadas
26.68 diciendo: -¡ Profetízanos, Cristo! ¿Quién es el que
te golpeó?
14.65
Algunos comenzaron a escupirle, a cubrirle la cara y a darle bofetadas
diciendo: -¡Profetiza! También los guardias lo recibieron a bofetadas.
22.63
Los hombres que tenían bajo custodia a Jesús se burlaban de él y lo
golpeaban.
22.64 Y cubriéndole le preguntaban diciendo: -¡Profetiza!
¿Quién es el que te golpeó?
22.65 Y le decían otras muchas cosas injuriándole.
▲309- Segunda deliberación (oficial de día): Jesús en
el sanedrín para que reafirme quién es.
27.1
Al amanecer, todos los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo
tomaron consejo contra Jesús para entregarle a muerte.
15.1a
Y luego, muy de mañana, cuando los principales
sacerdotes ya habían consultado con los ancianos, con los escribas y
con todo el Sanedrín, (...)
22.66
Cuando amaneció, se juntaron los ancianos del pueblo, los principales
sacerdotes y los escribas, y lo llevaron al Sanedrín de ellos.
22.67 Y le dijeron: -Si tú eres el Cristo, ¡dínoslo! Pero
él les dijo: -Si se lo dijera, no lo creerían.
22.68 Además, si yo les preguntara, no me responderían.
22.69 Pero, de ahora en adelante, el Hijo del Hombre estará
sentado a la diestra del poder de Dios.
22.70 Le dijeron todos: -Entonces, ¿eres tú Hijo de Dios? Y
él les dijo: -Ustedes dicen que Yo Soy.
22.71 Entonces ellos dijeron: -¿Qué más necesidad tenemos
de testimonio? Porque nosotros mismos lo hemos oído de su boca.
▲310- Jesús llevado atado ante Pilato por
la mañana.
27.2
Y después de atarlo, lo llevaron y lo entregaron al procurador Pilato.
15.1b (...) después de atar a Jesús, lo
llevaron y lo entregaron a Pilato.
23.1
Entonces, levantándose toda la multitud de ellos, lo llevaron a Pilato.
18.28a
Llevaron a Jesús de Caifás al Pretorio. Era al
amanecer. (...)
▲311- Remordimiento y suicidio de Judas. 30
monedas de plata.
27.3
Entonces Judas, el que le había entregado, al ver que era condenado,
sintió remordimiento y devolvió las treinta piezas de plata a los
principales sacerdotes y a los ancianos,
27.4 diciendo: -Yo he pecado entregando sangre
inocente. Pero ellos dijeron: -¿Qué nos importa a nosotros? ¡Es asunto
tuyo!
27.5 Entonces él, arrojando las piezas de plata
dentro del santuario, se apartó, se fue y se ahorcó.
27.6 Los principales sacerdotes, tomando las piezas
de plata, dijeron: -No es lícito ponerlas en el tesoro de las ofrendas,
porque es precio de sangre.
27.7 Y habiendo tomado acuerdo, compraron con ellas
el campo del Alfarero, para sepultura de los extranjeros.
27.8 Por eso aquel campo se llama Campo de Sangre
hasta el día de hoy.
27.9 Entonces se cumplió lo que fue dicho por el
profeta Jeremías, cuando dijo: Y tomaron las treinta piezas de plata,
precio del apreciado, según el precio fijado por los hijos de Israel;
27.10 y las dieron para el campo del Alfarero, como me
ordenó el Señor.
▲312- Jesús interrogado por el gobernador
romano Pilato.
18.28b (...) Pero ellos no entraron al Pretorio
para no contaminarse y para así poder comer la Pascua.
18.29 Por tanto, Pilato salió a ellos y dijo: -¿Qué
acusación traen contra este hombre?
18.30 Le respondieron y dijeron: -Si este no fuera
malhechor no te lo habríamos entregado.
18.31 Entonces Pilato les dijo: -Tómenlo ustedes y
júzguenlo según su ley. Los judíos le dijeron: -A nosotros no nos es
lícito dar muerte a nadie.
18.32 Así sucedió para que se cumpliera la palabra de Jesús
que dijo señalando con qué clase de muerte había de morir.
23.2
Y comenzaron a acusarlo diciendo: -Hemos hallado a este que agita a
nuestra nación, prohíbe dar tributo al César y dice que él es el
Cristo, un rey.
27.11a
Jesús estuvo de pie en presencia del procurador, (...)
18.33a Entonces
Pilato entró otra vez al Pretorio, llamó a Jesús (...)
27.11b (...) y el procurador le preguntó
diciendo: -¿Eres tú el rey de los judíos? Jesús le dijo: -Tú lo dices.
27.12 Y siendo acusado por los principales sacerdotes y por
los ancianos, no respondió nada.
27.13 Entonces Pilato le dijo: -¿No oyes cuántas cosas
testifican contra ti?
27.14 Él no le respondió ni una palabra, de manera que el
procurador se maravillaba mucho.
15.2
Y Pilato le preguntó: -¿Eres tú el rey de los judíos? Y respondiendo le
dijo: -Tú lo dices.
15.3 Los principales sacerdotes le acusaban de muchas
cosas.
15.4 Pero Pilato le preguntaba de nuevo diciendo:
-¿No respondes nada? Mira de cuántas cosas te acusan.
15.5 Pero Jesús, aun con eso, no respondió nada, de
modo que Pilato se maravillaba.
23.3
Entonces Pilato le preguntó diciendo: -¿Eres tú el rey de los judíos?
Respondiendo, le dijo: -Tú lo dices.
18.33b (...) y le dijo: -¿Eres tú el rey de los
judíos?
18.34 Jesús le respondió: -¿Preguntas tú esto por ti mismo
o porque otros te lo han dicho de mí?
18.35 Pilato respondió: -¿Acaso soy yo judío? Tu propia
nación y los principales sacerdotes te entregaron a mí. ¿Qué has hecho?
18.36 Contestó Jesús: -Mi reino no es de este mundo. Si mi
reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no
fuera entregado a los judíos. Ahora, pues, mi reino no es de aquí.
18.37 Entonces Pilato le dijo: -¿Así que tú eres rey? Jesús
respondió: -Tú dices que soy rey. Para esto yo he nacido y para esto he
venido al mundo: para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de
la verdad oye mi voz.
18.38a Le dijo Pilato: -¿Qué es la verdad? (...)
23.4
Pilato dijo a los principales sacerdotes y a la multitud: -No hallo
ningún delito en este hombre.
18.38b (...) Habiendo dicho esto, salió de
nuevo a los judíos y les dijo: -Yo no hallo ningún delito en él.
23.5
Pero ellos insistían diciendo: -Alborota al pueblo enseñando por toda
Judea, comenzando desde Galilea hasta aquí.
23.6 Entonces Pilato, al oírlo, preguntó si el hombre
era galileo.
23.7 Y al saber que era de la jurisdicción de Herodes
lo remitió a Herodes, quien también estaba en Jerusalén en aquellos
días.
23.8 Herodes, viendo a Jesús, se alegró mucho porque
hacía mucho tiempo que deseaba verle, pues había oído muchas cosas de
él y tenía esperanzas de que lo vería hacer algún milagro.
23.9 Herodes le preguntaba con muchas palabras, pero
Jesús no le respondió nada.
23.10 Estaban allí los principales sacerdotes y los
escribas, acusándolo con vehemencia.
23.11 Pero Herodes y su corte, después de menospreciarlo y
burlarse de él, lo vistieron con ropa espléndida. Y volvió a enviarlo a
Pilato.
23.12 Aquel mismo día se hicieron amigos Pilato y Herodes
porque antes habían estado enemistados.
▲314- Pilato hace elegir entre Jesús y
Barrabás. [+]
23.13
Entonces Pilato convocó a los principales sacerdotes, a los magistrados
y al pueblo,
23.14 y les dijo: -Me han presentado a este como persona
que desvía al pueblo. He aquí, yo lo he interrogado delante de ustedes
y no he hallado ningún delito en este hombre de todo aquello que lo
acusan.
23.15 Tampoco Herodes, porque él nos lo remitió; y he aquí
no ha hecho ninguna cosa digna de muerte.
23.16 Así que lo soltaré después de castigarle.
27.15
En la fiesta, el procurador acostumbraba soltar al pueblo un preso, el
que quisieran.
27.16 Tenían en aquel entonces un preso famoso que se
llamaba Barrabás.
15.6
En la fiesta Pilato solía soltarles un preso, el que pidieran.
15.7 Y había uno que se llamaba Barrabás, preso con
los rebeldes que habían cometido homicidio en la insurrección.
15.8 La multitud se levantó y comenzó a pedir que les
hiciera como acostumbraba.
23.17
[Algunos
manuscritos antiguos incluyen: "Pues
tenía necesidad de soltarles uno en cada fiesta;" {texto similar
a "Mateo 27.15" y "Marcos 15.6".}]
27.17
Estando ellos reunidos, Pilato les dijo: -¿A cuál quieren que les
suelte? ¿A Barrabás o a Jesús, llamado el Cristo?
27.18 Porque sabía que por envidia lo habían entregado.
27.19 Mientras él estaba sentado en el tribunal, su esposa
le mandó a decir: “No tengas nada que ver con ese justo, porque hoy he
sufrido muchas cosas en sueños por causa de él”.
27.20 Entonces los principales sacerdotes y los ancianos
persuadieron a las multitudes que pidieran a Barrabás y que dieran
muerte a Jesús.
15.9
Entonces Pilato les respondió diciendo: -¿Quieren que les suelte al rey
de los judíos?
15.10 Porque sabía que por envidia lo habían entregado los
principales sacerdotes.
15.11 Pero los principales sacerdotes incitaron a la
multitud para que les soltara más bien a Barrabás.
23.18
Pero toda la multitud dio voces a una, diciendo: -¡Fuera con este!
¡Suéltanos a Barrabás!
23.19 Este había sido echado en la cárcel por sedición en
la ciudad y por un homicidio.
18.39
Pero ustedes tienen la costumbre de que les suelte un preso en la
Pascua. ¿Quieren, pues, que les suelte al rey de los judíos?
18.40 Entonces todos gritaron de nuevo diciendo: -¡No a
este, sino a Barrabás! Y Barrabás era un asaltante.
27.21
Y respondiendo el procurador les dijo: -¿A cuál de los dos quieren que
les suelte? Ellos dijeron: -¡A Barrabás!
27.22 Pilato les dijo: -¿Qué, pues, haré con Jesús, llamado
el Cristo? Todos dijeron: -¡Sea crucificado!
15.12
De nuevo intervino Pilato y les decía: -¿Qué, pues, quieren que haga
con el que llaman “el rey de los judíos”?
15.13 De nuevo gritaron: -¡Crucifícalo!
23.20
Entonces Pilato les habló otra vez queriendo soltar a Jesús.
23.21 Pero ellos volvieron a dar voces, diciendo:
-¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!
27.23
Y el procurador les dijo: -Pues, ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban
aún más fuerte diciendo: -¡Sea crucificado!
15.14
Entonces Pilato les dijo: -Pues, ¿qué mal ha hecho? Pero lanzaron
gritos aun más fuertes: -¡Crucifícalo!
23.22
Él les dijo por tercera vez: -¿Pues qué mal ha hecho este? Ningún
delito de muerte he hallado en él. Lo castigaré entonces, y lo soltaré.
23.23 Pero ellos insistían a grandes voces pidiendo que
fuera crucificado. Y sus voces prevalecieron.
27.24
Y cuando Pilato se dio cuenta de que no se lograba nada sino que solo
se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante de la
multitud diciendo: -¡Yo soy inocente de la sangre de este! ¡Será asunto
de ustedes!
27.25 Respondió todo el pueblo y dijo: -¡Su sangre sea
sobre nosotros y sobre nuestros hijos!
27.26a
Entonces les soltó a Barrabás (...)
15.15a
Entonces Pilato, queriendo satisfacer al pueblo, les soltó
a Barrabás (...)
23.24
Entonces Pilato juzgó que se hiciera lo que ellos pedían.
23.25a Les soltó a aquel que había sido echado en la cárcel por
sedición y homicidio, a quien ellos habían pedido, (...)
▲315- Pilato manda azotar a Jesús. Corona
de espinas, burla, etc.
19.1
Entonces Pilato tomó a Jesús y lo azotó.
27.26b
(...) y, después
de haber azotado a Jesús, (...)
15.15b (...)y entregó a Jesús, después
de azotarle, (...)
23.16 (...) después de castigarle.
27.27
Entonces los soldados del procurador llevaron a Jesús al Pretorio y
reunieron a toda la compañía alrededor de él.
27.28 Después de desnudarle, le echaron encima un manto de
escarlata.
27.29 Habiendo entretejido una corona de espinas, se la
pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha pusieron una caña. Se
arrodillaron delante de él y se burlaron de él, diciendo: -¡Viva, rey
de los judíos!
27.30 Y escupiendo en él, tomaron la caña y le golpeaban la
cabeza.
27.31a Cuando se hubieron burlado de él, (...)
15.16
Entonces los soldados lo llevaron dentro del atrio, que es el Pretorio,
y convocaron a toda la compañía.
15.17 Lo vistieron de púrpura y, habiendo entretejido una
corona de espinas, se la pusieron
15.18 y comenzaron a aclamarle: -¡Viva, rey de los judíos!
15.19 También le golpeaban la cabeza con una caña, le
escupían y puestos de rodillas le rendían homenaje.
15.20a Cuando se hubieron burlado de él, (...)
19.2
Los soldados entretejieron una corona de espinas y se la pusieron sobre
la cabeza. Lo vistieron con un manto de púrpura,
19.3 y venían hacia él y le decían: -¡Viva el rey de
los judíos! Y le daban bofetadas.
19.4
Pilato salió otra vez y les dijo: -He aquí, se lo traigo fuera para que
sepan que no hallo ningún delito en él.
19.5 Entonces Jesús salió llevando la corona de
espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: -¡He aquí el hombre!
19.6 Cuando lo vieron los principales sacerdotes y
los guardias, gritaron diciendo: -¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! Les dijo
Pilato: -Tómenlo ustedes y crucifíquenlo porque yo no hallo ningún
delito en él.
19.7 Los judíos le respondieron: -Nosotros tenemos
una ley y, según nuestra ley, él debe morir porque se hizo a sí mismo
Hijo de Dios.
-----
19.8 Cuando Pilato oyó esta palabra, tuvo aún más
miedo.
