▲1.1 PABLO, llamado á ser
apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y Sóstenes el hermano, 1.2
A la iglesia de Dios que está en Corinto, santificados en Cristo Jesús,
llamados santos, y á todos los que invocan el nombre de nuestro Señor
Jesucristo en cualquier lugar, Señor de ellos y nuestro: 1.3 Gracia
y paz de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo. 1.4 Gracias
doy á mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os es
dada en Cristo Jesús; 1.5 Que en
todas las cosas sois enriquecidos en él, en toda lengua y en toda
ciencia; 1.6 Así
como el testimonio de Cristo ha sido confirmado en vosotros: 1.7 De tal
manera que nada os falte en ningún don, esperando la manifestación de
nuestro Señor Jesucristo: 1.8 El cual
también os confirmará hasta el fin, para que seáis sin falta en el día
de nuestro Señor Jesucristo. 1.9 Fiel es
Dios, por el cual sois llamados á la participación de su Hijo
Jesucristo nuestro Señor. 1.10
Os ruego pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que
habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros disensiones,
antes seáis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo
parecer. 1.11 Porque
me ha sido declarado de vosotros, hermanos míos, por los que son de
Cloé, que hay entre vosotros contiendas; 1.12 Quiero
decir, que cada uno de vosotros dice: Yo cierto soy de Pablo; pues yo
de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo. 1.13 ¿Está
dividido Cristo? ¿Fué crucificado Pablo por vosotros? ¿ó habéis sido
bautizados en el nombre de Pablo? 1.14 Doy
gracias á Dios, que á ninguno de vosotros he bautizado, sino á Crispo y
á Gayo; 1.15 Para
que ninguno diga que habéis sido bautizados en mi nombre. 1.16 Y
también bauticé la familia de Estéfanas: mas no sé si he bautizado
algún otro. 1.17
Porque no me envió Cristo á bautizar, sino á predicar el evangelio: no
en sabiduría de palabras, porque no sea hecha vana la cruz de Cristo. 1.18
Porque la palabra de la cruz es locura á los que se pierden; mas á los
que se salvan, es á saber, á nosotros, es potencia de Dios. 1.19 Porque
está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé la
inteligencia de los entendidos. 1.20 ¿Qué
es del sabio? ¿qué del escriba? ¿qué del escudriñador de este siglo?
¿no ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? 1.21
Porque por no haber el mundo conocido en la sabiduría de Dios á Dios
por sabiduría, agradó á Dios salvar á los creyentes por la locura de la
predicación. 1.22 Porque
los Judíos piden señales, y los Griegos buscan sabiduría: 1.23 Mas
nosotros predicamos á Cristo crucificado, á los Judíos ciertamente
tropezadero, y á los Gentiles locura; 1.24 Empero
á los llamados, así Judíos como Griegos, Cristo potencia de Dios, y
sabiduría de Dios. 1.25 Porque
lo loco de Dios es más sabio que los hombres; y lo flaco de Dios es más
fuerte que los hombres. 1.26 Porque
mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la
carne, no muchos poderosos, no muchos nobles; 1.27
Antes lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar á los sabios; y
lo flaco del mundo escogió Dios, para avergonzar lo fuerte; 1.28 Y lo
vil del mundo y lo menos preciado escogió Dios, y lo que no es, para
deshacer lo que es: 1.29 Para
que ninguna carne se jacte en su presencia. 1.30
Mas de él sois vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por
Dios sabiduría, y justificación, y santificación, y redención: 1.31 Para
que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor. ▲2.1
ASI que, hermanos, cuando fuí á vosotros, no fuí con altivez de
palabra, ó de sabiduría, á anunciaros el testimonio de Cristo. 2.2 Porque
no me propuse saber algo entre vosotros, sino á Jesucristo, y á éste
crucificado. 2.3 Y
estuve yo con vosotros con flaqueza, y mucho temor y temblor; 2.4
Y ni mi palabra ni mi predicación fué con palabras persuasivas de
humana sabiduría, mas con demostración del Espíritu y de poder; 2.5 Para
que vuestra fe no esté fundada en sabiduría de hombres, mas en poder de
Dios. 2.6
Empero hablamos sabiduría de Dios entre perfectos; y sabiduría, no de
este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que se deshacen: 2.7
Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la
cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria: 2.8
La que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la
hubieran conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de gloria: 2.9
Antes, como está escrito: Cosas que ojo no vió, ni oreja oyó, Ni han
subido en corazón de hombre, Son las que ha Dios preparado para
aquellos que le aman. 2.10 Empero
Dios nos lo reveló á nosotros por el Espíritu: porque el Espíritu todo
lo escudriña, aun lo profundo de Dios. 2.11
Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el
espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas
de Dios, sino el Espíritu de Dios. 2.12
Y nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu
que es de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado; 2.13
Lo cual también hablamos, no con doctas palabras de humana sabiduría,
mas con doctrina del Espíritu, acomodando lo espiritual á lo espiritual. 2.14
Mas el hombre animal no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios,
porque le son locura: y no las puede entender, porque se han de
examinar espiritualmente. 2.15 Empero
el espiritual juzga todas las cosas; mas él no es juzgado de nadie. 2.16 Porque
¿quién conoció la mente del Señor? ¿quién le instruyó? Mas nosotros
tenemos la mente de Cristo. ▲3.1 DE manera que yo, hermanos,
no pude hablaros como á espirituales, sino como á carnales, como á
niños en Cristo. 3.2 Os dí á
beber leche, y no vianda: porque aun no podíais, ni aun podéis ahora; 3.3
Porque todavía sois carnales: pues habiendo entre vosotros celos, y
contiendas, y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? 3.4 Porque
diciendo el uno: Yo cierto soy de Pablo; y el otro: Yo de Apolos; ¿no
sois carnales? 3.5
¿Qué pues es Pablo? ¿y qué es Apolos? Ministros por los cuales habéis
creído; y eso según que á cada uno ha concedido el Señor. 3.6 Yo
planté, Apolos regó: mas Dios ha dado el crecimiento. 3.7 Así
que, ni el que planta es algo, ni el que riega; sino Dios, que da el
crecimiento. 3.8 Y el
que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá
su recompensa conforme á su labor. 3.9 Porque
nosotros, coadjutores somos de Dios; y vosotros labranza de Dios sois,
edificio de Dios sois. 3.10
Conforme á la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito
arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima: empero cada uno
vea cómo sobreedifica. 3.11 Porque
nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es
Jesucristo. 3.12 Y si
alguno edificare sobre este fundamento oro, plata, piedras preciosas,
madera, heno, hojarasca; 3.13
La obra de cada uno será manifestada: porque el día la declarará;
porque por el fuego será manifestada; y la obra de cada uno cuál sea,
el fuego hará la prueba. 3.14 Si
permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 3.15 Si la
obra de alguno fuere quemada, será perdida: él empero será salvo, mas
