▲1.1 DESPUÉS de la muerte de
Achâb rebelóse Moab contra Israel. 1.2
Y Ochôzías cayó por las celosías de una sala de la casa que tenía en
Samaria; y estando enfermo envió mensajeros, y díjoles: Id, y consultad
á Baal-zebub dios de Ecrón, si tengo de sanar de esta mi enfermedad. 1.3
Entonces el ángel de Jehová habló á Elías Thisbita, diciendo:
Levántate, y sube á encontrarte con los mensajeros del rey de Samaria,
y les dirás: ¿No hay Dios en Israel, que vosotros vais á consultar á
Baal-zebub dios de Ecrón? 1.4 Por
tanto así ha dicho Jehová: Del lecho en que subiste no descenderás,
antes morirás ciertamente. Y Elías se fué. 1.5 Y como
los mensajeros se volvieron al rey, él les dijo: ¿Por qué pues os
habéis vuelto? 1.6
Y ellos le respondieron: Encontramos un varón que nos dijo: Id, y
volveos al rey que os envió, y decidle: Así ha dicho Jehová: ¿No hay
Dios en Israel, que tú envías á consultar á Baal-zebub dios de Ecrón?
Por tanto, del lecho en que subiste no descenderás, antes morirás de
cierto. 1.7
Entonces él les dijo: ¿Qué hábito era el de aquel varón que
encontrasteis, y os dijo tales palabras? 1.8 Y ellos
le respondieron: Un varón velloso, y ceñía sus lomos con un cinto de
cuero. Entonces él dijo: Elías Thisbita es. 1.9
Y envió luego á él un capitán de cincuenta con sus cincuenta, el cual
subió á él; y he aquí que él estaba sentado en la cumbre del monte. Y
él le dijo: Varón de Dios, el rey ha dicho que desciendas. 1.10
Y Elías respondió, y dijo al capitán de cincuenta: Si yo soy varón de
Dios, descienda fuego del cielo, y consúmate con tus cincuenta. Y
descendió fuego del cielo, que lo consumió á él y á sus cincuenta. 1.11
Volvió el rey á enviar á él otro capitán de cincuenta con sus
cincuenta; y hablóle, y dijo: Varon de Dios, el rey ha dicho así:
Desciende presto. 1.12
Y respondióle Elías, y dijo: Si yo soy varón de Dios, descienda fuego
del cielo, y consúmate con tus cincuenta. Y descendió fuego del cielo,
que lo consumió á él y á sus cincuenta. 1.13
Y volvió á enviar el tercer capitán de cincuenta con sus cincuenta: y
subiendo aquel tercer capitán de cincuenta, hincóse de rodillas delante
de Elías, y rogóle, diciendo: Varón de Dios, ruégote que sea de valor
delante de tus ojos mi vida y la vida de estos tus cincuenta siervos. 1.14
He aquí ha descendido fuego del cielo, y ha consumido los dos primeros
capitanes de cincuenta, con sus cincuenta; sea ahora mi vida de valor
delante de tus ojos. 1.15
Entonces el ángel de Jehová dijo á Elías: Desciende con él; no hayas de
él miedo. Y él se levantó, y descendió con él al rey. 1.16
Y díjole: Así ha dicho Jehová: Pues que enviaste mensajeros á consultar
á Baal-zebub dios de Ecrón, ¿no hay Dios en Israel para consultar en su
palabra? No descenderás, por tanto, del lecho en que subiste, antes
morirás de cierto. 1.17
Y murió conforme á la palabra de Jehová que había hablado Elías; y
reinó en su lugar Joram, en el segundo año de Joram, hijo de Josaphat
rey de Judá; porque Ochôzías no tenía hijo. 1.18 Y lo
demás de los hechos de Ochôzías, ¿no está escrito en el libro de las
crónicas de los reyes de Israel? ▲2.1 Y ACONTECIO que, cuando
quiso Jehová alzar á Elías en un torbellino al cielo, Elías venía con
Eliseo de Gilgal. 2.2
Y dijo Elías á Eliseo: Quédate ahora aquí, porque Jehová me ha enviado
á Beth-el. Y Eliseo dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te
dejaré. Descendieron pues á Beth-el. 2.3
Y saliendo á Eliseo los hijos de los profetas que estaban en Beth-el,
dijéronle: ¿Sabes cómo Jehová quitará hoy á tu señor de tu cabeza? Y él
dijo: Sí, yo lo sé; callad. 2.4
Y Elías le volvió á decir: Eliseo, quédate aquí ahora, porque Jehová me
ha enviado á Jericó. Y él dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te
dejaré. Vinieron pues á Jericó. 2.5
Y llegáronse á Eliseo los hijos de los profetas que estaban en Jericó,
y dijéronle: ¿Sabes cómo Jehová quitará hoy á tu señor de tu cabeza? Y
él respondió: Sí, yo lo sé; callad. 2.6
Y Elías le dijo: Ruégote que te quedes aquí, porque Jehová me ha
enviado al Jordán. Y él dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te
dejaré. Fueron pues ambos á dos. 2.7
Y vinieron cincuenta varones de los hijos de los profetas, y paráronse
enfrente á lo lejos: y ellos dos se pararon junto al Jordán. 2.8
Tomando entonces Elías su manto, doblólo, é hirió las aguas, las cuales
se apartaron á uno y á otro lado, y pasaron ambos en seco. 2.9
Y como hubieron pasado, Elías dijo á Eliseo: Pide lo que quieres que
haga por ti, antes que sea quitado de contigo. Y dijo Eliseo: Ruégote
que las dos partes de tu espíritu sean sobre mí. 2.10 Y él
le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de
ti, te será así hecho; mas si no, no. 2.11
Y aconteció que, yendo ellos hablando, he aquí, un carro de fuego con
caballos de fuego apartó á los dos: y Elías subió al cielo en un
torbellino. 2.12 Y
viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su
gente de á caballo! Y nunca más le vió, y trabando de sus vestidos,
rompiólos en dos partes. 2.13 Alzó
luego el manto de Elías que se le había caído, y volvió, y paróse á la
orilla del Jordán. 2.14
Y tomando el manto de Elías que se le había caído, hirió las aguas, y
dijo: ¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías? Y así que hubo del mismo
modo herido las aguas, apartáronse á uno y á otro lado, y pasó Eliseo. 2.15
Y viéndole los hijos de los profetas que estaban en Jericó de la otra
parte, dijeron: El espíritu de Elías reposó sobre Eliseo. Y viniéronle
á recibir, é inclináronse á él hasta la tierra. 2.16
Y dijéronle: He aquí hay con tus siervos cincuenta varones fuertes:
vayan ahora y busquen á tu señor; quizá lo ha levantado el espíritu de
Jehová, y lo ha echado en algún monte ó en algún valle. Y él les dijo:
No enviéis. 2.17 Mas
ellos le importunaron, hasta que avergonzándose, dijo: Enviad. Entonces
ellos enviaron cincuenta hombres, los cuales lo buscaron tres días, mas
no lo hallaron. 2.18 Y
cuando volvieron á él, que se había quedado en Jericó, él les dijo: ¿No
os dije yo que no fueseis? 2.19
Y los hombres de la ciudad dijeron á Eliseo: He aquí el asiento de esta
ciudad es bueno, como mi señor ve; mas las aguas son malas, y la tierra
enferma. 2.20
Entonces él dijo: Traedme una botija nueva, y poned en ella sal. Y
trajéronsela. 2.21
Y saliendo él á los manaderos de las aguas, echó dentro la sal, y dijo:
Así ha dicho Jehová: Yo sané estas aguas, y no habrá más en ellas
muerte ni enfermedad. 2.22 Y
fueron sanas las aguas hasta hoy, conforme á la palabra que habló
Eliseo. 2.23
Después subió de allí á Beth-el; y subiendo por el camino, salieron los
muchachos de la ciudad, y se burlaban de él, diciendo: ¡Calvo, sube!
¡calvo, sube! 2.24 Y
mirando él atrás, viólos, y maldíjolos en el nombre de Jehová. Y
salieron dos osos del monte, y despedazaron de ellos cuarenta y dos
muchachos. 2.25 De
allí fué al monte de Carmelo, y de allí volvió á Samaria. ▲3.1 Y JORAM hijo de Achâb
comenzó á reinar en Samaria sobre Israel el año dieciocho de Josaphat
rey de Judá; y reinó doce años. 3.2
E hizo lo malo en ojos de Jehová, aunque no como su padre y su madre;
porque quitó las estatuas de Baal que su padre había hecho. 3.3 Mas
allegóse á los pecados de Jeroboam, hijo de Nabat, que hizo pecar á
Israel; y no se apartó de ellos. 3.4
Entonces Mesa rey de Moab era propietario de ganados, y pagaba al rey
de Israel cien mil corderos y cien mil carneros con sus vellones. 3.5 Mas
muerto Achâb, el rey de Moab se rebeló contra el rey de Israel. 3.6 Y salió
entonces de Samaria el rey Joram, é inspeccionó á todo Israel. 3.7
Y fué y envió á decir á Josaphat rey de Judá: El rey de Moab se ha
rebelado contra mí: ¿irás tú conmigo á la guerra contra Moab? Y él
respondió: Iré, porque como yo, así tú; como mi pueblo, así tu pueblo;
como mis caballos, así también tus caballos. 3.8 Y dijo:
¿Por qué camino iremos? Y él respondió: Por el camino del desierto de
Idumea. 3.9
Partieron pues el rey de Israel, y el rey de Judá, y el rey de Idumea;
y como anduvieron rodeando por el desierto siete días de camino,
faltóles el agua para el ejército, y para las bestias que los seguían. 3.10
Entonces el rey de Israel dijo: ¡Ah! que ha llamado Jehová estos tres
reyes para entregarlos en manos de los Moabitas. 3.11
Mas Josaphat dijo: ¿No hay aquí profeta de Jehová, para que consultemos
á Jehová por él? Y uno de los siervos del rey de Israel respondió y
dijo: Aquí está Eliseo hijo de Saphat, que daba agua á manos á Elías. 3.12 Y
Josaphat dijo: Este tendrá palabra de Jehová. Y descendieron á él el
rey de Israel, y Josaphat, y el rey de Idumea. 3.13
Entonces Eliseo dijo al rey de Israel: ¿Qué tengo yo contigo? Ve á los
profetas de tu padre, y á los profetas de tu madre. Y el rey de Israel
le respondió: No; porque ha juntado Jehová estos tres reyes para
entregarlos en manos de los Moabitas. 3.14
Y Eliseo dijo: Vive Jehová de los ejércitos, en cuya presencia estoy,
que si no tuviese respeto al rostro de Josaphat rey de Judá, no mirara
á ti, ni te viera. 3.15 Mas
ahora traedme un tañedor. Y mientras el tañedor tocaba, la mano de
Jehová fué sobre Eliseo. 3.16 Y
dijo: Así ha dicho Jehová: Haced en este valle muchas acequias. 3.17
Porque Jehová ha dicho así: No veréis viento, ni veréis lluvia, y este
valle será lleno de agua, y beberéis vosotros, y vuestras bestias, y
vuestros ganados. 3.18 Y esto
es cosa ligera en los ojos de Jehová; dará también á los Moabitas en
vuestras manos. 3.19
Y vosotros heriréis á toda ciudad fortalecida y á toda villa hermosa, y
talaréis todo buen árbol, y cegaréis todas las fuentes de aguas, y
destruiréis con piedras toda tierra fértil. 3.20
Y aconteció que por la mañana, cuando se ofrece el sacrificio, he aquí
vinieron aguas por el camino de Idumea, y la tierra fué llena de aguas. 3.21
Y todos los de Moab, como oyeron que los reyes subían á pelear contra
ellos, juntáronse desde todos los que ceñían talabarte arriba, y
pusiéronse en la frontera. 3.22
Y como se levantaron por la mañana, y lució el sol sobre las aguas,
vieron los de Moab desde lejos las aguas rojas como sangre; 3.23
Y dijeron: ¡Sangre es esta de espada! Los reyes se han revuelto, y cada
uno ha muerto á su compañero. Ahora pues, ¡Moab, á la presa! 3.24
Mas cuando llegaron al campo de Israel, levantáronse los Israelitas é
hirieron á los de Moab, los cuales huyeron delante de ellos: siguieron
empero hiriendo todavía á los de Moab. 3.25
Y asolaron las ciudades, y en todas las heredades fértiles echó cada
uno su piedra, y las llenaron; cegaron también todas las fuentes de las
aguas, y derribaron todos los buenos árboles; hasta que en Kir-hareseth
solamente dejaron sus piedras; porque los honderos la cercaron, y la
hirieron. 3.26 Y
cuando el rey de Moab vió que la batalla lo vencía, tomó consigo
setecientos hombres que sacaban espada, para romper contra el rey de
Idumea: mas no pudieron. 3.27
Entonces arrebató á su primogénito que había de reinar en su lugar, y
sacrificóle en holocausto sobre el muro. Y hubo grande enojo en Israel;
y retiráronse de él, y volviéronse á su tierra. ▲4.1
UNA mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó á Eliseo,
diciendo: Tu siervo mi marido es muerto; y tú sabes que tu siervo era
temeroso de Jehová: y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos
por siervos. 4.2 Y
Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella
dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una botija de aceite. 4.3 Y él le
dijo: Ve, y pide para ti vasos prestados de todos tus vecinos, vasos
vacíos, no pocos. 4.4 Entra
luego, y cierra la puerta tras ti y tras tus hijos; y echa en todos los
vasos, y en estando uno lleno, ponlo aparte. 4.5
Y partióse la mujer de él, y cerró la puerta tras sí y tras sus hijos;
y ellos le llegaban los vasos, y ella echaba del aceite. 4.6
Y como los vasos fueron llenos, dijo á un hijo suyo: Tráeme aún otro
vaso. Y él dijo: No hay más vasos. Entonces cesó el aceite. 4.7
Vino ella luego, y contólo al varón de Dios, el cual dijo: Ve, y vende
el aceite, y paga á tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que
quedare. 4.8 Y
aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem; y había allí una
mujer principal, la cual le constriñó á que comiese del pan: y cuando
por allí pasaba, veníase á su casa á comer del pan. 4.9 Y ella
dijo á su marido: He aquí ahora, yo entiendo que éste que siempre pasa
por nuestra casa, es varón de Dios santo. 4.10
Yo te ruego que hagas una pequeña cámara de paredes, y pongamos en ella
cama, y mesa, y silla, y candelero, para que cuando viniere á nosotros,
se recoja en ella. 4.11 Y
aconteció que un día vino él por allí, y recogióse en aquella cámara, y
durmió en ella. 4.12
Entonces dijo á Giezi su criado: Llama á esta Sunamita. Y como él la
llamó, pareció ella delante de él. 4.13
Y dijo él á Giezi: Dile: He aquí tú has estado solícita por nosotros
con todo este esmero: ¿qué quieres que haga por ti? ¿has menester que
hable por ti al rey, ó al general del ejército? Y ella respondió: Yo
habito en medio de mi pueblo. 4.14 Y él
dijo: ¿Qué pues haremos por ella? Y Giezi respondió: He aquí ella no
tiene hijo, y su marido es viejo. 4.15 Dijo
entonces: Llámala. Y él la llamó, y ella se paró á la puerta. 4.16
Y él le dijo: A este tiempo según el tiempo de la vida, abrazarás un
hijo. Y ella dijo: No, señor mío, varón de Dios, no hagas burla de tu
sierva. 4.17 Mas la
mujer concibió, y parió un hijo á aquel tiempo que Eliseo le había
dicho, según el tiempo de la vida. 4.18 Y como
el niño fué grande, aconteció que un día salió á su padre, á los
segadores. 4.19 Y dijo
á su padre: ¡Mi cabeza, mi cabeza! Y él dijo á un criado: Llévalo á su
madre. 4.20 Y
habiéndole él tomado, y traídolo á su madre, estuvo sentado sobre sus
rodillas hasta medio día, y murióse. 4.21 Ella
entonces subió, y púsolo sobre la cama del varón de Dios, y cerrándole
la puerta, salióse. 4.22
Llamando luego á su marido, díjole: Ruégote que envíes conmigo á alguno
de los criados y una de las asnas, para que yo vaya corriendo al varón
de Dios, y vuelva. 4.23 Y él
dijo: ¿Para qué has de ir á él hoy? No es nueva luna, ni sábado. Y ella
respondió: Paz. 4.24
Después hizo enalbardar una borrica, y dijo al mozo: Guía y anda; y no
me hagas detener para que suba, sino cuando yo te lo dijere. 4.25
Partióse pues, y vino al varón de Dios al monte del Carmelo. Y cuando
el varón de Dios la vió de lejos, dijo á su criado Giezi: He aquí la
Sunamita: 4.26
Ruégote que vayas ahora corriendo á recibirla, y dile: ¿Tienes paz? ¿y
tu marido, y tu hijo? Y ella dijo: Paz. 4.27
Y luego que llegó al varón de Dios en el monte, asió de sus pies. Y
llegóse Giezi para quitarla; mas el varón de Dios le dijo: Déjala,
porque su alma está en amargura, y Jehová me ha encubierto el motivo, y
no me lo ha revelado. 4.28 Y ella
dijo: ¿Pedí yo hijo á mi señor? ¿No dije yo, que no me burlases? 4.29
Entonces dijo él á Giezi: Ciñe tus lomos, y toma mi bordón en tu mano,
y ve; y si alguno te encontrare, no lo saludes; y si alguno te
saludare, no le respondas: y pondrás mi bordón sobre el rostro del niño. 4.30 Y dijo
la madre del niño: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. 4.31
El entonces se levantó, y siguióla. Y Giezi había ido delante de ellos,
y había puesto el bordón sobre el rostro del niño, mas ni tenía voz ni
sentido; y así se había vuelto para encontrar á Eliseo; y declaróselo,
diciendo: El mozo no despierta. 4.32 Y
venido Eliseo á la casa, he aquí el niño que estaba tendido muerto
sobre su cama. 4.33
Entrando él entonces, cerró la puerta sobre ambos, y oró á Jehová. 4.34
Después subió, y echóse sobre el niño, poniendo su boca sobre la boca
de él, y sus ojos sobre sus ojos, y sus manos sobre las manos suyas;
así se tendió sobre él, y calentóse la carne del joven. 4.35
Volviéndose luego, paséose por la casa á una parte y á otra, y después
subió, y tendióse sobre él; y el joven estornudó siete veces, y abrió
sus ojos. 4.36
Entonces llamó él á Giezi, y díjole: Llama á esta Sunamita. Y él la
llamó. Y entrando ella, él le dijo: Toma tu hijo. 4.37 Y así
que ella entró, echóse á sus pies, é inclinóse á tierra: después tomó
su hijo, y salióse. 4.38
Y Eliseo se volvió á Gilgal. Había entonces grande hambre en la tierra.