19.9 Entró en el Pretorio otra vez y le dijo a Jesús:
-¿De dónde eres tú? Pero Jesús no le dio respuesta.
19.10 Entonces le dijo Pilato: -¿A mí no me hablas? ¿No
sabes que tengo autoridad para soltarte y tengo autoridad para
crucificarte?
19.11 Respondió Jesús: -No tendrías ninguna autoridad
contra mí si no te fuera dada de arriba. Por esto, el que me entregó a
ti tiene mayor pecado.
-----
19.12
Desde entonces Pilato procuraba soltarle. Pero los judíos gritaron
diciendo: -Si sueltas a este, no eres amigo del César. Todo aquel que
se hace rey se opone al César.
19.13 Cuando Pilato oyó estas palabras, llevó a Jesús
afuera y se sentó en el tribunal, en el lugar llamado El Enlosado, y en
hebreo Gabata.
19.14 Era el día de la Preparación de la Pascua, y como el
mediodía. Entonces dijo a los judíos: -He aquí su rey.
19.15 Pero ellos gritaron diciendo: -¡Fuera! ¡Fuera!
¡Crucifícalo! Pilato les dijo: -¿He de crucificar a su rey?
Respondieron los principales sacerdotes: -¡No tenemos más rey que el
César!
▲316- Jesús entregado y llevado para ser
crucificado.
27.26c (...) lo entregó para que fuera
crucificado.
15.15c (...) y entregó a Jesús, (...) para que fuera crucificado.
23.25b (...) y entregó a Jesús a la voluntad de
ellos.
19.16a
Y con esto, entonces, lo entregó a ellos para que fuera crucificado. (...)
19.16b (...) Tomaron, pues, a Jesús,
27.31b
(...) le quitaron
el manto, le pusieron sus propios vestidos (...)
15.20b
(...) le quitaron
el manto de púrpura y le pusieron su propia ropa. (...)
27.31c
(...) y lo
llevaron para crucificarle.
15.20c
(...) Entonces lo
sacaron para crucificarle.
19.17a y
él salió (...)
▲317- Jesús llevado para ser matado. Simón
de Cirene. Mujeres llorando.
27.32
Mientras salían, hallaron a un hombre de Cirene llamado Simón. A este
lo obligaron a cargar la cruz de Jesús.
15.21
Obligaron a uno que pasaba viniendo del campo, a un cierto Simón de
Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, a que cargara la cruz de Jesús.
23.26
Y ellos, al llevarle, tomaron a un tal Simón de Cirene, que venía del
campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús.
23.27
Lo seguía una gran multitud del pueblo y de mujeres, las cuales
lloraban y se lamentaban por él.
23.28 Pero Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: -Hijas
de Jerusalén, no lloren por mí sino lloren por ustedes mismas y por sus
hijos.
23.29 Porque he aquí vendrán días en que dirán:
“Bienaventuradas las estériles, los vientres que no concibieron y los
pechos que no criaron”.
23.30 Entonces comenzarán a decir a las montañas: “¡Caigan
sobre nosotros!” y a los montes: “¡Cúbrannos!”.
23.31 Porque si con el árbol verde hacen estas cosas, ¿qué
se hará con el seco?
-----
23.32 Llevaban también a otros dos, que eran malhechores,
para ser ejecutados con él.
▲318- Llegado al lugar de la Calavera
llamado Gólgota.
27.33
Cuando llegaron al lugar que se llama Gólgota, que significa lugar de
la Calavera,
15.22
Y lo llevaron al lugar llamado Gólgota, que traducido es lugar de la
Calavera.
23.33a
Cuando llegaron al lugar que se llama de la Calavera, (...)
19.17b (...) llevando su cruz hacia el lugar
que se llama de la Calavera, y en hebreo Gólgota.
27.34
le dieron a beber vino mezclado con ajenjo; pero cuando lo probó, no lo
quiso beber.
15.23
Le dieron vino mezclado con mirra, pero él no lo tomó.
▲319- Jesús clavado entre dos ladrones. Un
letrero. [+]
27.38
Entonces crucificaron con él a dos ladrones, uno a la derecha y otro a
la izquierda.
15.24a
Y lo crucificaron, (...)
15.25 Eran las nueve de la mañana cuando lo crucificaron.
15.27 Y con él crucificaron a dos ladrones, uno a su
derecha y otro a su izquierda.
15.28 [Algunos
manuscritos antiguos incluyen: 28. "Y se cumplió la Escritura que dice:
Y fue contado con los inicuos;" {texto similar a "Mateo 27.38;
Lucas 23.33; Isaías 53.12 (LXX)."}]
23.33b
(...) lo
crucificaron allí, y a los malhechores: el uno a la derecha y el otro a
la izquierda.
19.18 Allí lo
crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús estaba en
medio.
27.37
Pusieron sobre su cabeza su acusación escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY DE
LOS JUDÍOS.
15.26
El título de su acusación estaba escrito: EL REY DE LOS JUDÍOS.
23.38
Había también sobre él un título escrito que decía: ESTE ES EL REY DE
LOS JUDÍOS.
19.19 Pilato
escribió y puso sobre la cruz un letrero en el cual fue escrito: JESÚS
DE NAZARET, REY DE LOS JUDÍOS.
19.20 Entonces muchos de los judíos leyeron este letrero,
porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad y
el letrero estaba escrito en hebreo, en latín y en griego.
19.21 Los principales sacerdotes de los judíos le decían a
Pilato: -No escribas: “Rey de los judíos” sino: “Este dijo: ‘Soy rey de
los judíos’”.
19.22 Pilato respondió: -Lo que he escrito, he escrito.
27.35
Después de crucificarlo, repartieron sus vestidos, echando suertes.
27.36 Y sentados, le guardaban allí.
15.24b
(...) y
repartieron sus vestidos echando suertes sobre ellos para ver qué se
llevaría cada uno.
23.34
Y Jesús decía: -Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y
partiendo sus vestidos, echaron suertes.
19.23
Cuando los soldados crucificaron a Jesús tomaron los vestidos de él e
hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Además, tomaron la
túnica pero la túnica no tenía costura; era tejida entera de arriba
abajo.
19.24 Por esto se dijeron uno al otro: -No la partamos; más
bien echemos suertes sobre ella para ver de quién será. Esto sucedió
para que se cumpliera la Escritura que dice: Repartieron entre sí mis
vestidos y sobre mi vestidura echaron suertes . Y así lo hicieron los
soldados.
27.39
Los que pasaban lo insultaban, meneando sus cabezas
27.40 y diciendo: -Tú que derribas el templo y en tres días
lo edificas, ¡sálvate a ti mismo, si eres Hijo de Dios, y desciende de
la cruz!
27.41 De igual manera, aun los principales sacerdotes junto
con los escribas y los ancianos se burlaban de él, y decían:
27.42 -A otros salvó; a sí mismo no se puede salvar. ¿Es
rey de Israel? ¡Que descienda ahora de la cruz, y creeremos en él!
27.43 Ha confiado en Dios. Que lo libre ahora si lo quiere,
porque dijo: “Soy Hijo de Dios”.
15.29
Y los que pasaban lo insultaban, meneando sus cabezas y diciendo: -¡Ah!
Tú que derribas el templo y lo edificas en tres días,
15.30 ¡sálvate a ti mismo y desciende de la cruz!
15.31 De igual manera, burlándose de él entre ellos mismos,
los principales sacerdotes junto con los escribas decían: -A otros
salvó; a sí mismo no se puede salvar.
15.32a ¡Que el Cristo, el rey de Israel, descienda ahora de la
cruz para que veamos y creamos! (...)
23.35
El pueblo estaba de pie mirando, y aun los gobernantes se burlaban de
él diciendo: -A otros salvó. Sálvese a sí mismo, si es el Cristo, el
escogido de Dios.
23.36 También los soldados lo escarnecían, acercándose,
ofreciéndole vinagre
23.37 y diciéndole: -Si tú eres el rey de los judíos,
sálvate a ti mismo.
▲321- Los 2 ladrones insultan a Jesús,
luego uno se arrepiente.
27.44
También los ladrones que estaban crucificados con él lo injuriaban de
la misma manera.
15.32b
(...) También los
que estaban crucificados con él lo injuriaban.
23.39
Uno de los malhechores que estaban colgados lo injuriaba diciendo: -¿No
eres tú el Cristo?. ¡Sálvate a ti mismo y a nosotros!
23.40 Respondiendo el otro, lo reprendió diciendo: -¿Ni
siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condenación?
23.41 Nosotros, a la verdad, padecemos con razón porque
estamos recibiendo lo que merecieron nuestros hechos pero este no hizo
ningún mal.
23.42 Y le dijo: -Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en
tu reino.
23.43 Entonces Jesús le dijo: -De cierto te digo que hoy
estarás conmigo en el paraíso.
19.25 Junto a la
cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María esposa de
Cleofas y María Magdalena.
19.26 Cuando Jesús vio a su madre, y al discípulo a quien
amaba de pie junto a ella, dijo a su madre: -Mujer, he ahí tu hijo.
19.27 Después dijo al discípulo: -He ahí tu madre. Y desde
aquella hora el discípulo la recibió en su casa.
▲323- Oscuridad sobre toda la tierra (de
Israel). [+]
27.45
Desde el medio día descendió oscuridad sobre toda la tierra hasta las
tres de la tarde.
15.33
Cuando llegó el medio día, descendió oscuridad sobre toda la tierra
hasta las tres de la tarde.
23.44
Cuando era como el medio día, descendió oscuridad sobre la tierra hasta
las tres de la tarde.
23.45a El sol se oscureció (...)
▲324- Vinagre. Jesús clama y muere. El velo
del templo se rasga. [+] ►El día 14
del mes de Nisán (miércoles, 5 de abril del año 30).◄
27.46
Como a las tres de la tarde Jesús exclamó a gran voz diciendo: -¡Elí,
Elí! ¿Lama sabactani?, (esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
desamparado?).
27.47 Cuando algunos de los que estaban allí le oyeron,
decían: -Este hombre llama a Elías.
15.34
Y a las tres de la tarde Jesús exclamó a gran voz diciendo: -¡Eloi,
Eloi! ¿Lama sabactani? (que traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué
me has desamparado?).
15.35 Al oírle, algunos de los que estaban allí decían: -He
aquí, llama a Elías.
27.48
Y de inmediato uno de ellos corrió, tomó una esponja, la llenó de
vinagre y, poniéndola en una caña, le daba de beber.
27.49 Pero otros decían: -Deja, veamos si viene Elías a
salvarlo.
15.36
Corrió uno y empapó una esponja en vinagre, la puso en una caña y le
dio a beber, diciendo: -Dejen, veamos si viene Elías a bajarle.
19.28
Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo se había consumado, para
que se cumpliera la Escritura dijo: -Tengo sed.
19.29 Había allí una vasija llena de vinagre. Entonces
pusieron en un hisopo una esponja empapada en vinagre y se la acercaron
a la boca.
19.30a Cuando Jesús recibió el vinagre, dijo: -¡Consumado es! (...)
27.50
Pero Jesús clamó otra vez a gran voz y entregó el espíritu.
27.51a Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba
abajo. (...)
15.37
Pero Jesús, dando un fuerte grito, expiró.
15.38 Y el velo del templo se rasgó en dos de arriba abajo.
23.46
Entonces Jesús, gritando a gran voz, dijo: -¡Padre, en tus manos
encomiendo mi espíritu!. Y habiendo dicho esto, expiró.
23.45b (...) y el velo
del templo se rasgó por en medio.
19.30b (...) Y habiendo inclinado la cabeza,
entregó el espíritu.
▲325- Terremoto. Sepulcros que se abren;
los muertos salen de ellos después de la resurrección.
27.51b (...) La tierra tembló y las rocas se
partieron.
27.52 Se abrieron los sepulcros y muchos cuerpos de hombres
santos que habían muerto se levantaron;
27.53 y salidos de los sepulcros después de la resurrección
de él, fueron a la santa ciudad y aparecieron a muchos.
▲326- Los guardias tienen miedo. La gente
mira desde lejos.
27.54
Y cuando el centurión y los que con él guardaban a Jesús vieron el
terremoto y las cosas que habían sucedido, temieron en gran manera y
dijeron: -¡Verdaderamente este era Hijo de Dios!
15.39
El centurión que estaba de pie delante de él, cuando vio que había
muerto de esta manera, dijo: -¡Verdaderamente este hombre era Hijo de
Dios!
23.47
Y cuando el centurión vio lo que había acontecido, dio gloria a Dios
diciendo: -¡Verdaderamente este hombre era justo!
27.55
Estaban allí muchas mujeres mirando desde lejos. Ellas habían seguido a
Jesús desde Galilea, sirviéndole.
27.56 Entre ellas se encontraban: María Magdalena, María la
madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.
15.40
También estaban allí algunas mujeres mirando desde lejos. Entre ellas
se encontraban María Magdalena, María la madre de Jacobo el Menor y de
José, y Salomé.
15.41 Cuando Jesús estaba en Galilea, estas lo seguían y le
servían. También había muchas otras que habían subido con él a
Jerusalén.
23.48
Y toda la multitud que estaba presente en este espectáculo, al ver lo
que había acontecido, volvía golpeándose el pecho.
23.49 Pero todos sus conocidos, y las mujeres que lo habían
seguido desde Galilea, se quedaron lejos mirando estas cosas.
▲327- Una lanza traspasa su costado; sale
sangre y agua.
19.31
Entonces los judíos, por cuanto era el día de la Preparación y para que
los cuerpos no quedaran en la cruz en el sábado {Shabat}
(pues era el Gran Sábado) {lit. en
griego: "porque el día de
aquel sábado ‹Shabat› era grande"},
rogaron a Pilato que se les quebraran las piernas y fueran quitados.
19.32 Luego los soldados fueron y quebraron las piernas al
primero, y después al otro que había sido crucificado con él.
19.33 Pero cuando llegaron a Jesús, como lo vieron ya
muerto, no le quebraron las piernas;
19.34 pero uno de los soldados le abrió el costado con una
lanza y salió al instante sangre y agua.
19.35 El que lo ha visto ha dado testimonio, y su
testimonio es verdadero. Él sabe que dice la verdad para que ustedes
también crean.
19.36 Porque estas cosas sucedieron así para que se
cumpliera la Escritura que dice: Ninguno de sus huesos será quebrado.