así como por fuego. 3.16 ¿No
sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en
vosotros? 3.17 Si
alguno violare el templo de Dios, Dios destruirá al tal: porque el
templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es. 3.18 Nadie
se engañe á sí mismo: si alguno entre vosotros parece ser sabio en este
siglo, hágase simple, para ser sabio. 3.19
Porque la sabiduría de esta mundo es necedad para con Dios; pues
escrito está: El que prende á los sabios en la astucia de ellos. 3.20 Y otra
vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos. 3.21 Así
que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro, 3.22
Sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la
muerte, sea lo presente, sea los por venir; todo es vuestro; 3.23 Y
vosotros de Cristo; y Cristo de Dios. ▲4.1 TÉNGANNOS los hombres por
ministros de Cristo, y dispensadores de los misterios de Dios. 4.2 Mas
ahora se requiere en los dispensadores, que cada uno sea hallado fiel. 4.3 Yo en
muy poco tengo el ser juzgado de vosotros, ó de juicio humano; y ni aun
yo me juzgo. 4.4 Porque
aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; mas
el que me juzga, el Señor es. 4.5
Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el
cual también aclarará lo oculto de las tinieblas, y manifestará los
intentos de los corazones: y entonces cada uno tendrá de Dios la
alabanza. 4.6 Esto
empero, hermanos, he pasado por ejemplo en mí y en Apolos por amor de
vosotros; para que en nosotros aprendáis á no saber más de lo que está
escrito, hinchándoos por causa de otro el uno contra el otro. 4.7
Porque ¿quién te distingue? ¿ó qué tienes que no hayas recibido? Y si
lo recibiste, ¿de qué te glorías como si no hubieras recibido? 4.8
Ya estáis hartos, ya estáis ricos, sin nosotros reináis; y ojalá
reinéis, para que nosotros reinemos también juntamente con vosotros. 4.9
Porque á lo que pienso, Dios nos ha mostrado á nosotros los apóstoles
por los postreros, como á sentenciados á muerte: porque somos hechos
espectáculo al mundo, y á los ángeles, y á los hombres. 4.10
Nosotros necios por amor de Cristo, y vosotros prudentes en Cristo;
nosotros flacos, y vosotros fuertes; vosotros nobles, y nosotros viles. 4.11 Hasta
esta hora hambreamos, y tenemos sed, y estamos desnudos, y somos
heridos de golpes, y andamos vagabundos; 4.12 Y
trabajamos, obrando con nuestras manos: nos maldicen, y bendecimos:
padecemos persecución, y sufrimos: 4.13 Somos
blasfemados, y rogamos: hemos venido á ser como la hez del mundo, el
desecho de todos hasta ahora. 4.14 No
escribo esto para avergonzaros: mas amonéstoos como á mis hijos amados. 4.15
Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos
padres; que en Cristo Jesús yo os engendré por el evangelio. 4.16 Por
tanto, os ruego que me imitéis. 4.17
Por lo cual os he enviado á Timoteo, que es mi hijo amado y fiel en el
Señor, el cual os amonestará de mis caminos cuáles sean en Cristo, de
la manera que enseño en todas partes en todas las iglesias. 4.18 Mas
algunos están envanecidos, como si nunca hubiese yo de ir á vosotros. 4.19 Empero
iré presto á vosotros, si el Señor quisiere; y entenderé, no las
palabras de los que andan hinchados, sino la virtud. 4.20 Porque
el reino de Dios no consiste en palabras, sino en virtud. 4.21 ¿Qué
queréis? ¿iré á vosotros con vara, ó con caridad y espíritu de
mansedumbre? ▲5.1
DE cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación
cual ni aun se nombra entre los Gentiles; tanto que alguno tenga la
mujer de su padre. 5.2
Y vosotros estáis hinchados, y no más bien tuvisteis duelo, para que
fuese quitado de en medio de vosotros el que hizo tal obra. 5.3
Y ciertamente, como ausente con el cuerpo, mas presente en espíritu, ya
como presente he juzgado al que esto así ha cometido: 5.4 En el
nombre del Señor nuestro Jesucristo, juntados vosotros y mi espíritu,
con la facultad de nuestro Señor Jesucristo, 5.5 El tal
sea entregado á Satanás para muerte de la carne, porque el espíritu sea
salvo en el día del Señor Jesús. 5.6 No es
buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda
la masa? 5.7
Limpiad pues la vieja levadura, para que seáis nueva masa, como sois
sin levadura: porque nuestra pascua, que es Cristo, fué sacrificada por
nosotros. 5.8 Así que
hagamos fiesta, no en la vieja levadura, ni en la levadura de malicia y
de maldad, sino en ázimos de sinceridad y de verdad. 5.9 Os he
escrito por carta, que no os envolváis con los fornicarios: 5.10
No absolutamente con los fornicarios de este mundo, ó con los avaros, ó
con los ladrones, ó con los idólatras; pues en tal caso os sería
menester salir del mundo. 5.11
Mas ahora os he escrito, que no os envolváis, es á saber, que si alguno
llamándose hermano fuere fornicario, ó avaro, ó idólatra, ó
maldiciente, ó borracho, ó ladrón, con el tal ni aun comáis. 5.12 Porque
¿qué me va á mí en juzgar á los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros á
los que están dentro? 5.13 Porque
á los que están fuera, Dios juzgará: quitad pues á ese malo de entre
vosotros. ▲6.1 ¿OSA alguno de vosotros,
teniendo algo con otro, ir á juicio delante de los injustos, y no
delante de los santos? 6.2
¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de
ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? 6.3 ¿O no
sabéis que hemos de juzgar á los angeles? ¿cuánto más las cosas de este
siglo? 6.4
Por tanto, si hubiereis de tener juicios de cosas de este siglo, poned
para juzgar á los que son de menor estima en la iglesia. 6.5 Para
avergonzaros lo digo. ¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun
uno que pueda juzgar entre sus hermanos; 6.6 Sino
que el hermano con el hermano pleitea en juicio, y esto ante los
infieles? 6.7
Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos
entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís antes la injuria? ¿por qué no
sufrís antes ser defraudados? 6.8 Empero
vosotros hacéis la injuria, y defraudáis, y esto á los hermanos. 6.9
¿No sabéis que los injustos no poseerán el reino de Dios? No erréis,
que ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los
afeminados, ni los que se echan con varones, 6.10 Ni los
ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los
robadores, heredarán el reino de Dios. 6.11
Y esto erais algunos: mas ya sois lavados, mas ya sois santificados,
mas ya sois justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el
Espíritu de nuestro Dios. 6.12
Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen: todas las cosas
me son lícitas, mas yo no me meteré debajo de potestad de nada. 6.13
Las viandas para el vientre, y el vientre para las viandas; empero y á
él y á ellas deshará Dios. Mas el cuerpo no es para la fornicación,
sino para el Señor; y el Señor para el cuerpo: 6.14 Y Dios
que levantó al Señor, también á nosotros nos levantará con su poder. 6.15
¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré pues
los miembros de Cristo, y los haré miembros de una ramera? Lejos sea. 6.16 ¿O no
sabéis que el que se junta con una ramera, es hecho con ella un cuerpo?