Y los hijos de los profetas estaban con él, por lo que dijo á su
criado: Pon una grande olla, y haz potaje para los hijos de los
profetas. 4.39 Y
salió uno al campo á coger hierbas, y halló una como parra montés, y
cogió de ella una faldada de calabazas silvestres: y volvió, y cortólas
en la olla del potaje: porque no sabía lo que era. 4.40
Echóse después para que comieran los hombres; pero sucedió que comiendo
ellos de aquel guisado, dieron voces, diciendo: ¡Varón de Dios, la
muerte en la olla! Y no lo pudieron comer. 4.41 El
entonces dijo: Traed harina. Y esparcióla en la olla, y dijo: Echa de
comer á la gente. Y no hubo más mal en la olla. 4.42
Vino entonces un hombre de Baal-salisa, el cual trajo al varón de Dios
panes de primicias, veinte panes de cebada, y trigo nuevo en su espiga.
Y él dijo: Da á la gente para que coman. 4.43
Y respondió su sirviente: ¿Cómo he de poner esto delante de cien
hombres? Mas él tornó á decir: Da á la gente para que coman, porque así
ha dicho Jehová: Comerán, y sobrará. 4.44
Entonces él lo puso delante de ellos, y comieron, y sobróles, conforme
á la palabra de Jehová. ▲5.1
NAAMAN, general del ejército del rey de Siria, era gran varón delante
de su señor, y en alta estima, porque por medio de él había dado Jehová
salvamento á la Siria. Era este hombre valeroso en extremo, pero
leproso. 5.2 Y de
Siria habían salido cuadrillas, y habían llevado cautiva de la tierra
de Israel una muchacha; la cual sirviendo á la mujer de Naamán, 5.3 Dijo á
su señora: Si rogase mi señor al profeta que está en Samaria, él lo
sanaría de su lepra. 5.4 Y
entrando Naamán á su señor, declaróselo, diciendo: Así y así ha dicho
una muchacha que es de la tierra de Israel. 5.5
Y díjole el rey de Siria: Anda, ve, y yo enviaré letras al rey de
Israel. Partió pues él, llevando consigo diez talentos de plata, y seis
mil piezas de oro, y diez mudas de vestidos. 5.6
Tomó también letras para el rey de Israel, que decían así: Luego en
llegando á ti estas letras, sabe por ellas que yo envío á ti mi siervo
Naamán, para que lo sanes de su lepra. 5.7
Y luego que el rey de Israel leyó las cartas, rasgó sus vestidos, y
dijo: ¿Soy yo Dios, que mate y dé vida, para que éste envíe á mí á que
sane un hombre de su lepra? Considerad ahora, y ved cómo busca ocasión
contra mí. 5.8 Y como
Eliseo, varón de Dios oyó que el rey de Israel había rasgado sus
vestidos, envió á decir al rey: ¿Por qué has rasgado tus vestidos?
Venga ahora á mí, y sabrá que hay profeta en Israel. 5.9 Y vino
Naamán con sus caballos y con su carro, y paróse á las puertas de la
casa de Eliseo. 5.10
Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Ve, y lávate siete
veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio. 5.11
Y Naamán se fué enojado, diciendo: He aquí yo decía para mí: Saldrá él
luego, y estando en pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará
su mano, y tocará el lugar, y sanará la lepra. 5.12
Abana y Pharphar, ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas
de Israel? Si me lavare en ellos, ¿no seré también limpio? Y volvióse,
y fuése enojado. 5.13
Mas sus criados se llegaron á él, y habláronle, diciendo: Padre mío, si
el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la hicieras? ¿cuánto más,
diciéndote: Lávate, y serás limpio? 5.14
El entonces descendió, y zambullóse siete veces en el Jordán, conforme
á la palabra del varón de Dios: y su carne se volvió como la carne de
un niño, y fué limpio. 5.15
Y volvió al varón de Dios, él y toda su compañía, y púsose delante de
él, y dijo: He aquí ahora conozco que no hay Dios en toda la tierra,
sino en Israel. Ruégote que recibas algún presente de tu siervo. 5.16 Mas él
dijo: Vive Jehová, delante del cual estoy, que no lo tomaré. E
importunándole que tomase, él nunca quiso. 5.17
Entonces Naamán dijo: Ruégote pues, ¿no se dará á tu siervo una carga
de un par de acémilas de aquesta tierra? porque de aquí adelante tu
siervo no sacrificará holocausto ni sacrificio á otros dioses, sino á
Jehová. 5.18 En
esto
perdone Jehová á tu siervo: que cuando mi señor entrare en el templo de
Rimmón, y para adorar en él se apoyare sobre mi mano, si yo también me
inclinare en el templo de Rimmón, si en el templo de Rimmón me inclino,
Jehová perdone en esto á tu siervo. 5.19 Y él
le dijo: Vete en paz. Partióse pues de él, y caminó como el espacio de
una milla. 5.20
Entonces Giezi, criado de Eliseo el varón de Dios, dijo entre sí: He
aquí mi señor estorbó á este Siro Naamán, no tomando de su mano las
cosas que había traído. Vive Jehová, que correré yo tras él, y tomaré
de él alguna cosa. 5.21 Y
siguió Giezi á Naamán: y como le vió Naamán que venía corriendo tras
él, apeóse del carro para recibirle, y dijo: ¿Va bien? 5.22
Y él dijo: Bien. Mi señor me envía á decir: He aquí vinieron á mí en
esta hora del monte de Ephraim dos mancebos de los hijos de los
profetas: ruégote que les des un talento de plata, y sendas mudas de
vestidos. 5.23 Y
Naamán dijo: Ruégote que tomes dos talentos. Y él le constriñó, y ató
dos talentos de plata en dos sacos, y dos mudas de vestidos, y púsolo á
cuestas á dos de sus criados, que lo llevasen delante de él. 5.24
Y llegado que hubo á un lugar secreto, él lo tomó de mano de ellos, y
guardólo en casa: luego mandó á los hombres que se fuesen. 5.25
Y él entró, y púsose delante de su señor. Y Eliseo le dijo: ¿De dónde
vienes, Giezi? Y él dijo: Tu siervo no ha ido á ninguna parte. 5.26
El entonces le dijo: ¿No fué también mi corazón, cuando el hombre
volvió de su carro á recibirte? ¿es tiempo de tomar plata, y de tomar
vestidos, olivares, viñas, ovejas, bueyes, siervos y siervas? 5.27 La
lepra de Naamán se te pegará á ti, y á tu simiente para siempre. Y
salió de delante de él leproso, blanco como la nieve. ▲6.1 LOS hijos de los profetas
dijeron á Eliseo: He aquí, el lugar en que moramos contigo nos es
estrecho. 6.2 Vamos
ahora al Jordán, y tomemos de allí cada uno una viga, y hagámonos allí
lugar en que habitemos. Y él dijo: Andad. 6.3 Y dijo
uno: Rogámoste que quieras venir con tus siervos. Y él respondió: Yo
iré. 6.4 Fuése
pues con ellos; y como llegaron al Jordán, cortaron la madera. 6.5
Y aconteció que derribando uno un árbol, cayósele el hacha en el agua;
y dió voces, diciendo: ¡Ah, señor mío, que era emprestada! 6.6
Y el varón de Dios dijo: ¿Dónde cayó? Y él le mostró el lugar. Entonces
cortó él un palo, y echólo allí; é hizo nadar el hierro. 6.7 Y dijo:
Tómalo. Y él tendió la mano, y tomólo. 6.8 Tenía
el rey de Siria guerra contra Israel, y consultando con sus siervos,
dijo: En tal y tal lugar estará mi campamento. 6.9 Y el
varón de Dios envió á decir al rey de Israel: Mira que no pases por tal
lugar, porque los Siros van allí. 6.10
Entonces el rey de Israel envió á aquel lugar que el varón de Dios
había dicho y amonestádole; y guardóse de allí, no una vez ni dos. 6.11
Y el corazón del rey de Siria fué turbado de esto; y llamando á sus
siervos, díjoles: ¿No me declararéis vosotros quién de los nuestros es
del rey de Israel? 6.12
Entonces uno de los siervos dijo: No, rey, señor mío; sino que el
profeta Eliseo está en Israel, el cual declara al rey de Israel las
palabras que tú hablas en tu más secreta cámara. 6.13 Y él
dijo: Id, y mirad dónde está, para que yo envíe á tomarlo. Y fuéle
dicho: He aquí él está en Dothán. 6.14
Entonces envió el rey allá gente de á caballo, y carros, y un grande
ejército, los cuales vinieron de noche, y cercaron la ciudad. 6.15
Y levantándose de mañana el que servía al varón de Dios, para salir, he
aquí el ejército que tenía cercada la ciudad, con gente de á caballo y
carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿qué haremos? 6.16 Y él
le dijo: No hayas miedo: porque más son los que están con nosotros que
los que están con ellos. 6.17
Y oró Eliseo, y dijo: Ruégote, oh Jehová, que abras sus ojos para que
vea. Entonces Jehová abrió los ojos del mozo, y miró: y he aquí que el
monte estaba lleno de gente de á caballo, y de carros de fuego
alrededor de Eliseo. 6.18
Y luego que los Siros descendieron á él, oró Eliseo á Jehová, y dijo:
Ruégote que hieras á esta gente con ceguedad. E hiriólos con ceguedad,
conforme al dicho de Eliseo. 6.19
Después les dijo Eliseo: No es este el camino, ni es esta la ciudad;
seguidme, que yo os guiaré al hombre que buscáis. Y guiólos á Samaria. 6.20
Y así que llegaron á Samaria, dijo Eliseo: Jehová, abre los ojos de
éstos, para que vean. Y Jehová abrió sus ojos, y miraron, y halláronse
en medio de Samaria. 6.21 Y
cuando el rey de Israel los hubo visto, dijo á Eliseo: ¿Herirélos,
padre mío? 6.22
Y él le respondió: No los hieras; ¿herirías tú á los que tomaste
cautivos con tu espada y con tu arco? Pon delante de ellos pan y agua,
para que coman y beban, y se vuelvan á sus señores. 6.23
Entonces les fué aparejada grande comida: y como hubieron comido y
bebido, enviólos, y ellos se volvieron á su señor. Y nunca más vinieron
cuadrillas de Siria á la tierra de Israel. 6.24
Después de esto aconteció, que Ben-adad rey de Siria juntó todo su
ejército, y subió, y puso cerco á Samaria. 6.25
Y hubo grande hambre en Samaria, teniendo ellos cerco sobre ella;
tanto, que la cabeza de un asno era vendida por ochenta piezas de
plata, y la cuarta de un cabo de estiércol de palomas por cinco piezas
de plata. 6.26 Y
pasando el rey de Israel por el muro, una mujer le dió voces, y dijo:
Salva, rey señor mío. 6.27 Y él
dijo: Si no te salva Jehová, ¿de dónde te tengo de salvar yo? ¿del
alfolí, ó del lagar? 6.28
Y díjole el rey: ¿Qué tienes? Y ella respondió: Esta mujer me dijo: Da
acá tu hijo, y comámoslo hoy, y mañana comeremos el mío. 6.29
Cocimos pues mi hijo, y le comimos. El día siguiente yo le dije: Da acá
tu hijo, y comámoslo. Mas ella ha escondido su hijo. 6.30
Y como el rey oyó las palabras de aquella mujer, rasgó sus vestidos, y
pasó así por el muro: y llegó á ver el pueblo el saco que traía
interiormente sobre su carne. 6.31 Y él
dijo: Así me haga Dios, y así me añada, si la cabeza de Eliseo hijo de
Saphat quedare sobre él hoy. 6.32
Estaba á la sazón Eliseo sentado en su casa, y con él estaban sentados
los ancianos: y el rey envió á él un hombre. Mas antes que el mensajero
viniese á él, dijo él á los ancianos: ¿No habéis visto como este hijo
del homicida me envía á quitar la cabeza? Mirad pues, y cuando viniere
el mensajero, cerrad la puerta, é impedidle la entrada: ¿no viene tras
él el ruido de los pies de su amo? 6.33
Aun estaba él hablando con ellos, y he aquí el mensajero que descendía
á él; y dijo: Ciertamente este mal de Jehová viene. ¿Para qué tengo de
esperar más á Jehová? ▲7.1
DIJO entonces Eliseo: Oid palabra de Jehová: Así dijo Jehová: Mañana á
estas horas valdrá el seah de flor de harina un siclo, y dos seah de
cebada un siclo, á la puerta de Samaria. 7.2
Y un príncipe sobre cuya mano el rey se apoyaba, respondió al varón de
Dios, y dijo: Si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto
así? Y él dijo: He aquí tú lo verás con tus ojos, mas no comerás de
ello. 7.3 Y había
cuatro hombres leprosos á la entrada de la puerta, los cuales dijeron
el uno al otro: ¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos? 7.4
Si tratáremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la
ciudad moriremos en ella; y si nos quedamos aquí, también moriremos.
Vamos pues ahora, y pasémonos al ejército de los Siros: si ellos nos
dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la muerte, moriremos. 7.5
Levantáronse pues en el principio de la noche, para irse al campo de
los Siros; y llegando á las primeras estancias de los Siros, no había
allí hombre. 7.6
Porque el Señor había hecho que en el campo de los Siros se oyese
estruendo de carros, ruido de caballos, y estrépito de grande ejército;
y dijéronse los unos á los otros: He aquí el rey de Israel ha pagado
contra nosotros á los reyes de los Heteos, y á los reyes de los
Egipcios, para que vengan contra nosotros. 7.7
Y así se habían levantado y huído al principio de la noche, dejando sus
tiendas, sus caballos, sus asnos, y el campo como se estaba; y habían
huído por salvar las vidas. 7.8
Y como los leprosos llegaron á las primeras estancias, entráronse en
una tienda, y comieron y bebieron, y tomaron de allí plata, y oro, y
vestido, y fueron, y escondiéronlo: y vueltos, entraron en otra tienda,
y de allí también tomaron, y fueron, y escondieron. 7.9
Y dijéronse el uno al otro: No hacemos bien: hoy es día de buena nueva,
y nosotros callamos: y si esperamos hasta la luz de la mañana, nos
alcanzará la maldad. Vamos pues ahora, entremos, y demos la nueva en
casa del rey. 7.10 Y
vinieron, y dieron voces á los guardas de la puerta de la ciudad, y
declaráronles, diciendo: Nosotros fuimos al campo de los Siros, y he
aquí que no había allí hombre, ni voz de hombre, sino caballos atados,
asnos también atados, y el campo como se estaba. 7.11 Y los
porteros dieron voces, y declaráronlo dentro, en el palacio del rey. 7.12
Y levantóse el rey de noche, y dijo á sus siervos: Yo os declararé lo
que nos han hecho los Siros. Ellos saben que tenemos hambre, y hanse
salido de las tiendas y escondídose en el campo, diciendo: Cuando
hubieren salido de la ciudad, los tomaremos vivos, y entraremos en la
ciudad. 7.13
Entonces
respondió uno de sus siervos, y dijo: Tomen ahora cinco de los caballos
que han quedado en la ciudad, (porque ellos también son como toda la
multitud de Israel que ha quedado en ella; también ellos son como toda
la multitud de Israel que ha perecido;) y enviemos, y veamos qué hay. 7.14
Tomaron pues dos caballos de un carro, y envió el rey tras el campo de
los Siros, diciendo: Id, y ved. 7.15
Y ellos fueron, y siguiéronlos hasta el Jordán: y he aquí, todo el
camino estaba lleno de vestidos y enseres que los Siros habían arrojado
con la premura. Y volvieron los mensajeros, é hiciéronlo saber al rey. 7.16
Entonces el pueblo salió, y saquearon el campo de los Siros. Y fué
vendido un seah de flor de harina por un siclo, y dos seah de cebada
por un siclo, conforme á la palabra de Jehová. 7.17
Y el rey puso á la puerta a aquel príncipe sobre cuya mano él se
apoyaba: y atropellóle el pueblo á la entrada, y murió, conforme á lo
que había dicho el varón de Dios, lo que habló cuando el rey descendió
á él. 7.18
Aconteció
pues de la manera que el varón de Dios había hablado al rey, diciendo:
Dos seah de cebada por un siclo, y el seah de flor de harina será
vendido por un siclo mañana á estas horas, á la puerta de Samaria. 7.19
A lo cual aquel príncipe había respondido al varón de Dios, diciendo:
Aunque Jehová hiciese ventanas en el cielo, ¿pudiera ser eso? Y él
dijo: He aquí tú lo verás con tus ojos, mas no comerás de ello. 7.20 Y
vínole así; porque el pueblo le atropelló á la entrada, y murió. ▲8.1
Y HABLO Eliseo á aquella mujer á cuyo hijo había hecho vivir, diciendo:
Levántate, vete tú y toda tu casa á vivir donde pudieres; porque Jehová
ha llamado el hambre, la cual vendrá también sobre la tierra siete años. 8.2
Entonces la mujer se levantó, é hizo como el varón de Dios le dijo: y
partióse ella con su familia, y vivió en tierra de los Filisteos siete
años. 8.3 Y como
fueron pasados los siete años, la mujer volvió de la tierra de los
Filisteos: después salió para clamar al rey por su casa, y por sus
tierras. 8.4 Y había
el rey hablado con Giezi, criado del varón de Dios, diciéndole: Ruégote
que me cuentes todas las maravillas que ha hecho Eliseo. 8.5
Y contando él al rey cómo había hecho vivir á un muerto, he aquí la
mujer, á cuyo hijo había hecho vivir, que clamaba al rey por su casa y
por sus tierras. Entonces dijo Giezi: Rey señor mío, esta es la mujer,
y este es su hijo, al cual Eliseo hizo vivir. 8.6
Y preguntando el rey á la mujer, ella se lo contó. Entonces el rey le
dió un eunuco, diciéndole: Hazle volver todas las cosas que eran suyas,
y todos los frutos de la tierras desde el día que dejó el país hasta
ahora. 8.7 Eliseo
se
fué luego á Damasco, y Ben-adad rey de Siria estaba enfermo, al cual
dieron aviso, diciendo: El varón de Dios ha venido aquí. 8.8
Y el rey dijo á Hazael: Toma en tu mano un presente, y ve á recibir al
varón de Dios, y consulta por él á Jehová, diciendo: ¿Tengo de sanar de
esta enfermedad? 8.9
Tomó pues Hazael en su mano un presente de todos los bienes de Damasco,
cuarenta camellos cargados, y saliólo á recibir: y llegó, y púsose
delante de él, y dijo: Tu hijo Ben-adad, rey de Siria, me ha enviado á
ti, diciendo: ¿Tengo de sanar de esta enfermedad? 8.10 Y
Eliseo le dijo: Ve, dile: Seguramente vivirás. Empero Jehová me ha
mostrado que él ha de morir ciertamente. 8.11 Y el
varón de Dios le volvió el rostro afirmadamente, y estúvose así una
gran pieza; y lloró el varón de Dios. 8.12
Entonces díjole Hazael: ¿Por qué llora mi señor? Y él respondió: Porque
sé el mal que has de hacer á los hijos de Israel: á sus fortalezas
pegarás fuego, y á sus mancebos matarás á cuchillo, y estrellarás á sus
niños, y abrirás á sus preñadas. 8.13
Y Hazael dijo: ¿Por qué? ¿es tu siervo perro, que hará esta gran cosa?
Y respondió Eliseo: Jehová me ha mostrado que tú has de ser rey de
Siria. 8.14 Y él
se
partió de Eliseo, y vino á su señor, el cual le dijo: ¿Qué te ha dicho
Eliseo? Y él respondió: Díjome que seguramente vivirás. 8.15
El día siguiente tomó un paño basto, y metiólo en agua, y tendiólo
sobre el rostro de Ben-adad, y murió: y reinó Hazael en su lugar. 8.16
En el quinto año de Joram hijo de Achâb rey de Israel, y siendo
Josaphat rey de Judá, comenzó á reinar Joram hijo de Josaphat rey de
Judá. 8.17 De
treinta y dos años era cuando comenzó á reinar, y ocho años reinó en
Jerusalem. 8.18
Y anduvo en el camino de los reyes de Israel, como hizo la casa de
Achâb, porque una hija de Achâb fué su mujer; é hizo lo malo en ojos de
Jehová. 8.19 Con
todo
eso, Jehová no quiso cortar á Judá, por amor de David su siervo, como
le había prometido darle lámpara de sus hijos perpetuamente. 8.20 En su
tiempo se rebeló Edom de debajo de la mano de Judá, y pusieron rey
sobre sí. 8.21
Joram por tanto pasó á Seir, y todos sus carros con él: y levantándose
de noche hirió á los Idumeos, los cuales le habían cercado, y á los
capitanes de los carros: y el pueblo huyó á sus estancias. 8.22
Sustrájose no obstante Edom de bajo la mano de Judá, hasta hoy.
Rebelóse además Libna en el mismo tiempo. 8.23
Lo demás de los hechos de Joram, y todas las cosas que hizo, ¿no está
escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? 8.24 Y
durmió Joram con sus padres, y fué sepultado con sus padres en la
ciudad de David: y reinó en lugar suyo Ochôzías, su hijo. 8.25 En el
año doce de Joram hijo de Achâb rey de Israel, comenzó á reinar
Ochôzías hijo de Joram rey de Judá. 8.26
De veintidós años era Ochôzías cuando comenzó á reinar, y reinó un año
en Jerusalem. El nombre de su madre fué Athalía hija de Omri rey de
Israel. 8.27 Y
anduvo
en el camino de la casa de Achâb, é hizo lo malo en ojos de Jehová,
como la casa de Achâb: porque era yerno de la casa de Achâb. 8.28 Y fué
á la guerra con Joram hijo de Achâb á Ramoth de Galaad, contra Hazael
rey de Siria; y los Siros hirieron á Joram. 8.29
Y el rey Joram se volvió á Jezreel, para curarse de las heridas que los
Siros le hicieron delante de Ramoth, cuando peleó contra Hazael rey de
Siria. Y descendió Ochôzías hijo de Joram rey de Judá, á visitar á
Joram hijo de Achâb en Jezreel, porque estaba enfermo. ▲9.1
ENTONCES el profeta Eliseo llamó á uno de los hijos de los profetas, y
díjole: Ciñe tus lomos, y toma esta alcuza de aceite en tu mano, y ve á
Ramoth de Galaad. 9.2
Y cuando llegares allá, verás allí á Jehú hijo de Josaphat hijo de
Nimsi; y entrando, haz que se levante de entre sus hermanos, y mételo
en la recámara. 9.3
Toma luego la alcuza de aceite, y derrámala sobre su cabeza, y di: Así
dijo Jehová: Yo te he ungido por rey sobre Israel. Y abriendo la
puerta, echa á huir, y no esperes. 9.4 Fué
pues el mozo, el mozo del profeta, á Ramoth de Galaad. 9.5
Y como él entró, he aquí los príncipes del ejército que estaban
sentados. Y él dijo: Príncipe, una palabra tengo que decirte. Y Jehú
dijo: ¿A cuál de todos nosotros? Y él dijo: A ti, príncipe. 9.6
Y él se levantó, y entróse en casa; y el otro derramó el aceite sobre
su cabeza, y díjole: Así dijo Jehová Dios de Israel: Yo te he ungido
por rey sobre el pueblo de Jehová, sobre Israel. 9.7
Y herirás la casa de Achâb tu señor, para que yo vengue la sangre de
mis siervos los profetas, y la sangre de todos los siervos de Jehová,
de la mano de Jezabel. 9.8 Y
perecerá toda la casa de Achâb, y talaré de Achâb todo meante á la
pared, así al guardado como al desamparado en Israel. 9.9 Y yo
pondré la casa de Achâb como la casa de Jeroboam hijo de Nabat, y como
la casa de Baasa hijo de Ahía. 9.10 Y á
Jezabel comerán perros en el campo de Jezreel, y no habrá quien la
sepulte. En seguida abrió la puerta, y echó á huir. 9.11
Después salió Jehú á los siervos de su señor, y dijéronle: ¿Hay paz?
¿para qué entró á ti aquel loco? Y él les dijo: Vosotros conocéis al
hombre y sus palabras. 9.12
Y ellos dijeron: Mentira; decláranoslo ahora. Y él dijo: Así y así me
habló, diciendo: Así ha dicho Jehová: Yo te he ungido por rey sobre
Israel. 9.13
Entonces
tomaron prestamente su ropa, y púsola cada uno debajo de él en un trono
alto, y tocaron corneta, y dijeron: Jehú es rey. 9.14
Así conjuró Jehú hijo de Josaphat hijo de Nimsi, contra Joram. (Estaba
Joram guardando á Ramoth de Galaad con todo Israel, por causa de Hazael
rey de Siria. 9.15
Habíase empero vuelto el rey Joram á Jezreel, para curarse de las
heridas que los Siros le habían hecho, peleando contra Hazael rey de
Siria.) Y Jehú dijo: Si es vuestra voluntad, ninguno escape de la
ciudad, para ir á dar las nuevas en Jezreel. 9.16
Entonces Jehú cabalgó, y fuése á Jezreel, porque Joram estaba allí
enfermo. También Ochôzías rey de Judá había descendido á visitar á
Joram. 9.17 Y el
atalaya que estaba en la torre de Jezreel, vió la cuadrilla de Jehú,
que venía, y dijo: Yo veo una cuadrilla. Y Joram dijo: Toma uno de á
caballo, y envía á reconocerlos, y que les diga: ¿Hay paz? 9.18
Fué pues el de á caballo á reconocerlos, y dijo: El rey dice así: ¿Hay
paz? Y Jehú le dijo: ¿Qué tienes tú que ver con la paz? vuélvete tras
mí. El atalaya dió luego aviso, diciendo: El mensajero llegó hasta
ellos, y no vuelve. 9.19
Entonces envió otro de á caballo, el cual llegando á ellos, dijo: El
rey dice así: ¿Hay paz? Y Jehú respondió: ¿Qué tienes tú que ver con la
paz? vuélvete tras mí. 9.20
El atalaya volvió á decir: También éste llegó á ellos y no vuelve: mas
el marchar del que viene es como el marchar de Jehú hijo de Nimsi,
porque viene impetuosamente. 9.21
Entonces Joram dijo: Unce. Y uncido que fué su carro, salió Joram rey
de Israel, y Ochôzías rey de Judá, cada uno en su carro, y salieron á
encontrar á Jehú, al cual hallaron en la heredad de Naboth de Jezreel. 9.22
Y en viendo Joram á Jehú, dijo: ¿Hay paz, Jehú? Y él respondió: ¿Qué
paz, con las fornicaciones de Jezabel tu madre, y sus muchas
hechicerías? 9.23
Entonces Joram volviendo la mano huyó, y dijo á Ochôzías: ¡Traición,
Ochôzías! 9.24 Mas
Jehú flechó su arco, é hirió á Joram entre las espaldas, y la saeta
salió por su corazón, y cayó en su carro. 9.25
Dijo luego Jehú á Bidkar su capitán: Tómalo y échalo á un cabo de la
heredad de Naboth de Jezreel. Acuérdate que cuando tú y yo íbamos
juntos con la gente de Achâb su padre, Jehová pronunció esta sentencia
sobre él, diciendo: 9.26
Que yo he visto ayer las sangres de Naboth, y las sangres de sus hijos,
dijo Jehová; y tengo de darte la paga en esta heredad, dijo Jehová.