19.37 También otra Escritura dice: Mirarán al que
traspasaron.
▲328- Era la preparación = la víspera de un
día de descanso (de un
sábado: "Levítico 23.7"). Jesús puesto en un sepulcro. [+]
27.57
Al atardecer, vino un hombre rico de Arimatea llamado José, quien
también había sido discípulo de Jesús.
27.58 Este se presentó a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús.
Entonces Pilato mandó que se le diera.
15.42
Cuando ya atardecía, siendo el día de la Preparación; es decir, la
víspera del sábado,
15.43 llegó José de Arimatea, miembro ilustre del concilio,
quien también esperaba el reino de Dios, y entró osadamente a Pilato y
le pidió el cuerpo de Jesús.
15.44 Pilato se sorprendió de que ya hubiera muerto. Y
llamando al centurión, le preguntó si ya había muerto.
23.50
He aquí, había un hombre llamado José, el cual era miembro del
concilio, y un hombre bueno y justo.
23.51 Este no había consentido con el consejo ni con los
hechos de ellos. Él era de Arimatea, ciudad de los judíos, y también
esperaba el reino de Dios.
23.52 Este se acercó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús.
19.38a
Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús aunque en
secreto por miedo a los judíos, pidió a Pilato que le permitiera quitar
el cuerpo de Jesús. Pilato se lo permitió. (...)
27.59
José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia
27.60 y lo puso en su sepulcro nuevo que había labrado en
la peña. Luego hizo rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro y
se fue.
15.45
Una vez informado por el centurión, concedió el cuerpo a José.
15.46 Comprando una sábana y bajándolo de la cruz, José lo
envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro que había sido cavado en
una peña. Luego hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro.
23.53
Después de bajarlo de la cruz, lo envolvió en una sábana de lino y lo
puso en un sepulcro cavado en una peña, en el cual nadie había sido
puesto todavía.
19.38b (...) Por tanto, él fue y llevó su
cuerpo.
19.39
También Nicodemo, que al principio había venido a Jesús de noche, fue
llevando un compuesto de mirra y áloes como de treinta y cuatro kilos.
19.40 Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en
lienzos con las especias, de acuerdo con la costumbre judía de sepultar.
19.41 En el lugar donde había sido crucificado había un
huerto, y en el huerto había un sepulcro nuevo en el cual todavía no se
había puesto a nadie.
19.42 Allí, pues, por causa del día de la Preparación de
los judíos y porque aquel sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús.
15.42 (...) siendo el día de la Preparación;
es decir, la víspera del sábado,
23.54
Era el día de la Preparación y estaba por comenzar el sábado.
19.31b (...) por cuanto era el día de la
Preparación y para que los cuerpos no quedaran en la cruz en el sábado {"Shabat"} (pues era
el Gran Sábado) {lit.
en griego: "porque el día de aquel sábado ‹Shabat› era
grande"}, (...)
27.61
Estaban allí María Magdalena y la otra María, sentadas delante del
sepulcro.
15.47
María Magdalena y María la madre de José miraban dónde lo ponían.
23.55
Las mujeres que habían venido con él de Galilea también lo siguieron y
vieron el sepulcro y cómo fue puesto el cuerpo.
23.56a Entonces regresaron (...)
▲329- Guardias vigilando el sepulcro. [+] ►El día 15
del mes de Nisán (jueves, 6 de abril del año 30).◄
27.62
Al día siguiente, esto es, después de la Preparación, los principales
sacerdotes y los fariseos se reunieron ante Pilato
27.63 diciendo: -Señor, nos acordamos de que mientras aún
vivía, aquel engañador dijo: “Después de tres días resucitaré”.
27.64 Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el
tercer día, no sea que sus discípulos vengan y roben el cadáver, y
digan al pueblo: “Ha resucitado de los muertos”. Y el último fraude
será peor que el primero.
27.65 Pilato les dijo: -Tienen tropas de guardia. Vayan y
asegúrenlo como saben hacerlo.
27.66 Ellos fueron y, habiendo sellado la piedra,
aseguraron el sepulcro con la guardia.
▲330- Las mujeres compran aromáticos después de este gran sábado
anual (descanso: "Levítico
23.5-7"). [+] ►El día 16
del mes de Nisán (viernes, 7 de abril del año 30).◄
16.1
Cuando pasó el sábado, María Magdalena, María madre de Jacobo y Salomé
compraron especias aromáticas para ir a ungirle.
23.56b
(...) y
prepararon especias aromáticas y perfumes, (...)
▲331- Las mujeres descansan el sábado (el 7º día de la semana). ►El día 17
del mes de Nisán (sábado, 8 de abril del año 30).◄
23.56c
(...) y reposaron
el sábado conforme al mandamiento.
▲332- Las mujeres en camino al sepulcro. [+] ►El día 18
del mes de Nisán (domingo, 9 de abril del año 30).◄
28.1
Después del sábado{lit. en
griego:
"de sábados"}, al
amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la
otra María para ver el sepulcro.
16.2a
Muy de mañana, el primer día de la semana, fueron{lit. en
griego: "vienen"}
al sepulcro (...)
24.1
Y el primer día de la semana, muy de mañana, fueron{lit. en
griego: "vinieron"} al
sepulcro llevando las especias aromáticas que habían preparado.
20.1a
El primer día de la semana, muy de madrugada, siendo aún oscuro, María
Magdalena fue{lit. en
griego: "viene"}
al sepulcro (...)
▲333- Un ángel remueve la piedra y los
guardias se asustan. [+]
16.2b (...) apenas salido el sol,
16.3 y se decían una a la otra: -¿Quién nos removerá
la piedra de la entrada del sepulcro?
28.2
Y he aquí, hubo un gran terremoto; porque el ángel del Señor descendió
del cielo, y al llegar removió la piedra y se sentó sobre ella.
28.3 Su aspecto era como un relámpago, y su vestidura
era blanca como la nieve.
28.4 Los guardias temblaron por miedo de él y
quedaron como muertos.
▲334- Las mujeres llegan al sepulcro, Jesús
ya ha resucitado.
16.4
Pero cuando miraron, vieron que la piedra ya había sido removida, a
pesar de que era muy grande.
24.2
Y hallaron removida la piedra del sepulcro;
20.1b (...) y vio que la piedra había sido
quitada del sepulcro.
16.5
Y cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado
derecho, vestido de una larga ropa blanca, y se asustaron.
24.3
pero al entrar no hallaron el cuerpo de Jesús.
24.4 Aconteció que, estando perplejas por esto, he
aquí se pusieron de pie junto a ellas dos varones con vestiduras
resplandecientes.
24.5a Como ellas les tuvieron temor y bajaron la cara a
tierra, (...)
28.5
Y respondiendo el ángel dijo a las mujeres: -No teman, porque sé que
buscan a Jesús, quien fue crucificado.
28.6 No está aquí, porque ha resucitado, así como
dijo. Vengan, vean el lugar donde estaba puesto.
16.6
Pero él les dijo: -No se asusten. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret,
quien fue crucificado. ¡Ha resucitado! No está aquí. He aquí el lugar
donde lo pusieron.
24.5b
(...) ellos les
dijeron: -¿Por qué buscan entre los muertos al que vive?
24.6 No está aquí; más bien, ha resucitado.
Acuérdense de lo que les habló cuando estaba aún en Galilea,
24.7 como dijo: “Es necesario que el Hijo del Hombre
sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado y
resucite al tercer día”.
24.8 Entonces ellas se acordaron de sus palabras
28.7
Vayan de prisa y digan a sus discípulos que ha resucitado de entre los
muertos. He aquí va delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán. He
aquí se los he dicho.
16.7
Pero vayan, digan a sus discípulos, y a Pedro, que él va delante de
ustedes a Galilea. Allí lo verán, como les dijo.
▲335- Las mujeres corren a decirles a los
discípulos lo que dijo el ángel. [+]
28.8a
Entonces ellas salieron a toda prisa del sepulcro con temor (...)
16.8
Ellas salieron y huyeron del sepulcro, porque temblaban y estaban
presas de espanto. Y no dijeron nada a nadie {"en ese
momento"}, porque tenían miedo.
28.8b
(...) y gran
gozo, y corrieron a dar las nuevas a sus discípulos.
20.2a
Entonces corrió y fue a Simón Pedro y al otro discípulo a quien
amaba Jesús, (...)
▲336- Las mujeres anuncian a los discípulos
lo que ha dicho el ángel. [+]
24.9
y, volviendo del sepulcro, anunciaron todas estas cosas a los once y a
todos los demás.
24.10 Las que dijeron estas cosas a los apóstoles eran
María Magdalena, Juana, María madre de Jacobo, y las demás mujeres que
estaban con ellas.
24.11 Pero sus palabras les parecían a ellos locura, y no
las creyeron.
20.2b (...) y les dijo: -Han sacado al Señor
del sepulcro y no sabemos dónde lo han puesto.
▲337- Pedro y Juan corren al sepulcro para
ver si Jesús está allí. [+]
24.12
Sin embargo, Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Cuando miró
adentro, vio los lienzos solos y se fue a casa asombrado de lo que
había sucedido.
20.3
Salieron, pues, Pedro y el otro discípulo e iban al sepulcro.
20.4 Y los dos corrían juntos, pero el otro discípulo
corrió más rápidamente que Pedro y llegó primero al sepulcro.
20.5 Y cuando se inclinó, vio que los lienzos habían
quedado allí; sin embargo, no entró.
20.6 Entonces llegó Simón Pedro siguiéndolo y entró
en el sepulcro. Y vio los lienzos que habían quedado,
20.7 y el sudario que había estado sobre su cabeza no
puesto con los lienzos sino doblado en un lugar aparte.
20.8 Entonces entró también el otro discípulo que
había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó.
20.9 Pues aún no entendían la Escritura, que le era
necesario resucitar de entre los muertos.
20.10 Entonces los discípulos volvieron a los suyos.
▲338- María Magdalena, habiendo vuelto al
sepulcro, ve dos ángeles.
20.11
Pero María Magdalena estaba llorando fuera del sepulcro. Mientras
lloraba, se inclinó hacia dentro del sepulcro
20.12 y vio a dos ángeles con vestiduras blancas que
estaban sentados, el uno a la cabecera y el otro a los pies donde había
sido puesto el cuerpo de Jesús.
20.13 Y ellos le dijeron: -Mujer, ¿por qué lloras? Les
dijo: -Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.
20.14a Habiendo dicho esto, se volvió hacia atrás (...)
16.9
[Una vez resucitado Jesús, muy de mañana en el primer día de la semana,
apareció primeramente a María Magdalena de la cual había echado siete
demonios.
20.14b (...) y vio a Jesús de pie; pero no se
daba cuenta de que era Jesús.
28.9a
Y he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: -¡Les saludo! (...)
20.15
Jesús le dijo: -Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando
que él era el jardinero, le dijo: -Señor, si tú lo has llevado, dime
dónde lo has puesto y yo lo llevaré.
20.16 Jesús le dijo: -María… Volviéndose ella, le dijo en
hebreo: -¡Raboni! (que quiere decir Maestro).
▲340- « No me toques: porque aun no he
subido á mi Padre ». [+]
28.9b
(...) Y
acercándose ellas, abrazaron sus pies (...)
20.17a Jesús le
dijo: -Suéltame porque aún no he subido al Padre. (...)
28.9c
(...) y lo
adoraron.
28.10a Entonces Jesús les dijo: -No teman. (...)
28.10b
(...) Vayan, den
las noticias a mis hermanos, para que vayan a Galilea. Allí me verán.
20.17b (...) Pero ve a mis hermanos (...)
20.17c (...) y diles: “Yo subo a mi Padre y
Padre de ustedes, a mi Dios y Dios de ustedes”.
16.10
Ella fue y lo anunció a los que habían estado con él, que estaban
tristes y lloraban.
20.18
María Magdalena fue a dar las noticias a los discípulos: -¡He visto al
Señor! También les contó que él le había dicho estas cosas.
28.11
Entre tanto que ellas iban, he aquí algunos de la guardia fueron a la
ciudad y dieron aviso a los principales sacerdotes de todas las cosas
que habían sucedido.
▲341- Los discípulos no creen que María de
Magdala vio a Jesús.
16.11
Pero cuando ellos oyeron que estaba vivo y que había sido visto por
ella, no lo creyeron.
▲342- A los soldados que vieron al ángel se
les paga para mentir. [+]
28.12
Ellos {los
principales sacerdotes} se reunieron en consejo con los
ancianos, y tomando mucho dinero se lo dieron a los soldados
28.13 diciendo: “Digan: ‘Sus discípulos vinieron de noche y
lo robaron mientras nosotros dormíamos’.
28.14 Y si esto llega a oídos del procurador, nosotros le
persuadiremos y les evitaremos problemas”.
28.15 Ellos tomaron el dinero e hicieron como habían sido
instruidos. Y este dicho se ha divulgado entre los judíos hasta el día
de hoy.
▲343-
En el camino, Jesús se aparece a Simón y Cleofas. ►El día 18
del mes de Nisán (domingo, 9 de abril del año 30).◄
16.12
Después apareció en otra forma a dos de ellos que iban caminando hacia
el campo.
24.13
He aquí, el mismo día, dos de ellos iban a una aldea llamada Emaús que
estaba como a once kilómetros de Jerusalén.
24.14
Iban hablando entre sí de
todas aquellas cosas que habían acontecido.
24.15
Sucedió que, mientras iban conversando y discutiendo el uno con el
otro, el mismo Jesús se acercó e iba con ellos.
24.16 Pero sus ojos estaban velados, de manera que no lo
reconocieron.
24.17 Entonces les dijo: -¿Qué son estas cosas que discuten
entre ustedes mientras caminan? Se detuvieron con semblante triste.
24.18 Y respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofas,
le dijo: -¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabe las
cosas que han acontecido en estos días?
24.19 Entonces él dijo: -¿Qué cosas? Y ellos dijeron: -De
Jesús de Nazaret, que era un hombre profeta, poderoso en obras y en
palabra delante de Dios y de todo el pueblo;
24.20 y de cómo lo entregaron los principales sacerdotes y
nuestros dirigentes para ser condenado a muerte, y de cómo lo
crucificaron.
24.21 Nosotros esperábamos que él fuera el que habría de
redimir a Israel. Ahora, a todo esto se añade el hecho de que hoy es el
tercer día desde que esto aconteció.
