▲1.1
Y FUÉ que á los treinta años, en el mes cuarto, á cinco del mes,
estando yo en medio de los trasportados junto al río de Chebar, los
cielos se abrieron, y vi visiones de Dios. 1.2 A los
cinco del mes, que fué en el quinto año de la transmigración del rey
Joachîn, 1.3
Fué palabra de Jehová á Ezequiel sacerdote, hijo de Buzi, en la tierra
de los Caldeos, junto al río de Chebar; fué allí sobre él la mano de
Jehová. 1.4 Y miré,
y
he aquí un viento tempestuoso venía del aquilón, una gran nube, con un
fuego envolvente, y en derredor suyo un resplandor, y en medio del
fuego una cosa que parecía como de ámbar, 1.5 Y en
medio de ella, figura de cuatro animales. Y este era su parecer; había
en ellos semejanza de hombre. 1.6 Y cada
uno tenía cuatro rostros, y cuatro alas. 1.7
Y los pies de ellos eran derechos, y la planta de sus pies como la
planta de pie de becerro; y centelleaban á manera de bronce muy bruñido. 1.8 Y
debajo de sus alas, á sus cuatro lados, tenían manos de hombre; y sus
rostros y sus alas por los cuatro lados. 1.9 Con las
alas se juntaban el uno al otro. No se volvían cuando andaban; cada uno
caminaba en derecho de su rostro. 1.10
Y la figura de sus rostros era rostro de hombre; y rostro de león á la
parte derecha en los cuatro; y á la izquierda rostro de buey en los
cuatro; asimismo había en los cuatro rostro de águila. 1.11
Tales eran sus rostros; y tenían sus alas extendidas por encima, cada
uno dos, las cuales se juntaban; y las otras dos cubrían sus cuerpos. 1.12
Y cada uno caminaba en derecho de su rostro: hacia donde el espíritu
era que anduviesen, andaban; cuando andaban, no se volvían. 1.13
Cuanto á la semejanza de los animales, su parecer era como de carbones
de fuego encendidos, como parecer de hachones encendidos: discurría
entre los animales; y el fuego resplandecía, y del fuego salían
relámpagos. 1.14 Y los
animales corrían y tornaban á semejanza de relámpagos. 1.15 Y
estando yo mirando los animales, he aquí una rueda en la tierra junto á
los animales, á sus cuatro caras. 1.16
Y el parecer de las ruedas y su obra semejábase al color del topacio. Y
las cuatro tenían una misma semejanza: su apariencia y su obra como
rueda en medio de rueda. 1.17 Cuando
andaban, se movían sobre sus cuatro costados: no se volvían cuando
andaban. 1.18 Y sus
cercos eran altos y espantosos, y llenos de ojos alrededor en las
cuatro. 1.19
Y cuando los animales andaban, las ruedas andaban junto á ellos: y
cuando los animales se levantaban de la tierra, las ruedas se
levantaban. 1.20
Hacia donde el espíritu era que anduviesen, andaban; hacia donde era el
espíritu que anduviesen, las ruedas también se levantaban tras ellos;
porque el espíritu de los animales estaba en las ruedas. 1.21
Cuando ellos andaban, andaban ellas; y cuando ellos se paraban, se
paraban ellas; asimismo cuando se levantaban de la tierra, las ruedas
se levantaban tras ellos; porque el espíritu de los animales estaba en
las ruedas. 1.22 Y
sobre las cabezas de cada animal aparecía expansión á manera de cristal
maravilloso, extendido encima sobre sus cabezas. 1.23
Y debajo de la expansión estaban las alas de ellos derechas la una á la
otra; á cada uno dos, y otras dos con que se cubrían sus cuerpos. 1.24
Y oí el sonido de sus alas cuando andaban, como sonido de muchas aguas,
como la voz del Omnipotente, como ruido de muchedumbre, como la voz de
un ejército. Cuando se paraban, aflojaban sus alas. 1.25 Y
cuando se paraban y aflojaban sus alas, oíase voz de arriba de la
expansión que había sobre sus cabezas. 1.26
Y sobre la expansión que había sobre sus cabezas, veíase la figura de
un trono y que parecía de piedra de zafiro; y sobre la figura del trono
había una semejanza que parecía de hombre sentado sobre él. 1.27
Y vi apariencia como de ámbar, como apariencia de fuego dentro de ella
en contorno, por el aspecto de sus lomos para arriba; y desde sus lomos
para abajo, vi que parecía como fuego, y que tenía resplandor alrededor. 1.28
Cual parece el arco del cielo que está en las nubes el día que llueve,
así era el parecer del resplandor alrededor. Esta fué la visión de la
semejanza de la gloria de Jehová. Y luego que yo la hube visto, caí
sobre mi rostro, y oí voz de uno que hablaba. ▲2.1 Y DIJOME: Hijo del hombre,
está sobre tus pies, y hablaré contigo. 2.2 Y entró
espíritu en mí luego que me habló, y afirmóme sobre mis pies, y oía al
que me hablaba. 2.3
Y díjome: Hijo del hombre, yo te envío á los hijos de Israel, á gentes
rebeldes que se rebelaron contra mí: ellos y sus padres se han rebelado
contra mí hasta este mismo día. 2.4 Yo pues
te envío á hijos de duro rostro y de empedernido corazón; y les dirás:
Así ha dicho el Señor Jehová. 2.5 Acaso
ellos escuchen; y si no escucharen, (porque son una rebelde familia,)
siempre conocerán que hubo profeta entre ellos. 2.6
Y tú, hijo del hombre, no temas de ellos, ni tengas miedo de sus
palabras, aunque te hallas entre zarzas y espinas, y tú moras con
escorpiones: no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de
ellos, porque son casa rebelde. 2.7 Les
hablarás pues mis palabras, escuchen ó dejen de escuchar; porque son
muy rebeldes. 2.8
Mas tú, hijo del hombre, oye lo que yo te hablo; no seas tú rebelde
como la casa rebelde: abre tu boca, y come lo que yo te doy. 2.9 Y miré,
y he aquí una mano me fué enviada, y en ella había un rollo de libro. 2.10 Y
extendiólo delante de mí, y estaba escrito delante y detrás: y había
escritas en él endechas, y lamentación, y ayes. ▲3.1 Y DIJOME: Hijo del hombre,
come lo que hallares; come este rollo, y ve y habla á la casa de Israel. 3.2 Y abrí
mi boca, é hízome comer aquel rollo. 3.3
Y díjome: Hijo del hombre, haz á tu vientre que coma, é hinche tus
entrañas de este rollo que yo te doy. Y comílo, y fué en mi boca dulce
como miel. 3.4 Díjome
luego: Hijo del hombre, ve y entra á la casa de Israel, y habla á ellos
con mis palabras. 3.5 Porque
no eres enviado á pueblo de habla profunda ni de lengua difícil, sino á
la casa de Israel. 3.6
No á muchos pueblos de profunda habla ni de lengua difícil, cuyas
palabras no entiendas; y si á ellos te enviara, ellos te oyeran. 3.7
Mas la casa de Israel no te querrán oir, porque no me quieren oír á mí:
porque toda la casa de Israel son tiesos de frente, y duros de corazón. 3.8 He aquí
he hecho yo tu rostro fuerte contra los rostros de ellos, y tu frente
fuerte contra su frente. 3.9
Como diamante, más fuerte que pedernal he hecho tu frente; no los
temas, ni tengas miedo delante de ellos, porque es casa rebelde. 3.10 Y
díjome: Hijo del hombre, toma en tu corazón todas mis palabras que yo
te hablaré, y oye con tus oídos. 3.11
Y ve, y entra á los trasportados, á los hijos de tu pueblo, y les
hablarás y les dirás: Así ha dicho el Señor Jehová; escuchen, ó dejen
de escuchar. 3.12 Y
levantóme el espíritu, y oí detrás de mí una voz de grande estruendo,
que decía: Bendita sea la gloria de Jehová desde su lugar. 3.13
Oí también el sonido de las alas de los animales que se juntaban la una
con la otra, y el sonido de las ruedas delante de ellos, y sonido de
grande estruendo. 3.14
Levantóme pues el espíritu, y me tomó; y fuí en amargura, en la
indignación de mi espíritu: mas la mano de Jehová era fuerte sobre mí. 3.15
Y vine á los trasportados en Telabib, que moraban junto al río de
Chebar, y asenté donde ellos estaban asentados, y allí permanecí siete
días atónito entre ellos. 3.16 Y
aconteció que al cabo de los siete días fué á mí palabra de Jehová,
diciendo: 3.17
Hijo del hombre, yo te he puesto por atalaya á la casa de Israel: oirás
pues tú la palabra de mi boca, y amonestarlos has de mi parte. 3.18
Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás: y tú no le amonestares,
ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino, á
fin de que viva, el impío morirá por su maldad, mas su sangre demandaré
de tu mano. 3.19 Y si
tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad, y de su
mal camino, él morirá por su maldad, y tú habrás librado tu alma. 3.20
Y cuando el justo se apartare de su justicia, é hiciere maldad, y
pusiere yo tropiezo delante de él, él morirá, porque tú no le
amonestaste; en su pecado morirá, y sus justicias que había hecho no
vendrán en memoria; mas su sangre demandaré de tu mano. 3.21
Y si al justo amonestares para que el justo no peque, y no pecare, de
cierto vivirá, porque fué amonestado; y tú habrás librado tu alma. 3.22 Y fué
allí la mano de Jehová sobre mí, y díjome: Levántate, y sal al campo, y
allí hablaré contigo. 3.23
Y levantéme, y salí al campo: y he aquí que allí estaba la gloria de
Jehová, como la gloria que había visto junto al río de Chebar: y caí
sobre mi rostro. 3.24
Entonces entró espíritu en mí, y afirmóme sobre mis pies, y hablóme, y
díjome: Entra, y enciérrate dentro de tu casa. 3.25 Y tú,
oh hijo del hombre, he aquí que pondrán sobre ti cuerdas, y con ellas
te ligarán, y no saldrás entre ellos. 3.26 Y haré
se pegue tu lengua á tu paladar, y estarás mudo, y no serás á ellos
varón que reprende: porque son casa rebelde. 3.27
Mas cuando yo te hubiere hablado, abriré tu boca, y les dirás: Así ha
dicho el Señor Jehová: El que oye, oiga; y el que cesa, cese: porque
casa rebelde son. ▲4.1 Y TU, hijo del hombre,
tómate un adobe, y ponlo delante de tí, y diseña sobre él la ciudad de
Jerusalem: 4.2
Y pondrás contra ella cerco, y edificarás contra ella fortaleza, y
sacarás contra ella baluarte, y asentarás delante de ella campo, y
pondrás contra ella arietes alrededor. 4.3
Tómate también una plancha de hierro, y ponla en lugar de muro de
hierro entre ti y la ciudad: afirmarás luego tu rostro contra ella, y
será en lugar de cerco, y la sitiarás. Es señal á la casa de Israel. 4.4
Y tú dormirás sobre tu lado izquierdo, y pondrás sobre él la maldad de
la casa de Israel: el número de los días que dormirás sobre él,
llevarás sobre ti la maldad de ellos. 4.5
Yo te he dado los años de su maldad por el número de los días,
trescientos y noventa días: y llevarás la maldad de la casa de Israel. 4.6
Y cumplidos estos, dormirás sobre tu lado derecho segunda vez, y
llevarás la maldad de la casa de Judá cuarenta días: día por año, día
por año te lo he dado. 4.7 Y al
cerco de Jerusalem afirmarás tu rostro, y descubierto tu brazo,
profetizarás contra ella. 4.8
Y he aquí he puesto sobre ti cuerdas, y no te tornarás del un tu lado
al otro lado, hasta que hayas cumplido los días de tu cerco. 4.9
Y tú toma para ti trigo, y cebada, y habas, y lentejas, y mijo, y
avena, y ponlo en una vasija, y hazte pan de ello el número de los días
que durmieres sobre tu lado: trescientos y noventa días comerás de él. 4.10 Y la
comida que has de comer será por peso de veinte siclos al día: de
tiempo á tiempo lo comerás. 4.11 Y
beberás el agua por medida, la sexta parte de un hin: de tiempo á
tiempo beberás. 4.12 Y
comerás pan de cebada cocido debajo de la ceniza; y lo cocerás á vista
de ellos con los estiércoles que salen del hombre. 4.13 Y dijo
Jehová: Así comerán los hijos de Israel su pan inmundo, entre las
gentes á donde los lanzaré yo. 4.14
Y dije: ¡Ah Señor Jehová! he aquí que mi alma no es inmunda, ni nunca
desde mi mocedad hasta este tiempo comí cosa mortecina ni despedazada,
ni nunca en mi boca entró carne inmunda. 4.15 Y
respondióme: He aquí te doy estiércoles de bueyes en lugar de los
estiércoles de hombre, y dispondrás tu pan con ellos. 4.16
Díjome luego: Hijo del hombre, he aquí quebrantaré el sostén del pan en
Jerusalem, y comerán el pan por peso, y con angustia; y beberán el agua
por medida, y con espanto. 4.17 Porque
les faltará el pan y el agua, y se espantarán los unos con los otros, y
se consumirán por su maldad. ▲5.1
Y TU, hijo del hombre, tómate un cuchillo agudo, una navaja de barbero
toma, y hazla pasar sobre tu cabeza y tu barba: tómate después un peso
de balanza, y reparte los pelos. 5.2
Una tercera parte quemarás con fuego en medio de la ciudad, cuando se
cumplieren los días del cerco, y tomarás una tercera parte, y herirás
con cuchillo alrededor de ella; y una tercera parte esparcirás al
viento, y yo desenvainaré espada en pos de ellos. 5.3 Tomarás
también de allí unos pocos por cuenta, y los atarás en el canto de tu
ropa. 5.4
Y tomarás otra vez de ellos, y los echarás en mitad del fuego, y en el
fuego los quemarás: de allí saldrá el fuego en toda la casa de Israel. 5.5 Así ha
dicho el Señor Jehová: Esta es Jerusalem: púsela en medio de las gentes
y de las tierras alrededor de ella. 5.6
Y ella mudó mis juicios y mis ordenanzas en impiedad más que las
gentes, y más que las tierras que están alrededor de ella; porque
desecharon mis juicios y mis mandamientos, y no anduvieron en ellos. 5.7
Por tanto, así ha dicho Jehová: ¿Por haberos multiplicado más que á las
gentes que están alrededor de vosotros, no habéis andado en mis
mandamientos, ni habéis guardado mis leyes? Ni aun según las leyes de
las gentes que están alrededor de vosotros habéis hecho. 5.8 Así
pues ha dicho el Señor Jehová: He aquí yo contra ti; si, yo, y haré
juicios en medio de ti á los ojos de las naciones. 5.9 Y haré
en ti lo que nunca hice, ni jamás haré cosa semejante, á causa de todas
tus abominaciones. 5.10
Por eso los padres comerán á los hijos en medio de ti, y los hijos
comerán á sus padres; y haré en ti juicios, y esparciré á todos vientos
todo tu residuo. 5.11
Por tanto, vivo yo, dice el Señor Jehová, ciertamente por haber violado
mi santuario con todas tus abominaciones, te quebrantaré yo también: mi
ojo no perdonará, ni tampoco tendré yo misericordia. 5.12
Una tercera parte de ti morirá de pestilencia, y de hambre será
consumida en medio de ti; y una tercera parte caerá á cuchillo
alrededor de ti; y una tercera parte esparciré á todos los vientos, y
tras ellos desenvainaré espada. 5.13
Y cumpliráse mi furor, y haré que repose en ellos mi enojo, y tomaré
satisfacción: y sabrán que yo Jehová he hablado en mi celo, cuando
habré cumplido en ellos mi enojo. 5.14 Y te
tornaré en desierto y en oprobio entre las gentes que están alrededor
de ti, á los ojos de todo transeunte. 5.15
Y serás oprobio, y escarnio, y escarmiento, y espanto á las gentes que
están alrededor de ti, cuando yo hiciere en ti juicios en furor é
indignación, y en reprensiones de ira. Yo Jehová he hablado. 5.16
Cuando arrojare yo sobre ellos las perniciosas saetas del hambre, que
serán para destrucción, las cuales enviaré para destruiros, entonces
aumentaré el hambre sobre vosotros, y quebrantaré entre vosotros el
arrimo del pan. 5.17
Enviaré pues sobre vosotros hambre, y malas bestias que te destruyan; y
pestilencia y sangre pasarán por ti; y meteré sobre ti cuchillo. Yo
Jehová he hablado. ▲6.1 Y FUÉ á mí palabra de
Jehová, diciendo: 6.2 Hijo
del hombre, pon tu rostro hacia los montes de Israel, y profetiza
contra ellos. 6.3
Y dirás: Montes de Israel, oid palabra del Señor Jehová: Así ha dicho
el Señor Jehová á los montes y dicho el Señor Jehová á los montes y á
los collados, á los arroyos y á los valles: He aquí que yo, yo haré
venir sobre vosotros cuchillo, y destruiré vuestros altos. 6.4
Y vuestros altares serán asolados, y vuestras imágenes del sol serán
quebradas: y haré que caigan vuestros muertos delante de vuestros
ídolos. 6.5 Y
pondré
los cuerpos muertos de los hijos de Israel delante de sus ídolos; y
vuestros huesos esparciré en derredor de vuestros altares. 6.6
En todas vuestras habitaciones las ciudades serán desiertas, y los
altos serán asolados, para que sean asolados y se hagan desiertos
vuestros altares; y quebrados serán vuestros ídolos, y cesarán; y
vuestras imágenes del sol serán destruídas, y vuestras obras serán
desechas. 6.7 Y los
muertos caerán en medio de vosotros; y sabréis que soy Jehová. 6.8 Mas
dejaré que haya de vosotros quien escape del cuchillo entre las gentes,
cuando fuereis esparcidos por las tierras. 6.9
Y los que de vosotros escaparen, se acordarán de mí entre las gentes
entre las cuales serán cautivos: porque yo me quebranté á causa de su
corazón fornicario, que se apartó de mí, y á causa de sus ojos, que
fornicaron tras sus ídolos: y se avergonzarán de sí mismos, á causa de
los males que hicieron en todas sus abominaciones. 6.10 Y
sabrán que yo soy Jehová: no en vano dije que les había de hacer este
mal. 6.11
Así ha dicho el Señor Jehová: Hiere con tu mano, y huella con tu pie, y
di: ¡Ay de los males de la casa de Israel por todas las abominaciones!
porque con cuchillo, y con hambre, y con pestilencia caerán. 6.12
El que estuviere lejos, morirá de pestilencia; y el que estuviere cerca
caerá á cuchillo; y el que quedare, y fuere cercado, morirá de hambre:
así cumpliré en ellos mi enojo. 6.13
Y sabréis que yo soy Jehová, cuando sus muertos estarán en medio de sus
ídolos, en derredor de sus altares, en todo collado alto, y en todas
las cumbres de los montes, y debajo de todo árbol sombrío, y debajo de
toda encina espesa, lugares donde dieron olor suave á todos sus ídolos. 6.14
Y extenderé mi mano sobre ellos, y tornaré la tierra asolada y
desierta, más que el desierto hacia Diblath, en todas sus habitaciones:
y conocerán que yo soy Jehová. ▲7.1 Y FUÉ á mí palabra de
Jehová, diciendo: 7.2
Y tú, hijo del hombre, así ha dicho el Señor Jehová á la tierra de
Israel: El fin, el fin viene sobre los cuatro cantones de la tierra. 7.3
Ahora será el fin sobre ti, y enviaré sobre ti mi furor, y te juzgaré
según tus caminos; y pondré sobre ti todas tus abominaciones. 7.4
Y mi ojo no te perdonará, ni tendré misericordia; antes pondré sobre ti
tus caminos, y en medio de ti estarán tus abominaciones; y sabréis que
yo soy Jehová. 7.5 Así ha
dicho el Señor Jehová: Un mal, he aquí que viene un mal. 7.6 Viene
el fin, el fin viene: hase despertado contra ti; he aquí que viene. 7.7
La mañana viene para ti, oh morador de la tierra; el tiempo viene,
cercano está el día; día de alboroto, y no de alegría sobre los montes. 7.8
Ahora presto derramaré mi ira sobre ti, y cumpliré en ti mi furor, y te
juzgaré según tus caminos; y pondré sobre ti tus abominaciones. 7.9
Y mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia: según tus caminos pondré
sobre ti, y en medio de ti serán tus abominaciones; y sabréis que yo
Jehová soy el que hiero. 7.10 He
aquí el día, he aquí que viene: ha salido la mañana; florecido ha la
vara, ha reverdecido la soberbia. 7.11
La violencia se ha levantado en vara de impiedad; ninguno quedará de
ellos, ni de su multitud, ni uno de los suyos; ni habrá quien de ellos
se lamente. 7.12 El
tiempo es venido, acercóse el día: el que compra, no se huelgue, y el
que vende, no llore: porque la ira está sobre toda su multitud. 7.13
Porque el que vende no tornará á lo vendido, aunque queden vivos:
porque la visión sobre toda su multitud no será cancelada; y ninguno
podrá, á causa de su iniquidad, amparar su vida. 7.14
Tocarán trompeta, y aparejarán todas las cosas, y no habrá quien vaya á
la batalla: porque mi ira está sobre toda su multitud. 7.15
De fuera cuchillo, de dentro pestilencia y hambre: el que estuviere en
el campo morirá á cuchillo; y al que estuviere en la ciudad,
consumirálo hambre y pestilencia. 7.16
Y los que escaparen de ellos, huirán y estarán sobre los montes como
palomas de los valles, gimiendo todos cada uno por su iniquidad. 7.17 Todas
manos serán descoyuntadas, y declinarán como aguas todas rodillas. 7.18
Ceñirse han también de sacos, y cubrirálos temblor; y en todo rostro
habrá confusión, y en todas sus cabezas peladura. 7.19
Arrojarán su plata por las calles, y su oro será desechado; su plata ni
su oro, no podrá librarlos en el día del furor de Jehová; no saciarán
su alma, ni henchirán sus entrañas: porque ha sido tropiezo para su
maldad. 7.20 Por
cuanto la gloria de su ornamento pusieron en soberbia, é hicieron en
ella imágenes de sus abominaciones, de sus estatuas: por eso se la
torné á ellos en alejamiento; 7.21 Y en
mano de extraños la entregué para ser saqueada, y en despojo á los
impíos de la tierra, y la contaminarán. 7.22 Y
apartaré de ellos mi rostro, y violarán mi lugar secreto; pues entrarán
en él destruidores, y le profanarán. 7.23 Haz
una cadena: porque la tierra está llena de juicios de sangres, y la
ciudad está llena de violencia. 7.24
Traeré por tanto los más malos de las naciones, los cuales poseerán sus
casas; y haré cesar la soberbia de los poderosos, y sus santuarios
serán profanados. 7.25
Destrucción viene; y buscarán la paz, y no la habrá. 7.26
Quebrantamiento vendrá sobre quebrantamiento, y rumor será sobre rumor;
y buscarán respuesta del profeta, mas la ley perecerá del sacerdote, y
el consejo de los ancianos. 7.27
El rey se enlutará, y el príncipe se vestirá de asolamiento, y las
manos del pueblo de la tierra serán conturbadas: según su camino haré
con ellos, y con los juicios de ellos los juzgaré; y sabrán que yo soy
Jehová. ▲8.1
Y ACONTECIO en el sexto año, en el mes sexto, á los cinco del mes, que
estaba yo sentado en mi casa, y los ancianos de Judá estaban sentados
delante de mí, y allí cayó sobre mí la mano del Señor Jehová. 8.2
Y miré, y he aquí una semejanza que parecía de fuego: desde donde
parecían sus lomos para abajo, fuego; y desde sus lomos arriba parecía
como resplandor, como la vista de ámbar. 8.3
Y aquella semejanza extendió la mano, y tomóme por las guedejas de mi
cabeza; y el espíritu me alzó entre el cielo y la tierra, y llevóme en
visiones de Dios á Jerusalem, á la entrada de la puerta de adentro que
mira hacia el aquilón, donde estaba la habitación de la imagen del
celo, la que hacía celar. 8.4 Y he
aquí allí estaba la gloria del Dios de Israel, como la visión que yo
había visto en el campo. 8.5
Y díjome: Hijo del hombre, alza ahora tus ojos hacia el lado del
aquilón. Y alcé mis ojos hacia el lado del aquilón, y he aquí al
aquilón, junto á la puerta del altar, la imagen del celo en la entrada. 8.6
Díjome entonces: Hijo del hombre, ¿no ves lo que éstos hacen, las
grandes abominaciones que la casa de Israel hace aquí, para alejarme de
mi santuario? Mas vuélvete aún, y verás abominaciones mayores. 8.7 Y
llevóme á la entrada del atrio, y miré, y he aquí en la pared un
agujero. 8.8 Y
díjome: Hijo del hombre, cava ahora en la pared. Y cavé en la pared, y
he aquí una puerta. 8.9 Díjome
luego: Entra, y ve las malvadas abominaciones que éstos hacen allí. 8.10
Entré pues, y miré, y he aquí imágenes de todas serpientes, y animales
de abominación, y todos los ídolos de la casa de Israel, que estaban
pintados en la pared alrededor. 8.11
Y delante de ellos estaban setenta varones de los ancianos de la casa
de Israel, y Jaazanías hijo de Saphán estaba en medio de ellos, cada
uno con su incensario en su mano; y del sahumerio subía espesura de
niebla. 8.12 Y me
dijo: Hijo del hombre, ¿has visto las cosas que los ancianos de la casa
de Israel hacen en tinieblas, cada uno en sus cámaras pintadas? porque
dicen ellos: No nos ve Jehová; Jehová ha dejado la tierra. 8.13 Díjome
después: Vuélvete aún, verás abominaciones mayores que hacen éstos. 8.14
Y llevóme á la entrada de la puerta de la casa de Jehová, que está al
aquilón; y he aquí mujeres que estaban allí sentadas endechando á
Tammuz. 8.15 Luego
me dijo: ¿No ves, hijo del hombre? Vuélvete aún, verás abominaciones
mayores que éstas. 8.16
Y metióme en el atrio de adentro de la casa de Jehová: y he aquí junto
á la entrada del templo de Jehová, entre la entrada y el altar, como
veinticinco varones, sus espaldas vueltas al templo de Jehová y sus
rostros al oriente, y encorvábanse al nacimiento del sol. 8.17
Y díjome: ¿No has visto, hijo del hombre? ¿Es cosa liviana para la casa
de Judá hacer las abominaciones que hacen aquí? Después que han llenado
la tierra de maldad, y se tornaron á irritarme, he aquí que ponen hedor
á mis narices. 8.18
Pues también yo haré en mi furor; no perdonará mi ojo, ni tendré
misericordia, y gritarán á mis oídos con gran voz, y no los oiré. ▲9.1
Y CLAMO en mis oídos con gran voz, diciendo: Los visitadores de la
ciudad han llegado, y cada uno trae en su mano su instrumento para
destruir. 9.2 Y he
aquí que seis varones venían del camino de la puerta de arriba que está
vuelta al aquilón, y cada uno traía en su mano su instrumento para
destruir. Y entre ellos había un varón vestido de lienzos, el cual
traía á su cintura una escribanía de escribano; y entrados, paráronse