Tómale pues ahora, y échalo en la heredad, conforme á la palabra de
Jehová. 9.27 Y
viendo
esto Ochôzías rey de Judá, huyó por el camino de la casa del huerto. Y
siguiólo Jehú, diciendo: Herid también á éste en el carro. Y le
hirieron á la subida de Gur, junto á Ibleam. Y él huyó á Megiddo, y
murió allí. 9.28 Y sus
siervos le llevaron en un carro á Jerusalem, y allá le sepultaron con
sus padres, en su sepulcro en la ciudad de David. 9.29 En el
undécimo año de Joram hijo de Achâb, comenzó á reinar Ochôzías sobre
Judá. 9.30 Vino
después Jehú á Jezreel: y como Jezabel lo oyó, adornó sus ojos con
alcohol, y atavió su cabeza, y asomóse á una ventana. 9.31 Y como
entraba Jehú por la puerta, ella dijo: ¿Sucedió bien á Zimri, que mató
á su señor? 9.32
Alzando él entonces su rostro hacia la ventana, dijo: ¿Quién es
conmigo? ¿quién? Y miraron hacia él dos ó tres eunucos. 9.33
Y él les dijo: Echadla abajo. Y ellos la echaron: y parte de su sangre
fué salpicada en la pared, y en los caballos; y él la atropelló. 9.34 Entró
luego, y después que comió y bebió, dijo: Id ahora á ver aquella
maldita, y sepultadla; que es hija de rey. 9.35 Empero
cuando fueron para sepultarla, no hallaron de ella más que la calavera,
y los pies, y las palmas de las manos. 9.36
Y volvieron, y dijéronselo. Y él dijo: La palabra de Dios es ésta, la
cual él habló por mano de su siervo Elías Thisbita, diciendo: En la
heredad de Jezreel comerán los perros las carnes de Jezabel. 9.37
Y el cuerpo de Jezabel fué cual estiércol sobre la faz de la tierra en
la heredad de Jezreel; de manera que nadie pueda decir: Esta es Jezabel. ▲10.1
Y TENIA Achâb en Samaria setenta hijos; y escribió letras Jehú, y
enviólas á Samaria á los principales de Jezreel, á los ancianos y á los
ayos de Achâb, diciendo: 10.2
Luego en llegando estas letras á vosotros lo que tenéis los hijos de
vuestro señor, y los que tenéis carros y gente de á caballo, la ciudad
pertrechada, y las armas, 10.3
Mirad cuál es el mejor y él más recto de los hijos de vuestro señor, y
ponedlo en el trono de su padre, y pelead por la casa de vuestro señor. 10.4 Mas
ellos tuvieron gran temor, y dijeron: He aquí dos reyes no pudieron
resistirle, ¿cómo le resistiremos nosotros? 10.5
Y el mayordomo, y el presidente de la ciudad, y los ancianos, y los
ayos, enviaron á decir á Jehú: Siervos tuyos somos, y haremos todo lo
que nos mandares: no elegiremos por rey á ninguno; tú harás lo que bien
te pareciere. 10.6 El
entonces les escribió la segunda vez diciendo: Si sois míos, y queréis
obedecerme, tomad las cabezas de los varones hijos de vuestro señor, y
venid mañana á estas horas á mí á Jezreel. Y los hijos del rey, setenta
varones, estaban con los principales de la ciudad, que los criaban. 10.7
Y como las letras llegaron á ellos, tomaron á los hijos del rey, y
degollaron setenta varones, y pusieron sus cabezas en canastillos, y
enviáronselas á Jezreel. 10.8
Y vino un mensajero que le dió las nuevas, diciendo: Traído han las
cabezas de los hijos del rey. Y él le dijo: Ponedlas en dos montones á
la entrada de la puerta hasta la mañana. 10.9
Venida la mañana, salió él, y estando en pie dijo á todo el pueblo:
Vosotros sois justos: he aquí yo he conspirado contra mi señor, y lo he
muerto: ¿mas quién ha muerto á todos estos? 10.10
Sabed ahora que de la palabra de Jehová que habló sobre la casa de
Achâb, nada caerá en tierra: y que Jehová ha hecho lo que dijo por su
siervo Elías. 10.11
Mató entonces Jehú á todos los que habían quedado de la casa de Achâb
en Jezreel, y á todos sus príncipes, y á todos sus familiares, y á sus
sacerdotes, que no le quedó ninguno. 10.12 Y
levantóse de allí, y vino á Samaria; y llegando él en el camino á una
casa de esquileo de pastores, 10.13
Halló allí á los hermanos de Ochôzías rey de Judá, y díjoles: ¿Quién
sois vosotros? Y ellos dijeron: Somos hermanos de Ochôzías, y hemos
venido á saludar á los hijos del rey, y á los hijos de la reina. 10.14
Entonces él dijo: Prendedlos vivos. Y después que los tomaron vivos,
degolláronlos junto al pozo de la casa de esquileo, cuarenta y dos
varones, sin dejar ninguno de ellos. 10.15
Partiéndose luego de allí encontróse con Jonadab hijo de Rechâb; y
después que lo hubo saludado, díjole: ¿Es recto tu corazón, como el mío
es recto con el tuyo? Y Jonadab dijo: Lo es. Pues que lo es, dame la
mano. Y él le dió su mano. Hízolo luego subir consigo en el carro. 10.16 Y
díjole: Ven conmigo, y verás mi celo por Jehová. Pusiéronlo pues en su
carro. 10.17
Y luego que hubo Jehú llegado á Samaria, mató á todos los que habían
quedado de Achâb en Samaria, hasta extirparlos, conforme á la palabra
de Jehová, que había hablado por Elías. 10.18 Y
juntó Jehú todo el pueblo, y díjoles: Achâb sirvió poco á Baal; mas
Jehú lo servirá mucho. 10.19
Llamadme pues luego á todos los profetas de Baal, á todos sus siervos,
y á todos sus sacerdotes; que no falte uno, porque tengo un gran
sacrifico para Baal; cualquiera que faltare, no vivirá. Esto hacía Jehú
con astucia, para destruir á los que honraban á Baal. 10.20 Y
dijo Jehú: Santificad un día solemne á Baal. Y ellos convocaron. 10.21
Y envió Jehú por todo Israel, y vinieron todos los siervos de Baal, que
no faltó ninguno que no viniese. Y entraron en el templo de Baal, y el
templo de Baal se llenó de cabo á cabo. 10.22
Entonces dijo al que tenía el cargo de las vestiduras: Saca vestiduras
para todos lo siervos de Baal. Y él les sacó vestimentas. 10.23
Y entró Jehú con Jonadab hijo de Rechâb en el templo de Baal, y dijo á
los siervos de Baal: Mirad y ved que por dicha no haya aquí entre
vosotros alguno de los siervos de Jehová, sino solos los siervos de
Baal. 10.24 Y
como
ellos entraron para hacer sacrificios y holocaustos, Jehú puso fuera
ochenta hombres, y díjoles: Cualquiera que dejare vivo alguno de
aquellos hombres que yo he puesto en vuestras manos, su vida será por
la del otro. 10.25 Y
después que acabaron ellos de hacer el holocausto, Jehú dijo á los de
su guardia y á los capitanes: Entrad, y matadlos; que no escape
ninguno. Y los hirieron á cuchillo: y dejáronlos tendidos los de la
guardia y los capitanes, y fueron hasta la ciudad del templo de Baal. 10.26 Y
sacaron las estatuas de la casa de Baal, y quemáronlas. 10.27 Y
quebraron la estatua de Baal, y derribaron la casa de Baal, é
hiciéronla necesaria, hasta hoy. 10.28 Así
extinguió Jehú á Baal de Israel. 10.29
Con todo eso Jehú no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de
Nabat, que hizo pecar á Israel; á saber, de en pos de los becerros de
oro que estaban en Beth-el y en Dan. 10.30
Y Jehová dijo á Jehú: Por cuanto has hecho bien ejecutando lo recto
delante de mis ojos, é hiciste á la casa de Achâb conforme á todo lo
que estaba en mi corazón, tus hijos se sentarán en el trono de Israel
hasta la cuarta generación. 10.31
Mas Jehú no cuidó de andar en la ley de Jehová Dios de Israel con todo
su corazón, ni se apartó de los pecados de Jeroboam, el que había hecho
pecar á Israel. 10.32 En
aquellos días comenzó Jehová á talar en Israel: é hiriólos Hazael en
todos los términos de Israel, 10.33
Desde el Jordán al nacimiento del sol, toda la tierra de Galaad, de
Gad, de Rubén, y de Manasés, desde Aroer que está junto al arroyo de
Arnón, á Galaad y á Basán. 10.34
Lo demás de los hechos de Jehú, y todas las cosas que hizo, y toda su
valentía, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de
Israel? 10.35 Y
durmió Jehú con sus padres, y sepultáronlo en Samaria: y reinó en su
lugar Joachâz su hijo. 10.36 El
tiempo que reinó Jehú sobre Israel en Samaria, fué veintiocho años. ▲11.1 Y ATHALIA madre de
Ochôzías, viendo que su hijo era muerto, levantóse, y destruyó toda la
simiente real. 11.2
Pero tomando Josaba hija del rey Joram, hermana de Ochôzías, á Joas
hijo de Ochôzías, sacólo furtivamente de entre los hijos del rey, que
se mataban, y ocultólo de delante de Athalía, á él y á su ama, en la
cámara de las camas, y así no lo mataron. 11.3 Y
estuvo con ella escondido en la casa de Jehová seis años: y Athalía fué
reina sobre el país. 11.4
Mas al séptimo año envió Joiada, y tomó centuriones, capitanes, y gente
de la guardia, y metiólos consigo en la casa de Jehová: é hizo con
ellos liga, juramentándolos en la casa de Jehová; y mostróles al hijo
del rey. 11.5 Y
mandóles, diciendo: Esto es lo que habéis de hacer: la tercera parte de
vosotros, los que entrarán el sábado, tendrán la guardia de la casa del
rey; 11.6 Y la
otra
tercera parte estará á la puerta del sur, y la otra tercera parte á la
puerta del postigo de los de la guardia: así guardaréis la casa, para
que no sea allanada. 11.7
Y las dos partes de vosotros, es á saber, todos los que salen el
sábado, tendréis la guarda de la casa de Jehová junto al rey. 11.8
Y estaréis alrededor del rey de todas partes, teniendo cada uno sus
armas en las manos, y cualquiera que entrare dentro de estos órdenes,
sea muerto. Y habéis de estar con el rey cuando saliere, y cuando
entrare. 11.9 Los
centuriones pues, hicieron todo como el sacerdote Joiada les mandó: y
tomando cada uno los suyos, es á saber, los que habían de entrar el
sábado, y los que habían salido el sábado, viniéronse á Joiada el
sacerdote. 11.10 Y el
sacerdote dió á los centuriones las picas y los escudos que habían sido
del rey David, que estaban en la casa de Jehová. 11.11
Y los de la guardia se pusieron en orden, teniendo cada uno sus armas
en sus manos, desde el lado derecho de la casa hasta el lado izquierdo,
junto al altar y el templo, en derredor del rey. 11.12
Sacando luego Joiada al hijo del rey, púsole la corona y el testimonio,
é hiciéronle rey ungiéndole; y batiendo las manos dijeron: ¡Viva el rey! 11.13 Y
oyendo Athalía el estruendo del pueblo que corría, entró al pueblo en
el templo de Jehová; 11.14
Y como miró, he aquí el rey que estaba junto á la columna, conforme á
la costumbre, y los príncipes y los trompetas junto al rey; y que todo
el pueblo del país hacía alegrías, y que tocaban las trompetas.
Entonces Athalía, rasgando sus vestidos, clamó á voz en grito:
¡Traición, traición! 11.15
Mas el sacerdote Joiada mandó á los centuriones que gobernaban el
ejército, y díjoles: Sacadla fuera del recinto del templo, y al que la
siguiere, matadlo á cuchillo. (Porque el sacerdote dijo que no la
matasen en el templo de Jehová.) 11.16
Diéronle pues lugar, y como iba el camino por donde entran los de á
caballo á la casa del rey, allí la mataron. 11.17
Entonces Joiada hizo alianza entre Jehová y el rey y el pueblo, que
serían pueblo de Jehová: y asimismo entre el rey y el pueblo. 11.18
Y todo el pueblo de la tierra entró en el templo de Baal, y
derribáronlo: asimismo despedazaron enteramente sus altares y sus
imágenes, y mataron á Mathán sacerdote de Baal delante de los altares.
Y el sacerdote puso guarnición sobre la casa de Jehová. 11.19
Después tomó los centuriones, y capitanes, y los de la guardia, y á
todo el pueblo de la tierra, y llevaron al rey desde la casa de Jehová,
y vinieron por el camino de la puerta de los de la guardia á la casa
del rey; y sentóse el rey sobre el trono de los reyes. 11.20
Y todo el pueblo de la tierra hizo alegrías, y la ciudad estuvo en
reposo, habiendo sido Athalía muerta á cuchillo junto á la casa del rey. 11.21 Era
Joas de siete años cuando comenzó á reinar. ▲12.1
EN el séptimo año de Jehú comenzó á reinar Joas, y reinó cuarenta años
en Jerusalem. El nombre de su madre fué Sibia, de Beer-seba. 12.2 Y Joas
hizo lo recto en ojos de Jehová todo el tiempo que le dirigió el
sacerdote Joiada. 12.3 Con
todo eso los altos no se quitaron; que aún sacrificaba y quemaba el
pueblo perfumes en los altos. 12.4
Y Joas dijo á los sacerdotes: Todo el dinero de las santificaciones que
se suele traer á la casa de Jehová, el dinero de los que pasan en
cuenta, el dinero por las personas, cada cual según su tasa, y todo el
dinero que cada uno de su propia voluntad mete en la casa de Jehová, 12.5
Recíbanlo los sacerdotes, cada uno de sus familiares, y reparen los
portillos del templo donde quiera que se hallare abertura. 12.6 Pero
el año veintitrés del rey Joas, no habían aún reparado los sacerdotes
las aberturas del templo. 12.7
Llamando entonces el rey Joas al pontífice Joiada y á los sacerdotes,
díjoles: ¿Por qué no reparáis las aberturas del templo? Ahora pues, no
toméis más el dinero de vuestros familiares, sino dadlo para reparar
las roturas del templo. 12.8 Y los
sacerdotes consintieron en no tomar más dinero del pueblo, ni tener
cargo de reparar las aberturas del templo. 12.9
Mas el pontífice Joiada tomó un arca, é hízole en la tapa un agujero, y
púsola junto al altar, á la mano derecha como se entra en le templo de
Jehová; y los sacerdotes que guardaban la puerta, ponían allí todo el
dinero que se metía en la casa de Jehová. 12.10
Y cuando veían que había mucho dinero en el arca, venía el notario del
rey y el gran sacerdote, y contaban el dinero que hallaban en el templo
de Jehová, y guardábanlo. 12.11
Y daban el dinero suficiente en mano de los que hacían la obra, y de
los que tenían el cargo de la casa de Jehová; y ellos lo expendían en
pagar los carpinteros y maestros que reparaban la casa de Jehová, 12.12
Y los albañiles y canteros; y en comprar la madera y piedra de cantería
para reparar las aberturas de la casa de Jehová; y en todo lo que se
gastaba en la casa para repararla. 12.13
Mas de aquel dinero que se traía á la casa de Jehová, no se hacían
tazas de plata, ni salterios, ni jofainas, ni trompetas; ni ningún otro
vaso de oro ni de plata se hacía para el templo de Jehová: 12.14
Porque lo daban á los que hacían la obra, y con él reparaban la casa de
Jehová. 12.15
Y no se tomaba en cuenta á los hombres en cuyas manos el dinero era
entregado, para que ellos lo diesen á los que hacían la obra: porque lo
hacían ellos fielmente. 12.16 El
dinero por el delito, y el dinero por los pecados, no se metía en la
casa de Jehová; porque era de los sacerdotes. 12.17
Entonces subió Hazael rey de Siria, y peleó contra Gath, y tomóla: y