24.22 Además, unas mujeres de los nuestros nos han
asombrado: Fueron muy temprano al sepulcro
24.23 y, al no hallar su cuerpo, regresaron diciendo que
habían visto visión de ángeles, los cuales les dijeron que él está vivo.
24.24 Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y hallaron
como las mujeres habían dicho, pero a él no lo vieron.
24.25 Entonces él les dijo: -¡Oh insensatos y tardos de
corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!
24.26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas
y que entrara en su gloria?
24.27 Y comenzando desde Moisés y todos los Profetas, les
interpretaba en todas las Escrituras lo que decían de él.
24.28 Así llegaron a la aldea a donde iban, y él hizo como
que iba más adelante.
24.29
Pero ellos le insistieron diciendo: -Quédate con nosotros, porque es
tarde y el día ya ha declinado. Entró, pues, para quedarse con ellos.
▲344- Los 2 discípulos reconocen a Jesús,
luego desaparece.
24.30
Y sucedió que, estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan, lo
bendijo y les dio.
24.31 Entonces fueron abiertos los ojos de ellos y lo
reconocieron. Pero él desapareció de su vista.
24.32 Y se decían el uno al otro: -¿No ardía nuestro
corazón en nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos abría las
Escrituras?
▲345- Los 2 discípulos van a Jerusalén para
anunciar a los demás que han visto a Jesús.
24.33a
En la misma hora se levantaron y se volvieron a Jerusalén. (...)
16.13a
Ellos fueron y lo anunciaron a los demás, (...)
▲346- Jesús se aparece a otros en
Jerusalén. El Mensaje. [+] ►El día 18
del mes de Nisán (domingo, 9 de abril del año 30).◄
20.19a
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, y estando las
puertas cerradas en el lugar donde los discípulos se reunían por miedo
a los judíos, (...)
16.13b (...) a los demás, (...)
24.33b
(...) Hallaron
reunidos a los once y a los que estaban con ellos,
24.34 quienes decían: -¡Verdaderamente el Señor ha
resucitado y ha aparecido a Simón!
24.35 Entonces ellos contaron las cosas que les habían
sucedido en el camino, y cómo se había dado a conocer a ellos al partir
el pan.
16.13c
(...) pero
tampoco a ellos les creyeron.
16.14a
Luego apareció a los once cuando estaban sentados a la mesa, (...)
24.36
Mientras hablaban estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos y les
dijo: -¡Paz a ustedes!
24.37 Entonces ellos, aterrorizados y asombrados, pensaban
que veían un espíritu.
24.38 Pero él les dijo: -¿Por qué están turbados, y por qué
suben tales pensamientos a sus corazones?
24.39 Miren mis manos y mis pies, que yo mismo soy. Palpen
y vean, pues un espíritu no tiene carne ni huesos como ven que yo tengo.
20.19b (...) Jesús entró, se puso en medio de
ellos y les dijo: “¡Paz a ustedes!”.
24.40
Al decir esto, les mostró las manos y los pies.
24.41 Y como ellos aún no lo creían por el gozo que tenían
y porque estaban asombrados, les dijo: -¿Tienen aquí algo de comer?
24.42 Entonces le dieron un pedazo de pescado asado.
24.43 Lo tomó y comió delante de ellos.
20.20 Habiendo
dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se
regocijaron cuando vieron al Señor.
16.14b
(...) y les
reprendió por su incredulidad y dureza de corazón porque no habían
creído a los que lo habían visto resucitado.
24.44
Y les dijo: -Estas son las palabras que les hablé estando aún con
ustedes: que era necesario que se cumplieran todas estas cosas que
están escritas de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los
Salmos.
20.21
Entonces Jesús les dijo otra vez: “¡Paz a ustedes! Como me ha enviado
el Padre, así también yo los envío a ustedes”.
24.45
Entonces les abrió el
entendimiento{lit. en
griego: "la inteligencia
de ellos"} para que comprendieran las Escrituras,
20.22 Habiendo
dicho esto, sopló y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo.
24.46
y les dijo: -Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo
padeciera y resucitara de los muertos al tercer día;
24.47 y que en su nombre se predicara el arrepentimiento y
la remisión de pecados en todas las naciones comenzando desde Jerusalén.
24.48 Y ustedes son testigos de estas cosas.
24.49 He aquí yo enviaré el cumplimiento de la promesa de
mi Padre sobre ustedes. Pero quédense ustedes en la ciudad hasta que
sean investidos del poder de lo alto.
20.23 A los que
remitan los pecados, les han sido remitidos; y a quienes se los
retengan, les han sido retenidos”.
20.24 Pero
Tomás, llamado Dídimo, uno de los doce, no estaba con ellos cuando vino
Jesús.
20.25
Entonces los otros discípulos le decían: -¡Hemos visto al Señor! Pero
él les dijo: -Si yo no veo en sus manos la marca de los clavos, y si no
meto mi dedo en la marca de los clavos y si no meto mi mano en su
costado, no creeré jamás.
▲348- Jesús se muestra a los discípulos 8
días después. Tomás toca a Jesús. ►El día 26
del mes de Nisán (lunes, 17 de abril del año 30).◄
20.26
Ocho días después, sus discípulos estaban adentro otra vez y Tomás
estaba con ellos. Y aunque las puertas estaban cerradas, Jesús entró,
se puso en medio y dijo: -¡Paz a ustedes!
20.27 Luego dijo a Tomás: -Pon tu dedo aquí y mira mis
manos, pon acá tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino
creyente.
20.28 Entonces Tomás respondió y le dijo: -¡Señor mío y
Dios mío!
20.29 Jesús le dijo: -¿Porque me has visto, has creído?.
¡Bienaventurados los que no ven y creen!
28.16a
Pero los once discípulos se fueron a Galilea, (...)
▲350-
Jesús se aparece a sus discípulos junto al mar. 153 pescados grandes.
Comida.
21.1
Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos en el mar
de Tiberias. Se manifestó de esta manera:
21.2
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado Dídimo, Natanael que era de
Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos de sus discípulos.
21.3 Simón Pedro les dijo: -Voy a pescar. Le dijeron:
-Vamos nosotros también contigo. Salieron y entraron en la barca, pero
aquella noche no consiguieron nada.
-----
21.4 Al
amanecer, Jesús se presentó en la playa, aunque los discípulos no se
daban cuenta de que era Jesús.
21.5 Entonces Jesús les dijo: -Hijitos, ¿no tienen
nada de comer? Le contestaron: -No.
21.6 Él les dijo: -Echen la red al lado derecho de la
barca, y hallarán. La echaron, pues, y ya no podían sacarla por la gran
cantidad de peces.
21.7 Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba
dijo a Pedro: -¡Es el Señor! Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor,
se ciñó el manto, pues se lo había quitado, y se tiró al mar.
21.8 Los otros discípulos llegaron con la barca,
arrastrando la red con los peces porque no estaban lejos de tierra sino
como a cien metros.
21.9 Cuando bajaron a tierra, vieron brasas puestas
con pescado encima, y pan.
21.10 Jesús les dijo: -Traigan de los pescados que ahora
han pescado.
21.11 Entonces Simón Pedro subió y sacó a tierra la red
llena de grandes pescados, ciento cincuenta y tres de ellos y, aunque
eran tantos, la red no se rompió.
21.12 Jesús les dijo: -Vengan, coman. Ninguno de los
discípulos osaba preguntarle: “Tú, ¿quién eres?”, pues sabían que era
el Señor.
21.13 Vino, entonces, Jesús y tomó el pan y les dio; y
también hizo lo mismo con el pescado.
21.14
Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos
después de haber resucitado de entre los muertos.
▲351-
"Apacienta mis ovejas" . Jesús le pregunta a Pedro 3 veces: "¿Me amas?"
21.15
Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: -Simón hijo de Jonás,
¿me amas tú más que estos? Le dijo: -Sí, Señor; tú sabes que te amo.
Jesús le dijo: -Apacienta mis corderos.
21.16
Le volvió a decir por segunda vez: -Simón hijo de Jonás, ¿me amas? Le
contestó: -Sí, Señor; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: -Pastorea mis
ovejas.
21.17 Le dijo por tercera vez: -Simón hijo de Jonás, ¿me
amas? Pedro se entristeció de que le dijera por tercera vez: “¿Me
amas?”. Y le dijo: -Señor, tú conoces todas las cosas. Tú sabes que te
amo. Jesús le dijo: -Apacienta mis ovejas.
21.18 De cierto, de cierto te digo que cuando eras más
joven, tú te ceñías e ibas a donde querías; pero cuando seas viejo
extenderás las manos y te ceñirá otro y te llevará a donde no quieras.
21.19 Esto dijo señalando con qué muerte Pedro había de
glorificar a Dios. Después de haber dicho esto le dijo: -Sígueme.
21.20 Pedro se dio vuelta y vio que les seguía el discípulo
a quien Jesús amaba. Fue el mismo que se recostó sobre su pecho en la
cena y le dijo: “Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?”.
21.21 Así que, al verlo, Pedro le dijo a Jesús: -Señor, ¿y
qué de este?
21.22 Jesús le dijo: -Si yo quiero que él quede hasta que
yo venga, ¿qué tiene esto que ver contigo? Tú, sígueme.
21.23 Así que se difundió este dicho entre los hermanos de
que aquel discípulo no habría de morir. Pero Jesús no le dijo que no
moriría, sino: “Si yo quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué
tiene que ver eso contigo?”.
21.24 Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas
y las escribió. Y sabemos que su testimonio es verdadero.
21.25
Hay también muchas otras cosas que hizo Jesús que, si se escribieran
una por una, pienso que no cabrían ni aun en el mundo los libros que se
habrían de escribir.
▲352- Jesús instruye a los discípulos en
una montaña en Galilea. [+]
28.16b
(...) al monte
donde Jesús les había mandado.
28.17 Cuando lo vieron, lo adoraron; pero algunos dudaron.
28.18
Jesús se acercó a ellos y les habló diciendo: “Toda autoridad me ha
sido dada en el cielo y en la tierra.
28.19 Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las
naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo,
28.20a y enseñándoles que guarden todas las cosas que les he
mandado. (...)
16.15
Y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda
criatura.
16.16 El que cree y es bautizado será salvo; pero el que no
cree será condenado.
28.20b
(...) Y he aquí,
yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”.
16.17
Estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera
demonios, hablarán nuevas lenguas,
16.18 tomarán serpientes en las manos {Hechos 28.3},
y si llegan a beber cosa venenosa no les dañará. Sobre los enfermos
pondrán sus manos, y sanarán”.
▲353- Jesús instruye a los discípulos en el
monte de los Olivos, cerca de Betania. [+]
16.19a
Después que les habló, (...)
24.50a
Entonces él los llevó fuera hasta{lit. en
griego: "hasta hacia"}
Betania y, (...)
[ Hechos ] : 1.4
Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que
esperaran el cumplimiento de la promesa del Padre, “de la cual me
oyeron hablar;
1.5 porque Juan, a la verdad, bautizó en agua,
pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo después de no muchos
días”.
1.8 ...recibirán poder cuando el Espíritu Santo
haya venido sobre ustedes, y me serán testigos en Jerusalén, en toda
Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra.
1.9 Después de decir esto, (...)
▲354- Jesús es llevado al cielo, luego
regresan a Jerusalén. El día 40
desde el 18 de Nisán: desde el día después del sábado en que Jesús
resucitó ("Hechos 1.3"). ►El día 27
del mes de Iyar (jueves,18 de mayo del año 30).◄
24.50b
(...) alzando sus
manos, los bendijo.
24.51a Aconteció que al bendecirlos, se fue de ellos (...)
[ Hechos ] : 1.2
(...) fue
recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu
Santo a los apóstoles que había escogido.
1.9 (...)
mientras ellos le veían, él fue elevado; y una nube le recibió
ocultándole de sus ojos.
16.19b
(...) el Señor
Jesús fue recibido arriba en el cielo y se sentó a la diestra de Dios.
24.51b
(...) y era
llevado arriba al cielo.
[ Hechos ] : 1.10
Y como ellos estaban fijando la vista en el cielo mientras él se iba,
he aquí dos varones vestidos de blanco se presentaron junto a ellos,
1.11 y les dijeron: -Hombres galileos, ¿por qué se
quedan de pie mirando al cielo? Este Jesús, quien fue tomado de ustedes
arriba al cielo, vendrá de la misma manera como le han visto ir al
cielo. [ Mateo ] : 24.30
»Entonces se manifestará la señal del Hijo del Hombre en el cielo, y en
ese tiempo harán duelo todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo
del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria.
24.31 Él enviará a sus ángeles con un gran sonar de
trompeta, y ellos reunirán a los escogidos de él de los cuatro vientos,
desde un extremo del cielo hasta el otro. [ 1
Tesalonicenses ] : 4.16
Porque el Señor mismo descenderá del cielo con aclamación, con voz de
arcángel y con trompeta de Dios; y los muertos en Cristo resucitarán
primero.
4.17 Luego nosotros, los que vivimos y habremos quedado, seremos
arrebatados juntamente con ellos en las nubes para el encuentro con el
Señor en el aire; y así estaremos siempre con el Señor.
24.52
Después de haberlo adorado ellos regresaron a Jerusalén con gran gozo
[ Hechos ] : 1.12
Entonces {los
apóstoles} volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama de
los Olivos, el cual está cerca de Jerusalén, camino como de un
kilómetro {lit.
en griego: "teniendo [un]
camino de [un] sábado"}.
1.13 Y cuando entraron {a Jerusalén},
subieron al aposento alto donde se alojaban Pedro, Juan, Jacobo y
Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Jacobo hijo de Alfeo y Simón
el Zelote, y Judas hijo de Jacobo.
24.53
y se hallaban continuamente en el templo, bendiciendo a Dios.
▲355- Reciben el Espíritu Santo el día de
Pentecostés. [+] El día 50
desde el 18 de Nisán: desde el día después del sábado en que Jesús
resucitó ("Levítico 23.15-16"). ►El día 8
del mes de Sivan (domingo, 28 de mayo del año 30).◄
[ Hechos ] : 2.1
Al llegar el día de Pentecostés estaban todos reunidos en un mismo
lugar.
2.2 Y de repente vino un estruendo del cielo,
como si soplara un viento violento, y llenó toda la casa donde estaban
sentados.
2.3 Entonces aparecieron, repartidas entre
ellos, lenguas como de fuego, y se asentaron sobre cada uno de ellos.
