▲1.1
LO que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto
con nuestros ojos, lo que hemos mirado, y palparon nuestras manos
tocante al Verbo de vida; 1.2
(Porque la vida fué manifestada, y vimos, y testificamos, y os
anunciamos aquella vida eterna, la cual estaba con el Padre, y nos ha
aparecido;) 1.3 Lo
que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros
tengáis comunión con nosotros: y nuestra comunión verdaderamente es con
el Padre, y con su Hijo Jesucristo. 1.4 Y estas
cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido. 1.5 Y este
es el mensaje que oímos de él, y os anunciamos: Que Dios es luz, y en
él no hay ningunas tinieblas. 1.6 Si
nosotros dijéremos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas,
mentimos, y no hacemos la verdad; 1.7
Mas si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión entre
nosotros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. 1.8 Si
dijéremos que no tenemos pecado, nos engañamos á nosotros mismos, y no
hay verdad en nosotros. 1.9 Si
confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone
nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad. 1.10 Si
dijéremos que no hemos pecado, lo hacemos á él mentiroso, y su palabra
no está en nosotros. ▲2.1
HIJITOS míos, estas cosas os escribo, para que no pequéis; y si alguno
hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, á Jesucristo el
justo; 2.2 Y él es
la propiciación por nuestros pecados: y no solamente por los nuestros,
sino también por los de todo el mundo. 2.3 Y en
esto sabemos que nosotros le hemos conocido, si guardamos sus
mandamientos. 2.4 El que
dice, Yo le he conocido, y no guarda sus mandamientos, el tal es
mentiroso, y no hay verdad en él; 2.5 Mas el
que guarda su palabra, la caridad de Dios está verdaderamente perfecta
en él: por esto sabemos que estamos en él. 2.6 El que
dice que está en él, debe andar como él anduvo. 2.7
Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo
que habéis tenido desde el principio: el mandamiento antiguo es la
palabra que habéis oído desde el principio. 2.8
Otra vez os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en
vosotros; porque las tinieblas son pasadas, y la verdadera luz ya
alumbra. 2.9 El que
dice que está en luz, y aborrece á su hermano, el tal aun está en
tinieblas todavía. 2.10 El que
ama á su hermano, está en luz, y no hay tropiezo en él. 2.11
Mas el que aborrece á su hermano, está en tinieblas, y anda en
tinieblas, y no sabe á donde va; porque las tinieblas le han cegado los
ojos. 2.12 Os
escribo á vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os son perdonados
por su nombre. 2.13
Os escribo á vosotros, padres, porque habéis conocido á aquel que es
desde el principio. Os escribo á vosotros, mancebos, porque habéis
vencido al maligno. Os escribo á vosotros, hijitos, porque habéis
conocido al Padre. 2.14
Os he escrito á vosotros, padres, porque habéis conocido al que es
desde el principio. Os he escrito á vosotros, mancebos, porque sois
fuertes, y la palabra de Dios mora en vosotros, y habéis vencido al
maligno. 2.15 No
améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al
mundo, el amor del Padre no está en él. 2.16
Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne, y la
concupiscencia de los ojos, y la soberbia de la vida, no es del Padre,
mas es del mundo. 2.17 Y el
mundo se pasa, y su concupiscencia; mas el que hace la voluntad de
Dios, permanece para siempre. 2.18
Hijitos, ya es el último tiempo: y como vosotros habéis oído que el
anticristo ha de venir, así también al presente han comenzado á ser
muchos anticristos; por lo cual sabemos que es el último tiempo. 2.19
Salieron de nosotros, mas no eran de nosotros; porque si fueran de
nosotros, hubieran cierto permanecido con nosotros; pero salieron para
que se manifestase que todos no son de nosotros. 2.20 Mas
vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas. 2.21 No os
he escrito como si ignoraseis la verdad, sino como á los que la
conocéis, y que ninguna mentira es de la verdad. 2.22 ¿Quién
es mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este tal es
anticristo, que niega al Padre y al Hijo. 2.23
Cualquiera que niega al Hijo, este tal tampoco tiene al Padre.