porque serán, dice, los dos en una carne. 6.17 Empero
el que se junta con el Señor, un espíritu es. 6.18
Huid la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre hiciere, fuera
del cuerpo es; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. 6.19
¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual
está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 6.20 Porque
comprados sois por precio: glorificad pues á Dios en vuestro cuerpo y
en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. ▲7.1 CUANTO á las cosas de que
me escribisteis, bien es al hombre no tocar mujer. 7.2 Mas á
causa de las fornicaciones, cada uno tenga su mujer, y cada una tenga
su marido. 7.3 El
marido pague á la mujer la debida benevolencia; y asimismo la mujer al
marido. 7.4
La mujer no tiene potestad de su propio cuerpo, sino el marido: é
igualmente tampoco el marido tiene potestad de su propio cuerpo, sino
la mujer. 7.5 No os
defraudéis el uno al otro, á no ser por algún tiempo de mutuo
consentimiento, para ocuparos en la oración: y volved á juntaros en
uno, porque no os tiente Satanás á causa de vuestra incontinencia. 7.6 Mas
esto digo por permisión, no por mandamiento. 7.7
Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo: empero cada uno
tiene su propio don de Dios; uno á la verdad así, y otro así. 7.8 Digo
pues á los solteros y á las viudas, que bueno les es si se quedaren
como yo. 7.9 Y si no
tienen don de continencia, cásense; que mejor es casarse que quemarse. 7.10 Mas á
los que están juntos en matrimonio, denuncio, no yo, sino el Señor: Que
la mujer no se aparte del marido; 7.11 Y si
se apartare, que se quede sin casar, ó reconcíliese con su marido; y
que el marido no despida á su mujer. 7.12 Y á
los demás yo digo, no el Señor: si algún hermano tiene mujer infiel, y
ella consiente en habitar con él, no la despida. 7.13 Y la
mujer que tiene marido infiel, y él consiente en habitar con ella, no
lo deje. 7.14
Porque el marido infiel es santificado en la mujer, y la mujer infiel
en el marido: pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos;
empero ahora son santos. 7.15
Pero si el infiel se aparta, apártese: que no es el hermano ó la
hermana sujeto á servidumbre en semejante caso; antes á paz nos llamó
Dios. 7.16 Porque
¿de
dónde sabes, oh mujer, si quizá harás salva á tu marido? ¿ó de dónde
sabes, oh marido, si quizá harás salvo á tu mujer? 7.17 Empero
cada uno como el Señor le repartió, y como Dios llamó á cada uno, así
ande: y así enseño en todas las iglesias. 7.18 ¿Es
llamado alguno circuncidado? quédese circunciso. ¿Es llamado alguno
incircuncidado? que no se circuncide. 7.19 La
circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es; sino la observancia
de las mandamientos de Dios. 7.20 Cada
uno en la vocación en que fué llamado, en ella se quede. 7.21 ¿Eres
llamado siendo siervo? no se te dé cuidado; mas también si puedes
hacerte libre, procúralo más. 7.22
Porque el que en el Señor es llamado siendo siervo, liberto es del
Señor: asimismo también el que es llamado siendo libre, siervo es de
Cristo. 7.23 Por
precio sois comprados; no os hagáis siervos de los hombres. 7.24 Cada
uno, hermanos, en lo que es llamado, en esto se quede para con Dios. 7.25
Empero de las vírgenes no tengo mandamiento del Señor; mas doy mi
parecer, como quien ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel. 7.26 Tengo,
pues, esto por bueno á causa de la necesidad que apremia, que bueno es
al hombre estarse así. 7.27 ¿Estás
ligado á mujer? no procures soltarte. ¿Estáis suelto de mujer? no
procures mujer. 7.28
Mas también si tomares mujer, no pecaste; y si la doncella se casare,
no pecó: pero aflicción de carne tendrán los tales; mas yo os dejo. 7.29
Esto empero digo, hermanos, que el tiempo es corto: lo que resta es,
que los que tienen mujeres sean como los que no las tienen, 7.30
Y los que lloran, como los que no lloran; y los que se huelgan, como
los que no se huelgan; y los que compran, como los que no poseen; 7.31 Y los
que usan de este mundo, como los que no usan: porque la apariencia de
este mundo se pasa. 7.32
Quisiera, pues, que estuvieseis sin congoja. El soltero tiene cuidado
de las cosas que son del Señor, cómo ha de agradar al Señor: 7.33 Empero
el que se casó tiene cuidado de las cosas que son del mundo, cómo ha de
agradar á su mujer. 7.34
Hay asimismo diferencia entre la casada y la doncella: la doncella
tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en el cuerpo
como en el espíritu: mas la casada tiene cuidado de las cosas del
mundo, cómo ha de agradar á su marido. 7.35
Esto empero digo para vuestro provecho; no para echaros lazo, sino para
lo honesto y decente, y para que sin impedimento os lleguéis al Señor. 7.36
Mas, si á alguno parece cosa fea en su hija virgen, que pase ya de
edad, y que así conviene que se haga, haga lo que quisiere, no peca;
cásese. 7.37 Pero
el
que está firme en su corazón, y no tiene necesidad, sino que tiene
libertad de su voluntad, y determinó en su corazón esto, el guardar su
hija virgen, bien hace. 7.38 Así
que, el que la da en casamiento, bien hace; y el que no la da en
casamiento, hace mejor. 7.39
La mujer casada está atada á la ley, mientras vive su marido; mas si su
marido muriere, libre es: cásese con quien quisiere, con tal que sea en
el Señor. 7.40 Empero
más venturosa será si se quedare así, según mi consejo; y pienso que
también yo tengo Espíritu de Dios. ▲8.1
Y POR lo que hace á lo sacrificado á los ídolos, sabemos que todos
tenemos ciencia. La ciencia hincha, mas la caridad edifica. 8.2 Y si
alguno se imagina que sabe algo, aun no sabe nada como debe saber. 8.3 Mas si
alguno ama á Dios, el tal es conocido de él. 8.4
Acerca, pues, de las viandas que son saacrificadas á los ídolos,
sabemos que el ídolo nada es en el mundo, y que no hay más de un Dios. 8.5 Porque
aunque haya algunos que se llamen dioses, ó en el cielo, ó en la tierra
(como hay muchos dioses y muchos señores), 8.6
Nosotros empero no tenemos más de un Dios, el Padre, del cual son todas
las cosas, y nosotros en él: y un Señor Jesucristo, por el cual son
todas las cosas, y nosotros por él. 8.7
Mas no en todos hay esta ciencia: porque algunos con conciencia del
ídolo hasta aquí, comen como sacrificado á ídolos; y su conciencia,
siendo flaca, es contaminada. 8.8
Si bien la vianda no nos hace más aceptos á Dios: porque ni que
comamos, seremos más ricos; ni que no comamos, seremos más pobres. 8.9 Mas
mirad que esta vuestra libertad no sea tropezadero á los que son flacos. 8.10
Porque si te ve alguno, á ti que tienes ciencia, que estás sentado á la
mesa en el lugar de los ídolos, ¿la conciencia de aquel que es flaco,
no será adelantada á comer de lo sacrificado á los ídolos? 8.11 Y por
tu ciencia se perderá el hermano flaco por el cual Cristo murió. 8.12 De
esta manera, pues, pecando contra los hermanos, é hiriendo su flaca
conciencia, contra Cristo pecáis. 8.13 Por lo
cual, si la comida es á mi hermano ocasión de caer, jamás comeré carne
por no escandalizar á mi hermano. ▲9.1 ¿NO soy apóstol? ¿no soy
libre? ¿no he visto á Jesús el Señor nuestro? ¿no sois vosotros mi obra
en el Señor? 9.2 Si á
los otros no soy apóstol, á vosotros ciertamente lo soy: porque el
sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor. 9.3 Esta es
mi respuesta á los que me preguntan. 9.4 Qué,
¿no tenemos potestad de comer y de beber? 9.5
¿No tenemos potestad de traer con nosotros una hermana mujer también
como los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas? 9.6 ¿O sólo
yo y Bernabé no tenemos potestad de no trabajar? 9.7
¿Quién jamás peleó á sus expensas? ¿quién planta viña, y no come de su
fruto? ¿ó quién apacienta el ganado, y no come de la leche del ganado? 9.8 ¿Digo
esto según los hombres? ¿no dice esto también la ley? 9.9 Porque
en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla.
¿Tiene Dios cuidado de los bueyes? 9.10
¿O dícelo enteramente por nosotros? Pues por nosotros está escrito:
porque con esperanza ha de arar el que ara; y el que trilla, con
esperanza de recibir el fruto. 9.11 Si
nosotros os sembramos lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos lo
vuestro carnal? 9.12
Si otros tienen en vosotros esta potestad, ¿no más bien nosotros? Mas
no hemos usado de esta potestad: antes lo sufrimos todo, por no poner
ningún obstáculo al evangelio de Cristo. 9.13 ¿No
sabéis que los que trabajan en el santuario, comen del santuario; y que
los que sirven al altar, del altar participan? 9.14 Así
también ordenó el Señor á los que anuncian el evangelio, que vivan del
evangelio. 9.15
Mas yo de nada de esto me aproveché: ni tampoco he escrito esto para
que se haga así conmigo; porque tengo por mejor morir, antes que nadie
haga vana esta mi gloria. 9.16
Pues bien que anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme porque
me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio! 9.17 Por lo
cual, si lo hago de voluntad, premio tendré; mas si por fuerza, la
dispensación me ha sido encargada. 9.18
¿Cuál, pues, es mi merced? Que predicando el evangelio, ponga el
evangelio de Cristo de balde, para no usar mal de mi potestad en el
evangelio. 9.19 Por lo
cual, siendo libre para con todos, me he hecho siervo de todos por
ganar á más. 9.20
Heme hecho á los Judíos como Judío, por ganar á los Judíos; á los que
están sujetos á la ley (aunque yo no sea sujeto á la ley) como sujeto á
la ley, por ganar á los que están sujetos á la ley; 9.21
A los que son sin ley, como si yo fuera sin ley, (no estando yo sin ley
de Dios, mas en la ley de Cristo) por ganar á los que estaban sin ley. 9.22 Me he
hecho á los flacos flaco, por ganar á los flacos: á todos me he hecho
todo, para que de todo punto salve á algunos. 9.23 Y esto
hago por causa del evangelio, por hacerme juntamente participante de él. 9.24
¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos á la verdad corren,
mas uno lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. 9.25
Y todo aquel que lucha, de todo se abstiene: y ellos, á la verdad, para
recibir una corona corruptible; mas nosotros, incorruptible. 9.26 Así
que, yo de esta manera corro, no como á cosa incierta; de esta manera
peleo, no como quien hiere el aire: 9.27 Antes
hiero mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre; no sea que, habiendo
predicado á otros, yo mismo venga á ser reprobado. ▲10.1 PORQUE no quiero, hermanos,
que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos
pasaron la mar; 10.2 Y
todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en la mar; 10.3 Y
todos comieron la misma vianda espiritual; 10.4 Y
todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la piedra
espiritual que los seguía, y la piedra era Cristo. 10.5 Mas de
muchos de ellos no se agradó Dios; por lo cual fueron postrados en el
desierto. 10.6 Empero
estas cosas fueron en figura de nosotros, para que no codiciemos cosas
malas, como ellos codiciaron. 10.7
Ni seáis honradores de ídolos, como algunos de ellos, según está
escrito: Sentóse el pueblo á comer y á beber, y se levantaron á jugar. 10.8 Ni
forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día
veinte y tres mil. 10.9 Ni
tentemos á Cristo, como también algunos de ellos le tentaron, y
perecieron por las serpientes. 10.10 Ni
murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el
destructor. 10.11
Y estas cosas les acontecieron en figura; y son escritas para nuestra
admonición, en quienes los fines de los siglos han parado. 10.12 Así
que, el que piensa estar firme, mire no caiga. 10.13
No os ha tomado tentación, sino humana: mas fiel es Dios, que no os
dejará ser tentados más de lo que podeís llevar; antes dará también
juntamente con la tentación la salida, para que podáis aguantar. 10.14 Por
tanto, amados míos, huid de la idolatría. 10.15 Como
á sabios hablo; juzgad vosotros lo que digo. 10.16
La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de
Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? 10.17
Porque un pan, es que muchos somos un cuerpo; pues todos participamos
de aquel un pan. 10.18 Mirad
á Israel según la carne: los que comen de los sacrificios ¿no son
partícipes con el altar? 10.19 ¿Qué
pues digo? ¿Que el ídolo es algo? ¿ó que sea algo lo que es sacrificado
á los ídolos? 10.20
Antes digo que lo que los Gentiles sacrifican, á los demonios lo
sacrifican, y no á Dios: y no querría que vosotros fueseis partícipes
con los demonios. 10.21
No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios: no podéis
ser partícipes de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios. 10.22 ¿O
provocaremos á celo al Señor? ¿Somos más fuertes que él? 10.23 Todo
me es lícito, mas no todo conviene: todo me es lícito, mas no todo
edifica. 10.24
Ninguno busque su propio bien, sino el del otro. 10.25 De
todo lo que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por
causa de la conciencia; 10.26
Porque del Señor es la tierra y lo que la hinche. 10.27
Y si algún infiel os llama, y queréis ir, de todo lo que se os pone
delante comed, sin preguntar nada por causa de la conciencia. 10.28
Mas si alguien os dijere: Esto fué sacrificado á los ídolos: no lo
comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por causa de la
conciencia: porque del Señor es la tierra y lo que la hinche. 10.29 La
conciencia, digo, no tuya, sino del otro. Pues ¿por qué ha de ser
juzgada mi libertad por otra conciencia? 10.30 Y si
yo con agradecimiento participo, ¿por qué he de ser blasfemado por lo
que doy gracias? 10.31 Si
pues coméis, ó bebéis, ó hacéis otra cosa, haced lo todo á gloria de
Dios. 10.32 Sed
sin ofensa á Judíos, y á Gentiles, y á la iglesia de Dios; 10.33
Como también yo en todas las cosas complazco á todos, no procurando mi
propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos. ▲11.1 SED imitadores de mí, así
como yo de Cristo. 11.2 Y os
alabo, hermanos, que en todo os acordáis de mi, y retenéis las
instrucciones mías, de la manera que os enseñé. 11.3
Mas quiero que sepáis, que Cristo es la cabeza de todo varón; y el
varón es la cabeza de la mujer; y Dios la cabeza de Cristo. 11.4 Todo
varón que ora ó profetiza cubierta la cabeza, afrenta su cabeza. 11.5 Mas
toda mujer que ora ó profetiza no cubierta su cabeza, afrenta su
cabeza; porque lo mismo es que si se rayese. 11.6 Porque
si la mujer no se cubre, trasquílese también: y si es deshonesto á la
mujer trasquilarse ó raerse, cúbrase. 11.7 Porque
el varón no ha de cubrir la cabeza, porque es imagen y gloria de Dios:
mas la mujer es gloria del varón. 11.8 Porque
el varón no es de la mujer, sino la mujer del varón. 11.9 Porque
tampoco el varón fué criado por causa de la mujer, sino la mujer por
causa del varón. 11.10 Por
lo cual, la mujer debe tener señal de potestad sobre su cabeza, por
causa de los ángeles. 11.11 Mas
ni el varón sin la mujer, ni la mujer sin el varón, en el Señor. 11.12
Porque como la mujer es del varón, así también el varón es por la
mujer: empero todo de Dios. 11.13
Juzgad vosotros mismos: ¿es honesto orar la mujer á Dios no cubierta? 11.14 La
misma naturaleza ¿no os enseña que al hombre sea deshonesto criar
cabello? 11.15 Por
el contrario, á la mujer criar el cabello le es honroso; porque en
lugar de velo le es dado el cabello. 11.16 Con
todo eso, si alguno parece ser contencioso, nosotros no tenemos tal
costumbre, ni las iglesias de Dios. 11.17 Esto
empero os denuncio, que no alabo, que no por mejor sino por peor os
juntáis. 11.18
Porque lo primero, cuando os juntáis en la iglesia, oigo que hay entre
vosotros disensiones; y en parte lo creo. 11.19
Porque preciso es que haya entre vosotros aun herejías, para que los
que son probados se manifiesten entre vosotros. 11.20
Cuando pues os juntáis en uno, esto no es comer la cena del Señor. 11.21
Porque cada uno toma antes para comer su propia cena; y el uno tiene
hambre, y el otro está embriagado. 11.22
Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿ó menospreciáis la
iglesia de Dios, y avergonzáis á los que no tienen? ¿Qué os diré? ¿os
alabaré? En esto no os alabo. 11.23
Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor
Jesús, la noche que fué entregado, tomó pan; 11.24
Y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed: esto es mi
cuerpo que por vosotros es partido: haced esto en memoria de mí. 11.25
Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta
copa es el nuevo pacto en mi sangre: haced esto todas las veces que
bebiereis, en memoria de mí. 11.26
Porque todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa,
la muerte del Señor anunciáis hasta que venga. 11.27
De manera que, cualquiera que comiere este pan ó bebiere esta copa del
Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. 11.28 Por
tanto, pruébese cada uno á sí mismo, y coma así de aquel pan, y beba de
aquella copa. 11.29
Porque el que come y bebe indignamente, juicio come y bebe para sí, no
discerniendo el cuerpo del Señor. 11.30 Por
lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros; y muchos
duermen. 11.31 Que
si nos examinásemos á nosotros mismos, cierto no seríamos juzgados. 11.32 Mas
siendo juzgados, somos castigados del Señor, para que no seamos
condenados con el mundo. 11.33 Así,
que, hermanos míos, cuando os juntáis á comer, esperaos unos á otros. 11.34 Si
alguno tuviere hambre, coma en su casa, porque no os juntéis para
juicio. Las demás cosas ordenaré cuando llegare. ▲12.1 Y ACERCA de los dones
espirituales, no quiero, hermanos, que ignoréis. 12.2 Sabéis
que cuando erais Gentiles, ibais, como erais llevados, a los ídolos
mudos. 12.3
Por tanto os hago saber, que nadie que hable por Espíritu de Dios,
llama anatema á Jesús; y nadie puede llamar á Jesús Señor, sino por
Espíritu Santo. 12.4 Empero
hay repartimiento de dones; mas el mismo Espíritu es. 12.5 Y hay
repartimiento de ministerios; mas el mismo Señor es. 12.6 Y hay
repartimiento de operaciones; mas el mismo Dios es el que obra todas
las cosas en todos. 12.7 Empero
á cada uno le es dada manifestación del Espíritu para provecho. 12.8 Porque
á la verdad, á éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; á
otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; 12.9 A
otro, fe por el mismo Espíritu, y á otro, dones de sanidades por el
mismo Espíritu; 12.10
A otro, operaciones de milagros, y á otro, profecía; y á otro,
discreción de espíritus; y á otro, géneros de lenguas; y á otro,
interpretación de lenguas. 12.11 Mas
todas estas cosas obra uno y el mismo Espíritu, repartiendo
particularmente á cada uno como quiere. 12.12
Porque de la manera que el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros,
empero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un cuerpo, así
también Cristo. 12.13
Porque por un Espíritu somos todos bautizados en un cuerpo, ora Judíos
ó Griegos, ora siervos ó libres; y todos hemos bebido de un mismo
Espíritu. 12.14 Pues
ni tampoco el cuerpo es un miembro, sino muchos. 12.15 Si
dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo: ¿por eso no será
del cuerpo? 12.16 Y si
dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo: ¿por eso no será
del cuerpo? 12.17 Si
todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído,
¿dónde estaría el olfato? 12.18 Mas
ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo,
como quiso. 12.19 Que
si todos fueran un miembro, ¿dónde estuviera el cuerpo? 12.20 Mas
ahora muchos miembros son á la verdad, empero un cuerpo. 12.21 Ni el
ojo puede decir á la mano: No te he menester: ni asimismo la cabeza á
los pies: No tengo necesidad de vosotros. 12.22
Antes, mucho más los miembros del cuerpo que parecen más flacos, son
necesarios; 12.23
Y á aquellos del cuerpo que estimamos ser más viles, á éstos vestimos
más honrosamente; y los que en nosotros son menos honestos, tienen más
compostura. 12.24
Porque los que en nosotros son más honestos, no tienen necesidad: mas
Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba; 12.25 Para
que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se
interesen los unos por los otros. 12.26
Por manera que si un miembro padece, todos los miembros á una se
duelen; y si un miembro es honrado, todos los miembros á una se gozan. 12.27 Pues
vosotros sois el cuerpo de Cristo, y miembros en parte. 12.28
Y á unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego
profetas, lo tercero doctores; luego facultades; luego dones de
sanidades, ayudas, gobernaciones, géneros de lenguas. 12.29 ¿Son
todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿todos doctores? ¿todos
facultades? 12.30
¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan
todos? 12.31
Empero procurad los mejores dones; mas aun yo os muestro un camino más
excelente. ▲13.1 SI yo hablase lenguas
humanas y angélicas, y no tengo caridad, vengo á ser como metal que
resuena, ó címbalo que retiñe. 13.2
Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia;
y si tuviese toda la fe, de tal manera que traspasase los montes, y no
tengo caridad, nada soy. 13.3
Y si repartiese toda mi hacienda para dar de comer a pobres, y si
entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo caridad, de nada me
sirve. 13.4 La
caridad es sufrida, es benigna; la caridad no tiene envidia, la caridad
no hace sinrazón, no se ensancha; 13.5 No es
injuriosa, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el mal; 13.6 No se
huelga de la injusticia, mas se huelga de la verdad; 13.7 Todo
lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 13.8 La
caridad nunca deja de ser: mas las profecías se han de acabar, y
cesarán las lenguas, y la ciencia ha de ser quitada; 13.9 Porque
en parte conocemos, y en parte profetizamos; 13.10 Mas
cuando venga lo que es perfecto, entonces lo que es en parte será
quitado. 13.11
Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como
niño, mas cuando ya fuí hombre hecho, dejé lo que era de niño. 13.12
Ahora vemos por espejo, en obscuridad; mas entonces veremos cara á
cara: ahora conozco en parte; mas entonces conoceré como soy conocido. 13.13 Y
ahora permanecen la fe, la esperanza, y la caridad, estas tres: empero
la mayor de ellas es la caridad. ▲14.1 SEGUID la caridad; y
procurad los dones espirituales, mas sobre todo que profeticéis. 14.2
Porque el que habla en lenguas, no habla á los hombres, sino á Dios;
porque nadie le entiende, aunque en espíritu hable misterios. 14.3 Mas el
que profetiza, habla á los hombres para edificación, y exhortación, y
consolación. 14.4 El que
habla lengua extraña, á sí mismo se edifica; mas el que porfetiza,
edifica á la iglesia. 14.5
Así que, quisiera que todos vosotros hablaseis lenguas, empero más que
profetizaseis: porque mayor es el que profetiza que el que habla
lenguas, si también no interpretare, para que la iglesia tome
edificación. 14.6
Ahora pues, hermanos, si yo fuere á vosotros hablando lenguas, ¿qué os
aprovecharé, si no os hablare, ó con revelación, ó con ciencia, ó con
profecía, ó con doctrina? 14.7
Ciertamente las cosas inanimadas que hacen sonidos, como la flauta ó la
vihuela, si no dieren distinción de voces, ¿comó se sabrá lo que se
tañe con la flauta, ó con la vihuela? 14.8 Y si
la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se apercibirá á la batalla? 14.9
Así también vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien
significante, ¿cómo se entenderá lo que se dice? porque hablaréis al
aire. 14.10
Tantos géneros de voces, por ejemplo, hay en el mundo, y nada hay mudo; 14.11 Mas
si yo ignorare el valor de la voz, seré bárbaro al que habla, y el que
habla será bárbaro para mí. 14.12 Así
también vosotros; pues que anheláis espirituales dones, procurad ser
excelentes para la edificación de la iglesia. 14.13 Por
lo cual, el que habla lengua extraña, pida que la interprete. 14.14
Porque si yo orare en lengua desconocida, mi espíritu ora; mas mi
entendimiento es sin fruto. 14.15
¿Qué pues? Oraré con el espíritu, mas oraré también con entendimiento;
cantaré con el espíritu, mas cantaré también con entendimiento. 14.16