2.4 Todos fueron llenos del Espíritu Santo y
comenzaron a hablar en distintas lenguas, como el Espíritu les daba que
hablaran.
▲356- Van a anunciar el evangelio en todas
partes (confirmado por el
libro de los "Hechos de los apóstoles").
16.20
Y ellos salieron y predicaron en todas partes, actuando con ellos el
Señor y confirmando la palabra con las señales que seguían].
▲357- Creer en Jesús el Mesías ("Juan 1.41"), el Hijo de
Dios, para tener vida eterna.
20.30
Por cierto, Jesús hizo muchas otras señales en presencia de sus
discípulos las cuales no están escritas en este libro.
20.31 Pero estas cosas han sido escritas para que ustedes
crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo
tengan vida en su nombre.
[ Hechos ] : 1.1
En el primer relato escribí, oh Teófilo, acerca de todas las cosas que
Jesús comenzó a hacer y a enseñar,
1.2 hasta el día en que fue recibido arriba,
después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los
apóstoles que había escogido.
1.3 A estos también se presentó vivo, después
de haber padecido, con muchas pruebas convincentes. Durante cuarenta
días se hacía visible a ellos y les hablaba acerca del reino de Dios.
1.4 Y estando juntos, les mandó que no se
fueran de Jerusalén, sino que esperaran el cumplimiento de la promesa
del Padre, “de la cual me oyeron hablar;
1.5 porque Juan, a la verdad, bautizó en agua,
pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo después de no muchos
días”.
1.6 Por tanto, los que estaban reunidos le
preguntaban diciendo: -Señor, ¿restituirás el reino a Israel en este
tiempo?
1.7 Él les respondió: -A ustedes no les toca
saber ni los tiempos ni las ocasiones que el Padre dispuso por su
propia autoridad.
1.8 Pero recibirán poder cuando el Espíritu
Santo haya venido sobre ustedes, y me serán testigos en Jerusalén, en
toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra.
1.9 Después de decir esto, y mientras ellos le
veían, él fue elevado; y una nube le recibió ocultándole de sus ojos.
1.10 Y como ellos estaban fijando la vista en el
cielo mientras él se iba, he aquí dos varones vestidos de blanco se
presentaron junto a ellos,
1.11 y les dijeron: -Hombres galileos, ¿por qué se
quedan de pie mirando al cielo? Este Jesús, quien fue tomado de ustedes
arriba al cielo, vendrá de la misma manera como le han visto ir al
cielo.
1.12 Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte
que se llama de los Olivos, el cual está cerca de Jerusalén, camino
como de un kilómetro.
1.13 Y cuando entraron, subieron al aposento alto
donde se alojaban Pedro, Juan, Jacobo y Andrés, Felipe y Tomás,
Bartolomé y Mateo, Jacobo hijo de Alfeo y Simón el Zelote, y Judas hijo
de Jacobo.
1.14 Todos estos perseveraban unánimes en oración
junto con las mujeres y con María la madre de Jesús y con los hermanos
de él.
1.15 En aquellos días se levantó Pedro en medio de
los hermanos, que reunidos eran como ciento veinte personas, y dijo:
1.16 “Hermanos, era necesario que se cumplieran las
Escrituras, en las cuales el Espíritu Santo habló de antemano por boca
de David acerca de Judas, que fue guía de los que prendieron a Jesús;
1.17 porque era contado con nosotros y tuvo parte en
este ministerio”.
1.18 (Este, pues, adquirió un campo con el pago de su
iniquidad, y cayendo de cabeza, se reventó por en medio, y todas sus
entrañas se derramaron.
1.19 Y esto llegó a ser conocido por todos los
habitantes de Jerusalén, de tal manera que aquel campo fue llamado en
su lengua Acéldama, que quiere decir Campo de Sangre).
1.20 “Porque está escrito en el libro de los Salmos:
Sea hecha desierta su morada, y no haya quien habite en ella . Y otro
ocupe su cargo .
1.21 Por tanto, de estos hombres que han estado junto
con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre
nosotros,
1.22 comenzando desde el bautismo de Juan hasta el
día en que fue tomado de nosotros y recibido arriba, es preciso que uno
sea con nosotros testigo de su resurrección”.
1.23 Propusieron a dos: a José que era llamado
Barsabás, el cual tenía por sobrenombre, Justo; y a Matías.
1.24 Entonces orando dijeron: “Tú, Señor, que conoces
el corazón de todos, muestra de estos dos cuál has escogido
1.25 para tomar el lugar de este ministerio y
apostolado del cual Judas se extravió para irse a su propio lugar”.
1.26 Echaron suertes sobre ellos y la suerte cayó
sobre Matías, quien fue contado con los once apóstoles.
2.1 Al llegar el día de Pentecostés estaban
todos reunidos en un mismo lugar.
2.2 Y de repente vino un estruendo del cielo,
como si soplara un viento violento, y llenó toda la casa donde estaban
sentados.
2.3 Entonces aparecieron, repartidas entre
ellos, lenguas como de fuego, y se asentaron sobre cada uno de ellos.
2.4 Todos fueron llenos del Espíritu Santo y
comenzaron a hablar en distintas lenguas, como el Espíritu les daba que
hablaran.
...
10.36 Dios ha enviado un mensaje a los hijos de Israel,
anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo. Él es el
Señor de todos.
10.37 Ustedes saben el mensaje que ha sido divulgado por
toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que predicó
Juan.
10.38 Me refiero a Jesús de Nazaret, y a cómo Dios le ungió
con el Espíritu Santo y con poder. Él anduvo haciendo el bien y sanando
a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
10.39 Y nosotros somos testigos de todas las cosas que él
hizo, tanto en la región de Judea como en Jerusalén. A él le mataron
colgándole sobre un madero,
10.40 pero Dios le levantó al tercer día e hizo que
apareciera,
10.41 no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios
había escogido de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él
después que resucitó de entre los muertos.
10.42 Él nos ha mandado a predicar al pueblo y a testificar
que él es el que Dios ha puesto como Juez de los vivos y de los muertos.
10.43 Todos los profetas dan testimonio de él, y de que
todo aquel que cree en él recibirá perdón de pecados por su nombre.
[ 1 Corintios 11.23-26 ] : 11.23
Porque yo recibí del Señor la enseñanza que también les he transmitido:
que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan;
11.24 y habiendo dado gracias, lo partió y dijo: “Tomen,
coman. Esto es mi cuerpo que por ustedes es partido. Hagan esto en
memoria de mí”.
11.25 Asimismo, tomó también la copa después de haber
cenado, y dijo: “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre. Hagan esto
todas las veces que la beban en memoria de mí”.
11.26 Todas las veces que coman este pan y beban esta copa,
anuncian la muerte del Señor, hasta que él venga.
[ 1 Corintios
15.3-8 ] :
15.3
Porque en primer lugar les he enseñado lo que también recibí: que
Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;
15.4 que fue sepultado y que resucitó al tercer día,
conforme a las Escrituras;
15.5 que apareció a Pedro y después a los doce.
15.6 Luego apareció a más de quinientos hermanos a la
vez, de los cuales muchos viven todavía; y otros ya duermen.
15.7 Luego apareció a Jacobo, y después a todos los
apóstoles.
15.8 Y al último de todos, como a uno nacido fuera de
tiempo, me apareció a mí también.
[ Conclusión : ]
[ Romanos ] : 3.23 ...todos pecaron ...
[ Romanos ] : 6.23 ...la paga del pecado es muerte ...
[ 1 Pedro ] : 2.24 Él mismo{Jesús}llevónuestros
pecados en su cuerpo sobre
el madero ...
[ 2 Corintios ] : 5.21 ...Al {Jesús}
que no conoció pecado, por nosotros Dios lo {Jesús} hizo pecado,
[ Gálatas ] :
3.13 Cristo nos redimió de la maldición ...al hacerse maldición por nosotros (porque está
escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),
[ Isaías ] : 53.4
...él{Jesús}llevónuestras
enfermedades y sufriónuestros dolores. ... 53.5
...él fue heridopor nuestrastransgresiones, molidopor nuestrospecados. El castigo ...fue sobre él, ... 53.6
...el SEÑOR cargó en él el pecado de todos nosotros. 53.7
Él fue oprimido y afligido, ...Como un
cordero, fue llevado al matadero; ... 53.8
Por medio de la opresión
y del juicio fue
quitado. ...él fue cortado
de la tierra de los vivientes, y por
la transgresión de mi pueblo fue herido. 53.9
Se dispuso con los impíos su sepultura, ... 53.10
...quebrantarlo, y lo hirió. ...se
haya puesto su vida como sacrificio por la culpa, ...
[ Romanos ] : 5.8 ...Dios demuestra su amor para con
nosotros en que, ...Cristo murió por nosotros.
[ 1 Timoteo ] : 2.6 {Jesús}
quien se dio a sí mismo en
rescate por todos,
[ Marcos ] :
10.45 {Jesús}
...vino ...para dar su vida
en rescate por muchos.
[ Romanos ] :
6.7 porque el
que ha
muertoha sido
justificado del pecado.
[ Romanos ] :
8.33 ¿Quién acusará
a los escogidos de Dios? El que justifica es Dios. (8.34) ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que
murió
...por nosotros.
[ Romanos ] :
10.13 Porque todo
aquel que invoque el nombre del Señor {Jesús}será
salvo.
[ 2 Pedro ] :
3.9 El Señor ...es paciente para con ustedes porque no quiere que nadie se pierda sino que todos
procedan al arrepentimiento.
[ Hechos ] :
3.19 Por tanto, arrepiéntanse y conviértanse para que
sean borradossus pecados;
[ Romanos ] :
6.23 ...el don de
Dios es vida eterna
en Cristo Jesús, Señor nuestro.
[ Efesios ] :
2.8 Porque por
gracia son salvos
por medio de la fe; y esto no de ustedes pues es don de Dios.
2.9 No es
por obras, para que nadie se gloríe.
[ Juan ] :
10.27 {Jesús dijo:}Mis
ovejas oyen mi voz,
y yo las conozco, y me siguen.
▲ - Sección de comentarios
bíblicos -
Al final de una línea de un título (arriba), pulsando
sobre el signo[+], se conduce aquí abajo.
Después pulsa[Volver] para regresar a su versículo.
[Volver]13- Genealogía de Jesucristo.
Généalogie de Jésus-Christ.
En "Matthieu 1.16", il
est dit que le père de Joseph
(époux de Marie) se nomme "Jacob", tandis qu'en "Luc 3.23b", il est dit que
le père de ce même Joseph se nomme "Héli".
Jésus étant né suite à l'action du Saint-Esprit ("Luc 1.35"), Joseph n'était donc pas
son vrai père biologique contrairement à ce que les gens croyaient (selon "Luc
3.23b"). Donc, le
mot "fils" peut aussi être utilisé dans le sens d'appartenance à une
lignée, à une descendance.
À savoir qui est le père de l'époux
de Marie (Joseph) , on pourrait donc comprendre ici (concernant
Matthieu et Luc) que l'un, énumère la lignée biologique de
Joseph,
tandis que l'autre suit sa lignée légale. Selon la loi, si un homme
mourait sans laisser de descendance, son frère devait aller vers la
veuve pour susciter une descendance à son frère défunt. Cela permettait
de perpétuer le nom
du frère défunt. Ainsi, Joseph serait premier-né et aurait deux
pères différents : un père biologique et un père légal.
Deutéronome :
25.5 "Lorsque des
frères demeureront ensemble, et que l'un d'eux mourra sans laisser de
fils, la femme du défunt ne se mariera point au dehors avec un
étranger, mais son beau-frère ira vers elle, la prendra pour femme, et
l'épousera comme beau-frère.
25.6 Le premier-né
qu'elle enfantera succédera au frère mort et portera son nom, afin que ce nom ne soit pas effacé
d'Israël.
25.7 Si cet homme
ne veut pas..."
-----
En "Matthieu
1.16", il est dit que Jésus est le Christ ("Jean 1.41 ; 4.25"). Le mot
grec Χριστός (Strong G5547) traduit
ici par "Christ" signifie "Oint" . Le mot "Christ" correspond au mot
"Messie" (Strong G3323) traduit
de l'hébreu dans l'Ancien Testament. Ainsi, les mots "Christ", "Messie"
et "Oint" sont un même mot et ont donc la même signification.
Le nom français "Jésus" est la traduction du mot
grec "Iêsous" (Ἰησοῦς)
; car le grec "Iêsous" donne "Iésus" en latin, et le latin "Iésus"
donne "Jésus" en français. Sa forme hébraïque est "Yeshoua" (YaHWéH [est] sauveur).
[Volver]19- Unos sabios de Oriente llegan a
Jerusalén.
Un ange
(brillant comme une étoile; <comparer Ap 9.1>) marche devant eux
en les conduisant jusqu'à la maison où est l'enfant Jésus à Nazareth et
non jusqu'à Bethléhem comme le pensait à tort Hérode.
En "Matthieu
2.1, 7 et 16",
le mot grec μάγος (Strong 3097, "mage") a, comme première définition,
le "nom d'une tribu Perse" ; en second lieu, il signifie "un prêtre
persan" ; en troisième lieu, il signifie "un magicien, un sorcier, un
charlatan".
[Volver]38- Nicodemo viene a ver a Jesús. El
espíritu debe nacer del Espíritu.
Comparer:
Nicodème défend Jésus (Jean 7.50-51) et il aide à ensevelir Jésus (Jean
19.38-40).
[Volver]54- En Nazaret, Jesús lee las
Escrituras, luego es expulsado de allí.
À Nazareth, des
gens savaient que Jésus avait fait des miracles à Capernaüm dans le
passé (Luc 4.23; Jean 2.12).
[Volver]56- A lo largo del mar de Galilea,
Jesús llama a Simón, Andrés, Jacobo y Juan para que le sigan.
La
mer de
Galilée est le lac de Génésareth. André (qui avait été disciple de Jean
le baptiseur)
avait déjà commencé à suivre Jésus dans le passé en Judée (Jean
1.37-39); il avait déjà présenté son frère Simon à Jésus qui
l'a nommé Pierre (Jean 1.40-42); tout ceci avant que Jean le baptiseur
soit mis en prison. C'est pourquoi, ici, pendant que Jean le baptiseur
est en prison, Simon avait déjà le nom de Pierre (Matthieu 4.18)
lorsque Jésus les voit de nouveau en marchant le long de la mer de
Galilée pour les rejoindre après une pause d'un certain temps, car Jésus a son
domicile à Capernaüm
(Matthieu 4.13). Jésus va les
rejoindre pour leur dire de continuer à le suivre. Quelques-uns
d'eux (Jésus, Pierre, etc.) avaient leur demeure dans les environs du
lac, près de Capernaüm; Bethsaïda
était la ville d'André et de Pierre (Jean 1.44).