Cualquiera que confiese al Hijo tiene también al Padre. 2.24
Pues lo que habéis oído desde el principio, sea permaneciente en
vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio fuere permaneciente
en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre. 2.25 Y esta
es la promesa, la cual él nos prometió, la vida eterna. 2.26 Os he
escrito esto sobre los que os engañan. 2.27
Pero la unción que vosotros habéis recibido de él, mora en vosotros, y
no tenéis necesidad que ninguno os enseñe; mas como la unción misma os
enseña de todas cosas, y es verdadera, y no es mentira, así como os ha
enseñado, perseveraréis en él. 2.28
Y ahora, hijitos, perseverad en él; para que cuando apareciere,
tengamos confianza, y no seamos confundidos de él en su venida. 2.29 Si
sabéis que él es justo, sabed también que cualquiera que hace justicia,
es nacido de él. ▲3.1
MIRAD cuál amor nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de
Dios: por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoce á él. 3.2
Muy amados, ahora somos hijos de Dios, y aun no se ha manifestado lo
que hemos de ser; pero sabemos que cuando él apareciere, seremos
semejantes á él, porque le veremos como él es. 3.3 Y
cualquiera que tiene esta esperanza en él, se purifica, como él también
es limpio. 3.4
Cualquiera que hace pecado, traspasa también la ley; pues el pecado es
transgresión de la ley. 3.5 Y
sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en
él. 3.6
Cualquiera que permanece en él, no peca; cualquiera que peca, no le ha
visto, ni le ha conocido. 3.7
Hijitos, no os engañe ninguno: el que hace justicia, es justo, como él
también es justo. 3.8
El que hace pecado, es del diablo; porque el diablo peca desde el
principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras
del diablo. 3.9
Cualquiera que es nacido de Dios, no hace pecado, porque su simiente
está en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. 3.10
En esto son manifiestos los hijos de Dios, y los hijos del diablo:
cualquiera que no hace justicia, y que no ama á su hermano, no es de
Dios. 3.11
Porque, este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos
amemos unos á otros. 3.12
No como Caín, que era del maligno, y mató á su hermano. ¿Y por qué
causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas. 3.13
Hermanos míos, no os maravilléis si el mundo os aborrece. 3.14
Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte á vida, en que amamos á los
hermanos. El que no ama á su hermano, está en muerte. 3.15
Cualquiera que aborrece á su hermano, es homicida; y sabéis que ningún
homicida tiene vida eterna permaneciente en sí. 3.16
En esto hemos conocido el amor, porque él puso su vida por nosotros:
también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. 3.17
Mas el que tuviere bienes de este mundo, y viere á su hermano tener
necesidad, y le cerrare sus entrañas, ¿cómo está el amor de Dios en él? 3.18
Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de obra y en
verdad. 3.19 Y en
esto conocemos que somos de la verdad, y tenemos nuestros corazones
certificados delante de él. 3.20 Porque
si nuestro corazón nos reprendiere, mayor es Dios que nuestro corazón,
y conoce todas las cosas. 3.21
Carísimos, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en
Dios; 3.22
Y cualquier cosa que pidiéremos, la recibiremos de él, porque guardamos
sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él. 3.23 Y éste
es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y
nos amemos unos á otros como nos lo ha mandado. 3.24
Y el que guarda sus mandamientos, está en él, y él en él. Y en esto
sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado. ▲4.1
AMADOS, no creáis á todo espíritu, sino probad los espíritus si son de
Dios; porque muchos falsos profetas son salidos en el mundo. 4.2 En esto
conoced el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo
es venido en carne es de Dios: 4.3
Y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo es venido en carne, no
es de Dios: y éste es el espíritu del anticristo, del cual vosotros
habéis oído que ha de venir, y que ahora ya está en el mundo. 4.4
Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque el que en
vosotros está, es mayor que el que está en el mundo. 4.5 Ellos
son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye. 4.6
Nosotros somos de Dios: el que conoce á Dios, nos oye: el que no es de
