▲1.1 JUDAS, siervo de
Jesucristo, y hermano de Jacobo, á los llamados, santificados en Dios
Padre, y conservados en Jesucristo: 1.2
Misericordia, y paz, y amor os sean multiplicados. 1.3
Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros de la común
salud, me ha sido necesario escribiros amonestándoos que contendáis
eficazmente por la fe que ha sido una vez dada á los santos. 1.4
Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los cuales desde
antes habían estado ordenados para esta condenación, hombres impíos,
convirtiendo la gracia de nuestro Dios en disolución, y negando á Dios
que solo es el que tiene dominio, y á nuestro Señor Jesucristo. 1.5
Os quiero pues amonestar, ya que alguna vez habéis sabido esto, que el
Señor habiendo salvado al pueblo de Egipto, después destruyó á los que
no creían: 1.6 Y á
los ángeles que no guardaron su dignidad, mas dejaron su habitación,
los ha reservado debajo de oscuridad en prisiones eternas hasta el
juicio del gran día: 1.7
Como Sodoma y Gomorra, y las ciudades comarcanas, las cuales de la
misma manera que ellos habían fornicado, y habían seguido la carne
extraña, fueron puestas por ejemplo: sufriendo el juicio del fuego
eterno. 1.8 De la
misma manera también estos soñadores amancillan la carne, y
menosprecian la potestad, y vituperan las potestades superiores. 1.9
Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando
sobre el cuerpo de Moisés, no se atrevió á usar de juicio de maldición
contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda. 1.10
Pero éstos maldicen las cosas que no conocen; y las cosas que
naturalmente conocen, se corrompen en ellas, como bestias brutas. 1.11
¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron en el
error de Balaam por recompensa, y perecieron en la contradicción de
Coré. 1.12 Estos
son
manchas en vuestros convites, que banquetean juntamente, apacentándose
á sí mismos sin temor alguno: nubes sin agua, las cuales son llevadas
de acá para allá de los vientos: árboles marchitos como en otoño, sin
fruto, dos veces muertos y desarraigados; 1.13
Fieras ondas de la mar, que espuman sus mismas abominaciones; estrellas
erráticas, á las cuales es reservada eternalmente la oscuridad de las
tinieblas. 1.14 De los
cuales también profetizó Enoc, séptimo desde Adam, diciendo: He aquí,
el Señor es venido con sus santos millares, 1.15
A hacer juicio contra todos, y á convencer á todos los impíos de entre
ellos tocante á todas sus obras de impiedad que han hecho impíamente, y
á todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él. 1.16
Estos son murmuradores, querellosos, andando según sus deseos; y su
boca habla cosas soberbias, teniendo en admiración las personas por
causa del provecho. 1.17 Mas
vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes han sido
dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; 1.18 Como
os decían: Que en el postrer tiempo habría burladores, que andarían
según sus malvados deseos. 1.19 Estos
son los que hacen divisiones, sensuales, no teniendo el Espíritu. 1.20 Mas
vosotros, oh amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando
por el Espíritu Santo. 1.21
Conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro
Señor Jesucristo, para vida eterna. 1.22 Y
recibid á los unos en piedad, discerniendo: 1.23 Mas
haced salvos á los otros por temor, arrebatándolos del fuego;
aborreciendo aun la ropa que es contaminada de la carne. 1.24
A aquel, pues, que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros
delante de su gloria irreprensibles, con grande alegría, 1.25 Al
Dios solo sabio, nuestro Salvador, sea gloria y magnificencia, imperio
y potencia, ahora y en todos los siglos. Amén.