Porque si bendijeres con el espíritu, el que ocupa lugar de un mero
particular, ¿cómo dirá amén á tu acción de gracias? pues no sabe lo que
has dicho. 14.17
Porque tú, á la verdad, bien haces gracias; mas el otro no es edificado. 14.18 Doy
gracias á Dios que hablo lenguas más que todos vosotros: 14.19
Pero en la iglesia más quiero hablar cinco palabras con mi sentido,
para que enseñe también á los otros, que diez mil palabras en lengua
desconocida. 14.20
Hermanos, no seáis niños en el sentido, sino sed niños en la malicia:
empero perfectos en el sentido. 14.21 En la
ley está escrito: En otras lenguas y en otros labios hablaré á este
pueblo; y ni aun así me oirán, dice el Señor. 14.22
Así que, las lenguas por señal son, no á los fieles, sino á los
infieles: mas la profecía, no á los infieles, sino á los fieles. 14.23
De manera que, si toda la iglesia se juntare en uno, y todos hablan
lenguas, y entran indoctos ó infieles, ¿no dirán que estáis locos? 14.24 Mas
si todos profetizan, y entra algún infiel ó indocto, de todos es
convencido, de todos es juzgado; 14.25
Lo oculto de su corazón se hace manifiesto: y así, postrándose sobre el
rostro, adorará á Dios, declarando que verdaderamente Dios está en
vosotros. 14.26 ¿Qué
hay pues, hermanos? Cuando os juntáis, cada uno de vosotros tiene
salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene
interpretación: hagáse todo para edificación. 14.27 Si
hablare alguno en lengua extraña, sea esto por dos, ó á lo más tres, y
por turno; mas uno interprete. 14.28 Y si
no hubiere intérprete, calle en la iglesia, y hable á sí mismo y á Dios. 14.29
Asimismo, los profetas hablen dos ó tres, y los demás juzguen. 14.30 Y si
á otro que estuviere sentado, fuere revelado, calle el primero. 14.31
Porque podéis todos profetizar uno por uno, para que todos aprendan, y
todos sean exhortados. 14.32 Y los
espíritus de los que profetizaren, sujétense á los profetas; 14.33
Porque Dios no es Dios de disensión, sino de paz; como en todas las
iglesias de los santos. 14.34
Vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es
permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley dice. 14.35
Y si quieren aprender alguna cosa, pregunten en casa á sus maridos;
porque deshonesta cosa es hablar una mujer en la congregación. 14.36 Qué,
¿ha salido de vosotros la palabra de Dios? ¿ó á vosotros solos ha
llegado? 14.37 Si
alguno á su parecer, es profeta, ó espiritual, reconozca lo que os
escribo, porque son mandamientos del Señor. 14.38 Mas
el que ignora, ignore. 14.39 Así
que, hermanos, procurad profetizar; y no impidáis el hablar lenguas. 14.40
Empero hagáse todo decentemente y con orden. ▲15.1 ADEMAS os declaro,
hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también
recibisteis, en el cual también perseveráis; 15.2 Por el
cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos,
si no creísteis en vano. 15.3
Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo
fué muerto por nuestros pecados conforme á las Escrituras; 15.4 Y que
fué sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme á las Escrituras; 15.5 Y que
apareció á Cefas, y después á los doce. 15.6
Después apareció á más de quinientos hermanos juntos; de los cuales
muchos viven aún, y otros son muertos. 15.7
Después apareció á Jacobo; después á todos los apóstoles. 15.8 Y el
postrero de todos, como á un abortivo, me apareció á mí. 15.9 Porque
yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado
apóstol, porque perseguí la iglesia de Dios. 15.10
Empero por la gracia de Dios soy lo que soy: y su gracia no ha sido en
vano para conmigo; antes he trabajado más que todos ellos: pero no yo,
sino la gracia de Dios que fué conmigo. 15.11
Porque, ó sea yo ó sean ellos, así predicamos, y así habéis creído. 15.12 Y si
Cristo es predicado que resucitó de los muertos ¿cómo dicen algunos
entre vosotros que no hay resurrección de muertos? 15.13
Porque si no hay resurrección de muertos, Cristo tampoco resucitó: 15.14 Y si
Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es
también vuestra fe. 15.15
Y aun somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado
de Dios que él haya levantado á Cristo; al cual no levantó, si en
verdad los muertos no resucitan. 15.16
Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó. 15.17 Y si
Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aun estáis en vuestros pecados. 15.18
Entonces también los que durmieron en Cristo son perdidos. 15.19 Si en
esta vida solamente esperamos en Cristo, los más miserables somos de
todos los hombres. 15.20 Mas
ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que
durmieron es hecho. 15.21
Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre
la resurrección de los muertos. 15.22
Porque así como en Adam todos mueren, así también en Cristo todos serán
vivificados. 15.23 Mas
cada uno en su orden: Cristo las primicias; luego los que son de
Cristo, en su venida. 15.24 Luego
el fin; cuando entregará el reino á Dios y al Padre, cuando habrá
quitado todo imperio, y toda potencia y potestad. 15.25
Porque es menester que él reine, hasta poner á todos sus enemigos
debajo de sus pies. 15.26 Y el
postrer enemigo que será deshecho, será la muerte. 15.27
Porque todas las cosas sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice: Todas
las cosas son sujetadas á él, claro está exceptuado aquel que sujetó á
él todas las cosas. 15.28
Mas luego que todas las cosas le fueren sujetas, entonces también el
mismo Hijo se sujetará al que le sujetó á él todas las cosas, para que
Dios sea todas las cosas en todos. 15.29
De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en
ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué pues se bautizan por los
muertos? 15.30 ¿Y
por qué nosotros peligramos á toda hora? 15.31 Sí,
por la gloria que en orden á vosotros tengo en Cristo Jesús Señor
nuestro, cada día muero. 15.32
Si como hombre batallé en Efeso contra las bestias, ¿qué me aprovecha?
Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, que mañana moriremos. 15.33 No
erréis: las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres. 15.34 Velad
debidamente, y no pequéis; porque algunos no conocen á Dios: para
vergüenza vuestra hablo. 15.35 Mas
dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán? 15.36
Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muriere antes. 15.37 Y lo
que siembras, no siembras el cuerpo que ha de salir, sino el grano
desnudo, acaso de trigo, ó de otro grano: 15.38 Mas
Dios le da el cuerpo como quiso, y á cada simiente su propio cuerpo. 15.39
Toda carne no es la misma carne; mas una carne ciertamente es la de los
hombres, y otra carne la de los animales, y otra la de los peces, y
otra la de las aves. 15.40
Y cuerpos hay celestiales, y cuerpos terrestres; mas ciertamente una es
la gloria de los celestiales, y otra la de los terrestres: 15.41
Otra es la gloria del sol, y otra la gloria de la luna, y otra la
gloria de las estrellas: porque una estrella es diferente de otra en
gloria. 15.42 Así
también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción se
levantará en incorrupción; 15.43 Se
siembra en vergüenza, se levantará con gloria; se siembra en flaqueza,
se levantará con potencia; 15.44 Se
siembra cuerpo animal, resucitará espiritual cuerpo. Hay cuerpo animal,
y hay cuerpo espiritual. 15.45 Así
también está escrito: Fué hecho el primer hombre Adam en ánima
viviente; el postrer Adam en espíritu vivificante. 15.46 Mas
lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual. 15.47 El
primer hombre, es de la tierra, terreno: el segundo hombre que es el
Señor, es del cielo. 15.48 Cual
el terreno, tales también los terrenos; y cual el celestial, tales
también los celestiales. 15.49 Y
como trajimos la imagen del terreno, traeremos también la imagen del
celestial. 15.50
Esto empero digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar
el reino de Dios; ni la corrupción hereda la incorrupción. 15.51 He
aquí, os digo un misterio: Todos ciertamente no dormiremos, mas todos
seremos transformados. 15.52
En un momento, en un abrir de ojo, á la final trompeta; porque será
tocada la trompeta, y los muertos serán levantados sin corrupción, y
nosotros seremos transformados. 15.53
Porque es menester que esto corruptible sea vestido de incorrupción, y
esto mortal sea vestido de inmortalidad. 15.54
Y cuando esto corruptible fuere vestido de incorrupción, y esto mortal
fuere vestido de inmortalidad, entonces se efectuará la palabra que
está escrita: Sorbida es la muerte con victoria. 15.55
¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿dónde, oh sepulcro, tu victoria? 15.56 Ya
que el aguijón de la muerte es el pecado, y la potencia del pecado, la
ley. 15.57 Mas á
Dios gracias, que nos da la victoria por el Señor nuestro Jesucristo. 15.58
Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en
la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no
es vano. ▲16.1 CUANTO á la colecta para
los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las
iglesias de Galacia. 16.2
Cada primer día de la semana cada uno de vosotros aparte en su casa,
guardando lo que por la bondad de Dios pudiere; para que cuando yo
llegare, no se hagan entonces colectas. 16.3 Y
cuando habré llegado, los que aprobareis por cartas, á éstos enviaré
que lleven vuestro beneficio á Jerusalem. 16.4 Y si
fuere digno el negocio de que yo también vaya, irán conmigo. 16.5 Y á
vosotros iré, cuando hubiere pasado por Macedonia, porque por Macedonia
tengo de pasar. 16.6 Y
podrá ser que me quede con vosotros, ó invernaré también, para que
vosotros me llevéis á donde hubiere de ir. 16.7 Porque
no os quiero ahora ver de paso; porque espero estar con vosotros algún
tiempo, si el Señor lo permitiere. 16.8 Empero
estaré en Efeso hasta Pentecostés; 16.9 Porque
se me ha abierto puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios. 16.10 Y si
llegare Timoteo, mirad que esté con vosotros seguramente; porque la
obra del Señor hace también como yo. 16.11 Por
tanto, nadie le tenga en poco; antes, llevadlo en paz, para que venga á
mí: porque lo espero con los hermanos. 16.12
Acerca del hermano Apolos, mucho le he rogado que fuese á vosotros con
los hermanos; mas en ninguna manera tuvo voluntad de ir por ahora; pero
irá cuando tuviere oportunidad. 16.13
Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos. 16.14 Todas
vuestras cosas sean hechas con caridad. 16.15
Y os ruego, hermanos, (ya sabéis que la casa de Estéfanas es las
primicias de Acaya, y que se han dedicado al ministerio de los santos,) 16.16 Que
vosotros os sujetéis á los tales, y á todos los que ayudan y trabajan. 16.17
Huélgome de la venida de Estéfanas y de Fortunato y de Achâico: porque
éstos suplieron lo que á vosotros faltaba. 16.18
Porque recrearon mi espíritu y el vuestro: reconoced pues á los tales. 16.19 Las
iglesias de Asia os saludan. Os saludan mucho en el Señor Aquila y
Priscila, con la iglesia que está en su casa. 16.20 Os
saludan todos los hermanos. Saludaos los unos á los otros con ósculo
santo. 16.21 La
salutación de mí, Pablo, de mi mano. 16.22 El
que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. Maranatha. 16.23 La
gracia del Señor Jesucristo sea con vosotros. 16.24 Mi
amor en Cristo Jesús sea con todos vosotros. Amén.