Dios, no nos oye. Por esto conocemos el espíritu de verdad y el
espíritu de error. 4.7
Carísimos, amémonos unos á otros; porque el amor es de Dios. Cualquiera
que ama, es nacido de Dios, y conoce á Dios. 4.8 El que
no ama, no conoce á Dios; porque Dios es amor. 4.9
En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió
á su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. 4.10
En esto consiste el amor: no que nosotros hayamos amado á Dios, sino
que él nos amó á nosotros, y ha enviado á su Hijo en propiciación por
nuestros pecados. 4.11
Amados, si Dios así nos ha amado, debemos también nosotros amarnos unos
á otros. 4.12
Ninguno vió jamás á Dios. Si nos amamos unos á otros, Dios está en
nosotros, y su amor es perfecto en nosotros: 4.13 En
esto conocemos que estamos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado
de su Espíritu. 4.14 Y
nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo
para ser Salvador del mundo. 4.15
Cualquiera que confesare que Jesús es el Hijo de Dios, Dios está en él,
y él en Dios. 4.16
Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con
nosotros. Dios es amor; y el que vive en amor, vive en Dios, y Dios en
él. 4.17 En
esto es
perfecto el amor con nosotros, para que tengamos confianza en el día
del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo. 4.18
En amor no hay temor; mas el perfecto amor echa fuera el temor: porque
el temor tiene pena. De donde el que teme, no está perfecto en el amor. 4.19
Nosotros le amamos á él, porque él nos amó primero. 4.20
Si alguno dice, Yo amo á Dios, y aborrece á su hermano, es mentiroso.
Porque el que no ama á su hermano al cual ha visto, ¿cómo puede amar á
Dios á quien no ha visto? 4.21 Y
nosotros tenemos este mandamiento de él: Que el que ama á Dios, ame
también á su hermano. ▲5.1
TODO aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios: y
cualquiera que ama al que ha engendrado, ama también al que es nacido
de él. 5.2 En esto
conocemos que amamos á los hijos de Dios, cuando amamos á Dios, y
guardamos sus mandamientos. 5.3 Porque
este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus
mandamientos no son penosos. 5.4 Porque
todo aquello que es nacido de Dios vence al mundo: y esta es la
victoria que vence al mundo, nuestra fe. 5.5 ¿Quién
es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? 5.6
Este es Jesucristo, que vino por agua y sangre: no por agua solamente,
sino por agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio: porque
el Espírtiu es la verdad. 5.7 Porque
tres son los que dan testimonio en el cielo, el Padre, el Verbo, y el
Espíritu Santo: y estos tres son uno. 5.8 Y tres
son los que dan testimonio en la tierra, el Espíritu, y el agua, y la
sangre: y estos tres concuerdan en uno. 5.9
Si recibimos el testimonio de los hombres, el testimonio de Dios es
mayor; porque éste es el testimonio de Dios, que ha testificado de su
Hijo. 5.10 El que
cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo: el que no
cree á Dios, le ha hecho mentiroso; porque no ha creído en el
testimonio que Dios ha testificado de su Hijo. 5.11 Y este
es el testimonio: Que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en
su Hijo. 5.12 El que
tiene al Hijo, tiene al vida: el que no tiene la Hijo de Dios, no tiene
la vida. 5.13
Estas cosas he escrito á vosotros que creéis en el nombre del Hijo de
Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el
nombre del Hijo de Dios. 5.14 Y esta
es la confianza que tenemos en él, que si demandáremos alguna cosa
conforme á su voluntad, él nos oye. 5.15
Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que demandáremos,
sabemos que tenemos las peticiones que le hubiéremos demandado. 5.16
Si alguno viere cometer á su hermano pecado no de muerte, demandará y
se le dará vida; digo á los que pecan no de muerte. Hay pecado de
muerte, por el cual yo no digo que ruegue. 5.17 Toda
maldad es pecado; mas hay pecado no de muerte. 5.18
Sabemos que cualquiera que es nacido de Dios, no peca; mas el que es
engendrado de Dios, se guarda á sí mismo, y el maligno no le toca. 5.19
Sabemos que somos de Dios, y todo el mundo está puesto en maldad. 5.20
Empero sabemos que el Hijo de Dios es venido, y nos ha dado
entendimiento para conocer al que es verdadero: y estamos en el
verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida
eterna. 5.21
Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén.