▲1.1 PEDRO, apóstol de
Jesucristo, á los extranjeros esparcidos en Ponto, en Galacia, en
Capadocia, en Asia, y en Bithinia, 1.2
Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del
Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo:
Gracia y paz os sea multiplicada. 1.3
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su
grande misericordia nos ha regenerado en esperanza viva, por la
resurrección de Jesucristo de los muertos, 1.4 Para
una herencia incorruptible, y que no puede contaminarse, ni
marchitarse, reservada en los cielos 1.5
Para nosotros que somos guardados en la virtud de Dios por fe, para
alcanzar la salud que está aparejada para ser manifestada en el
postrimero tiempo. 1.6 En lo
cual vosotros os alegráis, estando al presente un poco de tiempo
afligidos en diversas tentaciones, si es necesario, 1.7
Para que la prueba de vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el
cual perece, bien que sea probado con fuego, sea hallada en alabanza,
gloria y honra, cuando Jesucristo fuera manifestado: 1.8
Al cual, no habiendo visto, le amáis; en el cual creyendo, aunque al
presente no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorificado; 1.9
Obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salud de vuestras almas. 1.10
De la cual salud los profetas que profetizaron de la gracia que había
de venir á vosotros, han inquirido y diligentemente buscado, 1.11
Escudriñando cuándo y en qué punto de tiempo significaba el Espíritu de
Cristo que estaba en ellos, el cual prenunciaba las aflicciones que
habían de venir á Cristo, y las glorias después de ellas. 1.12
A los cuales fué revelado, que no para sí mismos, sino para nosotros
administraban las cosas que ahora os son anunciadas de los que os han
predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; en las
cuales desean mirar los ángeles. 1.13
Por lo cual, teniendo los lomos de vuestro entendimiento ceñidos, con
templanza, esperad perfectamente en la gracia que os es presentada
cuando Jesucristo os es manifestado: 1.14 Como
hijos obedientes, no conformándoos con los deseos que antes teníais
estando en vuestra ignorancia; 1.15 Sino
como aquel que os ha llamado es santo, sed también vosotros santos en
toda conversación: 1.16 Porque
escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. 1.17
Y si invocáis por Padre á aquel que sin acepción de personas juzga
según la obra de cada uno, conversad en temor todo el tiempo de vuestra
peregrinación: 1.18
Sabiendo que habéis sido rescatados de vuestra vana conversación, la
cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como
oro ó plata; 1.19 Sino
con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin
contaminación: 1.20 Ya
ordenado de antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los
postrimeros tiempos por amor de vosotros, 1.21
Que por él creéis á Dios, el cual le resucitó de los muertos, y le ha
dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sea en Dios. 1.22
Habiendo purificado vuestra almas en la obediencia de la verdad, por el
Espíritu, en caridad hermanable sin fingimiento, amaos unos á otros
entrañablemente de corazón puro: 1.23
Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible,
por la palabra de Dios, que vive y permanece para siempre. 1.24
Porque Toda carne es como la hierba, Y toda la gloria del hombre como
la flor de la hierba: Secóse la hierba, y la flor se cayó; 1.25 Mas la
palabra del Señor permanece perpetuamente. Y esta es la palabra que por
el evangelio os ha sido anunciada. ▲2.1 DEJANDO pues toda malicia,
y todo engaño, y fingimientos, y envidias, y todas las detracciones, 2.2 Desead,
como niños recién nacidos, la leche espiritual, sin engaño, para que
por ella crezcáis en salud: 2.3 Si
empero habéis gustado que el Señor es benigno; 2.4 Al cual
allegándoos, piedra viva, reprobada cierto de los hombres, empero
elegida de Dios, preciosa, 2.5
Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados una casa
espitirual, y un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios
espirituales, agradables á Dios por Jesucristo. 2.6
Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sión la
principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; Y el que creyere en
ella, no será confundido. 2.7
Ella es pues honor á vosotros que creéis: mas para los desobedientes,
La piedra que los edificadores reprobaron, Esta fué hecha la cabeza del
ángulo; 2.8 Y
Piedra
de tropiezo, y roca de escándalo á aquellos que tropiezan en la
palabra, siendo desobedientes; para lo cual fueron también ordenados. 2.9
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, gente santa, pueblo
adquirido, para que anunciéis las virtudes de aquel que os ha llamado
de las tinieblas á su luz admirable. 2.10
Vosotros, que en el tiempo pasado no erais pueblo, mas ahora sois
pueblo de Dios; que en el tiempo pasado no habíais alcanzado
misericordia. 2.11
Amados, yo os ruego como á extranjeros y peregrinos, os abstengáis de
los deseos carnales que batallan contra el alma, 2.12
Teniendo vuestra conversación honesta entre los Gentiles; para que, en
lo que ellos murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen á
Dios en el día de la visitación, estimándoos por las buenas obras. 2.13 Sed
pues sujetos á toda ordenación humana por respeto á Dios: ya sea al
rey, como á superior, 2.14 Ya á
los gobernadores, como de él enviados para venganza de los malhechores,
y para loor de los que hacen bien. 2.15 Porque
esta es la voluntad de Dios; que haciendo bien, hagáis callara la
ignorancia de los hombres vanos: 2.16 Como
libres, y no como teniendo la libertad por cobertura de malicia, sino
como siervos de Dios. 2.17 Honrad
á todos. Amad la fraternidad. Temed á Dios. Honrad al rey. 2.18
Siervos, sed sujetos con todo temor á vuestros amos; no solamente á los
buenos y humanos, sino también á los rigurosos. 2.19 Porque
esto es agradable, si alguno á causa de la conciencia delante de Dios,
sufre molestias padeciendo injustamente. 2.20
Porque ¿qué gloria es, si pecando vosotros sois abofeteados, y lo
sufrís? mas si haciendo bien sois afligidos, y lo sufrís, esto
ciertamente es agradable delante de Dios. 2.21
Porque para esto sois llamados; pues que también Cristo padeció por
nosotros, dejándonos ejemplo, para que vosotros sigáis sus pisadas: 2.22 El
cual no hizo pecado; ni fué hallado engaño en su boca: 2.23
Quien cuando le maldecían no retornaba maldición: cuando padecía, no
amenazaba, sino remitía la causa al que juzga justamente: 2.24
El cual mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para
que nosotros siendo muertos á los pecados, vivamos á la justicia: por
la herida del cual habéis sido sanados. 2.25 Porque
vosotros erais como ovejas descarriadas; mas ahora habéis vuelto al
Padre y Obispo de vuestras almas. ▲3.1
ASIMISMO vosotras, mujeres, sed sujetas á vuestros maridos; para que
también los que no creen á la palabra, sean ganados sin palabra por la
conversación de sus mujeres, 3.2
Considerando vuestra casta conversación, que es en temor. 3.3 El
adorno de las cuales no sea exterior con encrespamiento del cabello, y
atavío de oro, ni en compostura de ropas; 3.4
Sino el hombre del corazón que está encubierto, en incorruptible ornato
de espíritu agradable y pacífico, lo cual es de grande estima delante
de Dios. 3.5 Porque
así también se ataviaban en el tiempo antiguo aquellas santas mujeres
que esperaban en Dios, siendo sujetas á sus maridos: 3.6
Como Sara obedecía á Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras
sois hechas hijas, haciendo bien, y no sois espantadas de ningún pavor. 3.7
Vosotros maridos, semejantemente, habitad con ellas según ciencia,
dando honor á la mujer como á vaso más frágil, y como á herederas
juntamente de la gracia de la vida; para que vuestras oraciones no sean
impedidas. 3.8 Y
finalmente, sed todos de un mismo corazón, compasivos, amándoos
fraternalmente, misericordiosos, amigables; 3.9
No volviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino antes por el
contrario, bendiciendo; sabiendo que vosotros sois llamados para que
poseáis bendición en herencia. 3.10 Porque
El que quiere amar la vida, Y ver días buenos, Refrene su lengua de
mal, Y sus labios no hablen engaño; 3.11
Apártase del mal, y haga bien; Busque la paz, y sígala. 3.12
Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos á
sus oraciones: Pero el rostro del Señor está sobre aquellos que hacen
mal. 3.13 ¿Y
quién es aquel que os podrá dañar, si vosotros seguís el bien? 3.14
Mas también si alguna cosa padecéis por hacer bien, sois
bienaventurados. Por tanto, no temáis por el temor de ellos, ni seáis
turbados; 3.15 Sino
santificad al Señor Dios en vuestros corazones, y estad siempre
aparejados para responder con masedumbre y reverencia á cada uno que os
demande razón de la esperanza que hay en vosotros: 3.16
Teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como
de malhechores, sean confundidos los que blasfeman vuestra buena
conversación en Cristo. 3.17 Porque
mejor es que padezcáis haciendo bien, si la voluntad de Dios así lo
quiere, que haciendo mal. 3.18
Porque también Cristo padeció una vez por los injustos, para llevarnos
á Dios, siendo á la verdad muerto en la carne, pero vivificado en
espíritu; 3.19 En el
cual también fué y predicó á los espíritus encarcelados; 3.20
Los cuales en otro tiempo fueron desobedientes, cuando una vez esperaba
la paciencia de Dios en los días de Noé, cuando se aparejaba el arca;
en la cual pocas, es á saber, ocho personas fueron salvas por agua. 3.21