junto al altar de bronce. 9.3
Y la gloria del Dios de Israel se alzó de sobre el querubín sobre el
cual había estado, al umbral de la casa: y llamó Jehová al varón
vestido de lienzos, que tenía á su cintura la escribanía de escribano. 9.4
Y díjole Jehová: Pasa por medio de la ciudad, por medio de Jerusalem, y
pon una señal en la frente á los hombres que gimen y que claman á causa
de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella. 9.5 Y á los
otros dijo á mis oídos: Pasad por la ciudad en pos de él, y herid; no
perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia. 9.6
Matad viejos, mozos y vírgenes, niños y mujeres, hasta que no quede
ninguno: mas á todo aquel sobre el cual hubiere señal, no llegaréis; y
habéis de comenzar desde mi santuario. Comenzaron pues desde los
varones ancianos que estaban delante del templo. 9.7 Y
díjoles: Contaminad la casa, y henchid los atrios de muertos: salid. Y
salieron, é hirieron en la ciudad. 9.8
Y aconteció que, habiéndolos herido, yo quedé y postréme sobre mi
rostro, y clamé, y dije: ¡Ah, Señor Jehová! ¿has de destruir todo el
resto de Israel derramando tu furor sobre Jerusalem? 9.9
Y díjome: La maldad de la casa de Israel y de Judá es grande
sobremanera, pues la tierra está llena de sangres, y la ciudad está
llena de perversidad: porque han dicho: Dejado ha Jehová la tierra, y
Jehová no ve. 9.10 Así
pues, yo, mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia: el camino de
ellos tornaré sobre su cabeza. 9.11
Y he aquí que el varón vestido de lienzos, que tenía la escribanía á su
cintura, respondió una palabra diciendo: Hecho he conforme á todo lo
que me mandaste. ▲10.1
Y MIRÉ, y he aquí en la expansión que había sobre la cabeza de los
querubines como una piedra de zafiro, que parecía como semejanza de un
trono que se mostró sobre ellos. 10.2
Y habló al varón vestido de lienzos, y díjole: Entra en medio de la
ruedas debajo de los querubines, é hinche tus manos carbones encendidos
de entre los querubines, y derrama sobre la ciudad. Y entró á vista mía. 10.3 Y los
querubines estaban á la mano derecha de la casa cuando este varón
entró; y la nube henchía el atrio de adentro. 10.4
Y la gloria de Jehová se levantó del querubín al umbral de la puerta; y
la casa fué llena de la nube, y el atrio se llenó del resplandor de la
gloria de Jehová. 10.5 Y el
estruendo de las alas de los querubines se oía hasta el atrio de
afuera, como la voz del Dios Omnipotente cuando habla. 10.6
Y aconteció que, como mandó al varón vestido de lienzos, diciendo: Toma
fuego de entre las ruedas, de entre los querubines, él entró, y paróse
entre las ruedas. 10.7
Y un querubín extendió su mano de entre los querubines al fuego que
estaba entre los querubines, y tomó, y puso en las palmas del que
estaba vestido de lienzos, el cual lo tomó y salióse. 10.8 Y
apareció en los querubines la figura de una mano humana debajo de sus
alas. 10.9
Y miré, y he aquí cuatro ruedas junto á los querubines, junto á cada
querubín una rueda; y el aspecto de las ruedas era como el de piedra de
Tarsis. 10.10
Cuanto al parecer de ellas, las cuatro eran de una forma, como si
estuviera una en medio de otra. 10.11
Cuando andaban, sobre sus cuatro costados andaban: no se tornaban
cuando andaban, sino que al lugar adonde se volvía el primero, en pos
de él iban; ni se tornaban cuando andaban. 10.12 Y
toda su carne, y sus costillas, y sus manos, y sus alas, y las ruedas,
lleno estaba de ojos alrededor en sus cuatro ruedas. 10.13 A las
ruedas, oyéndolo yo, se les gritaba: ¡Rueda! 10.14
Y cada uno tenía cuatro rostros. El primer rostro era de querubín; el
segundo rostro, de hombre; el tercer rostro, de león; el cuarto rostro,
de águila. 10.15 Y
levantáronse los querubines; este es el animal que vi en el río de
Chebar. 10.16
Y cuando andaban los querubines, andaban las ruedas junto con ellos; y
cuando los querubines alzaban sus alas para levantarse de la tierra,
las ruedas también no se volvían de junto á ellos. 10.17
Cuando se paraban ellos, parábanse ellas, y cuando ellos se alzaban,
alzábanse con ellos: porque el espíritu de los animales estaba en ellas. 10.18 Y la
gloria de Jehová se salió de sobre el umbral de la casa, y paró sobre
los querubines. 10.19
Y alzando los querubines sus alas, levantáronse de la tierra delante de
mis ojos: cuando ellos salieron, también las ruedas al lado de ellos: y
paráronse á la entrada de la puerta oriental de la casa de Jehová, y la
gloria del Dios de Israel estaba arriba sobre ellos. 10.20 Este
era el animal que vi debajo del Dios de Israel en el río de Chebar; y
conocí que eran querubines. 10.21 Cada
uno tenía cuatro rostros, y cada uno cuatro alas, y figuras de manos
humanas debajo de sus alas. 10.22
Y la figura de sus rostros era la de los rostros que vi junto al río de
Chebar, su mismo parecer y su ser; cada uno caminaba en derecho de su
rostro. ▲11.1
Y EL espíritu me elevó, y metióme por la puerta oriental de la casa de
Jehová, la cual mira hacia el oriente: y he aquí á la entrada de la
puerta veinticinco varones, entre los cuales vi á Jaazanías hijo de
Azur, y á Pelatías hijo de Benaías, príncipes del pueblo. 11.2 Y
díjome: Hijo del hombre, estos son los hombres que maquinan
perversidad, y dan en esta ciudad mal consejo; 11.3 Los
cuales dicen: No será tan presto: edifiquemos casas: ésta será la
caldera, y nosotros la carne. 11.4 Por
tanto profetiza contra ellos, profetiza, hijo del hombre. 11.5
Y cayó sobre mí el espíritu de Jehová, y díjome: Di: Así ha dicho
Jehová: Así habéis hablado, oh casa de Israel, y las cosas que suben á
vuestro espíritu, yo las he entendido. 11.6 Habéis
multiplicado vuestros muertos en esta ciudad, y habéis henchido de
muertos sus calles. 11.7
Por tanto, así ha dicho el Señor Jehová: Vuestros muertos que habéis
puesto en medio de ella, ellos son la carne, y ella es la caldera; mas
yo os sacaré á vosotros de en medio de ella. 11.8
Cuchillo habéis temido, y cuchillo traeré sobre vosotros, dice el Señor
Jehová. 11.9 Y os
sacaré de en medio de ella, y os entregaré en manos de extraños, y yo
haré juicios en vosotros. 11.10 A
cuchillo caeréis; en el término de Israel os juzgaré, y sabréis que yo
soy Jehová. 11.11 Esta
no os será por caldera, ni vosotros seréis en medio de ella la carne:
en el término de Israel os tengo de juzgar. 11.12
Y sabréis que yo soy Jehová: porque no habéis andado en mis ordenanzas,
ni habéis hecho mis juicios, sino según los juicios de las gentes que
están en vuestros alrededores habéis hecho. 11.13
Y aconteció que, estando yo profetizando, Pelatías hijo de Benaías
murió. Entonces caí sobre mi rostro, y clamé con grande voz, y dije:
¡Ah, Señor Jehová! ¿harás tú consumación del resto de Israel? 11.14 Y fué
á mí palabra de Jehová, diciendo: 11.15
Hijo del hombre, tus hermanos, tus hermanos, los hombres de tu
parentesco y toda la casa de Israel, toda ella son aquellos á quienes
dijeron los moradores de Jerusalem: Alejaos de Jehová; á nosotros es
dada la tierra en posesión. 11.16
Por tanto di: Así ha dicho el Señor Jehová: Aunque los he echado lejos
entre las gentes, y los he esparcido por las tierras, con todo eso les
seré por un pequeño santuario en las tierras á donde llegaren. 11.17
Di por tanto: Así ha dicho el Señor Jehová: Yo os recogeré de los
pueblos, y os allegaré de las tierras en las cuales estáis esparcidos,
y os daré la tierra de Israel. 11.18 Y
vendrán allá, y quitarán de ella todas su torpezas, y todas sus
abominaciones. 11.19
Y darles he un corazón, y espíritu nuevo daré en sus entrañas; y
quitaré el corazón de piedra de su carne, y daréles corazón de carne; 11.20 Para
que anden en mis ordenanzas, y guarden mis juicios y los cumplan, y me
sean por pueblo, y yo sea á ellos por Dios. 11.21
Mas á aquellos cuyo corazón anda tras el deseo de sus torpezas y de sus
abominaciones, yo tornaré su camino sobre sus cabezas, dice el Señor
Jehová. 11.22
Después
alzaron los querubines sus alas, y las ruedas en pos de ellos; y la
gloria del Dios de Israel estaba sobre ellos encima. 11.23 Y la
gloria de Jehová se fué de en medio de la ciudad, y paró sobre el monte
que está al oriente de la ciudad. 11.24
Luego me levantó el espíritu, y volvióme á llevar en visión del
espíritu de Dios á la tierra de los Caldeos, á los trasportados. Y
partióse de mí la visión que había visto. 11.25 Y
hablé á los trasportados todas las palabras de Jehová que él me había
mostrado. ▲12.1 Y FUÉ á mí palabra de
Jehová, diciendo: 12.2
Hijo del hombre, tú habitas en medio de casa rebelde, los cuales tienen
ojos para ver, y no ven, tienen oídos para oir, y no oyen; porque son
casa rebelde. 12.3
Por tanto tú, hijo del hombre, hazte aparejos de marcha, y pártete de
día delante de sus ojos; y te pasarás de tu lugar á otro lugar á vista
de ellos, por si tal vez atienden, porque son casa rebelde. 12.4
Y sacarás tus aparejos, como aparejos de partida, de día delante de sus
ojos: mas tú saldrás por la tarde á vista de ellos, como quien sale
para partirse. 12.5
Delante de sus ojos horadarás la pared, y saldrás por ella. 12.6
Delante de sus ojos los llevarás sobre tus hombros, de noche los
sacarás; cubrirás tu rostro, y no mirarás la tierra: porque en señal te
he dado á la casa de Israel. 12.7
Y yo hice así como me fué mandado: saqué mis aparejos de día, como
aparejos de partida, y á la tarde horadé la pared á mano; salí de
noche, y llevélos sobre los hombros á vista de ellos. 12.8 Y fué
á mi palabra de Jehová por la mañana, diciendo: 12.9 Hijo
del hombre, ¿no te ha dicho la casa de Israel, aquella casa rebelde:
¿Qué haces? 12.10
Diles: Así ha dicho el Señor Jehová: Al príncipe en Jerusalem es esta
carga, y á toda la casa de Israel que está en medio de ellos. 12.11
Diles: Yo soy vuestra señal: como yo hice, así les harán á ellos: al
pasar á otro país irán en cautiverio. 12.12
Y al príncipe que está en medio de ellos llevarán á cuestas de noche, y
saldrán; horadarán la pared para sacarlo por ella; cubrirá su rostro
para no ver con sus ojos la tierra. 12.13
Mas yo extenderé mi red sobre él, y será preso en mi malla, y harélo
llevar á Babilonia, á tierra de Caldeos; mas no la verá, y allá morirá. 12.14
Y á todos los que estuvieren alrededor de él para su ayuda, y á todas
sus compañías esparciré á todo viento, y desenvainaré espada en pos de
ellos. 12.15 Y
sabrán que yo soy Jehová, cuando los esparciere entre las gentes, y los
derramare por la tierra. 12.16
Y haré que de ellos queden pocos en número, del cuchillo, y del hambre,
y de la pestilencia, para que cuenten todas sus abominaciones entre las
gentes adonde llegaren; y sabrán que yo soy Jehová. 12.17 Y fué
á mí palabra de Jehová, diciendo: 12.18 Hijo
del hombre, come tu pan con temblor, y bebe tu agua con estremecimiento
y con anhelo; 12.19
Y dirás al pueblo de la tierra: Así ha dicho el Señor Jehová sobre los
moradores de Jerusalem, y sobre la tierra de Israel: Su pan comerán con
temor, y con espanto beberán su agua; porque su tierra será asolada de
su multitud, por la maldad de todos los que en ella moran. 12.20 Y las
ciudades habitadas serán asoladas, y la tierra será desierta; y sabréis
que yo soy Jehová. 12.21 Y fué
á mí palabra de Jehová, diciendo: 12.22
Hijo del hombre, ¿qué refrán es este que tenéis vosotros en la tierra
de Israel, diciendo: Prolongarse han los días, y perecerá toda visión? 12.23
Diles por tanto: Así ha dicho el Señor Jehová: Haré cesar este refrán,
y no repetirán más este dicho en Israel. Diles pues: Se han acercado
aquellos días, y la palabra de toda visión. 12.24
Porque no habrá más alguna visión vana, ni habrá adivinación de
lisonjeros en medio de la casa de Israel. 12.25
Porque yo Jehová hablaré; cumpliráse la palabra que yo hablaré; no se
dilatará más: antes en vuestros días, oh casa rebelde, hablaré palabra,
y cumpliréla, dice el Señor Jehová. 12.26 Y fué
á mí palabra de Jehová, diciendo: 12.27
Hijo del hombre, he aquí que los de la casa de Israel dicen: La visión
que éste ve es para muchos días, y para lejanos tiempos profetiza éste. 12.28
Diles por tanto: Así ha dicho el Señor Jehová: No se dilatarán más
todas mis palabras: cumpliráse la palabra que yo hablaré, dice el Señor
Jehová. ▲13.1 Y FUÉ á mí palabra de
Jehová, diciendo: 13.2
Hijo del hombre, profetiza contra los profetas de Israel que
profetizan, y di á los que profetizan de su corazón: Oid palabra de
Jehová. 13.3 Así ha
dicho el Señor Jehová: ¡Ay de los profetas insensatos, que andan en pos
de su propio espíritu, y nada vieron! 13.4 Como
zorras en los desiertos fueron tus profetas, oh Israel. 13.5 No
habéis subido á los portillos, ni echasteis vallado en la casa de
Israel, estando en la batalla en el día de Jehová. 13.6
Vieron vanidad y adivinación de mentira. Dicen: Ha dicho Jehová; y
Jehová no los envió: y hacen esperar que se confirme la palabra. 13.7
¿No habéis visto visión vana, y no habéis dicho adivinación de mentira,
por cuanto decís, Dijo Jehová; no habiendo yo hablado? 13.8
Por tanto, así ha dicho el Señor Jehová: por cuanto vosotros habéis
hablado vanidad, y habéis visto mentira, por tanto, he aquí yo contra
vosotros, dice el Señor Jehová. 13.9
Y será mi mano contra los profetas que ven vanidad, y adivinan mentira:
no serán en la congregación de mi pueblo, ni serán escritos en el libro
de la casa de Israel, ni á la tierra de Israel volverán; y sabréis que
yo soy el Señor Jehová. 13.10
Por tanto, y por cuanto engañaron á mi pueblo, diciendo, Paz, no
habiendo paz; y el uno edificaba la pared, y he aquí que los otros la
encostraban con lodo suelto; 13.11
Di á los encostradores con lodo suelto, que caerá; vendrá lluvia
inundante, y daré piedras de granizo que la hagan caer, y viento
tempestuoso la romperá. 13.12 Y he
aquí, cuando la pared habrá caído, no os dirán: ¿Dónde está la
embarradura con que encostrasteis? 13.13
Por tanto, así ha dicho el Señor Jehová: Y haré que la rompa viento
tempestuoso con mi ira, y lluvia inundante vendrá con mi furor, y
piedras de granizo con enojo para consumir. 13.14
Así desbarataré la pared que vosotros encostrasteis con lodo suelto, y
echaréla á tierra, y será descubierto su cimiento, y caerá, y seréis
consumidos en medio de ella; y sabréis que yo soy Jehová. 13.15
Cumpliré así mi furor en la pared y en los que la encostraron con lodo
suelto; y os diré: No existe la pared, ni aquellos que la encostraron, 13.16 Los
profetas de Israel que profetizan á Jerusalem, y ven para ella visión
de paz, no habiendo paz, dice el Señor Jehová. 13.17 Y tú,
hijo del hombre, pon tu rostro á las hijas de tu pueblo que profetizan
de su corazón, y profetiza contra ellas, 13.18
Y di: Así ha dicho el Señor Jehová: ¡Ay de aquellas que cosen
almohadillas á todos codos de manos, y hacen veletes sobre la cabeza de
toda edad para cazar las almas! ¿Habéis de cazar las almas de mi
pueblo, para mantener así vuestra propia vida? 13.19
¿Y habéis de profanarme entre mi pueblo por puñados de cebada y por
pedazos de pan, matando las almas que no mueren, y dando vida á las
almas que no vivirán, mintiendo á mi pueblo que escucha la mentira? 13.20
Por tanto, así ha dicho el Señor Jehová: He aquí yo contra vuestras
almohadillas, con que cazáis ahí las almas volando; yo las arrancaré de
vuestros brazos, y dejaré las almas, las almas que cazáis volando. 13.21
Romperé asimismo vuestro veletes, y libraré mi pueblo de vuestra mano,
y no estarán más en vuestra mano para caza; y sabréis que yo soy Jehová. 13.22
Por cuanto entristecisteis con mentira el corazón del justo, al cual yo
no entristecí, y esforzasteis las manos del impío, para que no se
apartase de su mal camino, infundiéndole ánimo; 13.23 Por
tanto no veréis vanidad, ni más adivinaréis adivinación; y libraré mi
pueblo de vuestra mano; y sabréis que yo soy Jehová. ▲14.1 Y VINIERON á mí algunos de
los ancianos de Israel, y sentáronse delante de mí. 14.2 Y fué
á mí palabra de Jehová, diciendo: 14.3
Hijo del hombre, estos hombres han puesto sus ídolos en su corazón, y
establecido el tropiezo de su maldad delante de su rostro: ¿acaso he de
ser yo verdaderamente consultado por ellos? 14.4
Háblales por tanto, y diles: Así ha dicho el Señor Jehová: Cualquier
hombre de la casa de Israel que hubiere puesto sus ídolos en su
corazón, y establecido el tropiezo de su maldad delante de su rostro, y
viniere al profeta, yo Jehová responderé al que viniere en la multitud
de sus ídolos; 14.5 Para
tomar á la casa de Israel en su corazón, que se han apartado de mí
todos ellos en sus ídolos. 14.6
Por tanto di á la casa de Israel: Así dice el Señor Jehová: Convertíos,
y volveos de vuestros ídolos, y apartad vuestro rostro de todas
vuestras abominaciones. 14.7
Porque cualquier hombre de la casa de Israel, y de los extranjeros que
moran en Israel, que se hubiere apartado de andar en pos de mí, y
hubiere puesto sus ídolos en su corazón, y establecido delante de su
rostro el tropiezo de su maldad, y viniere al profeta para preguntarle
por mí, yo Jehová le responderé por mí mismo: 14.8
Y pondré mi rostro contra aquel hombre, y le pondré por señal y por
fábula, y yo lo cortaré de entre mi pueblo; y sabréis que yo soy Jehová. 14.9
Y el profeta, cuando fuere engañado y hablare palabra, yo Jehová engañé
al tal profeta; y extenderé mi mano sobre él, y raeréle de en medio de
mi pueblo de Israel. 14.10 Y
llevarán su maldad: como la maldad del que pregunta, así será la maldad
del profeta; 14.11
Para que no yerren más la casa de Israel de en pos de mí: ni más se
contaminen en todas sus rebeliones, y me sean por pueblo, y yo les sea
por Dios, dice el Señor Jehová. 14.12 Y fué
á mí palabra de Jehová, diciendo: 14.13
Hijo del hombre, cuando la tierra pecare contra mí rebelándose
pérfidamente, y extendiere yo mi mano sobre ella, y le quebrantare el
arrimo del pan, y enviare en ella hambre, y talare de ella hombres y
bestias; 14.14 Si
estuvieren en medio de ella estos tres varones, Noé, Daniel, y Job,
ellos por su justicia librarán su vida, dice el Señor Jehová. 14.15 Y si
hiciere pasar malas bestias por la tierra, y la asolaren, y fuere
desolada que no haya quien pase á causa de las bestias, 14.16
Y estos tres varones estuvieren en medio de ella, vivo yo, dice el
Señor Jehová, ni á sus hijos ni á sus hijas librarán; ellos solos serán
libres, y la tierra será asolada. 14.17 O si
yo trajere espada sobre la tierra, y dijere: Espada, pasa por la
tierra; é hiciere talar de ella hombres y bestias, 14.18
Y estos tres varones estuvieren en medio de ella, vivo yo, dice el
Señor Jehová, no librarán sus hijos ni sus hijas; ellos solos serán
libres. 14.19 O si
pestilencia enviare sobre esa tierra, y derramare mi ira sobre ella en
sangre, para talar de ella hombres y bestias, 14.20
Y estuvieren en medio de ella Noé, Daniel, y Job, vivo yo, dice el
Señor Jehová, no librarán hijo ni hija; ellos por su justicia librarán
su vida. 14.21 Por
lo
cual así ha dicho el Señor Jehová: ¿Cuánto más, si mis cuatro malos
juicios, espada, y hambre, y mala bestia, y pestilencia, enviare contra
Jerusalem, para talar de ella hombres y bestias? 14.22
Sin embargo, he aquí quedarán en ella algunos residuos, hijos é hijas,
que serán llevados fuera: he aquí que ellos entrarán á vosotros, y
veréis su camino y sus hechos; y tomaréis consolación del mal que hice
venir sobre Jerusalem, de todas las cosas que traje sobre ella. 14.23
Y consolaros han cuando viereis su camino y sus hechos, y conoceréis
que no sin causa hice todo lo que habré hecho en ella, dice el Señor
Jehová. ▲15.1 Y FUÉ á mí palabra de
Jehová, diciendo: 15.2 Hijo
del hombre, ¿qué es el palo de la vid más que todo palo? ¿qué es el
sarmiento entre los maderos del bosque? 15.3
¿Tomarán de él madera para hacer alguna obra? ¿tomarán de él una estaca
para colgar de ella algún vaso? 15.4
He aquí, que es puesto en el fuego para ser consumido; sus dos cabos
consumió el fuego, y la parte del medio se quemó; ¿aprovechará para
obra alguna? 15.5 He
aquí que cuando estaba entero no era para obra alguna: ¿cuánto menos
después que el fuego lo hubiere consumido, y fuere quemado? ¿será más
para alguna obra? 15.6
Por tanto, así ha dicho el Señor Jehová: Como el palo de la vid entre
los maderos del bosque, el cual dí al fuego para que lo consuma, así
haré á los moradores de Jerusalem. 15.7
Y pondré mi rostro contra ellos; de fuego salieron, y fuego los
consumirá; y sabréis que yo soy Jehová, cuando pusiere mi rostro contra
ellos. 15.8 Y
tornaré la tierra en asolamiento, por cuanto cometieron prevaricación,
dice el Señor Jehová. ▲16.1 Y FUÉ á mí palabra de
Jehová, diciendo: 16.2 Hijo
del hombre, notifica á Jerusalem sus abominaciones, 16.3
Y di: Así ha dicho el Señor Jehová sobre Jerusalem: Tu habitación y tu
raza fué de la tierra de Canaán; tu padre Amorrheo, y tu madre Hethea. 16.4
Y cuanto á tu nacimiento, el día que naciste no fué cortado tu ombligo,
ni fuiste lavada con aguas para atemperarte, ni salada con sal, ni
fuiste envuelta con fajas. 16.5
No hubo ojo que se compadeciese de ti, para hacerte algo de esto,
teniendo de ti misericordia; sino que fuiste echada sobre la haz del
campo, con menosprecio de tu vida, en el día que naciste. 16.6 Y yo
pasé junto á ti, y te vi sucia en tus sangres, y díjete: En tus
sangres, vive; vive, díjete, en tus sangres. 16.7
En millares como la hierba del campo te puse, y fuiste aumentada y
engrandecida, y viniste á ser adornada grandemente; los pechos te
crecieron, y tu pelo brotó; mas tú estabas desnuda y descubierta. 16.8
Y pasé yo junto á ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de
amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y díte
juramento, y entré en concierto contigo, dice el Señor Jehová, y fuiste
mía: 16.9 Y te
lavé con agua, y lavé tus sangres de encima de ti, y ungíte con aceite; 16.10 Y te
vestí de bordado, y te calcé de tejón, y ceñíte de lino, y te vestí de
seda. 16.11 Y te
atavíe con ornamentos, y puse ajorcas en tus brazos, y collar á tu
cuello; 16.12 Y
puse joyas sobre tus narices, y zarcillos en tus orejas, y diadema de
hermosura en tu cabeza. 16.13
Y fuiste adornada de oro y de plata, y tu vestido fué lino, y seda, y
bordado; comiste flor de harina de trigo, y miel, y aceite; y fuiste
hermoseada en extremo, y has prosperado hasta reinar. 16.14
Y salióte nombradía entre las gentes á causa de tu hermosura; porque
era perfecta, á causa de mi hermosura que yo puse sobre ti, dice el
Señor Jehová. 16.15
Mas confiaste en tu hermosura, y fornicaste á causa de tu nombradía, y
derramaste tus fornicaciones á cuantos pasaron; suya eras. 16.16 Y
tomaste de tus vestidos, e hicístete diversos altos lugares, y
fornicaste en ellos: cosa semejante no vendrá, ni será así. 16.17
Tomaste asimismo los vasos de tu hermosura de mi oro y de mi plata, que
yo te había dado, é hicístete imágenes de hombre, y fornicaste con
ellas. 16.18 Y
tomaste tus vestidos de diversos colores, y cubrístelas; y mi aceite y
mi perfume pusiste delante de ellas. 16.19
Mi pan también, que yo te había dado, la flor de la harina, y el
aceite, y la miel, con que yo te mantuve, pusiste delante de ellas para
olor suave; y fué así, dice el Señor Jehová. 16.20
Demás de esto, tomaste tus hijos y tus hijas que me habías engendrado,
y los sacrificaste á ellas para consumación. ¿Es poco, esto de tus
fornicaciones? 16.21 Y
sacrificaste mis hijos, y dístelos á ellas para que los hiciesen pasar
por el fuego. 16.22
Y con todas tus abominaciones y tus fornicaciones no te has acordado de
los días de tu mocedad, cuando estabas desnuda y descubierta, cuando
estabas envuelta en tu sangre. 16.23 Y fué
que después de toda tu maldad (¡ay, ay de ti! dice el Señor Jehová,) 16.24
Edificástete alto, y te hiciste altar en todas las plazas: 16.25
En toda cabeza de camino edificaste tu altar, y tornaste abominable tu
hermosura, y abriste tus piernas á cuantos pasaban, y multiplicaste tus
fornicaciones. 16.26 Y
fornicaste con los hijos de Egipto, tus vecinos, de grandes carnes; y
aumentaste tus fornicaciones para enojarme. 16.27
Por tanto, he aquí que yo extendí sobre ti mi mano, y disminuí tu
provisión ordinaria, y te entregué á la voluntad de las hijas de los
Filisteos que te aborrecen, las cuales se avergüenzan de tu camino
deshonesto. 16.28
Fornicaste también con los hijos de Assur por no haberte hartado; y
fornicaste con ellos, y tampoco te hartaste. 16.29
Multiplicaste asimismo tu fornicación en la tierra de Canaán y de los
Caldeos: ni tampoco con esto te hartaste. 16.30 ¡Cuán
inconstante es tu corazón, dice el Señor Jehová, habiendo hecho todas
estas cosas, obras de una poderosa ramera, 16.31
Edificando tus altares en cabeza de todo camino, y haciendo tus altares
en todas las plazas! Y no fuiste semejante á ramera, menospreciando el
salario, 16.32 Sino
como mujer adúltera, por cuanto que en lugar de su marido recibe á
ajenos. 16.33
A todas las rameras dan dones; mas tú diste tus dones á todos tus
enamorados; y les diste presentes, porque entrasen á ti de todas partes
por tus fornicaciones. 16.34
Y ha sido en ti al contrario de las mujeres en tus fornicaciones, ni
nunca después de ti será así fornicado; porque en dar tú dones, y no
ser dados dones á ti, ha sido al contrario. 16.35 Por
tanto, ramera, oye palabra de Jehová: 16.36
Así ha dicho el Señor Jehová: Por cuanto han sido descubiertas tus
vergüenzas, y tu confusión ha sido manifestada á tus enamorados en tus
fornicaciones; y á los ídolos de tus abominaciones, y en la sangre de
tus hijos, los cuales les diste; 16.37
Por tanto, he aquí que yo junto todos tus enamorados con los cuales
tomaste placer, y todos los que amaste, con todos los que aborreciste;
y reunirélos contra ti alrededor, y descubriréles tu vergüenza, y verán
toda tu torpeza. 16.38 Y yo
te juzgaré por las leyes de las adúlteras, y de las que derraman
sangre; y te daré en sangre de ira y de celo. 16.39
Y te entregaré en mano de ellos: y destruirán tu alto, y derribarán tus
altares, y te harán desnudar de tus ropas, y se llevarán los vasos de
tu gloria, y te dejarán desnuda y descubierta. 16.40 Y
harán subir contra ti reunión de gente, y te apedrearán con piedras, y
te atravesarán con sus espadas. 16.41
Y quemarán tus casas á fuego, y harán en ti juicios á ojos de muchas
mujeres; y hacerte he cesar de ser ramera, ni tampoco darás más don. 16.42 Y
haré reposar mi ira sobre ti, y apartaráse de ti mi celo, y descansaré
de más enojarme. 16.43
Por cuanto no te acordaste de los días de tu mocedad, y me provocaste á
ira en todo esto, por eso, he aquí yo también he tornado tu camino
sobre tu cabeza, dice el Señor Jehová; pues ni aun has pensado sobre
todas tus abominaciones. 16.44 He
aquí que todo proverbista hará de ti proverbio, diciendo: Como la
madre, tal su hija. 16.45
Hija de tu madre eres tú, que desechó á su marido y á sus hijos; y
hermana de tus hermanas eres tú, que desecharon á sus maridos y á sus
hijos: vuestra madre fué Hethea, y vuestro padre Amorrheo. 16.46
Y tu hermana mayor es Samaria con su hijas, la cual habita á tu mano
izquierda; y tu hermana la menor que tú es Sodoma con sus hijas, la
cual habita á tu mano derecha. 16.47
Y aun no anduviste en sus caminos, ni hiciste según sus abominaciones;
antes, como si esto fuera poco y muy poco, te corrompiste más que ellas
en todos tus caminos. 16.48 Vivo
yo, dice el Señor Jehová, Sodoma tu hermana, con sus hijas, no ha hecho
como hiciste tú y tus hijas. 16.49
He aquí que esta fué la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, hartura
de pan, y abundancia de ociosidad tuvo ella y sus hijas; y no corroboró
la mano del afligido y del menesteroso. 16.50 Y
ensoberbeciéronse, é hicieron abominación delante de mí, y quitélas
como vi bueno. 16.51
Y Samaria no cometió ni la mitad de tus pecados; porque tú
multiplicaste tus abominaciones más que ellas, y has justificado á tus
hermanas con todas tus abominaciones que hiciste. 16.52
Tú también, que juzgaste á tus hermanas, lleva tu vergüenza en tus
pecados que hiciste más abominables que ellas: más justas son que tú:
avergüénzate pues tú también, y lleva tu confusión, pues que has
justificado á tus hermanas. 16.53
Yo pues haré tornar sus cautivos, los cautivos de Sodoma y de sus
hijas, y los cautivos de Samaria y de sus hijas, y los cautivos de tus
cautiverios entre ellas, 16.54 Para
que tú lleves tu confusión, y te avergüences de todo lo que has hecho,
siéndoles tú motivo de consuelo. 16.55
Y tus hermanas, Sodoma con sus hijas y Samaria con sus hijas, volverán
á su primer estado; tú también y tus hijas volveréis á vuestro primer
estado. 16.56
Sodoma, tu hermana, no fué nombrada en tu boca en el tiempo de tus
soberbias, 16.57
Antes que tu maldad se descubriese, como en el tiempo de la vergüenza
de las hijas de Siria y de todas las hijas de los Filisteos alrededor,
que te menosprecian en contorno. 16.58 Tú
has llevado tu enormidad y tus abominaciones, dice Jehová. 16.59
Empero así ha dicho el Señor Jehová: ¿Haré yo contigo como tú hiciste,
que menospreciaste el juramento para invalidar el pacto? 16.60 Antes
yo tendré memoria de mi pacto que concerté contigo en los días de tu
mocedad, y te confirmaré un pacto sempiterno. 16.61
Y acordarte has de tus caminos y te avergonzarás, cuando recibirás á
tus hermanas, las mayores que tú con las menores que tú, las cuales yo
te daré por hijas, mas no por tu pacto. 16.62 Y
confirmaré mi pacto contigo, y sabrás que yo soy Jehová; 16.63
Para que te acuerdes, y te avergüences, y nunca más abras la boca á
causa de tu vergüenza, cuando me aplacare para contigo de todo lo que
hiciste, dice el Señor Jehová. ▲17.1 Y FUÉ á mí palabra de
Jehová, diciendo: 17.2 Hijo
del hombre, propón una figura, y compón una parábola á la casa de
Israel. 17.3
Y dirás: Así ha dicho el Señor Jehová: Una grande águila, de grandes
alas y de largos miembros, llena de plumas de diversos colores, vino al
Líbano, y tomó el cogollo del cedro: 17.4
Arrancó el principal de sus renuevos, y llevólo á la tierra de
mercaderes, y púsolo en la ciudad de los negociantes. 17.5
Tomó también de la simiente de la tierra, y púsola en un campo bueno
para sembrar, plantóla junto á grandes aguas, púsola como un sauce. 17.6
Y brotó, é hízose una vid de mucha rama, baja de estatura, que sus
ramas la miraban, y sus raíces estaban debajo de ella: así que se hizo
una vid, y arrojó sarmientos, y echó mugrones. 17.7
Y fué otra grande águila, de grandes alas y de muchas plumas; y he aquí
que esta vid juntó cerca de ella sus raíces, y extendió hacia ella sus
ramos, para ser regada por ella por los surcos de su plantío. 17.8 En un
buen campo, junto á muchas aguas fué plantada, para que hiciese ramos y
llevase fruto, y para que fuese vid robusta. 17.9
Di: Así ha dicho el Señor Jehová: ¿Será prosperada? ¿No arrancará sus
raíces, y destruirá su fruto, y secaráse? Todas las hojas de su lozanía
secará, y no con gran brazo, ni con mucha gente, arrancándola de sus
raíces. 17.10 Y he
aquí que plantada está ella, ¿será prosperada? ¿No se secará del todo
cuando el viento solano la tocare? En los surcos de su verdor se secará. 17.11 Y fué
á mí palabra de Jehová, diciendo: 17.12
Di ahora á la casa rebelde: ¿No habéis entendido qué significan estas
cosas? Diles: He aquí que el rey de Babilonia vino á Jerusalem, y tomó
tu rey y sus príncipes, y llevólos consigo á Babilonia. 17.13 Tomó
también de la simiente del reino, é hizo con él alianza, y trájole á
juramento; y tomó los fuertes de la tierra, 17.14 Para
que el reino fuese abatido y no se levantase, sino que guardase su
alianza y estuviese en ella. 17.15
Rebelóse empero contra él enviando sus embajadores á Egipto, para que
le diese caballos y mucha gente. ¿Será prosperado, escapará, el que
estas cosas hizo? ¿y el que rompió la alianza, podrá huir? 17.16
Vivo yo, dice el Señor Jehová, que morirá en medio de Babilonia, en el
lugar del rey que le hizo reinar, cuyo juramento menospreció, y cuya
alianza con él hecha rompió. 17.17
Y no con grande ejército, ni con mucha compañía hará con él Faraón en
la batalla, cuando funden baluarte y edifiquen bastiones para cortar
muchas vidas. 17.18
Pues menospreció el juramento, para invalidar el concierto cuando he
aquí que había dado su mano, é hizo todas estas cosas, no escapará. 17.19
Por tanto, así ha dicho el Señor Jehová: Vivo yo, que el juramento mío
que menospreció, y mi concierto que ha invalidado, tornaré sobre su
cabeza. 17.20 Y
extenderé sobre él mi red, y será preso en mi malla; y hacerlo he venir
á Babilonia, y allí estaré á juicio con él, por su prevaricación con
que contra mí se ha rebelado. 17.21
Y todos sus fugitivos con todos sus escuadrones caerán á cuchillo, y
los que quedaren serán esparcidos á todo viento; y sabréis que yo
Jehová he hablado. 17.22
Así ha dicho el Señor Jehová: Y tomaré yo del cogollo de aquel alto
cedro, y pondrélo; del principal de sus renuevos cortaré un tallo, y
plantarlo he yo sobre el monte alto y sublime; 17.23
En el monte alto de Israel lo plantaré, y alzará ramos, y llevará
fruto, y haráse magnífico cedro; y habitarán debajo de él todas las
aves, toda cosa que vuela habitará á la sombra de sus ramos. 17.24
Y sabrán todos los árboles del campo que yo Jehová abatí el árbol
sublime, levanté el árbol bajo, hice secar el árbol verde, é hice
reverdecer el árbol seco. Yo Jehová hablé é hice. ▲18.1 Y FUÉ á mí palabra de
Jehová, diciendo: 18.2
¿Qué pensáis vosotros, vosotros que usáis este refrán sobre la tierra
de Israel, diciendo: Los padres comieron el agraz, y los dientes de los
hijos tienen la dentera? 18.3 Vivo
yo, dice el Señor Jehová, que nunca más tendréis por qué usar este
refrán en Israel. 18.4 He
aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma
del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá. 18.5 Y el
hombre que fuere justo, é hiciere juicio y justicia; 18.6
Que no comiere sobre los montes, ni alzare sus ojos á los ídolos de la
casa de Israel, ni violare la mujer de su prójimo, ni llegare á la
mujer menstruosa, 18.7
Ni oprimiere á ninguno; al deudor tornare su prenda, no cometiere robo,
diere de su pan al hambriento, y cubriere al desnudo con vestido, 18.8 No
diere á logro, ni recibiere aumento; de la maldad retrajere su mano, é
hiciere juicio de verdad entre hombre y hombre, 18.9 En mis
ordenanzas caminare, y guardare mis derechos para hacer verdad, éste es
justo: éste vivirá, dice el Señor Jehová. 18.10 Mas
si engendrare hijo ladrón, derramador de sangre, ó que haga alguna cosa
de éstas, 18.11 Y que
no haga las otras; antes comiere sobre los montes, ó violare la mujer
de su prójimo, 18.12
Al pobre y menesteroso oprimiere, cometiere robos, no tornare la
prenda, ó alzare sus ojos á los ídolos, é hiciere abominación, 18.13
Diere á usura, y recibiere aumento: ¿vivirá éste? No vivirá. Todas
estas abominaciones hizo; de cierto morirá; su sangre será sobre él. 18.14 Pero
si éste engrendrare hijo, el cual viere todos los pecados que su padre
hizo, y viéndolos no hiciere según ellos: 18.15 No
comiere sobre los montes, ni alzare sus ojos á los ídolos de la casa de
Israel; la mujer de su prójimo no violare, 18.16
Ni oprimiere á nadie; la prenda no empeñare, ni cometiere robos; al
hambriento diere de su pan, y cubriere de vestido al desnudo; 18.17
Apartare su mano del pobre, usura ni aumento no recibiere; hiciere mis
derechos, y anduviere en mis ordenanzas, éste no morirá por la maldad
de su padre; de cierto vivirá. 18.18
Su padre, por cuanto hizo agravio, despojó violentamente al hermano, é
hizo en medio de su pueblo lo que no es bueno, he aquí que él morirá
por su maldad. 18.19
Y si dijereis: ¿Por qué el hijo no llevará por el pecado de su padre?
Porque el hijo hizo juicio y justicia, guardó todas mis ordenanzas, y
las hizo, de cierto vivirá. 18.20
El alma que pecare, esa morirá: el hijo no llevará por el pecado del
padre, ni el padre llevará por el pecado del hijo: la justicia del
justo será sobre él, y la impiedad el impío será sobre él. 18.21
Mas el impío, si se apartare de todos sus pecados que hizo, y guardare
todas mis ordenanzas, é hiciere juicio y justicia, de cierto vivirá; no
morirá. 18.22 Todas
sus rebeliones que cometió, no le serán recordadas: en su justicia que
hizo vivirá. 18.23
¿Quiero yo la muerte del impío? dice el Señor Jehová. ¿No vivirá, si se
apartare de sus caminos? 18.24
Mas si el justo se apartare de su justicia, y cometiere maldad, é
hiciere conforme á todas las abominaciones que el impío hizo; ¿vivirá
él? Todas las justicias que hizo no vendrán en memoria; por su rebelión
con que prevaricó, y por su pecado que cometió, por ello morirá. 18.25
Y si dijereis: No es derecho el camino del Señor: oid ahora, casa de
Israel: ¿No es derecho mi camino? ¿no son vuestros caminos torcidos? 18.26
Apartándose el justo de su justicia, y haciendo iniquidad, él morirá
por ello: por su iniquidad que hizo, morirá. 18.27 Y
apartándose el impío de su impiedad que hizo, y haciendo juicio y
justicia, hará vivir su alma. 18.28
Porque miró, y apartóse de todas sus prevaricaciones que hizo, de
cierto vivirá, no morirá. 18.29
Si aun dijere la casa de Israel: No es derecho el camino del Señor: ¿No
son derechos mis caminos, casa de Israel? Cierto, vuestros caminos no
son derechos. 18.30
Por tanto, yo os juzgaré á cada uno según sus caminos, oh casa de
Israel, dice el Señor Jehová. Convertíos, y volveos de todas vuestras
iniquidades; y no os será la iniquidad causa de ruina. 18.31
Echad de vosotros todas vuestras iniquidades con que habéis
prevaricado, y haceos corazón nuevo y espíritu nuevo. ¿Y por qué
moriréis, casa de Israel? 18.32 Que
no quiero la muerte del que muere, dice el Señor Jehová, convertíos
pues, y viviréis. ▲19.1 Y TU levanta endecha sobre
los príncipes de Israel. 19.2 Y
dirás: ¡Cómo se echó entre los leones tu madre la leona! entre los
leoncillos crió sus cachorros. 19.3 E hizo
subir uno de sus cachorros: vino á ser leoncillo, y aprendió á prender
presa, y á devorar hombres. 19.4 Y las
gentes oyeron de él: fué tomado con el lazo de ellas, y lleváronlo con
grillos á la tierra de Egipto. 19.5
Y viendo ella que había esperado mucho tiempo, y que se perdía su
esperanza, tomó otro de sus cachorros, y púsolo por leoncillo. 19.6 Y él
andaba entre los leones; hízose leoncillo, aprendió á hacer presa,
devoró hombres. 19.7 Y
conoció sus viudas, y asoló sus ciudades; y la tierra fué asolada, y su
abundancia, á la voz de su bramido. 19.8 Y
dieron sobre él las gentes de las provincias de su alrededor, y
extendieron sobre él su red; fué preso en su hoyo. 19.9
Y pusiéronlo en cárcel con cadenas, y lleváronlo al rey de Babilonia;
metiéronlo en fortalezas, para que su voz no se oyese más sobre los
montes de Israel. 19.10
Tu madre fué como una vid en tu sangre, plantada junto á las aguas,
haciendo fruto y echando vástagos á causa de las muchas aguas. 19.11
Y ella tuvo varas fuertes para cetros de señores; y levantóse su
estatura por encima entre las ramas, y fué vista en su altura, y con la
multitud de sus sarmientos. 19.12
Empero fué arrancada con ira, derribada en tierra, y viento solano secó
su fruto; fueron quebradas y secáronse sus varas fuertes; consumiólas
el fuego. 19.13 Y
ahora está plantada en el desierto, en tierra de sequedad y de aridez. 19.14
Y ha salido fuego de la vara de sus ramos, ha consumido su fruto, y no
ha quedado en ella vara fuerte, cetro para enseñorear. Endecha es esta,
y de endecha servirá. ▲20.1
Y ACONTECIO en el año séptimo, en el mes quinto, á los diez del mes,
que vinieron algunos de los ancianos de Israel á consultar á Jehová, y
sentáronse delante de mí. 20.2 Y fué
á mí palabra de Jehová, diciendo: 20.3
Hijo del hombre, habla á los ancianos de Israel, y diles: Así ha dicho
el Señor Jehová: ¿A consultarme venís vosotros? Vivo yo, que yo no os
responderé, dice el Señor Jehová. 20.4
¿Quieres tú juzgarlos? ¿los quieres juzgar tú, hijo del hombre?
Notifícales las abominaciones de sus padres; 20.5
Y diles: Así ha dicho el Señor Jehová: El día que escogí á Israel, y
que alcé mi mano por la simiente de la casa de Jacob, y que fuí
conocido de ellos en la tierra de Egipto, cuando alcé mi mano á ellos,
diciendo: Yo soy Jehová vuestro Dios; 20.6
Aquel día que les alcé mi mano, que los sacaría de la tierra de Egipto
á la tierra que les había proveído, que fluye leche y miel, la cual es
la más hermosa de todas las tierras; 20.7
Entonces les dije: Cada uno eche de sí cada uno de las abominaciones de
sus ojos, y no os contaminéis en los ídolos de Egipto. Yo soy Jehová
vuestro Dios. 20.8
Mas ellos se rebelaron contra mí, y no quisieron obedecerme: no echó de
sí cada uno las abominaciones de sus ojos, ni dejaron los ídolos de
Egipto; y dije que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo
en ellos en medio de la tierra de Egipto. 20.9
Con todo, á causa de mi nombre, porque no se infamase en los ojos de
las gentes en medio de las cuales estaban, en cuyos ojos fuí conocido
de ellos, hice para sacarlos de tierra de Egipto. 20.10
Saquélos pues de la tierra de Egipto, y trájelos al desierto; 20.11 Y
díles mis ordenanzas, y declaréles mis derechos, los cuales el hombre
que los hiciere, vivirá en ellos. 20.12 Y
díles también mis sábados que fuesen por señal entre mí y ellos, para
que supiesen que yo soy Jehová que los santifico. 20.13
Mas rebeláronse contra mí la casa de Israel en el desierto; no
anduvieron en mis ordenanzas, y desecharon mis derechos, los cuales el
hombre que los hiciere, vivirá en ellos; y mis sábados profanaron en
gran manera; dije, por tanto, que había de derramar sobre ellos mi ira
en el desierto para consumirlos. 20.14 Pero
en atención á mi nombre hice porque no se infamase á la vista de la
gentes, delante de cuyos ojos los saqué. 20.15
Y también yo les alcé mi mano en el desierto, que no los metería en la
tierra que les dí, que fluye leche y miel, la cual es la más hermosa de
todas las tierras; 20.16
Porque desecharon mis derechos, y no anduvieron en mis ordenanzas, y
mis sábados profanaron: porque tras sus ídolos iba su corazón. 20.17 Con
todo los perdonó mi ojo, no matándolos, ni los consumí en el desierto; 20.18
Antes dije en el desierto á sus hijos: No andéis en las ordenanzas de
vuestros padres, ni guardéis sus leyes, ni os contaminéis en sus ídolos. 20.19 Yo
soy Jehová vuestro Dios; andad en mis ordenanzas, y guardad mis
derechos, y ponedlos por obra: 20.20 Y
santificad mis sábados, y sean por señal entre mí y vosotros, para que
sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios. 20.21
Y los hijos se rebelaron contra mí: no anduvieron en mis ordenanzas, ni
guardaron mis derechos para ponerlos por obra, los cuales el hombre que
los cumpliere, vivirá en ellos; profanaron mis sábados. Dije entonces
que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en el
desierto. 20.22 Mas
retraje mi mano, y en atención á mi nombre hice porque no se infamase á
vista de las gentes, delante de cuyos ojos los saqué. 20.23 Y
también les alcé yo mi mano en el desierto, que los esparciría entre
las gentes, y que los aventaría por las tierras; 20.24
Porque no pusieron por obra mis derechos, y desecharon mis ordenanzas,
y profanaron mis sábados, y tras los ídolos de sus padres se les fueron
sus ojos. 20.25 Por
eso yo también les dí ordenanzas no buenas, y derechos por los cuales
no viviesen; 20.26
Y contaminélos en sus ofrendas cuando hacían pasar por el fuego todo
primogénito, para que los desolase, á fin de que supiesen que yo soy
Jehová. 20.27 Por
tanto, hijo del hombre, habla á la casa de Israel, y diles: Así ha
dicho el Señor Jehová: Aun en esto me afrentaron vuestros padres cuando
cometieron contra mí rebelión. 20.28
Porque yo los metí en la tierra sobre la cual había alzado mi mano que
les había de dar, y miraron á todo collado alto, y á todo árbol espeso,
y allí sacrificaron sus víctimas, y allí presentaron la irritación de
sus ofrendas, allí pusieron también él olor de su suavidad, y allí
derramaron sus libaciones. 20.29 Y yo
les dije: ¿Qué es ese alto adonde vosotros vais? Y fué llamado su
nombre Bamah hasta el día de hoy. 20.30
Di, pues, á la casa de Israel: Así ha dicho el Señor Jehová: ¿No os
contamináis vosotros á la manera de vuestros padres, y fornicáis tras
sus abominaciones? 20.31
Porque ofreciendo vuestras ofrendas, haciendo pasar vuestros hijos por
el fuego, os habéis contaminado con todos vuestros ídolos hasta hoy: ¿y
he de responderos yo, casa de Israel? Vivo yo, dice el Señor Jehová,
que no os responderé. 20.32
Y no ha de ser lo que habéis pensado. Porque vosotros decís: Seamos
como las gentes, como las familias de las naciones, sirviendo á la
madera y á la piedra. 20.33 Vivo
yo, dice el Señor Jehová, que con mano fuerte, y brazo extendido, y
enojo derramado, tengo de reinar sobre vosotros: 20.34
Y os sacaré de entre los pueblos, y os juntaré de las tierras en que
estáis esparcidos, con mano fuerte, y brazo extendido, y enojo
derramado: 20.35 Y os
he de traer al desierto de pueblos, y allí litigaré con vosotros cara á
cara. 20.36 Como
litigué con vuestros padres en el desierto de la tierra de Egipto, así
litigaré con vosotros, dice el Señor Jehová. 20.37 Y os
haré pasar bajo de vara y os traeré en vínculo de concierto; 20.38
Y apartaré de entre vosotros los rebeldes, y los que se rebelaron
contra mí: de la tierra de sus destierros los sacaré, y á la tierra de
Israel no vendrán; y sabréis que yo soy Jehová. 20.39
Y vosotros, oh casa de Israel, así ha dicho el Señor Jehová: Andad cada
uno tras sus ídolos, y servidles, pues que á mí no me obedecéis; y no
profanéis más mi santo nombre con vuestras ofrendas, y con vuestros
ídolos. 20.40
Empero
en mi santo monte, en el alto monte de Israel, dice el Señor Jehová,
allí me servirá toda la casa de Israel, toda ella en la tierra: allí
los querré, y allí demandaré vuestras ofrendas, y las primicias de
vuestros dones, con todas vuestras cosas consagradas. 20.41
En olor de suavidad os aceptaré, cuando os hubiere sacado de entre los
pueblos, y os hubiere juntado de las tierras en que estáis esparcidos;
y seré santificado en vosotros á los ojos de las gentes. 20.42
Y sabréis que yo soy Jehová, cuando os hubiere metido en la tierra de
Israel, en la tierra por la cual alcé mi mano que la daría á vuestros
padres. 20.43 Y
allí
os acordaréis de vuestros caminos, y de todos vuestros hechos en que os
contaminasteis; y seréis confusos en vuestra misma presencia por todos
vuestros pecados que cometisteis. 20.44
Y sabréis que yo soy Jehová cuando hiciere con vosotros por amor de mi
nombre, no según vuestros caminos malos, ni según vuestras perversas
obras, oh casa de Israel, dice el Señor Jehová. ▲21.1(20.45) Y fué á
mí palabra de Jehová, diciendo: 21.2 (20.46)
Hijo del hombre, pon tu rostro hacia el mediodía, y derrama tu palabra
hacia la parte austral, y profetiza contra el bosque del campo del
mediodía. 21.3 (20.47)
Y dirás al bosque del mediodía: Oye palabra de Jehová: Así ha dicho el
Señor Jehová: He aquí que yo enciendo en ti fuego, el cual consumirá en
ti todo árbol verde, y todo árbol seco: no se apagará la llama del
fuego; y serán quemados en ella todos rostros, desde el mediodía hasta
el norte. 21.4 (20.48)
Y verá toda carne que yo Jehová lo encendí; no se apagará. 21.5 (20.49)
Y dije: ¡Ah, Señor Jehová! ellos dicen de mí: ¿No profiere éste
parábolas? 21.6 (21.1)
Y FUÉ á mí palabra de Jehová, diciendo: 21.7 (21.2)
Hijo del hombre, pon tu rostro contra Jerusalem, y derrama palabra
sobre los santuarios, y profetiza sobre la tierra de Israel; 21.8 (21.3)
Y dirás á la tierra de Israel: Así ha dicho Jehová: He aquí, que yo
contra ti, y sacaré mi espada de su vaina, y talaré de ti al justo y al
impío. 21.9 (21.4)
Y por cuanto he de talar de ti al justo y al impío, por tanto, mi
espada saldrá de su vaina contra toda carne, desde el mediodía hasta el
aquilón: 21.10 (21.5)
Y sabrá toda carne que yo Jehová saqué mi espada de su vaina; no
volverá más. 21.11 (21.6)
Y tú, hijo del hombre, gime con quebrantamiento de lomos, y con
amargura; gime delante de los ojos de ellos. 21.12 (21.7)
Y será, que cuando te dijeren: ¿Por qué gimes tú? dirás: Por la fama
que viene; y todo corazón se desleirá, y todas manos se debilitarán, y
angustiaráse todo espíritu, y todas rodillas se irán en aguas: he aquí
que viene, y hacerse ha, dice el Señor Jehová. 21.13 (21.8)
Y fué á mí palabra de Jehová, diciendo: 21.14 (21.9)
Hijo del hombre, profetiza, y di: Así ha dicho el Señor Jehová: Di: La
espada, la espada está afilada, y aun acicalada; 21.15 (21.10)
Para degollar víctimas está afilada, acicalada está para que relumbre.