[Volver]130- Jesús se entera de la muerte de
Juan el bautizador, y se retira aparte.
Le Sinaïticus
(manuscrit du 4e siècle) ne mentionne pas "Bethsaïda" en "Luc 9.10",
ville vers laquelle ils
naviguent seulement après la
multiplication des pains ("Marc 6.45") afin d'aller à
Capernaüm ("Jean 6.17"). Certains interprètent qu'il y aurait eu deux
villes se nommant Bethsaïda lesquelles ne se situaient pas sur la même
rive du lac de Galilée.
Le Sinaïticus
(4e siècle) a : « ...il se retira à part dans [un] lieu désert .
».
Le Vaticanus
(4e siècle) a : « ...il se retira à part dans [une] ville étant
appelée Bethsaïda . ».
L'Alexandrinus
(5e siècle) et le Texte Reçu
(16e siècle) ont : « ...il se retira à part dans [un] lieu désert
d'[une] ville étant appelée Bethsaïda . ».
[Volver]145- Jesús en la fiesta de los
Tabernáculos.
►"Levítico
23.34"; fiesta que dura 7 días comenzando el día 15 del 7º mes llamado
« tishri » (aquí comenzando el martes 11 de octubre del año 29).◄
La
fête des tabernacles (ou fête des abris, des tentes, des huttes ou des
cabanes) (ou "Souccot") a été ordonnée par Dieu en "Lévitique 23.34+"
("Néhémie 8.14, 15") et dure 7 jours en débutant au 15e jour du 7e mois
(nommé "tishri") de l’ancien calendrier juif utilisé dans la Torah (ces
7 jours de fête correspondent selon les années dans notre mois de
septembre ou octobre).
Marie, Jésus et les frères de Jésus auraient leur
résidence à Capernaüm depuis que Jésus a été rejeté de Nazareth ("Jean
2.51", "Marc 1.9", "Jean 4.16, 29, 31", "Marc 4.13", "Matthieu 9.1,
28", "Jean 2.12", "Marc 3.20, 21, 31").
Ses frères, ne croyant pas en lui ("Jean 7.5"), ils ne
l'auraient donc pas suivi dans ses trajets. Donc au moment où ses
frères
lui parlaient en "Jean 7.3", ils seraient tous obligatoirement à
Capernaüm où Jésus et eux avaient leur résidence ; c'est pourquoi on ne
correspond
pas le moment de "Jean 7.3" à "Matthieu 19.1", "Marc 10.1" et "Jean
9.5" où il y avait une foule qui suivait Jésus ("Matthieu 19.2", "Marc
10.1") contrairement à "Jean 7.10" où Jésus est descendu vers Jérusalem
"non publiquement, mais comme en secret" pour la fête des Tabernacle.
Le texte de "Jean 7.2 à 10.21" est introduit arbitrairement ici entre "Marc 8.26" et
"Marc 8.27". Car ces événements (en "Jean 7.2 à 10.21" se déroulant en
octobre 29) se trouvent uniquement dans l'évangile selon Jean et il
manque de détails pour savoir où précisément l'insérer dans la
chronologie en rapport avec "Matthieu", "Marc" et "Luc".
Ainsi donc, Jésus a pu très bien partir de Bethsaïde
("Marc 8.22-26") pour s'en aller directement vers les villages de
Césarée de Philippe ("Marc 8.27") au lieu d'aller entre-temps à la fête
des Tabernacles à Jérusalem ("Jean 7.2+").
[Volver]177- Jesús en la fiesta de la
Dedicación. ►Fiesta de 8 días de duración que
comienza el día 25 del mes de Kisleu (aquí a partir del lunes 19 de
diciembre del año 29).◄
Deux mois après la fête des tabernacles ("Jean 7.2"), cette fête
d'institution humaine, appelée Dédicace (Inauguration, Rénovation),
était célébrée durant 8 jours. Elle a été instituée par Judas Maccabée
en souvenir de la restauration du temple et de l'autel qu'Antiochus
Epiphane avait profanés. En décembre, la température moyenne en Israël
est entre 8°C et 16°C, et pouvant aller de -3°C à 27°C.
[Volver]187- Jesús salido de la casa del
fariseo: (variante en griego).
Le Vaticanus (4e siècle) et le Sinaïticus
(4e siècle)
débutent "Luc 11.53" par : "Κακεῖθεν
ἐξελθόντος αὐτοῦ..." («
Et lui, étant sorti de là, ... ») ; tandis que l'Alexandrinus (5e siècle) et le "Texte
Reçu" (16e siècle) ont:
"λεγοντος δε αυτου ταυτα προς
αυτους..." (« Or lui,
leur disant ces [choses]-ci ... »).
[Volver]204- Herodes quiere matar a Jesús que
camina hoy, mañana y al tercer día.
Ici, Jésus serait en Pérée. La Pérée était "la région de
la Judée au-delà du Jourdain" mentionnée dans "Matthieu 19.1" et "Marc
10.1". La Pérée, situé à l'est du Jourdain et au sud de la Décapole,
était essentiellement juive et était sous la domination d'Hérode. La
route habituelle pour les Juifs qui voyageaient de la Galilée vers la
Judée passait par la Pérée afin d'éviter la Samarie.
Hérode (hypocritement comme un renard, verset 32)
semble essayer de pousser Jésus vers Jérusalem pour que là-bas, des
gens qui veulent sa mort, l'arrête. Au verset 32, Jésus semble
dire que ça va lui prendre 3 jours pour quitter ce territoire, car il
doit passer par là pour aller à Jérusalem où il doit périr (Luc 13.33).
En "Luc 13.35", les mots "votre maison" s'adresseraient aux Juifs pour
signifier "Jérusalem" qui les représenterait..
[Volver]239- Jesús sobre una asna yendo a
Jerusalén. ►El día 10 del
mes de Nisán (sábado, 1 de abril del año 30).◄
En
'Exode 12.3 et 6', on devait se prendre un agneau le 10e jour du mois
de Nisan (le premier mois de l'année juive), et le garder jusqu'au 14
Nisan où il sera tué. Jésus est l'agneau de Dieu qui entre dans
Jérusalem le 10 Nisan et y demeure autour jusqu'au 14 Nisan où il est
tué sur le bois.
[Volver]270- Jesús será visto por todos, como el
sol se muestra desde
el Este hasta el
Oeste.
Le mot grec ἀστραπή (Strong 796), traduit par "éclair" ou
par "éclat" en "Matthieu 24.27" et en "Luc 17.24", se retrouve aussi en
"Luc 11.36" : « ...la lampe t'éclaire de son éclat ». Il s'agit donc
dans ce verset-ci de la brillance
du soleil dont la trajectoire est toujours de l'est vers l'ouest où le
soleil se couche, contrairement à un éclair qui peut aussi se déplacer
de haut en bas.
[Volver]279- El juicio final ante el trono.
Ovejas y cabritos separados.
Le jugement dernier devant le trône. Brebis et boucs séparés.
En "Matthieu 25.46", le mot grec (Strong G2851), que
certaines versions traduisent à tort par "châtiment", "supplice" ou
"tourments",
signifie "retranchement" ou "élagage". En "Matthieu 25.32", Jésus
compare à une séparation entre les
chèvres et les brebis.
Dans le contexte, ce mot grec n'indique pas une souffrance sans
fin, mais un retranchement
par le feu ("Matthieu 25.41")
; ce qui suppose une destruction par le feu, puisqu'ils seront retranchés définitivement.
Même aujourd'hui, dans le grec moderne, ce mot grec
fait bien référence à l'élagage, par exemple à la
pratique de tailler ou couper certaines branches d'un arbre ou d'un
arbuste,
comme des branches qui sont malades ou trop proches d'une maison ou
d'un
poteau électrique, ou pour embellir, etc.
-----
En "Matthieu 25.41", ce "feu éternel" n'est pas le "Hadès / Shéol" (traduit souvent par "séjour
des morts" faute de
mieux). Dans plusieurs versions bibliques, l'expression "séjour
des morts" est
souvent la traduction du mot hébreu (de l'Ancien Testament) francisé
(par exemple
dans la version "Darby") par "Shéol" (Strong H7585) et du mot
grec (du Nouveau Testament) francisé
par "Hadès" (Strong G86).
"Actes 2.27" (dans le N.T.) est une
citation de "Psaumes 16.10"
(dans l'A.T.),
où il est démontré
dans ces deux versets que les deux mots "Shéol" et "Hadès" sont
équivalents dans les textes originaux.
Certaines versions bibliques ont traduit faussement
ce mot (Hadès /
Shéol) par
"enfer" : par exemple dans "Matthieu 11.23; 16.18", "Luc 10.15;
16.23", "Actes 2.27 et 31", "Apocalypse 1.18; 6.8; 20.13 et 14".
Le mot "enfer" (qui vient du latin "infernum" ou
"infernus) ne se trouve aucunement dans les manuscrits originaux
de la
Bible (l'Ancien Testament en
hébreu et le Nouveau Testament en grec).
La définition du mot "Shéol" (et donc "Hadès") est
simplement un lieu (symbolique
ou non) où est la mort. La précision de ce mot est donc
relative à son contexte. Par exemple (lire dans la version "Darby")
:
1- Jonas dans le ventre du gros poisson, prie Dieu en disant qu'il est
dans le "Shéol" ("Jonas 2.3"),
car aussi, dans ce ventre, il dut y avoir plusieurs petits poissons
morts.
2- Des gens morts sur le champ de bataille qui est un Shéol ("Ézéchiel 32.27").
3-
Le sol se fend en deux et les hommes, qui tombent vivants dans sa
crevasse, descendirent vivants
dans le Shéol ("Nombres 16.30,
33"), là où ils moururent.
4- En "Luc16.23 et 25", le riche, tourmenté dans le Hadès (donc dans le Shéol), se
"souvient" de son passé.
Ce Hadès est donc symbolique puisque la Bible dit qu'une personne morte
ne se "souvient" pas de son passé et qu'elle n'a plus de connaissance ("Luc 16.25", "Ecclésiaste 9.5 et
10").
Littéralement, ce n'est pas non plus de l'eau sur le bout d'un doigt
qui peut rafraîchir la langue d'un corps tout entier dans le feu ("Luc 16.24") d'un Hadès ("Luc 16.23"). "Moïse et les
prophètes" ("Luc 16.29") sont
les écritures de l'Ancien Testament où Dieu appelle à la repentance par
leurs paroles. Ainsi, de toute évidence, le contexte de "Luc 16.19 à
31" doit donc être interprété symboliquement et non pas littéralement à
100 %.
Le Hadès (donc
le Shéol) n'est pas non plus l'étang
de feu qui détruira les méchants au dernier jour (au jour du jugement),
puisque le Hadès lui-même sera
jeté dans l'étang de feu ("Apocalypse
20.14"). Ce dernier jour, celui du jugement dans l'étang de feu,
ne s'est pas encore produit pour le riche ("Luc 16.19"), car ses cinq
frères ("Luc 16.28")
continuent de vivre tout en ne s'étant pas encore repentis.
Dans un sens, tous les gens vivants qui sont sur cette
terre et qui rejettent Jésus, sont dans un Hadès (un Shéol), c'est-à-dire dans
une mort spirituelle ("Jean
5.24"), et ils ne sont donc pas spirituellement de la
descendance d'Abraham (dans le
sein d'Abraham) ("Galates 3.29").
En "Matthieu 25.46", le mot grec traduit par "éternel" n'a pas la même
signification que les gens lui donnent à notre époque.
- Ce mot (en hébreu et en grec)
n'a pas le sens de "ni
commencement".
Car en "Genèse 49.26" et "Deutéronome 33.15", il est écrit que les
collines sont éternelles et pourtant, il est aussi écrit qu'elles ont
eu un commencement, puisque Dieu existait déjà même AVANT que les
collines n'existent ("Proverbes
8.25").
- Ce mot n'a pas non plus le sens de "ni fin". Car en "Jude 1.7",
il
est écrit que les villes de Sodome et Gomorrhe ont été détruites en
subissant la peine d'un feu
éternel. Or, ce feu
ne brûle plus aujourd'hui. Ce feu éternel a donc eu une fin.
Le mot original rendu par "éternel" aurait une
signification proche du mot "continuel"
(éternel) et
"permanent". Mais la continuité(éternité) de
ce "feu éternel" (feu continuel) subsiste
tant et aussi longtemps que Dieu le maintient (comme pour Sodome et Gomorrhe),
et aucun humain ne peut éteindre avec de l'eau ce feu de Dieu, c'est "un feu qui ne s'éteint pas"
par l'homme ("Matthieu 3.12" ;
"Marc 9.43 et 48" ; "Luc 3.17").
-----
Jésus utilisait quelquefois le mot "Géhenne" (code Strong : G1067) comme
métaphore ("Matthieu "18.9;
23.33" ; "Marc 9.47" ; "Jacques 3.6"). Ce mot vient du grec
"Gehenna," qui lui-même provient de l'hébreu "Ge Hinnom" (ou "Gai-Hinnom") qui
signifie "Vallée de Hinnom". La "Vallée de Hinnom" (ou Géhenne) est
une vallée à Jérusalem qui descend à l'ouest de l'actuelle "Vieille
Ville", puis continue au sud du mont Sion et débouche vers l'est dans
la vallée du Cédron. Dans les temps anciens, cette vallée était
associée à des sacrifices païens par le feu, incluant des sacrifices
d'enfants ; ensuite, elle était utilisée pour la destruction des déchets par le feu.
La
1re Pâque était toujours le 14e jour du mois de Nisan. Le jour
débutait toujours au coucher du soleil et se terminait au coucher du
soleil suivant. La fête des pains sans levain durait 7 jours et
débutait toujours le jour après la Pâque. Pendant ces 8 jours des pains
sans levain, il était
interdit de manger du pain contenant du levain. C'est pourquoi les
Juifs faisaient comme si ces 8 jours n'étaient qu'une seule fête qu'ils
appelaient "la fête des pains sans levain" aussi appelée "la
Pâque" vue que c'est le jour de la Pâque qui débute ces 8 jours.