puso Hazael su rostro para subir contra Jerusalem; 12.18
Por lo que tomó Joas rey de Judá todas las ofrendas que había dedicado
Josaphat, y Joram y Ochôzías sus padres, reyes de Judá, y las que él
había dedicado, y todo el oro que se halló en los tesoros de la casa de
Jehová, y en la casa del rey, y enviólo á Hazael rey de Siria: y él se
partió de Jerusalem. 12.19 Lo
demás de los hechos de Joas, y todas las cosas que hizo, ¿no está
escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? 12.20 Y
levantáronse sus siervos, y conspiraron en conjuración, y mataron á
Joas en la casa de Millo, descendiendo él á Silla; 12.21
Pues Josachâr hijo de Simaath, y Jozabad hijo de Somer, sus siervos,
hiriéronle, y murió. Y sepultáronle con sus padres en la ciudad de
David, y reinó en su lugar Amasías su hijo. ▲13.1
EN el año veintitrés de Joas hijo de Ochôzías, rey de Judá, comenzó á
reinar Joachâz hijo de Jehú sobre Israel en Samaria; y reinó diecisiete
años. 13.2 E hizo
lo
malo en ojos de Jehová, y siguió los pecados de Jeroboam hijo de Nabat,
el que hizo pecar á Israel; y no se apartó de ellos. 13.3
Y encendióse el furor de Jehová contra Israel, y entrególos en mano de
Hazael rey de Siria, y en mano de Ben-adad hijo de Hazael, por largo
tiempo. 13.4 Mas
Joachâz oró á la faz de Jehová, y Jehová lo oyó: porque miró la
aflicción de Israel, pues el rey de Siria los afligía. 13.5
(Y dió Jehová salvador á Israel, y salieron de bajo la mano de los
Siros; y habitaron los hijos de Israel en sus estancias, como antes. 13.6
Con todo eso no se apartaron de los pecados de la casa de Jeroboam, el
que hizo pecar á Israel: en ellos anduvieron; y también el bosque
permaneció en Samaria.) 13.7
Porque no le había quedado gente á Joachâz, sino cincuenta hombres de á
caballo, y diez carros, y diez mil hombres de á pié; pues el rey de
Siria los había destruído, y los había puesto como polvo para hollar. 13.8
Lo demás de los hechos de Joachâz, y todo lo que hizo, y sus valentías,
¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel? 13.9 Y
durmió Joachâz con sus padres, y sepultáronlo en Samaria: y reinó en su
lugar Joas su hijo. 13.10
El año treinta y siete de Joas rey de Judá, comenzó á reinar Joas hijo
de Joachâz sobre Israel en Samaria; y reinó dieciséis años. 13.11
E hizo lo malo en ojos de Jehová: no se apartó de todos los pecados de
Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar á Israel; en ellos anduvo. 13.12
Lo demás de los hechos de Joas, y todas las cosas que hizo, y su
esfuerzo con que guerreó contra Amasías rey de Judá, ¿no está escrito
en el libro de las crónicas de los reyes de Israel? 13.13 Y
durmió Joas con sus padres, y sentóse Jeroboam sobre su trono: y Joas
fué sepultado en Samaria con los reyes de Israel. 13.14
Estaba Eliseo enfermo de aquella su enfermedad de que murió. Y
descendió á él Joas rey de Israel, y llorando delante de él, dijo:
¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de á caballo! 13.15 Y
díjole Eliseo: Toma un arco y unas saetas. Tomóse él entonces un arco y
unas saetas. 13.16
Y dijo Eliseo al rey de Israel: Pon tu mano sobre el arco. Y puso él su
mano sobre el arco. Entonces puso Eliseo sus manos sobre las manos del
rey, 13.17 Y
dijo:
Abre la ventana de hacia el oriente. Y como él la abrió dijo Eliseo:
Tira. Y tirando él, dijo Eliseo: Saeta de salud de Jehová, y saeta de
salud contra Siria: porque herirás á los Siros en Aphec, hasta
consumirlos. 13.18 Y
tornóle á decir: Toma las saetas. Y luego que el rey de Israel las hubo
tomado, díjole: Hiere la tierra. Y él hirió tres veces, y cesó. 13.19
Entonces el varón de Dios, enojado con él, le dijo: A herir cinco ó
seis veces, herirías á Siria, hasta no quedar ninguno: empero ahora
tres veces herirás á Siria. 13.20 Y
murió Eliseo, y sepultáronlo. Entrado el año vinieron partidas de
Moabitas á la tierra. 13.21
Y aconteció que al sepultar unos un hombre, súbitamente vieron una
partida, y arrojaron al hombre en el sepulcro de Eliseo: y cuando llegó
á tocar el muerto los huesos de Eliseo, revivió, y levantóse sobre sus
pies. 13.22
Hazael pues, rey de Siria, afligió á Israel todo el tiempo de Joachâz. 13.23
Mas Jehová tuvo misericordia de ellos, y compadecióse de ellos, y
mirólos, por amor de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob; y no quiso
destruirlos ni echarlos de delante de sí hasta ahora. 13.24 Y
murió Hazael rey de Siria, y reinó en su lugar Ben-adad su hijo. 13.25
Y volvió Joas hijo de Joachâz, y tomó de mano de Ben-adad hijo de
Hazael, las ciudades que él había tomado de mano de Joachâz su padre en
guerra. Tres veces lo batió Joas, y restituyó las ciudades á Israel. ▲14.1 EN el año segundo de Joas
hijo de Joachâz rey de Israel, comenzó á reinar Amasías hijo de Joas
rey de Judá. 14.2
Cuando comenzó á reinar era de veinticinco años, y veintinueve años
reinó en Jerusalem: el nombre de su madre fué Joaddan, de Jerusalem. 14.3
Y él hizo lo recto en ojos de Jehová, aunque no como David su padre:
hizo conforme á todas las cosas que había hecho Joas su padre. 14.4 Con
todo eso los altos no fueron quitados; que el pueblo aun sacrificaba y
quemaba perfumes en los altos. 14.5 Y
luego que el reino fué confirmado en su mano, hirió á sus siervos, los
que habían muerto al rey su padre. 14.6
Mas no mató á los hijos de los que le mataron, conforme á lo que está
escrito en el libro de la ley de Moisés, donde Jehová mandó, diciendo:
No matarán á los padres por los hijos, ni á los hijos por los padres:
mas cada uno morirá por su pecado. 14.7 Este
hirió asimismo diez mil Idumeos en el valle de las Salinas, y tomó á
Sela por guerra, y llamóla Jocteel, hasta hoy. 14.8
Entonces Amasías envió embajadores á Joas, hijo de Joachâz hijo de
Jehú, rey de Israel, diciendo: Ven, y veámonos de rostro. 14.9
Y Joas rey de Israel envió á Amasías rey de Judá esta respuesta: El
cardillo que está en el Líbano envió á decir al cedro que está en el
Líbano: Da tu hija por mujer á mi hijo. Y pasaron las bestias fieras
que están en el Líbano, y hollaron el cardillo. 14.10
Ciertamente has herido á Edom, y tu corazón te ha envanecido: gloríate
pues, mas estáte en tu casa. ¿Y por qué te entrometerás en un mal, para
que caigas tú, y Judá contigo? 14.11
Mas Amasías no dió oídos; por lo que subió Joas rey de Israel, y
viéronse de rostro él y Amasías rey de Judá, en Beth-semes, que es de
Judá. 14.12 Y
Judá cayó delante de Israel, y huyeron cada uno á sus estancias. 14.13
Además Joas rey de Israel tomó á Amasías rey de Judá, hijo de Joas hijo
de Ochôzías, en Beth-semes: y vino á Jerusalem, y rompió el muro de
Jerusalem desde la puerta de Ephraim hasta la puerta de la esquina,
cuatrocientos codos. 14.14
Y tomó todo el oro y la plata, y todos los vasos que fueron hallados en
la casa de Jehová, y en los tesoros de la casa del rey, y los hijos en
rehenes, y volvióse á Samaria. 14.15
Lo demás de los hechos de Joas que ejecutó, y sus hazañas, y cómo peleó
contra Amasías rey de Judá, ¿no está escrito en el libro de las
crónicas de los reyes de Israel? 14.16 Y
durmió Joas con sus padres, y fué sepultado en Samaria con los reyes de
Israel; y reinó en su lugar Jeroboam su hijo. 14.17 Y
Amasías hijo de Joas rey de Judá, vivió después de la muerte de Joas
hijo de Joachâz rey de Israel, quince años. 14.18 Lo
demás de los hechos de Amasías, ¿no está escrito en el libro de las
crónicas de los reyes de Judá? 14.19 E
hicieron conspiración contra él en Jerusalem, y él huyó á Lachîs; mas
enviaron tras él á Lachîs, y allá lo mataron. 14.20
Trajéronlo luego sobre caballos, y sepultáronlo en Jerusalem con sus
padres, en la ciudad de David. 14.21
Entonces todo el pueblo de Judá tomó á Azarías, que era de diez y seis
años, é hiciéronlo rey en lugar de Amasías su padre. 14.22
Edificó él á Elath, y la restituyó á Judá, después que el rey durmió
con sus padres. 14.23
El año quince de Amasías hijo de Joas rey de Judá, comenzó á reinar
Jeroboam hijo de Joas sobre Israel en Samaria; y reinó cuarenta y un
años. 14.24 E
hizo lo malo en ojos de Jehová, y no se apartó de todos los pecados de
Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar á Israel. 14.25
El restituyó los términos de Israel desde la entrada de Amath hasta la
mar de la llanura, conforme á la palabra de Jehová Dios de Israel, la
cual había él hablado por su siervo Jonás hijo de Amittai, profeta que
fué de Gath-hepher. 14.26 Por
cuanto Jehová miró la muy amarga aflicción de Israel; que no había
guardado ni desamparado, ni quien diese ayuda á Israel; 14.27
Y Jehová no había determinado raer el nombre de Israel de debajo del
cielo: por tanto, los salvó por mano de Jeroboam hijo de Joas. 14.28
Y lo demás de los hechos de Jeroboam, y todas las cosas que hizo, y su
valentía, y todas las guerras que hizo, y cómo restituyó á Judá en
Israel á Damasco y á Hamath, ¿no está escrito en el libro de las
crónicas de los reyes de Israel? 14.29 Y
durmió Jeroboam con sus padres, los reyes de Israel, y reinó en su
lugar Zachârías su hijo. ▲15.1 EN el año veintisiete de
Jeroboam, rey de Israel, comenzó á reinar Azarías hijo de Amasías rey
de Judá. 15.2
Cuando comenzó á reinar era de dieciséis años, y cincuenta y dos años
reinó en Jerusalem; el nombre de su madre fué Jecolía, de Jerusalem. 15.3 E hizo
lo recto en ojos de Jehová, conforme á todas las cosas que su padre
Amasías había hecho. 15.4 Con
todo eso los altos no se quitaron; que el pueblo sacrificaba aún y
quemaba perfumes en los altos. 15.5
Mas Jehová hirió al rey con lepra, y fué leproso hasta el día de su
muerte, y habitó en casa separada, y Jotham hijo del rey tenía el cargo
del palacio, gobernando al pueblo de la tierra. 15.6
Lo demás de los hechos de Azarías, y todas las cosas que hizo, ¿no está
escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? 15.7 Y
durmió Azarías con sus padres, y sepultáronlo con sus padres en la
ciudad de David: y reinó en su lugar Jotham su hijo. 15.8 En el
año treinta y ocho de Azarías rey de Judá, reinó Zachârías hijo de
Jeroboam sobre Israel seis meses. 15.9
E hizo lo malo en ojos de Jehová, como habían hecho sus padres: no se
apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar á
Israel. 15.10
Contra él se conjuró Sallum hijo de Jabes, y lo hirió en presencia de
su pueblo, y matólo, y reinó en su lugar. 15.11 Lo
demás de los hechos de Zachârías, he aquí está escrito en el libro de
las crónicas de los reyes de Israel. 15.12
Y esta fué la palabra de Jehová que había hablado á Jehú, diciendo: Tus
hijos hasta la cuarta generación se sentarán en el trono de Israel. Y
fué así. 15.13
Sallum hijo de Jabes comenzó á reinar en el año treinta y nueve de
Uzzía rey de Judá, y reinó el tiempo de un mes en Samaria; 15.14
Pues subió Manahem hijo de Gadi, de Thirsa, y vino á Samaria, é hirió á
Sallum hijo de Jabes en Samaria, y matólo, y reinó en su lugar. 15.15
Lo demás de los hechos de Sallum, y su conjuración con que conspiró, he
aquí está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel. 15.16
Entonces hirió Manahem á Tiphsa, y á todos los que estaban en ella, y
también sus términos desde Thirsa; é hirióla porque no le habían
abierto; y abrió á todas sus preñadas. 15.17 En el
año treinta y nueve de Azarías rey de Judá, reinó Manahem hijo de Gadi
sobre Israel diez años, en Samaria. 15.18
E hizo lo malo en ojos de Jehová: no se apartó en todo su tiempo de los
pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar á Israel. 15.19 Y
vino Phul rey de Asiria á la tierra; y dió Manahem á Phul mil talentos
de plata porque le ayudara á confirmarse en el reino. 15.20
E impuso Manahem este dinero sobre Israel, sobre todos los poderosos y
opulentos: de cada uno cincuenta siclos de plata, para dar al rey de
Asiria, y el rey de Asiria se volvió, y no se detuvo allí en la tierra. 15.21
Lo demás de los hechos de Manahem, y todas las cosas que hizo, ¿no está
escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel? 15.22 Y
durmió Manahem con sus padres, y reinó en su lugar Pekaía su hijo. 15.23 En el
año cincuenta de Azarías rey de Judá, reinó Pekaía hijo de Manahem
sobre Israel en Samaria, dos años. 15.24 E
hizo lo malo en ojos de Jehová: no se apartó de los pecados de Jeroboam
hijo de Nabat, el que hizo pecar á Israel. 15.25
Y conspiró contra él Peka hijo de Remalías, capitán suyo, é hiriólo en
Samaria, en el palacio de la casa real, en compañía de Argob y de
Ariph, y con cincuenta hombres de los hijos de los Galaaditas; y
matólo, y reinó en su lugar. 15.26
Lo demás de los hechos de Pekaía, y todas las cosas que hizo, he aquí
está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel. 15.27 En el
año cincuenta y dos de Azarías rey de Judá, reinó Peka hijo de Remalías
sobre Israel en Samaria; y reinó veinte años. 15.28 E
hizo lo malo en ojos de Jehová; no se apartó de los pecados de Jeroboam
hijo de Nabat, el que hizo pecar á Israel. 15.29
En los días de Peka rey de Israel, vino Tiglath-pileser rey de los
Asirios, y tomó á Ahión, Abel-beth-maachâ, y Janoa, y Cedes, y Asor, y
Galaad, y Galilea, y toda la tierra de Nephtalí; y trasportólos á
Asiria. 15.30 Y
Oseas
hijo de Ela hizo conjuración contra Peka hijo de Remalías, é hiriólo, y
matólo, y reinó en su lugar, á los veinte años de Jotham hijo de Uzzía. 15.31 Lo
demás de los hechos de Peka, y todo lo que hizo, he aquí está escrito
en el libro de las crónicas de los reyes de Israel. 15.32 En el
segundo año de Peka hijo de Remalías rey de Israel, comenzó á reinar
Jotham hijo de Uzzía rey de Judá. 15.33
Cuando comenzó á reinar era de veinticinco años, y reinó dieciséis años
en Jerusalem. El nombre de su madre fué Jerusa hija de Sadoc. 15.34 Y él
hizo lo recto en ojos de Jehová; hizo conforme á todas las cosas que
había hecho su padre Uzzía. 15.35
Con todo eso los altos no fueron quitados; que el pueblo sacrificaba
aún, y quemaba perfumes en los altos. Edificó él la puerta más alta de
la casa de Jehová. 15.36
Lo demás de los hechos de Jotham, y todas las cosas que hizo, ¿no está
escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? 15.37 En
aquel tiempo comenzó Jehová á enviar contra Judá á Resín rey de Siria,
y á Peka hijo de Remalías. 15.38
Y durmió Jotham con sus padres, y fué sepultado con sus padres en la
ciudad de David su padre: y reinó en su lugar Achâz su hijo. ▲16.1 EN el año diecisiete de
Peka hijo de Remalías, comenzó á reinar Achâz hijo de Jotham rey de
Judá. 16.2
Cuando comenzó á reinar Achâz, era de veinte años, y reinó en Jerusalem
dieciséis años: y no hizo lo recto en ojos de Jehová su Dios, como
David su padre; 16.3
Antes anduvo en el camino de los reyes de Israel, y aun hizo pasar por
el fuego á su hijo, según las abominaciones de las gentes que Jehová
echó de delante de los hijos de Israel. 16.4
Asimismo sacrificó, y quemó perfumes en los altos, y sobre los
collados, y debajo de todo árbol umbroso. 16.5
Entonces Resín rey de Siria, y Peka hijo de Remalías rey de Israel,
subieron á Jerusalem para hacer guerra, y cercar á Achâz; mas no
pudieron tomarla. 16.6
En aquel tiempo Resín rey de Siria restituyó Elath á Siria, y echó á
los Judíos de Elath; y los Siros vinieron á Elath, y habitaron allí
hasta hoy. 16.7
Entonces Achâz envió embajadores á Tiglath-pileser rey de Asiria,
diciendo: Yo soy tu siervo y tu hijo: sube, y defiéndeme de mano del
rey de Siria, y de mano del rey de Israel, que se han levantado contra
mí. 16.8 Y
tomando
Achâz la plata y el oro que se halló en la casa de Jehová, y en los
tesoros de la casa real, envió al rey de Asiria un presente. 16.9
Y atendióle el rey de Asiria; pues subió el rey de Asiria contra
Damasco, y tomóla, y trasportó los moradores á Kir, y mató á Resín. 16.10
Y fué el rey Achâz á encontrar á Tiglath-pileser rey de Asiria en
Damasco; y visto que hubo el rey Achâz el altar que estaba en Damasco,
envió á Urías sacerdote el diseño y la descripción del altar, conforme
á toda su hechura. 16.11
Y Urías el sacerdote edificó el altar; conforme á todo lo que el rey
Achâz había enviado de Damasco, así lo hizo el sacerdote Urías, entre
tanto que el rey Achâz venía de Damasco. 16.12 Y
luego que vino el rey de Damasco, y hubo visto el altar, acercóse el
rey á él, y sacrificó en él; 16.13 Y
encendió su holocausto, y su presente, y derramó sus libaciones, y
esparció la sangre de sus pacíficos junto al altar. 16.14
Y el altar de bronce que estaba delante de Jehová, hízolo acercar
delante de la frontera de la casa, entre el altar y el templo de
Jehová, y púsolo al lado del altar hacia el aquilón. 16.15
Y mandó el rey Achâz al sacerdote Urías, diciendo: En el gran altar
encenderás el holocausto de la mañana y el presente de la tarde, y el
holocausto del rey y su presente, y asimismo el holocausto de todo el
pueblo de la tierra y su presente y sus libaciones: y esparcirás sobre
él toda la sangre de holocausto, y toda la sangre de sacrificio: y el
altar de bronce será mío para preguntar en él. 16.16 E
hizo el sacerdote Urías conforme á todas las cosas que el rey Achâz le
mandó. 16.17
Y cortó el rey Achâz las cintas de las basas, y quitóles las fuentes;
quitó también el mar de sobre los bueyes de bronce que estaban debajo
de él, y púsolo sobre el solado de piedra. 16.18
Asimismo la tienda del sábado que habían edificado en la casa, y el
pasadizo de afuera del rey, mudólos del templo de Jehová, por causa del
rey de Asiria. 16.19 Lo
demás de los hechos de Achâz que puso por obra, ¿no está todo escrito
en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? 16.20
Y durmió el rey Achâz con sus padres y fué sepultado con sus padres en
la ciudad de David: y reinó en su lugar Ezechîas su hijo. ▲17.1 EN el año duodécimo de
Achâz rey de Judá, comenzó á reinar Oseas hijo de Ela en Samaria sobre
Israel; y reinó nueve años. 17.2 E hizo
lo malo en ojos de Jehová, aunque no como los reyes de Israel que antes
de él habían sido. 17.3 Contra
éste subió Salmanasar rey de los Asirios; y Oseas fué hecho su siervo,
y pagábale tributo. 17.4
Mas el rey de Asiria halló que Oseas hacía conjuración: porque había
enviado embajadores á So, rey de Egipto, y no pagaba tributo al rey de
Asiria, como cada año: por lo que el rey de Asiria le detuvo, y le
aprisionó en la casa de la cárcel. 17.5 Y el
rey de Asiria partió contra todo el país, y subió contra Samaria, y
estuvo sobre ella tres años. 17.6
En el año nueve de Oseas tomó el rey de Asiria á Samaria, y trasportó á
Israel á Asiria, y púsolos en Hala, y en Habor, junto al río de Gozán,
y en las ciudades de los Medos. 17.7
Porque como los hijos de Israel pecasen contra Jehová su Dios, que los
sacó de tierra de Egipto de bajo la mano de Faraón rey de Egipto, y
temiesen á dioses ajenos, 17.8
Y anduviesen en los estatutos de las gentes que Jehová había lanzado
delante de los hijos de Israel, y en los de los reyes de Israel, que
hicieron; 17.9 Y como
los hijos de Israel paliasen cosas no rectas contra Jehová su Dios,
edificándose altos en todas sus ciudades, desde las torres de las
atalayas hasta las ciudades fuertes, 17.10 Y se
levantasen estatuas y bosques en todo collado alto, y debajo de todo
árbol umbroso, 17.11
Y quemasen allí perfumes en todos los altos, á la manera de las gentes
que había Jehová traspuesto delante de ellos, é hiciesen cosas muy
malas para provocar á ira á Jehová, 17.12 Pues
servían á los ídolos, de los cuales Jehová les había dicho: Vosotros no
habéis de hacer esto; 17.13
Jehová protestaba entonces contra Israel y contra Judá, por mano de
todos los profetas, y de todos los videntes, diciendo: Volveos de
vuestros malos caminos, y guardad mis mandamientos y mis ordenanzas,
conforme á todas las leyes que yo prescribí á vuestros padres, y que os
he enviado por mano de mis siervos los profetas. 17.14
Mas ellos no obedecieron, antes endurecieron su cerviz, como la cerviz
de sus padres, los cuales no creyeron en Jehová su Dios. 17.15
Y desecharon sus estatutos, y su pacto que él había concertado con sus
padres, y sus testimonios que él había protestado contra ellos; y
siguieron la vanidad, y se hicieron vanos, y fueron en pos de las
gentes que estaban alrededor de ellos, de las cuales les había Jehová
mandado que no hiciesen á la manera de ellas: 17.16
Y dejaron todos los mandamientos de Jehová su Dios, é hiciéronse
vaciadizos dos becerros, y también bosques, y adoraron á todo el
ejército del cielo, y sirvieron á Baal: 17.17
E hicieron pasar á sus hijos y á sus hijas por fuego; y diéronse á
adivinaciones y agüeros, y entregáronse á hacer lo malo en ojos de
Jehová, provocándole á ira. 17.18
Jehová por tanto se airó en gran manera contra Israel, y quitólos de
delante de su rostro; que no quedó sino sólo la tribu de Judá. 17.19
Mas ni aun Judá guardó los mandamientos de Jehová su Dios; antes
anduvieron en los estatutos de Israel, los cuales habían ellos hecho. 17.20
Y desechó Jehová toda la simiente de Israel, y afligiólos, y entrególos
en manos de saqueadores, hasta echarlos de su presencia. 17.21
Porque cortó á Israel de la casa de David, y ellos se hicieron rey á
Jeroboam hijo de Nabat; y Jeroboam rempujó á Israel de en pos de
Jehová, é hízoles cometer gran pecado. 17.22 Y los
hijos de Israel anduvieron en todos los pecados de Jeroboam que él
hizo, sin apartarse de ellos; 17.23
Hasta tanto que Jehová quitó á Israel de delante de su rostro, como lo
había él dicho por mano de todos los profetas sus siervos: é Israel fué
trasportado de su tierra á Asiria, hasta hoy. 17.24
Y trajo el rey de Asiria gente de Babilonia, y de Cutha, y de Ava, y de
Hamath, y de Sepharvaim, y púsolos en las ciudades de Samaria, en lugar
de los hijos de Israel; y poseyeron á Samaria, y habitaron en sus
ciudades. 17.25 Y
aconteció al principio, cuando comenzaron á habitar allí, que no
temiendo ellos á Jehová, envió Jehová contra ellos leones que los
mataban. 17.26
Entonces dijeron ellos al rey de Asiria: Las gentes que tú traspasaste
y pusiste en las ciudades de Samaria, no saben la costumbre del Dios de
aquella tierra, y él ha echado leones en ellos, y he aquí los matan,
porque no saben la costumbre del Dios de la tierra. 17.27
Y el rey de Asiria mandó, diciendo: Llevad allí á alguno de los
sacerdote que trajisteis de allá, y vayan y habiten allí, y enséñenles
la costumbre del Dios del país. 17.28
Y vino uno de los sacerdotes que habían trasportado de Samaria, y
habitó en Beth-el, y enseñóles cómo habían de temer á Jehová. 17.29
Mas cada nación se hizo sus dioses, y pusiéronlos en los templos de los
altos que habían hecho los de Samaria; cada nación en su ciudad donde
habitaba. 17.30 Los
de Babilonia hicieron á Succoth-benoth, y los de Cutha hicieron á
Nergal, y los de Hamath hicieron á Asima; 17.31
Los Heveos hicieron á Nibhaz y á Tharthac; y los de Sepharvaim quemaban
sus hijos al fuego á Adra-melech y á Anamelech, dioses de Sepharvaim. 17.32
Y temían á Jehová; é hicieron del pueblo bajo sacerdotes de los altos,
quienes sacrificaban para ellos en los templos de los altos. 17.33
Temían á Jehová, y honraban á sus dioses, según la costumbre de las
gentes de donde habían sido trasladados. 17.34
Hasta hoy hacen como primero; que ni temen á Jehová, ni guardan sus
estatutos, ni sus ordenanzas, ni hacen según la ley y los mandamientos
que prescribió Jehová á los hijos de Jacob, al cual puso el nombre de
Israel; 17.35 Con
los
cuales había Jehová hecho pacto, y les mandó, diciendo: No temeréis á
otros dioses, ni los adoraréis, ni les serviréis, ni les sacrificaréis: 17.36
Mas á Jehová, que os sacó de tierra de Egipto con grande poder y brazo
extendido, á éste temeréis, y á éste adoraréis, y á éste haréis
sacrificio. 17.37 Los
estatutos y derechos y ley y mandamientos que os dió por escrito,
cuidaréis siempre de ponerlos por obra, y no temeréis dioses ajenos. 17.38 Y no
olvidaréis el pacto que hice con vosotros; ni temeréis dioses ajenos: 17.39 Mas
temed á Jehová vuestro Dios, y él os librará de mano de todos vuestros
enemigos. 17.40
Empero ellos no escucharon; antes hicieron según su costumbre antigua. 17.41
Así temieron á Jehová aquellas gentes, y juntamente sirvieron á sus
ídolos: y también sus hijos y sus nietos, según que hicieron sus
padres, así hacen hasta hoy. ▲18.1 EN el tercer año de Oseas
hijo de Ela rey de Israel, comenzó á reinar Ezechîas hijo de Achâz rey
de Judá. 18.2
Cuando comenzó á reinar era de venticinco años, y reinó en Jerusalem
veintinueve años. El nombre de su madre fué Abi hija de Zachârías. 18.3 Hizo
lo recto en ojos de Jehová, conforme á todas las cosas que había hecho
David su padre. 18.4
El quitó los altos, y quebró las imágenes, y taló los bosques, é hizo
pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta
entonces le quemaban perfumes los hijos de Israel; y llamóle por nombre
Nehustán. 18.5 En
Jehová Dios de Israel puso su esperanza: después ni antes de él no hubo
otro como él en todos los reyes de Judá. 18.6 Porque
se llegó á Jehová, y no se apartó de él, sino que guardó los
mandamientos que Jehová prescribió á Moisés. 18.7 Y
Jehová fué con él; y en todas las cosas á que salía prosperaba. El se
rebeló contra el rey de Asiria, y no le sirvió. 18.8 Hirió
también á los Filisteos hasta Gaza y sus términos, desde las torres de
las atalayas hasta la ciudad fortalecida. 18.9
En el cuarto año del rey Ezechîas, que era el año séptimo de Oseas hijo
de Ela rey de Israel, subió Salmanasar rey de los Asirios contra
Samaria, y cercóla. 18.10
Y tomáronla al cabo de tres años: esto es, en el sexto año de Ezechîas,
el cual era el año nono de Oseas rey de Israel, fué Samaria tomada. 18.11
Y el rey de Asiria traspuso á Israel á Asiria, y púsolos en Hala, y en
Habor, junto al río de Gozán, y en las ciudades de los Medos: 18.12
Por cuanto no habían atendido la voz de Jehová su Dios, antes habían
quebrantado su pacto; y todas las cosas que Moisés siervo de Jehová
había mandado, ni las habían escuchado, ni puesto por obra. 18.13 Y á
los catorce años del rey Ezechîas, subió Sennachêrib rey de Asiria
contra todas las ciudades fuertes de Judá, y tomólas. 18.14
Entonces Ezechîas rey de Judá envió á decir al rey de Asiria en Lachîs:
Yo he pecado: vuélvete de mí, y llevaré todo lo que me impusieres. Y el
rey de Asiria impuso á Ezechîas rey de Judá trescientos talentos de
plata, y treinta talentos de oro. 18.15 Dió
por tanto Ezechîas toda la plata que fué hallada en la casa de Jehová,
y en los tesoros de la casa real. 18.16
Entonces descompuso Ezechîas las puertas del templo de Jehová, y los
quiciales que el mismo rey Ezechîas había cubierto de oro, y diólo al
rey de Asiria. 18.17
Después el rey de Asiria envió al rey Ezechîas, desde Lachîs contra
Jerusalem, á Thartán y á Rabsaris y á Rabsaces, con un grande ejército:
y subieron, y vinieron á Jerusalem. Y habiendo subido, vinieron y
pararon junto al conducto del estanque de arriba, que es en el camino
de la heredad del batanero. 18.18
Llamaron luego al rey, y salió á ellos Eliacim hijo de Hilcías, que era
mayordomo, y Sebna escriba, y Joah hijo de Asaph, canciller. 18.19 Y
díjoles Rabsaces: Decid ahora á Ezechîas: Así dice el gran rey de
Asiria: ¿Qué confianza es esta en que tú estás? 18.20
Dices, (por cierto palabras de labios): Consejo tengo y esfuerzo para
la guerra. Mas ¿en qué confías, que te has rebelado contra mí? 18.21
He aquí tú confías ahora en este bordón de caña cascada, en Egipto, en
el que si alguno se apoyare, entrarále por la mano, y se le pasará. Tal
es Faraón rey de Egipto, para todos los que en él confían. 18.22
Y si me decís: Nosotros confiamos en Jehová nuestro Dios: ¿no es aquél
cuyos altos y altares ha quitado Ezechîas, y ha dicho á Judá y á
Jerusalem: Delante de este altar adoraréis en Jerusalem? 18.23
Por tanto, ahora yo te ruego que des rehenes á mi señor, el rey de
Asiria, y yo te daré dos mil caballos, si tú pudieres dar jinetes para
ellos. 18.24 ¿Cómo
pues harás volver el rostro de un capitán el menor de los siervos de mi
señor, aunque estés confiado en Egipto por sus carros y su gente de á
caballo? 18.25
Además, ¿he venido yo ahora sin Jehová á este lugar, para destruirlo?
Jehová me ha dicho: Sube á esta tierra, y destrúyela. 18.26
Entonces dijo Eliacim hijo de Hilcías, y Sebna y Joah, á Rabsaces:
Ruégote que hables á tus siervos siriaco, porque nosotros lo
entendemos, y no hables con nosotros judaico á oídos del pueblo que
está sobre el muro. 18.27
Y Rabsaces les dijo: ¿Hame enviado mi señor á ti y á tu señor para
decir estas palabras, y no antes á los hombres que están sobre el muro,
para comer su estiércol, y beber el agua de sus pies con vosotros? 18.28
Paróse luego Rabsaces, y clamó á gran voz en judaico, y habló,
diciendo: Oid la palabra del gran rey, el rey de Asiria. 18.29 Así
ha dicho el rey: No os engañe Ezechîas, porque no os podrá librar de mi
mano. 18.30
Y no os haga Ezechîas confiar en Jehová, diciendo: De cierto nos
librará Jehová, y esta ciudad no será entregada en mano del rey de
Asiria. 18.31 No
oigáis á Ezechîas, porque así dice el rey de Asiria: Haced conmigo paz,
y salid á mí, y cada uno comerá de su vid, y de su higuera, y cada uno
beberá las aguas de su pozo; 18.32
Hasta que yo venga, y os lleve á una tierra como la vuestra, tierra de
grano y de vino, tierra de pan y de viñas, tierra de olivas, de aceite,
y de miel; y viviréis, y no moriréis. No oigáis á Ezechîas, porque os
engaña cuando dice: Jehová nos librará. 18.33
¿Acaso alguno de los dioses de las gentes ha librado su tierra de la
mano del rey de Asiria? 18.34
¿Dónde está el dios de Hamath, y de Arphad? ¿dónde el dios de
Sepharvaim, de Hena, y de Hiva? ¿pudieron éstos librar á Samaria de mi
mano? 18.35 ¿Qué
dios
de todos los dioses de las provincias ha librado á su provincia de mi
mano, para que libre Jehová de mi mano á Jerusalem? 18.36 Y el
pueblo calló, que no le respondieron palabra: porque había mandamiento
del rey, el cual había dicho: No le respondáis. 18.37
Entonces Eliacim hijo de Hilcías, que era mayordomo, y Sebna el
escriba, y Joah hijo de Asaph, canciller, vinieron á Ezechîas, rotos
sus vestidos, y recitáronle las palabras de Rabsaces. ▲19.1 Y COMO el rey Ezechîas lo
oyó, rasgó sus vestidos, y cubrióse de saco, y entróse en la casa de
Jehová. 19.2
Y envió á Eliacim el mayordomo, y á Sebna escriba, y á los ancianos de
los sacerdotes, vestidos de sacos á Isaías profeta hijo de Amós, 19.3
Que le dijesen: Así ha dicho Ezechîas: Este día es día de angustia, y
de reprensión, y de blasfemia; porque los hijos han venido hasta la
rotura, y la que pare no tiene fuerzas. 19.4
Quizá oirá Jehová tu Dios todas las palabras de Rabsaces, al cual el
rey de los Asirios su señor ha enviado para injuriar al Dios vivo, y á
vituperar con palabras, las cuales Jehová tu Dios ha oído: por tanto,
eleva oración por las reliquias que aun se hallan. 19.5
Vinieron pues los siervos del rey Ezechîas á Isaías. 19.6
E Isaías les respondió: Así diréis á vuestro señor: Así ha dicho
Jehová; No temas por las palabras que has oído, con las cuales me han
blasfemado los siervos del rey de Asiria. 19.7 He
aquí pondré yo en él un espíritu, y oirá rumor, y volveráse á su
tierra: y yo haré que en su tierra caiga á cuchillo. 19.8 Y
regresando Rabsaces, halló al rey de Asiria combatiendo á Libna; porque
había oído que se había partido de Lachîs. 19.9
Y oyó decir de Thiraca rey de Ethiopía: He aquí es salido para hacerte
guerra. Entonces volvió él, y envió embajadores á Ezechîas, diciendo: 19.10
Así diréis á Ezechîas rey de Judá: No te engañe tu Dios en quien tú
confías, para decir: Jerusalem no será entregada en mano del rey de
Asiria. 19.11 He
aquí tú has oído lo que han hecho los reyes de Asiria á todas las
tierras, destruyéndolas; ¿y has tú de escapar? 19.12
¿Libráronlas los dioses de las gentes, que mis padres destruyeron, es á
saber, Gozán, y Harán, y Reseph, y los hijos de Edén que estaban en
Thalasar? 19.13
¿Dónde está el rey de Hamath, el rey de Arphad, el rey de la ciudad de
Sepharvaim, de Hena, y de Hiva? 19.14
Y tomó Ezechîas las letras de mano de los embajadores; y después que
las hubo leído, subió á la casa de Jehová, y extendiólas Ezechîas
delante de Jehová. 19.15
Y oró Ezechîas delante de Jehová, diciendo: Jehová Dios de Israel, que
habitas entre los querubines, tú solo eres Dios de todos los reinos de
la tierra; tú hiciste el cielo y la tierra. 19.16
Inclina, oh Jehová, tu oído, y oye; abre, oh Jehová, tus ojos, y mira:
y oye las palabras de Sennachêrib, que ha enviado á blasfemar al Dios
viviente. 19.17 Es
verdad, oh Jehová, que los reyes de Asiria han destruído las gentes y
sus tierras; 19.18
Y que pusieron en el fuego á sus dioses, por cuanto ellos no eran
dioses, sino obra de manos de hombres, madera ó piedra, y así los
destruyeron. 19.19
Ahora pues, oh Jehová Dios nuestro, sálvanos, te suplico, de su mano,
para que sepan todos los reinos de la tierra que tú solo, Jehová, eres
Dios. 19.20
Entonces
Isaías hijo de Amós envió á decir á Ezechîas: Así ha dicho Jehová, Dios
de Israel: Lo que me rogaste acerca de Sennachêrib rey de Asiria, he
oído. 19.21 Esta
es
la palabra que Jehová ha hablado contra él: Hate menospreciado, hate
escarnecido la virgen hija de Sión; ha movido su cabeza detrás de ti la
hija de Jerusalem. 19.22
¿A quién has injuriado y á quién has blasfemado? ¿y contra quién has
hablado alto, y has alzado en alto tus ojos? Contra el Santo de Israel. 19.23
Por mano de tus mensajeros has proferido injuria contra el Señor, y has
dicho: Con la multitud de mis carros he subido á las cumbres de los
montes, á las cuestas del Líbano; y cortaré sus altos cedros, sus hayas
escogidas; y entraré á la morada de su término, al monte de su Carmel. 19.24 Yo he
cavado y bebido las aguas ajenas, y he secado con las plantas de mis
pies todos los ríos de lugares bloqueados. 19.25
¿Nunca has oído que mucho tiempo ha yo lo hice, y de días antiguos lo
he formado? Y ahora lo he hecho venir, y fué para desolación de
ciudades fuertes en montones de ruinas. 19.26
Y sus moradores, cortos de manos, quebrantados y confusos, fueron cual
hierba del campo, como legumbre verde, y heno de los tejados, que antes
que venga á madurez es seco. 19.27 Yo he
sabido tu asentarte, tu salir y tu entrar, y tu furor contra mí. 19.28
Por cuanto te has airado contra mí, y tu estruendo ha subido á mis
oídos, yo por tanto pondré mi anzuelo en tus narices, y mi bocado en
tus labios, y te haré volver por el camino por donde viniste. 19.29
Y esto te será por señal Ezechîas: Este año comerás lo que nacerá de
suyo, y el segundo año lo que nacerá de suyo; y el tercer año haréis
sementera, y segaréis, y plantaréis viñas, y comeréis el fruto de ellas. 19.30 Y lo
que hubiere escapado, lo que habrá quedado de la casa de Judá, tornará
á echar raíz abajo, y hará fruto arriba. 19.31
Porque saldrán de Jerusalem reliquias, y los que escaparán, del monte
de Sión: el celo de Jehová de los ejércitos hará esto. 19.32
Por tanto, Jehová dice así del rey de Asiria: No entrará en esta
ciudad, ni echará saeta en ella; ni vendrá delante de ella escudo, ni
será echado contra ella baluarte. 19.33 Por
el camino que vino se volverá, y no entrará en esta ciudad, dice Jehová. 19.34
Porque yo ampararé á esta ciudad para salvarla, por amor de mí, y por
amor de David mi siervo. 19.35
Y aconteció que la misma noche salió el ángel de Jehová, é hirió en el
campo de los Asirios ciento ochenta y cinco mil; y como se levantaron
por la mañana, he aquí los cuerpos de los muertos. 19.36
Entonces Sennachêrib, rey de Asiria se partió, y se fué y tornó á
Nínive, donde se estuvo. 19.37
Y aconteció que, estando él adorando en el templo de Nisroch su dios,
Adramelech y Saresar sus hijos lo hirieron á cuchillo; y huyéronse á
tierra de Ararat. Y reinó en su lugar Esar-hadón su hijo. ▲20.1
EN aquellos días cayó Ezechîas enfermo de muerte, y vino á él Isaías
profeta hijo de Amós, y díjole: Jehová dice así: Dispón de tu casa,
porque has de morir, y no vivirás. 20.2
Entonces volvió él su rostro á la pared, y oró á Jehová, y dijo: 20.3
Ruégote, oh Jehová, ruégote hagas memoria de que he andado delante de
ti en verdad é íntegro corazón, y que he hecho las cosas que te
agradan. Y lloró Ezechîas con gran lloro. 20.4 Y
antes que Isaías saliese hasta la mitad del patio, fué palabra de
Jehová á Isaías, diciendo: 20.5
Vuelve, y di á Ezechîas, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el
Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas:
he aquí yo te sano; al tercer día subirás á la casa de Jehová. 20.6
Y añadiré á tus días quince años, y te libraré á ti y á esta ciudad de
mano del rey de Asiria; y ampararé esta ciudad por amor de mí, y por
amor de David mi siervo. 20.7 Y dijo
Isaías: Tomad masa de higos. Y tomándola, pusieron sobre la llaga, y
sanó. 20.8 Y
Ezechîas había dicho á Isaías: ¿Qué señal tendré de que Jehová me
sanará, y que subiré á la casa de Jehová al tercer día? 20.9
Y respondió Isaías: Esta señal tendrás de Jehová, de que hará Jehová
esto que ha dicho: ¿Avanzará la sombra diez grados, ó retrocederá diez
grados? 20.10 Y
Ezechîas respondió: Fácil cosa es que la sombra decline diez grados:
pero, que la sombra vuelva atrás diez grados. 20.11
Entonces el profeta Isaías clamó á Jehová; é hizo volver la sombra por
los grados que había descendido en el reloj de Achâz, diez grados atrás. 20.12
En aquel tiempo Berodach-baladán hijo de Baladán, rey de Babilonia,
envió letras y presentes á Ezechîas, porque había oído que Ezechîas
había caído enfermo. 20.13
Y Ezechîas los oyó, y mostróles toda la casa de las cosas preciosas,
plata, oro, y especiería, y preciosos ungüentos; y la casa de sus
armas, y todo lo que había en sus tesoros: ninguna cosa quedó que
Ezechîas no les mostrase, así en su casa como en todo su señorío. 20.14
Entonces el profeta Isaías vino al rey Ezechîas, y díjole: ¿Qué dijeron
aquellos varones, y de dónde vinieron á ti? Y Ezechîas le respondió: De
lejanas tierras han venido, de Babilonia. 20.15
Y él le volvió á decir: ¿Qué vieron en tu casa? Y Ezechîas respondió:
Vieron todo lo que había en mi casa; nada quedó en mis tesoros que no
les mostrase. 20.16
Entonces Isaías dijo á Ezechîas: Oye palabra de Jehová: 20.17
He aquí vienen días, en que todo lo que está en tu casa, y todo lo que
tus padres han atesorado hasta hoy, será llevado á Babilonia, sin
quedar nada, dijo Jehová. 20.18 Y de
tus hijos que saldrán de ti, que habrás engendrado, tomarán; y serán
eunucos en el palacio del rey de Babilonia. 20.19
Entonces Ezechîas dijo á Isaías: La palabra de Jehová que has hablado,
es buena. Después dijo: ¿Mas no habrá paz y verdad en mis días? 20.20
Lo demás de los hechos de Ezechîas, y todo su vigor, y cómo hizo el
estanque, y el conducto, y metió las aguas en la ciudad, ¿no está
escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? 20.21 Y
durmió Ezechîas con sus padres, y reinó en su lugar Manasés su hijo. ▲21.1
DE doce años era Manasés cuando comenzó á reinar, y reinó en Jerusalem
cincuenta y cinco años: el nombre de su madre fué Hepsiba. 21.2
E hizo lo malo en ojos de Jehová, según las abominaciones de las gentes
que Jehová había echado delante de los hijos de Israel. 21.3
Porque él volvió á edificar los altos que Ezechîas su padre había
derribado, y levantó altares á Baal, é hizo bosque, como había hecho
Achâb rey de Israel: y adoró á todo el ejército del cielo, y sirvió á
aquellas cosas. 21.4
Asimismo edificó altares en la casa de Jehová, de la cual Jehová había
dicho: Yo pondré mi nombre en Jerusalem. 21.5 Y
edificó altares para todo el ejército del cielo en los dos atrios de la
casa de Jehová. 21.6
Y pasó á su hijo por fuego, y miró en tiempos, y fué agorero, é
instituyó pythones y adivinos, multiplicando así el hacer lo malo en
ojos de Jehová, para provocarlo á ira. 21.7
Y puso una entalladura del bosque que él había hecho, en la casa de la
cual había Jehová dicho á David y á Salomón su hijo: Yo pondré mi
nombre para siempre en esta casa, y en Jerusalem, á la cual escogí de
todas las tribus de Israel: 21.8
Y no volveré á hacer que el pie de Israel sea movido de la tierra que
dí á sus padres, con tal que guarden y hagan conforme á todas las cosas
que yo les he mandado, y conforme á toda la ley que mi siervo Moisés
les mandó. 21.9 Mas
ellos no escucharon; y Manasés los indujo á que hiciesen más mal que
las gentes que Jehová destruyó delante de los hijos de Israel. 21.10 Y
habló Jehová por mano de sus siervos los profetas, diciendo: 21.11
Por cuanto Manasés rey de Judá ha hecho estas abominaciones, y ha hecho
más mal que todo lo que hicieron los Amorrheos que fueron antes de él,
y también ha hecho pecar á Judá en sus ídolos; 21.12
Por tanto, así ha dicho Jehová el Dios de Israel: He aquí yo traigo tal
mal sobre Jerusalem y sobre Judá, que el que lo oyere, le retiñirán
ambos oídos. 21.13 Y
extenderé sobre Jerusalem el cordel de Samaria, y el plomo de la casa
de Achâb: y yo limpiaré á Jerusalem como se limpia una escudilla, que
después que la han limpiado, la vuelven sobre su haz. 21.14
Y desampararé las reliquias de mi heredad, y entregarlas he en manos de
sus enemigos; y serán para saco y para robo á todos sus adversarios; 21.15 Por
cuanto han hecho lo malo en mis ojos, y me han provocado á ira, desde
el día que sus padres salieron de Egipto hasta hoy. 21.16
Fuera de esto, derramó Manasés mucha sangre inocente en gran manera,
hasta henchir á Jerusalem de cabo á cabo: además de su pecado con que
hizo pecar á Judá, para que hiciese lo malo en ojos de Jehová. 21.17
Lo demás de los hechos de Manasés, y todas las cosas que hizo, y su
pecado que cometió, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas
de los reyes de Judá? 21.18
Y durmió Manasés con sus padres, y fué sepultado en el huerto de su
casa, en el huerto de Uzza; y reinó en su lugar Amón su hijo. 21.19
De veinte y dos años era Amón cuando comenzó á reinar, y reinó dos años
en Jerusalem. El nombre de su madre fué Mesalemeth hija de Harus de
Jotba. 21.20 E
hizo lo malo en ojos de Jehová, como había hecho Manasés su padre. 21.21
Y anduvo en todos los caminos en que su padre anduvo, y sirvió á las
inmundicias á las cuales había servido su padre, y á ellas adoró; 21.22 Y
dejó á Jehová el Dios de sus padres, y no anduvo en el camino de Jehová. 21.23 Y los
siervos de Amón conspiraron contra él, y mataron al rey en su casa. 21.24
Entonces el pueblo de la tierra hirió á todos los que habían conspirado
contra el rey Amón; y puso el pueblo de la tierra por rey en su lugar á
Josías su hijo. 21.25 Lo
demás de los hechos de Amón, que efectuara, ¿no está todo escrito en el
libro de las crónicas de los reyes de Judá? 21.26 Y fué
sepultado en su sepulcro en el huerto de Uzza, y reinó en su lugar
Josías su hijo. ▲22.1
CUANDO Josías comenzó á reinar era de ocho años, y reinó en Jerusalem
treinta y un años. El nombre de su madre fué Idida hija de Adaía de
Boscath. 22.2 E hizo
lo recto en ojos de Jehová, y anduvo en todo el camino de David su
padre, sin apartarse á diestra ni á siniestra. 22.3
Y á los dieciocho años del rey Josías, fué que envió el rey á Saphán
hijo de Azalía, hijo de Mesullam, escriba, á la casa de Jehová,
diciendo: 22.4 Ve á
Hilcías, sumo sacerdote: dile que recoja el dinero que se ha metido en
la casa de Jehová, que han juntado del pueblo los guardianes de la
puerta, 22.5 Y que
lo
pongan en manos de los que hacen la obra, que tienen cargo de la casa
de Jehová, y que lo entreguen á los que hacen la obra de la casa de
Jehová, para reparar las aberturas de la casa: 22.6 A los
carpinteros, á los maestros y albañiles, para comprar madera y piedra
de cantería para reparar la casa; 22.7 Y que
no se les cuente el dinero cuyo manejo se les confiare, porque ellos
proceden con fidelidad. 22.8
Entonces dijo el sumo sacerdote Hilcías á Saphán escriba: El libro de
la ley he hallado en la casa de Jehová. E Hilcías dió el libro á
Saphán, y leyólo. 22.9
Viniendo luego Saphán escriba al rey, dió al rey la respuesta, y dijo:
Tus siervos han juntado el dinero que se halló en el templo, y lo han
entregado en poder de los que hacen la obra, que tienen cargo de la
casa de Jehová. 22.10
Asimismo Saphán escriba declaró al rey, diciendo: Hilcías el sacerdote
me ha dado un libro. Y leyólo Saphán delante del rey. 22.11 Y
cuando el rey hubo oído las palabras del libro de la ley, rasgó sus
vestidos. 22.12
Luego mandó el rey á Hilcías el sacerdote, y á Ahicam hijo de Saphán, y
á Achbor hijo de Michâía, y á Saphán escriba, y á Asaía siervo del rey,
diciendo: 22.13 Id, y
preguntad á Jehová por mí, y por el pueblo, y por todo Judá, acerca de
las palabras de este libro que se ha hallado: porque grande ira de
Jehová es la que ha sido encendida contra nosotros, por cuanto nuestros
padres no escucharon las palabras de este libro, para hacer conforme á
todo lo que nos fué escrito. 22.14
Entonces fué Hilcías el sacerdote, y Ahicam y Achbor y Saphán y Asaía,
á Hulda profetisa, mujer de Sallum hijo de Ticva hijo de Araas, guarda
de las vestiduras, la cual moraba en Jerusalem en la segunda parte de
la ciudad, y hablaron con ella. 22.15 Y
ella les dijo: Así ha dicho Jehová el Dios de Israel: Decid al varón
que os envió á mí: 22.16
Así dijo Jehová: He aquí yo traigo mal sobre este lugar, y sobre los
que en él moran, á saber, todas las palabras del libro que ha leído el
rey de Judá: 22.17
Por cuanto me dejaron á mí, y quemaron perfumes á dioses ajenos,
provocándome á ira en toda obra de sus manos; y mi furor se ha
encendido contra este lugar, y no se apagará. 22.18
Mas al rey de Judá que os ha enviado para que preguntaseis á Jehová,
diréis así: Así ha dicho Jehová el Dios de Israel: Por cuanto oíste las
palabras del libro, 22.19
Y tu corazón se enterneció, y te humillaste delante de Jehová, cuando
oíste lo que yo he pronunciado contra este lugar y contra sus
moradores, que vendrían á ser asolados y malditos, y rasgaste tus
vestidos, y lloraste en mi presencia, también yo te he oído, dice
Jehová. 22.20 Por
tanto, he aquí yo te recogeré con tus padres, y tú serás recogido á tu
sepulcro en paz, y no verán tus ojos todo el mal que yo traigo sobre
este lugar. Y ellos dieron al rey la respuesta. ▲23.1 ENTONCES el rey envió, y
juntaron á él todos los ancianos de Judá y de Jerusalem. 23.2
Y subió el rey á la casa de Jehová con todos los varones de Judá, y con
todos los moradores de Jerusalem, con los sacerdotes y profetas y con
todo el pueblo, desde el más chico hasta el más grande; y leyó,
oyéndolo ellos, todas las palabras del libro del pacto que había sido
hallado en la casa de Jehová. 23.3
Y poniéndose el rey en pie junto á la columna, hizo alianza delante de
Jehová, de que irían en pos de Jehová, y guardarían sus mandamientos, y
sus testimonios, y sus estatutos, con todo el corazón y con toda el
alma, y que cumplirían las palabras de la alianza que estaban escritas
en aquel libro. Y todo el pueblo confirmó el pacto. 23.4
Entonces mandó el rey al sumo sacerdote Hilcías, y á los sacerdotes de
segundo orden, y á los guardianes de la puerta, que sacasen del templo
de Jehová todos los vasos que habían sido hechos para Baal, y para el
bosque, y para toda la milicia del cielo; y quemólos fuera de Jerusalem
en el campo de Cedrón, é hizo llevar las cenizas de ellos á Beth-el. 23.5
Y quitó á los Camoreos, que habían puesto los reyes de Judá para que
quemasen perfumes en los altos en las ciudades de Judá, y en los
alrededores de Jerusalem; y asimismo á los que quemaban perfumes á
Baal, al sol y á la luna, y á los signos, y á todo el ejército del
cielo. 23.6 Hizo
también sacar el bosque fuera de la casa de Jehová, fuera de Jerusalem,
al torrente de Cedrón, y quemólo en el torrente de Cedrón, y tornólo en
polvo, y echó el polvo de él sobre los sepulcros de los hijos del
pueblo. 23.7 Además
derribó las casas de los sodomitas que estaban en la casa de Jehová, en
las cuales tejían las mujeres pabellones para el bosque. 23.8
E hizo venir todos los sacerdotes de las ciudades de Judá, y profanó
los altos donde los sacerdotes quemaban perfumes, desde Gabaa hasta
Beer-seba; y derribó los altares de las puertas que estaban á la
entrada de la puerta de Josué, gobernador de la ciudad, que estaban á
la mano izquierda, á la puerta de la ciudad. 23.9
Empero los sacerdotes de los altos no subían al altar de Jehová en
Jerusalem, mas comían panes sin levadura entre sus hermanos. 23.10
Asimismo profanó á Topheth, que está en el valle del hijo de Hinnom,
porque ninguno pasase su hijo ó su hija por fuego á Moloch. 23.11
Quitó también los caballos que los reyes de Judá habían dedicado al sol
á la entrada del templo de Jehová, junto á la cámara de Nathan-melech
eunuco, el cual tenía cargo de los ejidos; y quemó al fuego los carros
del sol. 23.12
Derribó además el rey los altares que estaban sobre la techumbre de la
sala de Achâz, que los reyes de Judá habían hecho, y los altares que
había hecho Manasés en los dos atrios de la casa de Jehová; y de allí
corrió y arrojó el polvo en el torrente de Cedrón. 23.13
Asimismo profanó el rey los altos que estaban delante de Jerusalem, á
la mano derecha del monte de la destrucción, los cuales Salomón rey de
Israel había edificado á Astharoth, abominación de los Sidonios, y á
Chêmos abominación de Moab, y á Milcom abominación de los hijos de
Ammón. 23.14 Y
quebró las estatuas, y taló los bosques, é hinchió el lugar de ellos de
huesos de hombres. 23.15
Igualmente el altar que estaba en Beth-el, y el alto que había hecho
Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar á Israel, aquel altar y el
alto destruyó; y quemó el alto, y lo tornó en polvo, y puso fuego al
bosque. 23.16 Y
volvióse Josías, y viendo los sepulcros que estaban allí en el monte,
envió y sacó los huesos de los sepulcros, y quemólos sobre el altar
para contaminarlo, conforme á la palabra de Jehová que había
profetizado el varón de Dios, el cual había anunciado estos negocios. 23.17
Y después dijo: ¿Qué título es este que veo? Y los de la ciudad le
respondieron: Este es el sepulcro del varón de Dios que vino de Judá, y
profetizó estas cosas que tú has hecho sobre el altar de Beth-el. 23.18
Y él dijo: Dedjadlo; ninguno mueva sus huesos: y así fueron preservados
sus huesos, y los huesos del profeta que había venido de Samaria. 23.19
Y todas las casas de los altos que estaban en las ciudades de Samaria,
las cuales habían hecho los reyes de Israel para provocar á ira,
quitólas también Josías, é hizo de ellas como había hecho en Beth-el. 23.20
Mató además sobre los altares á todos los sacerdotes de los altos que
allí estaban, y quemó sobre ellos huesos de hombres, y volvióse á
Jerusalem. 23.21
Entonces mandó el rey á todo el pueblo, diciendo: Haced la pascua á
Jehová vuestro Dios, conforme á lo que está escrito en el libro de esta
alianza. 23.22 No
fué
hecha tal pascua desde los tiempos de los jueces que gobernaron á
Israel, ni en todos los tiempos de los reyes de Israel, y de los reyes
de Judá. 23.23 A los
diez y ocho años del rey Josías fué hecha aquella pascua á Jehová en
Jerusalem. 23.24
Asimismo barrió Josías los pythones, adivinos, y terapheos, y todas las
abominaciones que se veían en la tierra de Judá y en Jerusalem, para
cumplir las palabras de la ley que estaban escritas en el libro que el
sacerdote Hilcías había hallado en la casa de Jehová. 23.25
No hubo tal rey antes de él que se convirtiese á Jehová de todo su
corazón, y de toda su alma, y de todas su fuerzas, conforme á toda la
ley de Moisés; ni después de él nació otro tal. 23.26
Con todo eso, no se volvió Jehová del ardor de su grande ira, con que
se había encendido su enojo contra Judá, por todas las provocaciones
con que Manasés le había irritado. 23.27
Y dijo Jehová: También he de quitar de mi presencia á Judá, como quité
á Israel, y abominaré á esta ciudad que había escogido, á Jerusalem, y
á la casa de la cual había yo dicho: Mi nombre será allí. 23.28
Lo demás de los hechos de Josías, y todas las cosas que hizo, ¿no está
todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? 23.29
En aquellos días Faraón Nechâo rey de Egipto subió contra el rey de
Asiria al río Eufrates, y salió contra él el rey Josías; pero aquél así
que le vió, matólo en Megiddo. 23.30
Y sus siervos lo pusieron en un carro, y trajéronlo muerto de Megiddo á
Jerusalem, y sepultáronlo en su sepulcro. Entonces el pueblo de la
tierra tomó á Joachâz hijo de Josías, y ungiéronle y pusiéronlo por rey
en lugar de su padre. 23.31
De veintitrés años era Joachâz cuando comenzó á reinar, y reinó tres
meses en Jerusalem. El nombre de su madre fué Amutal, hija de Jeremías
de Libna. 23.32 Y él
hizo lo malo en ojos de Jehová, conforme á todas las cosas que sus
padres habían hecho. 23.33
Y echólo preso Faraón Nechâo en Ribla en la provincia de Hamath,
reinando él en Jerusalem; é impuso sobre la tierra una multa de cien
talentos de plata, y uno de oro. 23.34
Entonces Faraón Nechâo puso por rey á Eliacim hijo de Josías, en lugar
de Josías su padre, y mudóle el nombre en el de Joacim; y tomó á
Joachâz, y llevólo á Egipto, y murió allí. 23.35
Y Joacim pagó á Faraón la plata y el oro; mas hizo apreciar la tierra
para dar el dinero conforme al mandamiento de Faraón, sacando la plata
y oro del pueblo de la tierra, de cada uno según la estimación de su
hacienda, para dar á Faraón Nechâo. 23.36
De veinticinco años era Joacim cuando comenzó á Reinar, y once años
reinó en Jerusalem. El nombre de su madre fué Zebuda hija de Pedaia, de
Ruma. 23.37 E
hizo lo malo en ojos de Jehová, conforme á todas las cosas que sus
padres habían hecho. ▲24.1 EN su tiempo subió
Nabucodonosor rey de Babilonia, al cual sirvió Joacim tres años;
volvióse luego, y se rebeló contra él. 24.2
Jehová empero envió contra él tropas de Caldeos, y tropas de Siros, y
tropas de Moabitas, y tropas de Ammonitas; los cuales envió contra Judá
para que la destruyesen, conforme á la palabra de Jehová que había
hablado por sus siervos los profetas. 24.3
Ciertamente vino esto contra Judá por dicho de Jehová, para quitarla de
su presencia, por los pecados de Manasés, conforme á todo lo que hizo; 24.4
Asimismo por la sangre inocente que derramó, pues hinchió á Jerusalem
de sangre inocente: Jehová por tanto, no quiso perdonar. 24.5
Lo demás de los hechos de Joacim, y todas las cosas que hizo, ¿no está
escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? 24.6 Y
durmió Joacim con sus padres, y reinó en su lugar Joachîn su hijo. 24.7
Y nunca más el rey de Egipto salió de su tierra: porque el rey de
Babilonia le tomó todo lo que era suyo, desde el río de Egipto hasta el
río de Eufrates. 24.8
De dieciocho años era Joachîn cuando comenzó á reinar, y reinó en
Jerusalem tres meses. El nombre de su madre fué Neusta hija de
Elnathán, de Jerusalem. 24.9 E hizo
lo malo en ojos de Jehová, conforme á todas las cosas que había hecho
su padre. 24.10 En
aquel tiempo subieron los siervos de Nabucodonosor rey de Babilonia
contra Jerusalem y la ciudad fué cercada. 24.11 Vino
también Nabucodonosor rey de Babilonia contra la ciudad, cuando sus
siervos la tenían cercada. 24.12
Entonces salió Joachîn rey de Judá al rey de Babilonia, él, y su madre,
y sus siervos, y sus príncipes, y sus eunucos: y prendiólo el rey de
Babilonia en el octavo año de su reinado. 24.13
Y sacó de allí todos los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de
la casa real, y quebró en piezas todos los vasos de oro que había hecho
Salomón rey de Israel en la casa de Jehová, como Jehová había dicho. 24.14
Y llevó en cautiverio á toda Jerusalem, á todos los príncipes, y á
todos los hombres valientes, hasta diez mil cautivos, y á todos los
oficiales y herreros; que no quedó nadie, excepto los pobres del pueblo
de la tierra. 24.15
Asimismo trasportó á Joachîn á Babilonia, y á la madre del rey, y á las
mujeres del rey, y á sus eunucos, y á los poderosos de la tierra;
cautivos los llevó de Jerusalem á Babilonia. 24.16
A todos los hombre de guerra, que fueron siete mil, y á los oficiales y
herrreros, que fueron mil, y á todos los valientes para hacer la
guerra, llevó cautivos el rey de Babilonia. 24.17 Y el
rey de Babilonia puso por rey en lugar de Joachîn á Mathanías su tío, y
mudóle el nombre en el de Sedecías. 24.18
De veintiún años era Sedecías cuando comenzó á reinar, y reinó en
Jerusalem once años. El nombre de su madre fué Amutal hija de Jeremías,
de Libna. 24.19 E
hizo lo malo en ojos de Jehová, conforme á todo lo que había hecho
Joacim. 24.20
Fué pues la ira de Jehová contra Jerusalem y Judá, hasta que los echó
de su presencia. Y Sedecías se rebeló contra el rey de Babilonia. ▲25.1
Y ACONTECIO á los nueve años de su reinado, en el mes décimo, á los
diez del mes, que Nabucodonosor rey de Babilonia vino con todo su
ejército contra Jerusalem, y cercóla; y levantaron contra ella ingenios
alrededor. 25.2 Y
estuvo la ciudad cercada hasta el undécimo año del rey Sedecías. 25.3 A los
nueve del mes prevaleció el hambre en la ciudad, que no hubo pan para
el pueblo de la tierra. 25.4
Abierta ya la ciudad, huyeron de noche todos los hombres de guerra por
el camino de la puerta que estaba entre los dos muros, junto á los
huertos del rey, estando los Caldeos alrededor de la ciudad; y el rey
se fué camino de la campiña. 25.5 Y el
ejército de los Caldeos siguió al rey, y tomólo en las llanuras de
Jericó, habiéndose esparcido de él todo su ejército. 25.6 Tomado
pues el rey, trajéronle al rey de Babilonia á Ribla, y profirieron
contra él sentencia. 25.7
Y degollaron á los hijos de Sedecías en presencia suya; y á Sedecías
sacaron los ojos, y atado con cadenas lleváronlo á Babilonia. 25.8
En el mes quinto, á los siete del mes, siendo el año diecinueve de
Nabucodonosor rey de Babilonia, vino á Jerusalem Nabuzaradán, capitán
de los de la guardia, siervo del rey de Babilonia. 25.9
Y quemó la casa de Jehová, y la casa del rey, y todas las casas de
Jerusalem; y todas las casas de los príncipes quemó á fuego. 25.10 Y
todo el ejército de los Caldeos que estaba con el capitán de la
guardia, derribó los muros de Jerusalem alrededor. 25.11
Y á los del pueblo que habían quedado en la ciudad, y á los que se
habían juntado al rey de Babilonia, y á los que habían quedado del
vulgo, trasportólo Nabuzaradán, capitán de los de la guardia. 25.12 Mas
de los pobres de la tierra dejó Nabuzaradán, capitán de los de la
guardia, para que labrasen las viñas y las tierras. 25.13
Y quebraron los Caldeos las columnas de bronce que estaban en la casa
de Jehová, y las basas, y el mar de bronce que estaba en la casa de
Jehová, y llevaron el metal de ello á Babilonia. 25.14
Lleváronse también los calderos, y las paletas, y las tenazas, y los
cucharones, y todos los vasos de metal con que ministraban. 25.15
Incensarios, cuencos, los que de oro, en oro, y los que de plata, en
plata, todo lo llevó el capitán de los de la guardia; 25.16 Las
dos columnas, un mar, y las basas que Salomón había hecho para la casa
de Jehová: no había peso de todos estos vasos. 25.17
La altura de la una columna era diez y ocho codos y tenía encima un
capitel de bronce, y la altura del capitel era de tres codos; y sobre
el capitel había un enredado y granadas alrededor, todo de bronce: y
semejante obra había en la otra columna con el enredado. 25.18
Tomó entonces el capitán de los de la guardia á Saraías primer
sacerdote, y á Sophonías segundo sacerdote, y tres guardas de la
vajilla; 25.19 Y de
la ciudad tomó un eunuco, el cual era maestre de campo, y cinco varones
de los continuos del rey, que se hallaron en la ciudad; y al principal
escriba del ejército, que hacía la reseña de la gente del país; y
sesenta varones del pueblo de la tierra, que se hallaron en la ciudad. 25.20 Estos
tomó Nabuzaradán, capitán de los de la guardia, y llevólos á Ribla al
rey de Babilonia. 25.21 Y el
rey de Babilonia los hirió y mató en Ribla, en tierra de Hamath. Así
fué trasportado Judá de sobre su tierra. 25.22
Y al pueblo que Nabucodonosor rey de Babilonia dejó en tierra de Judá,
puso por gobernador á Gedalías, hijo de Ahicam hijo de Saphán. 25.23
Y oyendo todos los príncipes del ejército, ellos y su gente, que el rey
de Babilonia había puesto por gobernador á Gedalías, viniéronse á él en
Mizpa, es á saber, Ismael hijo de Nathanías, y Johanán hijo de Carea, y
Saraía hijo de Tanhumet Netofatita, y Jaazanías hijo de Maachâti, ellos
con los suyos. 25.24
Entonces Gedalías les hizo juramento, á ellos y á los suyos, y díjoles:
No temáis de ser siervos de los Caldeos; habitad en la tierra, y servid
al rey de Babilonia, y os irá bien. 25.25
Mas en el mes séptimo vino Ismael hijo de Nathanías, hijo de Elisama,
de la estirpe real, y con él diez varones, é hirieron á Gedalías, y
murió: y también á los Judíos y Caldeos que estaban con él en Mizpa. 25.26
Y levantándose todo el pueblo, desde el menor hasta el mayor, con los
capitanes del ejército, fuéronse á Egipto por temor de los Caldeos. 25.27
Y aconteció á los treinta y siete años de la trasportación de Joachîn
rey de Judá, en el mes duodécimo, á los veinte y siete del mes, que
Evil-merodach rey de Babilonia, en el primer año de su reinado, levantó
la cabeza de Joachîn rey de Judá, sacándolo de la casa de la cárcel; 25.28 Y
hablóle bien, y puso su asiento sobre el asiento de los reyes que con
él estaban en Babilonia. 25.29 Y
mudóle los vestidos de su prisión, y comió siempre delante de él todos
los días de su vida. 25.30 Y
fuéle diariamente dada su comida de parte del rey de continuo, todos
los días de su vida.