¿Hemos de alegrarnos? A la vara de mi hijo viene menospreciando todo
árbol. 21.16 (21.11)
Y dióla á acicalar para tenerla á mano: la espada está afilada, y
acicalada está ella, para entregralo en mano del matador. 21.17 (21.12)
Clama y aúlla, oh hijo del hombre; porque ésta será sobre mi pueblo,
será ella sobre todos los príncipes de Israel. Temores de espada serán
á mi pueblo: por tanto, hiere el muslo; 21.18 (21.13)
Porque está probado. ¿Y qué, si la espada desprecia aun el cetro? El no
será más, dice el Señor Jehová. 21.19 (21.14)
Tú pues, hijo del hombre, profetiza y bate una mano con otra, y dóblese
la espada la tercera vez, la espada de muertos: ésta es espada de gran
matanza que los penetrará, 21.20 (21.15)
Para que el corazón desmaye, y los estragos se multipliquen: en todas
las puertas de ellos he puesto espanto de espada. ¡Ah! dispuesta está
para que relumbre, y aderezada para degollar. 21.21 (21.16)
Ponte á una parte, ponte á la diestra, ó ponte á la siniestra, hacia
donde tu rostro se determinare. 21.22 (21.17)
Y yo también batiré mi mano con mi mano, y haré reposar mi ira. Yo
Jehová he hablado. 21.23 (21.18)
Y fué á mí palabra de Jehova, diciendo: 21.24 (21.19)
Y tú, hijo del hombre, señálate dos caminos por donde venga la espada
del rey de Babilonia: de una misma tierra salgan ambos: y echa mano á
la suerte: en el principio del camino de la ciudad lo harás. 21.25 (21.20)
El camino señalarás por donde venga la espada á Rabba de los hijos de
Ammón, y á Judá contra Jerusalem la fuerte. 21.26 (21.21)
Porque el rey de Babilonia se paró en una encrucijada, al principio de
dos caminos, para tomar adivinación: acicaló saetas, consultó en
ídolos, miró el hígado. 21.27 (21.22)
La adivinación fué á su mano derecha, sobre Jerusalem, para poner
capitanes, para abrir la boca á la matanza, para levantar la voz en
grito, para poner ingenios contra las puertas, para fundar baluarte, y
edificar fuerte. 21.28 (21.23)
Y seráles como adivinación mentirosa en sus ojos, por estar
juramentados con juramento á ellos: mas él trae á la memoria la maldad,
para prenderlos. 21.29 (21.24)
Por tanto, así ha dicho el Señor Jehová: Por cuanto habéis hecho venir
en memoria vuestras maldades, manifestando vuestras traiciones, y
descubriendo vuestros pecados en todas vuestras obras; por cuanto
habéis venido en memoria, seréis tomados á mano. 21.30 (21.25)
Y tú, profano é impío príncipe de Israel, cuyo día vino en el tiempo de
la consumación de la maldad; 21.31 (21.26)
Así ha dicho el Señor Jehová: Depón la tiara, quita la corona: ésta no
será más ésta: al bajo alzaré, y al alto abatiré. 21.32 (21.27)
Del revés, del revés, del revés la tornaré; y no será ésta más, hasta
que venga aquel cuyo es el derecho, y se la entregaré. 21.33 (21.28)
Y tú, hijo del hombre, profetiza, y di: Así ha dicho el Señor Jehová
sobre los hijos de Ammón, y su oprobio. Dirás pues: La espada, la
espada está desenvainada para degollar; acicalada para consumir con
resplandor. 21.34 (21.29)
Te profetizan vanidad, adivínante mentira, para entregarte con los
cuellos de los malos sentenciados á muerte, cuyo día vino en tiempo de
la consumación de la maldad. 21.35 (21.30)
¿Tornaréla á su vaina? En el lugar donde te criaste, en la tierra donde
has vivido, te tengo de juzgar. 21.36 (21.31)
Y derramaré sobre ti mi ira: el fuego de mi enojo haré encender sobre
ti, y te entregaré en mano de hombres temerarios, artífices de
destrucción. 21.37 (21.32)
Del fuego serás para ser consumido; tu sangre será en medio de la
tierra; no habrá más memoria de ti: porque yo Jehová he hablado. ▲22.1 Y FUÉ á mí palabra de
Jehová, diciendo: 22.2
Y tú, hijo del hombre, ¿no juzgarás tú, no juzgarás tú á la ciudad
derramadora de sangre, y le mostrarás todas sus abominaciones? 22.3
Dirás, pues: Así ha dicho el Señor Jehová: ¡Ciudad derramadora de
sangre en medio de sí, para que venga su hora, y que hizo ídolos contra
sí misma para contaminarse! 22.4
En tu sangre que derramaste has pecado, y te has contaminado en tus
ídolos que hiciste; y has hecho acercar tus días, y has llegado á tus
años: por tanto te he dado en oprobio á las gentes, y en escarnio á
todas las tierras. 22.5 Las
que están cerca, y las que están lejos de ti, se reirán de ti,
amancillada de fama, y de grande turbación. 22.6 He
aquí que los príncipes de Israel, cada uno según su poder, fueron en ti
para derramar sangre. 22.7
Al padre y á la madre despreciaron en ti: al extranjero trataron con
calumnia en medio de ti: al huérfano y á la viuda despojaron en ti. 22.8 Mis
santuarios menospreciaste, y mis sábados has profanado. 22.9
Calumniadores hubo en ti para derramar sangre; y sobre los montes
comieron en ti: hicieron en medio de ti suciedades. 22.10 La
desnudez del padre descubrieron en ti; la inmunda de menstruo forzaron
en ti. 22.11
Y cada uno hizo abominación con la mujer de su prójimo; y cada uno
contaminó su nuera torpemente; y cada uno forzó en ti á su hermana,
hija de su padre. 22.12
Precio recibieron en ti para derramar sangre; usura y logro tomaste, y
á tus prójimos defraudaste con violencia: olvidástete de mí, dice el
Señor Jehová. 22.13 Y he
aquí, que herí mi mano á causa de tu avaricia que cometiste, y á causa
de tus sangres que fueron en medio de ti. 22.14
¿Estará firme tu corazón? ¿tus manos serán fuertes en los días que
obraré yo contra ti? Yo Jehová he hablado, y harélo. 22.15 Y yo
te esparciré por las gentes, y te aventaré por las tierras; y haré
fenecer de ti tu inmundicia. 22.16 Y
tomarás heredad en ti á los ojos de las gentes; y sabrás que yo soy
Jehová. 22.17 Y fué
á mí palabra de Jehová, diciendo: 22.18
Hijo del hombre, la casa de Israel se me ha tornado en escoria: todos
ellos son metal, y estaño, y hierro, y plomo, en medio del horno;
escorias de plata se tornaron. 22.19
Por tanto, así ha dicho el Señor Jehová: Por cuanto todos vosotros os
habéis tornado en escorias, por tanto, he aquí que yo os junto en medio
de Jerusalem. 22.20
Como quien junta plata y metal y hierro y plomo y estaño en medio del
horno, para encender fuego en él para fundir; así os juntaré en mi
furor y en mi ira, y haré reposar, y os fundiré. 22.21 Yo os
juntaré y soplaré sobre vosotros en el fuego de mi furor, y en medio de
él seréis fundidos. 22.22
Como se funde la plata en medio del horno, así seréis fundidos en medio
de él; y sabréis que yo Jehová habré derramado mi enojo sobre vosotros. 22.23 Y fué
á mí palabra de Jehová, diciendo: 22.24 Hijo
del hombre, di á ella: Tú no eres tierra limpia, ni rociada con lluvia
en el día del furor. 22.25
La conjuración de sus profetas en medio de ella, como león bramando que
arrebata presa: devoraron almas, tomaron haciendas y honra, aumentaron
sus viudas en medio de ella. 22.26
Sus sacerdotes violentaron mi ley, y contaminaron mis santuarios: entre
lo santo y lo profano no hicieron diferencia, ni distinguieron entre
inmundo y limpio; y de mis sábados escondieron sus ojos, y yo era
profanado en medio de ellos. 22.27
Sus príncipes en medio de ella como lobos que arrebataban presa,
derramando sangre, para destruir las almas, para pábulo de su avaricia. 22.28
Y sus profetas revocaban con lodo suelto, profetizándoles vanidad, y
adivinándoles mentira, diciendo: Así ha dicho el Señor Jehová; y Jehová
no había hablado. 22.29
El pueblo de la tierra usaba de opresión, y cometía robo, y al afligido
y menesteroso hacían violencia, y al extranjero oprimían sin derecho. 22.30
Y busqué de ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese al
portillo delante de mí por la tierra, para que yo no la destruyese; y
no lo hallé. 22.31
Por tanto derramé sobre ellos mi ira; con el fuego de mi ira los
consumí: torné el camino de ellos sobre su cabeza, dice el Señor Jehová. ▲23.1 Y FUÉ á mí palabra de
Jehová, diciendo: 23.2 Hijo
del hombre, hubo dos mujeres, hijas de una madre, 23.3
Las cuales fornicaron en Egipto; en sus mocedades fornicaron. Allí
fueron apretados sus pechos, y allí fueron estrujados los pechos de su
virginidad. 23.4 Y
llamábanse, la mayor, Aholah, y su hermana, Aholibah; las cuales fueron
mías, y parieron hijos é hijas. Y llamáronse, Samaria, Aholah; y
Jerusalem, Aholibah. 23.5 Y
Aholah cometió fornicación en mi poder: y prendóse de sus amantes, los
Asirios sus vecinos, 23.6
Vestidos de cárdeno, capitanes y príncipes, mancebos todos de codiciar,
caballeros que andaban á caballo. 23.7
Y puso sus fornicaciones con ellos, con todos los más escogidos de los
hijos de los Asirios, y con todos aquellos de quienes se enamoró:
contaminóse con todos los ídolos de ellos. 23.8
Y no dejó sus fornicaciones de Egipto: porque con ella se echaron en su
mocedad, y ellos comprimieron los pechos de su virginidad, y derramaron
sobre ella su fornicación. 23.9 Por lo
cual la entregué en mano de sus amantes, en mano de los hijos de los
Asirios, de quienes se había enamorado. 23.10
Ellos descubrieron sus vergüenzas, tomaron sus hijos y sus hijas, y á
ella mataron á cuchillo: y vino á ser de nombre entre las mujeres, pues
en ella hicieron juicios. 23.11 Y
viólo su hermana Aholibah, y estragó su amor más que ella; y sus
fornicaciones, más que las fornicaciones de su hermana. 23.12
Enamoróse de los hijos de los Asirios, sus vecinos, capitanes y
príncipes, vestidos en perfección, caballeros que andaban á caballo,
todos ellos mancebos de codiciar. 23.13 Y vi
que se había contaminado: un camino era el de ambas. 23.14 Y
aumentó sus fornicaciones: pues cuando vió hombres pintados en la
pared, imágenes de Caldeos pintadas de color, 23.15
Ceñidos de talabartes por sus lomos, y tiaras pintadas en sus cabezas,
teniendo todos ellos parecer de capitanes, á la manera de los hombres
de Babilonia, nacidos en tierra de Caldeos, 23.16
Enamoróse de ellos en viéndolos, y envióles mensajeros á la tierra de
los Caldeos. 23.17
Y entraron á ella los hombres de Babilonia á la cama de los amores, y
contamináronla con su fornicación; y ella también se contaminó con
ellos, y su deseo se hartó de ellos. 23.18
Así hizo patentes sus fornicaciones, y descubrió sus vergüenzas: por lo
cual mi alma se hartó de ella, como se había ya hartado mi alma de su
hermana. 23.19 Aun
multiplicó sus fornicaciones trayendo en memoria los días de su
mocedad, en los cuales había fornicado en la tierra de Egipto. 23.20 Y
enamoróse de sus rufianes, cuya carne es como carne de asnos, y cuyo
flujo como flujo de caballos. 23.21 Así
tornaste á la memoria la suciedad de tu mocedad, cuando comprimieron
tus pechos en Egipto por los pechos de tu mocedad. 23.22
Por tanto, Aholibah, así ha dicho el Señor Jehová: He aquí que yo
despierto tus amantes contra ti, de los cuales se hartó tu deseo, y yo
les haré venir contra ti en derredor; 23.23
Los de Babilonia, y todos los Caldeos, mayordomos, y príncipes, y
capitanes, todos los de Asiria con ellos: mancebos todos ellos de
codiciar, capitanes y príncipes, nobles y principales, que montan á
caballo todos ellos. 23.24
Y vendrán sobre ti carros, carretas, y ruedas, y multitud de pueblos.
Escudos, y paveses, y capacetes pondrán contra ti en derredor; y yo
daré el juicio delante de ellos, y por sus leyes te juzgarán. 23.25
Y pondré mi celo contra ti, y obrarán contigo con furor; quitarte han
tu nariz y tus orejas; y lo que te quedare caerá á cuchillo. Ellos
tomarán tus hijos y tus hijas, y tu residuo será consumido por el fuego. 23.26 Y te
desnudarán de tus vestidos, y tomarán los vasos de tu gloria. 23.27
Y haré cesar de ti tu suciedad, y tu fornicación de la tierra de
Egipto: ni más levantarás á ellos tus ojos, ni nunca más te acordarás
de Egipto. 23.28
Porque así ha dicho el Señor Jehová: He aquí, yo te entrego en mano de
aquellos que tú aborreciste, en mano de aquellos de los cuales se hartó
tu deseo: 23.29 Los
cuales obrarán contigo con odio, y tomarán todo lo que tú trabajaste, y
te dejarán desnuda y descubierta: y descubriráse la torpeza de tus
fornicaciones, y tu suciedad, y tus fornicaciones. 23.30 Estas
cosas se harán contigo, porque fornicaste en pos de las gentes, con las
cuales te contaminaste en sus ídolos. 23.31 En el
camino de tu hermana anduviste: yo pues pondré su cáliz en tu mano. 23.32
Así ha dicho el Señor Jehová: Beberás el hondo y ancho cáliz de tu
hermana; de ti se mofarán las gentes, y te escarnecerán: de grande
cabida es. 23.33 Serás
llena de embriaguez y de dolor por el cáliz de soledad y de
asolamiento, por el cáliz de tu hermana Samaria. 23.34 Lo
beberás pues, y lo agotarás, y quebrarás sus tiestos; y tus pechos
arrancarás; porque yo he hablado, dice el Señor Jehová. 23.35
Por tanto, así ha dicho el Señor Jehová: Por cuanto te has olvidado de
mí, y me has echado tras tus espaldas, por eso, lleva tú también tu
suciedad y tus fornicaciones. 23.36 Y
díjome Jehová: Hijo del hombre, ¿no juzgarás tú á Aholah, y á Aholibah,
y les denunciarás sus abominaciones? 23.37
Porque han adulterado, y hay sangre en sus manos, y han fornicado con
sus ídolos; y aun sus hijos que me habían engendrado, hicieron pasar
por el fuego, quemándolos. 23.38 Aun
esto más me hicieron: contaminaron mi santuario en aquel día, y
profanaron mis sábados; 23.39
Pues habiendo sacrificado sus hijos á sus ídolos, entrábanse en mi
santuario el mismo día para contaminarlo: y he aquí, así hicieron en
medio de mi casa. 23.40
Y cuanto más, que enviaron por hombres que vienen de lejos, á los
cuales había sido enviado mensajero: y he aquí vinieron; y por amor de
ellos te lavaste, y alcoholaste tus ojos, y te ataviaste con adornos: 23.41 Y te
sentaste sobre suntuoso estrado, y fué adornada mesa delante de él, y
sobre ella pusiste mi perfume y mi óleo. 23.42
Y oyóse en ella voz de compañía en holganza: y con los varones fueron
traídos de la gente común los Sabeos del desierto; y pusieron manillas
sobre sus manos, y coronas de gloria sobre sus cabezas. 23.43 Y
dije á la envejecida en adulterios: Sus prostituciones cumplirán ellos
ahora, y ella con ellos: 23.44
Porque han venido á ella como quien viene á mujer ramera: así vinieron
á Aholah y á Aholibah, mujeres depravadas. 23.45
Por tanto, hombres justos las juzgarán por la ley de las adúlteras, y
por la ley de las que derraman sangre: porque son adúlteras, y sangre
hay en sus manos. 23.46 Por
lo que así ha dicho el Señor Jehová: Yo haré subir contra ellas
compañías, las entregaré á turbación y á rapiña: 23.47
Y la compañía de gentes las apedreará con piedras, y las acuchillará
con sus espadas: matarán á sus hijos y á sus hijas, y sus casas
consumirán con fuego. 23.48 Y
haré cesar la depravación de la tierra, y escarmentarán todas las
mujeres, y no harán según vuestra torpeza. 23.49 Y
sobre vosotras pondrán vuestra obscenidad, y llevaréis los pecados de
vuestros ídolos; y sabréis que yo soy el Señor Jehová. ▲24.1 Y FUÉ á mí palabra de
Jehová en el noveno año, en el mes décimo, á los diez del mes, diciendo: 24.2 Hijo
del hombre, escríbete el nombre de este día: el rey de Babilonia se
puso sobre Jerusalem este mismo día. 24.3
Y habla á la casa de rebelión por parábola, y diles: Así ha dicho el
Señor Jehová: Pon una olla, ponla, y echa también en ella agua: 24.4 Junta
sus piezas en ella; todas buenas piezas, pierna y espalda; hínchela de
huesos escogidos. 24.5
Toma una oveja escogida; y también enciende los huesos debajo de ella;
haz que hierva bien; coced también sus huesos dentro de ella. 24.6
Pues así ha dicho el Señor Jehová: ¡Ay de la ciudad de sangres, de la
olla no espumada, y cuya espuma no salió de ella! Por sus piezas, por
sus piezas sácala; no caiga sobre ella suerte. 24.7
Porque su sangre fué en medio de ella: sobre una piedra alisada la
puso; no la derramó sobre la tierra para que fuese cubierta con polvo. 24.8
Habiendo, pues, hecho subir la ira para hacer venganza, yo pondré su
sangre sobre la dura piedra, para que no sea cubierta. 24.9 Por
tanto, así ha dicho el Señor Jehová: ¡Ay de la ciudad de sangres! Pues
también haré yo gran hoguera, 24.10
Multiplicando la leña, encendiendo el fuego, para consumir la carne, y
hacer la salsa; y los huesos serán quemados: 24.11
Asentando después la olla vacía sobre sus brasas, para que se caldee, y
se queme su fondo, y se funda en ella su suciedad, y se consuma su
espuma. 24.12 En
fraude se cansó, y no salió de ella su mucha espuma. En fuego será su
espuma consumida. 24.13
En tu suciedad perversa padecerás: porque te limpié, y tú no te
limpiaste de tu suciedad: nunca más te limpiarás, hasta que yo haga
reposar mi ira sobre ti. 24.14
Yo Jehová he hablado; vendrá, y harélo. No me tornaré atrás, ni tendré
misericordia, ni me arrepentiré: según tus caminos y tus obras te
juzgarán, dice el Señor Jehová. 24.15 Y fué
á mí palabra de Jehová, diciendo: 24.16 Hijo
del hombre, he aquí que yo te quito de golpe el deseo de tus ojos: no
endeches, ni llores, ni corran tus lágrimas. 24.17
Reprime el suspirar, no hagas luto de mortuorios: ata tu bonete sobre
ti, y pon tus zapatos en tus pies, y no te cubras con rebozo, ni comas
pan de hombres. 24.18 Y
hablé al pueblo por la mañana, y á la tarde murió mi mujer: y á la
mañana hice como me fué mandado. 24.19 Y
díjome el pueblo: ¿No nos enseñarás qué nos significan estas cosas que
tú haces? 24.20 Y yo
les dije: Palabra de Jehová fué á mí, diciendo: 24.21
Di á la casa de Israel: Así ha dicho el Señor Dios: He aquí yo profano
mi santuario, la gloria de vuestra fortaleza, el deseo de vuestros
ojos, y el regalo de vuestra alma: vuestros hijos y vuestras hijas que
dejasteis, caerán á cuchillo. 24.22 Y
haréis de la manera que yo hice: no os cubriréis con rebozo, ni
comeréis pan de hombres; 24.23
Y vuestros bonetes estarán sobre vuestras cabezas, y vuestros zapatos
en vuestros pies: no endecharéis ni lloraréis, sino que os consumiréis
á causa de vuestras maldades, y gemiréis unos con otros. 24.24
Ezequiel pues os será por señal; según todas las cosas que él hizo,
haréis: en viniendo esto, entonces sabréis que yo soy el Señor Jehová. 24.25
Y tú, hijo del hombre, el día que yo quitaré de ellos su fortaleza, el
gozo de su gloria, el deseo de sus ojos, y el cuidado de sus almas, sus
hijos y sus hijas, 24.26 Este
día vendrá á ti un escapado para traer las nuevas. 24.27
En aquel día se abrirá tu boca para hablar con el escapado, y hablarás,
y no estarás más mudo; y les serás por señal, y sabrán que yo soy
Jehová. ▲25.1 Y FUÉ á mí palabra de
Jehová, diciendo: 25.2 Hijo
del hombre, pon tu rostro hacia los hijos de Ammón, y profetiza sobre
ellos. 25.3
Y dirás á los hijos de Ammón: Oid palabra del Señor Jehová: Así ha
dicho el Señor Jehová: Por cuanto dijiste ¡Ea! acerca de mi santuario
que fué profanado, y sobre la tierra de Israel que fué asolada, y sobre
la casa de Judá, porque fueron en cautiverio; 25.4
Por tanto, he aquí, yo te entrego á los Orientales por heredad, y
pondrán en ti sus apriscos, y colocarán en ti sus tiendas: ellos
comerán tus sementeras, y beberán tu leche. 25.5 Y
pondré á Rabba por habitación de camellos, y á los hijos de Ammón por
majada de ovejas; y sabréis que yo soy Jehová. 25.6
Porque así ha dicho el Señor Jehová: Por cuanto tú batiste tus manos, y
pateaste, y te gozaste del alma en todo tu menosprecio sobre la tierra
de Israel; 25.7 Por
tanto, he aquí yo extenderé mi mano sobre ti, y te entregaré á las
gentes para ser saqueada; y yo te cortaré de entre los pueblos, y te
destruiré de entre las tierras: te raeré; y sabrás que yo soy Jehová. 25.8 Así ha
dicho el Señor Jehová: Por cuanto dijo Moab y Seir: He aquí la casa de
Judá es como todas las gentes; 25.9
Por tanto, he aquí yo abro el lado de Moab desde las ciudades, desde
sus ciudades que están en su confín, las tierras deseables de
Beth-jesi-moth, y Baal-meón, y Chîriathaim, 25.10
A los hijos del oriente contra los hijos de Ammón; y entregaréla por
heredad para que no haya más memoria de los hijos de Ammón entre las
gentes. 25.11
También en Moab haré juicios; y sabrán que yo soy Jehová. 25.12
Así ha dicho el Señor Jehová: Por lo que hizo Edom tomando venganza de
la casa de Judá, pues delinquieron en extremo, y se vengaron de ellos; 25.13
Por tanto, así ha dicho el Señor Jehová: Yo también extenderé mi mano
sobre Edom, y talaré de ella hombres y bestias, y la asolaré: desde
Temán y Dedán caerán á cuchillo. 25.14
Y pondré mi venganza en Edom por la mano de mi pueblo Israel; y harán
en Edom según mi enojo y según mi ira: y conocerán mi venganza, dice el
Señor Jehová. 25.15
Así ha dicho el Señor Jehová: Por lo que hicieron los Palestinos con
venganza, cuando se vengaron con despecho de ánimo, destruyendo por
antiguas enemistades; 25.16
Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí yo extiendo mi mano sobre los
Palestinos, y talaré los Ceretheos, y destruiré el resto de la ribera
de la mar. 25.17 Y
haré en ellos grandes venganzas con reprensiones de ira; y sabrán que
yo soy Jehová, cuando diere mi venganza en ellos. ▲26.1 Y ACONTECIO en el undécimo
año, en el primero del mes, que fué á mí palabra de Jehová, diciendo: 26.2
Hijo del hombre, por cuanto dijo Tiro sobre Jerusalem: Ea, bien:
quebrantada es la que era puerta de las naciones: á mí se volvió: seré
llena; ella desierta: 26.3
Por tanto, así ha dicho el Señor Jehová: He aquí yo contra ti, oh Tiro,
y haré subir contra ti muchas gentes, como la mar hace subir sus ondas. 26.4 Y
demolerán los muros de Tiro, y derribarán sus torres: y raeré de ella
su polvo, y la dejaré como una peña lisa. 26.5
Tendedero de redes será en medio de la mar, porque yo he hablado, dice
el Señor Jehová: y será saqueada de las gentes. 26.6 Y sus
hijas que están en el campo, serán muertas á cuchillo; y sabrán que yo
soy Jehová. 26.7
Porque así ha dicho el Señor Jehová: He aquí que del aquilón traigo yo
contra Tiro á Nabucodonosor, rey de Babilonia, rey de reyes, con
caballos, y carros, y caballeros, y compañías, y mucho pueblo. 26.8
Tus hijas que están en el campo matará á cuchillo; y pondrá contra ti
ingenios, y fundará contra ti baluarte, y afirmará contra ti escudo. 26.9 Y
pondrá contra ella arietes, contra tus muros, y tus torres destruirá
con sus martillos. 26.10
Por la multitud de sus caballos te cubrirá el polvo de ellos: con el
estruendo de los caballeros, y de las ruedas, y de los carros,
temblarán tus muros, cuando entrare por tus puertas como por portillos
de ciudad destruída. 26.11
Con las uñas de sus caballos hollará todas tus calles; á tu pueblo
matará á cuchillo, y las estatuas de tu fortaleza caerán á tierra. 26.12
Y robarán tus riquezas, y saquearán tus mercaderías: y arruinarán tus
muros, y tus casas preciosas destruirán; y pondrán tus piedras y tu
madera y tu polvo en medio de las aguas. 26.13 Y
haré cesar el estrépito de tus canciones, y no se oirá más el son de
tus vihuelas. 26.14
Y te pondré como una peña lisa: tendedero de redes serás; ni nunca más
serás edificada: porque yo Jehová he hablado, dice el Señor Jehová. 26.15
Así ha dicho el Señor Jehová á Tiro: ¿No se estremecerán las islas al
estruendo de tu caída, cuando gritarán los heridos, cuando se hará la
matanza en medio de ti? 26.16
Entonces todos los príncipes de la mar descenderán de sus sillas, y se
quitarán sus mantos, y desnudarán sus bordadas ropas: de espanto se
vestirán, sentaránse sobre la tierra, y temblarán á cada momento, y
estarán sobre ti atónitos. 26.17
Y levantarán sobre ti endechas, y te dirán: ¿Cómo pereciste tú, poblada
en los mares, ciudad que fué alabada, que fué fuerte en la mar, ella y
sus habitantes, que ponían su espanto á todos sus moradores? 26.18 Ahora
se estremecerán las islas en el día de tu caída, sí, las islas que
están en la mar se espantarán de tu éxito. 26.19
Porque así ha dicho el Señor Jehová: Yo te tornaré ciudad asolada, como
las ciudades que no se habitan; haré subir sobre ti el abismo, y las
muchas aguas te cubrirán. 26.20
Y te haré descender con los que descienden al sepulcro, con el pueblo
del siglo: y te pondré en lo más bajo de la tierra, como los desiertos
antiguos, con los que descienden al sepulcro, para que nunca más seas
poblada; y yo daré gloria en la tierra de los vivientes. 26.21 Yo te
tornaré en espanto, y no serás: y serás buscada, y nunca más serás
hallada, dice el Señor Jehová. ▲27.1 Y FUÉ á mí palabra de
Jehová, diciendo: 27.2 Y tú,
hijo del hombre, levanta endechas sobre Tiro. 27.3
Y dirás á Tiro, que está asentada á las entradas de la mar, mercadera
de los pueblos de muchas islas: Así ha dicho el Señor Jehová: Tiro, tú
has dicho: Yo soy de perfecta hermosura. 27.4 En el
corazón de las mares están tus términos: los que te edificaron
completaron tu belleza. 27.5 De
hayas del monte Senir te fabricaron todas las tillas: tomaron cedros
del Líbano para hacerte el mástil. 27.6 De
castaños de Basán hicieron tus remos: compañía de Asirios hicieron tus
bancos de marfil de las islas de Chittim. 27.7
De fino lino bordado de Egipto fué tu cortina, para que te sirviese de
vela; de cárdeno y grana de las islas de Elisah fué tu pabellón. 27.8 Los
moradores de Sidón y de Arvad fueron tus remeros: tus sabios, oh Tiro,
estaban en ti; ellos fueron tus pilotos. 27.9
Los ancianos de Gebal y sus sabios repararon tus hendiduras: todas las
galeras de la mar y los remeros de ellas fueron en ti para negociar tus
negocios. 27.10
Persas y Lidios, y los de Phut, fueron en tu ejército tus hombres de
guerra: escudos y capacetes colgaron en ti; ellos te dieron tu honra. 27.11
Y los hijos de Arvad con tu ejército estuvieron sobre tus muros
alrededor, y los Gammadeos en tus torres: sus escudos colgaron sobre
tus muros alrededor; ellos completaron tu hermosura. 27.12
Tarsis tu mercadera á causa de la multitud de todas riquezas en plata,
hierro, estaño, y plomo, dió en tus ferias. 27.13
Grecia, Tubal, y Mesec, tus mercaderes, con hombres y con vasos de
metal, dieron en tus ferias. 27.14 De la
casa de Togarma, caballos y caballeros y mulos, dieron en tu mercado. 27.15
Los hijos de Dedán eran tus negociantes: muchas islas tomaban
mercadería de tu mano; cuernos de marfil y pavos te dieron en presente. 27.16
Siria fué tu mercadera por la multitud de tus labores: con perlas, y
púrpura, y vestidos bordados, y linos finos, y corales, y rubíes, dió
en tus ferias. 27.17
Judá, y la tierra de Israel, eran tus mercaderes: con trigos de Minith,
y pannah, y miel, y aceite, y resina, dieron en tu mercado. 27.18
Damasco, tu mercadera por la multitud de tus labores, por la abundancia
de todas riquezas, con vino de Helbón, y lana blanca. 27.19
Asimismo Dan y el errante Javán dieron en tus ferias, para negociar en
tu mercado de hierro labrado, mirra destilada, y caña aromática. 27.20 Dedán
fué tu mercadera con paños preciosos para carros. 27.21
Arabia y todos los príncipes de Cedar, mercaderes de tu mano en
corderos, y carneros, y machos cabríos: en estas cosas fueron tus
mercaderes. 27.22 Los
mercaderes de Seba y de Raama fueron tus mercaderes: con lo principal
de toda especiería, y toda piedra preciosa, y oro, dieron en tus ferias. 27.23
Harán, y Canneh, y Edén, los mercaderes de Seba, de Asiria, y Chilmad,
contigo contrataban. 27.24
Estos tus mercaderes negociaban contigo en varias cosas: en mantos de
jacinto, y bordados, y en cajas de ropas preciosas, enlazadas con
cordones, y en madera de cedro. 27.25
Las naves de Tarsis, tus cuadrillas, fueron en tu negociación: y fuiste
llena, y fuiste multiplicada en gran manera en medio de los mares. 27.26 En
muchas aguas te engolfaron tus remeros: viento solano te quebrantó en
medio de los mares. 27.27
Tus riquezas, y tus mercaderías, y tu negociación, tus remeros, y tus
pilotos, los reparadores de tus hendiduras, y los agentes de tus
negocios, y todos tus hombres de guerra que hay en ti, con toda tu
compañía que en medio de ti se halla, caerán en medio de los mares el
día de tu caída. 27.28 Al
estrépito de las voces de tus marineros temblarán los arrabales. 27.29 Y
descenderán de sus naves todos los que toman remo; remeros, y todos los
pilotos de la mar se pararán en tierra: 27.30 Y
harán oir su voz sobre ti, y gritarán amargamente, y echarán polvo
sobre sus cabezas, y se revolcarán en la ceniza. 27.31 Y
haránse por ti calva, y se ceñirán de sacos, y endecharán por ti
endechas amargas, con amargura de alma. 27.32
Y levantarán sobre ti endechas en sus lamentaciones, y endecharán sobre
ti diciendo: ¿Quién como Tiro, como la destruída en medio de la mar? 27.33
Cuando tus mercaderías salían de las naves, hartabas muchos pueblos:
los reyes de la tierra enriqueciste con la multitud de tus riquezas y
de tus contrataciones. 27.34
En el tiempo que serás quebrantada de los mares en los profundos de las
aguas, tu comercio y toda tu compañía caerán en medio de ti. 27.35 Todos
los moradores de las islas se maravillarán sobre ti, y sus reyes
temblarán de espanto: inmutaránse en sus rostros. 27.36 Los
mercaderes en los pueblos silbarán sobre ti: vendrás á ser espanto, y
dejarás de ser para siempre. ▲28.1 Y FUÉ á mí palabra de
Jehová, diciendo: 28.2
Hijo del hombre, di al príncipe de Tiro: Así ha dicho el Señor Jehová:
Por cuanto se enalteció tu corazón y dijiste: Yo soy un dios; en la
silla de Dios estoy sentado en medio de los mares (siendo tú hombre y
no Dios); y has puesto tu corazón como corazón de Dios: 28.3 He
aquí que tú eres más sabio que Daniel; no hay secreto que te sea oculto; 28.4 Con tu
sabiduría y con tu prudencia te has juntado riquezas, y has adquirido
oro y plata en tus tesoros; 28.5
Con la grandeza de tu sabiduría en tu contratación has multiplicado tus
riquezas; y á causa de tus riquezas se ha enaltecido tu corazón. 28.6 Por
tanto, así ha dicho el Señor Jehová: Por cuanto pusiste tu corazón como
corazón de Dios, 28.7
Por tanto, he aquí yo traigo sobre ti extraños, los fuertes de las
gentes, que desenvainarán su espadas contra la hermosura de tu
sabiduría, y ensuciarán tu esplendor. 28.8 A la
huesa te harán descender, y morirás de las muertes de los que mueren en
medio de los mares. 28.9
¿Hablarás delante de tu matador, diciendo: Yo soy Dios? Tú, hombre
eres, y no Dios, en la mano de tu matador. 28.10 De
muerte de incircuncisos morirás por mano de extraños: porque yo he
hablado, dice el Señor Jehová. 28.11 Y fué
á mí palabra de Jehová, diciendo: 28.12
Hijo del hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha
dicho el Señor Jehová: Tú echas el sello á la proporción, lleno de
sabiduría, y acabado de hermosura. 28.13
En Edén, en el huerto de Dios estuviste: toda piedra preciosa fué tu
vestidura; el sardio, topacio, diamante, crisólito, onique, y berilo,
el zafiro, carbunclo, y esmeralda, y oro, los primores de tus
tamboriles y pífanos estuvieron apercibidos para ti en el día de tu
creación. 28.14 Tú,
querubín grande, cubridor: y yo te puse; en el santo monte de Dios
estuviste; en medio de piedras de fuego has andado. 28.15
Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste criado,
hasta que se halló en ti maldad. 28.16
A causa de la multitud de tu contratación fuiste lleno de iniquidad, y
pecaste: por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre
las piedras del fuego, oh querubín cubridor. 28.17
Enaltecióse tu corazón á causa de tu hermosura, corrompiste tu
sabiduría á causa de tu resplandor: yo te arrojaré por tierra; delante
de los reyes te pondré para que miren en ti. 28.18
Con la multitud de tus maldades, y con la iniquidad de tu contratación
ensuciaste tu santuario: yo pues saqué fuego de en medio de ti, el cual
te consumió, y púsete en ceniza sobre la tierra á los ojos de todos los
que te miran. 28.19 Todos
los que te conocieron de entre los pueblos, se maravillarán sobre ti:
en espanto serás, y para siempre dejarás de ser. 28.20 Y fué
á mí palabra de Jehová, diciendo: 28.21 Hijo
del hombre, pon tu rostro hacia Sidón, y profetiza contra ella; 28.22
Y dirás: Así ha dicho el Señor Jehová: He aquí yo contra ti, oh Sidón,
y en medio de ti seré glorificado: y sabrán que yo soy Jehová, cuando
hiciere en ella juicios, y en ella me santificare. 28.23
Y enviaré á ella pestilencia y sangre en sus plazas; y caerán muertos
en medio de ella; con espada contra ella alrededor; y sabrán que yo soy
Jehová. 28.24 Y
nunca
más será á la casa de Israel espino que le punce, ni espanto que le dé
dolor, en todos los alrededores de los que los menosprecian; y sabrán
que yo soy Jehová. 28.25
Así ha dicho el Señor Jehová: Cuando juntaré la casa de Israel de los
pueblos entre los cuales están esparcidos, entonces me santificaré en
ellos á los ojos de las gentes, y habitarán en su tierra, la cual dí á
mi siervo Jacob. 28.26
Y habitarán en ella seguros, y edificarán casas, y plantarán viñas, y
habitarán confiadamente, cuando yo haré juicios en todos los que los
despojan en sus alrededores; y sabrán que yo soy Jehová su Dios. ▲29.1 EN el año décimo, en el mes
décimo, á los doce del mes, fué á mí palabra de Jehová, diciendo: 29.2 Hijo
del hombre, pon tu rostro contra Faraón rey de Egipto, y profetiza
contra él y contra todo Egipto. 29.3
Habla, y di: Así ha dicho el Señor Jehová: He aquí yo contra ti, Faraón
rey de Egipto, el gran dragón que yace en medio de sus ríos, el cual
dijo: Mío es mi río, y yo me lo hice. 29.4
Yo pues, pondré anzuelos en tus mejillas, y pegaré los peces de tus
ríos á tus escamas, y te sacaré de en medio de tus ríos, y todos los
peces de tus ríos saldrán pegados á tus escamas. 29.5
Y dejaréte en el desierto, á ti y á todos los peces de tus ríos: sobre
la haz del campo caerás; no serás recogido, ni serás juntado: á las
bestias de la tierra y á las aves del cielo te he dado por comida. 29.6 Y
sabrán todos los moradores de Egipto que yo soy Jehová, por cuanto
fueron bordón de caña á la casa de Israel. 29.7
Cuando te tomaron con la mano, te quebraste, y les rompiste todo el
hombro: y cuando se recostaron sobre ti, te quebraste, y los deslomaste
enteramente. 29.8 Por
tanto, así ha dicho el Señor Jehová: He aquí que yo traigo contra ti
espada, y talaré de ti hombres y bestias. 29.9 Y la
tierra de Egipto será asolada y desierta: y sabrán que yo soy Jehová:
porque dijo: Mi río, y yo lo hice. 29.10
Por tanto, he aquí yo contra ti, y contra tus ríos; y pondré la tierra
de Egipto en asolamientos de la soledad del desierto, desde Migdol
hasta Seveneh, hasta el término de Etiopía. 29.11 No
pasará por ella pie de hombre, ni pie de bestia pasará por ella; ni
será habitada por cuarenta años. 29.12
Y pondré á la tierra de Egipto en soledad entre las tierras asoladas, y
sus ciudades entre las ciudades destruidas estarán asoladas por
cuarenta años: y esparciré á Egipto entre las gentes, y aventarélos por
las tierras. 29.13
Porque así ha dicho el Señor Jehová: Al fin de cuarenta años juntaré á
Egipto de los pueblos entre los cuales fueren esparcidos: 29.14
Y tornaré á traer los cautivos de Egipto, y los volveré á la tierra de
Patros, á la tierra de su habitación; y allí serán un reino bajo. 29.15
En comparación de los otros reinos será humilde; ni más se alzará sobre
las gentes: porque yo los disminuiré, para que no se enseñoreen en las
gentes. 29.16 Y no
será más á la casa de Israel por confianza, que haga acordar el pecado,
mirando en pos de ellos; y sabrán que yo soy el Señor Jehová. 29.17 Y
aconteció en el año veinte y siete, en el mes primero, al primero del
mes, que fué á mí palabra de Jehová, diciendo: 29.18
Hijo del hombre, Nabucodonosor rey de Babilonia hizo á su ejército
prestar grande servicio contra Tiro. Toda cabeza se encalveció, y
pelóse todo hombro; y ni para él ni para su ejército hubo paga de Tiro,
por el servicio que prestó contra ella. 29.19
Por tanto, así ha dicho el Señor Jehová: He aquí que yo doy á
Nabucodonosor, rey de Babilonia, la tierra de Egipto; y él tomará su
multitud, y cogerá sus despojos, y arrebatará su presa, y habrá paga
para su ejército. 29.20 Por
su trabajo con que sirvió contra ella le he dado la tierra de Egipto:
porque trabajaron por mí, dice el Señor Jehová. 29.21
En aquel tiempo haré reverdecer el cuerno á la casa de Israel, y te
daré apertura de boca en medio de ellos; y sabrán que yo soy Jehová. ▲30.1 Y FUÉ á mí palabra de
Jehová, diciendo: 30.2 Hijo
del hombre, profetiza, y di: Así ha dicho el Señor Jehová: Aullad: ¡Ay
del día! 30.3 Porque
cerca está el día, cerca está el día del Señor; día de nublado, día de
las gentes será. 30.4
Y vendrá espada á Egipto, y habrá miedo en Etiopía, cuando caerán
heridos en Egipto; y tomarán su multitud, y serán destruídos sus
fundamentos. 30.5
Etiopía, y Libia, y Lidia, y todo el conjunto de pueblo, y Chûb, y los
hijos de la tierra de la liga, caerán con ellos á cuchillo. 30.6
Así ha dicho Jehová: También caerán los que sostienen á Egipto, y la
altivez de su fortaleza caerá: desde Migdol hasta Seveneh caerán en él
á cuchillo, dice el Señor Jehová. 30.7 Y
serán asolados entre las tierras asoladas, y sus ciudades serán entre
las ciudades desiertas. 30.8 Y
sabrán que yo soy Jehová, cuando pusiere fuego á Egipto, y fueren
quebrantados todos sus ayudadores. 30.9
En aquel tiempo saldrán mensajeros de delante de mí en navíos, á
espantar á Etiopía la confiada, y tendrán espanto como en el día de
Egipto: porque he aquí viene. 30.10 Así
ha dicho el Señor Jehová: Haré cesar la multitud de Egipto por mano de
Nabucodonosor, rey de Babilonia. 30.11
El, y con él su pueblo, los más fuertes de las gentes, serán traídos á
destruir la tierra: y desenvainarán sus espadas sobre Egipto, y
henchirán la tierra de muertos. 30.12
Y secaré los ríos, y entregaré la tierra en manos de malos, y destruiré
la tierra y su plenitud por mano de extranjeros: yo Jehová he hablado. 30.13
Así ha dicho el Señor Jehová: Destruiré también las imágenes, y haré
cesar los ídolos de Memphis; y no habrá más príncipe de la tierra de
Egipto, y en la tierra de Egipto pondré temor. 30.14 Y
asolaré á Patros, y pondré fuego á Zoán, y haré juicios en No. 30.15 Y
derramaré mi ira sobre Sin, fortaleza de Egipto, y talaré la multitud
de No. 30.16 Y
pondré fuego á Egipto; Sin tendrá gran dolor, y No será destrozada, y
Memphis tendrá continuas angustias. 30.17 Los
mancebos de Avén y de Pibeseth caerán á cuchillo; y ellas irán en
cautiverio. 30.18
Y en Tehaphnes será cerrado el día, cuando quebrantaré yo allí las
barras de Egipto, y cesará en ella la soberbia de su fortaleza: nublado
la cubrirá, y los moradores de sus aldeas irán en cautiverio. 30.19 Haré
pues juicios en Egipto y sabrán que yo soy Jehová. 30.20 Y
aconteció en el año undécimo, en el mes primero, á los siete del mes,
que fué á mí palabra de Jehová, diciendo: 30.21
Hijo del hombre, quebrantado he el brazo de Faraón rey de Egipto; y he
aquí que no ha sido vendado poniéndo le medicinas, poniéndole faja para
ligarlo, á fin de vigorizarle para que pueda tener espada. 30.22
Por tanto, así ha dicho el Señor Jehová: Heme aquí contra Faraón rey de
Egipto, y quebraré sus brazos, el fuerte y el fracturado, y haré que la
espada se le caiga de la mano. 30.23 Y
esparciré los Egipcios entre las gentes, y aventarélos por las tierras. 30.24
Y fortificaré los brazos del rey de Babilonia, y pondré mi espada en su
mano; mas quebraré los brazos de Faraón, y delante de aquél gemirá con
gemidos de herido de muerte. 30.25
Fortificaré pues los brazos del rey de Babilonia, y los brazos de
Faraón caerán; y sabrán que yo soy Jehová, cuando yo pusiere mi espada
en la mano del rey de Babilonia, y él la extendiere sobre la tierra de
Egipto. 30.26 Y
esparciré los Egipcios entre las gentes, y los aventaré por las
tierras; y sabrán que yo soy Jehová. ▲31.1 Y ACONTECIO en el año
undécimo, en el mes tercero, al primero del mes, que fué á mí palabra
de Jehová, diciendo: 31.2 Hijo
del hombre, di á Faraón rey de Egipto, y á su pueblo: ¿A quién te
comparaste en tu grandeza? 31.3
He aquí era el Asirio cedro en el Líbano, hermoso en ramas, y umbroso
con sus ramos, y de grande altura, y su copa estaba entre densas ramas. 31.4
Las aguas lo hicieron crecer, encumbrólo el abismo: sus ríos iban
alrededor de su pie, y á todos los árboles del campo enviaba sus
corrientes. 31.5 Por
tanto, se encumbró su altura sobre todos los árboles del campo, y
multiplicáronse sus ramos, y á causa de las muchas aguas se alargaron
sus ramas que había echado. 31.6
En sus ramas hacían nido todas las aves del cielo, y debajo de su
ramaje parían todas las bestias del campo, y á su sombra habitaban
muchas gentes. 31.7
Hízose, pues, hermoso en su grandeza con la extensión de sus ramas;
porque su raíz estaba junto á muchas aguas. 31.8
Los cedros no lo cubrieron en el huerto de Dios: las hayas no fueron
semejantes á sus ramas, ni los castaños fueron semejantes á sus ramos:
ningún árbol en el huerto de Dios fué semejante á él en su hermosura. 31.9
Hícelo hermoso con la multitud de sus ramas; y todos los árboles de
Edén, que estaban en el huerto de Dios, tuvieron de él envidia. 31.10
Por tanto, así dijo el Señor Jehová: Por cuanto te encumbraste en
altura, y puso su cumbre entre densas ramas, y su corazón se elevó con
su altura, 31.11 Yo lo
entregaré en mano del fuerte de las gentes, que de cierto le manejará:
por su impiedad lo he arrojado. 31.12
Y le cortarán extraños, los fuertes de las gentes, y lo abandonarán:
sus ramas caerán sobre los montes y por todos los valles, y por todas
las arroyadas de la tierra serán quebrados sus ramos; é iránse de su
sombra todos los pueblos de la tierra, y lo dejarán. 31.13 Sobre
su ruina habitarán todas las aves del cielo, y sobre su ramas estarán
todas las bestias del campo: 31.14
Para que no se eleven en su altura los árboles todos de las aguas, ni
levanten su cumbre entre las espesuras, ni en sus ramas se paren por su
altura todos los que beben aguas: porque todos serán entregados á
muerte, á la tierra baja, en medio de los hijos de los hombres, con los
que descienden á la huesa. 31.15
Así ha dicho el Señor Jehová: El día que descendió á la sepultura, hice
hacer luto, hice cubrir por él el abismo, y detuve sus ríos, y las
muchas aguas fueron detenidas: y al Líbano cubrí de tinieblas por él, y
todos los árboles del campo se desmayaron. 31.16
Del estruendo de su caída hice temblar las gentes, cuando les hice
descender á la fosa con todos los que descienden á la sepultura; y
todos los árboles de Edén escogidos, y los mejores del Líbano, todos
los que beben aguas, tomaron consolación en la tierra baja. 31.17
También ellos descendieron con él á la fosa, con los muertos á
cuchillo, los que fueron su brazo, los que estuvieron á su sombra en
medio de las gentes. 31.18
¿A quién te has comparado así en gloria y en grandeza entre los árboles
de Edén? Pues derrribado serás con los árboles de Edén en la tierra
baja: entre los incircuncisos yacerás, con los muertos á cuchillo. Este
es Faraón y todo su pueblo, dice el Señor Jehová. ▲32.1 Y ACONTECIO en el año
duodécimo, en el mes duodécimo, al primero del mes, que fué á mí
palabra de Jehová, diciendo: 32.2
Hijo del hombre, levanta endechas sobre Faraón rey de Egipto, y dile: A
leoncillo de gentes eres semejante, y eres como la ballena en los
mares: que secabas tus ríos, y enturbiabas las aguas con tus pies, y
hollabas sus riberas. 32.3 Así ha
dicho el Señor Jehová: Yo extenderé sobre ti mi red con reunión de
muchos pueblos, y te harán subir con mi esparavel. 32.4
Y te dejaré en tierra, te echaré sobre la haz del campo, y haré que se
asienten sobre ti todas las aves del cielo, y hartaré de ti las bestias
de toda la tierra. 32.5 Y
pondré tus carnes sobre los montes, y henchiré los valles de tu altura. 32.6 Y
regaré de tu sangre la tierra donde nadas, hasta los montes; y los
arroyos se henchirán de ti. 32.7
Y cuando te habré muerto, cubriré los cielos, y haré entenebrecer sus
estrellas: el sol cubriré con nublado, y la luna no hará resplandecer
su luz. 32.8 Todas
las lumbreras de luz haré entenebrecer en el cielo por ti, y pondré
tinieblas sobre tu tierra, dice el Señor Jehová. 32.9
Y entristeceré el corazón de muchos pueblos, cuando llevaré tu
quebrantamiento sobre las gentes, por las tierras que no conociste. 32.10
Y haré atónitos sobre ti muchos pueblos, y sus reyes tendrán á causa de
ti horror grande, cuando haré resplandecer mi espada delante de sus
rostros, y todos se sobresaltarán en sus ánimos á cada momento en el
día de tu caída. 32.11
Porque así ha dicho el Señor Jehová: La espada del rey de Babilonia
vendrá sobre ti. 32.12
Con espadas de fuertes haré caer tu pueblo; todos ellos serán los
fuertes de las gentes: y destruirán la soberbia de Egipto, y toda su
multitud será deshecha. 32.13 Todas
sus bestias destruiré de sobre las muchas aguas: ni más las enturbiará
pie de hombre, ni uña de bestias las enturbiarán. 32.14
Entonces haré asentarse sus aguas, y haré ir sus ríos como aceite, dice
el Señor Jehová. 32.15
Cuando asolaré la tierra de Egipto, y la tierra fuere asolada de su
plenitud, cuando heriré á todos los que en ella moran, sabrán que yo
soy Jehová. 32.16
Esta es la endecha, y cantarla han: las hijas de las gentes la
cantarán: endecharán sobre Egipto, y sobre toda su multitud, dice el
Señor Jehová. 32.17 Y
aconteció en el año duodécimo, á los quince del mes, que fué á mí
palabra de Jehová, diciendo: 32.18
Hijo del hombre, endecha sobre la multitud de Egipto, y despéñalo á él,
y á las villas de las gentes fuertes, en la tierra de los profundos,
con los que descienden á la sepultura. 32.19
Porque eres tan hermoso, desciende, y yace con los incircuncisos. 32.20 Entre
los muertos á cuchillo caerán: al cuchillo es entregado: traedlo á él y
á todos sus pueblos. 32.21
De en medio del infierno hablarán á él los fuertes de los fuertes, con
los que le ayudaron, que descendieron, y yacen con los incircuncisos
muertos á cuchillo. 32.22 Allí
Assur con toda su gente: en derredor de él están sus sepulcros: todos
ellos cayeron muertos á cuchillo. 32.23
Sus sepulcros fueron puestos á los lados de la fosa, y su gente está
por los alrededores de su sepulcro: todos ellos cayeron muertos á
cuchillo, los cuales pusieron miedo en la tierra de los vivientes. 32.24
Allí Elam, y toda su multitud por los alrededores de su sepulcro: todos
ellos cayeron muertos á cuchillo, los cuales descendieron incircuncisos
á los más profundos lugares de la tierra, porque pusieron su terror en
la tierra de los vivientes, mas llevaron su confusión con los que
descienden al sepulcro. 32.25
En medio de los muertos le pusieron cama con toda su multitud: á sus
alrededores están sus sepulcros: todos ellos incircuncisos muertos á
cuchillo, porque fué puesto su espanto en la tierra de los vivientes,
mas llevaron su confusión con los que descienden al sepulcro: él fué
puesto en medio de los muertos. 32.26
Allí Mesech, y Tubal, y toda su multitud: sus sepulcros en sus
alrededores: todos ellos incircuncisos muertos á cuchillo, porque
habían dado su terror en la tierra de los vivientes. 32.27
Y no yacerán con los fuertes que cayeron de los incircuncisos, los
cuales descendieron al sepulcro con sus armas de guerra, y pusieron sus
espadas debajo de sus cabezas: mas sus pecados estarán sobre sus
huesos, porque fueron terror de fuertes en la tierra de los vivientes. 32.28 Tú
pues serás quebrantado entre los incircuncisos, y yacerás con los
muertos á cuchillo. 32.29
Allí Idumea, sus reyes y todos sus príncipes, los cuales con su
fortaleza fueron puestos con los muertos á cuchillo: ellos yacerán con
los incircuncisos, y con los que descienden al sepulcro. 32.30
Allí los príncipes del aquilón, todos ellos, y todos los de Sidón, que
con su terror descendieron con los muertos, avergonzados de su
fortaleza, yacen también incircuncisos con los muertos á cuchillo, y
llevaron su confusión con los que descienden al sepulcro. 32.31 A
estos verá Faraón, y consolaráse sobre toda su multitud; Faraón muerto
á cuchillo, y todo su ejército, dice el Señor Jehová. 32.32
Porque yo puse mi terror en la tierra de los vivientes, también yacerá
entre los incircuncisos con los muertos á cuchillo, Faraón y toda su
multitud, dice el Señor Jehová. ▲33.1 Y FUÉ á mí palabra de
Jehová, diciendo: 33.2
Hijo del hombre, habla á los hijos de tu pueblo, y diles: Cuando
trajere yo espada sobre la tierra, y el pueblo de la tierra tomare un
hombre de sus términos, y se lo pusiere por atalaya, 33.3 Y él
viere venir la espada sobre la tierra, y tocare corneta, y avisare al
pueblo; 33.4
Cualquiera que oyere el sonido de la corneta, y no se apercibiere, y
viniendo la espada lo tomare, su sangre será sobre su cabeza. 33.5 El
sonido de la corneta oyó, y no se apercibió; su sangre será sobre él:
mas el que se apercibiere, librará su vida. 33.6
Pero si el atalaya viere venir la espada, y no tocare la corneta, y el
pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, tomare de él alguno;
por causa de su pecado fué tomado, mas demandaré su sangre de mano del
atalaya. 33.7 Tú
pues, hijo del hombre, yo te he puesto por atalaya á la casa de Israel,
y oirás la palabra de mi boca, y los apercibirás de mi parte. 33.8
Diciendo yo al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para
que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, mas
su sangre yo la demandaré de tu mano. 33.9
Y si tú avisares al impío de su camino para que de él se aparte, y él
no se apartare de su camino, por su pecado morirá él, y tú libraste tu
vida. 33.10 Tú
pues,
hijo del hombre, di á la casa de Israel: Vosotros habéis hablado así,
diciendo: Nuestras rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros,
y á causa de ellos somos consumidos: ¿cómo pues viviremos? 33.11
Diles: Vivo yo, dice el Señor Jehová, que no quiero la muerte del
impío, sino que se torne el impío de su camino, y que viva. Volveos,
volveos de vuestros caminos: ¿y por qué moriréis, oh casa de Israel? 33.12
Y tú, hijo del hombre, di á los hijos de tu pueblo: La justicia del
justo no lo librará el día que se rebelare; y la impiedad del impío no
le será estorbo el día que se volviere de su impiedad; y el justo no
podrá vivir por su justicia el día que pecare. 33.13
Diciendo yo al justo: De cierto vivirá, y él confiado en su justicia
hiciere iniquidad, todas sus justicias no vendrán en memoria, sino que
morirá por su iniquidad que hizo. 33.14 Y
diciendo yo al impío: De cierto morirás; si él se volviere de su
pecado, é hiciere juicio y justicia, 33.15
Si el impío restituyere la prenda, devolviere lo que hubiere robado,
caminare en las ordenanzas de la vida, no haciendo iniquidad, vivirá
ciertamente y no morirá. 33.16 No se
le recordará ninguno de sus pecados que había cometido: hizo juicio y
justicia; vivirá ciertamente. 33.17 Luego
dirán los hijos de tu pueblo: No es recta la vía del Señor: la vía de
ellos es la que no es recta. 33.18
Cuando el justo se apartare de su justicia, é hiciere iniquidad, morirá
por ello. 33.19 Y
cuando el impío se apartare de su impiedad, é hiciere juicio y
justicia, vivirá por ello. 33.20 Y
dijisteis: No es recta la vía del Señor. Yo os juzgaré, oh casa de
Israel, á cada uno conforme á sus caminos. 33.21
Y aconteció en el año duodécimo de nuestro cautiverio, en el mes
décimo, á los cinco del mes, que vino á mí un escapado de Jerusalem,
diciendo: La ciudad ha sido herida. 33.22
Y la mano de Jehová había sido sobre mí la tarde antes que el escapado
viniese, y había abierto mi boca, hasta que vino á mí por la mañana; y
abrió mi boca, y no más estuve callado. 33.23 Y fué
á mí palabra de Jehová, diciendo: 33.24
Hijo del hombre, los que habitan aquellos desiertos en la tierra de
Israel, hablando dicen: Abraham era uno, y poseyó la tierra: pues
nosotros somos muchos; á nosotros es dada la tierra en posesión. 33.25
Por tanto, diles: Así dicho el Señor Jehová: ¿Con sangre comeréis, y á
vuestros ídolos alzaréis vuestros ojos, y sangre derramaréis, y
poseeréis vosotros la tierra? 33.26
Estuvisteis sobre vuestras espadas, hicisteis abominación, y
contaminasteis cada cual la mujer de su prójimo: ¿y habréis de poseer
la tierra? 33.27 Les
dirás así: Así ha dicho el Señor Jehová: Vivo yo, que los que están en
aquellos asolamientos caerán á cuchillo, y al que está sobre la haz del
campo entregaré á las bestias que lo devoren; y los que están en las
fortalezas y en las cuevas, de pestilencia morirán. 33.28
Y pondré la tierra en desierto y en soledad, y cesará la soberbia de su
fortaleza; y los montes de Israel serán asolados, que no haya quien
pase. 33.29 Y
sabrán que yo soy Jehová, cuando pusiere la tierra en soledad y
desierto, por todas las abominaciones que han hecho. 33.30
Y tú, hijo del hombre, los hijos de tu pueblo se mofan de ti junto á
las paredes y á las puertas de las casas, y habla el uno con el otro,
cada uno con su hermano, diciendo: Venid ahora, y oid qué palabra sale
de Jehová. 33.31 Y
vendrán á ti como viene el pueblo, y se estarán delante de ti como mi
pueblo, y oirán tus palabras, y no las pondrán por obra: antes hacen
halagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia. 33.32
Y he aquí que tú eres á ellos como cantor de amores, gracioso de voz y
que canta bien: y oirán tus palabras, mas no las pondrán por obra. 33.33
Empero cuando ello viniere (he aquí viene) sabrán que hubo profeta
entre ellos. ▲34.1 Y FUÉ á mí palabra de
Jehová, diciendo: 34.2
Hijo del hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y
diles á los pastores: Así ha dicho el Señor Jehová: ¡Ay de los pastores
de Israel, que se apacientan á sí mismos! ¿No apacientan los pastores
los rebaños? 34.3 Coméis
la leche, y os vestís de la lana: la gruesa degolláis, no apacentáis
las ovejas. 34.4
No corroborasteis las flacas, ni curasteis la enferma: no ligasteis la
perniquebrada, ni tornasteis la amontada, ni buscasteis la perdida;
sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia; 34.5 Y
están derramadas por falta de pastor; y fueron para ser comidas de toda
bestia del campo, y fueron esparcidas. 34.6
Y anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo
collado alto: y en toda la haz de la tierra fueron derramadas mis
ovejas, y no hubo quien buscase, ni quien requiriese. 34.7 Por
tanto, pastores, oid palabra de Jehová: 34.8
Vivo yo, ha dicho el Señor Jehová, que por cuanto mi rebaño fué para
ser robado, y mis ovejas fueron para ser comidas de toda bestia del
campo, sin pastor; ni mis pastores buscaron mis ovejas, sino que los
pastores se apacentaron á sí mismos, y no apacentaron mis ovejas; 34.9 Por
tanto, oh pastores, oid palabra de Jehová: 34.10
Así ha dicho el Señor Jehová: He aquí, yo á los pastores; y requeriré
mis ovejas de su mano, y haréles dejar de apacentar las ovejas: ni los
pastores se apacentarán más á sí mismos; pues yo libraré mis ovejas de
sus bocas, y no les serán más por comida. 34.11
Porque así ha dicho el Señor Jehová: He aquí, yo, yo requeriré mis
ovejas, y las reconoceré. 34.12
Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus
ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos
los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la
oscuridad. 34.13 Y yo
las sacaré de los pueblos, y las juntaré de las tierras: y las meteré
en su tierra, y las apacentaré en los montes de Israel por las riberas,
y en todas las habitaciones del país. 34.14
En buenos pastos las apacentaré, y en los altos montes de Israel será
su majada: allí dormirán en buena majada, y en pastos gruesos serán
apacentadas sobre los montes de Israel. 34.15 Yo
apacentaré mis ovejas, y yo les haré tener majada, dice el Señor Jehová. 34.16
Yo buscaré la perdida, y tornaré la amontada, y ligaré la
perniquebrada, y corroboraré la enferma: mas á la gruesa y á la fuerte
destruiré. Yo las apacentaré en juicio. 34.17
Mas vosotras, ovejas mías, así ha dicho el Señor Jehová: He aquí yo
juzgo entre oveja y oveja, entre carneros y machos cabríos. 34.18
¿Os es poco que comáis los buenos pastos, sino que holléis con vuestros
pies lo que de vuestros pastos queda; y que bebiendo las aguas
sentadas, holléis además con vuestros pies las que quedan? 34.19 Y mis
ovejas comen lo hollado de vuestros pies, y beben lo que con vuestros
pies habéis hollado. 34.20 Por
tanto, así les dice el Señor Jehová: He aquí, yo, yo juzgaré entre la
oveja gruesa y la oveja flaca, 34.21
Por cuanto rempujasteis con el lado y con el hombro, y acorneasteis con
vuestros cuernos á todas las flacas, hasta que las esparcisteis fuera. 34.22 Yo
salvaré á mis ovejas, y nunca más serán en rapiña; y juzgaré entre
oveja y oveja. 34.23 Y
despertaré sobre ellas un pastor, y él las apacentará; á mi siervo
David: él las apacentará, y él les será por pastor. 34.24 Yo
Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos.
Yo Jehová he hablado. 34.25
Y estableceré con ellos pacto de paz, y haré cesar de la tierra las
malas bestias; y habitarán en el desierto seguramente, y dormirán en
los bosques. 34.26 Y
daré á ellas, y á los alrededores de mi collado, bendición; y haré
descender la lluvia en su tiempo, lluvias de bendición serán. 34.27
Y el árbol del campo dará su fruto, y la tierra dará su fruto, y
estarán sobre su tierra seguramente; y sabrán que yo soy Jehová, cuando
quebrare las coyundas de su yugo, y los librare de mano de los que se
sirven de ellos. 34.28
Y no serán más presa de las gentes, ni las bestias de la tierra las
devorarán; sino que habitarán seguramente, y no habrá quien espante; 34.29
Y despertaréles una planta por nombre, y no más serán consumidos de
hambre en la tierra, ni serán más avergonzados de las gentes. 34.30 Y
sabrán que yo su Dios Jehová soy con ellos, y ellos son mi pueblo, la
casa de Israel, dice el Señor Jehová. 34.31 Y
vosotras, ovejas mías, ovejas de mi pasto, hombres sois, y yo vuestro
Dios, dice el Señor Jehová. ▲35.1 Y FUÉ á mí palabra de
Jehová, diciendo: 35.2 Hijo
del hombre, pon tu rostro hacia el monte de Seir, y profetiza contra él, 35.3
Y dile: Así ha dicho el Señor Jehová: He aquí yo contra ti, oh monte de
Seir, y extenderé mi mano contra ti, y te pondré en asolamiento y en
soledad. 35.4 A tus
ciudades asolaré, y tú serás asolado; y sabrás que yo soy Jehová. 35.5
Por cuanto tuviste enemistades perpetuas, y esparciste los hijos de
Israel á poder de espada en el tiempo de su aflicción, en el tiempo
extremadamente malo; 35.6
Por tanto, vivo yo, dice el Señor Jehová, que á sangre te diputaré, y
sangre te perseguirá: y pues la sangre no aborreciste, sangre te
perseguirá. 35.7 Y
pondré al monte de Seir en asolamiento y en soledad, y cortaré de él
pasante y volviente. 35.8
Y henchiré sus montes de sus muertos: en tus collados, y en tus valles,
y en todos tus arroyos, caerán ellos muertos á cuchillo. 35.9 Yo te
pondré en asolamientos perpetuos, y tus ciudades nunca más se
restaurarán; y sabréis que yo soy Jehová. 35.10 Por
cuanto dijiste: Las dos naciones y las dos tierras serán mías, y las
poseeremos, estando allí Jehová; 35.11
Por tanto, vivo yo, dice el Señor Jehová, yo haré conforme á tu ira, y
conforme á tu celo con que procediste, á causa de tus enemistades con
ellos: y seré conocido en ellos, cuando te juzgaré. 35.12
Y sabrás que yo Jehová he oído todas tus injurias que proferiste contra
los montes de Israel, diciendo: Destruídos son, nos son dados á devorar. 35.13 Y os
engrandecisteis contra mí con vuestra boca, y multiplicasteis contra mí
vuestras palabras. Yo lo oí. 35.14 Así
ha dicho el Señor Jehová: Alegrándose toda la tierra, yo te haré
soledad. 35.15
Como te alegraste sobre la heredad de la casa de Israel, porque fué
asolada, así te haré á ti: asolado será el monte de Seir, y toda
Idumea, toda ella; y sabrán que yo soy Jehová. ▲36.1 Y TU, hijo del hombre,
profetiza sobre los montes de Israel, y di: Montes de Israel, oid
palabra de Jehová: 36.2
Así ha dicho el Señor Jehová: Por cuanto el enemigo dijo sobre
vosotros: ¡Ea! también las alturas perpetuas nos han sido por heredad; 36.3
Profetiza por tanto, y di: Así ha dicho el Señor Jehová: Pues por
cuanto asolándoos y tragándoos de todas partes, para que fueseis
heredad á las otras gentes, se os ha hecho andar en boca de lenguas, y
ser el oprobio de los pueblos, 36.4
Por tanto, montes de Israel, oid palabra del Señor Jehová: Así ha dicho
el Señor Jehová á los montes y á los collados, á los arroyos y á los
valles, á las ruinas y asolamientos, y á las ciudades desamparadas, que
fueron puestas á saco y en escarnio á las otras gentes alrededor; 36.5
Por eso, así ha dicho el Señor Jehová: He hablado por cierto en el
fuego de mi celo contra las demás gentes, y contra toda Idumea, que se
disputaron mi tierra por heredad con alegría de todo corazón, con
enconamiento de ánimo, para que sus expelidos fuesen presa. 36.6
Por tanto, profetiza sobre la tierra de Israel, y di á los montes y á
los collados, y á los arroyos y á los valles: Así ha dicho el Señor
Jehová: He aquí, en mi celo y en mi furor he hablado, por cuanto habéis
llevado el oprobio de las gentes. 36.7
Por lo cual así ha dicho el Señor Jehová: Yo he alzado mi mano, que las
gentes que os están alrededor han de llevar su afrenta. 36.8
Mas vosotros, oh montes de Israel, daréis vuestros ramos, y llevaréis
vuestro fruto á mi pueblo Israel; porque cerca están para venir. 36.9 Porque
heme aquí á vosotros, y á vosotros me volveré, y seréis labrados y
sembrados. 36.10
Y haré multiplicar sobre vosotros hombres, á toda la casa de Israel,
toda ella; y las ciudades han de ser habitadas, y serán edificadas las
ruinas. 36.11 Y
multiplicaré sobre vosotros hombres y bestias, y serán multiplicados y
crecerán: y os haré morar como solíais antiguamente, y os haré más bien
que en vuestros principios; y sabréis que yo soy Jehová. 36.12
Y haré andar hombres sobre vosotros, á mi pueblo Israel; y te poseerán,
y les serás por heredad, y nunca más les matarás los hijos. 36.13
Así ha dicho el Señor Jehová: Por cuanto dicen de vosotros: Comedora de
hombres, y matadora de los hijos de tus gentes has sido: 36.14 Por
tanto, no devorarás más hombres, y nunca más matarás los hijos á tus
gentes, dice el Señor Jehová. 36.15
Y nunca más te haré oir injuria de gentes, ni más llevarás denuestos de
pueblos, ni harás más morir los hijos á tus gentes, dice el Señor
Jehová. 36.16 Y fué
á mí palabra de Jehová, diciendo: 36.17
Hijo del hombre, morando en su tierra la casa de Israel, la
contaminaron con sus caminos y con sus obras: como inmundicia de
menstruosa fué su camino delante de mí. 36.18 Y
derramé mi ira sobre ellos por las sangres que derramaron sobre la
tierra; porque con sus ídolos la contaminaron. 36.19 Y
esparcílos por las gentes, y fueron aventados por las tierras: conforme
á sus caminos y conforme á sus obras los juzgué. 36.20
Y entrados á las gentes á donde fueron, profanaron mi santo nombre,
diciéndose de ellos: Estos son pueblo de Jehová, y de su tierra de él
han salido. 36.21 Y he
tenido lástima en atención á mi santo nombre, el cual profanó la casa
de Israel entre las gentes á donde fueron. 36.22
Por tanto, di á la casa de Israel: Así ha dicho el Señor Jehová: No lo
hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo
nombre, el cual profanasteis vosotros entre las gentes á donde habéis
llegado. 36.23 Y
santificaré mi grande nombre profanado entre las gentes, el cual
profanasteis vosotros en medio de ellas; y sabrán las gentes que yo soy
Jehová, dice el Señor Jehová, cuando fuere santificado en vosotros
delante de sus ojos. 36.24 Y yo
os tomaré de las gentes, y os juntaré de todas las tierras, y os traeré
á vuestro país. 36.25
Y esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas
vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. 36.26
Y os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y
quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré corazón de
carne. 36.27 Y
pondré
dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis mandamientos,
y guardéis mis derechos, y los pongáis por obra. 36.28 Y
habitaréis en la tierra que dí á vuestros padres; y vosotros me seréis
por pueblo, y yo seré á vosotros por Dios. 36.29 Y os
guardaré de todas vuestras inmundicias; y llamaré al trigo, y lo
multiplicaré, y no os daré hambre. 36.30
Multiplicaré asimismo el fruto de los árboles, y el fruto de los
campos, porque nunca más recibáis oprobio de hambre entre las gentes. 36.31
Y os acordaréis de vuestros malos caminos, y de vuestras obras que no
fueron buenas; y os avergonzaréis de vosotros mismos por vuestras
iniquidades, y por vuestras abominaciones. 36.32
No lo hago por vosotros, dice el Señor Jehová, séaos notorio:
avergonzaos y confundíos de vuestras iniquidades, casa de Israel. 36.33
Así ha dicho el Señor Jehová: El día que os limpiaré de todas vuestras
iniquidades, haré también habitar las ciudades, y las asoladas serán
edificadas. 36.34 Y la
tierra asolada será labrada, en lugar de haber sido asolada en ojos de
todos los que pasaron; 36.35
Los cuales dijeron: Esta tierra asolada fué como huerto de Edén; y
estas ciudades desiertas y asoladas y arruinadas, fortalecidas
estuvieron. 36.36 Y
las gentes que fueron dejadas en vuestros alrededores, sabrán que yo
edifiqué las derribadas, y planté las asoladas: yo Jehová he hablado, y
harélo. 36.37 Así
ha
dicho el Señor Jehová: Aun seré solicitado de la casa de Israel, para
hacerles esto: multiplicarélos de hombres á modo de rebaños. 36.38
Como las ovejas santas, como las ovejas de Jerusalem en sus
solemnidades, así las ciudades desiertas serán llenas de rebaños de
hombres; y sabrán que yo soy Jehová. ▲37.1 Y LA mano de Jehová fué
sobre mí, y sacóme en espíritu de Jehová, y púsome en medio de un campo
que estaba lleno de huesos. 37.2
E hízome pasar cerca de ellos por todo alrededor: y he aquí que eran
muy muchos sobre la haz del campo, y por cierto secos en gran manera. 37.3 Y
díjome: Hijo del hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová,
tú lo sabes. 37.4 Díjome
entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oid
palabra de Jehová. 37.5 Así ha
dicho el Señor Jehová á estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu
en vosotros, y viviréis. 37.6
Y pondré nervios sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y
os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y
sabréis que yo soy Jehová. 37.7
Profeticé pues, como me fué mandado; y hubo un ruido mientras yo
profetizaba, y he aquí un temblor, y los huesos se llegaron cada hueso
á su hueso. 37.8 Y
miré, y he aquí nervios sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrío
por encima de ellos: mas no había en ellos espíritu. 37.9
Y díjome: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo del hombre, y di al
espíritu: Así ha dicho el Señor Jehová: Espíritu, ven de los cuatro
vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. 37.10
Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y
vivieron, y estuvieron sobre sus pies, un ejército grande en extremo. 37.11
Díjome luego: Hijo del hombre, todos estos huesos son la casa de
Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció
nuestra esperanza, y somos del todo talados. 37.12
Por tanto profetiza, y diles: Así ha dicho el Señor Jehová: He aquí, yo
abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras
sepulturas, y os traeré á la tierra de Israel. 37.13 Y
sabréis que yo soy Jehová, cuando abriere vuestros sepulcros, y os
sacare de vuestras sepulturas, pueblo mío. 37.14
Y pondré mi espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre
vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová. 37.15 Y fué
á mí palabra de Jehová, diciendo: 37.16
Tú, hijo del hombre, tómate ahora un palo, y escribe en él: A Judá, y á
los hijos de Israel sus compañeros. Toma después otro palo, y escribe
en él: A José, palo de Ephraim, y á toda la casa de Israel sus
compañeros. 37.17
Júntalos luego el uno con el otro, para que sean en uno, y serán uno en
tu mano. 37.18 Y
cuando te hablaren los hijos de tu pueblo, diciendo: ¿No nos enseñarás
qué te propones con eso? 37.19
Diles: Así ha dicho el Señor Jehová: He aquí, yo tomo el palo de José
que está en la mano de Ephraim, y á las tribus de Israel sus
compañeros, y pondrélos con él, con el palo de Judá, y harélos un palo,
y serán uno en mi mano. 37.20 Y los
palos sobre que escribieres, estarán en tu mano delante de sus ojos; 37.21
Y les dirás: Así ha dicho el Señor Jehová: He aquí, yo tomo á los hijos
de Israel de entre las gentes á las cuales fueron, y los juntaré de
todas partes, y los traeré á su tierra: 37.22
Y los haré una nación en la tierra, en los montes de Israel; y un rey
será á todos ellos por rey: y nunca más serán dos naciones, ni nunca
más serán divididos en dos reinos: 37.23
Ni más se contaminarán con sus ídolos, y con sus abominaciones, y con
todas sus rebeliones: y los salvaré de todas sus habitaciones en las
cuales pecaron, y los limpiaré; y me serán por pueblo, y yo á ellos por
Dios. 37.24 Y mi
siervo David será rey sobre ellos, y á todos ellos será un pastor: y
andarán en mis derechos, y mis ordenanzas guardarán, y las pondrán por
obra. 37.25 Y
habitarán en la tierra que dí á mi siervo Jacob, en la cual habitaron
vuestros padres, en ella habitarán ellos, y sus hijos, y los hijos de
sus hijos para siempre; y mi siervo David les será príncipe para
siempre. 37.26 Y
concertaré con ellos pacto de paz, perpetuo pacto será con ellos: y los
asentaré, y los multiplicaré, y pondré mi santuario entre ellos para
siempre. 37.27 Y
estará en ellos mi tabernáculo, y seré á ellos por Dios, y ellos me
serán por pueblo. 37.28 Y
sabrán las gentes que yo Jehová santifico á Israel, estando mi
santuario entre ellos para siempre. ▲38.1 Y FUÉ á mí palabra de
Jehová, diciendo: 38.2
Hijo del hombre, pon tu rostro contra Gog en tierra de Magog, príncipe
de la cabecera de Mesech y Tubal, y profetiza sobre él. 38.3 Y di:
Así ha dicho el Señor Jehová: He aquí, yo á ti, oh Gog, príncipe de la
cabecera de Mesech y Tubal. 38.4
Y yo te quebrantaré, y pondré anzuelos en tus quijadas, y te sacaré á
ti, y á todo tu ejército, caballos y caballeros, vestidos de todo todos
ellos, grande multitud con paveses y escudos, teniendo todos ellos
espadas: 38.5
Persia, y Etiopía, y Libia con ellos; todos ellos con escudos y almetes: 38.6 Gomer,
y todas sus compañías; la casa de Togarma, á los lados del norte, y
todas sus compañías; pueblos muchos contigo. 38.7
Aparéjate, y apercíbete, tú, y toda tu multitud que se ha reunido á ti,
y séles por guarda. 38.8
De aquí á muchos días serás tú visitado: al cabo de años vendrás á la
tierra salvada de la espada, recogida de muchos pueblos, á los montes
de Israel, que siempre fueron para asolamiento: mas fué sacada de las
naciones, y todos ellos morarán confiadamente. 38.9
Y subirás tú, vendrás como tempestad; como nublado para cubrir la
tierra serás tú, y todas tus compañías, y muchos pueblos contigo. 38.10 Así
ha dicho el Señor Jehová: Y será en aquel día, que subirán palabras en
tu corazón, y concebirás mal pensamiento; 38.11
Y dirás: Subiré contra tierra de aldeas, iré á gentes reposadas, y que
habitan confiadamente: todos ellos habitan sin muros, no tienen
cerrojos ni puertas: 38.12
Para arrebatar despojos y para tomar presa; para tornar tu mano sobre
las tierras desiertas ya pobladas, y sobre el pueblo recogido de las
gentes, que se hace de ganados y posesiones, que mora en el ombligo de
la tierra. 38.13
Seba, y Dedán, y los mercaderes de Tarsis, y todos sus leoncillos, te
dirán: ¿Has venido á arrebatar despojos? ¿has reunido tu multitud para
tomar presa, para quitar plata y oro, para tomar ganados y posesiones,
para tomar grandes despojos? 38.14
Por tanto profetiza, hijo del hombre, y di á Gog: Así ha dicho el Señor
Jehová: En aquel tiempo, cuando mi pueblo Israel habitará seguramente,
¿no lo sabrás tú? 38.15
Y vendrás de tu lugar, de las partes del norte, tú y muchos pueblos
contigo, todos ellos á caballo, grande reunión y poderoso ejército: 38.16
Y subirás contra mi pueblo Israel como nublado para cubrir la tierra;
será al cabo de los días: y te traeré sobre mi tierra, para que las
gentes me conozcan, cuando fuere santificado en ti, oh Gog, delante de
sus ojos. 38.17 Así
ha dicho el Señor Jehová: ¿No eres tú aquél de quien hablé yo en
tiempos pasados por mis siervos los profetas de Israel, los cuales
profetizaron en aquellos tiempos que yo te había de traer sobre ellos? 38.18 Y
será en aquel tiempo, cuando vendrá Gog contra la tierra de Israel,
dijo el Señor Jehová, que subirá mi ira en mi enojo. 38.19
Porque he hablado en mi celo, y en el fuego de mi ira: Que en aquel
tiempo habrá gran temblor sobre la tierra de Israel; 38.20
Que los peces de la mar, y las aves del cielo, y las bestias del campo,
y toda serpiente que anda arrastrando sobre la tierra, y todos los
hombres que están sobre la haz de la tierra, temblarán á mi presencia;
y se arruinarán los montes, y los vallados caerán, y todo muro caerá á
tierra. 38.21 Y en
todos mis montes llamaré contra él espada, dice el Señor Jehová: la
espada de cada cual será contra su hermano. 38.22
Y yo litigaré con él con pestilencia y con sangre; y haré llover sobre
él, y sobre sus compañías, y sobre los muchos pueblos que están con él,
impetuosa lluvia, y piedras de granizo, fuego y azufre. 38.23 Y
seré engrandecido y santificado, y seré conocido en ojos de muchas
gentes; y sabrán que yo soy Jehová. ▲39.1
TU pues, hijo del hombre, profetiza contra Gog, y di: Así ha dicho el
Señor Jehová: He aquí yo contra ti, oh Gog, príncipe de la cabecera de
Mesech y Tubal: 39.2 Y te
quebrantaré, y te sextaré, y te haré subir de las partes del norte, y
te traeré sobre los montes de Israel; 39.3 Y
sacaré tu arco de tu mano izquierda, y derribaré tus saetas de tu mano
derecha. 39.4
Sobre los montes de Israel caerás tú, y todas tus compañías, y los
pueblos que fueron contigo: á toda ave y á toda cosa que vuela, y á las
bestias del campo, te he dado por comida. 39.5 Sobre
la haz del campo caerás: porque yo he hablado, dice el Señor Jehová. 39.6 Y
enviaré fuego sobre Magog, y sobre los que moran seguramente en las
islas; y sabrán que yo soy Jehová. 39.7
Y haré notorio mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel, y nunca
más dejaré amancillar mi santo nombre; y sabrán las gentes que yo soy
Jehová, el Santo en Israel. 39.8 He
aquí, vino y fué, dice el Señor Jehová: este es el día del cual he
hablado. 39.9
Y los moradores de las ciudades de Israel saldrán, y encenderán y
quemarán armas, y escudos, y paveses, arcos y saetas, y bastones de
mano, y lanzas: y las quemarán en fuego por siete años. 39.10
Y no traerán leña del campo, ni cortarán de los bosques, sino que
quemarán las armas en el fuego: y despojarán á sus despojadores, y
robarán á los que los robaron, dice el Señor Jehová. 39.11
Y será en aquel tiempo, que yo daré á Gog lugar para sepultura allí en
Israel, el valle de los que pasan al oriente de la mar, y obstruirá el
paso á los transeuntes, pues allí enterrarán á Gog y á toda su
multitud: y lo llamarán, El valle de Hamón-gog. 39.12 Y la
casa de Israel los estará enterrando por siete meses, para limpiar la
tierra: 39.13
Enterrarlos ha todo el pueblo de la tierra: y será para ellos célebre
el día que yo fuere glorificado, dice el Señor Jehová. 39.14
Y tomarán hombres de jornal, los cuales vayan por el país con los que
viajaren, para enterrar á los que quedaron sobre la haz de la tierra, á
fin de limpiarla: al cabo de siete meses harán el reconocimiento. 39.15
Y pasarán los que irán por el país, y el que viere los huesos de algún
hombre, edificará junto á ellos un mojón, hasta que los entierren los
sepultureros en el valle de Hamón-gog. 39.16 Y
también el nombre de la ciudad será Hamonah: y limpiarán la tierra. 39.17
Y tú, hijo del hombre, así ha dicho el Señor Jehová: Di á las aves, á
todo volátil, y á toda bestia del campo: Juntaos, y venid; reuníos de
todas partes á mí víctima que os sacrifico, un sacrificio grande sobre
los montes de Israel, y comeréis carne y beberéis sangre. 39.18
Comeréis carne de fuertes, y beberéis sangre de príncipes de la tierra;
de carneros, de corderos, de machos de cabrío, de bueyes, de toros,
engordados todos en Basán. 39.19 Y
comeréis gordura hasta hartaros y beberéis hasta embriagaros sangre, de
mi sacrificio que yo os sacrifiqué. 39.20 Y os
hartaréis sobre mi mesa, de caballos, y de caballeros fuertes, y de
todos hombres de guerra, dice el Señor Jehová. 39.21 Y
pondré mi gloria entre las gentes, y todas las gentes verán mi juicio
que habré hecho, y mi mano que sobre ellos puse. 39.22 Y de
aquel día en adelante sabrá la casa de Israel que yo soy Jehová su Dios. 39.23
Y sabrán las gentes que la casa de Israel fué llevada cautiva por su
pecado; por cuanto se rebelaron contra mí, y yo escondí de ellos mi
rostro, y entreguélos en mano de sus enemigos, y cayeron todos á
cuchillo. 39.24
Conforme á su inmundicia y conforme á sus rebeliones hice con ellos: y
de ellos escondí mi rostro. 39.25
Por tanto, así ha dicho el Señor Jehová: Ahora volveré la cautividad de
Jacob, y tendré misericordia de toda la casa de Israel, y celaré por mi
santo nombre. 39.26 Y
ellos sentirán su vergüenza, y toda su rebelión con que prevaricaron
contra mí, cuando habitaren en su tierra seguramente, y no habrá quien
los espante; 39.27
Cuando los volveré de los pueblos, y los juntaré de las tierras de sus
enemigos, y fuere santificado en ellos en ojos de muchas gentes. 39.28
Y sabrán que yo soy Jehová su Dios, cuando después de haberlos hecho
pasar á las gentes, los juntaré sobre su tierra, sin dejar más allá
ninguno de ellos. 39.29 Ni
esconderé más de ellos mi rostro; porque habré derramado de mi espíritu
sobre la casa de Israel, dice el Señor Jehová. ▲40.1
EN el año veinticinco de nuestro cautiverio, al principio del año, á
los diez del mes, á los catorce años después que la ciudad fué herida,
en aquel mismo día fué sobre mí la mano de Jehová, y llevóme allá. 40.2
En visiones de Dios me llevó á la tierra de Israel, y púsome sobre un
monte muy alto, sobre el cual había como edificio de una ciudad al
mediodía. 40.3 Y
llevóme allí, y he aquí un varón, cuyo aspecto era como aspecto de
metal, y tenía un cordel de lino en su mano, y una caña de medir: y él
estaba á la puerta. 40.4
Y hablóme aquel varón, diciendo: Hijo del hombre, mira con tus ojos, y
oye con tus oídos, y pon tu corazón á todas las cosas que te muestro;
porque para que yo te las mostrase eres traído aquí. Cuenta todo lo que
ves á la casa de Israel. 40.5
Y he aquí, un muro fuera de la casa: y la caña de medir que aquel varón
tenía en la mano, era de seis codos, de á codo y palmo: y midió la
anchura del edificio de una caña, y la altura, de otra caña. 40.6
Después vino á la puerta que daba cara hacia el oriente, y subió por
sus gradas, y midió el un poste de la puerta, de una caña en anchura, y
el otro poste de otra caña en ancho. 40.7
Y cada cámara tenía una caña de largo, y una caña de ancho; y entre las
cámaras había cinco codos en ancho; y cada poste de la puerta junto á
la entrada de la puerta por dentro, una caña. 40.8 Midió
asimismo la entrada de la puerta por de dentro, una caña. 40.9 Midió
luego la entrada del portal, de ocho codos, y sus postes de dos codos;
y la puerta del portal estaba por de dentro. 40.10
Y la puerta de hacia el oriente tenía tres cámaras de cada parte, todas
tres de una medida: también de una medida los portales de cada parte. 40.11 Y
midió la anchura de la entrada de la puerta, de diez codos; la longitud
del portal de trece codos. 40.12
Y el espacio de delante de las cámaras, de un codo de la una parte, y
de otro codo de la otra; y cada cámara tenía seis codos de una parte, y
seis codos de otra. 40.13
Y midió la puerta desde el techo de la una cámara hasta el techo de la
otra, veinticinco codos de anchura, puerta contra puerta. 40.14 E
hizo los postes de sesenta codos, cada poste del atrio y del portal por
todo alrededor. 40.15 Y
desde la delantera de la puerta de la entrada hasta la delantera de la
entrada de la puerta de dentro, cincuenta codos. 40.16
Y había ventanas estrechas en las cámaras, y en sus portales por de
dentro de la puerta alrededor, y asimismo en los corredores; y las
ventanas estaban alrededor por de dentro; y en cada poste había palmas. 40.17
Llevóme luego al atrio exterior, y he aquí, había cámaras, y solado
hecho al atrio en derredor: treinta cámaras había alrededor en aquel
atrio. 40.18 Y el
solado al lado de las puertas, en proporción á la longitud de los
portales, era el solado más bajo. 40.19
Y midió la anchura desde la delantera de la puerta de abajo hasta la
delantera del atrio interior por de fuera, de cien codos hacia el
oriente y el norte. 40.20 Y de
la puerta que estaba hacia el norte en el atrio exterior, midió su
longitud y su anchura. 40.21
Y sus cámaras eran tres de una parte, y tres de otra, y sus postes y
sus arcos eran como la medida de la puerta primera: cincuenta codos su
longitud, y veinticinco su anchura. 40.22
Y sus ventanas, y sus arcos, y sus palmas, eran conforme á la medida de
la puerta que estaba hacia el oriente; y subían á ella por siete
gradas; y delante de ellas estaban sus arcos. 40.23 Y la
puerta del atrio interior estaba enfrente de la puerta al norte; y así
al oriente: y midió de puerta á puerta cien codos. 40.24
Llevóme después hacia el mediodía, y he aquí una puerta hacia el
mediodía: y midió sus portales y sus arcos conforme á estas medidas. 40.25
Y tenía sus ventanas y sus arcos alrededor, como las ventanas: la
longitud era de cincuenta codos, y la anchura de veinticinco codos. 40.26
Y sus gradas eran de siete peldaños, con sus arcos delante de ellas; y
tenía palmas, una de una parte, y otra de la otra, en sus postes. 40.27 Y
había puerta de hacia el mediodía del atrio interior: y midió de puerta
á puerta hacia el mediodía cien codos. 40.28
Metióme después en el atrio de adentro á la puerta del mediodía, y
midió la puerta del mediodía conforme á estas medidas. 40.29
Y sus cámaras, y sus postes y sus arcos, eran conforme á estas medidas;
y tenía sus ventanas y sus arcos alrededor: la longitud era de
cincuenta codos, y de veinticinco codos la anchura. 40.30 Y los
arcos alrededor eran de veinticinco codos de largo, y cinco codos de
ancho. 40.31 Y sus
arcos caían afuera al atrio, con palmas en sus postes; y sus gradas
eran de ocho escalones. 40.32 Y
llevóme al atrio interior hacia el oriente, y midió la puerta conforme
á estas medidas. 40.33
Y eran sus cámaras, y sus postes, y sus arcos, conforme á estas
medidas: y tenía sus ventanas y sus arcos alrededor: la longitud era de
cincuenta codos, y la anchura de veinticinco codos. 40.34 Y sus
arcos caían afuera al atrio, con palmas en sus postes de una parte y
otra: y sus gradas eran de ocho escalones. 40.35
Llevóme luego á la puerta del norte, y midió conforme á estas medidas: 40.36
Sus cámaras, y sus postes, y sus arcos, y sus ventanas alrededor: la
longitud era de cincuenta codos, y de veinticinco codos el ancho. 40.37
Y sus postes caían fuera al atrio, con palmas á cada uno de sus postes
de una parte y otra: y sus gradas eran de ocho peldaños. 40.38 Y
había allí una cámara, y su puerta con postes de portales; allí lavarán
el holocausto. 40.39
Y en la entrada de la puerta había dos mesas de la una parte, y otras
dos de la otra, para degollar sobre ellas el holocausto, y la
expiación, y el sacrificio por el pecado. 40.40
Y al lado por de fuera de las gradas, á la entrada de la puerta del
norte, había dos mesas; y al otro lado que estaba á la entrada de la
puerta, dos mesas. 40.41
Cuatro mesas de la una parte, y cuatro mesas de la otra parte al lado
de la puerta; ocho mesas, sobre las cuales degollarán. 40.42
Y las cuatro mesas para el holocausto eran de piedras labradas, de un
codo y medio de longitud, y codo y medio de ancho, y de altura de un
codo: sobre éstas pondrán las herramientas con que degollarán el
holocausto y el sacrificio. 40.43 Y
dentro, ganchos de un palmo, dispuestos por todo alrededor; y sobre las
mesas la carne de la ofrenda. 40.44
Y fuera de la puerta interior, en el atrio de adentro que estaba al
lado de la puerta del norte, estaban las cámaras de los cantores, las
cuales miraban hacia el mediodía: una estaba al lado de la puerta del
oriente que miraba hacia el norte. 40.45 Y
díjome: Esta cámara que mira hacia el mediodía es de los sacerdotes que
tienen la guarda del templo. 40.46
Y la cámara que mira hacia el norte es de los sacerdotes que tienen la
guarda del altar: estos son los hijos de Sadoc, los cuales son llamados
de los hijos de Leví al Señor, para ministrarle. 40.47 Y
midió el atrio, cien codos de longitud, y la anchura de cien codos
cuadrados; y el altar estaba delante de la casa. 40.48
Y llevóme al pórtico del templo, y midió cada poste del pórtico, cinco
codos de una parte, y cinco codos de otra; y la anchura de la puerta
tres codos de una parte, y tres codos de otra. 40.49
La longitud del pórtico veinte codos, y la anchura once codos, al cual
subían por gradas: y había columnas junto á los postes, una de un lado,
y otra de otro. ▲41.1
METIOME luego en el templo, y midió los postes, siendo el ancho seis
codos de una parte, y seis codos de otra, que era la anchura del
tabernáculo. 41.2 Y
la anchura de la puerta era de diez codos; y los lados de la puerta, de
cinco codos de una parte, y cinco de otra. Y midió su longitud de
cuarenta codos, y la anchura de veinte codos. 41.3
Y pasó al interior, y midió cada poste de la puerta de dos codos; y la
puerta de seis codos; y la anchura de la entrada de siete codos. 41.4
Midió también su longitud, de veinte codos, y la anchura de veinte
codos, delante del templo: y díjome: Este es el lugar santísimo. 41.5
Después midió el muro de la casa, de seis codos; y de cuatro codos la
anchura de las cámaras, en torno de la casa alrededor. 41.6
Y las cámaras eran cámara sobre cámara, treinta y tres por orden; y
entraban modillones en la pared de la casa alrededor, sobre los que las
cámaras estribasen, y no estribasen en la pared de la casa. 41.7
Y había mayor anchura y vuelta en las cámaras á lo más alto; el caracol
de la casa subía muy alto alrededor por de dentro de la casa: por tanto
la casa tenía más anchura arriba; y de la cámara baja se subía á la
alta por la del medio. 41.8 Y miré
la altura de la casa alrededor: los cimientos de las cámaras eran una
caña entera de seis codos de grandor. 41.9
Y la anchura de la pared de afuera de las cámaras era de cinco codos, y
el espacio que quedaba de las cámaras de la casa por de dentro. 41.10 Y
entre las cámaras había anchura de veinte codos por todos lados
alrededor de la casa. 41.11
Y la puerta de cada cámara salía al espacio que quedaba; una puerta
hacia el norte, y otra puerta hacia el mediodía: y la anchura del
espacio que quedaba era de cinco codos por todo alrededor. 41.12
Y el edificio que estaba delante del apartamiento al lado de hacia el
occidente era de setenta codos; y la pared del edificio, de cinco codos
de anchura alrededor, y noventa codos de largo. 41.13 Y
midió la casa, cien codos de largo: y el apartamiento, y el edificio, y
sus paredes, de longitud de cien codos; 41.14 Y la
anchura de la delantera de la casa, y del apartamiento al oriente, de
cien codos. 41.15
Y midió la longitud del edificio que estaba delante del apartamiento
que había detrás de él, y las cámaras de una parte y otra, cien codos;
y el templo de dentro, y los portales del atrio. 41.16
Los umbrales, y las ventanas estrechas, y las cámaras, tres en derredor
á la parte delantera, todo cubierto de madera alrededor desde el suelo
hasta las ventanas; y las ventanas también cubiertas. 41.17
Encima de sobre la puerta, y hasta la casa de dentro, y de fuera, y por
toda la pared en derredor de dentro y por de fuera, tomó medidas. 41.18 Y
estaba labrada con querubines y palmas: entre querubín y querubín una
palma: y cada querubín tenía dos rostros: 41.19
Un rostro de hombre hacia la palma de la una parte, y rostro de león
hacia la palma de la otra parte, por toda la casa alrededor. 41.20 Desde
el suelo hasta encima de la puerta había labrados querubines y palmas,
y por toda la pared del templo. 41.21 Cada
poste del templo era cuadrado, y la delantera del santuario era como la
otra delantera. 41.22
La altura del altar de madera era de tres codos, y su longitud de dos
codos; y sus esquinas, y su superficie, y sus paredes, eran de madera.