A la figura de la cual el bautismo que ahora corresponde nos salva (no
quitando las inmundicias de la carne, sino como demanda de una buena
conciencia delante de Dios,) por la resurrección de Jesucristo: 3.22 El
cual está á la diestra de Dios, habiendo subido al cielo; estando á él
sujetos los ángeles, y las potestades, y virtudes. ▲4.1
PUES que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también
estad armados del mismo pensamiento: que el que ha padecido en la
carne, cesó de pecado; 4.2 Para
que ya el tiempo que queda en carne, viva, no á las concupiscencias de
los hombres, sino á la voluntad de Dios. 4.3
Porque nos debe bastar que el tiempo pasado de nuestra vida hayamos
hecho la voluntad de los Gentiles, cuando conversábamos en lascivias,
en concupiscencias, en embriagueces, abominables idolatrías. 4.4
En lo cual les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en
el mismo desenfrenamiento de disolución, ultrajándoos: 4.5 Los
cuales darán cuenta al que está aparejado para juzgar los vivos y los
muertos. 4.6
Porque por esto también ha sido predicado el evangelio á los muertos;
para que sean juzgados en carne según los hombres, y vivan en espíritu
según Dios. 4.7 Mas el
fin de todas las cosas se acerca: sed pues templados, y velad en
oración. 4.8 Y sobre
todo, tened entre vosotros ferviente caridad; porque la caridad cubrirá
multitud de pecados. 4.9
Hospedaos los unos á los otros sin murmuraciones. 4.10 Cada
uno según el don que ha recibido, adminístrelo á los otros, como buenos
dispensadores de las diferentes gracias de Dios. 4.11
Si alguno habla, hable conforme á las palabras de Dios; si alguno
ministra, ministre conforme á la virtud que Dios suministra: para que
en todas cosas sea Dios glorificado por Jesucristo, al cual es gloria é
imperio para siempre jamás. Amén. 4.12
Carísimos, no os maravilléis cuando sois examinados por fuego, lo cual
se hace para vuestra prueba, como si alguna cosa peregrina os
aconteciese; 4.13
Antes bien gozaos en que sois participantes de las aflicciones de
Cristo; para que también en la revelación de su gloria os gocéis en
triunfo. 4.14 Si
sois
vituperados en el nombre de Cristo, sois bienaventurados; porque la
gloria y el Espíritu de Dios reposan sobre vosotros. Cierto, según
ellos, él es blasfemado, mas según vosotros es glorificado. 4.15 Así
que, ninguno de vosotros padezca como homicida, ó ladrón, ó malhechor,
ó por meterse en negocios ajenos. 4.16 Pero
si alguno padece como Cristiano, no se avergüence; antes glorifique á
Dios en esta parte. 4.17
Porque es tiempo de que el juicio comience de la casa de Dios: y si
primero comienza por nosotros, ¿qué será el fin de aquellos que no
obedecen al evangelio de Dios? 4.18 Y si
el justo con dificultad se salva; ¿á dónde aparecerá el infiel y el
pecador? 4.19 Y por
eso los que son afligidos según la voluntad de Dios, encomiéndenle sus
almas, como á fiel Criador, haciendo bien. ▲5.1
RUEGO á los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con
ellos, y testigo de las afliciciones de Cristo, que soy también
participante de la gloria que ha de ser revelada: 5.2
Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, teniendo cuidado de
ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta,
sino de un ánimo pronto; 5.3 Y no
como teniendo señorío sobre las heredades del Señor, sino siendo
dechados de la grey. 5.4 Y
cuando apareciere el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la
corona incorruptible de gloria. 5.5
Igualmente, mancebos, sed sujetos á los ancianos; y todos sumisos unos
á otros, revestíos de humildad; porque Dios resiste á los soberbios, y
da gracia á los humildes. 5.6
Humillaos pues bajo la poderosa mano de Dios, para que él os ensalce
cuando fuere tiempo; 5.7 Echando
toda vuestra solicitud en él, porque él tiene cuidado de vosotros. 5.8 Sed
templados, y velad; porque vuestro adversario el diablo, cual león
rugiente, anda alrededor buscando á quien devore: 5.9
Al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que las mismas aflicciones
han de ser cumplidas en la compañía de vuestros hermanos que están en
el mundo. 5.10 Mas el
Dios de toda gracia, que nos ha llamado á su gloria eterna por
Jesucristo, después que hubiereis un poco de tiempo padecido, él mismo
os perfeccione, coforme, corrobore y establezca. 5.11 A él
sea gloria é imperio para siempre. Amén. 5.12
Por Silvano, el hermano fiel, según yo pienso, os he escrito
brevemente, amonestándo os, y testificando que ésta es la verdadera
gracia de Dios, en la cual estáis. 5.13 La
iglesia que está en Babilonia, juntamente elegida con vosotros, os
saluda, y Marcos mi hijo. 5.14
Saludaos unos á otros con ósculo de caridad. Paz sea con todos vosotros
los que estáis en Jesucristo. Amén.