[Volver]285- En la cena de la Pascua. ►El día 14 del mes de Nisán
(miércoles, 5 de abril del año 30).◄
Ce
jour de Pâque (au 14 Nisan) est le premier jour des 8 jours des pains
sans levain. Selon la
description dans la loi de Moïse, le 15 Nisan
est le premier jour de la FÊTE des pains sans
levain qui dure 7 jours.
Le jour de la Pâque du 14e jour du mois de Nisan débute au
coucher du soleil. Ce souper de la Pâque est donc au 14 e jour du mois
de Nisan qui vient
de débuter au coucher du soleil.
[Volver]314- Pilato hace elegir entre Jesús y
Barrabás.
Jésus
est jugé vers la 3e heure (Marc 15.25) selon l'heure calculée en
Israël (donc entre 8 et 9 heure du matin). Cela correspondrait
un certain temps APRÈS la 6e heure indiquée en "Jean 19.14"
laquelle serait calculée à la manière des Romains de l'époque (lire la
note numéro 319 ci-dessous). À noter que Matthieu, Marc et Luc indique
l'heure selon le
calcul fait en Israël, tandis que Jean indiquerait l'heure de Rome, car
lorsque Jean a écrit cela, il ne serait pas en Israël à ce moment-là.
[Volver]319- Jesús clavado entre dos ladrones.
Un letrero.
En "Marc
15.25", Jésus est cloué à la 3e heure selon l'heure calculée en Israël (donc entre 8 et 9 heures du matin,
la 1re heure étant au lever du soleil). Cette 3e heure
correspondrait à la 9e heure selon le calcul Romain (la 1re heure étant à minuit ).
Jean aurait écrit son "évangile" plusieurs dizaines d'années après la
mort et la résurrection de Jésus ; Jean étant, au moment de sa
rédaction, dans un autre pays où on calculait l'heure selon Rome.
Notons que selon "Jean 19.14b", Jésus n'a pas été cloué à la 6e
heure, mais seulement quelque temps APRÈS cela; car en "Jean 19.14-15",
Jésus était encore en train d'être jugé par Pilate devant le peuple, et
Jésus n'avait donc pas débuté ("Jean
19.16c") son trajet à pied pour aller jusqu'en dehors des murs
de la ville ("Hébreux
13.11-12"), vers le lieu de sa crucifixion.
Ce n'était qu'APRÊS tout cela (son jugement devant le peuple, et
la fin de son trajet) qu'arriva la 3e heure (heure d'Israël) au moment
où Jésus a été crucifié, donc vers la 9e heure (heure selon les Romains).
L'inscription, placée au-dessus de la tête de Jésus, porterait
les mots : "Celui-ci est Jésus le Nazaréen le roi des Juifs".
[Volver] 323- Oscuridad sobre toda la tierra
(de Israel).
Selon
l'heure caculée en Israël, les ténèbres auraient débutés à la 6e
heure (entre
11 heure du matin et midi) jusqu'à la 9e heure (entre 14 et 15 heure).
[Volver]324- Vinagre. Jesús clama y muere. El
velo del templo se rasga. ►El día 14 del mes de Nisán
(miércoles, 5 de abril del año 30).◄
Dans
la bible, la durée d'un jour débute au coucher du soleil et se termine
au prochain coucher du soleil. Selon l'heure calculée en Israël, Jésus
est mort vers la 9e heure (donc vers le milieu de l'après-midi); la
première heure débute au levé du soleil. Ce 14e jour du mois de Nisan
à Jérusalem, le soleil se lève à 6:15 heure et se couche à 19:04 heure;
il est à son zénith à 12:40 heure. La durée de la clarté du jour
(diurne) est de12 heures 49 minutes 13 secondes. L'expression "entre
les 2 soirs" mentionné en "Exode 12.6" n'indiquerait pas la période de
temps entre le coucher du soleil et la fin du crépuscule le soir, car
en "Exode 29.39 et 41" on voit que le premier sacrifice était offert le
matin, mais que le 2e sacrifice était offert "entre les 2
soirs" APRÈS le sacrifice du matin et non avant le matin au
coucher du soleil la veille au soir. Le début du premier soir (lorsque
le soleil commence à descendre pour aller se coucher) serait à 12:40
heure
et le deuxième soir (lorsque le soleil disparaît, se couche) serait à
19:04 heure. Le centre "entre ces 2 soirs" serait donc à
15:52 heure.
La
clarté du jour est divisée en 12 parties dont chacune est nommée
"heure" (Jean 11.9). Chacune de ces heures solaires (diurne) équivaut à
1:04 heure.
Le
première heure débutant à 6:15 heure, on lui ajoute donc 8 partie de
"1:04 heure" chacune pour arriver au début de la 9e heure. La
9e heure biblique correspondrait donc à notre période de temps
moderne
qui débute à 14:48 heure et qui se termine à 15:52 heure.
L'agneau
de Dieu (Jean 1.29) serait donc immolé (Exode 12.6) dans la période
biblique de la 9e heure (entre 14:48 h et 15:52 heure) qui se situe
entre les deux soirs (entre 12:40 h et 19:04 h). Mais cela n'est pas
obligatoirement ainsi, mais peut simplement être entre le début et la
fin de
cette périodedes 2 soirs"
mentionné en "Exode 12.6" , sans être
précisément au milieu juste.
Jésus est mort le mercredi après midi, le 14e jour du mois de
Nisan (5 avril de l'an 30) au moment où ... À SUIVRE ...
[Volver] 328- Era la preparación = la víspera
de un día de descanso (de un sábado: "Levítico 23.7"). Jesús puesto en
un sepulcro.
À la fin de
cette journée de Pâque, avant le coucher du soleil, le corps de Jésus
est mis dans un sépulcre.
Ils se dépêchent, car il reste peu de temps avant que ce jour de
préparation (durant la Pâque) soit terminé, car le Sabbat annuel qui
était un grand jour de fête allait débuter au coucher du soleil dans
quelques instants (le 15 Nisan un jeudi 6 avril de l'an 30), et il
restait peu de temps pour préparer cette fête durant ce jour de Pâque
de
ce
mercredi 14e jour du mois de Nisan (5 avril 30); car la loi
interdisait le travail servile durant ce grand jour de Sabbat (repos)
qui était le premier jour de la fête des pains sans levain prescrit
dans la loi de Moïse et qui débute toujours le 15e jour du mois de
Nisan. (Lire les explications plus bas en 'Matthieu 28.1'). Cependant,
les Juifs avaient pris l'habitude de nommer "jours des pains sans
levain" les 8 jours (la Pâque + les 7 jours de la fête des pains sans
levain qui débutait toujours le lendemain de la Pâque selon la
loi de Moïse).
[Volver]329- Guardias vigilando el sepulcro. ►El día 15 del
mes de Nisán (jueves, 6 de abril del año 30).◄
...
Le mot "sabbat" signifie
"repos". Il était interdit de travailler en un jour de Sabbat (que ce
soit ce Sabbat annuel du 15 Nisan ou que ce soit le samedi qui est
aussi appelé "Sabbat"). Le jour de la Pâque était donc un jour de
préparation pour le Sabbat annuel du lendemain qui débute au coucher du
soleil. Le lendemain (c'est-à-dire, après le coucher du soleil) du jour
de la Pâque du mercredi 14 Nisan (du 5 avril 30), débute la grande fête
d'un Sabbat annuel (jeudi 15 Nisan) qui était le 1er jour des 7 jours
de la fête des pains sans levain prescrit par Moïse. Durant cette fête
de Sabbat (jeudi 15 Nisan, donc le jeudi 6 avril 30), des soldats de la
garde des religieux ont été placés pour garder le sépulcre.
[Volver]330- Las mujeres compran aromáticos
después de este gran sábado anual (descanso). ►El día 16 del mes de Nisán
(viernes, 7 de abril del año 30).◄
Deux
jours après la mort de Jésus, le vendredi 16 Nisan (le lendemain de la
fête du Sabbat du jeudi 15 Nisan (ce mois est aussi nommé Abib), les
femmes achètent des aromates et les préparent. Ensuite elles se
reposent parce que le Sabbat du samedi 17 Nisan débute. Car dans
la loi de Moïse, Dieu interdit le travail le jour du Sabbat.
Ici en 'Marc 16.1' et 'Luc 23.56', on est vendredi le 16e jour
du mois de Nisan (vendredi 7 avril de l'an 30 cette année-là) qui est
le lendemain de la grande fête du Sabbat annuel du jeudi 15 Nisan (le
15 Nisan étant un jour de repos où aucun travail servile n'était permis
par Dieu, "Lévitique 23.5-7"), laquelle correspond selon la loi de
Moïse au 1er jour des 7
jours de la fête des pains sans levain qui débute le lendemain de la
Pâque du 14 Nisan (le 14 Nisan étant mercredi le 5 avril 30).
Le jour débute toujours au coucher du soleil. Voici toutes les
années où il y eu un mercredi 14 Nisan à partir de l'an 27 jusqu'à l'an
37 au calendrier de Julien : l'an 27, l'an 30 et l'an 37. Ceci est
confirmé par les calculs scientifiques lunaires en astronomie. Confirmé
par L'observatoire de Paris, le jeudi 15 Nisan de l'an 30 était une
pleine lune; c'est à la pleine lune du 15 Nisan que Moise et le peuple
d'Israël seraient sortis d'Égypte de nuit le lendemain de la Pâque du
14
Nisan; c'est ce jour du 15 Nisan qui correspond au grand jour de fête
du Sabbat annuel du 15 Nisan (Psaumes 81.3) et qui était le premier
jour des 7 jours de la fête des pains sans levain prescrit dans la loi
de Moïse.
...à suivre...
[Volver]332- Las mujeres en camino al sepulcro. ►El día 18 del mes de Nisán
(domingo, 9 de abril del año 30).◄
Dimanche
le 1er jour de la semaine (le 18e jour du mois de Nisan, donc le 9
avril 30), à l'aube (qui dure 24 minutes et 58 secondes : de 5:46:52
heure à 6:11:50 heure) pendant la lueur du matin, avant le levé du
soleil, les femmes se mettent en route vers le sépulcre (3 jours et 4
nuits après la mort de Jésus). Ce dimanche a débuté au dernier coucher
du soleil. À noter qu'à l'origine, dans le texte biblique original en
grec, il n'y avait pas ces ponctuations (virgule, point, etc.).
[Volver]333- Un ángel remueve la piedra y los
guardias se asustan.
Pendant
le trajet des femmes (avant qu'elles arrivent au sépulcre), le soleil
se leva et elles se demandèrent qui va leur enlever la pierre; pendant
ce même temps, un ange apparut aux soldats qui gardaient le sépulcre.
L'ange déplace la pierre, non pas pour que Jésus sorte de la grotte,
mais pour que les femmes puissent voir que Jésus n'était pas dans la
grotte (au sépulcre) et qu'il était déjà ressuscité le samedi
après-midi, 3 jours et 3 nuits après son ensevelissement (son
enterrement).
[Volver]335- Las mujeres corren a decirles a
los discípulos lo que dijo el ángel.
À
noter que les disciples semble avoir temporairement une demeure dans
Jérusalem dans une chambre haute (Luc 24.33; Actes 1.13) à peut-être
entre 10 et 20 minutes de marche du sépulcre. La durée de l'aube (la
clarté du matin jusqu'au levé du soleil), en ce dimanche18e jour du
mois de Nisan à Jérusalem, est d'environ 25 minutes; les femmes étant
parties durant l'aube vers le sépulcre et y étant arrivées un peu après
le levé du soleil, elles ont peut-être marché entre 10 et 20 minutes de
marche à partir du lieu où elle logeaient. Ce qui signifierait qu'on
pouvait y faire plusieurs allers-retours à pied durant ce même matin.
Bien que Béthanie (près du Mont des oliviers) soit à moins de 3
kilomètres à l'est de Jérusalem, il semble ici que les femmes
demeuraient temporairement dans le même logis que les disciples dans
Jérusalem; car aussi, le mot grec original en "Luc 24.9" a bien le sens
de "retourner" là où on était auparavant; ce même mot grec est autant
employé pour le retour dans une maison (Luc 7.10) que pour le retour
dans une ville (Luc 24.33 ).
[Volver]336- Las mujeres anuncian a los
discípulos lo que ha dicho el ángel.
Avant
de le dire aux onze disciples, il semble que sur leur chemin les femmes
étaient allées chercher d'autres femmes qu'elles connaissaient tout
près de là. En "Jean 20.2" , Marie de Magdala n'était pas arrivée seule
chez les disciples ici, car le verbe grec est à la 1re personne du
pluriel : "nous...". C'est ce qu'affirme aussi "Luc 24.10".
[Volver]337- Pedro y Juan corren al sepulcro
para ver si Jesús está allí.
Comparez
la note en "Matthieu 28.8" concernant la distance à parcourir à pied.
En "Jean 20.17",
[Volver]340- « No me toques: porque aun no he
subido á mi Padre ».
Jésus qui monte
vers le Père est symbolisé en
"Lévitique 23.10-11" par une gerbe des prémices de la moisson que le
sacrificateur devait tournoyer devant Dieu le lendemain du sabbat. Les
prémices (un singulier en
grec) sont Jésus ressuscité et le reste de la moisson sont les
croyants qui ressusciteront au dernier jour (1 Corinthiens 15.20, 23;
Matthieu 13.30 , 39; 24.31).
[Volver]342- A los soldados que vieron al ángel
se les paga para mentir.
Pendant
que les femmes s'en allaient après avoir vu Jésus, les soldats qui
avaient vu l'ange rouler la pierre de devant l'entrée du sépulcre, se
sont enfin décidés d'aller le dire aux principaux sacrificateurs dans
Jérusalem. À noter qu'à l'époque ce sépulcre était à l'extérieur des
murs de Jérusalem (Hébreux 13.12 ).
[Volver]346- Jesús se aparece a otros en
Jerusalén. El Mensaje. ►El día 18 del
mes de Nisán (domingo, 9 de abril del año 30).◄
En
"Luc 24.45" et "Jean 20.22", Jésus leur accorde temporairement le
Saint-Esprit pour qu'ils comprennent les écritures qu'il est en train
de leur expliquer. Dans le passé aussi, quelques-uns avaient déjà
reçu le Saint-Esprit pour une raison quelconque (exemple: Matthieu 10.1
> 12.28; 16.17; Luc 2.25; Jean 11.51). Mais ce n'est que plus tard
qu'ils recevront en permanence en tant que fils de Dieu l'Esprit-Saint
promis (Luc 24.49; Jean 7.39 ; Actes 1.8; 2.4 ; Galates 4.6).
("1 Corinthiens 3.16; 12.13, 19 , 30"; "2 Corinthiens
12.4"; "Colossiens 1.24" ; "Éphésiens 5.23")
Si Thomas n'était pas présent en "Luc 24.33", il est à noter que
Juda étant déjà mort, le nombre des 12 apôtres était diminué à 11. Mais
en "Actes 1.15-26" ils choisiront Matthias pour remplacer Judas. Vue
que l'évangile selon Luc a été écrit longtemps après qu'ils aient
choisi Matthias, il serait normal que Luc puisse considérer le groupe
comme étant de 12 au moment où Luc a écrit "Luc 24.33" pour le dire.
Ici,
les 11 vont en Galilée selon le message que l'ange avait donné aux
femmes (Matthieu 28.7); Marc 16.7 pour eux et selon la parole de Jésus
(Matthieu 28.10).
[Volver]352- Jesús instruye a los discípulos en
una montaña en Galilea.
Ce
serait à l'une de ses 3 apparitions faites aux disciples en groupe
(Jean 21.14) que Jésus leur aurait désigné en personne d'aller sur une
montagne particulière (Matthieu 28.16b) en Galilée. Vu qu'en
"Jean 21.14", Jésus s'était déjà montré à eux seulement 3 fois, alors
son
apparition sur la montagne en Galilée se ferait qu'après ces 3
apparitions en question indiquées en "Jean 20.19, 26; 21.1".
[Volver]353- Jesús instruye a los discípulos en
el monte de los Olivos, cerca de Betania.
Selon
"Actes 1.12", après être revenu de la Galilée, les disciples sont venus
sur le Mont des Oliviers (vis-à-vis de Jérusalem-Est) d'où Jésus a été
enlevé au ciel. Béthanie est un village situé sur le versant Est du
Mont des Oliviers. Béthanie était près de Jérusalem, à une distance
d'environ quinze stades (Jean 11.18).
[Volver]355- Reciben el Espíritu Santo el día
de Pentecostés.
Ils reçoivent le Saint-Esprit au jour de la Pentecôte.
Au jour de la
Pentecôte, ils se mirent à parler d'autres langues.
La Bible dit que personne ne peut parler la langue
des anges lesquels sont dans le 3e ciel, dans le paradis de Dieu. Paul
dit que même si cela était possible, si je n'ai pas l'amour, je ne
ferais que du bruit inutile.
2 Corinthiens {voir aussi
dans la version TOB}:
12.2 "Je
connais un homme en Christ, qui fut, il y a quatorze ans, ravi jusqu'au
TROISIÈME CIEL ..."
12.4 "cet
homme fut enlevé jusqu'au PARADIS et entendit des PAROLES inexprimables
qu'il n'est 'PAS PERMIS' À L'HOMME D'EXPRIMER."
1 Corinthiens 13.1 : "Quand
bien même je parlerais les langues des hommes et DES ANGES, si je n'ai
pas l'amour, je suis un métal qui résonne, ou comme une cymbale qui
retentit."
Actes :
2.1 "Le jour
de la Pentecôte, ...
2.4 ...se mirent
à parler en d'autres langues, selon que l'Esprit leur donnait de
S'EXPRIMER.
2.8 ... Et
comment les entendons-nous dans notre propre langue à chacun, dans
notre langue maternelle?
2.9 Parthes,
Mèdes, Élamites, ceux qui habitent la Mésopotamie, la Judée, la
Cappadoce, le Pont, l'Asie,
2.10 la Phrygie,
la Pamphylie, l'Égypte, le territoire de la Libye voisine de Cyrène, et
ceux qui sont venus de Rome, Juifs et prosélytes,
2.11 Crétois et
Arabes, comment les entendons-nous parler dans nos langues des
merveilles de Dieu?"
1 Corinthiens :
12.27 "Vous
êtes le corps de Christ, et vous êtes ses membres, chacun pour sa part.
12.28 Et Dieu a
établi dans l'Église premièrement des apôtres, secondement des
prophètes, troisièmement des docteurs, ensuite ceux qui ont le don des
miracles, puis ceux qui ont les dons de guérir, de secourir, de
gouverner, de PARLER DIVERSES LANGUES" {donc humaines}.
12.29 Tous
sont-ils apôtres? Tous sont-ils prophètes? Tous sont-ils docteurs?
12.30 Tous
ont-ils le don des miracles? Tous ont-ils le don des guérisons? TOUS
PARLENT-ILS EN LANGUES? Tous interprètent-ils?" {la réponse
suppose que 'NON'}
Celui qui parle en langue dit des louanges
uniquement à Dieu : ce sont des merveilles (des paroles merveilleuses)
et des actions de grâce. Ce
sont donc des prières sous forme de louange et non pas sous forme de
demandes. Ce n'est donc pas comme une prophétie qui s'adresse à
l'homme, mais c'est une louange qui est dite à Dieu.
1 Corinthiens 14.2 : "...celui qui parle en langue ne
parle pas aux hommes, mais à Dieu, ..."
Actes 2.11 : "...comment
les entendons-nous parler dans nos langues DES MERVEILLES DE DIEU?"
1 Corinthiens :
14.13 "C'est
pourquoi, que celui qui parle en langue prie pour avoir le don
d'interpréter {pour savoir ce qui est dit à Dieu}.
14.14 Car si
je prie en langue, mon esprit est en prière, ...
14.16 ...si tu
rends grâces en esprit, comment celui qui est dans les rangs de l'homme
du peuple répondra-t-il Amen! à ton ACTION DE GRÂCES, puisqu'il ne sait
pas ce que tu dis?
14.17 TU
RENDS, il est vrai, d'excellentes ACTIONS DE GRÂCES, mais l'autre n'est
pas édifié."
Psaumes 22.3 (22:4) : "Et toi,
tu es le {Dieu} Saint,
tu t'installes au milieu des louanges ..."
Éphésiens 5.18 : {Que se soit
en langue ou non} "...soyez
remplis de l'Esprit, (5.19) en
...chantant et célébrant de tout votre coeur les louanges du Seigneur"
Ésaïe 61.3 : "...un vêtement de
louange au lieu d'un esprit abattu, ..."
1 Corinthiens 14.4 : "Celui qui
parle en langue s'édifie
lui-même; ..."
Romains 14.17 : "Car ...la paix
et la joie, par le Saint
Esprit." ("Actes 13.52")
2 Pierre 3.16 : "{l'apôtre
Paul}...il
parle de ces choses, parmi lesquelles il y en a de difficiles à
comprendre, que les ignorants et les mal affermis tordent, comme aussi les autres écritures ..."
1 Timothée 4.1 : "Mais
l'Esprit dit expressément que, dans les derniers temps, quelques-uns
abandonneront la foi, pour s'attacher à des esprits séducteurs et à des
{fausses}
doctrines {inspirées par} de démons,"
▲20- En un
sueño en Nazaret, un ángel le dice a José que huya a Egipto con Jesús y
María.
2.13-18
▲21-
En Egipto, un ángel le dijo a José en un sueño que regresara a Israel.
Luego en otro sueño, Dios le dijo que fuera a Galilea donde volvió a
vivir en Nazaret .
2.19-23
▲22- Jesús
creció en Nazaret en sabiduría y con la gracia de Dios.
2.40
▲23- A los 12
años, Jesús va a Jerusalén con sus padres para la Pascua, y luego
regresan a Nazaret . ►Pascua,
el día 14 del mes de Nisán.◄
▲136- En
Genesaret, todos los que tocaban a Jesús quedaban sanados. Evita Judea.
14.34-36
6.53-56
7.1
▲137-
Fariseos y tradición. Lo que contamina sale del hombre. Ciegos guiando
a ciegos.
15.1-20
7.1-23
▲138- La
mujer cananea y su hija atormentada. Migajas a los perros.
15.21-28
7.24-30
▲139- Desde
Tiro, Jesús viene cerca del mar de Galilea.
15.29
7.31
▲140-
Sanación de un sordo que habla con dificultad. Varias sanaciones.
15.30-31
7.32-37
▲141- El
milagro de los 7 panes y unos pocos pescaditos.
15.32-39
8.1-10
▲142- Discernir el aspecto del cielo, pero no las
señales de los tiempos. La señal de Jonás.
16.1-4
8.11-13a
▲143- La
levadura de los fariseos y la de Herodes.
16.5-12
8.13b-21
▲144-
Sanación de un ciego (con saliva) tocándole dos veces.
8.22-26
▲145- Jesús
en la fiesta de los Tabernáculos. ►"Levítico
23.34"; fiesta que dura 7 días comenzando el día 15 del 7º mes llamado
« tishri » (aquí comenzando el martes 11 de octubre del año 29).◄
7.2-53
▲146- Jesús
del monte de los olivos al templo por la mañana.
▲158- Jesús
paga con una moneda atrapada en un pez.
17.24-27
9.33a
▲159- ¿Quién
es el más grande? Humíllate como un niño pequeño para entrar en el
reino de Dios.
Jesús está en casa en Capernaum. Quien te recibe a ti me recibe a mí.
▲175- El
samaritano ayudando a un hombre que ha sido golpeado. Jesús estaría
cerca de Jericó.
10.25-37
▲176- Jesús
en Betania con Marta y su hermana María ("Juan 11.1, 17-19 ; 12.1-3").
10.38-42
▲177- Jesús
en la fiesta de la Dedicación. ►Fiesta de 8 días de duración que
comienza el día 25 del mes de Kisleu (aquí a partir del lunes 19 de
diciembre del año 29).◄
10.22-42
▲178- Lázaro
de Betania enfermo, muerto y resucitado.
11.1-44
▲179- El sumo
sacerdote profetiza la muerte de Jesús.
▲296- La vid
y las ramas. Amar unos a otros. Mis amigos, si...
15.1-27
▲297- Pecado,
justicia y juicio. El Espíritu guiará en la verdad. Pedir.
Tribulaciones, coraje.
16.1-33
▲298- Jesús
ora al Padre. « He manifestado tu nombre ». (Otro mismo: "Lucas 10:22"; "Juan
14:7-9"; "1 Juan 5:20-21"; "Mateo 28:19"; "Hechos 2:38").
17.1-26
▲299- En el
huerto de Getsemaní (al otro
lado del Cedrón), ubicado al pie del monte de los Olivos. Jesús
tiene miedo y ora.
26.36-46
14.32-42
22.40-46
18.1
▲300- Judas
entrega a Jesús para que sea arrestado.
26.47-56
14.43-52
22.47-53
18.2-11
▲301- Jesús
es llevado ante Anás para un interrogatorio. Pedro sigue; se le hace
entrar.
26.57-58
14.53-54
22.54-55
18.12-16,
18
▲302- Pedro
niega a Jesús por primera vez (Jesús
estaba en casa de Anás).
26.69-70
14.66-68a
22.56-57
18.17-18
▲303- Anás (también llamado sumo sacerdote:
"Lucas 3.2", "Hechos 4.6") pregunta a Jesús (versículos 13 y 19).
18.19-23
▲304- Anás
envía a Jesús a Caifás (versículo
24) que viviría separado en el mismo palacio que él (versículos 18 y 25), porque
Pedro continúa calentándose en el mismo lugar (versículos 18 y 25a).
18.24
▲305- Pedro
niega a Jesús por 2ª vez (Jesús
estaba delante Caifás). Muchos han hablado.
26.71-72
14.68b-69
22.58
18.25
▲306- Poco
después, Pedro niega a Jesús por tercera vez y el gallo canta (esto sería 1 hora después de que
Pedro entró en el patio). Muchos han hablado.
26.73-75
14.70-72
22.59-62
18.26-27
▲307- Primera
deliberación (por la noche):
Jesús en el Sanedrín. Testimonios falsos.
26.59-66
14.55-64
▲308- Los
hombres se burlan de Jesús y lo golpean.
26.67-68
14.65
22.63-65
▲309- Segunda
deliberación (oficial de día):
Jesús en el sanedrín para que reafirme quién es.
27.1
15.1a
22.66-71
▲310- Jesús
llevado atado ante Pilato por la mañana.
27.2
15.1b
23.1
18.28a
▲311-
Remordimiento y suicidio de Judas. 30 monedas de plata.
27.3-10
▲312- Jesús
interrogado por el gobernador romano Pilato.
▲350- Jesús
se aparece a sus discípulos junto al mar. 153 pescados grandes. Comida.
21.1-14
▲351-
"Apacienta mis ovejas" . Jesús le pregunta a Pedro 3 veces: "¿Me amas?"
21.15-25
▲352- Jesús
instruye a los discípulos en una montaña en Galilea.
28.16b-20
16.15-18
▲353- Jesús
instruye a los discípulos en el monte de los Olivos, cerca de
Betania. {Hechos
1.4-5, 8-9}
16.19a
24.50a
▲354- Jesús
es llevado al cielo, luego regresan a Jerusalén. {"Hechos 1.2, 9-11, 12, 13" ; "Mateo
24.30-31" ; "1 Tesalonicenses 4.16-17"} ►El día 27 del mes de Iyar
(jueves,18 de mayo del año 30).◄
16.19b
24.50b-53
▲355- Reciben
el Espíritu Santo el día de Pentecostés. ►El día 8 del mes de Sivan
(domingo, 28 de mayo del año 30).◄
{"Hechos 2.1-4"}
▲356- Van a
anunciar el evangelio en todas partes (confirmado por el libro de los
"Hechos de los apóstoles").
16.20
▲357- Creer
en Jesús el Mesías ("Juan
1.41"), el Hijo de Dios, para tener vida eterna.
Los Evangelios Sinópticos.
Los cuatro evangelios en paralelo.
Por rh.
Este sitio web no impone ninguna restricción para usar, copiar,
fotocopiar y
distribuir este trabajo de los cuatro evangelios paralelos en su
totalidad, o ponerlo a disposición en su sitio web, o adaptarlo para
tabletas, móviles, etc. Puede utilizar y compartir esta página web (con
o sin su código html).
Si lo deseas, como muestra de gratitud al Señor, puedes dar a conocer
este trabajo a 2 ó 3 personas.
Para descargar
esta página HTML, haga clic en este enlace
con el botón derecho
del ratón y luego en "Guardar
enlace como".