Y díjome: Esta es la mesa que está delante de Jehová. 41.23 Y el
templo y el santuario tenían dos portadas. 41.24 Y en
cada portada había dos puertas, dos puertas que se volvían: dos puertas
en la una portada, y otras dos en la otra. 41.25
Y en las puertas del templo había labrados de querubines y palmas, así
como estaban hechos en las paredes, y grueso madero sobre la delantera
de la entrada por de fuera. 41.26 Y
había ventanas estrechas, y palmas de una y otra parte por los lados de
la entrada, y de la casa, y por las vigas. ▲42.1
SACOME luego al atrio de afuera hacia el norte, y llevóme á la cámara
que estaba delante del espacio que quedaba enfrente del edificio de
hacia el norte. 42.2 Por
delante de la puerta del norte su longitud era de cien codos, y la
anchura de cincuenta codos. 42.3
Frente á los veinte codos que había en el atrio de adentro, y enfrente
del solado que había en al atrio exterior, estaban las cámaras, las
unas enfrente de las otras en tres pisos. 42.4
Y delante de las cámaras había un corredor de diez codos de ancho á la
parte de adentro, con viaje de un codo; y sus puertas hacia el norte. 42.5
Y las cámaras más altas eran más estrechas; porque las galerías
quitaban de ellas más que de las bajas y de las de en medio del
edificio: 42.6 Porque
estaban en tres pisos, y no tenían columnas como las columnas de los
atrios: por tanto, eran más estrechas que las de abajo y las del medio
desde el suelo. 42.7
Y el muro que estaba afuera enfrente de las cámaras, hacia el atrio
exterior delante de las cámaras, tenía cincuenta codos de largo. 42.8
Porque la longitud de las cámaras del atrio de afuera era de cincuenta
codos: y delante de la fachada del templo había cien codos. 42.9 Y
debajo de las cámaras estaba la entrada al lado oriental, para entrar
en él desde el atrio de afuera. 42.10 A lo
largo del muro del atrio hacia el oriente, enfrente de la lonja, y
delante del edificio, había cámaras. 42.11
Y el corredor que había delante de ellas era semejante al de las
cámaras que estaban hacia el norte, conforme á su longitud, asimismo su
anchura, y todas sus salidas; conforme á sus puertas, y conforme á sus
entradas. 42.12 Y
conforme á las puertas de las cámaras que estaban hacia el mediodía,
tenía una puerta al principio del camino, del camino delante del muro
hacia el oriente á los que entran. 42.13
Y díjome: Las cámaras del norte y las del mediodía, que están delante
de la lonja, son cámaras santas, en las cuales los sacerdotes que se
acercan á Jehová comerán las santas ofrendas: allí pondrán las ofrendas
santas, y el presente, y la expiación, y el sacrificio por el pecado:
porque el lugar es santo. 42.14
Cuando los sacerdotes entraren, no saldrán del lugar santo al atrio de
afuera, sino que allí dejarán sus vestimentas con que ministrarán,
porque son santas; y vestiránse otros vestidos, y así se allegarán á lo
que es del pueblo. 42.15
Y luego que acabó las medidas de la casa de adentro, sacóme por el
camino de la puerta que miraba hacia el oriente, y midiólo todo
alrededor. 42.16 Midió
el lado oriental con la caña de medir, quinientas cañas de la caña de
medir en derredor. 42.17 Midió
al lado del norte, quinientas cañas de la caña de medir alrededor. 42.18 Midió
al lado del mediodía, quinientas cañas de la caña de medir. 42.19 Rodeó
al lado del occidente, y midió quinientas cañas de la caña de medir. 42.20
A los cuatro lados lo midió: tuvo el muro todo alrededor quinientas
cañas de longitud, y quinientas cañas de anchura, para hacer separación
entre el santuario y el lugar profano. ▲43.1 LLEVOME luego á la puerta,
á la puerta que mira hacia el oriente; 43.2
Y he aquí la gloria del Dios de Israel, que venía de hacia el oriente;
y su sonido era como el sonido de muchas aguas, y la tierra
resplandecía á causa de su gloria. 43.3
Y la visión que vi era como la visión, como aquella visión que vi
cuando vine para destruir la ciudad: y las visiones eran como la visión
que vi junto al río de Chebar; y caí sobre mi rostro. 43.4 Y la
gloria de Jehová entró en la casa por la vía de la puerta que daba cara
al oriente. 43.5 Y
alzóme el espíritu, y metióme en el atrio de adentro; y he aquí que la
gloria de Jehová hinchió la casa. 43.6 Y oí
uno que me hablaba desde la casa: y un varón estaba junto á mí. 43.7
Y díjome: Hijo del hombre, este es el lugar de mi asiento, y el lugar
de las plantas de mis pies, en el cual habitaré entre los hijos de
Israel para siempre: y nunca más contaminará la casa de Israel mi santo
nombre, ni ellos ni sus reyes, con sus fornicaciones, y con los cuerpos
muertos de sus reyes en sus altares: 43.8
Y poniendo ellos su umbral junto á mi umbral, y su poste junto á mi
poste, y no más que pared entre mí y ellos, contaminaron mi santo
nombre con sus abominaciones que hicieron: consumílos por tanto en mi
furor. 43.9 Ahora
echarán lejos de mí su fornicación, y los cuerpos muertos de sus reyes,
y habitaré en medio de ellos para siempre. 43.10 Tú,
hijo del hombre, muestra á la casa de Israel esta casa, y avergüéncense
de sus pecados, y midan la traza de ella. 43.11
Y si se avergonzaren de todo lo que han hecho, hazles entender la
figura de la casa, y su traza, y sus salidas y sus entradas, y todas
sus formas, y todas sus descripciones, y todas sus configuraciones, y
todas sus leyes: y descríbelo delante de sus ojos, para que guarden
toda su forma, y todas sus reglas, y las pongan por obra. 43.12 Esta
es la ley de la casa: Sobre fcfc término alrededor será santísimo. He
aquí que esta es la ley de la casa. 43.13
Y estas son las medidas del altar por codos (el codo de á codo y
palmo). El seno, de un codo, y de un codo el ancho; y su remate por su
borde alrededor, de un palmo. Este será el fondo alto del altar. 43.14
Y desde el seno de sobre el suelo hasta el lugar de abajo, dos codos, y
la anchura de un codo: y desde el lugar menor hasta el lugar mayor,
cuatro codos, y la anchura de un codo. 43.15 Y el
altar, de cuatro codos, y encima del altar, cuatro cuernos. 43.16 Y el
altar tenía doce codos de largo, y doce de ancho, cuadrado á sus cuatro
lados. 43.17
Y el área, de catorce codos de longitud y catorce de anchura en sus
cuatro lados, y de medio codo el borde alrededor: y el seno de un codo
por todos lados; y sus gradas estaban al oriente. 43.18
Y díjome: Hijo del hombre, así ha dicho el Señor Jehová: Estas son las
ordenanzas del altar el día en que será hecho, para ofrecer sobre él
holocausto, y para esparcir sobre él sangre. 43.19
Darás á los sacerdotes Levitas que son del linaje de Sadoc, que se
allegan á mí, dice el Señor Jehová, para ministrarme, un becerro de la
vacada para expiación. 43.20
Y tomarás de su sangre, y pondrás en los cuatro cuernos del altar, y en
las cuatro esquinas del área, y en el borde alrededor: así lo limpiarás
y purificarás. 43.21
Tomarás luego el becerro de la expiación, y lo quemarás conforme á la
ley de la casa, fuera del santuario. 43.22
Y al segundo día ofrecerás un macho de cabrío sin defecto, para
expiación; y purificarán el altar como lo purificaron con el becerro. 43.23
Cuando acabares de expiar, ofrecerás un becerro de la vacada sin
defecto, y un carnero sin tacha de la manada: 43.24 Y los
ofrecerás delante de Jehová, y los sacerdotes echarán sal sobre ellos,
y los ofrecerán en holocausto á Jehová. 43.25
Por siete días sacrificarán un macho cabrío cada día en expiación;
asimismo sacrificarán el becerro de la vacada y un carnero sin tacha
del rebaño. 43.26 Por
siete días expiarán el altar, y lo limpiarán, y ellos henchirán sus
manos. 43.27
Y acabados estos días, al octavo día, y en adelante, sacrificarán los
sacerdotes sobre el altar vuestros holocaustos y vuestros pacíficos; y
me seréis aceptos, dice el Señor Jehová. ▲44.1 Y TORNOME hacia la puerta
de afuera del santuario, la cual mira hacia el oriente; y estaba
cerrada. 44.2
Y díjome Jehová: Esta puerta ha de estar cerrada: no se abrirá, ni
entrará por ella hombre, porque Jehová Dios de Israel entró por ella;
estará por tanto cerrada. 44.3
Para el príncipe; el príncipe, él se sentará en ella para comer pan
delante de Jehová: por el camino de la entrada de la puerta entrará, y
por el camino de ella saldrá. 44.4
Y llevóme hacia la puerta del norte por delante de la casa, y miré, y
he aquí, la gloria de Jehová había henchido la casa de Jehová: y caí
sobre mi rostro. 44.5
Y díjome Jehová: Hijo del hombre, pon tu corazón, y mira con tus ojos,
y oye con tus oídos todo lo que yo hablo contigo sobre todas las
ordenanzas de la casa de Jehová, y todas sus leyes: y pon tu corazón á
las entradas de la casa, y á todas las salidas del santuario. 44.6
Y dirás á los rebeldes, á la casa de Israel: Así ha dicho el Señor
Jehová: Básteos de todas vuestras abominaciones, oh casa de Israel. 44.7
De haber vosotros traído extranjeros, incircuncisos de corazón é
incircuncisos de carne, para estar en mi santuario, para contaminar mi
casa; de haber ofrecido mi pan, la grosura y la sangre: é invalidaron
mi pacto por todas vuestras abominaciones: 44.8 Y no
guardasteis el ordenamiento de mis santificaciones, sino que os
pusisteis guardas de mi ordenanza en mi santuario. 44.9
Así ha dicho el Señor Jehová: Ningún hijo de extranjero, incircunciso
de corazón é incircunciso de carne, entrará en mi santuario, de todos
los hijos de extranjeros que están entre los hijos de Israel. 44.10
Y los Levitas que se apartaron lejos de mí cuando Israel erró, el cual
se desvió de mí en pos de sus ídolos, llevarán su iniquidad. 44.11
Y serán ministros en mi santuario, porteros á las puertas de la casa, y
sirvientes en la casa: ellos matarán el holocausto y la víctima al
pueblo, y ellos estarán delante de ellos para servirles. 44.12
Por cuanto les sirvieron delante de sus ídolos, y fueron á la casa de
Israel por tropezadero de maldad; por tanto, he alzado mi mano acerca
de ellos, dice el Señor Jehová, que llevarán su iniquidad. 44.13
No serán allegados á mí para serme sacerdotes, ni se llegarán á ninguna
de mis santificaciones; á las santidades de santidades; sino que
llevarán su vergüenza, y sus abominaciones que hicieron. 44.14
Pondrélos, pues, por guardas de la guarda de la casa en todo su
servicio, y en todo lo que en ella hubiere de hacerse. 44.15
Mas los sacerdotes Levitas, hijos de Sadoc, que guardaron el
ordenamiento de mi santuario, cuando los hijos de Israel se desviaron
de mí, ellos serán allegados á mí para ministrarme, y delante de mí
estarán para ofrecerme la grosura y la sangre, dice el Señor Jehová. 44.16 Esos
entrarán en mi santuario, y ellos se allegarán á mi mesa para
ministrarme, y guardarán mi ordenamiento. 44.17
Y será que cuando entraren por las puertas del atrio interior, se
vestirán de vestimentas de lino: no asentará sobre ellos lana, cuando
ministraren en las puertas del atrio de adentro, y en el interior. 44.18
Tiaras de lino tendrán en sus cabezas, y pañetes de lino en sus lomos:
no se ceñirán para sudar. 44.19
Y cuando salieren al atrio de afuera, al atrio de afuera al pueblo, se
desnudarán de sus vestimentas con que ministraron, y las dejarán en las
cámaras del santuario, y se vestirán de otros vestidos: así no
santificarán el pueblo con sus vestimentas. 44.20 Y no
raparán su cabeza, ni dejarán crecer el cabello; sino que lo recortarán
trasquilando sus cabezas. 44.21 Y
ninguno de los sacerdotes beberá vino cuando hubieren de entrar en el
atrio interior. 44.22
Ni viuda, ni repudiada se tomarán por mujeres; sino que tomarán
vírgenes del linaje de la casa de Israel, ó viuda que fuere viuda de
sacerdote. 44.23 Y
enseñarán á mi pueblo á hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y
les enseñarán á discernir entre lo limpio y lo no limpio. 44.24
Y en el pleito ellos estarán para juzgar; conforme á mis derechos lo
juzgarán: y mis leyes y mis decretos guardarán en todas mis
solemnidades, y santificarán mis sábados. 44.25
Y á hombre muerto no entrará para contaminarse; mas sobre padre, ó
madre, ó hijo, ó hija, hermano, ó hermana que no haya tenido marido, se
contaminará. 44.26 Y
ffadespués de su purificación, le contarán siete días. 44.27
Y el día que entrare al santuario, al atrio de adentro, para ministrar
en el santuario, ofrecerá su expiación, dice el Señor Jehová. 44.28 Y
será á ellos por heredad: yo seré su heredad; y no les daréis posesión
en Israel: yo soy su posesión. 44.29 El
presente, y la expiación, y el sacrificio por el pecado, comerán; y
toda cosa dedicada en Israel, será de ellos. 44.30
Y las primicias de todos los primeros de todo, y toda ofrenda de todo
lo que se ofreciere de todas vuestras ofrendas, será de los sacerdotes:
daréis asimismo las primicias de todas vuestras masas al sacerdote,
para que haga reposar la bendición en vuestras casas. 44.31
Ninguna cosa mortecina, ni desgarrada, así de aves como de animales,
comerán los sacerdotes. ▲45.1
Y CUANDO partiereis por suertes la tierra en heredad, apartaréis una
suerte para Jehová que le consagréis en la tierra, de longitud de
veinticinco mil cañas y diez mil de ancho: esto será santificado en
todo su término alrededor. 45.2
De esto serán para el santuario quinientas de longitud, y quinientas de
ancho, en cuadro alrededor; y cincuenta codos en derredor para sus
ejidos. 45.3 Y de
esta medida medirás en longitud veinticinco mil cañas, y en anchura
diez mil, en lo cual estará el santuario, el santuario de santuarios. 45.4
Lo consagrado de esta tierra será para los sacerdotes ministros del
santuario, que se llegan para ministrar á Jehová: y seráles lugar para
casas, y lugar santo para el santuario. 45.5
Asimismo veinticinco mil de longitud, y diez mil de anchura, lo cual
será para los Levitas ministros de la casa, en posesión, con veinte
cámaras. 45.6 Y para
la posesión de la ciudad daréis cinco mil de anchura y veinticinco mil
de longitud, delante de lo que se apartó para el santuario: será para
toda la casa de Israel. 45.7
Y la parte del príncipe será junto al apartamiento del santuario, de la
una parte y de la otra, y junto á la posesión de la ciudad, delante del
apartamiento del santuario, y delante de la posesión de la ciudad,
desde el rincón occidental hacia el occidente, hasta el rincón oriental
hacia el oriente: y la longitud será de la una parte á la otra, desde
el rincón del occidente hasta el rincón del oriente. 45.8
Esta tierra tendrá por posesión en Israel, y nunca más mis príncipes
oprimirán á mi pueblo: y darán la tierra á la casa de Israel por sus
tribus. 45.9 Así ha
dicho el Señor Jehová: Básteos, oh príncipes de Israel: dejad la
violencia y la rapiña: haced juicio y justicia; quitad vuestras
imposiciones de sobre mi pueblo, dice el Señor Jehová. 45.10 Peso
de justicia, y epha de justicia, y bato de justicia, tendréis. 45.11
El epha y el bato serán de una misma medida: que el bato tenga la
décima parte del homer, y la décima parte del homer el epha: la medida
de ellos será según el homer. 45.12 Y el
siclo será de veinte geras: veinte siclos, con veinticinco siclos, y
quince siclos, os serán una mina. 45.13
Esta será la ofrenda que ofreceréis: la sexta parte de un epha de homer
del trigo, y la sexta parte de un epha de homer de la cebada. 45.14
Y la ordenanza del aceite será que ofreceréis un bato de aceite, que es
la décima parte de un coro: diez batos harán un homer; porque diez
batos son un homer. 45.15
Y una cordera de la manada de doscientas, de las gruesas de Israel,
para sacrificio, y para holocausto y para pacíficos, para expiación por
ellos, dice el Señor Jehová. 45.16 Todo
el pueblo de la tierra será obligado á esta ofrenda para el príncipe de
Israel. 45.17
Mas del príncipe será el dar el holocausto, y el sacrificio, y la
libación, en las solemnidades, y en las lunas nuevas, y en los sábados,
y en todas las fiestas de la casa de Israel: él dispondrá la expiación,
y el presente, y el holocausto, y los pacíficos, para expiar la casa de
Israel. 45.18 Así
ha
dicho el Señor Jehová: El mes primero, al primero del mes, tomarás un
becerro sin defecto de la vacada, y expiarás el santuario. 45.19
Y el sacerdote tomará de la sangre de la expiación, y pondrá sobre los
postes de la casa, y sobre los cuatro ángulos del área del altar, y
sobre los postes de las puertas del atrio de adentro. 45.20 Así
harás el séptimo del mes por los errados y engañados; y expiarás la
casa. 45.21 El
mes primero, á los catorce días del mes, tendréis la pascua, fiesta de
siete días: comeráse pan sin levadura. 45.22 Y
aquel día el príncipe sacrificará por sí, y por todo el pueblo de la
tierra, un becerro por el pecado. 45.23
Y en los siete días de solemnidad hará holocausto á Jehová, siete
becerros y siete carneros sin defecto, cada día de los siete días; y
por el pecado un macho cabrío cada día. 45.24 Y con
cada becerro ofrecerá presente de un epha, y con cada carnero un epha;
y por cada epha un hin de aceite. 45.25
En el mes séptimo, á los quince del mes, en la fiesta, hará como en
estos siete días, cuanto á la expiación, y cuanto al holocausto, y
cuanto al presente, y cuanto al aceite. ▲46.1
ASI ha dicho el Señor Jehová: La puerta del atrio de adentro que mira
al oriente, estará cerrada los seis días de trabajo, y el día del
sábado se abrirá: abriráse también el día de la nueva luna. 46.2
Y el príncipe entrará por el camino del portal de la puerta de afuera,
y estará al umbral de la puerta, mientras los sacerdotes harán su
holocausto y sus pacíficos, y adorará á la entrada de la puerta:
después saldrá; mas no se cerrará la puerta hasta la tarde. 46.3
Asimismo adorará el pueblo de la tierra delante de Jehová, á la entrada
de la puerta, en los sábados y en las nuevas lunas. 46.4 Y el
holocausto que el príncipe ofrecerá á Jehová el día del sábado, será
seis corderos sin defecto, y un carnero sin tacha: 46.5 Y por
presente un epha con cada carnero; y con cada cordero un presente, don
de su mano, y un hin de aceite con el epha. 46.6 Mas el
día de la nueva luna, un becerro sin tacha de la vacada, y seis
corderos, y un carnero: deberán ser sin defecto. 46.7
Y hará presente de un epha con el becerro, y un epha con cada carnero:
mas con los corderos, conforme á su facultad; y un hin de aceite por
cada epha. 46.8 Y
cuando el príncipe entrare, entrará por el camino del portal de la
puerta: y por el mismo camino saldrá. 46.9
Mas cuando el pueblo de la tierra entrare delante de Jehová en las
fiestas, el que entrare por la puerta del norte, saldrá por la puerta
del mediodía; y el que entrare por la puerta del mediodía, saldrá por
la puerta del norte: no volverá por la puerta por donde entró, sino que
saldrá por la de enfrente de ella. 46.10 Y el
príncipe, cuando ellos entraren, él entrará en medio de ellos: y cuando
ellos salieren, él saldrá. 46.11
Y en las fiestas y en las solemnidades será el presente un epha con
cada becerro, y un epha con cada carnero; y con los corderos, lo que le
pareciere; y un hin de aceite con cada epha. 46.12
Mas cuando el príncipe libremente hiciere holocausto ó pacíficos á
Jehová, abriránle la puerta que mira al oriente, y hará su holocausto y
sus pacíficos, como hace en el día del sábado: después saldrá; y
cerrarán la puerta después que saliere. 46.13 Y
sacrificarás á Jehová cada día en holocausto un cordero de un año sin
defecto, cada mañana lo sacrificarás. 46.14
Y con él harás todas las mañanas presente de la sexta parte de un epha,
y la tercera parte de un hin de aceite para mezclar con la flor de
harina: presente para Jehová continuamente por estatuto perpetuo. 46.15
Ofrecerán pues el cordero, y el presente y el aceite, todas las mañanas
en holocausto continuo. 46.16
Así ha dicho el Señor Jehová: Si el príncipe diere algún don de su
heredad á alguno de sus hijos, será de ellos; posesión de ellos será
por herencia. 46.17
Mas si de su heredad diere don á alguno de sus siervos, será de él
hasta el año de libertad, y volverá al príncipe; mas su herencia será
de sus hijos. 46.18 Y
el príncipe no tomará nada de la herencia del pueblo, por no
defraudarlos de su posesión: de lo que él posee dará herencia á sus
hijos; para que mi pueblo no sea echado cada uno de su posesión. 46.19
Metióme después por la entrada que estaba hacia la puerta, á las
cámaras santas de los sacerdotes, las cuales miraban al norte, y había
allí un lugar á los lados del occidente. 46.20
Y díjome: Este es el lugar donde los sacerdotes cocerán el sacrificio
por el pecado y la expiación: allí cocerán el presente, por no sacarlo
al atrio de afuera para santificar al pueblo. 46.21 Luego
me sacó al atrio de afuera, y llevóme por los cuatro rincones del
atrio; y en cada rincón había un patio. 46.22
En los cuatro rincones del atrio había patios juntos de cuarenta codos
de longitud, y treinta de anchura: tenían una misma medida todos cuatro
á los rincones. 46.23 Y
había una pared alrededor de ellos, alrededor de todos cuatro, y
chimeneas hechas abajo alrededor de las paredes. 46.24 Y
díjome: Estos son los aposentos de los cocineros, donde los servidores
de la casa cocerán el sacrificio del pueblo. ▲47.1
HIZOME tornar luego á la entrada de la casa; y he aquí aguas que salían
de debajo del umbral de la casa hacia el oriente: porque la fachada de
la casa estaba al oriente: y las aguas descendían de debajo, hacia el
lado derecho de la casa, al mediodía del altar. 47.2
Y sacóme por el camino de la puerta del norte, é hízome rodear por el
camino fuera de la puerta, por de fuera al camino de la que mira al
oriente: y he aquí las aguas que salían al lado derecho. 47.3
Y saliendo el varón hacia el oriente, tenía un cordel en su mano; y
midió mil codos, é hízome pasar por las aguas hasta los tobillos. 47.4
Y midió otros mil, é hízome pasar por las aguas hasta las rodillas.
Midió luego otros mil, é hízome pasar por las aguas hasta los lomos. 47.5
Y midió otros mil, é iba ya el arroyo que yo no podía pasar: porque las
aguas se habían alzado, y el arroyo no se podía pasar sino á nado. 47.6 Y
díjome: ¿Has visto, hijo del hombre? Después me llevó, é hízome tornar
por la ribera del arroyo. 47.7 Y
tornando yo, he aquí en la ribera del arroyo había árboles muy muchos
de la una parte y de la otra. 47.8
Y díjome: Estas aguas salen á la región del oriente, y descenderán á la
llanura, y entrarán en la mar: y entradas en la mar, recibirán sanidad
las aguas. 47.9 Y
será que toda alma viviente que nadare por donde quiera que entraren
estos dos arroyos, vivirá: y habrá muy muchos peces por haber entrado
allá estas aguas, y recibirán sanidad; y vivirá todo lo que entrare en
este arroyo. 47.10 Y
será que junto á él estarán pescadores; y desde En-gadi hasta En-eglaim
será tendedero de redes: en su clase será su pescado como el pescado de
la gran mar, mucho en gran manera. 47.11 Sus
charcos y sus lagunas no se sanarán; quedarán para salinas. 47.12
Y junto al arroyo, en su ribera de una parte y de otra, crecerá todo
árbol de comer: su hoja nunca caerá, ni faltará su fruto: á sus meses
madurará, porque sus aguas salen del santuario: y su fruto será para
comer, y su hoja para medicina. 47.13
Así ha dicho el Señor Jehová: Este es el término en que partiréis la
tierra en heredad entre las doce tribus de Israel: José dos partes. 47.14
Y la heredaréis así los unos como los otros: por ella alcé mi mano que
la había de dar á vuestros padres: por tanto, esta tierra os caerá en
heredad. 47.15 Y
este será el término de la tierra hacia la parte del norte; desde la
gran mar, camino de Hethlon viniendo á Sedad; 47.16
Hamath, Berotha, Sibrahim, que está entre el término de Damasco y el
término de Hamath; Haser-hatticon, que es el término de Hauran. 47.17
Y será el término del norte desde la mar de Haser-enon al término de
Damasco al norte, y al término de Hamath al lado del norte. 47.18
Al lado del oriente, por medio de Hauran y de Damasco, y de Galaad, y
de la tierra de Israel, al Jordán: esto mediréis de término hasta la
mar del oriente. 47.19
Y al lado del mediodía, hacia el mediodía, desde Tamar hasta las aguas
de las rencillas; desde Cades y el arroyo hasta la gran mar: y esto
será el lado austral, al mediodía. 47.20 Y al
lado del occidente la gran mar será el término hasta en derecho para
venir á Hamath: este será el lado del occidente. 47.21
Partiréis, pues, esta tierra entre vosotros por las tribus de Israel. 47.22
Y será que echaréis sobre ella suertes por herencia para vosotros, y
para los extranjeros que peregrinan entre vosotros, que entre vosotros
han engendrado hijos: y los tendréis como naturales entre los hijos de
Israel; echarán suertes con vosotros para heredarse entre las tribus de
Israel. 47.23 Y
será que en la tribu en que peregrinare el extranjero, allí le daréis
su heredad, ha dicho el Señor Jehová. ▲48.1
Y ESTOS son los nombres de las tribus: Desde la extremidad
septentrional por la vía de Hethlon viniendo á Hamath, Haser-enon, al
término de Damasco, al norte, al término de Hamath: tendrá Dan una
parte, siendo sus extremidades al oriente y al occidente. 48.2 Y
junto al término de Dan, desde la parte del oriente hasta la parte de
la mar, Aser una parte. 48.3 Y
junto al término de Aser, desde el lado oriental hasta la parte de la
mar, Nephtalí, otra. 48.4 Y
junto al término de Nephtalí, desde la parte del oriente hasta la parte
de la mar, Manasés, otra. 48.5 Y
junto al término de Manasés, desde la parte del oriente hasta la parte
de la mar, Ephraim, otra. 48.6 Y
junto al término de Ephraim, desde la parte del oriente hasta la parte
de la mar, Rubén, otra. 48.7 Y
junto al término de Rubén, desde la parte del oriente hasta la parte de
la mar, Judá, otra. 48.8
Y junto al término de Judá, desde la parte del oriente hasta la parte
de la mar, será la suerte que apartaréis de veinticinco mil cañas de
anchura, y de longitud como cualquiera de las otras partes es á saber,
desde la parte del oriente hasta la parte de la mar; y el santuario
estará en medio de ella. 48.9 La
suerte que apartaréis para Jehová, será de longitud de veinticinco mil
cañas, y de diez mil de ancho. 48.10
Y allí será la suerte santa de los sacerdotes, de veinticinco mil cañas
al norte, y de diez mil de anchura al occidente, y de diez mil de ancho
al oriente, y de veinticinco mil de longitud al mediodía: y el
santuario de Jehová estará en medio de ella. 48.11
Los sacerdotes santificados de los hijos de Sadoc, que guardaron mi
observancia, que no erraron cuando erraron los hijos de Israel, como
erraron los Levitas. 48.12 Ellos
tendrán por suerte, apartada en la partición de la tierra, la parte
santísima, junto al término de los Levitas. 48.13
Y la de los Levitas, al lado del término de los sacerdotes, será de
veinticinco mil cañas de longitud, y de diez mil de anchura: toda la
longitud de veinticinco mil, y la anchura de diez mil. 48.14 No
venderán de ello, ni permutarán, ni traspasarán las primicias de la
tierra: porque es cosa consagrada á Jehová. 48.15
Y las cinco mil cañas de anchura que quedan de las veinticinco mil,
serán profanas, para la ciudad, para habitación y para ejido; y la
ciudad estará en medio. 48.16
Y estas serán sus medidas: á la parte del norte cuatro mil y quinientas
cañas, y á la parte del mediodía cuatro mil y quinientas, y á la parte
del oriente cuatro mil y quinientas, y á la parte del occidente cuatro
mil y quinientas. 48.17
Y el ejido de la ciudad será al norte de doscientas y cincuenta cañas,
y al mediodía de doscientas y cincuenta, y al oriente de doscientas y
cincuenta, y de doscientas y cincuenta al occidente. 48.18
Y lo que quedare de longitud delante de la suerte santa, diez mil cañas
al oriente y diez mil al occidente, que será lo que quedará de la
suerte santa, será para sembrar para los que sirven á la ciudad. 48.19 Y los
que servirán á la ciudad, serán de todas las tribus de Israel. 48.20
Todo el apartado de veinticinco mil cañas por veinticinco mil en
cuadro, apartaréis por suerte para el santuario, y para la posesión de
la ciudad. 48.21 Y
del príncipe será lo que quedare de la una parte y de la otra de la
suerte santa, y de la posesión de la ciudad, es á saber, delante de las
veinticinco mil cañas de la suerte hasta el término oriental, y al
occidente delante de las veinticinco mil hasta el término occidental,
delante de las partes dichas será del príncipe: y suerte santa será; y
el santuario de la casa estará en medio de ella. 48.22
Y desde la posesión de los Levitas, y desde la posesión de la ciudad,
en medio estará lo que pertenecerá al príncipe. Entre el término de
Judá y el término de Benjamín estará la suerte del príncipe. 48.23
Cuanto á las demás tribus, desde la parte del oriente hasta la parte de
la mar, tendrá Benjamín una parte. 48.24 Y
junto al término de Benjamín, desde la parte del oriente hasta la parte
de la mar, Simeón, otra. 48.25 Y
junto al término de Simeón, desde la parte del oriente hasta la parte
de la mar, Issachâr, otra. 48.26 Y
junto al término de Issachâr, desde la parte del oriente hasta la parte
de la mar, Zabulón, otra. 48.27 Y
junto al término de Zabulón, desde la parte del oriente hasta la parte
de la mar, Gad, otra. 48.28
Y junto al término de Gad, á la parte del austro, al mediodía, será el
término desde Tamar hasta las aguas de las rencillas, y desde Cades y
el arroyo hasta la gran mar. 48.29
Esta es la tierra que partiréis por suertes en heredad á las tribus de
Israel, y estas son sus porciones, ha dicho el Señor Jehová. 48.30 Y
estas son las salidas de la ciudad á la parte del norte, cuatro mil y
quinientas cañas por medida. 48.31
Y las puertas de la ciudad serán según los nombres de las tribus de
Israel: tres puertas al norte: la puerta de Rubén, una; la puerta de
Judá, otra; la puerta de Leví, otra. 48.32
Y á la parte del oriente cuatro mil y quinientas cañas, y tres puertas:
la puerta de José, una; la puerta de Benjamín, otra; la puerta de Dan,
otra. 48.33 Y á
la
parte del mediodía, cuatro mil y quinientas cañas por medida, y tres
puertas: la puerta de Simeón, una; la puerta de Issachâr, otra; la
puerta de Zabulón, otra. 48.34
Y á la parte del occidente cuatro mil y quinientas cañas, y sus tres
puertas: la puerta de Gad, una; la puerta de Aser, otra; la puerta de
Nephtalí, otra. 48.35 En
derredor tendrá dieciocho mil cañas. Y el nombre de la ciudad desde
aquel día será JEHOVA SHAMMA.